Querido hijo:
Si estás leyendo esto, es porque has llegado al mismo punto en el que estaba yo cuando empecé a mirar con ojo crítico todos los escritos que nuestra familia lleva décadas recopilando.
Crecí con las creencias inculcadas de mi padre y él las que su padre le inculcó a él, valores férreos en los cuáles solo pretendíamos seguir recopilando información y poder para que en algún punto de nuestro linaje pudiéramos hacer frente a El Sujeto. Pero, si lees esto, quiere decir que algo en ti se está planteando una segunda posibilidad. La moral y la ética están regidas por cuestiones humanas casi religiosas. El bien y el mal no existen por sí mismos, solo bajo la constante comparación. ¿Es malo mirar por la familia? No, no lo es. ¿Y si tienes que llevarte a alguien por delante por su seguridad? Entonces el planteamiento cambia.
Dereck, hijo, no existe nada más instintivo que velar por la supervivencia propia y la de la familia. Es lo natural.
Te estarás preguntando por qué todo este rollo, por qué no voy directo al grano. Pues bien, he aquí los descubrimientos que he recogido y que espero que heredes en el momento en el cuál puedas comprenderlos. Entiendo que nuestro linaje nació con el propósito de controlar el poder creciente que El Sujeto recopilaba, pero esa idea se ha ido pervirtiendo con los siglos. El pensamiento crítico ha ido desapareciendo y nos hemos transformado en fanáticos de la idea de destruir su existencia y todo lo que eso supusiera, incluso evitar que engendrara más vida.
El deber sin empatía ni crítica es un error.
No espero que lo comprendas de repente, solo que abras tu mente a nuevas posibilidades y aprendas a escuchar, porque toda historia tiene dos versiones y siempre nos han contado solo una de ellas.
En Ezra yo hallé un amigo. Quizá, con el tiempo, puede que llegues a considerarlo como tal. No defiendo sus métodos y menos aún sus motivos, pero te aseguro que el debate es una opción que se plantea con facilidad.
Espero, sinceramente, que puedas llegar a comprender esta perspectiva y que no muera conmigo.
Eres y serás siempre mi mayor tesoro, Dereck.
Te quiere,
Bergen Bauer.