23 de Octubre de 2010
Un grupo liderado por Merle Dixon habia salido temprano hacia Atlanta esa mañana. Necesitaban comida, agua, pilas... Cualquier cosa, por pequeña que fuera marcaba una gran diferencia para el grupo en esos dias. Daryl ya llevaba varias horas perdido en el bosque ya que habia salido a cazar casi al amanecer. Liv y Amy ayudaban a recoger leña para poder calentarse durante la noche. Esas dos habian creado una gran amistad. Tenian prácticamente la misma edad y habian conectado al instante cuando sus caminos se encontraron en aquel campamento.
Con Amy, Liv sentia que todavia no habia perdido todo del mundo real. Aun podian hablar de trivialidades cuando nadie las miraba. Libros, cine, musica.... todas esas cosas que parecia que ya nunca recuperarían. Amy parecia encantada de haber hecho una amiga en el fin del mundo. Y Liv... aunque adoraba a su hermano menor, agradecia poder hablar con alguien mayor de ocho años y menor de treinta y largos...
-¿Y bien...? -preguntó Amy.
Liv la miró sin entender qué pregunta Amy.
-¿Y bien qué? -sonrió algo confusa.
Amy chasqueó la lengua y le dedicó una de sus miradas de "no me fastidies".
-Vamos, no me hagas sonsacartelo. Pasas muchisimo tiempo con ese chico, Daryl. ¿Ha... pasado algo? ¡Vamos! Dime que si. La vida en este pedazo de tierra es un aburrimiento...
Liv sintió como sus mejillas se ruborizaban porque, a pesar de no haber ocurrido nada con Daryl, lo cierto es que sí era verdad que no habia podido evitar fijarse en él.
-No, claro que no... No quiere nada conmigo. Soy una mocosa. A su lado me siento inutil -comentó Liv antes de dejar los troncos en la carretilla- Ese tio sabe hacer de todo y a mi hasta hace dos semanas me estresaba haberme quedado sin champú...
En ese momento, la radio de Shane, esa que nunca apagaba, cobró vida. Una voz salió de esta. Todos pudieron oirlo. Era una voz. Una voz humana, una voz humana inteligente.
-Hola... Hola... ¿Alguien me oye?
Liv y Amy se acercaron corriendo a la radio y fue la propia Amy quien tomó la iniciativa para tratar de contactar de vuelta.
-¡Eh! ¿Hola? -preguntó la rubia, emocionada de escuchar la voz de alguien nuevo, de alguien vivo.
-¿Me oye alguien? -preguntó de nuevo la voz.
-Sí, yo le oigo. Le recibo... Cambio -respondió Amy
-Si me oye alguien, responda, por favor... -las interferencias hacian imposible la comunicación, pero una cosa quedó clara- ...me aproximo a Atlanta por la carretera 85...
Amy negó con la cabeza con rapidez. Ir a Atlanta era un suicidio.
-¡Estamos a la afueras de la ciudad!
La voz no respondió, se perdió entre las interferencias. Pero una cosa estaba clara. Se trataba de alguien buscando personas, buscando contacto y… por un momento a Liv le recordó a la voz de su padre… Pero al darse cuenta de que ni su madre, ni Carl ni Shane reaccionaron supuso que se lo había imaginado, que tenia tantas ganas de volver a verle que su imaginacion se la habia jugado..
Shane tomó el relevo de Amy intentando volver a establecer contacto, pero fue totalmente inutil.
-Hay otros... No estamos solos...- dijo Lori.
-Ya lo sabiamos -respondió Shane mirando de reojo la radio- Por eso la dejé encendida...
-Para lo que ha servido... -replicó Lori con franqueza- Llevo una semana diciendo que pongamos carteles en la 85 para que eviten la ciudad.
-No tiene ni idea de en donde se está metiendo...- añadió una apesadumbrada Amy. Liv se acercó a ella y le dio un apretón suave en el hombro.
-Bueno, no ha habido tiempo -replicó Shane apartandose de la radio.
-Tenemos que sacar tiempo- protestó Lori, Liv la miró.
-Es un lujo que no podemos permitirnos.
Liv rodó los ojos. Sí, de nuevo Shane prohibiendo a la gente hacer lo que le viniera en gana hacer. ¿Quien era él para decidir por nadie? Desde que se habian asentado en aquel campamento, Shane actuaba como si fuera el puñetero jefe de algo. Pero no era asi... Liv rodó los ojos, mosqueada.
-Hay que sobrevivir. Vivimos día a día...
Lori se ofreció voluntaria para ser ella quien pusiera los carteles, pero, de nuevo, Shane se lo prohibió.
Una vez que este y su madre se alejaron, Liv farfulló.
-Qué gilipollas...
Después del intento de contacto de aquel extraño, el resto del dia transcurrió sin sobresaltos. La vida en el campamento era... aburrida de narices. Era como esperar a que cayera una bomba atomica. Por suerte no habian tenido visitas de los muertos, estando tan perdidos en medio de la nada, nadie se acercaba hasta alli, pero eso a Liv no le quitaba la incertidumbre del cuerpo...
Fueron horas angustiosas tan solo esperando a que el grupo regresara, al menos para Amy quien se habia despedido de su hermana Andrea. Por su parte, Liv no sentía miedo por Daryl. Ese hombre era un superviviente y estaba más acostumbrado que todos los demás a estar solo en el bosque.
Pero, para romper la calma de aquella aburrida tarde, una alarma de un vehiculo comenzó a resonar a lo largo de todo el cañón. Segun Dale un coche se aproximaba a toda velocidad. Hasta que aparcó en la entrada del campamento. Un deportivo rojo conducido por Glenn.
Verlo regresar solo puso en alerta a todo el mundo, sobre todo a Amy, quien no hacia mas que preguntar por su hermana. Pero Glenn aseguró que Andrea se encontraba bien, que todos lo estaban. Salvo Merle... Liv compuso una mueca de fastidio.
-Daryl se va a cabrear...- dijo- Querrá ir a por él.
-Shane no le dejará... -respondió Lori.
Liv dejó ir una risita ironica.
-Le deseo suerte intentando impedirle algo a Daryl...
Minutos después de la llegada de Glenn, un camión de reparto entró en el campamento llevando en su interior al resto de miembros de aquella expedicion. Amy volvio a reunirse con su hermana, los niños de Morales corrieron a abrazar a su padre... Todo estaba bien... Pero ver aquellos rencuentros no le quitaba a Liv la sensacion de que ella nunca volveria a ver a su propio padre, de que ella siempre viviria con ese peso, con esa... incertidumbre...
Liv se apartó, con su madre y su hermano. Y fue ella la primera en ver bajar del camión al ultimo integrante de aquella expedicion. No era Merle Dixon, por supuesto. Claro que no... Porque estaba segura de que conocia a ese hombre... Lo reconocia... Ese era su...
- ¿Papá? -preguntaron Liv y Carl al unísono. La estupefacción dio paso a una alegria que los embargó. En ese momento, ambos hermanos Grimes corrieron a abrazar a su padre. Fundiendose en un abrazo desesperado, en uno que pensaron que nunca podrian darle Liv no quería soltarlo, no quería desprenderse de él, no lo sortaria. Ni siquiera cuando su madre se unió a aquel abrazo. Y lloró. Por primera vez en semanas, Liv lloró de forma desesperada. De alivio. Porque él habia vuelto. Porque aunque el mundo no se hubiese arreglado. La llegada de su padre sí habia arreglado su mundo.
Este monorol nace y tiene base en mi rol con Daryl Dixon