• Nuestra Boda 💒
    Fandom El que sea
    Categoría Romance
    En el cálido atardecer bañado por una suave brisa, el jardín estaba impecablemente decorado, cada detalle reflejaba el amor y la ilusión de Ángela y Alessia.

    Las flores aromáticas parecían susurrar promesas y los rayos dorados del sol acariciaban los rostros de los invitados, y las madrinas Thalya, Olivia y la hermana de Constantin y el ya mencionado padrino, quienes con sonrisas y emocionados abrazos estaban llegando, llenando el espacio de esa energía especial que solo un momento tan esperado puede generar.
    Coquetos arreglos de luces colgaban entre las ramas de los árboles, creando un ambiente íntimo y mágico. La música suave acompañaba el murmullo alegre de conversaciones y risas contenidas, mientras las últimas copas de vino se alzaban en brindis anticipados.

    Sin embargo, entre todos los rostros radiantes y vestidos de gala, había una ausencia que marcaba el ritmo de los latidos: la esperada Alessia aún no hacía su entrada, y el silencio cargado de esperanza se mezclaba con la dulce ansiedad en el corazón de Ángela, quien esperaba con la mirada llena de amor que su novia cruzara finalmente el umbral para comenzar juntos ese nuevo capítulo de sus vidas.
    En el cálido atardecer bañado por una suave brisa, el jardín estaba impecablemente decorado, cada detalle reflejaba el amor y la ilusión de Ángela y Alessia. Las flores aromáticas parecían susurrar promesas y los rayos dorados del sol acariciaban los rostros de los invitados, y las madrinas Thalya, Olivia y la hermana de Constantin y el ya mencionado padrino, quienes con sonrisas y emocionados abrazos estaban llegando, llenando el espacio de esa energía especial que solo un momento tan esperado puede generar. Coquetos arreglos de luces colgaban entre las ramas de los árboles, creando un ambiente íntimo y mágico. La música suave acompañaba el murmullo alegre de conversaciones y risas contenidas, mientras las últimas copas de vino se alzaban en brindis anticipados. Sin embargo, entre todos los rostros radiantes y vestidos de gala, había una ausencia que marcaba el ritmo de los latidos: la esperada Alessia aún no hacía su entrada, y el silencio cargado de esperanza se mezclaba con la dulce ansiedad en el corazón de Ángela, quien esperaba con la mirada llena de amor que su novia cruzara finalmente el umbral para comenzar juntos ese nuevo capítulo de sus vidas.
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  • • 정: A connection between two people that cannot be erased; even if they come to hate each other, they will always feel affection in their hearts, and a part of us will always live on in the other.
    • 정: A connection between two people that cannot be erased; even if they come to hate each other, they will always feel affection in their hearts, and a part of us will always live on in the other.
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  • 𝐀𝐩𝐫𝐨𝐯𝐞𝐜𝐡𝐚𝐫 𝐥𝐚𝐬 𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬...
    Fandom The Walking Dead
    Categoría Drama
    ㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ∽『𝗦𝗧𝗔𝗥𝗧𝗘𝗥』∽
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ 𝑭𝒓𝒂𝒏𝒌𝒊𝒆



    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤCuando El Reino cayó en las redes de Negan y sus Salvadores, Ezekiel jamás pensó que un día serian libres. A pesar de que su trato con sus señores feudales era mejor que el que tenían con ellos otras comunidades, lo cierto era que jamás había saboreado tanto la libertad como el día en que supieron que el imperio de Negan había caído de forma definitiva.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤAhora, un año después del fin de aquella guerra que tantas vidas había costado, pues aun Ezekiel no podía olvidar a las gentes de su pueblo, esos soldados que lo habían seguido a la muerte, la vida era muy distinta. Las comunidades se entendían entre sí, se ayudaban, se apoyaban. Era un alivio saber que si algo ocurría en casa, Hilltop y Alexandria responderían. Y lo mismo en el otro sentido. Por eso habían organizado una expedición a Washington. Anne, la que fue líder del grupo de los carroñeros, había tenido una idea. Recordaba, de su etapa de profesora de primaria, las reservas de semillas en el Museo de Historia. Semillas que serían útiles para los campos de las comunidades. Había sido Earl, el herrero, quien recordaba haber visto un antiguo arado una vez en aquel lugar. Un arado que él podría replicar sin problemas. Así, poco a poco, la lista de inventos necesarios se fue haciendo cada vez más larga: semillas, arados, carretas, canoas…

    Regresar de Washington les causó más problemas de los que hubieran esperado, pues por el camino los asaltaron los caminantes y uno de los chicos de Hilltop perdió la vida. Mientras Maggie y su gente regresaba a la colina, el resto de la comitiva pasó primero por el Santuario para llevar provisiones y artilugios necesarios.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤCaía la tarde y, mientras los recién llegados se entretenían en las muchas labores que había por hacer en el Santuario, Ezekiel optó por salir un momento a tomar aire fresco al exterior. Dejó que la brisa cálida de finales de verano acariciase su rostro. El Rey apoyó sus brazos cruzados sobre la barandilla de la plataforma desde que la Negan solía dar sus discursos a los salvadores del patio. Y sonrió. Porque por fin parecía que el mundo comenzaba a girar en la dirección correcta. A pesar de que Carol había rechazado su petición de matrimonio y, a pesar de que habían perdido a un chico en la expedición. Aun así, el Rey sonreía.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤInspiró profundamente observando el anillo de pedida que le había ofrecido a Carol y con una expresión optimista en el rostro lo guardó en el bolsillo de su camisa. En ese momento escuchó algunos jadeos provenientes de un lugar cercano, tras el muro este de la fábrica. Asi que, descendió los peldaños de cemento y caminó con cierta incertidumbre sin saber qué encontraría al otro lado. Hasta que, al doblar la esquina escuchó un cuchillo caer y una maldición murmurada entre dientes. Frunció sus cejas un segundo antes de descubrir una cabellera pelirroja meciéndose al mismo tiempo que su propietaria parecía golpear uno de esos trastos de entrenamiento de kickboxing que solía haber en los gimnasios. Probablemente había sido colocado allí por Justin, uno de los Salvadores que más guerra parecía darle a Daryl.

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤApoyó un hombro contra la pared y se cruzó de brazos observando a la joven fémina. La conocía. No había intercambiado demasiadas palabras con ella… Pero la recordaba… La recordaba del día en que los lideres de las comunidades acompañaron al Santuario a los Salvadores supervivientes. Se llamaba Frankie y había sido una de las esposas de Negan. Menudo cretino.

    -Seria más eficaz si tuvieras alguien con quien entrenar, eso es lo que digo siempre… -comentó con cierto aire divertido- Si no, nunca sabrás cuando estás preparada…


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol
    ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ∽『𝗦𝗧𝗔𝗥𝗧𝗘𝗥』∽ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ [FRANK1E] ㅤㅤㅤㅤㅤㅤCuando El Reino cayó en las redes de Negan y sus Salvadores, Ezekiel jamás pensó que un día serian libres. A pesar de que su trato con sus señores feudales era mejor que el que tenían con ellos otras comunidades, lo cierto era que jamás había saboreado tanto la libertad como el día en que supieron que el imperio de Negan había caído de forma definitiva. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤAhora, un año después del fin de aquella guerra que tantas vidas había costado, pues aun Ezekiel no podía olvidar a las gentes de su pueblo, esos soldados que lo habían seguido a la muerte, la vida era muy distinta. Las comunidades se entendían entre sí, se ayudaban, se apoyaban. Era un alivio saber que si algo ocurría en casa, Hilltop y Alexandria responderían. Y lo mismo en el otro sentido. Por eso habían organizado una expedición a Washington. Anne, la que fue líder del grupo de los carroñeros, había tenido una idea. Recordaba, de su etapa de profesora de primaria, las reservas de semillas en el Museo de Historia. Semillas que serían útiles para los campos de las comunidades. Había sido Earl, el herrero, quien recordaba haber visto un antiguo arado una vez en aquel lugar. Un arado que él podría replicar sin problemas. Así, poco a poco, la lista de inventos necesarios se fue haciendo cada vez más larga: semillas, arados, carretas, canoas… Regresar de Washington les causó más problemas de los que hubieran esperado, pues por el camino los asaltaron los caminantes y uno de los chicos de Hilltop perdió la vida. Mientras Maggie y su gente regresaba a la colina, el resto de la comitiva pasó primero por el Santuario para llevar provisiones y artilugios necesarios. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤCaía la tarde y, mientras los recién llegados se entretenían en las muchas labores que había por hacer en el Santuario, Ezekiel optó por salir un momento a tomar aire fresco al exterior. Dejó que la brisa cálida de finales de verano acariciase su rostro. El Rey apoyó sus brazos cruzados sobre la barandilla de la plataforma desde que la Negan solía dar sus discursos a los salvadores del patio. Y sonrió. Porque por fin parecía que el mundo comenzaba a girar en la dirección correcta. A pesar de que Carol había rechazado su petición de matrimonio y, a pesar de que habían perdido a un chico en la expedición. Aun así, el Rey sonreía. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤInspiró profundamente observando el anillo de pedida que le había ofrecido a Carol y con una expresión optimista en el rostro lo guardó en el bolsillo de su camisa. En ese momento escuchó algunos jadeos provenientes de un lugar cercano, tras el muro este de la fábrica. Asi que, descendió los peldaños de cemento y caminó con cierta incertidumbre sin saber qué encontraría al otro lado. Hasta que, al doblar la esquina escuchó un cuchillo caer y una maldición murmurada entre dientes. Frunció sus cejas un segundo antes de descubrir una cabellera pelirroja meciéndose al mismo tiempo que su propietaria parecía golpear uno de esos trastos de entrenamiento de kickboxing que solía haber en los gimnasios. Probablemente había sido colocado allí por Justin, uno de los Salvadores que más guerra parecía darle a Daryl. ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤApoyó un hombro contra la pared y se cruzó de brazos observando a la joven fémina. La conocía. No había intercambiado demasiadas palabras con ella… Pero la recordaba… La recordaba del día en que los lideres de las comunidades acompañaron al Santuario a los Salvadores supervivientes. Se llamaba Frankie y había sido una de las esposas de Negan. Menudo cretino. -Seria más eficaz si tuvieras alguien con quien entrenar, eso es lo que digo siempre… -comentó con cierto aire divertido- Si no, nunca sabrás cuando estás preparada… #Personajes3D #3D #Comunidad3D #StarterRol
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  • Aroma a Mandarina
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    "Mira, es la primera de la temporada. ¿Quieres que la comamos juntas?"

    La infancia de una niña huérfana era complicada. Sobre todo, de una que creció en un cabaret.

    Irene Graves escogió su nombre ella misma. Lo vio en una película sobre mujeres que cantaban y bailaban, llevando alegría a los demás. Irene, el nombre de la protagonista... usarlo la hacía sentir como si pudiera hacer todo eso y mucho más. Como si, igual que ella, fuese capaz de repartir amor, espectáculo, alivio a quienes lo necesitaban.

    Irene no escogió el lugar donde creció, pero de haber podido, no hubiese sido uno diferente. El terciopelo carmesí que apoyó sus primeros pasos, el aroma a colonia, el brillo del neón... no hubo un día, no hubo uno solo, que no fuera mágico. Hasta el día de hoy, seguía provocando el mismo sentimiento.

    "Tengo suerte", decía. "Tengo suerte de haber terminado aquí."

    Era normal que la miraran con extrañeza. ¿Una niña que creció en un cabaret? Los prejuicios, las burlas, los preconceptos eran la orden de su día a día. Pero ella nunca permitió que eso dejara de hacerla sonreír.

    Aunque nunca fuese muy popular con los de su edad, claro. Hasta el día en que la conoció a ella.

    "¡Comer la primera de la temporada es de buena suerte!"

    Irene nunca había visto un cabello tan bonito. Era un tono como el del cielo en un día nublado. ¡Y sus ojos! Claros con un brillo como el de perlas preciosas.

    Irene supo que quería ser su amiga. Supo que debía ser su primer amiga. Supo, en lo más profundo de su corazón, que tenía que conocerla, guiada por algo que la superaba, y al mismo, por algo increíblemente simple.

    "Te atrapé", le dijo, con una risa traviesa. "Si compartimos la primera mandarina del año, significa que ya no puedes alejarte de mí. ¡Tienes que quedarte conmigo para siempre!"

    Se lo inventó, por supuesto. La reacción en la niña del cabello blanco fue la más graciosa, y la más adorable que hubiera visto jamás. ¡Se lo creyó todo!

    Todo, cada palabra... Como si de los labios de Irene sólo pudieran salir dogmas inquebrantables, ella siempre la escuchaba.

    Ella siempre escuchaba a la niña que sólo servía para escuchar a los demás.

    Y por eso, Irene la amaba.

    Irene amaba a la niña del cabello blanco más que nada en el mundo. Y eso que Irene amaba muchas cosas.

    Irene amaba a Perle Noir. Irene amaba a su compañeros, a sus clientes, sus confidentes, sus amigos. Irene amaba darle alegría a los demás a través del arte que hacía con su ser entero.

    Irene amaba el amor. Estaba fascinada con el acto tan intenso y puro que era el amar, con la fuerza transformadora e implacable que podía llegar a ser.

    Y, aún así, Irene no amaba nada ni a nadie más que a la niña que compartió la primer mandarina de la temporada con ella, ese día de otoño.

    Y la amaba tanto, que no le importó saber que esa niña terminaría con su vida.

    Porque lo sabía. Lo supo desde el momento en el que la vio, y también sabía que la niña del cabello blanco estaba enterada de eso. Del destino desgarradoramente cruel que se había elegido para ambas.

    Irene sabía, también, de todas las cosas que la niña del cabello blanco había hecho para intentar cambiarlo. De la forma en la que había desafiado al tiempo mismo, a cada precepto del universo. Lo sabía, y la amaba por eso.

    Pero también sabía que, desgraciadamente, no era suficiente.

    Pero la amaba. A pesar de todo, y debido a todo, la amaba. La amaba más de lo que podían expresar las palabras. Y si su vida tenía que terminar gracias a esas manos... estaba bien.

    Estaba bien. No era algo malo. Porque pudo conocerla. Porque tuvo una vida llena de alegría gracias a ella. ¿Podía atreverse a pedir más? ¿Podía una niña huérfana que sólo quería compartir una mandarina tener una aspiración más grande, que morir a manos de quien amaba?

    Pedir más hubiera sido un crimen. Así que lo aceptó. Lo aceptó desde el primer momento, y vivió cada día sabiendo que su vida no sería larga.

    Sabiendo que cada oportunidad de amar que desperdiciara, podría ser la última.
    "Mira, es la primera de la temporada. ¿Quieres que la comamos juntas?" La infancia de una niña huérfana era complicada. Sobre todo, de una que creció en un cabaret. Irene Graves escogió su nombre ella misma. Lo vio en una película sobre mujeres que cantaban y bailaban, llevando alegría a los demás. Irene, el nombre de la protagonista... usarlo la hacía sentir como si pudiera hacer todo eso y mucho más. Como si, igual que ella, fuese capaz de repartir amor, espectáculo, alivio a quienes lo necesitaban. Irene no escogió el lugar donde creció, pero de haber podido, no hubiese sido uno diferente. El terciopelo carmesí que apoyó sus primeros pasos, el aroma a colonia, el brillo del neón... no hubo un día, no hubo uno solo, que no fuera mágico. Hasta el día de hoy, seguía provocando el mismo sentimiento. "Tengo suerte", decía. "Tengo suerte de haber terminado aquí." Era normal que la miraran con extrañeza. ¿Una niña que creció en un cabaret? Los prejuicios, las burlas, los preconceptos eran la orden de su día a día. Pero ella nunca permitió que eso dejara de hacerla sonreír. Aunque nunca fuese muy popular con los de su edad, claro. Hasta el día en que la conoció a ella. "¡Comer la primera de la temporada es de buena suerte!" Irene nunca había visto un cabello tan bonito. Era un tono como el del cielo en un día nublado. ¡Y sus ojos! Claros con un brillo como el de perlas preciosas. Irene supo que quería ser su amiga. Supo que debía ser su primer amiga. Supo, en lo más profundo de su corazón, que tenía que conocerla, guiada por algo que la superaba, y al mismo, por algo increíblemente simple. "Te atrapé", le dijo, con una risa traviesa. "Si compartimos la primera mandarina del año, significa que ya no puedes alejarte de mí. ¡Tienes que quedarte conmigo para siempre!" Se lo inventó, por supuesto. La reacción en la niña del cabello blanco fue la más graciosa, y la más adorable que hubiera visto jamás. ¡Se lo creyó todo! Todo, cada palabra... Como si de los labios de Irene sólo pudieran salir dogmas inquebrantables, ella siempre la escuchaba. Ella siempre escuchaba a la niña que sólo servía para escuchar a los demás. Y por eso, Irene la amaba. Irene amaba a la niña del cabello blanco más que nada en el mundo. Y eso que Irene amaba muchas cosas. Irene amaba a Perle Noir. Irene amaba a su compañeros, a sus clientes, sus confidentes, sus amigos. Irene amaba darle alegría a los demás a través del arte que hacía con su ser entero. Irene amaba el amor. Estaba fascinada con el acto tan intenso y puro que era el amar, con la fuerza transformadora e implacable que podía llegar a ser. Y, aún así, Irene no amaba nada ni a nadie más que a la niña que compartió la primer mandarina de la temporada con ella, ese día de otoño. Y la amaba tanto, que no le importó saber que esa niña terminaría con su vida. Porque lo sabía. Lo supo desde el momento en el que la vio, y también sabía que la niña del cabello blanco estaba enterada de eso. Del destino desgarradoramente cruel que se había elegido para ambas. Irene sabía, también, de todas las cosas que la niña del cabello blanco había hecho para intentar cambiarlo. De la forma en la que había desafiado al tiempo mismo, a cada precepto del universo. Lo sabía, y la amaba por eso. Pero también sabía que, desgraciadamente, no era suficiente. Pero la amaba. A pesar de todo, y debido a todo, la amaba. La amaba más de lo que podían expresar las palabras. Y si su vida tenía que terminar gracias a esas manos... estaba bien. Estaba bien. No era algo malo. Porque pudo conocerla. Porque tuvo una vida llena de alegría gracias a ella. ¿Podía atreverse a pedir más? ¿Podía una niña huérfana que sólo quería compartir una mandarina tener una aspiración más grande, que morir a manos de quien amaba? Pedir más hubiera sido un crimen. Así que lo aceptó. Lo aceptó desde el primer momento, y vivió cada día sabiendo que su vida no sería larga. Sabiendo que cada oportunidad de amar que desperdiciara, podría ser la última.
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  • "Mi cabeza"
    Es lo único que piensa al amanecer, con una mano acariciando su propia cabeza para aliviar la presión que siente en su cráneo

    "Al menos podré descansar ahora"
    Chroma está sentado sobre una torreta de lo que alguna vez fue un tanque de guerra, aunque recuerda que sus tiradores eran excepcionalmente buenos porque buscan con sus disparos la cabeza de Chroma y de ahí el dolor de cabeza en Hayden.
    "Mi cabeza" Es lo único que piensa al amanecer, con una mano acariciando su propia cabeza para aliviar la presión que siente en su cráneo "Al menos podré descansar ahora" Chroma está sentado sobre una torreta de lo que alguna vez fue un tanque de guerra, aunque recuerda que sus tiradores eran excepcionalmente buenos porque buscan con sus disparos la cabeza de Chroma y de ahí el dolor de cabeza en Hayden.
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  • Sí debía de ser sincera, le hubiera gustado poder posponer por mucho más tiempo todo aquello y no precisamente por que le doliera o no quisiera dar ese paso, finalmente, era algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo. Pero el tener que verbalizarlo, enfrentarse a él y a su opinión... No era fácil.

    Llevaba la correa de Artto en la mano, después de terminar de sacar y limpiar toda su madriguera, la peliverde había dado un último paseo con él. Cuando por fin le retiró el collar improvisado y quedó sin correa, el bichejo tardó un momento en entender que pasaba. Fue una despedida corta, el lagarto se perdió rápidamente entre las dunas.

    Nelliel se dijo que tenía que asegurarse que no le pasaría nada, simple excusa para no tener que regresar todavía al palacio. Ya no tenía nada más que hacer ahí. Hueco Mundo ya no significaba nada para ella, ni tampoco sentía ya conexión con aquella arena. Era momento de dejarlo todo atrás.

    MIentras sus pasos se dirigían de nuevo a Las Noches, el peso que se había ido en cuanto tomó la decisión de irse poco a poco se fue instalando de nuevo, aunque esta vez, reconocía la diferencia; no era cansancio, era miedo. Le tenía un temor atroz a lo que tenía que hacer. En Hueco Mundo nunca había terminado de sentirse aceptada, incluso cuando no conocía más, sin embargo, admitía que lo más parecido que había tenido a un momento de felicidad había sido con el peliazul.

    Inspiró hondo, una vez parada frente a la puerta de su habitación. Sí, Huco Mundo ya no era su hogar y ya no significaba nada, pero él seguía siendo su compañero, por más distancia que pusieran, por más que su relación se haya fracturado. Tocó un par de veces la puerta, tragando saliva.

    — ¿Grimmjow?

    Grimmjow Jaegerjaquez
    Sí debía de ser sincera, le hubiera gustado poder posponer por mucho más tiempo todo aquello y no precisamente por que le doliera o no quisiera dar ese paso, finalmente, era algo que quería hacer desde hacía mucho tiempo. Pero el tener que verbalizarlo, enfrentarse a él y a su opinión... No era fácil. Llevaba la correa de Artto en la mano, después de terminar de sacar y limpiar toda su madriguera, la peliverde había dado un último paseo con él. Cuando por fin le retiró el collar improvisado y quedó sin correa, el bichejo tardó un momento en entender que pasaba. Fue una despedida corta, el lagarto se perdió rápidamente entre las dunas. Nelliel se dijo que tenía que asegurarse que no le pasaría nada, simple excusa para no tener que regresar todavía al palacio. Ya no tenía nada más que hacer ahí. Hueco Mundo ya no significaba nada para ella, ni tampoco sentía ya conexión con aquella arena. Era momento de dejarlo todo atrás. MIentras sus pasos se dirigían de nuevo a Las Noches, el peso que se había ido en cuanto tomó la decisión de irse poco a poco se fue instalando de nuevo, aunque esta vez, reconocía la diferencia; no era cansancio, era miedo. Le tenía un temor atroz a lo que tenía que hacer. En Hueco Mundo nunca había terminado de sentirse aceptada, incluso cuando no conocía más, sin embargo, admitía que lo más parecido que había tenido a un momento de felicidad había sido con el peliazul. Inspiró hondo, una vez parada frente a la puerta de su habitación. Sí, Huco Mundo ya no era su hogar y ya no significaba nada, pero él seguía siendo su compañero, por más distancia que pusieran, por más que su relación se haya fracturado. Tocó un par de veces la puerta, tragando saliva. — ¿Grimmjow? [6espada]
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  • 𝙰𝚜 𝚋𝚊𝚓𝚘 𝚕𝚊 𝙼𝚊𝚗𝚐𝚊
    Categoría Ciencia ficción
    » Irina

    ──────────────────────────

    [𝙰ñ𝚘 𝟸𝟶𝟻𝟻 - 𝙿𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘]

    Estaban tardando demasiado. Los experimentos no daban buenos resultados, no inmediatos. El tiempo se estaba acabando. Sin importar cuánto lo intentaron, el apresurar la reestructura del ADN humano de forma artificial terminaba en desastre y muertes.

    Habían comenzado con el Proyecto Evol, buscando hacer que las personas se adaptaran con facilidad al entorno; que las enfermedades y discapacidades se eliminaran. El mundo se estaba contaminando demasiado rápido: radiación, smog, deshechos, todo acumulándose de forma tal que la Tierra no daba abasto para poder purificar lo poco que podía. La vida iba a terminar más pronto de lo que calcularon.

    Criogenización. Esa fue la respuesta. Aquellos que contaban con los recursos, quienes eran “importantes” pudieron obtener el beneficio de pausar el tiempo en sus cuerpos y despertar cuando se haya encontrado una buena solución. Por supuesto que la élite estuvo de acuerdo.

    Así comenzaron, durmiendo a cada quien en lo más profundo de los laboratorios mientras seguían experimentando con voluntarios que apenas tenían recursos (claro que usarían a los “menos importantes”).

    Con el paso del tiempo, también encontraron la solución para purificar ciertas zonas y mantenerlas estables. Justo por eso, quienes podrían vivir allí se llamaban Estables. Valga la redundancia.

    Semi Esferas gigantes. Allí el aire no estaba contaminado, allí los pulmones dejaban de arder, se sentía más liviano, la naturaleza podía continuar. Un verde muy hermoso. Animales aún resistiendo. Humanos nuevos. NeoHumanos.

    La A.I.C.B., corporación esponsoreada por aquellos con más dinero, fue quien encontró todas las soluciones, quien comenzó a tener el control sobre el mundo. Una organización supranacional. Tuvo el “honor” de renombrar: los países y ciudades dejaron de tener nombre, ahora solo eran sectores. Las zonas seguras se llamaron Zonas Blancas. Luego estaban las Grises, allí donde estaban las fábricas y los trabajadores aún de clase media; Zonas Negras, donde iban los errores, los Desviados (donde la adaptación se fue a un extremo), algunos muriendo por la misma contaminación y radiación o por sus propias mutaciones, otros sobreviviendo a duras penas. Esas zonas eran ideales para la A.I.C.B.: sus fuerzas armadas se llevaban a los Desviados o los eliminaban directamente sin testigos.

    La ilusión de la buena vida se creó. Habían sido salvados. Pero se ocultó mucha información. A nadie iba a importarle, eso creyeron.

    ──────────────────────────


    [𝙰ñ𝚘 𝟸𝟷𝟾𝟽 - 𝙿𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚎]

    Los herederos de los NeoHumanos continuaron un linaje de adaptación, pero los Desviados también siguieron apareciendo. Portadores de fallas en el gen humano que debían ser eliminados para mantener la “pureza”.

    Tenían a alguien que podría hacerles un gran favor. Los de la élite ayudaron a que una persona en específico pudiera mantenerse en la criogenización. 𝙸𝚛𝚒𝚗𝚊. Alguien muy particular debido a su don de viajar al pasado. La mantuvieron en secreto hasta que decidieron que era tiempo de utilizarla. Así, la despertaron.

    Tuvieron que mantenerla al tanto para que comprendiera, pero solo lo justo y necesario. Luego le dieron objetivos. Pero claro, antes de enviarla al pasado, tenían que asegurarse que seguía siendo eficiente.

    Infiltrados, personas que, o eran familiares de Desviados, o quienes participaron en diferentes proyectos que decidieron no querían continuar con tanta crueldad y, en cambio, empezaron a ayudar a los errores. Esas personas debían ser eliminadas.

    —Si encuentras al Sujeto 0 no lo elimines. Trata de traerlo de vuelta. Sin embargo… si da muchas complicaciones, entonces tienes permiso de asesinarlo. —la última orden antes de dejarla salir. Le habían entregado un equipo especial para poder caminar en las Zonas Negras sin tener que preocuparse por quemar sus pulmones o que su piel se deshaga en cuestión de minutos. Además, también le agregaron el gen artificial para que pudiera adaptarse.
    » [Irin4] ────────────────────────── [𝙰ñ𝚘 𝟸𝟶𝟻𝟻 - 𝙿𝚊𝚜𝚊𝚍𝚘] Estaban tardando demasiado. Los experimentos no daban buenos resultados, no inmediatos. El tiempo se estaba acabando. Sin importar cuánto lo intentaron, el apresurar la reestructura del ADN humano de forma artificial terminaba en desastre y muertes. Habían comenzado con el Proyecto Evol, buscando hacer que las personas se adaptaran con facilidad al entorno; que las enfermedades y discapacidades se eliminaran. El mundo se estaba contaminando demasiado rápido: radiación, smog, deshechos, todo acumulándose de forma tal que la Tierra no daba abasto para poder purificar lo poco que podía. La vida iba a terminar más pronto de lo que calcularon. Criogenización. Esa fue la respuesta. Aquellos que contaban con los recursos, quienes eran “importantes” pudieron obtener el beneficio de pausar el tiempo en sus cuerpos y despertar cuando se haya encontrado una buena solución. Por supuesto que la élite estuvo de acuerdo. Así comenzaron, durmiendo a cada quien en lo más profundo de los laboratorios mientras seguían experimentando con voluntarios que apenas tenían recursos (claro que usarían a los “menos importantes”). Con el paso del tiempo, también encontraron la solución para purificar ciertas zonas y mantenerlas estables. Justo por eso, quienes podrían vivir allí se llamaban Estables. Valga la redundancia. Semi Esferas gigantes. Allí el aire no estaba contaminado, allí los pulmones dejaban de arder, se sentía más liviano, la naturaleza podía continuar. Un verde muy hermoso. Animales aún resistiendo. Humanos nuevos. NeoHumanos. La A.I.C.B., corporación esponsoreada por aquellos con más dinero, fue quien encontró todas las soluciones, quien comenzó a tener el control sobre el mundo. Una organización supranacional. Tuvo el “honor” de renombrar: los países y ciudades dejaron de tener nombre, ahora solo eran sectores. Las zonas seguras se llamaron Zonas Blancas. Luego estaban las Grises, allí donde estaban las fábricas y los trabajadores aún de clase media; Zonas Negras, donde iban los errores, los Desviados (donde la adaptación se fue a un extremo), algunos muriendo por la misma contaminación y radiación o por sus propias mutaciones, otros sobreviviendo a duras penas. Esas zonas eran ideales para la A.I.C.B.: sus fuerzas armadas se llevaban a los Desviados o los eliminaban directamente sin testigos. La ilusión de la buena vida se creó. Habían sido salvados. Pero se ocultó mucha información. A nadie iba a importarle, eso creyeron. ────────────────────────── [𝙰ñ𝚘 𝟸𝟷𝟾𝟽 - 𝙿𝚛𝚎𝚜𝚎𝚗𝚝𝚎] Los herederos de los NeoHumanos continuaron un linaje de adaptación, pero los Desviados también siguieron apareciendo. Portadores de fallas en el gen humano que debían ser eliminados para mantener la “pureza”. Tenían a alguien que podría hacerles un gran favor. Los de la élite ayudaron a que una persona en específico pudiera mantenerse en la criogenización. 𝙸𝚛𝚒𝚗𝚊. Alguien muy particular debido a su don de viajar al pasado. La mantuvieron en secreto hasta que decidieron que era tiempo de utilizarla. Así, la despertaron. Tuvieron que mantenerla al tanto para que comprendiera, pero solo lo justo y necesario. Luego le dieron objetivos. Pero claro, antes de enviarla al pasado, tenían que asegurarse que seguía siendo eficiente. Infiltrados, personas que, o eran familiares de Desviados, o quienes participaron en diferentes proyectos que decidieron no querían continuar con tanta crueldad y, en cambio, empezaron a ayudar a los errores. Esas personas debían ser eliminadas. —Si encuentras al Sujeto 0 no lo elimines. Trata de traerlo de vuelta. Sin embargo… si da muchas complicaciones, entonces tienes permiso de asesinarlo. —la última orden antes de dejarla salir. Le habían entregado un equipo especial para poder caminar en las Zonas Negras sin tener que preocuparse por quemar sus pulmones o que su piel se deshaga en cuestión de minutos. Además, también le agregaron el gen artificial para que pudiera adaptarse.
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    ¿Eres una persona creativa, detallista y que le encanta desarrollar vínculos complejos en el roleplay? ¡Pues, creo que podríamos hacer match!
    Tanto mi amigo como yo, estamos buscando partner para interpretar a Olivia Hamilton, hermana menor (19 años) de ambos personajes.


    ⋆𐙚 ̊.Detalles del personaje:

    • Edad: 19 años

    • Personalidad: libre interpretación (puede tener matices rebeldes, dulces, misteriosos o reservados, según se acuerde. La idea es que puedas sentirte completamente a gusto con la personalidad del personaje).

    • Contexto: Hermana menor de Ezra Hamilton y Katherine Hamilton, con una relación familiar llena de historia, emociones y matices.
    (Más cuestiones a desarrollar)

    • Ambientación: Moderna / urbana / adaptable al universo del rol.


    ˖᯽ ݁˖Requisitos:

    1. Compromiso con el desarrollo narrativo.

    2. Buena comunicación para coordinar trama y evolución entre los personajes.

    3. Nivel de escritura intermedio a avanzado. No lineas y acciones sin sentido.

    4. FC RECOMENDADA: Jessica Alexander.
    (Cualquier sugerencia o propuesta puede ser conversada)



    Si te interesa dar vida a Olivia y construir una historia con profundidad y química narrativa, envía tu propuesta o ficha breve del personaje.

    Se busca una Olivia con ganas de escribir algo memorable.
    ¿Eres una persona creativa, detallista y que le encanta desarrollar vínculos complejos en el roleplay? ¡Pues, creo que podríamos hacer match! Tanto mi amigo como yo, estamos buscando partner para interpretar a Olivia Hamilton, hermana menor (19 años) de ambos personajes. ⋆𐙚 ̊.Detalles del personaje: • Edad: 19 años • Personalidad: libre interpretación (puede tener matices rebeldes, dulces, misteriosos o reservados, según se acuerde. La idea es que puedas sentirte completamente a gusto con la personalidad del personaje). • Contexto: Hermana menor de Ezra Hamilton y Katherine Hamilton, con una relación familiar llena de historia, emociones y matices. (Más cuestiones a desarrollar) • Ambientación: Moderna / urbana / adaptable al universo del rol. ˖᯽ ݁˖Requisitos: 1. Compromiso con el desarrollo narrativo. 2. Buena comunicación para coordinar trama y evolución entre los personajes. 3. Nivel de escritura intermedio a avanzado. No lineas y acciones sin sentido. 4. FC RECOMENDADA: Jessica Alexander. (Cualquier sugerencia o propuesta puede ser conversada) Si te interesa dar vida a Olivia y construir una historia con profundidad y química narrativa, envía tu propuesta o ficha breve del personaje. 📩 Se busca una Olivia con ganas de escribir algo memorable.
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  • MÓNACO: Un Verano Sin Ti.
    Fandom OC
    Categoría Slice of Life
    ⤷ ゛𝙲𝚑𝚒𝚌𝚊𝚐𝚘 – 𝙻𝚘𝚞𝚒𝚜 𝚃𝚘𝚖𝚕𝚒𝚗𝚜𝚘𝚗 ˎˊ˗

    ᴜꜱꜱᴇʀ ʀᴏʟ:
    ╰─ ─╮
    ˚₊ ˚ ‧₊ .:・˚₊ ˚ ‧╰┈➤ 𝕯𝖊𝖗𝖆𝖓 𝕳𝖊𝖑𝖑

    𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ

    ℰ𝓃𝓉𝓇𝒶𝒹𝒶 𝒹ℯ𝓁 𝒹𝒾𝒶𝓇𝒾ℴ | ᪐ƽ 𝒹ℯ 𝒜ℊℴ𝓈𝓉ℴ

    Si hay algo que extraño de mi niñez, sin duda alguna serían los veranos en Mónaco.

    Había algo casi irreal en esos días —el sol siempre parecía brillar distinto sobre el mar, el aire olía a sal, y el mundo entero se reducía a una sucesión de risas, chapuzones y promesas de que todo sería eterno. Recuerdo las playas, doradas y ruidosas, las caminatas descalza sobre la arena caliente, el sonido de las gaviotas mezclándose con la música que salía desde la terraza de la mansión.

    La casa… Era más que un hogar temporal. Era un escenario de lujo y caos donde cuatro familias se fundían en una sola. Adultos con copas en la mano riendo entre conversaciones interminables, y nosotros, los niños, corriendo entre pasillos que parecían no tener fin. Nos escabullíamos a los cuartos para hacer pijamadas improvisadas, nos escondíamos debajo de las mesas del comedor, inventábamos historias de fantasmas y hacíamos pactos que jurábamos cumplir incluso de adultos.

    No dudaba ni por un segundo que aquellos veranos habían sido los mejores de mi vida.

    O al menos así fueron… Hasta que Deran dejó de ir.

    (…)

    𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ



    ╭┈ • ┈┈┈ 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 ┈┈• ┈╮

    El vuelo privado descendía suavemente entre las nubes, y el murmullo constante de los motores era casi un arrullo más que un ruido. Katherine observaba por la ventanilla, viendo cómo el azul del cielo se deshacía en el horizonte y el mar de Niza se extendía debajo como una seda brillante. Frente a ella, Olivia dormía con la cabeza recostada sobre su hombro, un mechón rebelde pegado a su mejilla. Ezra, en cambio, permanecía al otro lado del pasillo, con un libro abierto.

    Para la joven rubia, aquello no tenía nada de extraordinario. Era lo de siempre: el vuelo privado, los asientos de cuero marfil, las cortinas de lino beige, la bandeja de plata con jugo recién exprimido y los croissants aún tibios. El piloto ya había anunciado que aterrizarían en cuestión de minutos, y ella ni siquiera levantó la vista. Estaba acostumbrada. Ese era el ritmo natural de los Hamilton —una familia para la que el lujo no era un privilegio, sino una costumbre.

    Cuando el avión tocó tierra, el movimiento fue tan suave que apenas se notó. Nini, la niñera, se apresuró a despertar a su hermana menor con una sonrisa, mientras Clara, su madre, revisaba distraídamente su teléfono y Nicolas, su padre, hablaba con uno de los asistentes de vuelo, organizando el siguiente tramo del viaje.

    Apenas descendieron por la escalerilla, el aire cálido del mediodía los envolvió. En la pista privada los esperaba un helicóptero negro con los emblemas dorados de la familia grabados en los costados. Las hélices giraban lentamente, haciendo que los cabellos, castaño claro, de Olivia se levantaran como una corona desordenada.

    El intercambio fue rápido, casi coreográfico. Un asistente tomó las maletas, otro ofreció a Clara su sombrero, y Katherine, con la naturalidad de quien lo ha hecho mil veces, subió al helicóptero sin esperar indicaciones. Ezra la siguió, ajustando su reloj inteligente, el último en el mercado, y detrás de ellos subieron Nini y la pequeña, que aún sostenía un pequeño peluche entre los brazos.

    En cuestión de minutos, las hélices rugieron con más fuerza, y el helicóptero se elevó, dejando atrás el aeropuerto de Niza. Bajo ellos, la costa se desplegaba como un sueño familiar. Katherine apoyó la frente contra el vidrio y vio, a lo lejos, el punto blanco de la mansión, rodeado de jardines y con el mar respirando a pocos metros.

    Otro verano en Mónaco.

    ╰┈ • ┈ 𝙁𝙞𝙣 𝙙𝙚𝙡 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 ┈• ┈╯


    ·༻𝗣𝗥𝗘𝗦𝗘𝗡𝗧𝗘༺·


    Katherine estaba en su despacho, con las mangas de la blusa arremangadas hasta los codos y un mechón suelto cayéndole sobre el rostro. Había pasado la última hora ordenando expedientes y archivando casos viejos en cajas de cartón que ya casi no cabían en la repisa. El sonido del papel y el roce de las carpetas la mantenían concentrada, o al menos lo intentaban.

    La puerta, que permanecía entreabierta, se golpeó suavemente desde el otro lado. La joven abogada alzó la vista justo cuando la figura de Rachel apareció en el marco, recostada con naturalidad, como si el umbral de esa habitación fuese su hábitat natural.

    —¿Vas a invitar a tu hermano? —preguntó con una sonrisa apenas perceptible.

    Katherine suspiró, apoyando el último expediente sobre la mesa. Sabía exactamente a qué se refería.

    —No lo creo. La cena de presentación con papá está bien. —Su voz fue firme, aunque un dejo de duda se coló entre las palabras—. Hace tiempo que no veo a Ezra, sobre todo desde que se fue a Londres. Tal vez deberíamos dejarlo para otra ocasión.

    Rachel asintió despacio, comprendiendo. La pelinegra se acercó un par de pasos, con esa calma suya que contrastaba con la tensión que siempre flotaba en el aire cuando el apellido Hamilton estaba de por medio.

    —¿Tienes algún menú planeado? —preguntó, arqueando una ceja con un tono casi juguetón.

    Katherine la miró, incrédula, como si acabara de escuchar la pregunta más absurda del día.

    —Definitivamente tengo un menú planeado —respondió, dejando el archivo con un golpe seco dentro de la caja—. También tengo los outfits planeados, la decoración de la mesa planeada, y no quiero que ni un puto cubierto esté fuera de su lugar.

    El tono de su voz se endureció al final, cargado de ese perfeccionismo que a veces era su refugio, y otras, su condena.

    Rachel no dijo nada. Solo se acercó hasta quedar frente a ella, tomó su rostro con ambas manos y le dio un beso lento, el tipo de beso que desarma cualquier estructura cuidadosamente construida.

    —Entonces —susurró contra sus labios, con una media sonrisa—, vamos a dar una cena perfecta este sábado.
    ⤷ ゛𝙲𝚑𝚒𝚌𝚊𝚐𝚘 – 𝙻𝚘𝚞𝚒𝚜 𝚃𝚘𝚖𝚕𝚒𝚗𝚜𝚘𝚗 ˎˊ˗ ᴜꜱꜱᴇʀ ʀᴏʟ: ╰─ 👤 ─╮ ˚₊ ˚ ‧₊ .:・˚₊ ˚ ‧╰┈➤ [nova_navy_mouse_914] 𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆🌷͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆🌷͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ ℰ𝓃𝓉𝓇𝒶𝒹𝒶 𝒹ℯ𝓁 𝒹𝒾𝒶𝓇𝒾ℴ | ᪐ƽ 𝒹ℯ 𝒜ℊℴ𝓈𝓉ℴ Si hay algo que extraño de mi niñez, sin duda alguna serían los veranos en Mónaco. Había algo casi irreal en esos días —el sol siempre parecía brillar distinto sobre el mar, el aire olía a sal, y el mundo entero se reducía a una sucesión de risas, chapuzones y promesas de que todo sería eterno. Recuerdo las playas, doradas y ruidosas, las caminatas descalza sobre la arena caliente, el sonido de las gaviotas mezclándose con la música que salía desde la terraza de la mansión. La casa… Era más que un hogar temporal. Era un escenario de lujo y caos donde cuatro familias se fundían en una sola. Adultos con copas en la mano riendo entre conversaciones interminables, y nosotros, los niños, corriendo entre pasillos que parecían no tener fin. Nos escabullíamos a los cuartos para hacer pijamadas improvisadas, nos escondíamos debajo de las mesas del comedor, inventábamos historias de fantasmas y hacíamos pactos que jurábamos cumplir incluso de adultos. No dudaba ni por un segundo que aquellos veranos habían sido los mejores de mi vida. O al menos así fueron… Hasta que Deran dejó de ir. (…) 𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆🌷͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ𓂃˖˳·˖ ִֶָ ⋆🌷͙⋆ ִֶָ˖·˳˖𓂃 ִֶָ ╭┈ • ┈┈┈ 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 ┈┈• ┈╮ El vuelo privado descendía suavemente entre las nubes, y el murmullo constante de los motores era casi un arrullo más que un ruido. Katherine observaba por la ventanilla, viendo cómo el azul del cielo se deshacía en el horizonte y el mar de Niza se extendía debajo como una seda brillante. Frente a ella, Olivia dormía con la cabeza recostada sobre su hombro, un mechón rebelde pegado a su mejilla. Ezra, en cambio, permanecía al otro lado del pasillo, con un libro abierto. Para la joven rubia, aquello no tenía nada de extraordinario. Era lo de siempre: el vuelo privado, los asientos de cuero marfil, las cortinas de lino beige, la bandeja de plata con jugo recién exprimido y los croissants aún tibios. El piloto ya había anunciado que aterrizarían en cuestión de minutos, y ella ni siquiera levantó la vista. Estaba acostumbrada. Ese era el ritmo natural de los Hamilton —una familia para la que el lujo no era un privilegio, sino una costumbre. Cuando el avión tocó tierra, el movimiento fue tan suave que apenas se notó. Nini, la niñera, se apresuró a despertar a su hermana menor con una sonrisa, mientras Clara, su madre, revisaba distraídamente su teléfono y Nicolas, su padre, hablaba con uno de los asistentes de vuelo, organizando el siguiente tramo del viaje. Apenas descendieron por la escalerilla, el aire cálido del mediodía los envolvió. En la pista privada los esperaba un helicóptero negro con los emblemas dorados de la familia grabados en los costados. Las hélices giraban lentamente, haciendo que los cabellos, castaño claro, de Olivia se levantaran como una corona desordenada. El intercambio fue rápido, casi coreográfico. Un asistente tomó las maletas, otro ofreció a Clara su sombrero, y Katherine, con la naturalidad de quien lo ha hecho mil veces, subió al helicóptero sin esperar indicaciones. Ezra la siguió, ajustando su reloj inteligente, el último en el mercado, y detrás de ellos subieron Nini y la pequeña, que aún sostenía un pequeño peluche entre los brazos. En cuestión de minutos, las hélices rugieron con más fuerza, y el helicóptero se elevó, dejando atrás el aeropuerto de Niza. Bajo ellos, la costa se desplegaba como un sueño familiar. Katherine apoyó la frente contra el vidrio y vio, a lo lejos, el punto blanco de la mansión, rodeado de jardines y con el mar respirando a pocos metros. Otro verano en Mónaco. ╰┈ • ┈ 𝙁𝙞𝙣 𝙙𝙚𝙡 𝙁𝙡𝙖𝙨𝙝𝙗𝙖𝙘𝙠 ┈• ┈╯ ·༻𝗣𝗥𝗘𝗦𝗘𝗡𝗧𝗘༺· Katherine estaba en su despacho, con las mangas de la blusa arremangadas hasta los codos y un mechón suelto cayéndole sobre el rostro. Había pasado la última hora ordenando expedientes y archivando casos viejos en cajas de cartón que ya casi no cabían en la repisa. El sonido del papel y el roce de las carpetas la mantenían concentrada, o al menos lo intentaban. La puerta, que permanecía entreabierta, se golpeó suavemente desde el otro lado. La joven abogada alzó la vista justo cuando la figura de Rachel apareció en el marco, recostada con naturalidad, como si el umbral de esa habitación fuese su hábitat natural. —¿Vas a invitar a tu hermano? —preguntó con una sonrisa apenas perceptible. Katherine suspiró, apoyando el último expediente sobre la mesa. Sabía exactamente a qué se refería. —No lo creo. La cena de presentación con papá está bien. —Su voz fue firme, aunque un dejo de duda se coló entre las palabras—. Hace tiempo que no veo a Ezra, sobre todo desde que se fue a Londres. Tal vez deberíamos dejarlo para otra ocasión. Rachel asintió despacio, comprendiendo. La pelinegra se acercó un par de pasos, con esa calma suya que contrastaba con la tensión que siempre flotaba en el aire cuando el apellido Hamilton estaba de por medio. —¿Tienes algún menú planeado? —preguntó, arqueando una ceja con un tono casi juguetón. Katherine la miró, incrédula, como si acabara de escuchar la pregunta más absurda del día. —Definitivamente tengo un menú planeado —respondió, dejando el archivo con un golpe seco dentro de la caja—. También tengo los outfits planeados, la decoración de la mesa planeada, y no quiero que ni un puto cubierto esté fuera de su lugar. El tono de su voz se endureció al final, cargado de ese perfeccionismo que a veces era su refugio, y otras, su condena. Rachel no dijo nada. Solo se acercó hasta quedar frente a ella, tomó su rostro con ambas manos y le dio un beso lento, el tipo de beso que desarma cualquier estructura cuidadosamente construida. —Entonces —susurró contra sus labios, con una media sonrisa—, vamos a dar una cena perfecta este sábado.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me encocora
    Me shockea
    3
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Perdí una noche.
    Una noche perdí.

    Buscando otros brazos, algo que me haga sentir a ti.

    Perdí una noche,
    La cordura que tuve.
    Por aliviar la ansiedad, olvide el té y el pan.

    Busque por doquier, cazando inocentes.
    Lo triste es... que no fue suficiente.

    Fue tonto lo sé, y lo peor es que estaba conciente, pero no era yo... Al final deje aquello, y regrese a mi mente.

    ¿Qué perdida tuve?, que en realidad no tenía nada.
    ¿La cordura fue?
    O quizá solo no quería sentirme desganada.


    Perdí una noche. Una noche perdí. Buscando otros brazos, algo que me haga sentir a ti. Perdí una noche, La cordura que tuve. Por aliviar la ansiedad, olvide el té y el pan. Busque por doquier, cazando inocentes. Lo triste es... que no fue suficiente. Fue tonto lo sé, y lo peor es que estaba conciente, pero no era yo... Al final deje aquello, y regrese a mi mente. ¿Qué perdida tuve?, que en realidad no tenía nada. ¿La cordura fue? O quizá solo no quería sentirme desganada.
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