Malaggar Darkwood nació bajo la sombra eterna de los bosques subterráneos, donde la luz es un lujo y el conocimiento, un arma. A sus 24 años, este elfo oscuro ya era conocido entre los círculos arcanos como un erudito magico, más inclinado a los pergaminos antiguos que a las intrigas de su pueblo.

 

Desde joven mostró una mente afilada y una paciencia poco común. Mientras otros aprendían a blandir dagas, Malaggar memorizaba conjuros olvidados y lenguas muertas. Su magia no era explosiva ni ostentosa: era precisa, tejida con símbolos antiguos y teorías prohibidas. Decía que la verdadera fuerza no estaba en el poder bruto, sino en comprender por qué el mundo obedecía a ciertas leyes.

 

Reservado y observador, viajó a la superficie en busca de grimorios perdidos, ocultando su identidad bajo ropajes discretos. Allí aprendió que el saber también tiene un precio, y que cada hechizo deja una huella en el alma. Aun así, Malaggar continúa su camino, convencido de que algún día reunirá el conocimiento suficiente para romper las cadenas del destino… o reescribirlas a su favor.