Han Kenjiro (韓 健二郎)

 

Alias actual: Ken Han

Epíteto:“El Príncipe sin Sombra del Reino Joseon

Rango: CEO de SUNGROUP Holdings

Origen: Dinastía Joseon, siglo XIX — Corea

Estado actual: Inmortal

Faceclaim: Lee Soo Hyuk

 

 

 

Historia

 

Nacido en los muros del Palacio Gyeongbokgung, segundo hijo del rey, siempre fue la sombra del heredero.

Mientras su hermano soñaba con el trono, Kenjiro soñaba con la luna, con el filo del arco tensándose bajo la oscuridad.

Su destino cambió la noche en que un extranjero naufragó en las costas de Joseon.

La compasión lo mató; la eternidad lo despertó.

Ahora camina entre siglos y ciudades, bajo el nombre de **Ken Han**, como un dios silencioso que observa al mundo marchitarse sin él.

 

Cada cuadro en su galería privada es un espejo de los siglos que ha vivido.

Y cada sonrisa, un eco de las vidas que tomó para seguir existiendo.

 

 

 

Personalidad

 

Frío. Preciso. Sofisticado.

Kenjiro no imita humanidad, la reproduce con una elegancia metódica.

Su encanto no es natural, es aprendido.

Habla con lentitud, como si cada palabra pesara más que un corazón latiendo.

No ama, colecciona.

No sufre, analiza.

Y cuando sonríe, algo muere un poco en quien lo mira.

 

“No temo a la eternidad. La moldeé a mi gusto.”

 

 

 

Curiosidades

 

* Conserva su arco original del siglo XIX, hecho de madera negra y marfil.

* Habla coreano antiguo, japonés, francés y latín.

* Odia los espejos. No porque no se refleje, sino porque sí lo hace.

* Guarda una colección de retratos de las personas que amó y mató.

* Su sangre favorita es la de los artistas. “Sabe a desesperación y sueños no cumplidos.”

 En su corporación, todos lo llaman “Mr. Han”, pero nadie se atreve a mirarlo a los ojos por mucho tiempo.

 

 

 

Relación clave

 

Kiyomi Lee — “El Silencio que Obedece”

Su asistente personal, confidente y sombra.

Convertida en Osaka, 1964.

Ella maneja la prensa, controla el acceso al CEO y elimina curiosidades peligrosas con encanto letal.

Es la única que lo ha visto débil, y la única que sigue viva para contarlo.

Entre ellos existe una devoción antigua, un lazo que mezcla obediencia, deseo y un respeto que roza lo divino.