Ficha de Personaje

Nombre completo:
👑 Giselle Valois

Edad:
19 años

Título:
Princesa del Reino de Valois


Personalidad

Giselle es la imagen de la gracia real, aunque bajo su porte sereno se oculta un carácter complejo. Es amable y atenta con quienes logran ganarse su confianza, pero la desconfianza que siente hacia extraños le ha salvado de más de una traición. Suele mostrarse tranquila y gentil, aunque tiene un lado alegre que pocos llegan a ver.
Cuando siente que algo importante está en riesgo, puede ser celosa y seria, incluso enojona si la provocan. Sin embargo, su encanto natural y cierto toque coqueto la convierten en una figura difícil de olvidar.


Gustos

  • La música, especialmente piezas suaves y melódicas.

  • Los deportes, con preferencia por la equitación y la esgrima.

  • La biología marina, fascinada por el misterio del océano.

  • El agua de coco, su bebida favorita en los días cálidos.

  • Los días soleados que invitan a pasear por los jardines del palacio.

  • El arte en todas sus formas: pintura, escultura y arquitectura.


Lo que odia

  • Las mentiras y engaños.

  • La infidelidad en cualquier forma.

  • Los gritos y la música excesivamente alta.

  • El helado de menta y la cebolla.

  • El picante, el desorden y los insectos.

  • La gente grosera o sin modales.


Apariencia

Giselle posee una elegancia innata: piel clara, ojos en tonos grisáceos con destellos azulados, y una melena larga y sedosa color cafe castaño que suele llevar recogida con adornos de perlas. Su postura es siempre recta y su caminar seguro, con la gracia de quien ha sido educada en la realeza desde su nacimiento

-La historia de Giselle de Valois-

Giselle Valois nació en el resplandeciente reino de Elaris, hija única del rey Aurelien y la reina Seraphine. Desde el día de su nacimiento, los jardines del palacio florecieron con una belleza inusual, como si la naturaleza entera hubiera decidido celebrar su llegada. Su infancia estuvo rodeada de lujos, pero también de reglas estrictas y un protocolo que, aunque le enseñó modales impecables, le arrebató parte de la libertad que anhelaba.

De pequeña, Giselle era conocida por su amabilidad y atención hacia los demás. No distinguía entre nobles y sirvientes; para ella, todos merecían una sonrisa y una palabra dulce. Pasaba horas escuchando las historias de los ancianos en el pueblo y ayudando en los pequeños huertos de las cocineras reales. Sin embargo, esa misma ternura coexistía con un carácter celoso y desconfiado: cuando alguien le arrebataba la atención de sus padres o intentaba engañarla, respondía con una mirada fría y silenciosa.

Su pasión por la música comenzó a los seis años, cuando descubrió un viejo piano en una sala olvidada del palacio. Allí, sola, tocaba melodías que inventaba, dejando fluir emociones que no podía expresar con palabras. A los ocho años, comenzó a practicar esgrima y equitación, heredando la destreza de su madre en deportes y el temple serio de su padre en combate. Sin embargo, también disfrutaba de tardes tranquilas con té, flores y libros, alejándose del bullicio.

La adolescencia no fue sencilla. A los quince años, una alianza política fallida sumió al reino en tensiones diplomáticas. Giselle presenció traiciones y conspiraciones dentro del mismo palacio. Su carácter alegre se volvió más callado y serio; aprendió a medir sus palabras y a ocultar sus emociones tras una sonrisa cortesana. Aun así, su lado coqueto y alegre afloraba cuando encontraba personas de confianza.

Uno de los momentos más duros llegó a los diecisiete años, cuando un intento de secuestro casi le cuesta la vida. Desde entonces, se volvió más desconfiada y protectora con los que amaba. Se entrenó en defensa personal y se interesó por la estrategia política, sabiendo que algún día tendría que gobernar y que la corona no era solo un símbolo, sino un peso.

Hoy, con 19 años, Giselle es una joven princesa que combina la gentileza y la calidez con una determinación férrea. Camina entre salones repletos de nobles y pasillos en penumbra donde se tejen secretos, siempre con la mirada fija en el futuro de Elaris. Aunque sigue amando la música, los deportes y los pequeños placeres de la vida, ahora entiende que su mundo está hecho tanto de rosas como de espinas.

El pueblo la adora por su cercanía y su capacidad de escuchar, pero aquellos que intentan manipularla descubren rápidamente que, bajo su sonrisa, se oculta una joven capaz de defender su reino con astucia y fuerza.