Nathia Froid, una mujer francesa y albina, con su pelo blanco que relucía contra el sol y unos ojos oscuros que brillaban contra la luna, se encontraba caminando por las calles de un pueblito de Canadá, ya que había llegado hace poco desde New York, pues ella era una asesina pero también una empresaria, en ese lugar tenía un encargo, habían secuestrado a una niña y debía matar a los hombres y traerla a salvó a un lugar restringido, el día estaba nublado, iba a llover seguro, y así fue, una gota cayo sobre su pelo y siguió hasta su frente, dónde notó que poco a poco la lluvia caía con más fuerza y cantidad, camino un poco más rápido, con su vestido negro y su abrigo marrón, combinando con unos tacones que rezonaban en las calles vacías de por ahí, se detuvo detrás de un árbol, pero alguien la agarró del brazo ella repentina mente abrió los ojos. - ¿¡Uh!?, ¿Que haces? - Vio a una persona con su mano agarrando firme su brazo, no sabía quién era ni que quería, quizá unx de los trabajadores de dónde tenía que rescatarla, agarre su mano y hice un movimiento veloz y ágil, haciendo que esa persona callera al suelo.