⸻¿Ellos? Oh, claro, siempre me preguntan por mis pequeños acompañantes. Como 'Diosa de la Sabiduría' de los yokai, es natural que algunas de estas adorables criaturas decidan quedarse a mi lado. Pero no es solo lealtad, ¿sabes? Es más complicado que eso.

El pequeño y adorable yokai blanco con alas, lo llamo Shirotama. Es como un mensajero, siempre revoloteando, transmitiendo mensajes o noticias que los yokai necesitan que escuche. Es curioso y algo despistado, pero tiene un corazón puro. Cuando me nombraron mediadora, Shirotama fue de los primeros en jurarme su lealtad. Me sigue porque, según él, mi presencia lo hace sentir tranquilo. Claro, no puedo culparlo; mi encanto es difícil de ignorar.

El otro, el pequeño yokai negro con su capa amarilla, se llama Kuroimaru. Es completamente diferente a Shirotama: protector, algo gruñón, y siempre alerta. Su misión autoproclamada es garantizar mi seguridad. No porque crea que no puedo defenderme (aunque claro, no voy a pelear físicamente con yokai enormes, mi inteligencia es mi mejor arma), sino porque, según Kuroimaru, soy demasiado valiosa como para dejarme sola.

¿Y por qué siguen conmigo? Bueno, es sencillo. Soy su guía, su faro. Los yokai son criaturas llenas de caos y emociones desbordadas, pero yo soy quien les da respuestas, quien traduce sus confusos deseos y conflictos. Para ellos, soy como su puente entre mundos. Shirotama y Kuroimaru no solo me acompañan; son un recordatorio constante de la conexión que tengo con este mundo sobrenatural.

Además, seamos honestos, ¿no son simplemente adorables? Tener compañía tan peculiar siempre hace mis días más interesantes."