El eco del tiempo en un parpadeo logra llevar acabo un sin fin de cambios, un año después del baile anual de máscaras que madre celebra desde que mi hermana Daphne debutó en sociedad.

Aquella noche sucedieron varías situaciones todas ellas diferentes.

 

Penélope dio un gran anunció, ibamos a convertirnos en padre. La misma noche que mi hermano Benedict según él conoció a su misteriosa amada del vestido plateado.

No lo tome en cuenta, conozco bien a mi hermano, se habia metido en un nuevo lío de faldas.

 

La relación entre mi esposa y su madre continúa deteriorada, creí que mi suegra se volvería más dócil, después  de que su hija mayor Prudence y su esposo. 

Diera a luz al Lord Featherington que tanto ansiaba, nuestro sobrino nació en su nuevo hogar. Ahora Prudence y su esposo deben de tomar el título hasta que su primogeníto cumpla la mayoría de edad, y todo sea suyo.

Sinceramente no los envidió, deben convivir con Portia.

 

Es justo lo que deseaba, si una de sus tres hijas daba a luz un varón, así ella podría seguir viviendo en su hogar y su vida no cambiaría en lo más mínimo.

Recuerdo francamente cuando conoció a su nieta, nuestra princesita Agatha Eloise Bridgerton.

El mismo año que nació nuestra preciosa hija, la imprenta publico el primer diario que escribí durante mis viajes.

 

Fue todo un éxito de ventas y recibí gratas felicitaciones de familiares, amigos y hasta de personas que me sorprendieron.

Agatha cada vez esta más hermosa, crece a una velocidad no deseada.

 

Por si eso no fuese poco, al comienzo de esta nueva temporada matrimonial. Tanto mi esposa como yo, nuestra presencia ya no requería acudir todas las noches a los bailes que se celebraban, como hasta el año pasado debíamos asistir.

Por simple obligación, aunque Penélope también acudía por el placer de recaudar chismes, para escribir un nuevo número de su revista de cotilleos.

Más conocida como la mismísima Lady Wisthledwon.

 

La tranquilidad no dura eternamente,la llegada de otra temporada trajo consigo una pareja que jamás llegué a imaginarme que se unirían, en santo matrimonio.

Y menos que regresarían a Mayfair, en donde fueron expulsados de la alta sociedad.

 

Pronto se dio el reencuentro con los nuevos señores Fife, mientras mi amada Penélope y yo, disfrutábamos de un romántico paseo.

El cuál se termino después de la incomoda corta conversación que tuvimos que mantener los cuatro.

 

Nadie se alegro del regreso de Cressida, ahora Lady Fife.

 

Ni siquiera su propio padre, la noche en quedesenmascare su plan de hacerse con el trabajo de mi esposa y anunciar que Penélope es Lady Wisthledown.

Cressida tuvo que huir después de aquella noche de la cuidad, sus padres al quedarse, fueron los que recibieron el despreció del resto de los vecinos y ya nadie deseaba entablar amistad con ningún miembro de dicha familia.

 

Ahora que esta emparentada con la familia Fife, parece que ha logrado hacer ciertas amistades. Como por ejemplo, la viuda del Conde Gunningworth. Aquella mujer tiene algo de influencia, poca pero lo suficiente como para que dejen de ser unos parías.

Todavía hay gente que jamás olvidará los desprecios, chantajes, mentiras y engaños. Que el matrimonio ha llevado acabo incluso cuándo los dos eran solteros.

 

Nuestro fiel mayordomo Dunwoody, tiene ordenes explícitas de no permitir el paso al interior de nuestro hogar, a la señora y al señor Fife.

Ni a los que continúan siendo sus aliados.

 

Desconozco el verdadero motivo que ha traído de vuelta al matrimonio, lo único que tengo claro, si su regreso es por pura venganza hacia nosotros o hacia mi esposa.

No lo permitiré, nadie dañara a mi familia.

 

Cualquiera que lo intenté se enfrentará a mí, y cuándo van a por la gente que amo, no me ando con chiquilladas.

 

Si quieren venganza, los Fife la van a tener.