Se han dicho tantas cosas sobre mí que he llegado a un punto en el que ni yo mismo sé qué es verdad y que no, es como sí, de alguna manera, yo mismo me hubiera creído todo lo que se dice de mí, lo bueno y lo malo, sin querer, me perdí a mí mismo buscándome en los demás aunque la realidad es que tampoco ahí estaba. No existía en los demás, no existía en su memoria, no existía en su mundo, entonces, ¿quién era yo?, ¿qué era yo?, al final del día no era nada, no era nadie.
"Eres bueno castigando a las almas que han rechazado el amor de nuestro padre", "(...) esto es lo que eres, Lucifer", "¡Maldito seas lucero del alba, maldito seas por siempre!", tantas...palabras, tanto ruído...
"Estrella de la mañana, estás perdonado", "ángel caído, ceniza sobre la tierra, estás redimido", "ángel caído, estrella del alba, tú eres amado"... ¿perdonado?, ¿redimido?, ¿amado?...
Dicen que los villanos no nacen, sino que son creados...¡y que razón tienen!, la mayoría de las cosas malas que existen en el universo no nacieron malas, no fueron diseñadas para el mal, fueron el tiempo, las circunstancias, las heridas, el ambiente...una mezcla de todo eso lo que transformó una hermosa flor en una venenosa planta, lo mismo pasa con los seres, no importa qué tan bueno seas, siempre puedes caer.
Yo no era malvado, no era, como muchos dicen, un ángel sobervio y deseoso de ocupar el lugar del Gran Señor, yo no deseaba ser Dios, ni pretendía ser más que él o desobedecerle, jamás por mi mente cruzó que algún día, sería yo quien traería el caos y el miedo al hogar que padre había creado para nosotros, jamás pensé que mi nombre habría de ser invocado con temor, con asco, con desprecio, nunca en mi mente existió la posibilidad de convertirme en la epítome de todo lo malo, cruel, soez y vulgar...yo era un ángel, el más hermoso de todos, el favorito de mi padre...y al final, acabé en la nada...perdido...
¿En qué me equivoqué?, ¿cuál fue ese terrible delito que cometí que ameritó semejante sentencia?, ¿que hice para merecer tanto odio y desprecio?, aún no lo sé, día, tras día, noche tras noche, hora tras hora a lo largo de eones y eones me he hecho esas preguntas tratando de saber, de entender, ¿qué hice mal?, pero no hay respuesta, la misma voz que me maldijo es incapaz de responderme...el mismo que me sentenció es incapaz de decirme el delito por el que fuí condenado...
Pensar en el pasado me llena de dolor, de amargura, de enojo, de tristeza, porque nada de lo que sucedió debió ser así...nada.
¿Quieres que te cuente una historia?
Mi...situación, no es desconocida para prácticamente nadie porque todo el mundo ha vivido escuchando la historia contada por mi padre y mis hermanos, misma que ha sido perpetuada a lo largo de los milenios por el estúpido grupo de fanáticos hipócritas que adoran a mi padre, pero no es del todo cierta, como en todo, hay matices, no hay una sola historia que sea totalmente negro o totalmente blanco, que no tenga un poco de color, además, no siempre la cuentan completa.
La historia cuenta que inicié el levantamiento contra el Gran Señor del Cielo por soberbia, por enojo, por desear ser él, y en alguna medida hay cierta verdad en ello, pero no fue el motor de la rebelión...porque ni siquiera debió llegar a tanto, en realidad yo no creo que haya sido un acto de soberbia en su totalidad, hubo algo aún más poderoso: amor.
Los hechos, rara vez los cuentan los vencidos, casi siempre, o mejor dicho, siempre, los cuentan los vencedores es como si...al derrotarte, te quitaran incluso el derecho a contar tu parte de la verdad. Y sí, sé que ahora mismo se pueden estar preguntando: ¿pero es que acaso un demonio puede sentir amor?, y la respuesta es sí, puedo sentir amor, no olviden que no siempre fuí un demonio, de hecho no existían los demonios hasta que yo fuí expulsado y condenado.
Como saben, yo era el favorito de mi padre, o al menos eso decía él, era de los más jóvenes en la corte y era ligeramente complicado de tratar, demasiado curioso, demasiado ansioso por saberlo todo, por conocer todo, por entender, a diferencia de mis hermanos que, en su mayoría, se conformaban con lo que nuestroo amado padre y creador les mostraba, mi padre, cansado de mí, le pidió a mi hermano mayor, el más formidable de sus guerreros y el más hermoso de sus hijos que cuidara de mí, que me enseñara y me guiara, no sé qué tan buena idea fue eso a la larga...dicen que el gran pepino en el cielo siempre actúa por algo pero creo que a veces sólo improvisa, y esta, fue una de sus improvisaciones que peor salieron.
Miguel era amable conmigo, paciente, atento, me procuraba y me enseñaba cuanto yo deseaba saber, incluso aquellas cosas que, en opinión de mi padre, yo no necesitaba ni debía saber, pasábamos cada momento juntos y con el tiempo, el amor que sentía por él, por mi hermano, fue cambiando y dejé de pensar en él como mi hermano, creo que la expresión humana para eso sería que...lo empecé a ver como hombre aunque bueno, como ángeles, no tenemos propiamente un género específico...oírlo hablar era para mí una de las cosas más hermosas que había pese a que todo en la ciudad de Plata era hermoso, amaba su forma, su ser, su esencia, amaba todo de él...y era mutuo...
Conforme el tiempo avanzó, Miguel y yo nos hicimos tan unidos que éramos prácticamente una misma alma, un mismo ser, pero, por algún motivo, ninguno de los dos nos atrevíamos a decirle a nuestro padre nada sobre nosotros, pero al final eso no importó porque alguien se encargó de hacérselo saber y ese fue el principio del fin para mi...porque entonces fue cuando supe que ni siquiera el más puro de los seres está excento de la envidia...mi hermana Caym, fue quien nos entregó, aunque en su momento yo no lo supe...recuerdo con tanta claridad ese día que incluso siento que sigo ahí... Miguel y yo estábamos juntos cerca de un bonito río que era como nuestro lugar especial, caía la tarde y el sol bañaba el cuerpo de mi hermano con su mortecina luz confiriéndole un aspecto...que no podrías ni imaginar, hablábamos sobre el futuro, sobre la vida y lo que podríamos hacer si huíamos y vivíamos entre los mortales...por un momento saboree lo que habría sido la vida a su lado pero ese sueño nunca habría de cumplirse...