Anneliese se estaba preparando con ayuda de las damas de compañía para una de las ceremonias más importantes, uno de los aniversarios en los que su padre cumplía otro año más en el reino. Ya la habían vestido y ahora la estaban peinando para finalmente colocarle la corona de princesa.

Sonó la puerta y entre unos pequeños toques más, se asomó una señora mayor con otro vestido.

— Anneliese mi vida, qué preciosa estás.. — Le da unos pequeños besos en su frente a lo que ella sonríe.

— En eso me gana usted, mamá. Por algo es la reina.

— Ay pequeña, tú siempre con lo mismo.. y por algo eres mi pequeña princesita. Por cierto.. Papá y yo tenemos algo para tí.

Sacó una cajita en el que se veía un pequeño colgante en el que se veían los tres en una fotito y en el otro lado la hora. Anneliese no tuvo palabras para decir, estaba tan ilusionada de haber recibido aquel regalo que estaba haciendo el esfuerzo por no llorar, no quería que tuvieran que volver a maquillarla y solamente le abrazó con todas sus fuerzas.

— Es precioso mamá.. gracias.. — Dijo con sus ojos brillosos.

— Deja que te lo coloque, ¿Si? 

 Dijo tomando de la cadena y aprovechando el pelo recogido en un precioso peinado abrochó con cuidado el collar. La menos acarició el collar con una sonrisa.

— En serio, es precioso.. — Murmuró.— 

— Más preciosa eres tú. Venga, vamos. Tú padre nos espera.

Se levantó y con su madre fueron caminando de la mano, parecían dos gotas de agua una versión más mayor de la otra. La relación que tenía Anneliese con sus padres era tan preciosa y sana, jamás tuvo ninguna queja de absolutamente nada. Una vez que llegaron bajando de las escaleras se encontró a su padre antes de empezar la ceremonia.

— Hola pequeña, te ves preciosa con ese vestido y ese colgante.. me pregunto quien te lo habrá regalado. —Dijo bromeando para darle un abrazo.

— Obviamente vosotros porque sois los mejores padres que pude tener. —Correspondió al abrazo cerrando los ojos.

— Majestad, han venido también su hermano y los demás invitados que esperaban, están todos esperando la de ceremonia. — Dijo uno de los hombres.

— Vamos preciosas, es la hora...

Caminaron los tres por la alfombra mientras todo el mundo los veía, sus dos padres delante y ella detrás. Todo el mundo haciendo reverencia a los tres mostrando respeto hasta que llegaron al final.

Hablaron durante la ceremonia explicando los arduos años que ha estado siendo el rey y lo mucho que ha podido ayudar en lo que se ha necesitado y entre muchas palabras dándose la dedicación que merecía dijo lo siguiente después.

— Quiero que sepáis que si en algún momento ocurriera algo o a mí mujer, todo el reino será para Anneliese. Sé que normalmente no sería así porque tendría que ser un hombre pero es la decisión que he tomado.

Anneliese no sabía cómo reaccionar, estaba como un flan. ¿En algún momento iba a ser reina, se giró un poco para ver a su padre que le dedicaba una sonrisa. Su madre también le sonreía orgullosa.

— Así que, por favor. Una reverencia a nuestra próxima reina cuando ya no tenga fuerzas de seguir gobernando. 

Todo el mundo se inclinó y Anneliese se sonrojó lo suficiente hasta que un disparo sonó provocando que todo el mundo se asustase.

— ¡Clave rojo! 

 Exclamó fuerte el padre y los hombres se llevaron rápidamente a todos. Un disparo más sonó y Anneliese se giró al notarlo cerca de ella, su padre había recibido un disparo en el abdomen corriendo ella a su padre llorando. 

— Guardias.. llevaros.. a.. Anneliese. — Dijo gritando más fuerte.

— Papá.. Mamá.. — Dijo en un hilo de voz. 

— Sabíamos que esto pasaría tarde o temprano.—Dijo su padre con pena mirando a su mujer tomándola de la mano. — Por favor. Huye. Estás en peligro. Hazlo por nosotros, estaremos bien..

Ojalá fuera fácil pensarlo para Anneliese, cuando se la llevaron con unas indicaciones raras, se giraba a mirarlos cuando dos hombres enmascarados apuntaban a sus padres con una pistola y cerrando los ojos mirando a otro lado se escuchó dos disparos comenzando a llorar más.

— ¡A por la princesa! — Dijo fuertemente desde la lejanía otro hombre enmascarado.

Los hombres de la princesa fueron rápidos y la llevaron hasta un helicóptero donde se quedó llorando todo el resto del camino hasta que se quedó finalmente dormida.

Después de unas horas, despertó en una cama cualquiera, y un hombre totalmente vestido de la actualidad le saludó. 

— Debes de ser Anneliese. — Le sonrió educadamente.

— ¿Quién eres..?

— Perdón.. no me he presentado, soy.. Chris, del programa de protección de princesas. 

— ¿Progama de qué? — Quedó sin palabras sin saber qué decir. Ya parecía una broma pero después recordó las raras indicaciones de su padre antes de que..    ...bueno, eso.

— Aquí protegemos a las princesas que han tenido que escapar por sucesos trágicos. Tenemos que hablar Anneliese.. tú situación en tu reino no está ahora para volver, ya sabes lo que ha pasado y.. lo siento muchísimo de verdad.

Anneliese no podía ni hablar, sólo salían lágrimas de sus ojos sin parar.

Tus padres nos contaron que capaz ibas a necesitar ayudas y  tenían sospechas de que algo iba a pasar. No estás aquí porque te vayamos a hacer algo, te lo prometo. Es más, podemos enseñarte el lugar y puedes hablar con quien sea.

Anneliese no sabía que decir a este paso. ¿Ya se lo veían venir? ¿Por qué nunca les contó nada? Suspiró pero salían más lágrimas pero si sus padres confiaban en ella era por algo.

— Escucho..

— Bien. — Chris sonrió. — Vamos a crearte una nueva vida, vas a mudarte a Corea para empezar pero antes vamos a darte una casa, dinero y una beca para una universidad.. hasta un nombre nuevo. Vas a tener que estar así hasta que podamos encontrar el culpable de todo. Además, necesitamos saberlo para hacer justicia.

Anneliese se quedó más rara aún. ¡¿CÓMO?! ¿¡QUÉ TENIA QUÉ?! Un suspiro más pesado dejó salir de lo más profundo de ella pasando una mano con cuidado por sus ojos, ya tenía el maquillaje corrido de llorar y los pelos hecho un desastre.

— También vamos a hacerte un cambio de look. Tienes que entender que ahora te van a buscar por todos los lados. Tienes que tener cuidado ¿Si? Si tienes sospechas de alguien, llámanos al teléfono que te daré antes de irte. 

— Dios santo.. ¿Cuánto tiempo será? —No sabía si su pregunta era tonta pero necesitaba buscar ella también el responsable.

— No lo sabemos, Sophie. 

— ¿Sophie?

— Ese será tu nombre nuevo, así que. ¿Vamos?

Suspiró y con su cara de tristeza asintió caminando hacia el lugar donde la cambiarían por completo y tras hacer todos los preparativos parecía otra persona. Ahora era Sophie, estudiante de la universidad de Seúl, Corea. Una vez que ya estaba preparada con hasta ropa nueva en una maleta se volvió a encontrar a Chris.

— Gracias..

— Gracias a tí por aceptar, todo saldrá bien. En serio, cualquier cosa.. llámanos.

Le dió una tarjeta y un teléfono para contactarse, Anneliese o mas bien, Sophie le dió un abrazo.

Acabó saliendo junto a los hombres de aquella asociación y pusieron rumbo a Corea.

¿Qué le esperará ahora a Sophie? ¿Podrá encontrar las respuestas que necesita? ¿Le irá bien? ¿Quién había hecho esto y por qué? Estaba en rabia, había perdido a todo aquel que rodeaba a ella y ahora iba a hacer una nueva vida sola en un lugar donde no está acostumbrada. Esto sería un nuevo reto para ella.

 

// HOLII, seguro que alguno le sonará la película de Progama de protección de princesas, ella está inspirada en esta película pero no será tan igual a la peli, básicamente le quise dar ese toque de misterio e interesante. Espero que os haya gustado el primer capítulito 😉