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๐๐ก๐ ๐๐ ๐๐๐ ๐ ๐๐๐, ๐๐๐๐ ๐ ๐๐ ๐๐๐ฃ๐๐๐๐๐
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Para muchos el lunes es el peor día de la semana, otros solo lo veían como un día más. Pero aquel lunes sin duda parecía drenarle la energía a cualquiera. El día había arrancado bastante temprano, demasiado, quedaban horas para entrar al trabajo y realmente no vivía muy lejos, pero Danny se había despertado de golpe. Era la tercera noche seguida que tenía aquel sueño. En este veía su oficina, cubierta de hielo, envuelta en un frío invernal que no hacía más que crecer. No sabía qué significaba, lo único que sabía era que parecía ser algo malo y que su magia intentaba avisarlo de ello. Pero, aún así, no tenía ni la menor pista sobre qué podía ser. Se frotó la cara un poco, antes de levantarse. Intentar dormir de nuevo seguro sería una pérdida de tiempo, pues no sería la primera vez que lo intentase después de tal sueño, sin éxito alguno. Salió hacia la cocina para prepararse algo para desayunar.
—Esos sueños significan algo... —le dijo Spinel, sentado sobre la encimera, mirando atentamente al brujo. Danny se lo quedó mirando también, chasqueando la lengua.
—Y acabaré descubriendo de qué se trata, pero ahora voy a desayunar tranquilamente y me voy a ir a trabajar —contestó él, ignorando un poco al familiar, para seguir a lo suyo.
—๐๐ก, ๐ฌ๐ขฬ, ๐ฃ๐ฎ๐ฌ๐ญ๐จ ๐๐ฅ ๐ฅ๐ฎ๐ ๐๐ซ ๐๐ ๐ญ๐ฎ ๐ฌ๐ฎ๐๐งฬ๐จ, ¿๐ง๐จ? —añadió este, con un leve maullido. Danny volvió a fulminarlo con la mirada.
—Déjalo —el brujo siguió a lo suyo, desayunando como había dicho, intentando no pensar en aquel sueño. Tras eso se dio una buena ducha y salió hacia la oficina. Era lunes, el primer lunes después de las vacaciones de Navidad. La semana anterior les habían presentado el nuevo proyecto y se habían organizado, aquel día les tocaba empezar. Era algo estresante, sin duda y, como no podía ser de otra forma, Danny había acabado quedándose hasta tarde en la oficina.
—¿๐๐ฎ๐๐๐ฬ๐ง๐๐จ๐ญ๐ ๐ก๐๐ฌ๐ญ๐ ๐ญ๐๐ซ๐๐ ๐จ๐ญ๐ซ๐ ๐ฏ๐๐ณ, ๐๐๐ง๐ง๐ฒ? ๐๐ฌ๐ฉ๐๐ซ๐จ ๐ช๐ฎ๐ ๐ง๐จ ๐ญ๐ ๐ช๐ฎ๐๐๐๐ฌ ๐ก๐๐ฌ๐ญ๐ ๐ฆ๐ฎ๐ฒ ๐ญ๐๐ซ๐๐, ๐๐๐๐๐ซ๐ขฬ๐๐ฌ ๐ข๐ซ ๐ ๐๐จ๐ฆ๐๐ซ ๐๐ฅ๐ ๐จ —Danny levantó la cabeza, mirando a su supervisor. Negó ligeramente con la cabeza, entonces.
—Tranquilo, Luke, no me quedaré mucho más aquí —le aseguró, antes de despedirse de él. Siguió entonces a lo suyo.
Poco a poco, conforme el tiempo pasaba, Danny comenzaba a sentir más y más frío. Fue entonces cuando alzó la cabeza. De su boca salió vaho, a causa del frío que hacía a su alrededor. Entonces su mesa comenzó a congelarse, de la nada, por completo. Se levantó de golpe, alejándose unos cuantos pasos. Se quedó mirando a su alrededor, todo estaba congelado, justo como en su sueño. Pero la cosa no quedó ahí. Una espesa neblina comenzó a inundar la sala. Era fría como el mismo invierno, haciendo que la temperatura bajase a toda velocidad, a cada segundo. El chico no sabía muy bien lo que estaba pasando, pero algo tenía claro: no podía ser un fenómeno natural, tenía que ser algo mágico y eso le asustaba. Pero era bueno que lo hiciera. Tardó en reaccionar, pero acabó haciéndolo, usando el miedo que sentía para congelar el tiempo, parando el avance de aquella neblina. En cuanto lo hizo comenzó a caminar, a paso ligero, tenía que salir de allí. Realmente no se veía preparado para enfrentarse a lo que quisiera que fuera eso, aunque poco importaba si lo estaba o no. El efecto de su magia no duró mucho tiempo, pronto el tiempo volvió a su cauce natural, solo que aquello hizo enfadar a la criatura que estaba detrás de todo aquello. Entonces la neblina comenzó a moverse más rápido, juntándose, para dar forma a una criatura hecha completamente de hielo, con forma humanoide. Danny paró de andar de golpe.
—Oh, dios… —comenzó a retroceder, sosteniendo la mirada, atento a cualquier movimiento de aquel ser.
—๐๐ก, ๐ญ๐จ๐๐จ ๐ฅ๐จ ๐๐จ๐ง๐ญ๐ซ๐๐ซ๐ข๐จ, ๐ช๐ฎ๐๐ซ๐ข๐๐จ —habló este con un tono grave, de ultratumba. Este entonces alzó una mano, formando en esta varias estacas de hielo que no dudó en disparar contra Danny. De nuevo el brujo alzó su mano para parar el tiempo, pero la magia del demonio, aunque era de bajo nivel, era fuerte, lo suficiente como para que la estasis temporal de Danny no durase mucho. El tiempo se reanudó rápidamente, haciendo que una de las estacas alcanzase al chico en un brazo. Acto seguido este se escondió tras una de las mesas, con la respiración algo entrecortada. —¿๐๐ซ๐๐๐ฌ ๐ช๐ฎ๐ ๐ฉ๐ฎ๐๐๐๐ฌ ๐๐ฌ๐๐จ๐ง๐๐๐ซ๐ญ๐ ๐๐ ๐ฆ๐ขฬ? ๐๐๐ญ๐ฬ๐ญ๐ข๐๐จ... —mientras hablaba caminaba hacia donde estaba el brujo, a paso lento, intimidante.
—En realidad no… —lo cierto era que Danny había estado buscando en uno de los cajones de aquella mesa, pues no la había elegido al azar. Era de un compañero que estaba obsesionado con los desinfectantes y sus favoritos eran en aerosol. Con su magia hizo que un mechero que él mismo llevaba en su mochila volase hacia su mano. En cuanto tuvo al demonio frente a él encendió el mechero y pulsó el spray, detrás de la llama. Así generó una llamarada directa a su enemigo, alcanzándolo por completo. Había pensado rápido, habiendo visto que aquel ser estaba formado por hielo, pretendía derretirlo por completo y justo eso estaba consiguiendo. Cuando paró del demonio no quedaba más que un charco de agua en el suelo. El resto de hielo de la oficina comenzó a derretirse también, consecuencia de la muerte de aquel ser. Danny suspiró aliviado, cerrando los ojos. Aquel había sido el primer atentado de muchos más que vendrían, pues ahora que su magia había despertado y que había demostrado de lo que era capaz muchos intentarían llegar a él para hacerse con su magia.