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ㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤLa única persona que quizás le puede llegar a importar es Alicent, y no de la manera que todos creen. Lo que su madre quiere, Aemma lo quiere el doble. Lo que su madre busca, Aemma lo consigue para ella. La escasa preocupación que siente por Helaena es debido a la importancia que esta tiene en la vida de su  madre. Lo mismo aplica en su lealtad a Aegon y la estima a Daeron.

(𝗣𝗲𝗿𝗼)

El amor a Alicent tiene sus consecuencias.

La admira, la odia, la venera, la blasfema. Es 𝑝𝑒𝑟𝑓𝑒𝑐𝑡𝑎 ante su ojo, su 𝘂́𝗻𝗶𝗰𝗼 ojo. Donde Aemma ve una cicatriz, la reina tiene la piel tersa. Donde la reina presume poder y regencia, belleza e inteligencia, a Aemma la azota una realidad de ser la tercera hija, la cuarta en línea de sucesión, y la última opción de los Lords para contraer nupcias.

Sí, ama a Alicent. Y amaría 𝗿𝗼𝗺𝗽𝗲𝗿𝗹𝗮 también.

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ㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤAegon la llevó a un lupanar a la edad de 13 años. La excusa tras esto fue enseñarle lo que una mujer debe hacer para complacer a un hombre. La oscura verdad, sin embargo, resultó en la necesidad de su hermano por marcarla de por vida. El mayor no podía tolerar que alguien más hubiese dejado una huella permanente en Aemma, una cicatriz tan visible que le sería imposible no acordarse de Lucerys Velaryon cada vez que se mirase al espejo. Esa misma noche, tras un ataque de rabia y celos, la despojó de su virtud luego de verla rodeada por un grupo de hombres anhelado poner sus bastardos en un vientre platinado.

Desde luego, esto fue 𝗲𝗻 𝗰𝗼𝗻𝘁𝗿𝗮 de la voluntad de Aemma.

Si alguien se preguntase qué se le cruzó por la cabeza a Aegon para cometer tal atrocidad, nadie podría responderlo con certeza. 

Fata de interés en la rutina misma, aburrimiento, o tal vez sentir que este sería el único momento en el que 𝗮𝗹𝗴𝗼 y 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗶𝗲𝗻 le pertenecen por completo.

Podría ser relevante en la vida de su hermana.

Control.

Poder.

¿Quién sabe?