La ciudad brillaba por el gran evento anunciado. La tiefling recibió la noticia tarde pero no lo suficiente para perderselo. 

-Todavía estoy a tiempo si me apresuro-

Corrió hasta la academia, tomó una ducha rápida y buscó entre sus pertenencias un traje que luciera pero fuera lo suficientemente cómodo para recorrer el lugar y beber cada trago que pudiera obtener gratis esta noche.

-¿Y tu? ¿Irás a lo de la gala esa? No es muy tu estilo.- dijo Delphos entrando en la habitación de la mestiza. Su maestro había recibido las noticias y la invitación pero no tenía mayor interés en asistir a eventos de esa clase. Prefería pasar la noche entre sus libros y pergaminos.

-Es que. . .- se detuvo y bajó el rostro. -. . .siento que este tiempo he conocido muchas personas y. . . - volvió a detenerse. Por muchos años se mantuvo sola. Al salir de la cárcel, no tuvo mayor compañía que la de su maestro. Sus amigos, aquellos quienes la involucraron en el crimen, habían desaparecido por completo. Nadie quería relacionarse con ella ahora. Desde entonces, al llegar a esta ciudad, distintas personas han accedido a compartir tiempo con ella y le hacía mucha ilusión volver a ver a todos. 

-Ya, ya. No te compliques explicándome. Ve y diviértete.- terminó diciendo Delphos y se retiró en silencio de la habitación.

Kite levantó el rostro y miró unos segundos la puerta cerrada. Suspiró aliviada de que la hubiera entendido sin tener que explicarlo.

Una blusa de seda, una chaquetilla de lino, un pantalón de cuero ajustado y elasticado y muchas decoraciones en cuero, algo que nunca podía faltar en sus trajes, puesto que le encantaba poder colgar distintos elementos y así evitar cargar su bolso.

-Bien, algo de maquillaje. ¿Estará bien este peinado? Es algo elegante pero no tan elaborado como para que se deshaga si bailo borracha ¡Hahahahahaha!- comentó frente al espejo.

¿Que personas asistirían al lugar? Esperaba poder encontrar a la mayoria de sus conocidos ahí.

Tomó la cajetilla de cigarros, guardó un par de monedas en sus bolsillos y decidió dejar sus dagas sobre la cama. Supuso que no necesitaría armas esta noche. 

Salió rápidamente en dirección al lugar. No era difícil encontrar la dirección puesto que miles de focos decoraban el cielo con colores y destellos. 

Al llegar, ya la multitud se acumulaba fuera. Una hermosa alfombra carmesí se extendía desde la entrada, por donde pasaban personalidades con los trajes más hermosos y finos que Kite había visto. Miró por un momento sus ropajes. ¿Estarían a la altura? dudó por unos instantes, un tanto avergonzada por la elección hecha.

-Aaah. . . Ya estamos en esto. Rostro en alto y para adentro- se dijo a si misma, tomando valor e ingresando a la Gala, mientras escuchaba a las personas vitorear y saludar. 

Saludó con pequeñas y repetidas reverencias mientras caminaba hasta el salón. Esta es la primera Gala a la que asiste y espera sea una noche mágica.