Despertó temprano, sintiéndose como nuevo y estirando su cuerpo cual felino tras una noche maravillosa.

Miró a su costado a su adorado cervatillo dormido, con una amplia sonrisa mientras se acercaba a acariciar sus cabellos y dejaba un suave beso sobre su mejilla antes de arroparlo pues le dejaría seguir descansando un poco más mientras él se ponía de pie y tomaba una de sus batas, cubriéndose el cuerpo al haber vuelto a su tamaño normal, pero conservando los peculiares rasgos de ciervo.

 

Salió de la habitación, yendo directo a preparar el desayuno para su pareja pues no merecía nada más que ser tratado como un rey, como su rey al cual iba a consentir hasta en el más mínimo detalle.

Cuando tuvo todo listo, acomodó la bandeja con la comida, bebidas, un pequeño postre a base de frutos del bosque que se encargó de conseguir y una cajita de regalo que pretendía darle la noche anterior durante la cena aunque los planes habían cambiado al mero instante. 

 

Cuando confirmó tener todo listo, fue directo a la habitación de nuevo, obviamente sin olvidarse de Lulu también, llevándole un pequeño cuenco de comida en agua, entrando con cuidado y sin hacer demasiado ruido para no perturbar el sueño de su pareja, dejando todo listo y protegido de la intemperie cuando él despertara.

Volvió a meterse al nido a su lado, abrazándolo y suspirando encantado, rogando internamente que no fuera a matarlo cuando el efecto de las feromonas hubiera terminado, que era seguro ya para esas alturas pues ignoraba cuanto duraban en realidad.