Toda alma conserva un amargor por hechos pasados que no desea recordar, y para quién suele contarlos a través de lúdicos relatos y acertijos, tiene los suyos bajo llave.

Siempre muy orgulloso de sus orígenes y de su cultura, se encargó de que sus pares fuesen renombrados en sus cuentos, como increíbles entes de salvajismo indescriptibles y confiados de sus habilidades bestiales. 

Pero existió un relato en particular, de su amigo el Mapachoso, "Mongo, el infalible."

Ambos fueron colegas que se encargaban de pasear por los bosques, aprovechándose de las pequeñas presas descuidadas para alimensarse, y sobrevivir. No obstante, a ojos de todos y a grata sorpresa para Shaji, Mongo era amante de su propia fuerza, y que podía derribar árboles con suma facilidad, y llevaba su propio instinto a flor de piel para hacer caer a criaturas que duplicaban su tamaño. Una ferocidad de cuento.

Así, ya tenía una de sus primeros relatos y la gran adivinanza: "¿Quién es el mapache que tiene la fuerza de un oso y la voluntad de miles? No es ni uno ni lo otro, ¿pero si ambos?" 

De sus primeros avances, se sentía feliz, pero al parecer, no causaba lo mismo para el protagonista del cuento, que comenzó a menospreciar la inteligencia y las palabras que caían fuera de su entendimiento, y a valorizar más el vigor de sus garras. Para el vulpitigre, fue un dolor de cabeza y las contiendas verbales sólo terminaron... "Ojalá tu leyenda no termine en las manos indeseadas."

No pasó mucho tiempo para que, al salir de su hogar para realizar el examen de cazador para convertirse, según él, el cazador de adivinanzas e historias más buscado, volviese para enterarse de que, el grandioso Mongo, que era la luz de ojos para muchos admiradores peludos y niños, había sido abatido por un grupo de cazador de bestias que se alimentaron de las palabras que prendieron como pólvora una vez se supo la ubicación de dicha criatura. 

"Nunca pensé que terminaría así tu legado... Perdóname, Mongo... Para mi, seguirás siendo el infalible."

En su collar de cuentas, lleva las garras de su amigo, como amuleto de vigor y persistencia.