• @SilverStC | Gotham | #MidnightThoughts

    Esta noche volví a ese restaurante donde nadie te pregunta si estás sola. Pedí el cóctel más caro de la carta y no me disculpé por ello. El mozo me dijo que le gustaba mi abrigo. Le dije que me gustaba su manera de mirar sin invadir.

    Hay algo elegante en no necesitar que te rescaten.

    También hay algo triste en aprender a caminar sola con los tacones bien puestos.

    A veces, ser fuerte no es más que saber cómo pedir el postre sin temblar.

    S.

    𝐸𝑠𝑡𝑎́ 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑎 𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑠𝑎 𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛𝑎. 𝐷𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑎𝑓𝑢𝑒𝑟𝑎, 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑢𝑗𝑒𝑟 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎. 𝐷𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑎𝑑𝑒𝑛𝑡𝑟𝑜, 𝑒𝑠 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑢𝑗𝑒𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑦𝑎 𝑑𝑒𝑗𝑜́ 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑟𝑙𝑜 𝘩𝑎𝑐𝑒 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑎𝑢́𝑛 𝑠𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎 𝑙𝑎 𝑚𝑒𝑠𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑠𝑖 𝑎𝑐𝑎𝑠𝑜. 𝐸𝑙 𝑡𝑒𝑙𝑒́𝑓𝑜𝑛𝑜 𝑣𝑖𝑏𝑟𝑎, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑜 𝑙𝑜 𝑚𝑖𝑟𝑎. 𝐿𝑎 𝑐𝑜𝑝𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑜 𝑣𝑎𝑐𝜄́𝑎. 𝐿𝑎 𝑠𝑜𝑛𝑟𝑖𝑠𝑎, 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛.

    𝐿𝑎 𝑛𝑜𝑐𝘩𝑒 𝘩𝑢𝑒𝑙𝑒 𝑎 𝑙𝑙𝑢𝑣𝑖𝑎 𝑦 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑣𝑖𝑒𝑗𝑎𝑠. 𝑌 𝑎𝑢𝑛𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑙𝑜 𝑑𝑖𝑔𝑎, 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑜𝑏𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑒𝑙 𝑏𝑎𝑟 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑜𝑛𝑑𝑜.
    📸 @SilverStC | Gotham | #MidnightThoughts Esta noche volví a ese restaurante donde nadie te pregunta si estás sola. Pedí el cóctel más caro de la carta y no me disculpé por ello. El mozo me dijo que le gustaba mi abrigo. Le dije que me gustaba su manera de mirar sin invadir. Hay algo elegante en no necesitar que te rescaten. También hay algo triste en aprender a caminar sola con los tacones bien puestos. A veces, ser fuerte no es más que saber cómo pedir el postre sin temblar. —🌙 S. 𝐸𝑠𝑡𝑎́ 𝑠𝑒𝑛𝑡𝑎𝑑𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑎 𝑒𝑛 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑠𝑎 𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑣𝑒𝑛𝑡𝑎𝑛𝑎. 𝐷𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑎𝑓𝑢𝑒𝑟𝑎, 𝑝𝑎𝑟𝑒𝑐𝑒 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑢𝑗𝑒𝑟 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑎 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎. 𝐷𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑎𝑑𝑒𝑛𝑡𝑟𝑜, 𝑒𝑠 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑢𝑗𝑒𝑟 𝑞𝑢𝑒 𝑦𝑎 𝑑𝑒𝑗𝑜́ 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑟𝑙𝑜 𝘩𝑎𝑐𝑒 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑎𝑢́𝑛 𝑠𝑒 𝑟𝑒𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎 𝑙𝑎 𝑚𝑒𝑠𝑎 𝑝𝑜𝑟 𝑠𝑖 𝑎𝑐𝑎𝑠𝑜. 𝐸𝑙 𝑡𝑒𝑙𝑒́𝑓𝑜𝑛𝑜 𝑣𝑖𝑏𝑟𝑎, 𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑜 𝑙𝑜 𝑚𝑖𝑟𝑎. 𝐿𝑎 𝑐𝑜𝑝𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑚𝑒𝑑𝑖𝑜 𝑣𝑎𝑐𝜄́𝑎. 𝐿𝑎 𝑠𝑜𝑛𝑟𝑖𝑠𝑎, 𝑡𝑎𝑚𝑏𝑖𝑒́𝑛. 𝐿𝑎 𝑛𝑜𝑐𝘩𝑒 𝘩𝑢𝑒𝑙𝑒 𝑎 𝑙𝑙𝑢𝑣𝑖𝑎 𝑦 𝑑𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑣𝑖𝑒𝑗𝑎𝑠. 𝑌 𝑎𝑢𝑛𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑙𝑜 𝑑𝑖𝑔𝑎, 𝑎𝑙𝑔𝑢𝑖𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑒𝑠𝑡𝑎́ 𝑜𝑏𝑠𝑒𝑟𝑣𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑑𝑒𝑠𝑑𝑒 𝑒𝑙 𝑏𝑎𝑟 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑜𝑛𝑑𝑜.
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  • 𝑶𝒑𝒆𝒓𝒂𝒕𝒔𝒊𝒚𝒂: 𝑼𝒗𝒊𝒅𝒆𝒕' 𝒊𝒌𝒉 𝒔𝒏𝒐𝒗𝒂




    Todos los indicios, las pistas y las pruebas apuntaban a 𝐊𝐢𝐞𝐯 𝐑𝐨𝐦𝐚𝐥𝐬𝐤𝐨 en Rusia. Hacía días que ya estaba en Tver de nuevo, en las tierras de lo que fue mi familia biológica. Rastreando, hurgando, corrompiendo satélites rusos y estadounidenses dándole vueltas a las cosas. Había una patente a su nombre cerca de Jimki pero el rastro se perdió en Greenwood Hotel Alliance. De hecho no hubo más registro.

    Mucha opción no me quedaba aunque no quería volver a la capital, no me quedaba de otra. Necesitaba saber que había pasado todo este tiempo, al menos reafirmar mi lealtad y que seguiría aceptando sus contratos. No podía dejar pasar que me tomen como una traidora. Después de todo, él fue el único que apareció cuando la cosa se puso fea y tuve que hacerme sola.

    Moscú significaba muchas cosas. Esa noche, más que nada. La muerte de mis padres hizo que vayamos todos a Moscú, que me recibieran ahí y que me explicaran a tan corta edad que mi cabeza tendría precio. Digamos que no fallaron en nada con sus predicciones, no?

    -Debe haber ido a la Sede, algo debe haber salido mal y calculó que podrían ayudarlo. -me dije a mí misma tratando de ser positiva, esfuezo vano que imitaba un poco la falsa esperanza que emanaba de Ryan , otro del que no sabía si seguía vivo, muerto o solo había desaparecido. Quizás, retomó el contacto con Kiev y están juntos de nuevo. No lo sé.

    -Miss, vam uzhe pora gotovit'sya k meropriyatiyu. Mashina budet cherez polchasa, i, chestno govorya... yesli mozhno tak vyrazit'sya, vy v uzhasnom sostoyanii. -me comentó la ama de llaves de la familia. -Jajaja, ty prava, Yelena. Segodnya vecherom nam pridotsya ustroit' predstavleniye.-Me senté en la cómoda frente del espejo y empezó a arreglarme el cabello y ayudarme a vestirme.

    Al llegar al evento, no me esperaba verlo ahí. Si se escondía era mejor no aparecer en momentos así, más si lo llegaban a estar persiguiendo, pero sí sabía de varios que estaban involucrados y que, con un par de copas, aflojarían la lengua para darme información al respecto. Cómo era de esperarse, hubo un momento en el que tuve que infiltrarme dentro de la oficina del organizador. Allí encontré una carpeta roja titulada: "Красная мафия".
    -Por qué me da la impresión de que Rubi Ketchlant estuvo aquí? -pensé mientras sentía cierto aroma que era muy similar al perfume que usaba normalmente. Inmediatamente la abrí, y ahí estaba su nombre. Cerré la carpeta y volví por donde me había ido.

    Si, entré por la ventana porque casi que no la cuento en el cuarto de al lado.
    𝑶𝒑𝒆𝒓𝒂𝒕𝒔𝒊𝒚𝒂: 𝑼𝒗𝒊𝒅𝒆𝒕' 𝒊𝒌𝒉 𝒔𝒏𝒐𝒗𝒂 Todos los indicios, las pistas y las pruebas apuntaban a [Kiev_Romalsko] en Rusia. Hacía días que ya estaba en Tver de nuevo, en las tierras de lo que fue mi familia biológica. Rastreando, hurgando, corrompiendo satélites rusos y estadounidenses dándole vueltas a las cosas. Había una patente a su nombre cerca de Jimki pero el rastro se perdió en Greenwood Hotel Alliance. De hecho no hubo más registro. Mucha opción no me quedaba aunque no quería volver a la capital, no me quedaba de otra. Necesitaba saber que había pasado todo este tiempo, al menos reafirmar mi lealtad y que seguiría aceptando sus contratos. No podía dejar pasar que me tomen como una traidora. Después de todo, él fue el único que apareció cuando la cosa se puso fea y tuve que hacerme sola. Moscú significaba muchas cosas. Esa noche, más que nada. La muerte de mis padres hizo que vayamos todos a Moscú, que me recibieran ahí y que me explicaran a tan corta edad que mi cabeza tendría precio. Digamos que no fallaron en nada con sus predicciones, no? -Debe haber ido a la Sede, algo debe haber salido mal y calculó que podrían ayudarlo. -me dije a mí misma tratando de ser positiva, esfuezo vano que imitaba un poco la falsa esperanza que emanaba de [Ryan_Al_72] , otro del que no sabía si seguía vivo, muerto o solo había desaparecido. Quizás, retomó el contacto con Kiev y están juntos de nuevo. No lo sé. -Miss, vam uzhe pora gotovit'sya k meropriyatiyu. Mashina budet cherez polchasa, i, chestno govorya... yesli mozhno tak vyrazit'sya, vy v uzhasnom sostoyanii. -me comentó la ama de llaves de la familia. -Jajaja, ty prava, Yelena. Segodnya vecherom nam pridotsya ustroit' predstavleniye.-Me senté en la cómoda frente del espejo y empezó a arreglarme el cabello y ayudarme a vestirme. Al llegar al evento, no me esperaba verlo ahí. Si se escondía era mejor no aparecer en momentos así, más si lo llegaban a estar persiguiendo, pero sí sabía de varios que estaban involucrados y que, con un par de copas, aflojarían la lengua para darme información al respecto. Cómo era de esperarse, hubo un momento en el que tuve que infiltrarme dentro de la oficina del organizador. Allí encontré una carpeta roja titulada: "Красная мафия". -Por qué me da la impresión de que [Rub_i26] estuvo aquí? -pensé mientras sentía cierto aroma que era muy similar al perfume que usaba normalmente. Inmediatamente la abrí, y ahí estaba su nombre. Cerré la carpeta y volví por donde me había ido. Si, entré por la ventana porque casi que no la cuento en el cuarto de al lado.
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  • ︵ ◍ ̤ ︵⏜ ‎ 㑫𔒝 ׄ
    𖹭 𝕮𝖚𝖕𝖎𝖉𝖔 𝖙𝖆𝖑𝖐𝖎𝖓𝖌 𖹭
    ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ 𓃠 ⎯⎯لؼغ¹⁸

    Esa noche decidió visitar un hospital y recostarse en una camilla. Los hospitales es el lugar donde reside la fuente de amor más pura, desde el nacimiento hasta la muerte.

    Tuvo un escalofrío, no le gustaba pensar en la muerte, a pesar de que su tío era Hades. Debido a la fluctuación irregular de sus emociones, tuvo que ir a reabastecerse de los sentimientos humanos.

    La luna iluminaba su rostro pensativo, lo bueno es que esa habitación estaba vacía. Soltó un largo suspiro y levantó su mano, cubriendo sus ojos de la luz lunar.

    — Madre, déjame un momento a solas, necesito pensar que hacer para que ellos vuelvan a ser felices.
    ︵ ◍💌 ̤ ︵⏜ ‎ 㑫𔒝 ׄ 𖹭 𝕮𝖚𝖕𝖎𝖉𝖔 𝖙𝖆𝖑𝖐𝖎𝖓𝖌 𖹭 ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ 𓃠 ⎯⎯لؼغ¹⁸ Esa noche decidió visitar un hospital y recostarse en una camilla. Los hospitales es el lugar donde reside la fuente de amor más pura, desde el nacimiento hasta la muerte. Tuvo un escalofrío, no le gustaba pensar en la muerte, a pesar de que su tío era Hades. Debido a la fluctuación irregular de sus emociones, tuvo que ir a reabastecerse de los sentimientos humanos. La luna iluminaba su rostro pensativo, lo bueno es que esa habitación estaba vacía. Soltó un largo suspiro y levantó su mano, cubriendo sus ojos de la luz lunar. — Madre, déjame un momento a solas, necesito pensar que hacer para que ellos vuelvan a ser felices.
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  • ︵ ◍ ̤ ︵⏜ ‎ 㑫𔒝 ׄ
    𖹭 𝕮𝖚𝖕𝖎𝖉𝖔 𝖙𝖆𝖑𝖐𝖎𝖓𝖌 𖹭
    ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ 𓃠 ⎯⎯لؼغ¹⁸

    Tiene razón su hermano al llamarlo tonto. Es un poco ingenuo o un poco estúpido, no se puede decidir. Cupido está triste. Quizás la magia de San Valentín desaparezca el próximo año.
    ︵ ◍💌 ̤ ︵⏜ ‎ 㑫𔒝 ׄ 𖹭 𝕮𝖚𝖕𝖎𝖉𝖔 𝖙𝖆𝖑𝖐𝖎𝖓𝖌 𖹭 ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ ‎ 𓃠 ⎯⎯لؼغ¹⁸ Tiene razón su hermano al llamarlo tonto. Es un poco ingenuo o un poco estúpido, no se puede decidir. Cupido está triste. Quizás la magia de San Valentín desaparezca el próximo año.
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  • "𝓢𝓲𝓰𝓷𝓼 𝓸𝓯 𝓣𝓻𝓸𝓾𝓫𝓵𝓮"

    Motel "Town House" — Algún lugar entre Kansas y Arkansas | 03:47 AM

    El chillido de un neón maltrecho era el único sonido que se colaba por la ventana abierta. "MOTEL • TV • A/C • NO DEVILS ALLOWED" decía el letrero, parpadeando con más miedo que autoridad. A un costado del edificio, un par de máquinas expendedoras emitían luces verdes y rojas como si fuesen parte de un ritual improvisado. Y encima de todo eso… silencio. Ese tipo de silencio que siempre anticipa el desastre.

    Adentro de la habitación 6, una luz tenue iluminaba la escena.

    Un viejo celular Motorola Razr vibró contra la mesa de noche. Su tono predeterminado, una secuencia digital absurda, rompió el ambiente como una cuchillada en un santuario. El nombre que parpadeaba en pantalla era ilegible, distorsionado. Como si ni siquiera el propio aparato quisiera reconocer quién estaba del otro lado.

    Sentada en el borde de la cama, con las piernas cruzadas y los dedos envueltos en vendas oscuras, Tanya Miller tarareaba algo. Muy bajito. Como si la canción fuese un secreto solo para ella. Era esa misma melodía infantil que solía cantarle a los cadáveres con ojos vacíos que dejaba a su paso. Algo de un saco lleno de serpientes y un hombre al que nadie debería molestar de noche.

    Su chaqueta de cuero colgaba del respaldo de la silla, aún húmeda con lo que claramente no era agua bendita. En la mesa, una bala plateada bailaba al ritmo de sus dedos. Justo al lado, un frasquito con sal roja, cenizas y un mechón de cabello rubio.

    —¿Dónde estás, cariño? —murmuró con voz ronca, la mirada fija en el teléfono como si pudiera matarlo si parpadeaba.

    Los ángeles no se habían vuelto a reportar desde hacía horas.

    Los sueños estaban más agitados de lo normal.

    Y en el cielo, las estrellas parecían moverse.

    Era de esos días. De esos que huelen a sangre, a azufre… y a decisiones que no se pueden deshacer.

    El pitido de la tetera eléctrica anunció que el agua estaba lista. Tanya se levantó con pereza felina, dejando que el silencio volviera a reinar por un instante. Solo por un instante.

    Fuera de la habitación, algo se movía entre las sombras.

    Y el motel... empezaba a respirar.
    "𝓢𝓲𝓰𝓷𝓼 𝓸𝓯 𝓣𝓻𝓸𝓾𝓫𝓵𝓮" 📍 Motel "Town House" — Algún lugar entre Kansas y Arkansas | 03:47 AM El chillido de un neón maltrecho era el único sonido que se colaba por la ventana abierta. "MOTEL • TV • A/C • NO DEVILS ALLOWED" decía el letrero, parpadeando con más miedo que autoridad. A un costado del edificio, un par de máquinas expendedoras emitían luces verdes y rojas como si fuesen parte de un ritual improvisado. Y encima de todo eso… silencio. Ese tipo de silencio que siempre anticipa el desastre. Adentro de la habitación 6, una luz tenue iluminaba la escena. Un viejo celular Motorola Razr vibró contra la mesa de noche. Su tono predeterminado, una secuencia digital absurda, rompió el ambiente como una cuchillada en un santuario. El nombre que parpadeaba en pantalla era ilegible, distorsionado. Como si ni siquiera el propio aparato quisiera reconocer quién estaba del otro lado. Sentada en el borde de la cama, con las piernas cruzadas y los dedos envueltos en vendas oscuras, Tanya Miller tarareaba algo. Muy bajito. Como si la canción fuese un secreto solo para ella. Era esa misma melodía infantil que solía cantarle a los cadáveres con ojos vacíos que dejaba a su paso. Algo de un saco lleno de serpientes y un hombre al que nadie debería molestar de noche. Su chaqueta de cuero colgaba del respaldo de la silla, aún húmeda con lo que claramente no era agua bendita. En la mesa, una bala plateada bailaba al ritmo de sus dedos. Justo al lado, un frasquito con sal roja, cenizas y un mechón de cabello rubio. —¿Dónde estás, cariño? —murmuró con voz ronca, la mirada fija en el teléfono como si pudiera matarlo si parpadeaba. Los ángeles no se habían vuelto a reportar desde hacía horas. Los sueños estaban más agitados de lo normal. Y en el cielo, las estrellas parecían moverse. Era de esos días. De esos que huelen a sangre, a azufre… y a decisiones que no se pueden deshacer. El pitido de la tetera eléctrica anunció que el agua estaba lista. Tanya se levantó con pereza felina, dejando que el silencio volviera a reinar por un instante. Solo por un instante. Fuera de la habitación, algo se movía entre las sombras. Y el motel... empezaba a respirar.
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  • ❝ — 𝑬𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔 ¿𝑬𝒔 𝒖𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐? ❞




    Fue de un cerrar de ojos

    Un día atendía papeles mientras Kiev aún no despertaba, Ryan se había ido, sin dejar una nota, ni una palabra, absolutamente nada.

    Aunque sabía que el rescate de Kiev lo había afectado de sobremanera, no creyó que terminaría provocando un mal dentro de su cabeza, algo que terminaría atormentandolo.

    Trato de hablar, pero ella era la menos indicada para hacerlo, porque también tenía sus propios problemas.

    Su ausencia ocurrió de la nada. Estaba cansada y exhausta, había tomado el control de todo de forma repentina para que la mafia no cayera, ordenó documentos, firmó contratos, controló los negocios, cuidó de Kiev como si fuera su enfermera, y las dudas la carcomían lentamente... ¿por qué no despertaba?, ¿por qué sus heridas no sanaban?, ¿por qué parecía tan simple, tan tranquilo? Su cuerpo no sanaba, parecía un simple mortal...


    Fue una de tanta noches, bebía unas copas, mientras hablaba con Kyo, su supuesta libertad se convirtió en una trampa, en un agujero oscuro que no vio venir. Alguien a quien consideraba un amigo, lo más cercano a ello.

    Cuando sus ojos se abrieron, estaba dentro de una casa antigua con arquitectura japonesa, todo era demasiado silencioso, demasiado ajeno

    Fue la primera alerta

    Buscó a alguien, a cualquiera, y cuando una mujer abrió la boca, el idioma japonés se le clavó como una daga en el oído

    La habían secuestrado y la habían llevado a un país donde no entendía el idioma, donde no tenía poder, donde no era nadie

    — ¡Voy a matarte, Kyo! — gritó con rabia

    Su cabello rojo era un desastre, su respiración desordenada, y los extraños la miraban como si fuera un espectro fuera de lugar.

    Se había olvidado de lo lejos que Kyo estaba dispuesto a llegar para sacarla del camino, alejarla tanto de Kiev como de Ryan, y lo había logrado, porque aunque Ryan fue el primero en desaparecer, a ella la empujaron aún más lejos

    ¿Qué tan difícil podía ser sobrevivir a esto?

    Esperó durante tres días la llegada del japonés, pero ninguna sombra se acercó, no tenía dinero, ni identificación, ni un contacto, ni un maldito plan para regresar a Albania

    Era un desastre, y no solo por fuera

    Intentó conseguir dinero, buscar salidas, improvisar, pero todo era ajeno, todo era hostil, todo estaba en su contra

    Y al final, terminó por involucrarse con los yakuza, fue inevitable, uno de ellos intentó tocarla y sin pensarlo le rompió el brazo, y cuando el resto vino a buscar explicaciones, ya era tarde

    No tuvo más opción que hundirse en ese mundo, meterse en los bajos fondos, adaptarse, ensuciarse, sobrevivir con lo poco que tenía, con lo que recordaba, con las ganas de volver a casa y verlos de nuevo

    Días, semanas, meses

    Todo era una cuenta regresiva


    — .... —

    El humo se disipaba con tranquilidad mientras ella lo observaba, solo tenía que terminar el contrato, solo eso y nada más.

    Estaba en una habitación japonesa, sentada con elegancia, vestía una yukata roja que dejaba parte de sus hombros al descubierto, el cabello recogido a medias, su piel marcada por el cansancio pero su sonrisa intacta, los dedos firmes alrededor de la pipa que encendía con lentitud, la mirada tranquila de quien lleva dentro una tormenta

    — ¿Es un trato? — sus labios soltaron las palabras tan suaves como venenosos mientras caminaba alrededor del hombre que tenía frente a ella, sus pasos suaves, calculados, su tono dulce como veneno — te lo prometo... esto te traerá más beneficios a ti que a mí. — Sus dedos recorrieron los hombros ajenos.

    El humo se escapaba de sus labios con naturalidad mientras se agachaba para sentarse, la yukata se deslizaba lo justo para jugar con su atención, su presencia era un arma, y ese hombre no tenía idea de en qué momento había bajado la guardia

    Estaba acompañado, claro, pero Rubi no se inmutó, los observó con la serenidad de quien ya había hecho esto muchas veces

    No podía decir nada más, cualquier palabra de más lo arruinaría, solo le quedaban unas frases suaves, una sonrisa y esa forma suya de mentir como si no lo hiciera, aunque sus dedos se aferraban a la tela roja que la envolvía.

    — Bien, es un trato — dijo él, haciendo un gesto japonés con la cabeza

    Rubi sonrió, como si acabara de escuchar una melodía perfecta. Aplaudió suavemente, juntó las manos con elegancia.

    Los hombres ingresaron a la sala con los papeles. El sello. El final.

    ¿Estaba contenta?
    Más que eso.
    El contrato era el precio exacto de su libertad.
    Su pasaje de regreso.

    Y mientras firmaban, aquella pregunta flotó por su cabeza, silenciosa, cálida y dolorosa:

    ¿Cómo estarían los chicos...?
    ❝ — 𝑬𝒏𝒕𝒐𝒏𝒄𝒆𝒔 ¿𝑬𝒔 𝒖𝒏 𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐? ❞ Fue de un cerrar de ojos Un día atendía papeles mientras Kiev aún no despertaba, Ryan se había ido, sin dejar una nota, ni una palabra, absolutamente nada. Aunque sabía que el rescate de Kiev lo había afectado de sobremanera, no creyó que terminaría provocando un mal dentro de su cabeza, algo que terminaría atormentandolo. Trato de hablar, pero ella era la menos indicada para hacerlo, porque también tenía sus propios problemas. Su ausencia ocurrió de la nada. Estaba cansada y exhausta, había tomado el control de todo de forma repentina para que la mafia no cayera, ordenó documentos, firmó contratos, controló los negocios, cuidó de Kiev como si fuera su enfermera, y las dudas la carcomían lentamente... ¿por qué no despertaba?, ¿por qué sus heridas no sanaban?, ¿por qué parecía tan simple, tan tranquilo? Su cuerpo no sanaba, parecía un simple mortal... Fue una de tanta noches, bebía unas copas, mientras hablaba con Kyo, su supuesta libertad se convirtió en una trampa, en un agujero oscuro que no vio venir. Alguien a quien consideraba un amigo, lo más cercano a ello. Cuando sus ojos se abrieron, estaba dentro de una casa antigua con arquitectura japonesa, todo era demasiado silencioso, demasiado ajeno Fue la primera alerta Buscó a alguien, a cualquiera, y cuando una mujer abrió la boca, el idioma japonés se le clavó como una daga en el oído La habían secuestrado y la habían llevado a un país donde no entendía el idioma, donde no tenía poder, donde no era nadie — ¡Voy a matarte, Kyo! — gritó con rabia Su cabello rojo era un desastre, su respiración desordenada, y los extraños la miraban como si fuera un espectro fuera de lugar. Se había olvidado de lo lejos que Kyo estaba dispuesto a llegar para sacarla del camino, alejarla tanto de Kiev como de Ryan, y lo había logrado, porque aunque Ryan fue el primero en desaparecer, a ella la empujaron aún más lejos ¿Qué tan difícil podía ser sobrevivir a esto? Esperó durante tres días la llegada del japonés, pero ninguna sombra se acercó, no tenía dinero, ni identificación, ni un contacto, ni un maldito plan para regresar a Albania Era un desastre, y no solo por fuera Intentó conseguir dinero, buscar salidas, improvisar, pero todo era ajeno, todo era hostil, todo estaba en su contra Y al final, terminó por involucrarse con los yakuza, fue inevitable, uno de ellos intentó tocarla y sin pensarlo le rompió el brazo, y cuando el resto vino a buscar explicaciones, ya era tarde No tuvo más opción que hundirse en ese mundo, meterse en los bajos fondos, adaptarse, ensuciarse, sobrevivir con lo poco que tenía, con lo que recordaba, con las ganas de volver a casa y verlos de nuevo Días, semanas, meses Todo era una cuenta regresiva — .... — El humo se disipaba con tranquilidad mientras ella lo observaba, solo tenía que terminar el contrato, solo eso y nada más. Estaba en una habitación japonesa, sentada con elegancia, vestía una yukata roja que dejaba parte de sus hombros al descubierto, el cabello recogido a medias, su piel marcada por el cansancio pero su sonrisa intacta, los dedos firmes alrededor de la pipa que encendía con lentitud, la mirada tranquila de quien lleva dentro una tormenta — ¿Es un trato? — sus labios soltaron las palabras tan suaves como venenosos mientras caminaba alrededor del hombre que tenía frente a ella, sus pasos suaves, calculados, su tono dulce como veneno — te lo prometo... esto te traerá más beneficios a ti que a mí. — Sus dedos recorrieron los hombros ajenos. El humo se escapaba de sus labios con naturalidad mientras se agachaba para sentarse, la yukata se deslizaba lo justo para jugar con su atención, su presencia era un arma, y ese hombre no tenía idea de en qué momento había bajado la guardia Estaba acompañado, claro, pero Rubi no se inmutó, los observó con la serenidad de quien ya había hecho esto muchas veces No podía decir nada más, cualquier palabra de más lo arruinaría, solo le quedaban unas frases suaves, una sonrisa y esa forma suya de mentir como si no lo hiciera, aunque sus dedos se aferraban a la tela roja que la envolvía. — Bien, es un trato — dijo él, haciendo un gesto japonés con la cabeza Rubi sonrió, como si acabara de escuchar una melodía perfecta. Aplaudió suavemente, juntó las manos con elegancia. Los hombres ingresaron a la sala con los papeles. El sello. El final. ¿Estaba contenta? Más que eso. El contrato era el precio exacto de su libertad. Su pasaje de regreso. Y mientras firmaban, aquella pregunta flotó por su cabeza, silenciosa, cálida y dolorosa: ¿Cómo estarían los chicos...?
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  • 𝓨𝓸𝓾 𝓴𝓷𝓸𝔀 𝓽𝓱𝓪𝓽 𝓘 𝓵𝓸𝓿𝓮 𝔂𝓸𝓾, 𝓫𝓸𝔂
    𝐇𝐨𝐭 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐌𝐞𝐱𝐢𝐜𝐨, 𝐫𝐞𝐣𝐨𝐢𝐜𝐞
    ᴬᵗ ᵗʰⁱˢ ᵖᵒⁱⁿᵗ ᴵ ᵍᵒᵗᵗᵃ ᶜʰᵒᵒˢᵉ, ⁿᵒᵗʰⁱⁿᵍ ᵗᵒ ˡᵒˢᵉ

    𝐈 𝐤𝐧𝐨𝐰 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐰𝐞 𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐧𝐠.
    𝐀𝐧𝐝 𝐈 𝐤𝐧𝐨𝐰 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐲𝐨𝐮 𝐦𝐚𝐲 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐦𝐞.
    𝐁𝐮𝐭 𝐈 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐜𝐚𝐧'𝐭 𝐛𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐲𝐨𝐮 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐭𝐡𝐢𝐬 𝐚𝐧𝐲𝐦𝐨𝐫𝐞.
    𝓨𝓸𝓾 𝓴𝓷𝓸𝔀 𝓽𝓱𝓪𝓽 𝓘 𝓵𝓸𝓿𝓮 𝔂𝓸𝓾, 𝓫𝓸𝔂 𝐇𝐨𝐭 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐌𝐞𝐱𝐢𝐜𝐨, 𝐫𝐞𝐣𝐨𝐢𝐜𝐞 ᴬᵗ ᵗʰⁱˢ ᵖᵒⁱⁿᵗ ᴵ ᵍᵒᵗᵗᵃ ᶜʰᵒᵒˢᵉ, ⁿᵒᵗʰⁱⁿᵍ ᵗᵒ ˡᵒˢᵉ 𝐈 𝐤𝐧𝐨𝐰 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐰𝐞 𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮𝐧𝐠. 𝐀𝐧𝐝 𝐈 𝐤𝐧𝐨𝐰 𝐭𝐡𝐚𝐭 𝐲𝐨𝐮 𝐦𝐚𝐲 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐦𝐞. 𝐁𝐮𝐭 𝐈 𝐣𝐮𝐬𝐭 𝐜𝐚𝐧'𝐭 𝐛𝐞 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐲𝐨𝐮 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐭𝐡𝐢𝐬 𝐚𝐧𝐲𝐦𝐨𝐫𝐞.
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  • ❝ 𝘐'𝘮 𝘑𝘶𝘴𝘵 𝘢𝘯 𝘖𝘭𝘥 𝘔𝘢𝘯. . . ❞ ──── 𝑀𝑜𝑛𝑑𝑎𝑦 𝐴𝑓𝑡𝑒𝑟𝑛𝑜𝑜𝑛.

    ||• Llego a casita y me pongo al pendiente de todo. Los quiero. ♡
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    𝙄𝙣𝙨𝙩𝙖𝙜𝙧𝙖𝙢 𝙥𝙤𝙨𝙩 « @𝓵𝓾𝓪𝓷𝓪𝓼.𝓶𝓲𝓽𝓱

    —Solo paso por aquí a postear mis nuevas fotos para que se puedan deleitar. Y también, a decirles que pronto tendremos de vuelta los conciertos y la tan aclamada gira.

    Les estaré compartiendo mi calendario, dónde podrán encontrar las entradas, las ciudades y países que visitaré, entre otras cosas. No se pierdan, los amo.🫶🏻

    9.6M 2.1M 1.7M
    𝙄𝙣𝙨𝙩𝙖𝙜𝙧𝙖𝙢 𝙥𝙤𝙨𝙩 « @𝓵𝓾𝓪𝓷𝓪𝓼.𝓶𝓲𝓽𝓱 —Solo paso por aquí a postear mis nuevas fotos para que se puedan deleitar. Y también, a decirles que pronto tendremos de vuelta los conciertos y la tan aclamada gira.🎤 Les estaré compartiendo mi calendario, dónde podrán encontrar las entradas, las ciudades y países que visitaré, entre otras cosas. No se pierdan, los amo.🫶🏻 ❤️9.6M 💬2.1M ↗️1.7M
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  • ❝ 𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘶𝘮𝘦 𝘪𝘴 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘢𝘯 𝘪𝘯𝘷𝘪𝘵𝘢𝘵𝘪𝘰𝘯 𝘵𝘰 𝘪𝘮𝘮𝘦𝘳𝘴𝘦 𝘮𝘺𝘴𝘦𝘭𝘧 𝘪𝘯 𝘢 𝘴𝘦𝘢 𝘰𝘧 𝘥𝘦𝘴𝘪𝘳𝘦. 𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘭𝘪𝘱𝘴 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘱𝘰𝘸𝘦𝘳 𝘵𝘰 𝘢𝘸𝘢𝘬𝘦𝘯 𝘮𝘺 𝘥𝘦𝘦𝘱𝘦𝘴𝘵 𝘥𝘦𝘴𝘪𝘳𝘦𝘴. ❞ ──── 𝐻𝑜𝑢𝑠𝑒 𝑜𝑓 𝐶𝑎𝑟𝑑𝑠 | 𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 [𝟕]

    ( https://youtu.be/tsfs9tAj7Ag?si=sDISuACuGqOLNq9c )
    ❝ 𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘱𝘦𝘳𝘧𝘶𝘮𝘦 𝘪𝘴 𝘭𝘪𝘬𝘦 𝘢𝘯 𝘪𝘯𝘷𝘪𝘵𝘢𝘵𝘪𝘰𝘯 𝘵𝘰 𝘪𝘮𝘮𝘦𝘳𝘴𝘦 𝘮𝘺𝘴𝘦𝘭𝘧 𝘪𝘯 𝘢 𝘴𝘦𝘢 𝘰𝘧 𝘥𝘦𝘴𝘪𝘳𝘦. 𝘠𝘰𝘶𝘳 𝘭𝘪𝘱𝘴 𝘩𝘢𝘷𝘦 𝘵𝘩𝘦 𝘱𝘰𝘸𝘦𝘳 𝘵𝘰 𝘢𝘸𝘢𝘬𝘦𝘯 𝘮𝘺 𝘥𝘦𝘦𝘱𝘦𝘴𝘵 𝘥𝘦𝘴𝘪𝘳𝘦𝘴. ❞ ──── 𝐻𝑜𝑢𝑠𝑒 𝑜𝑓 𝐶𝑎𝑟𝑑𝑠 | 𝕮𝖍𝖆𝖕𝖙𝖊𝖗 [𝟕] ( https://youtu.be/tsfs9tAj7Ag?si=sDISuACuGqOLNq9c )
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