• (2/2)

    —Sí… te llamé. Pero no para suplicar, [Sweets_dreams] .

    Su espejo de obsidiana dejó de reflejar. Se tornó negro, opaco como una noche sin fuego, y luego, sin previo aviso, estalló en fragmentos flotantes. Cada uno de ellos mostraba un sueño que alguna vez Tezcatlipoca tuvo…

    —Los sueños son un lujo de los débiles. Los hombres se aferran a ellos como a un hilo invisible cuando la realidad los aplasta. Tú… tú eres el tejedor de ese hilo. Un arquitecto de lo que nunca fue. ¿Y de qué sirven tus tejidos cuando el mundo necesita sangre, no esperanza?

    Morfeo permanecía en silencio. No era temor lo que sentía, es resignación. Sabía que Tezcatlipoca no hablaba por odio… sino por ruina. Por una furia que venía de antiguos olvidos.

    —Te convertiste en un dios que consuela. Uno que canta en la niebla. Pero yo… yo soy el que corta el velo.

    Tezcatlipoca levantó uno de sus brazos. De su mano, el humo negro empezó a condensarse, formando una lanza de obsidiana viva. Rugía con los gritos de mil batallas antiguas, donde los sueños eran aplastados por la crudeza de la guerra, por el hambre, por la locura.

    —He venido a arrancar el velo. A destruir el Reino del Sueño. Porque mientras vivas, el mundo cree que hay escapatoria. Y ya no la hay.

    Morfeo alzó la flor de amapola que tenía en su mano. No era una defensa, mas bien, como un símbolo. Una última ofrenda.

    —¿Y si destruyes el sueño, Tezcatlipoca? ¿Qué quedará de ti? Incluso tú has soñado… alguna vez. Aún lo haces. — aseguró Morfeo.

    Tezcatlipoca lo miró… y por un instante, vaciló. Pero el espejo ya estaba roto. Y con él, su compasión.

    —Eso es lo que me aterra. Y por eso… debo matarte.

    Empuñó la lanza y con gran fuerza la arrojó hacia Morfeo. La lanza descendió a gran velocidad y atravesó justo en el pecho de Morfeo con facilidad. No hubo grito. No hubo resistencia. Solo una ráfaga de viento, el crujido de las flores muriendo, y luego… silencio.

    Morfeo no se inmutó. Sabía que su furia no era más que otra máscara para un deseo más antiguo: el deseo de ser comprendido. Se inclinó levemente para ver la herida, con la solemnidad de quien entrega un don y no un favor.

    Finalmente, cerró sus parpados adormitados y el reino de los sueños tembló; las torres de arena comenzaron a desmoronarse. Los portales a los mundos soñados parpadearon, y muchos se cerrarían para siempre. Y así, Morfeo se desvaneció, como cenizas.

    Tezcatlipoca miró como la amapola caía al suelo , y susurró, no con triunfo… sino con una amarga nostalgia:

    —Aun muerto… seguirás soñando en mí.
    (2/2) —Sí… te llamé. Pero no para suplicar, [Sweets_dreams] . Su espejo de obsidiana dejó de reflejar. Se tornó negro, opaco como una noche sin fuego, y luego, sin previo aviso, estalló en fragmentos flotantes. Cada uno de ellos mostraba un sueño que alguna vez Tezcatlipoca tuvo… —Los sueños son un lujo de los débiles. Los hombres se aferran a ellos como a un hilo invisible cuando la realidad los aplasta. Tú… tú eres el tejedor de ese hilo. Un arquitecto de lo que nunca fue. ¿Y de qué sirven tus tejidos cuando el mundo necesita sangre, no esperanza? Morfeo permanecía en silencio. No era temor lo que sentía, es resignación. Sabía que Tezcatlipoca no hablaba por odio… sino por ruina. Por una furia que venía de antiguos olvidos. —Te convertiste en un dios que consuela. Uno que canta en la niebla. Pero yo… yo soy el que corta el velo. Tezcatlipoca levantó uno de sus brazos. De su mano, el humo negro empezó a condensarse, formando una lanza de obsidiana viva. Rugía con los gritos de mil batallas antiguas, donde los sueños eran aplastados por la crudeza de la guerra, por el hambre, por la locura. —He venido a arrancar el velo. A destruir el Reino del Sueño. Porque mientras vivas, el mundo cree que hay escapatoria. Y ya no la hay. Morfeo alzó la flor de amapola que tenía en su mano. No era una defensa, mas bien, como un símbolo. Una última ofrenda. —¿Y si destruyes el sueño, Tezcatlipoca? ¿Qué quedará de ti? Incluso tú has soñado… alguna vez. Aún lo haces. — aseguró Morfeo. Tezcatlipoca lo miró… y por un instante, vaciló. Pero el espejo ya estaba roto. Y con él, su compasión. —Eso es lo que me aterra. Y por eso… debo matarte. Empuñó la lanza y con gran fuerza la arrojó hacia Morfeo. La lanza descendió a gran velocidad y atravesó justo en el pecho de Morfeo con facilidad. No hubo grito. No hubo resistencia. Solo una ráfaga de viento, el crujido de las flores muriendo, y luego… silencio. Morfeo no se inmutó. Sabía que su furia no era más que otra máscara para un deseo más antiguo: el deseo de ser comprendido. Se inclinó levemente para ver la herida, con la solemnidad de quien entrega un don y no un favor. Finalmente, cerró sus parpados adormitados y el reino de los sueños tembló; las torres de arena comenzaron a desmoronarse. Los portales a los mundos soñados parpadearon, y muchos se cerrarían para siempre. Y así, Morfeo se desvaneció, como cenizas. Tezcatlipoca miró como la amapola caía al suelo , y susurró, no con triunfo… sino con una amarga nostalgia: —Aun muerto… seguirás soñando en mí.
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  • * . °•★|•°∵ ∵°•|☆•° . *

    𓆩✧𓆪
    El guardián de encontraba recostado encima del monte. Boca arriba, las manos detrás de la cabeza, piernas cruzadas, moviendo rítmicamente su pié de arriba abajo mientras observa hacía arriba.

    — Una vez más contemplando las estrellas, casi siento que conté todas las que hay en el cielo. Todo sin tener más compañía que la soledad, y un par de fieros pensamientos ¿Habrá algo más allá de esto? Es lo que siempre había deseado, quedarme a ser de guardia, dar mí vida por la Piedra... Talvez los sueños no son tan buenos después de todo.

    Después de unos segundos de pensar en voz alta, sacude la cabeza y cierra los ojos.

    — No... Mientras aún respire, mí paciencia, no eh de acabar. Por Drakona.
    * . °•★|•°∵ ∵°•|☆•° . * 🌕 𓆩✧𓆪 El guardián de encontraba recostado encima del monte. Boca arriba, las manos detrás de la cabeza, piernas cruzadas, moviendo rítmicamente su pié de arriba abajo mientras observa hacía arriba. — Una vez más contemplando las estrellas, casi siento que conté todas las que hay en el cielo. Todo sin tener más compañía que la soledad, y un par de fieros pensamientos ¿Habrá algo más allá de esto? Es lo que siempre había deseado, quedarme a ser de guardia, dar mí vida por la Piedra... Talvez los sueños no son tan buenos después de todo. Después de unos segundos de pensar en voz alta, sacude la cabeza y cierra los ojos. — No... Mientras aún respire, mí paciencia, no eh de acabar. Por Drakona.
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  • ────¿No es curioso? Cerramos los ojos y el cuerpo se apaga. Pero la mente sigue bailando en sueños. Como si incluso dormidos, necesitáramos un poco de aventuras.
    ────¿No es curioso? Cerramos los ojos y el cuerpo se apaga. Pero la mente sigue bailando en sueños. Como si incluso dormidos, necesitáramos un poco de aventuras.
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  • — A pesar que ya no formo parte de SOLDIER aún llevo la misma indumentaria que en aquel entonces... Hoy en día no son más que una milicia corrupta, mas yo abrazo los ideales que me llevaron a formar parte de ese equipo donde conocí a mis héroes. Abrazo mis sueños y protrejo mi honor.
    — A pesar que ya no formo parte de SOLDIER aún llevo la misma indumentaria que en aquel entonces... Hoy en día no son más que una milicia corrupta, mas yo abrazo los ideales que me llevaron a formar parte de ese equipo donde conocí a mis héroes. Abrazo mis sueños y protrejo mi honor.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    // -Cuando mi jefe me dice que tengo que entrenar al nuevo -

    Jajaja en tus sueños.. quieres que lo lleve por el mal camino (?)
    Obligame perro..
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  • ⸻ A veces, me despierto con olor a café recién hecho y petricor en los labios... y sé que soñé contigo.

    No te conozco, pero te echo de menos como si hubieras olvidado volver.

    Sé cómo ríes, porque tu voz roza mi oído cuando cierro los ojos.

    En mis sueños, me tomas la mano con la timidez de un ladrón, sabes que no será eterno, y aún así lo haces.

    No sé tu nombre, la providencia lo guarda en el estribillo de una canción que aún no he escuchado.

    Cuando llegue el día, cuando te mire y diga “ah, siempre fuiste tú”, prométeme que también recordarás este olvido que aún no ha sucedido ⸻.
    ⸻ A veces, me despierto con olor a café recién hecho y petricor en los labios... y sé que soñé contigo. No te conozco, pero te echo de menos como si hubieras olvidado volver. Sé cómo ríes, porque tu voz roza mi oído cuando cierro los ojos. En mis sueños, me tomas la mano con la timidez de un ladrón, sabes que no será eterno, y aún así lo haces. No sé tu nombre, la providencia lo guarda en el estribillo de una canción que aún no he escuchado. Cuando llegue el día, cuando te mire y diga “ah, siempre fuiste tú”, prométeme que también recordarás este olvido que aún no ha sucedido ⸻.
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  • Acabo de tomar una foto a una persona maravillosa y exitosa que cumplirá todos sus sueños, puedes seguir bajando <3
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  • Aférrate a tus sueños
    porque si los sueños mueren
    la vida es como un pájaro de alas rotas
    incapaz de volar.
    Aférrate a tus sueños
    porque si los sueños se marchan
    la vida es como un campo yermo
    cubierto de escarcha.
    Aférrate a tus sueños porque si los sueños mueren la vida es como un pájaro de alas rotas incapaz de volar. Aférrate a tus sueños porque si los sueños se marchan la vida es como un campo yermo cubierto de escarcha.
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  • Traición, desolación y soledad.

    Le ocurría desde hacía muchos años pero solo Adamai conocía su secreto. Ni siquiera se había atrevido a contarle a su propio padre lo que algunas noches parecía atormentarlo.

    Desde aquella batalla contra Nox y su primer contacto con el Selacube, se había percatado que parte de sus memorias pasaban lo atormentaban enas noches. Al principio constante, luego parecían aparecer solo cuando parecía afectarle algo como un recuerdo constante de un viejo fracaso que podría repetirse.

    Se removía en sueños, inquieto, mientras su mente repasaba las imágenes de antiguas vidas. De una historia ya olvidada pero que en realidad estaba firmemente tallada en su alma.
    Muerte, destrucción y llantos. El dolor de un puñal en la espalda de una traición.
    En sus sueños, podía ver lo que alguna vez fue el antiguo lugar que proclamaron como suyo en el mundo de los doce. Un elegante trono delicadamente trabajado por generaciones transmitidas en su pueblo, destruido y consumido por el fuego y la destrucción. El lejano ruido de un combate que parecía nunca terminar.
    En sueños, no podía verse a sí mismo, pero podía notarse sentado en el trono. Abatido. Cansado.

    A lo lejos, la feroz lucha contra una criatura tal vez tan antigua como el mismo krozmos y una de sus hermanas eliatropes.
    Podía distinguir el wakfu de su pueblo desvanecerse en el aire tras haber consumido hasta la última gota en un acto de desesperación y supervivencia. En su pecho, un agudo dolor tan insoportable que lo había adormecido. La pérdida de una mitad, de un igual, de un compañero y hermano. Su hermano.

    Herido y agotado. Incluso en su sueño juraba recordar el sentimiento de soledad y determinación. La necesidad de darlo todo hasta volver a su dofus.
    Las imágenes en su mente repasaron una feroz batalla antigua que lo llevaría hasta su propia destrucción antes de volver a su dofus.

    Despertaría agitado, transpirado y con el corazón acelerado. Jurando que si cerraba sus ojos podía volver a transportarse a tan lejano y doloroso recuerdo.
    Mientras ocultaba su rostro entre sus manos, intentaba controlar el temblor de su cuerpo y su acelerada respiración.

    — Está bien, ya pasó. —

    Se decía a sí mismo en su mente.

    — El mundo ya no está en peligro. Mi pueblo no es perseguido —

    Pero aunque insistía aquellas palabras en su mente, su corazón latía con dolorosa duda e inseguridad. Con el pasado miedo de volver a ser atormentados, perseguidos, por antiguas criaturas cargadas de poder y sed de venganza...
    Traición, desolación y soledad. Le ocurría desde hacía muchos años pero solo Adamai conocía su secreto. Ni siquiera se había atrevido a contarle a su propio padre lo que algunas noches parecía atormentarlo. Desde aquella batalla contra Nox y su primer contacto con el Selacube, se había percatado que parte de sus memorias pasaban lo atormentaban enas noches. Al principio constante, luego parecían aparecer solo cuando parecía afectarle algo como un recuerdo constante de un viejo fracaso que podría repetirse. Se removía en sueños, inquieto, mientras su mente repasaba las imágenes de antiguas vidas. De una historia ya olvidada pero que en realidad estaba firmemente tallada en su alma. Muerte, destrucción y llantos. El dolor de un puñal en la espalda de una traición. En sus sueños, podía ver lo que alguna vez fue el antiguo lugar que proclamaron como suyo en el mundo de los doce. Un elegante trono delicadamente trabajado por generaciones transmitidas en su pueblo, destruido y consumido por el fuego y la destrucción. El lejano ruido de un combate que parecía nunca terminar. En sueños, no podía verse a sí mismo, pero podía notarse sentado en el trono. Abatido. Cansado. A lo lejos, la feroz lucha contra una criatura tal vez tan antigua como el mismo krozmos y una de sus hermanas eliatropes. Podía distinguir el wakfu de su pueblo desvanecerse en el aire tras haber consumido hasta la última gota en un acto de desesperación y supervivencia. En su pecho, un agudo dolor tan insoportable que lo había adormecido. La pérdida de una mitad, de un igual, de un compañero y hermano. Su hermano. Herido y agotado. Incluso en su sueño juraba recordar el sentimiento de soledad y determinación. La necesidad de darlo todo hasta volver a su dofus. Las imágenes en su mente repasaron una feroz batalla antigua que lo llevaría hasta su propia destrucción antes de volver a su dofus. Despertaría agitado, transpirado y con el corazón acelerado. Jurando que si cerraba sus ojos podía volver a transportarse a tan lejano y doloroso recuerdo. Mientras ocultaba su rostro entre sus manos, intentaba controlar el temblor de su cuerpo y su acelerada respiración. — Está bien, ya pasó. — Se decía a sí mismo en su mente. — El mundo ya no está en peligro. Mi pueblo no es perseguido — Pero aunque insistía aquellas palabras en su mente, su corazón latía con dolorosa duda e inseguridad. Con el pasado miedo de volver a ser atormentados, perseguidos, por antiguas criaturas cargadas de poder y sed de venganza...
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  • A veces el universo cocina a fuego lento. No es que se haya olvidado de ti… es que las estrellas son artistas y les gusta bailar antes de alinearse. Quieres el pastel ahora, con velas, confeti, y los ojos que te han visto una vez de nuevo sobre ti. Respuesta inmediata. Pero el horno dice: "espera, todavía falta un poco de magia."

    Y el problema es que mientras tanto, duele. Duele esperar. Duele no tener. Duele querer mucho. Duele ver pasar los trenes de los demás sintiendo que lo tuyo viene en burro.

    Pero yo sé, me lo dijo un charco con forma de reloj daliniano; las cosas que valen la pena no llegan con prisas. Crecer no suena a aplausos y flashes fotográficos. Suena a silencio. Y la paciencia es tejer con estambre invisible, no ves el avance, pero de pronto, ¡zas!, tienes un abrigo hecho de tus propios sueños.
    A veces el universo cocina a fuego lento. No es que se haya olvidado de ti… es que las estrellas son artistas y les gusta bailar antes de alinearse. Quieres el pastel ahora, con velas, confeti, y los ojos que te han visto una vez de nuevo sobre ti. Respuesta inmediata. Pero el horno dice: "espera, todavía falta un poco de magia." Y el problema es que mientras tanto, duele. Duele esperar. Duele no tener. Duele querer mucho. Duele ver pasar los trenes de los demás sintiendo que lo tuyo viene en burro. Pero yo sé, me lo dijo un charco con forma de reloj daliniano; las cosas que valen la pena no llegan con prisas. Crecer no suena a aplausos y flashes fotográficos. Suena a silencio. Y la paciencia es tejer con estambre invisible, no ves el avance, pero de pronto, ¡zas!, tienes un abrigo hecho de tus propios sueños.
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