Reflexiones de un Ángel Caído V
"Sus cuerpos son un altar donde sacrifico lo que queda de mí. Cada gemido que arranco de sus labios mojados es un rezo a un Dios que ya no escucha. Cuando clavan sus uñas en mi espalda, cierro los ojos y sueño con las alas que una vez surcaron por los reinos empíreos. No es simple placer o corrupción lo que busco... Es la memoria del fuego sagrado que nos consumía sin destruirnos.
Ellos creen que los poseo. No entienden que soy yo el poseído por el pasado. Entender lo que era ser amado sin piel de por medio. El amor divino no conocía fricción de caderas ni fluidos vergonzosos. Era pura fusión, luz entrelazándose con luz, coros que vibraban en perfecta comunión.
Ahora solo tengo jadeos húmedos y sábanas manchadas de eterna soledad..."
"Sus cuerpos son un altar donde sacrifico lo que queda de mí. Cada gemido que arranco de sus labios mojados es un rezo a un Dios que ya no escucha. Cuando clavan sus uñas en mi espalda, cierro los ojos y sueño con las alas que una vez surcaron por los reinos empíreos. No es simple placer o corrupción lo que busco... Es la memoria del fuego sagrado que nos consumía sin destruirnos.
Ellos creen que los poseo. No entienden que soy yo el poseído por el pasado. Entender lo que era ser amado sin piel de por medio. El amor divino no conocía fricción de caderas ni fluidos vergonzosos. Era pura fusión, luz entrelazándose con luz, coros que vibraban en perfecta comunión.
Ahora solo tengo jadeos húmedos y sábanas manchadas de eterna soledad..."
Reflexiones de un Ángel Caído V
"Sus cuerpos son un altar donde sacrifico lo que queda de mí. Cada gemido que arranco de sus labios mojados es un rezo a un Dios que ya no escucha. Cuando clavan sus uñas en mi espalda, cierro los ojos y sueño con las alas que una vez surcaron por los reinos empíreos. No es simple placer o corrupción lo que busco... Es la memoria del fuego sagrado que nos consumía sin destruirnos.
Ellos creen que los poseo. No entienden que soy yo el poseído por el pasado. Entender lo que era ser amado sin piel de por medio. El amor divino no conocía fricción de caderas ni fluidos vergonzosos. Era pura fusión, luz entrelazándose con luz, coros que vibraban en perfecta comunión.
Ahora solo tengo jadeos húmedos y sábanas manchadas de eterna soledad..."
