• °.✩∘*˃̶୨ EL CUERVO ୧˂̶*∘✩.°
    ──── Edgar Allan Poe

    Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
    mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
    inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
    cabeceando, casi dormido,
    oyóse de súbito un leve golpe,
    como si suavemente tocaran,
    tocaran a la puerta de mi cuarto.
    “Es -dije musitando- un visitante
    tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
    Eso es todo, y nada más.”

    ¡Ah! aquel lúcido recuerdo
    de un gélido diciembre;
    espectros de brasas moribundas
    reflejadas en el suelo;
    angustia del deseo del nuevo día;
    en vano encareciendo a mis libros
    dieran tregua a mi dolor.
    Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
    virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
    Aquí ya sin nombre, para siempre.

    Y el crujir triste, vago, escalofriante
    de la seda de las cortinas rojas
    llenábame de fantásticos terrores
    jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
    acallando el latido de mi corazón,
    vuelvo a repetir:
    “Es un visitante a la puerta de mi cuarto
    queriendo entrar. Algún visitante
    que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
    Eso es todo, y nada más.”

    Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
    y ya sin titubeos:
    “Señor -dije- o señora, en verdad vuestro perdón imploro,
    mas el caso es que, adormilado
    cuando vinisteis a tocar quedamente,
    tan quedo vinisteis a llamar,
    a llamar a la puerta de mi cuarto,
    que apenas pude creer que os oía.”
    Y entonces abrí de par en par la puerta:
    Oscuridad, y nada más.

    Escrutando hondo en aquella negrura
    permanecí largo rato, atónito, temeroso,
    dudando, soñando sueños que ningún mortal
    se haya atrevido jamás a soñar.
    Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
    y la única palabra ahí proferida
    era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
    Lo pronuncié en un susurro, y el eco
    lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
    Apenas esto fue, y nada más.

    Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
    toda mi alma abrasándose dentro de mí,
    no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
    “Ciertamente -me dije-, ciertamente
    algo sucede en la reja de mi ventana.
    Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
    y así penetrar pueda en el misterio.
    Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
    y así penetrar pueda en el misterio.”
    ¡Es el viento, y nada más!

    De un golpe abrí la puerta,
    y con suave batir de alas, entró
    un majestuoso cuervo
    de los santos días idos.
    Sin asomos de reverencia,
    ni un instante quedo;
    y con aires de gran señor o de gran dama
    fue a posarse en el busto de Palas,
    sobre el dintel de mi puerta.
    Posado, inmóvil, y nada más.

    Entonces, este pájaro de ébano
    cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
    con el grave y severo decoro
    del aspecto de que se revestía.
    “Aun con tu cresta cercenada y mocha -le dije-.
    no serás un cobarde.
    hórrido cuervo vetusto y amenazador.
    Evadido de la ribera nocturna.
    ¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
    Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

    Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
    pudiera hablar tan claramente;
    aunque poco significaba su respuesta.
    Poco pertinente era. Pues no podemos
    sino concordar en que ningún ser humano
    ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
    posado sobre el dintel de su puerta,
    pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
    de Palas en el dintel de su puerta
    con semejante nombre: “Nunca más.”

    Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
    las palabras pronunció, como virtiendo
    su alma sólo en esas palabras.
    Nada más dijo entonces;
    no movió ni una pluma.
    Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
    “Otros amigos se han ido antes;
    mañana él también me dejará,
    como me abandonaron mis esperanzas.”
    Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

    Sobrecogido al romper el silencio
    tan idóneas palabras,
    “sin duda -pensé-, sin duda lo que dice
    es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
    de un amo infortunado a quien desastre impío
    persiguió, acosó sin dar tregua
    hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
    hasta que las endechas de su esperanza
    llevaron sólo esa carga melancólica
    de “Nunca, nunca más.”

    Mas el Cuervo arrancó todavía
    de mis tristes fantasías una sonrisa;
    acerqué un mullido asiento
    frente al pájaro, el busto y la puerta;
    y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
    empecé a enlazar una fantasía con otra,
    pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
    lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
    flaco y ominoso pájaro de antaño
    quería decir graznando: “Nunca más,”

    En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
    frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
    quemaban hasta el fondo de mi pecho.
    Esto y más, sentado, adivinaba,
    con la cabeza reclinada
    en el aterciopelado forro del cojín
    acariciado por la luz de la lámpara;
    en el forro de terciopelo violeta
    acariciado por la luz de la lámpara
    ¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

    Entonces me pareció que el aire
    se tornaba más denso, perfumado
    por invisible incensario mecido por serafines
    cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
    “¡Miserable -dije-, tu Dios te ha concedido,
    por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
    tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
    ¡Apura, oh, apura este dulce nepente
    y olvida a tu ausente Leonora!”
    Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

    “¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabólica!
    ¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
    enviado por el Tentador, o arrojado
    por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
    a esta desértica tierra encantada,
    a este hogar hechizado por el horror!
    Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
    ¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
    ¡Dime, dime, te imploro!”
    Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

    “¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabólica!
    ¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
    ¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
    ese Dios que adoramos tú y yo,
    dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
    tendrá en sus brazos a una santa doncella
    llamada por los ángeles Leonora,
    tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
    llamada por los ángeles Leonora!”
    Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

    “¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
    pájaro o espíritu maligno! -le grité presuntuoso.
    ¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
    No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
    que profirió tu espíritu!
    Deja mi soledad intacta.
    Abandona el busto del dintel de mi puerta.
    Aparta tu pico de mi corazón
    y tu figura del dintel de mi puerta.
    Y el Cuervo dijo: Nunca más.”

    Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
    Aún sigue posado, aún sigue posado
    en el pálido busto de Palas.
    en el dintel de la puerta de mi cuarto.
    Y sus ojos tienen la apariencia
    de los de un demonio que está soñando.
    Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
    tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
    del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
    no podrá liberarse. ¡Nunca más!
    °.✩∘*˃̶୨ EL CUERVO ୧˂̶*∘✩.° ──── Edgar Allan Poe Una vez, al filo de una lúgubre media noche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia, cabeceando, casi dormido, oyóse de súbito un leve golpe, como si suavemente tocaran, tocaran a la puerta de mi cuarto. “Es -dije musitando- un visitante tocando quedo a la puerta de mi cuarto. Eso es todo, y nada más.” ¡Ah! aquel lúcido recuerdo de un gélido diciembre; espectros de brasas moribundas reflejadas en el suelo; angustia del deseo del nuevo día; en vano encareciendo a mis libros dieran tregua a mi dolor. Dolor por la pérdida de Leonora, la única, virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada. Aquí ya sin nombre, para siempre. Y el crujir triste, vago, escalofriante de la seda de las cortinas rojas llenábame de fantásticos terrores jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie, acallando el latido de mi corazón, vuelvo a repetir: “Es un visitante a la puerta de mi cuarto queriendo entrar. Algún visitante que a deshora a mi cuarto quiere entrar. Eso es todo, y nada más.” Ahora, mi ánimo cobraba bríos, y ya sin titubeos: “Señor -dije- o señora, en verdad vuestro perdón imploro, mas el caso es que, adormilado cuando vinisteis a tocar quedamente, tan quedo vinisteis a llamar, a llamar a la puerta de mi cuarto, que apenas pude creer que os oía.” Y entonces abrí de par en par la puerta: Oscuridad, y nada más. Escrutando hondo en aquella negrura permanecí largo rato, atónito, temeroso, dudando, soñando sueños que ningún mortal se haya atrevido jamás a soñar. Mas en el silencio insondable la quietud callaba, y la única palabra ahí proferida era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?” Lo pronuncié en un susurro, y el eco lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!” Apenas esto fue, y nada más. Vuelto a mi cuarto, mi alma toda, toda mi alma abrasándose dentro de mí, no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza. “Ciertamente -me dije-, ciertamente algo sucede en la reja de mi ventana. Dejad, pues, que vea lo que sucede allí, y así penetrar pueda en el misterio. Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio, y así penetrar pueda en el misterio.” ¡Es el viento, y nada más! De un golpe abrí la puerta, y con suave batir de alas, entró un majestuoso cuervo de los santos días idos. Sin asomos de reverencia, ni un instante quedo; y con aires de gran señor o de gran dama fue a posarse en el busto de Palas, sobre el dintel de mi puerta. Posado, inmóvil, y nada más. Entonces, este pájaro de ébano cambió mis tristes fantasías en una sonrisa con el grave y severo decoro del aspecto de que se revestía. “Aun con tu cresta cercenada y mocha -le dije-. no serás un cobarde. hórrido cuervo vetusto y amenazador. Evadido de la ribera nocturna. ¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!” Y el Cuervo dijo: “Nunca más.” Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado pudiera hablar tan claramente; aunque poco significaba su respuesta. Poco pertinente era. Pues no podemos sino concordar en que ningún ser humano ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro posado sobre el dintel de su puerta, pájaro o bestia, posado en el busto esculpido de Palas en el dintel de su puerta con semejante nombre: “Nunca más.” Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto. las palabras pronunció, como virtiendo su alma sólo en esas palabras. Nada más dijo entonces; no movió ni una pluma. Y entonces yo me dije, apenas murmurando: “Otros amigos se han ido antes; mañana él también me dejará, como me abandonaron mis esperanzas.” Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.” Sobrecogido al romper el silencio tan idóneas palabras, “sin duda -pensé-, sin duda lo que dice es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido de un amo infortunado a quien desastre impío persiguió, acosó sin dar tregua hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido, hasta que las endechas de su esperanza llevaron sólo esa carga melancólica de “Nunca, nunca más.” Mas el Cuervo arrancó todavía de mis tristes fantasías una sonrisa; acerqué un mullido asiento frente al pájaro, el busto y la puerta; y entonces, hundiéndome en el terciopelo, empecé a enlazar una fantasía con otra, pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño, lo que este torvo, desgarbado, hórrido, flaco y ominoso pájaro de antaño quería decir graznando: “Nunca más,” En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra, frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos, quemaban hasta el fondo de mi pecho. Esto y más, sentado, adivinaba, con la cabeza reclinada en el aterciopelado forro del cojín acariciado por la luz de la lámpara; en el forro de terciopelo violeta acariciado por la luz de la lámpara ¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más! Entonces me pareció que el aire se tornaba más denso, perfumado por invisible incensario mecido por serafines cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado. “¡Miserable -dije-, tu Dios te ha concedido, por estos ángeles te ha otorgado una tregua, tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora! ¡Apura, oh, apura este dulce nepente y olvida a tu ausente Leonora!” Y el Cuervo dijo: “Nunca más.” “¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabólica! ¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio enviado por el Tentador, o arrojado por la tempestad a este refugio desolado e impávido, a esta desértica tierra encantada, a este hogar hechizado por el horror! Profeta, dime, en verdad te lo imploro, ¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad? ¡Dime, dime, te imploro!” Y el cuervo dijo: “Nunca más.” “¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabólica! ¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio! ¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas, ese Dios que adoramos tú y yo, dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén tendrá en sus brazos a una santa doncella llamada por los ángeles Leonora, tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen llamada por los ángeles Leonora!” Y el cuervo dijo: “Nunca más.” “¡Sea esa palabra nuestra señal de partida pájaro o espíritu maligno! -le grité presuntuoso. ¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica. No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira que profirió tu espíritu! Deja mi soledad intacta. Abandona el busto del dintel de mi puerta. Aparta tu pico de mi corazón y tu figura del dintel de mi puerta. Y el Cuervo dijo: Nunca más.” Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo. Aún sigue posado, aún sigue posado en el pálido busto de Palas. en el dintel de la puerta de mi cuarto. Y sus ojos tienen la apariencia de los de un demonio que está soñando. Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama tiende en el suelo su sombra. Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podrá liberarse. ¡Nunca más!
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    Me gustaría desarrollar una trama de reencuentro entre dos amigas del pasado, cuya amistad se rompió de la peor manera. Profundizar en las heridas abiertas, los recuerdos agridulces, los problemas que no solucionaron en su momento, las palabras que nunca se dijeron, y la posibilidad (o no) de una segunda oportunidad.

    Si a alguien le interesa abrirse un personaje femenino 3D (o tiene algún que se pueda adaptar a la trama), puede escribirme para más detalles.
    Me gustaría desarrollar una trama de reencuentro entre dos amigas del pasado, cuya amistad se rompió de la peor manera. Profundizar en las heridas abiertas, los recuerdos agridulces, los problemas que no solucionaron en su momento, las palabras que nunca se dijeron, y la posibilidad (o no) de una segunda oportunidad. Si a alguien le interesa abrirse un personaje femenino 3D (o tiene algún que se pueda adaptar a la trama), puede escribirme para más detalles.
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  • Recuerdo que cuando vivia , en valhalla alla Asgard los chicos eren muy timidos , con una chica como yo .
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  • -Recuerdos de un pasado que no se pudo cambiar ..pero que me dices del futuro ? Usarías un camino diferente ?
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  • El universo se siente tan silencioso esta noche…
    Me balanceo en mi pequeña luna creciente mientras escribo con mi pluma. Cada línea que trazo es un pedacito de mí, un recuerdo de todo lo que viví.

    Fue divertido… sí, lo fue. Viajé por galaxias, toqué estrellas, acaricié mundos enteros. Y aunque todo cambie, aunque los planetas sigan girando sin mí, mi corazón guarda esos momentos como constelaciones eternas.

    Yo soy Tsukumo Sana. Un alma cósmica que ama, recuerda y sigue brillando, aunque el espacio sea infinito.
    El universo se siente tan silencioso esta noche… Me balanceo en mi pequeña luna creciente mientras escribo con mi pluma. Cada línea que trazo es un pedacito de mí, un recuerdo de todo lo que viví. Fue divertido… sí, lo fue. Viajé por galaxias, toqué estrellas, acaricié mundos enteros. Y aunque todo cambie, aunque los planetas sigan girando sin mí, mi corazón guarda esos momentos como constelaciones eternas. Yo soy Tsukumo Sana. Un alma cósmica que ama, recuerda y sigue brillando, aunque el espacio sea infinito. ✨
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  • Una vez más, como cada vez que no sabía a qué tiempo acogerse, ni que recuerdos visitar. Cuando no encontraba más caminos que simplemente evadirse en la nada de la coordenada, se tumbó sobre la arena de la que estaban hechos los titanes, observando el cielo aparentemente nocturno cruzado por las innumerables ramas de los caminos. Todas las posibilidades de lo que fue, lo que es y lo que podria ser. Eñ un momento dado, sin levantarse, tomó un poco de arena y la dejó caer con lentitud, pensando en una persona muy concreta. Y sin saber muy bien como ni por que, se formó una pequeña flor que parecía se cristal, con cuidado la tomó entre sus dedos y la observó en silencio.
    Una vez más, como cada vez que no sabía a qué tiempo acogerse, ni que recuerdos visitar. Cuando no encontraba más caminos que simplemente evadirse en la nada de la coordenada, se tumbó sobre la arena de la que estaban hechos los titanes, observando el cielo aparentemente nocturno cruzado por las innumerables ramas de los caminos. Todas las posibilidades de lo que fue, lo que es y lo que podria ser. Eñ un momento dado, sin levantarse, tomó un poco de arena y la dejó caer con lentitud, pensando en una persona muy concreta. Y sin saber muy bien como ni por que, se formó una pequeña flor que parecía se cristal, con cuidado la tomó entre sus dedos y la observó en silencio.
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  • Debo admitirlo...
    Nunca he sido un buen amante, un novio que demuestre amor.
    Creo que perdí a muchos amantes por mi frialdad. ¿Acaso no me he esforzado lo suficiente por estar ahí para la persona que amaba?
    ¿He sido grosero o ausente? No lo sé. No lo recuerdo...
    Debo admitirlo... Nunca he sido un buen amante, un novio que demuestre amor. Creo que perdí a muchos amantes por mi frialdad. ¿Acaso no me he esforzado lo suficiente por estar ahí para la persona que amaba? ¿He sido grosero o ausente? No lo sé. No lo recuerdo...
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  • —Entonces... Ya no... Ya no estoy solo —pensó en voz alta para si mismo, mientras sobre un tejado en uno de sus recuerdos, cuando todavía estaba junto a sus amigos y, aunque saber que ya no estaban seguía doliendo; el recuerdo por primera vez le produjo más alegría que tristeza.

    Por primera vez, sentía que podía seguir avanzando.
    —Entonces... Ya no... Ya no estoy solo —pensó en voz alta para si mismo, mientras sobre un tejado en uno de sus recuerdos, cuando todavía estaba junto a sus amigos y, aunque saber que ya no estaban seguía doliendo; el recuerdo por primera vez le produjo más alegría que tristeza. Por primera vez, sentía que podía seguir avanzando.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tenlo en cuenta al responder.
    ¡Hola a todxs!

    Primero que nada: ¡muchas gracias por unirse al fandom! Me hace muchísima ilusión que empiecen a venir personas. Gracias por unirse con sus Ocs preciosos y personaje(s) canon.


    Aquí voy a colocar una lista de los personajes unidos para que cada quien pueda echarles un vistazo, también voy a colocar la trama que tenía más o menos planeada (y se irán agregando diferentes cosas conforme entre todxs le demos más forma. También es probable que, si la lista de PJs se hace larga, coloque la trama en otro post para que no se haga tanto embrollo).

    ──────────
    𝐏𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬:

    𝐒𝐂𝐎𝐓𝐓 𝐌𝐂𝐂𝐀𝐋𝐋 (Canon)

    Stiles Stilinski (Canon)

    𝐇𝐲𝐚𝐜𝐢𝐭𝐡 𝐌𝐨𝐫𝐠𝐚𝐧 (Oc)

    𝐋𝐢𝐥𝐢𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐇𝐚𝐮𝐬𝐦𝐚𝐧𝐧𝐢𝐧 (Oc)



    𝐓𝐫𝐚𝐦𝐚:

    Ocurre más o menos después del arco del Nogitsune. Llega un hada (Hyacith) a Beacon Hills, esta hada puede tomar la apariencia de alguien de la manada (aunque no pueden ser algunos seres sobrenaturales como hombres lobos o hellhounds, etc) y decide sembrar el caos. Lo que ocurre es que, cuando toma la apariencia de alguien, ademas de llevarse a la persona, va tomando emociones, recuerdos, todo de su objetivo y lo va debilitando hasta matarlo. Cuando se dan cuenta de esto es que deben encontrar quién es el hada y detenerla antes que sea tarde.
    ──────────

    Por supuesto, esto está sujeto a cambios según si llegan más Ocs y por dónde empieza a girar el rol al ir avanzando. Es como una "trama principal" a la que pueden ir uniéndose quienes deseen, luego habrá tramas a parte entre perosnajes, claro, según cómo vean en interactuar entre cada unx.

    ¡Gracias por leer! Bonito día.
    ¡Hola a todxs! Primero que nada: ¡muchas gracias por unirse al fandom! Me hace muchísima ilusión que empiecen a venir personas. Gracias por unirse con sus Ocs preciosos y personaje(s) canon. ❤️ Aquí voy a colocar una lista de los personajes unidos para que cada quien pueda echarles un vistazo, también voy a colocar la trama que tenía más o menos planeada (y se irán agregando diferentes cosas conforme entre todxs le demos más forma. También es probable que, si la lista de PJs se hace larga, coloque la trama en otro post para que no se haga tanto embrollo). ────────── 𝐏𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞𝐬: • [THCTRUEALPH4] (Canon) • [Stiles_S] (Canon) • [Hyacith_Mor2] (Oc) • [Lili_Hau1] (Oc) 𝐓𝐫𝐚𝐦𝐚: Ocurre más o menos después del arco del Nogitsune. Llega un hada (Hyacith) a Beacon Hills, esta hada puede tomar la apariencia de alguien de la manada (aunque no pueden ser algunos seres sobrenaturales como hombres lobos o hellhounds, etc) y decide sembrar el caos. Lo que ocurre es que, cuando toma la apariencia de alguien, ademas de llevarse a la persona, va tomando emociones, recuerdos, todo de su objetivo y lo va debilitando hasta matarlo. Cuando se dan cuenta de esto es que deben encontrar quién es el hada y detenerla antes que sea tarde. ────────── Por supuesto, esto está sujeto a cambios según si llegan más Ocs y por dónde empieza a girar el rol al ir avanzando. Es como una "trama principal" a la que pueden ir uniéndose quienes deseen, luego habrá tramas a parte entre perosnajes, claro, según cómo vean en interactuar entre cada unx. ¡Gracias por leer! Bonito día.✨️
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  • El mediodía ya habia pasado y los habia descubierto todavía en la cama, demasiado entretenidos como para darse cuenta del paso de las horas. Costaba salir de aquellas sábanas cuando lo único que le interesaba de aquella ciudad estaba bajo ellas.

    No habia descuidado su trabajo, pero digamos que le habia dedicado muchas más horas de las recomendables a la preciosa señorita Fernwick. Y no se arrepentía. Prefería pasar las horas contemplándola tumbados en la cama, recorriendo su piel con las yemas de sus dedos. No se le podía culpar.

    De pronto un recuerdo apremiante pasa por su cabeza de forma rápida.

    -¡Oh! -exclama y se incorpora en la cama- Acabo de acordarme. ¡Tengo una cosa para ti! -dice apartando las sábanas para salir de la cama y caminar hasta la cómoda, donde abre un cajón y saca una pequeña caja de madera. Con esta vuelve hasta la cama y se la ofrece a la morena.

    En el interior de aquella caja la joven encontraría una joya. Una perla con brillo antinatural, más pulida que el nácar, engastada en un colgante y adherida a una cadena de plata antigua.

    -Dicen que esta perla es capaz de cumplir deseos. Deseos de verdad... -asiente alzando sus cejas- Pero tiene truco. Solo puedes pedir un deseo. Habrás de usarlo bien... He pensado que... Sería el regalo perfecto. Feliz cumpleaños, Danielle Fernwick...


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    El mediodía ya habia pasado y los habia descubierto todavía en la cama, demasiado entretenidos como para darse cuenta del paso de las horas. Costaba salir de aquellas sábanas cuando lo único que le interesaba de aquella ciudad estaba bajo ellas. No habia descuidado su trabajo, pero digamos que le habia dedicado muchas más horas de las recomendables a la preciosa señorita Fernwick. Y no se arrepentía. Prefería pasar las horas contemplándola tumbados en la cama, recorriendo su piel con las yemas de sus dedos. No se le podía culpar. De pronto un recuerdo apremiante pasa por su cabeza de forma rápida. -¡Oh! -exclama y se incorpora en la cama- Acabo de acordarme. ¡Tengo una cosa para ti! -dice apartando las sábanas para salir de la cama y caminar hasta la cómoda, donde abre un cajón y saca una pequeña caja de madera. Con esta vuelve hasta la cama y se la ofrece a la morena. En el interior de aquella caja la joven encontraría una joya. Una perla con brillo antinatural, más pulida que el nácar, engastada en un colgante y adherida a una cadena de plata antigua. -Dicen que esta perla es capaz de cumplir deseos. Deseos de verdad... -asiente alzando sus cejas- Pero tiene truco. Solo puedes pedir un deseo. Habrás de usarlo bien... He pensado que... Sería el regalo perfecto. Feliz cumpleaños, [Fernw1ck]... #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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