• Sin siquiera pensarlo, me encontré cumpliendo los deseos de Shiori Novella . Sentada en un restaurante repleto de mundanos corrientes, observaba cómo algunos comían solos, devorados por sus propios pensamientos, mientras otros se agrupaban siguiendo ese torpe instinto de manada: intentando encajar, aunque la incomodidad los carcomiera desde dentro.

    Mis ojos, vacíos de toda emoción, se desplazaban de un extremo al otro del lugar mientras comía con calma. Había algo fascinante en su ruido, en su necesidad de llenar el silencio con banalidades. Por un instante, comprendí que quizá no era tan terrible que Graveshollow se hubiera convertido en una ciudad muerta… sus habitantes, al menos, eran menos escandalosos.

    —Son muy ruidosos... Pero la comida, al menos, está deliciosa.
    Sin siquiera pensarlo, me encontré cumpliendo los deseos de [specter_copper_horse_768] . Sentada en un restaurante repleto de mundanos corrientes, observaba cómo algunos comían solos, devorados por sus propios pensamientos, mientras otros se agrupaban siguiendo ese torpe instinto de manada: intentando encajar, aunque la incomodidad los carcomiera desde dentro. Mis ojos, vacíos de toda emoción, se desplazaban de un extremo al otro del lugar mientras comía con calma. Había algo fascinante en su ruido, en su necesidad de llenar el silencio con banalidades. Por un instante, comprendí que quizá no era tan terrible que Graveshollow se hubiera convertido en una ciudad muerta… sus habitantes, al menos, eran menos escandalosos. —Son muy ruidosos... Pero la comida, al menos, está deliciosa.
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  • — El tintinear de la campanilla sobre la puerta rompió la quietud del local como un suspiro de viento entre hojas dormidas. Zareth Aurelion cruzó el umbral con paso lento, casi ceremonioso, envuelto en su abrigo oscuro que parecía absorber la luz cálida del lugar. El contraste entre su presencia y el entorno era palpable: él, hijo de extremos celestiales e infernales, caminaba entre estanterías repletas de vida delicada, de colores suaves y aromas dulces. El aire estaba impregnado de lavanda, tierra húmeda y un leve rastro de incienso de sándalo, como si el tiempo allí se midiera en fragancias. Sus ojos dorados recorrieron el espacio con calma, deteniéndose en cada rincón como si leyera una historia oculta entre los pétalos. Se acercó a una mesa de madera donde descansaban orquídeas negras, sus dedos rozando apenas los bordes de una flor que parecía latir con luz propia, como si reconociera algo en él que no podía nombrar —

    Buenos días… Qué ramo tan peculiar el que lo acompaña. ¿Puedo ayudarlo en algo

    — La voz provenía de una mujer detrás del mostrador, de rostro sereno y manos manchadas de polen. Su mirada no era temerosa, pero sí cautelosa, como quien reconoce que algo extraordinario acaba de entrar. Zareth no respondió de inmediato. Su silencio era denso, como si las palabras tuvieran que abrirse paso entre siglos de pensamientos. Finalmente, su voz emergió, grave y pausada, como un eco que no pertenece del todo al presente —

    Busco una flor que no exista. Una que no haya sido nombrada aún

    — La florista ladeó la cabeza, sin apartar la mirada. No parecía burlarse, ni desconcertada. Solo curiosa. Caminó con calma hacia una estantería alta, donde descansaban macetas de cerámica pintadas a mano. Tomó una pequeña, de color azul profundo, y la colocó sobre el mostrador. En su interior, una flor de pétalos traslúcidos brillaba con una luz suave, casi respirando. Zareth se acercó, sin tocarla, solo observándola como si en ese instante el tiempo se hubiera detenido. Afuera, la ciudad seguía su curso, pero dentro de la floristería, el mundo parecía haberse detenido a escuchar —

    Aquí tenemos muchas que la gente olvida nombrar. Algunas florecen solo una vez al año. Otras… solo si alguien las recuerda

    — Zareth inclinó la cabeza, sus ojos fijos en la flor. No dijo nada más. Pero algo en su expresión cambió, como si una puerta invisible se hubiera abierto. Su voz volvió a surgir, más baja, más íntima —

    No busco flores para regalar. Solo… para recordar

    — La florista se acercó con la maceta entre las manos, ofreciéndosela sin palabras. La flor parecía temblar levemente, como si reconociera al visitante. Él no la tomó. Solo la contempló, y en ese silencio compartido, algo antiguo pareció despertar entre los tallos y las raíces. Una memoria sin nombre. Un vínculo sin tiempo —

    Entonces tal vez esta sea la que busca. No tiene nombre. Nadie ha querido ponerle uno. Dicen que quien lo haga… la perderá
    — El tintinear de la campanilla sobre la puerta rompió la quietud del local como un suspiro de viento entre hojas dormidas. Zareth Aurelion cruzó el umbral con paso lento, casi ceremonioso, envuelto en su abrigo oscuro que parecía absorber la luz cálida del lugar. El contraste entre su presencia y el entorno era palpable: él, hijo de extremos celestiales e infernales, caminaba entre estanterías repletas de vida delicada, de colores suaves y aromas dulces. El aire estaba impregnado de lavanda, tierra húmeda y un leve rastro de incienso de sándalo, como si el tiempo allí se midiera en fragancias. Sus ojos dorados recorrieron el espacio con calma, deteniéndose en cada rincón como si leyera una historia oculta entre los pétalos. Se acercó a una mesa de madera donde descansaban orquídeas negras, sus dedos rozando apenas los bordes de una flor que parecía latir con luz propia, como si reconociera algo en él que no podía nombrar — Buenos días… Qué ramo tan peculiar el que lo acompaña. ¿Puedo ayudarlo en algo — La voz provenía de una mujer detrás del mostrador, de rostro sereno y manos manchadas de polen. Su mirada no era temerosa, pero sí cautelosa, como quien reconoce que algo extraordinario acaba de entrar. Zareth no respondió de inmediato. Su silencio era denso, como si las palabras tuvieran que abrirse paso entre siglos de pensamientos. Finalmente, su voz emergió, grave y pausada, como un eco que no pertenece del todo al presente — Busco una flor que no exista. Una que no haya sido nombrada aún — La florista ladeó la cabeza, sin apartar la mirada. No parecía burlarse, ni desconcertada. Solo curiosa. Caminó con calma hacia una estantería alta, donde descansaban macetas de cerámica pintadas a mano. Tomó una pequeña, de color azul profundo, y la colocó sobre el mostrador. En su interior, una flor de pétalos traslúcidos brillaba con una luz suave, casi respirando. Zareth se acercó, sin tocarla, solo observándola como si en ese instante el tiempo se hubiera detenido. Afuera, la ciudad seguía su curso, pero dentro de la floristería, el mundo parecía haberse detenido a escuchar — Aquí tenemos muchas que la gente olvida nombrar. Algunas florecen solo una vez al año. Otras… solo si alguien las recuerda — Zareth inclinó la cabeza, sus ojos fijos en la flor. No dijo nada más. Pero algo en su expresión cambió, como si una puerta invisible se hubiera abierto. Su voz volvió a surgir, más baja, más íntima — No busco flores para regalar. Solo… para recordar — La florista se acercó con la maceta entre las manos, ofreciéndosela sin palabras. La flor parecía temblar levemente, como si reconociera al visitante. Él no la tomó. Solo la contempló, y en ese silencio compartido, algo antiguo pareció despertar entre los tallos y las raíces. Una memoria sin nombre. Un vínculo sin tiempo — Entonces tal vez esta sea la que busca. No tiene nombre. Nadie ha querido ponerle uno. Dicen que quien lo haga… la perderá
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  • Tsukumo Sana Espacio

    *Se encontraba sentada en medio del arido panorama que era la Luna. Pudiendo ver la Tierra facilmente. Sentada sobre la arena con las piernas dobladas y apoyando sus manos sobre estas mientras observa. Sumergida en sus pensamientos. Tenia mucho que atender, un problema detras de otro que surgian sin cesar. Y poco a poco se siente como las veces anteriores*

    *Como las lineas de tiempo que ya conoce donde las cosas salen mal. Y aunque apenas esta comenzando por un momento la inseguridad le asalta. Y si nuevamente todo acabara mal? La ultima en la que estuvo no tuvo un final feliz, el mundo no se destruyo pero perdio a sus amigas. Quedando sola nuevamente. Y ahora era un nuevo inicio. Con nuevas y a la vez las mismas compañeras que conoce tan bien. Con pequeñas diferencias que hacen un mundo de diferencia*

    Ironico que sienta que no tengo el tiempo suficiente para hacer esto... *Comentaba con ironia para si misma inclinando el rostro hacia abajo apoyandolo sobre sus manos mientras continuaba observando el planeta que se supone debia proteger sin importar que pase*

    [blaze_titanium_scorpion_916] *Se encontraba sentada en medio del arido panorama que era la Luna. Pudiendo ver la Tierra facilmente. Sentada sobre la arena con las piernas dobladas y apoyando sus manos sobre estas mientras observa. Sumergida en sus pensamientos. Tenia mucho que atender, un problema detras de otro que surgian sin cesar. Y poco a poco se siente como las veces anteriores* *Como las lineas de tiempo que ya conoce donde las cosas salen mal. Y aunque apenas esta comenzando por un momento la inseguridad le asalta. Y si nuevamente todo acabara mal? La ultima en la que estuvo no tuvo un final feliz, el mundo no se destruyo pero perdio a sus amigas. Quedando sola nuevamente. Y ahora era un nuevo inicio. Con nuevas y a la vez las mismas compañeras que conoce tan bien. Con pequeñas diferencias que hacen un mundo de diferencia* Ironico que sienta que no tengo el tiempo suficiente para hacer esto... *Comentaba con ironia para si misma inclinando el rostro hacia abajo apoyandolo sobre sus manos mientras continuaba observando el planeta que se supone debia proteger sin importar que pase*
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  • Tengo pensamientos pensantes que se piensan, quiero hacerle una propuesta importante a mi huroncito pero... ¿Es pronto? Aunque ya estoy preparando algunas cosas, no se si hacerlo ahora o esperar, es que... Me encantaría proponerseloooo, explotaré (Mentira, sino mi cachorro se quedará sin padre, y mi novio sin su zorrito)
    Tengo pensamientos pensantes que se piensan, quiero hacerle una propuesta importante a mi huroncito pero... ¿Es pronto? Aunque ya estoy preparando algunas cosas, no se si hacerlo ahora o esperar, es que... Me encantaría proponerseloooo, explotaré (Mentira, sino mi cachorro se quedará sin padre, y mi novio sin su zorrito)
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  • “Realmente me quedó delicioso esta vez, mis habilidades culinarias son exquisitas, difícilmente alguien lograría algo como lo que yo hago. A veces pienso que soy un poco egoísta con el mundo al no compartir mis exquisiteces, ¿debería publicar un libro de cocina? Hmm…” Los pensamientos de Eunwoo mientras cocinaba solo podían ser halagándose a sí mismo, claramente. Con esta última presa se había esmerado al innovar con algunas recetas, estaba gratamente sorprendido.

    “Bien, ¿y si la gente se asusta tanto como para volverse vegana?” Ese simple pensamiento lo hizo soltar una larga carcajada, incluso se agachó para sostenerse del borde del mesón porque no podía aguantar la risa, ya le dolían las costillas. Al calmarse, se sacudió un poco el cabello, con el dorso de su mano se limpió las lágrimas que había soltado.

    “Bueno, no creo que el ser vegano aplique como contraparte del canibalismo”
    “Realmente me quedó delicioso esta vez, mis habilidades culinarias son exquisitas, difícilmente alguien lograría algo como lo que yo hago. A veces pienso que soy un poco egoísta con el mundo al no compartir mis exquisiteces, ¿debería publicar un libro de cocina? Hmm…” Los pensamientos de Eunwoo mientras cocinaba solo podían ser halagándose a sí mismo, claramente. Con esta última presa se había esmerado al innovar con algunas recetas, estaba gratamente sorprendido. “Bien, ¿y si la gente se asusta tanto como para volverse vegana?” Ese simple pensamiento lo hizo soltar una larga carcajada, incluso se agachó para sostenerse del borde del mesón porque no podía aguantar la risa, ya le dolían las costillas. Al calmarse, se sacudió un poco el cabello, con el dorso de su mano se limpió las lágrimas que había soltado. “Bueno, no creo que el ser vegano aplique como contraparte del canibalismo”
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  • -aquel hombre se encontraba sentado frente a la barra de madera gastada, el ambiente del bar envuelto en un ambiente tranquilo e incluso familiar para el y el murmullo constante de conversaciones ajenas hacían de ese lugar un nue lugar para finalmente dejar de pensar. Entre sus dedos descansaba una botella de cerveza, las gotas de condensación resbalaban lentamente por el vidrio, reflejando la luz amarillenta de las lámparas. Sus ojos, cansados pero atentos, permanecían fijos en la pantalla del televisor que colgaba en la pared. En ella, una reportera relataba los detalles del último caso en el que había trabajado, con esa voz ensayada que busca dramatismo donde para el solo era un día más de trabajo -

    Supongo que las noticias vuelan bastante rápido...

    -murmuró con una media sonrisa antes de bajar la mirada, observando el recorrido de una gota que descendía hasta su mano. Por un instante, se quedó inmóvil, perdido entre sus pensamientos, el reflejo del televisor se dibujaba en sus pupilas como una sombra conocida; cada palabra de la periodista resonaba como un eco y el solo ponia atención repasando cada detalle en su cabeza-

    Valla que sabe cómo narrar mis días con tanta elocuencia

    -Llevó la botella a los labios, dejando que el amargor de la cerveza le recordara que seguía vivo. Afuera llovía, podía escucharlo golpear el techo del bar como un reloj invisible que marcaba un tiempo solo suyo. Entonces, el crujir de la silla a su costado lo trajo de vuelta a la realidad. Su acompañante había llegado.-

    -El hombre no volteó de inmediato. Tomó otro trago, colocó la botella con suavidad sobre la barra y solo entonces giró ligeramente el rostro, dedicando una sonrisa cordial, Habían acordado encontrarse allí para hablar. De qué exactamente, no lo sabía. Tal vez del pasado, de los fantasmas que ambos compartían, o simplemente para conocer un nuevo mundo, Sea como fuere, aquella noche no tenía nada mejor que hacer. Y en el fondo, una parte de él agradecía la distracción.-

    Llegas justo a tiempo

    -Dijo finalmente, encendiendo un cigarrillo y ofreciéndole uno al recién llegado

    Las noches siempre son menos pesadas cuando alguien más comparte el silencio.
    -aquel hombre se encontraba sentado frente a la barra de madera gastada, el ambiente del bar envuelto en un ambiente tranquilo e incluso familiar para el y el murmullo constante de conversaciones ajenas hacían de ese lugar un nue lugar para finalmente dejar de pensar. Entre sus dedos descansaba una botella de cerveza, las gotas de condensación resbalaban lentamente por el vidrio, reflejando la luz amarillenta de las lámparas. Sus ojos, cansados pero atentos, permanecían fijos en la pantalla del televisor que colgaba en la pared. En ella, una reportera relataba los detalles del último caso en el que había trabajado, con esa voz ensayada que busca dramatismo donde para el solo era un día más de trabajo - Supongo que las noticias vuelan bastante rápido... -murmuró con una media sonrisa antes de bajar la mirada, observando el recorrido de una gota que descendía hasta su mano. Por un instante, se quedó inmóvil, perdido entre sus pensamientos, el reflejo del televisor se dibujaba en sus pupilas como una sombra conocida; cada palabra de la periodista resonaba como un eco y el solo ponia atención repasando cada detalle en su cabeza- Valla que sabe cómo narrar mis días con tanta elocuencia -Llevó la botella a los labios, dejando que el amargor de la cerveza le recordara que seguía vivo. Afuera llovía, podía escucharlo golpear el techo del bar como un reloj invisible que marcaba un tiempo solo suyo. Entonces, el crujir de la silla a su costado lo trajo de vuelta a la realidad. Su acompañante había llegado.- -El hombre no volteó de inmediato. Tomó otro trago, colocó la botella con suavidad sobre la barra y solo entonces giró ligeramente el rostro, dedicando una sonrisa cordial, Habían acordado encontrarse allí para hablar. De qué exactamente, no lo sabía. Tal vez del pasado, de los fantasmas que ambos compartían, o simplemente para conocer un nuevo mundo, Sea como fuere, aquella noche no tenía nada mejor que hacer. Y en el fondo, una parte de él agradecía la distracción.- Llegas justo a tiempo -Dijo finalmente, encendiendo un cigarrillo y ofreciéndole uno al recién llegado Las noches siempre son menos pesadas cuando alguien más comparte el silencio.
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  • Ecos del Olvido

    Han pasado dos años desde que Yukine enfrentó al Señor de las Sombras.

    Dos años desde que el mundo tembló, desde que la oscuridad fue contenida… pero no destruida.
    La victoria no trajo paz, sino silencio.

    Yukine, marcado por la batalla, ya no era el mismo.
    Su mirada, antes impulsiva, ahora cargaba con el peso de decisiones que nadie más recordaba.

    El vínculo con su dios se había desvanecido lentamente, como una llama que ya no necesitaba arder.

    Y en ese vacío, comenzó a sentirlo:
    un llamado sin voz,
    una grieta en la realidad,
    un portal que no prometía destino… solo tránsito.

    Apareció una noche sin luna, en medio de un campo que había sido testigo de antiguos juramentos.
    Yukine lo observó sin miedo, pero con una extraña familiaridad.

    Como si el universo le dijera:

    "No has terminado. Solo cambió el escenario."

    Sin saber qué lo esperaba, sin saber si era castigo o redención,
    dio el paso.

    Al atravesarlo, su cuerpo no se desintegró.
    Pero su vínculo con todo lo conocido sí.
    Ya no era Regalia.
    Ya no era sombra de un dios.
    Era algo más, algo que ni él comprendía.

    El nuevo mundo lo recibió sin ceremonia.
    Sin guardianes, sin enemigos, sin respuestas.
    Solo un cielo que cambiaba de color según sus pensamientos.
    Y una tierra que parecía recordar cosas que él aún no había vivido.

    Yukine caminó.
    No por fe, ni por deber.
    Sino porque quedarse quieto era rendirse a la nada.
    Cada paso lo acercaba a fragmentos de sí mismo que no recordaba haber perdido.

    Cada encuentro con los habitantes de ese mundo le revelaba que algo estaba desequilibrado…
    Pero nadie sabía qué.
    Ni cómo.
    Ni por qué él había llegado.

    Ecos del Olvido Han pasado dos años desde que Yukine enfrentó al Señor de las Sombras. Dos años desde que el mundo tembló, desde que la oscuridad fue contenida… pero no destruida. La victoria no trajo paz, sino silencio. Yukine, marcado por la batalla, ya no era el mismo. Su mirada, antes impulsiva, ahora cargaba con el peso de decisiones que nadie más recordaba. El vínculo con su dios se había desvanecido lentamente, como una llama que ya no necesitaba arder. Y en ese vacío, comenzó a sentirlo: un llamado sin voz, una grieta en la realidad, un portal que no prometía destino… solo tránsito. Apareció una noche sin luna, en medio de un campo que había sido testigo de antiguos juramentos. Yukine lo observó sin miedo, pero con una extraña familiaridad. Como si el universo le dijera: "No has terminado. Solo cambió el escenario." Sin saber qué lo esperaba, sin saber si era castigo o redención, dio el paso. Al atravesarlo, su cuerpo no se desintegró. Pero su vínculo con todo lo conocido sí. Ya no era Regalia. Ya no era sombra de un dios. Era algo más, algo que ni él comprendía. El nuevo mundo lo recibió sin ceremonia. Sin guardianes, sin enemigos, sin respuestas. Solo un cielo que cambiaba de color según sus pensamientos. Y una tierra que parecía recordar cosas que él aún no había vivido. Yukine caminó. No por fe, ni por deber. Sino porque quedarse quieto era rendirse a la nada. Cada paso lo acercaba a fragmentos de sí mismo que no recordaba haber perdido. Cada encuentro con los habitantes de ese mundo le revelaba que algo estaba desequilibrado… Pero nadie sabía qué. Ni cómo. Ni por qué él había llegado.
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    Fandom
    Entre luces y sombras
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    Rol
    Estado
    Disponible
    Sobre mi personaje:
    Mi personaje es una joven modelo con una vida que brilla frente a las cámaras, pero oculta un pasado oscuro lleno de secretos, conflictos y decisiones difíciles. A simple vista parece segura y elegante, pero su historia personal está marcada por traiciones, pérdidas y una constante lucha interna que a veces sale a la luz de manera inesperada. Es bisexual, por lo que la química puede surgir con personajes de cualquier género.

    Qué busco en el rol:

    Tramas profundas y complejas que exploren tanto su faceta pública como la privada.

    Conflictos de poder, rivalidades en el mundo de la moda, chantajes, secretos familiares o incluso vínculos con el crimen o el misterio.

    Relaciones emocionales intensas: rivalidades que se convierten en alianzas, romances complicados, amistades con secretos, o vínculos peligrosos que desafíen su moral.

    Dinámicas donde se pueda jugar con tensión, traición, lealtad y redención.

    Preferencias sobre el rol:

    Me gustan los roles con respuestas largas y detalladas, que profundicen en los pensamientos y emociones de los personajes.

    Tramas con continuidad y coherencia: disfruto desarrollando historias que evolucionen y no se queden en interacciones aisladas.

    No importa si el otro personaje ya está creado o se crea nuevo para la trama, estoy abierta a todo.

    Rol literario, con descripciones de entorno, gestos y sentimientos, más allá del diálogo.

    Me adapto a distintos tipos de rol: dramático, romántico, oscuro, thriller, e incluso con toques de misterio o criminal.

    Si tienes alguna idea que encaje con un personaje con pasado oscuro y vida en el mundo de la moda, ¡me encantaría que roleáramos!
    Sobre mi personaje: Mi personaje es una joven modelo con una vida que brilla frente a las cámaras, pero oculta un pasado oscuro lleno de secretos, conflictos y decisiones difíciles. A simple vista parece segura y elegante, pero su historia personal está marcada por traiciones, pérdidas y una constante lucha interna que a veces sale a la luz de manera inesperada. Es bisexual, por lo que la química puede surgir con personajes de cualquier género. Qué busco en el rol: Tramas profundas y complejas que exploren tanto su faceta pública como la privada. Conflictos de poder, rivalidades en el mundo de la moda, chantajes, secretos familiares o incluso vínculos con el crimen o el misterio. Relaciones emocionales intensas: rivalidades que se convierten en alianzas, romances complicados, amistades con secretos, o vínculos peligrosos que desafíen su moral. Dinámicas donde se pueda jugar con tensión, traición, lealtad y redención. Preferencias sobre el rol: Me gustan los roles con respuestas largas y detalladas, que profundicen en los pensamientos y emociones de los personajes. Tramas con continuidad y coherencia: disfruto desarrollando historias que evolucionen y no se queden en interacciones aisladas. No importa si el otro personaje ya está creado o se crea nuevo para la trama, estoy abierta a todo. Rol literario, con descripciones de entorno, gestos y sentimientos, más allá del diálogo. Me adapto a distintos tipos de rol: dramático, romántico, oscuro, thriller, e incluso con toques de misterio o criminal. Si tienes alguna idea que encaje con un personaje con pasado oscuro y vida en el mundo de la moda, ¡me encantaría que roleáramos!
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  • Esa era la situación. Sadie había decidido fingir interés, mantener la mirada fija y los labios apenas curvados en una mueca de atención educada. Pero a medida que la conversación avanzaba, las palabras ajenas empezaron a perder sentido, disolviéndose en un murmullo distante que su mente transformó en simple ruido blanco.

    Sus ojos, vacíos pero brillantes, se deslizaron de un rostro a otro, analizando gestos, pausas, la tensión involuntaria en las manos de la contraria. Todo era predecible. Todo era ruido.

    Respiró despacio, apenas un suspiro que sonó a resignación más que a cansancio. En su cabeza, ya no escuchaba voces, solo sus propios pensamientos reordenándose con precisión quirúrgica.

    — 𝘠𝘰𝘶 𝘣𝘰𝘳𝘦 𝘮𝘦 𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘢𝘵𝘩 —murmuró para sí, con ese tono neutral que siempre dejaba en duda si hablaba en serio o simplemente se estaba divirtiendo.
    Esa era la situación. Sadie había decidido fingir interés, mantener la mirada fija y los labios apenas curvados en una mueca de atención educada. Pero a medida que la conversación avanzaba, las palabras ajenas empezaron a perder sentido, disolviéndose en un murmullo distante que su mente transformó en simple ruido blanco. Sus ojos, vacíos pero brillantes, se deslizaron de un rostro a otro, analizando gestos, pausas, la tensión involuntaria en las manos de la contraria. Todo era predecible. Todo era ruido. Respiró despacio, apenas un suspiro que sonó a resignación más que a cansancio. En su cabeza, ya no escuchaba voces, solo sus propios pensamientos reordenándose con precisión quirúrgica. — 𝘠𝘰𝘶 𝘣𝘰𝘳𝘦 𝘮𝘦 𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘢𝘵𝘩 —murmuró para sí, con ese tono neutral que siempre dejaba en duda si hablaba en serio o simplemente se estaba divirtiendo.
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  • La llegada a un nuevo mundo
    Fandom Oc
    Categoría Slice of Life
    La noche respiraba en silencio. Las sombras parecían plegarse a cada paso de la pelirroja, como si reconocieran en ella a la dueña legítima de la oscuridad.
    La luna colgaba alta, plateando el contorno de los edificios abandonados y el polvo que danzaba con el viento. Aquel era un mundo ajeno, otra dimensión de las tantas que había cruzado, y aun así el mismo sentimiento de vacío la acompañaba como una vieja herida que nunca cerraba.

    Tiana avanzó entre los escombros con paso felino, la chamarra de cuero abierta ondeando apenas por la brisa nocturna. Su mirada jade se detuvo en la distancia, donde un resplandor rojizo marcaba el lugar del portal.
    “Al fin… después de tanto tiempo.”
    El eco de sus pensamientos fue tan frío como su sonrisa.

    Dos figuras custodiaban el arco rúnico, susurros apagados que no lograban escapar del rugido sordo del poder contenido en aquel sello. Tiana se detuvo a unos metros, observando. Una parte de ella, la que aún recordaba la compasión, dudó. La otra la más fuerte, la que había sobrevivido a la traición y al exilio ardía por desatar el fuego.

    –Supongo que no esperaban visitas –murmuró, la voz baja, ronca, impregnada de burla.

    Uno de los guardias giró bruscamente al escucharla. El otro retrocedió apenas un paso, percibiendo la energía que la envolvía. Humo oscuro comenzó a brotar de entre los labios de Tiana, ascendiendo en espirales lentas hacia el cielo.

    –Denme una razón –sus ojos brillaron con un destello carmesí– para no convertir este lugar en un recuerdo carbonizado.

    El aire se volvió denso cómo esperando la confrontación inminente , más en cambio los guardias dieron la espalda al portal reconociendo a la pelirroja , aburrida simplemente ingreso en aquel espiral de magia.

    -Donde carajos estoy ahora ?-
    La noche respiraba en silencio. Las sombras parecían plegarse a cada paso de la pelirroja, como si reconocieran en ella a la dueña legítima de la oscuridad. La luna colgaba alta, plateando el contorno de los edificios abandonados y el polvo que danzaba con el viento. Aquel era un mundo ajeno, otra dimensión de las tantas que había cruzado, y aun así el mismo sentimiento de vacío la acompañaba como una vieja herida que nunca cerraba. Tiana avanzó entre los escombros con paso felino, la chamarra de cuero abierta ondeando apenas por la brisa nocturna. Su mirada jade se detuvo en la distancia, donde un resplandor rojizo marcaba el lugar del portal. “Al fin… después de tanto tiempo.” El eco de sus pensamientos fue tan frío como su sonrisa. Dos figuras custodiaban el arco rúnico, susurros apagados que no lograban escapar del rugido sordo del poder contenido en aquel sello. Tiana se detuvo a unos metros, observando. Una parte de ella, la que aún recordaba la compasión, dudó. La otra la más fuerte, la que había sobrevivido a la traición y al exilio ardía por desatar el fuego. –Supongo que no esperaban visitas –murmuró, la voz baja, ronca, impregnada de burla. Uno de los guardias giró bruscamente al escucharla. El otro retrocedió apenas un paso, percibiendo la energía que la envolvía. Humo oscuro comenzó a brotar de entre los labios de Tiana, ascendiendo en espirales lentas hacia el cielo. –Denme una razón –sus ojos brillaron con un destello carmesí– para no convertir este lugar en un recuerdo carbonizado. El aire se volvió denso cómo esperando la confrontación inminente , más en cambio los guardias dieron la espalda al portal reconociendo a la pelirroja , aburrida simplemente ingreso en aquel espiral de magia. -Donde carajos estoy ahora ?-
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