• 𝑳ꭺ ꭲꭺᏼꭼꭱɴꭺ: 𝑳ꭺ ꮪꮖꭱꭼɴꭺ ꮪꮻɴꭱꮻꭻꭺꭰꭺ.
    Fandom DND y OTROS
    Categoría Slice of Life
    ㅤㅤㅤᅳ⧽ㅤStarter para 𝖠𝗹𝘣𝗂𝗼𝗇 .ㅤ━

    Puerta de Baldur poseía tabernas de lo más interesantes, algunas más "interesantes" que otras, a decir verdad. En aquella noche la Sirena Sonrojada acogía un recital de los mejores bardos de la ciudad, de hecho, la música, el gritería y el jolgorio se extendía por toda la calle, y por supuesto algunos cuantos borrachos.

    Una mujer pelirroja estaba bebiendo en una jarra de barro, lo que seguramente era, hidromiel cuando un kobold de escamas azul como el óxido de cobre se subió al escenario y tocando una kalimba comenzó a cantar, el publico enloqueció coreando el nombre de aquella Kobold " Mippa, Mippa, Mippa" gritaban, por lo visto era famosa en aquel lado de la ciudad.
    La mujer pelirroja miraba y escuchaba con atención aquello, nunca había visto un dragón en miniatura cantar con tanta soltura y desparpajo, además de embelesar a su público con unas alegres notas de kalimba. Já, la mujer pelirroja rió bajo mientras negaba con la cabeza y apoyaba la jarra de barro en la mesa donde estaba sentada.

    Mujeres y hombres bailaban junto al escenario de los bardos, había felicidad y tanta alegría en aquel local que parecía increíble que apenas un año atrás la ciudad hubiera intentado ser conquistada por unos azotamentes.

    Anraste, posó sus ojos otoñales en el interior de la jarra de barro, el color del licor no se distinguía debido a la penumbra del lugar y a el color del barro, pero el inconfundible aroma de la miel, y un suave toque a frutos rojos, dejaba claro que aquel licor había sido destilado con cuidado y de forma totalmente casera. Se tomó unos momentos para recordar su hogar y cómo echaba de menos La Corte Otoño, como estar lejos de casa siempre la ponía sentimental, la mujer pelirroja tenía una misión que debía de cumplir para poder volver a casa, encontrar el artefacto que se le robó a su monarca, un artefacto que en manos de personas con malas intenciones podría ser fatal, aquel artefacto al que los humanos llamaban "El fruto" en sus leyendas.

    Si bien Mippa, la kobold bardo, tenía a todo el mundo bailando y coreando sus canciones Anraste se había sumido en sus pensamientos, repasando punto por punto todo lo que sabía sobre el artefacto que debía de encontrar, hasta que la voz del tabernero la interrumpió.

    — << ¿Le relleno la jarra, preciosa?>>

    Dijo un hombre regordete de mejillas sonrojadas y cara amable, portaba un delantal blanco, manchado de diferentes manchas no identificadas pero que sin duda sería comida, y además un trapo colgaba de su hombro, era el típico trapo que todo tabernero usa para secar las jarras de sus feligreses.

    Anraste solo alzó la cabeza, miró con curiosidad al mortal y asintió suavemente.
    ㅤㅤㅤᅳ⧽ㅤStarter para [Ajax5].ㅤ━ Puerta de Baldur poseía tabernas de lo más interesantes, algunas más "interesantes" que otras, a decir verdad. En aquella noche la Sirena Sonrojada acogía un recital de los mejores bardos de la ciudad, de hecho, la música, el gritería y el jolgorio se extendía por toda la calle, y por supuesto algunos cuantos borrachos. Una mujer pelirroja estaba bebiendo en una jarra de barro, lo que seguramente era, hidromiel cuando un kobold de escamas azul como el óxido de cobre se subió al escenario y tocando una kalimba comenzó a cantar, el publico enloqueció coreando el nombre de aquella Kobold " Mippa, Mippa, Mippa" gritaban, por lo visto era famosa en aquel lado de la ciudad. La mujer pelirroja miraba y escuchaba con atención aquello, nunca había visto un dragón en miniatura cantar con tanta soltura y desparpajo, además de embelesar a su público con unas alegres notas de kalimba. Já, la mujer pelirroja rió bajo mientras negaba con la cabeza y apoyaba la jarra de barro en la mesa donde estaba sentada. Mujeres y hombres bailaban junto al escenario de los bardos, había felicidad y tanta alegría en aquel local que parecía increíble que apenas un año atrás la ciudad hubiera intentado ser conquistada por unos azotamentes. Anraste, posó sus ojos otoñales en el interior de la jarra de barro, el color del licor no se distinguía debido a la penumbra del lugar y a el color del barro, pero el inconfundible aroma de la miel, y un suave toque a frutos rojos, dejaba claro que aquel licor había sido destilado con cuidado y de forma totalmente casera. Se tomó unos momentos para recordar su hogar y cómo echaba de menos La Corte Otoño, como estar lejos de casa siempre la ponía sentimental, la mujer pelirroja tenía una misión que debía de cumplir para poder volver a casa, encontrar el artefacto que se le robó a su monarca, un artefacto que en manos de personas con malas intenciones podría ser fatal, aquel artefacto al que los humanos llamaban "El fruto" en sus leyendas. Si bien Mippa, la kobold bardo, tenía a todo el mundo bailando y coreando sus canciones Anraste se había sumido en sus pensamientos, repasando punto por punto todo lo que sabía sobre el artefacto que debía de encontrar, hasta que la voz del tabernero la interrumpió. — << ¿Le relleno la jarra, preciosa?>> Dijo un hombre regordete de mejillas sonrojadas y cara amable, portaba un delantal blanco, manchado de diferentes manchas no identificadas pero que sin duda sería comida, y además un trapo colgaba de su hombro, era el típico trapo que todo tabernero usa para secar las jarras de sus feligreses. Anraste solo alzó la cabeza, miró con curiosidad al mortal y asintió suavemente.
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  • Siempre en la oscuridad
    La voz no tiene sentido
    El silencio lo es todo
    Héroe en su propio olvido
    En sus ojos apagados
    Hay un eterno castigo
    El héroe de leyenda
    Pertenece al sueño de un destino
    Encerrado en el tiempo
    Ha perdido el valor
    Para escapar de su celda
    El héroe sin ilusión
    En sus ojos apagados
    Hay un eterno castigo
    El héroe de leyenda
    Pertenece al sueño de un destino
    En sus ojos apagados
    Hay un eterno castigo
    El héroe de leyenda
    Pertenece al sueño de un destino
    En sus ojos apagados
    Hay un eterno castigo
    El héroe de leyenda
    Pertenece al sueño de un destino
    Siempre en la oscuridad La voz no tiene sentido El silencio lo es todo Héroe en su propio olvido En sus ojos apagados Hay un eterno castigo El héroe de leyenda Pertenece al sueño de un destino Encerrado en el tiempo Ha perdido el valor Para escapar de su celda El héroe sin ilusión En sus ojos apagados Hay un eterno castigo El héroe de leyenda Pertenece al sueño de un destino En sus ojos apagados Hay un eterno castigo El héroe de leyenda Pertenece al sueño de un destino En sus ojos apagados Hay un eterno castigo El héroe de leyenda Pertenece al sueño de un destino
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  • ℌ𝔦𝔡𝔢 𝔞𝔫𝔡 𝔖𝔢𝔢𝔨 (c/Calamitus)
    Categoría Acción
    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado.

    ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios.

    ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar.

    ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman.

    ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad.

    ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar.

    ㅤO casi nadie.

    ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros.

    ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar?

    ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia.

    ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa.

    ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos.

    ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro.

    ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda.

    ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande?

    ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía.

    ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche.

    Yan Zhan Xie
    ㅤCurioso rumor circulaba de boca en boca estos últimos días, moviéndose entre susurros deformados del bajo mundo dónde las atrocidades más grandes se mostraban orgullosas, pero por debajo de la mesa, las palabras que hablaban de él se movían con cautela, como si mencionarlo estuviera prohibido, como si el que lo supiera estuviera condenado. ㅤPor los bosques cercanos los no muertos por la noche merodeaban, almas que no encontraban su descanso se alimentaban de aquellos que temían a lo que en la oscuridad acechaba. Marionetas fúnebres y almas que se deslizaban llenas con resentimiento dejando una estela de aroma fétido a su paso, listos para abalanzarse contra el primer desafortunado que perdía los pasos a casa, así habían sido los últimos cien años, tierra de muertos que los dioses no deseaban tocar, pues era mejor tenerlos allí que dispersar fantasmas y espíritus a una ciudad que había perdido la habilidad de lidiar con ellos en los últimos dos milenios. ㅤPero los rumores no iban de las criaturas nocturnas que allí eran olvidadas, iba más bien de lo que se había descubierto hace poco tiempo, aquello que nadie sabía desde hace cuánto había estado sucediendo, pero sin duda cuando las cosas se dieron a conocer, más de un cuerpo tembló en su lugar. ㅤ¿Cómo podría explicarlo?¿Quién podría explicarlo? Las voces que llegaban eran bajas y temblorosas, pero lo que Lixue había escuchado era algo parecido a un mito, pues las palabras no eran claras pero rezaban sobre cómo aquello que habitaba en las penumbras eran aterrorizados por algo más grande, más peligroso que la propia muerte. Todas las historias iniciaban con el relato de un joven extranjero, que perdido en altas horas de la madrugada decidió usar el bosque como su atajo, escéptico de las leyendas, no creía en fantasmas, pero a medio camino algo lo interceptó, espíritus furiosos que se atravesaron en su camino, decapitados y descorazonados, fantasmas que parecieron morir en formas horribles querían unir al muchacho a aquel desafortunado grupo, pero tal como aparecieron, tal se desvanecieron, el joven suspiró aliviado, pero aquel aliento fue devuelto y contenido en su pecho junto con cada latido de su corazón… Aquí es dónde la historia varía y las voces se desaniman. ㅤAlgunos dicen que el joven salió de aquel bosque gritando aterrado, diciendo que había una criatura de cinco metros que quiso devorarlo, otros dicen que fue arrojado de entre los árboles y que entre las oscuridad de aquel lugar unos ojos rojos los observaban desde unos respetables tres metros. Muchos especulan de que se trata, ¿un demonio?¿Una criatura mágica?¿un hombre lobo? Sea lo que sea, ahora estaba en los musitos de todos, esa criatura que era capaz de espantar a aquellos que no tienen miedo, de ahuyentar la muerte y atravesar la oscuridad. ㅤTodos querían saber qué era pero nadie se atrevía a entrar a aquel lugar. ㅤO casi nadie. ㅤEn aquel bajo lugar, una figura parecía no pertenecer a aquel mundo. Una joven de cabello negro recogido en un peinado de corona poseía un aspecto fino y delicado, con una tez blanquecina que contrastaba elegante con el abanico negro en su mano. Parecía una muñeca de porcelana ajena a todo lo que ocurría a su alrededor. Pero aunque su vista no se levantaba de la copa de vino tinto, escuchaba con atención cada palabra, cada detalle, sonriendo en sus adentros. ㅤLixue… o debería decir, Yingzi, era una reconocida cazadora del mercado negro (no un mercado negro común, por supuesto, ella estaba aún más bajo de que eso) esperando con paciencia la llegada de un cliente, pero aunque se aproximaba un trabajo que dejaría una de sus mayores ganancias, no podía no pensar en la revelación que ante sus oídos ahora se develaba. ¿A qué criatura estarán haciendo referencia todos los cazafortunas de aquel espantoso lugar? ㅤFinalmente, al frente suyo, un hombre vestido de negro con ojos agraviados se presentó llegando por parte de Lixue, quién se suponia era su socio. El trabajo era sencillo, pero coincidentemente le llevaría al bosque de pesadilla, el pago sería doble ya que nadie dentro del negocio deseaba inmiscuir sus asuntos en aquel lugar, pero como Lixue pregaba con tanta facilidad, si el precio es justo, no hay tarea que no se pueda llevar a cabo y por supuesto, ahora tenía una excusa para adentrarse en lo profundo, fingiendo que tenía una asunto pendiente además de la curiosidad por aquella bestia. ㅤYingzi sonrió y tomó el pago asegurando que esa misma noche iniciaría su labor, levantándose despreocupada de la mesa, saludó y se retiró dejando aquel par de ojos, ahora atónitos detrás. No solo era la curiosidad la que le impulsaba a adelantar el plazo, saber que algo grande le esperaba en las sombras, algo que representaba un posible gran ingreso en su futuro provocaba que se mordiera el labio ante la impaciencia y expectativa. ㅤSolo eran cuarenta minutos hasta las afueras, y en todo ese tiempo el camino pareció alargarse hasta la eternidad, lograba divisar los árboles a lo lejos pero parecía nunca llegar a ellos. ㅤFinalmente, el aire pesaba y aquella sensación quería absorberla hasta lo más profundo, hasta el corazón de aquel lugar. Los vehículos no llegaban hasta allí, los hombres pasaban kilómetros lejos de aquella zona, pero LiXue había aprendido la discreción y aunque el espíritu de aquel zorro era de utilidad, pues poder adoptar otra forma era una ventaja en sus negocios, aún se colocó una máscara de zorro que cubría la mayor parte de su rostro. ㅤEl vestido no era el adecuado ni el usual para la ocasión, aún así creía que no sería molestia aunque al adentrarse algunas ramas se atoraran en la inflada falda. ㅤEl silencio reinaba en el lugar, para nada lo habitual según lo que recordaba, los lamentos que en cada ocasión rondaban por el lugar esta vez se hacían notables gracias a su ausencia, el olor de las ánimas tampoco se infiltraba por su desarrollado olfato que podría distinguir a una persona en un kilómetro. Sin dudas algo había cambiado, pero lejos de alterarle, robó de sus labios una sonrisa, ¿En serio los muertos se ocultaban por miedo a algo más grande? ㅤEn silencio y con agilidad trepó a un árbol quedando a lo que lucian aproximadamente tres metros de altura, la visión mejoraba pero aún así su objetivo no estaba a la vista, y esa otra cosa tampoco; aunque si lo pensaba bien, no sabía ni siquiera como se veía. ㅤCon un talismán de contención en una mano, arrojó una cerilla encendida al suelo antes de materializar una daga mediana en su diestra libre. El suelo debajo empezaba a arder, la llama inicial era especial, alimentado con la energía de un núcleo de fuego era el cebo perfecto para las criaturas hambrientas de calor espiritual, o en su defecto, lo que sea que habitara ese lugar tendría que apresurarse si no deseaba que su hogar se redujera a cenizas. Sea cuál sea, LiXue miraba hacía abajo, con su figura oculta en las sombras, esperando con paciencia y expectativa el desarrollo de esta noche. [legend_malachite_lobster_769]
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  • 𝕭>¡Ah, qué espléndido espectáculo es servir a quien danza con las palabras más allá del tiempo! Mi amo, ese artista cuyas letras traspasan los límites del espacio y el orden. No es un simple mortal atrapado en los hilos de lo efímero; es alguien que pinta realidades con el pincel de su propio juicio, creando y deshaciendo según le plazca. En su presencia, no soy más que una nota en su gran melodía, un caos controlado que ríe mientras observa cómo él escribe destinos, desafía el curso natural y deja a su paso un rastro de versos tan bellos como aterradores.

    𝕭>Hay quienes le ven como un juez severo, y razón no les falta. Pero pocos entienden que mi amo no se inclina hacia el castigo sin motivo; él es justo, sí, aunque su justicia sea de otra naturaleza, una que no se ajusta a la lógica de los mortales. Él impone equilibrios donde las balanzas están desequilibradas, pero su balanza no mide en gramos, sino en eternidades y destinos. Y cuando alguien recibe el peso de su juicio, sabe que ha sido tocado por algo más allá de lo humano, un poder que dibuja los límites entre la creación y la condena.

    𝕭>Para mí, es un honor y una burla danzar a su lado, provocando la risa de aquellos que creen entender la vida. Porque cada palabra que él pronuncia puede ser un puente o un abismo, una flor o una espina, un inicio o un final. Y aquí estoy yo, su fiel bardo, revolviendo el caos con mis propias notas y narrando historias de su justicia y castigo. Así, su leyenda, su obra inmortal, se extiende y reverbera más allá de las eras, y yo, travieso mensajero, sigo cantando su gloria mientras el tiempo se inclina a su voluntad.
    𝕭>¡Ah, qué espléndido espectáculo es servir a quien danza con las palabras más allá del tiempo! Mi amo, ese artista cuyas letras traspasan los límites del espacio y el orden. No es un simple mortal atrapado en los hilos de lo efímero; es alguien que pinta realidades con el pincel de su propio juicio, creando y deshaciendo según le plazca. En su presencia, no soy más que una nota en su gran melodía, un caos controlado que ríe mientras observa cómo él escribe destinos, desafía el curso natural y deja a su paso un rastro de versos tan bellos como aterradores. 𝕭>Hay quienes le ven como un juez severo, y razón no les falta. Pero pocos entienden que mi amo no se inclina hacia el castigo sin motivo; él es justo, sí, aunque su justicia sea de otra naturaleza, una que no se ajusta a la lógica de los mortales. Él impone equilibrios donde las balanzas están desequilibradas, pero su balanza no mide en gramos, sino en eternidades y destinos. Y cuando alguien recibe el peso de su juicio, sabe que ha sido tocado por algo más allá de lo humano, un poder que dibuja los límites entre la creación y la condena. 𝕭>Para mí, es un honor y una burla danzar a su lado, provocando la risa de aquellos que creen entender la vida. Porque cada palabra que él pronuncia puede ser un puente o un abismo, una flor o una espina, un inicio o un final. Y aquí estoy yo, su fiel bardo, revolviendo el caos con mis propias notas y narrando historias de su justicia y castigo. Así, su leyenda, su obra inmortal, se extiende y reverbera más allá de las eras, y yo, travieso mensajero, sigo cantando su gloria mientras el tiempo se inclina a su voluntad.
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  • Omnia vincit amor...

    *Se rumorea que el pintor de esta obra, un artista de renombre, mantenía una relación íntima y misteriosa con este ser oscuro, miembro de la élite más secreta. La leyenda cuenta que la frase inscrita en el lienzo fue pronunciada por el propio Gazú cuando asesinaba a miles con su espada*
    🌹 Omnia vincit amor... *Se rumorea que el pintor de esta obra, un artista de renombre, mantenía una relación íntima y misteriosa con este ser oscuro, miembro de la élite más secreta. La leyenda cuenta que la frase inscrita en el lienzo fue pronunciada por el propio Gazú cuando asesinaba a miles con su espada*
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  • ❝ Ah, el reino del norte, ¡muy bello en el pasado! Todo gracias a la mano de la bondadosa reina, aquella que decidió dar lo que su esposo arrebataba, cuentan las leyendas que fue encerrada por la eternidad, otros más dicen que un guardián traicionó a su rey por salvarla ¿ustedes que creen? ❞

    Juntó a un montón de gente cerca suyo, todos en aquella hermosa fuente de mármol ubicada justo en el centro de aquella ciudad voladora a la cuál se coló con ayuda de algunos negocios con gente espuria. Las personas no tenían idea, pensaban que aquel bardo nada más contaba las historias que había escuchado, pero no tenían idea que todas aquellas las había vivido.

    Las monedas caían a cuenta gotas, aquellos habitantes de aquella ciudad creada por la innovación poco interés tenían en creer en cuentos de época de magia y pobreza, poco importaba para el bardo. Su misión ahí era otra cosa, necesitaba recabar información sobre aquella ciudad, actividad, seguridad, negocios, todo aquello podía venderse a un alto precio.

    Así es la vida para él, un negociante de información, que se mueve entre las sombras para obtener lo que quiere y así tener una mayor cantidad de información.
    ❝ Ah, el reino del norte, ¡muy bello en el pasado! Todo gracias a la mano de la bondadosa reina, aquella que decidió dar lo que su esposo arrebataba, cuentan las leyendas que fue encerrada por la eternidad, otros más dicen que un guardián traicionó a su rey por salvarla ¿ustedes que creen? ❞ Juntó a un montón de gente cerca suyo, todos en aquella hermosa fuente de mármol ubicada justo en el centro de aquella ciudad voladora a la cuál se coló con ayuda de algunos negocios con gente espuria. Las personas no tenían idea, pensaban que aquel bardo nada más contaba las historias que había escuchado, pero no tenían idea que todas aquellas las había vivido. Las monedas caían a cuenta gotas, aquellos habitantes de aquella ciudad creada por la innovación poco interés tenían en creer en cuentos de época de magia y pobreza, poco importaba para el bardo. Su misión ahí era otra cosa, necesitaba recabar información sobre aquella ciudad, actividad, seguridad, negocios, todo aquello podía venderse a un alto precio. Así es la vida para él, un negociante de información, que se mueve entre las sombras para obtener lo que quiere y así tener una mayor cantidad de información.
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  • El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua.
    El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll.
    Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe.

    “¿Qué te trae por aquí, mago?”

    pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia.

    “He venido en busca de información,”

    responde Yukine, su voz resonando con autoridad.

    “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.”

    El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad.

    “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.”

    Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes.

    “Entonces, empecemos,”

    dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar.
    El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco.

    “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?”

    Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme.

    “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.”

    El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación.

    “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.”

    Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra.

    “He oído hablar de ese artefacto,”

    dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices.

    “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.”

    Yukine la observa con atención.

    “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?”

    Lidica asiente lentamente.

    “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.”

    Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir.

    “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.”

    El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo.

    “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.”

    Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito.
    Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar.

    “El templo está a unos días de viaje desde aquí,”

    explica Lidica mientras caminan.

    “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.”

    Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte.

    “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.”

    Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña.

    “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.”

    A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje.

    “Debemos acampar aquí por la noche,”

    sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque.

    “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.”

    Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo.

    “Este es el templo,”

    dice, señalando una estructura en el centro del mapa.

    “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.”

    Yukine estudia el mapa con atención.

    “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.”

    Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles.
    El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas.
    Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva.

    “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?”

    pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles.
    Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto.

    “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.”

    El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente.

    "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro"

    el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur

    “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.”

    Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal.
    Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos

    "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya"

    luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo.
    El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas.
    Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo
    A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder
    Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar
    El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo
    El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela.
    Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies.
    Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección.

    "Lidica, prepárate. Algo se aproxima."

    Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine.

    "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos."

    Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas.
    El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme.
    Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián.
    Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna.
    Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión.
    El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos.
    El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse.
    Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico.
    A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste.
    El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial.
    Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto.
    Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo.
    Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro.
    El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante.
    Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos.
    una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia.

    "Lo hemos encontrado,"

    susurra, extendiendo una mano hacia el cristal.

    "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ."

    Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal.
    De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal.

    "Yukine,"

    dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos,

    "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia."

    Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto.

    "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?"

    La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad.

    "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador."

    Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro.

    "¿Qué debemos hacer ahora?"

    pregunta ella.
    La entidad sonríe suavemente.

    "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador."

    "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad."

    Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad.

    "Lo haré. Protegeré el equilibrio"

    La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara.

    "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos."

    Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
    El mago Yukine empuja la pesada puerta de madera del bar. Al entrar, una mezcla de luces tenues y sombras danzantes lo envuelven. El aire está cargado de una mezcla de aromas: hierbas exóticas, pociones burbujeantes y el inconfundible olor a magia antigua. El bar está lleno de seres mitológicos de todo tipo. En una esquina, un grupo de elfos discute animadamente sobre la última moda en arcos encantados. Cerca de la barra, un centauro sorbe una bebida espumosa mientras conversa con una sirena que ha encontrado un asiento en un tanque de agua especialmente diseñado para ella. En una mesa central, un dragón en forma humana lanza dados mágicos en un juego de azar con un gnomo y un troll. Yukine avanza con paso seguro, su capa ondeando ligeramente detrás de él. Sus ojos brillan con una luz azulada, reflejo de su poder interior. Se acerca a la barra, donde el barman, un duende de aspecto astuto, le sonríe. “¿Qué te trae por aquí, mago?” pregunta el duende mientras limpia un vaso con un trapo que parece tener vida propia. “He venido en busca de información,” responde Yukine, su voz resonando con autoridad. “Dicen que aquí se puede encontrar a los más sabios y a los más astutos de todos los reinos.” El duende asiente, sus ojos brillando con curiosidad. “Has venido al lugar correcto. Pero aquí, la información tiene un precio.” Yukine sonríe levemente, sacando una pequeña bolsa de su capa y dejándola sobre la barra. El tintineo de las monedas de oro resuena en el bar, atrayendo la atención de varios de los presentes. “Entonces, empecemos,” dice Yukine, preparándose para desentrañar los secretos que lo han llevado hasta este lugar. El duende toma la bolsa de monedas y la guarda rápidamente en un bolsillo de su chaleco. “Muy bien, mago Yukine. ¿Qué es lo que deseas saber?” Yukine se inclina ligeramente hacia adelante, su voz baja pero firme. “Estoy buscando información sobre un antiguo artefacto, el Orbe de Eterna Luz. Se dice que tiene el poder de restaurar el equilibrio entre los reinos.” El duende frunce el ceño, sus ojos brillando con una mezcla de interés y preocupación. “El Orbe de Eterna Luz… No es un objeto común. Muchos lo han buscado, pero pocos han regresado.” Desde una mesa cercana, una figura encapuchada se levanta y se acerca a la barra. “He oído hablar de ese artefacto,” dice la figura, revelando un rostro parcialmente cubierto por cicatrices. “Soy Lidica, una exploradora de tierras lejanas. He visto mapas y escuchado leyendas sobre el Orbe.” Yukine la observa con atención. “¿Estás dispuesta a compartir lo que sabes?” Lidica asiente lentamente. “A cambio de tu ayuda en una misión que tengo pendiente. Necesito recuperar un cristal de poder de las ruinas de un antiguo templo. Es un lugar peligroso, pero con tus habilidades, podríamos tener éxito.” Yukine considera la propuesta por un momento antes de asentir. “De acuerdo. Te ayudaré con tu misión, y a cambio, tú me guiarás hacia el Orbe de Eterna Luz.” El duende sonríe, satisfecho con el acuerdo. “Parece que tenemos un trato. Pero tened cuidado, ambos. Este bar está lleno de oídos curiosos y no todos son de fiar.” Con el pacto sellado, Yukine y Lidica se preparan para partir hacia su peligrosa aventura, sabiendo que el destino de los reinos podría depender de su éxito. Yukine y Lidica abandonan el bar “El Caldero Místico” y se adentran en la noche, sus pasos resonando en las calles empedradas. La luna llena ilumina su camino mientras se dirigen hacia las ruinas del antiguo templo donde se encuentra el cristal de poder que Lidica necesita recuperar. “El templo está a unos días de viaje desde aquí,” explica Lidica mientras caminan. “Está rodeado de un bosque encantado, lleno de criaturas mágicas y trampas antiguas. Tendremos que estar en guardia en todo momento.” Yukine asiente, su mirada fija en el horizonte. “Estoy preparado. Cuéntame más sobre este cristal de poder.” Lidica suspira, recordando las historias que había escuchado desde niña. “El Cristal de la Aurora es un artefacto antiguo que perteneció a mis ancestros. Se dice que tiene la capacidad de amplificar la magia de su portador, pero también puede ser peligroso si cae en las manos equivocadas. Mi familia ha estado buscándolo durante generaciones, y creo que finalmente estoy cerca de encontrarlo.” A medida que avanzan, el paisaje cambia gradualmente de la ciudad a un denso bosque. Los árboles altos y retorcidos parecen susurrar secretos antiguos, y la luz de la luna apenas penetra el espeso follaje. “Debemos acampar aquí por la noche,” sugiere Lidica, señalando un claro en el bosque. “Es mejor no adentrarse en el templo sin descansar primero.” Yukine asiente y comienza a preparar un pequeño campamento. Mientras encienden una fogata, Lidica saca un mapa antiguo y lo extiende sobre el suelo. “Este es el templo,” dice, señalando una estructura en el centro del mapa. “Hay varias entradas, pero la mayoría están protegidas por trampas mágicas. Con tu ayuda, creo que podemos desactivarlas y llegar al cristal.” Yukine estudia el mapa con atención. “Mañana al amanecer, nos dirigiremos al templo. Debemos estar preparados para cualquier cosa.” Con el plan trazado, ambos se acomodan junto a la fogata, sus pensamientos llenos de la misión que les espera. La noche avanza lentamente, y el bosque parece cobrar vida con los sonidos de criaturas nocturnas y el susurro del viento entre los árboles. El amancer y la salida del sol es el indicio que un nuevo día a iniciado, Yukine y Lidica se despiertan y preparan algo de desayuno, dan una segunda revisada al pan trasado con anterioridad y desmontan el campamento hecho, recogiendo las lonas y apagando la totalidad del fuego restante usando magia de agua, poniéndose en marcha una vez mas. Mientras Yukine y Lidica avanzan por el bosque encantado, una sensación de que son observados los invade, poniéndolos algo tensos y expectantes, de repente y entre los arbustos una criatura emerge, poniendo a Yukine y Lidica en alerta, Yukine por instinto acumulo mana en ambas manos preparándose para el combate mientras Lidica desenvaina su espada y se ponen posición defensiva. “¿Quiénes sois y qué buscáis en mi bosque?” pregunta el Leshy, su voz resonando como un eco entre los árboles. Yukine a ver a la criatura disipa su mana y hace un gesto a Lidica para que enfunde su arma, Yukine da un paso adelante, mostrando respeto. “Somos viajeros en busca de un antiguo templo. No queremos causar daño a tu bosque.” El Leshy los observa detenidamente antes de asentir lentamente. "Te conozco mago eres aquel que fue elegido como mediador, La elemental de tierra nos dijo de tu elección y pronto encuentro" el Leshy asintió y les señalo en dirección al sur “El templo que buscáis está protegido por antiguos encantamientos. Si prometéis no dañar el bosque, os guiaré hasta allí.” Lidica y Yukine asienten, agradecidos por la ayuda del Leshy. Con su guía, avanzan más profundamente en el bosque, sabiendo que han ganado un poderoso aliado en su búsqueda al menos de manera temporal. Una vez llegaron a la entrada del templo el Leshy se paro nuevamente frente a ellos "eh cumplido mi parte del trato mediador, espero cumplas la tuya" luego de estas palabras el leshy desaparecio entre el musgo del suelo, Yukine y Lidica se miraron el uno al otro y asintieron con decisión y entraron al templo. El interior del antiguo templo es un lugar impresionante y lleno de misterio. Al entrar, Yukine y Lidica se encuentran en un vasto salón principal, iluminado por la luz tenue que se filtra a través de las grietas en el techo de piedra. Las paredes están cubiertas de intrincados grabados y frescos que representan escenas de antiguas leyendas y batallas épicas. Altas columnas de piedra, decoradas con runas y símbolos antiguos, se alinean a lo largo del salón. Algunas de estas columnas están parcialmente cubiertas de musgo y enredaderas, mostrando el paso del tiempo A lo largo de las paredes, hay estatuas de antiguos guardianes del templo, figuras imponentes con expresiones severas y armas en mano. Estas estatuas parecen vigilar a los intrusos con ojos de piedra En el centro del salón, hay un gran altar de mármol, adornado con gemas y metales preciosos. Sobre el altar, hay un pedestal vacío donde alguna vez estuvo el Cristal de poder Desde el salón principal, varios pasadizos oscuros se extienden hacia las profundidades del templo. Estos pasadizos están llenos de trampas y desafíos, diseñados para proteger los secretos del templo El techo del salón está decorado con un mosaico de colores brillantes que representa el cielo nocturno y las constelaciones. Este mosaico parece brillar con una luz propia, añadiendo un aire mágico al lugar El suelo está hecho de grandes losas de piedra, algunas de las cuales están grabadas con patrones geométricos y símbolos mágicos. A medida que caminan, Yukine y Lidica pueden sentir una energía antigua emanando del suelo El ambiente dentro del templo es solemne y reverente, con un silencio que solo es roto por el eco de sus pasos. Cada rincón del lugar parece estar impregnado de historia y magia, Yukine y Lidica saben que deben proceder con cautela. Mientras Yukine y Lyria avanzan hacia el altar central, una perturbación mágica se siente en el aire. Las runas en las columnas comienzan a brillar intensamente y el suelo tiembla bajo sus pies. Yukine siente la energía mágica acumulándose y sabe que algo está a punto de suceder. Alza su bastón y murmura un conjuro de protección. "Lidica, prepárate. Algo se aproxima." Lidica desenvaina sus dagas, las hojas brillando con runas de fuego y hielo. Se coloca en posición defensiva junto a Yukine. "Estoy lista. Lo que sea que venga, lo enfrentaremos juntos." Las estatuas de los guardianes a lo largo del salón empiezan a moverse, desprendiéndose del polvo y el musgo. Sus ojos de piedra brillan con una luz roja y sus armas relucen bajo la luz del templo. Con pasos pesados, avanzan hacia los intrusos, levantando sus espadas y lanzas. El primer guardián levanta su espada y lanza un golpe poderoso hacia Yukine. Yukine levanta su mano justo a tiempo, bloqueando el ataque con un escudo de energía mágica. El impacto resuena a través del templo, pero Yukine se mantiene firme. Otro guardián se abalanza hacia Lyria con una lanza. Lidica esquiva ágilmente el ataque, rodando hacia un lado y contraatacando con una de sus dagas. La hoja encantada deja una cicatriz ardiente en el brazo de piedra del guardián. Un tercer guardián intenta sorprender a Yukine por detrás, pero Yukine está preparado. Gira rápidamente y lanza un hechizo de viento, empujando al guardián hacia atrás y haciéndolo chocar contra una columna. Yukine y Lidica se coordinan perfectamente, luchando espalda con espalda. Yukine lanza hechizos de fuego y hielo, debilitando a los guardianes mientras Lidica utiliza su agilidad para esquivar y golpear con precisión. El combate continúa, con los guardianes atacando implacablemente y Yukine y Lidica defendiendo cada golpe con destreza y magia. El templo retumba con el sonido de la batalla, y ambos saben que deben mantenerse enfocados si quieren salir victoriosos. El combate se vuelve más frenético cuando Yukine decide utilizar una combinación de hechizos más avanzada. Alza su mano y, con un movimiento rápido, lanza un hechizo de cadena de relámpagos. La cadena de relámpagos salta de un guardián a otro, chisporroteando y dejando marcas de quemaduras en sus superficies de piedra. Los guardianes retroceden momentáneamente, dándoles a Yukine y Lidica un respiro para reagruparse. Lidica aprovecha el momento para lanzar una de sus pociones explosivas a los pies del guardián más cercano. La explosión resulta en un destello cegador seguido de una onda de choque que desestabiliza la estructura del guardián. Con una agilidad impresionante, Lyria se desliza bajo el guardián tambaleante y clava su daga en las articulaciones de piedra, causándole un daño crítico. A pesar de estar envuelto en llamas, el guardián lanza un ataque feroz hacia Yukine. Yukine levanta su escudo de energía justo a tiempo, pero el impacto lo hace retroceder unos pasos. El escudo parpadea, mostrando signos de desgaste. El guardián herido en la pierna intenta golpear a Lidica con su lanza. Lidica esquiva con agilidad, pero el guardián la sigue de cerca, lanzando una serie de ataques rápidos. Lyria bloquea algunos con sus dagas, pero uno de los golpes logra rozarle el brazo, causando un corte superficial. Un tercer guardián, habiendo chocado contra la columna, se reincorpora y lanza un ataque desde la distancia. Alza su mano y una ráfaga de energía oscura se dirige hacia Yukine y Lidica. Yukine desvía la energía con su mano, pero siente la fuerza del impacto. Viendo la oportunidad, Yukine decide recurrir a su hechizo de lanza de hielo, creando una lanza hecha de hielo puro y lanzándola con precisión hacia el corazón de piedra del segundo guardián. La lanza penetra la piedra con un sonido agudo, y el guardián se desploma en una nube de polvo. Lidica, con su agilidad intacta, hace uso de su habilidad "Golpe Sombrío". Se desvanece momentáneamente en una sombra y reaparece detrás del último guardián, donde clava sus dos dagas encantadas en su espalda. Las runas de fuego y hielo se activan simultáneamente, causando una explosión elemental que destruye al guardián desde dentro. El silencio vuelve al templo, interrumpido solo por los ecos de la batalla que aún resuenan en las paredes. Yukine y Lidica, respirando con dificultad, se miran y asienten, sabiendo que han superado una prueba importante. Una vez derrotados los guardianes, el altar que antes estaba vacio ahora resuena, vibra y se ilumina por momentos, Lidica se pone de pie y observa anonadada como de este emerge lo que ha estado buscando durante anos. una luz suave y resplandeciente. Lidica da un paso adelante, sus ojos llenos de asombro y reverencia. "Lo hemos encontrado," susurra, extendiendo una mano hacia el cristal. "por fin lo he encontrado, luego de siglos de busqueda, he cumplido la mision de mi familia y ahora yo y mis desendientes debemos continuar la custodia y proteccion de el cristal ." Yukine se acerca a su lado, su energía mágica resonando con la del cristal sorprendido por este hecho deja salir su aura magica haciendo que resuene con mayor intensidad con el cristal Con una profunda respiración, extiende sus manos hacia el Cristal . La luz del cristal se intensifica y un cálido resplandor envuelve a Yukine. La energía empieza a fluir desde el cristal hacia él, recorriendo su cuerpo como un río de pura magia. Sus ojos brillan con un azul intenso mientras siente cómo su propia magia se fusiona con la del cristal. De repente, una figura comienza a formarse frente a ellos, emergiendo de la luz del cristal. Es una entidad de luz pura, con forma humanoide, pero sus rasgos son etéreos y cambiantes, como si estuviera hecha del mismo resplandor del cristal. "Yukine," dice la entidad con una voz que resuena como un coro de ecos armoniosos, "yo soy el Guardián del Cristal, una manifestación de su esencia." Yukine, todavía envuelto en la energía del cristal, inclina la cabeza en señal de respeto. "¿Por qué me ha elegido el cristal? ¿Por qué me otorga sus poderes?" La entidad de luz se acerca, su presencia irradiando calidez y serenidad. "El Cristal posee un gran poder, uno que puede restaurar el equilibrio o causar destrucción, dependiendo de las intenciones de su portador. Te ha elegido a ti porque eres tu quien fue escogido por lo elementales como mediador." Lidica observa la escena con reverencia, sus ojos llenos de asombro. "¿Qué debemos hacer ahora?" pregunta ella. La entidad sonríe suavemente. "El trabajo de tu familia, el cual desempeño por siglos hoy se ha cumplido, su salvaguarda era fundamental para que hoy el cristal pudiera entregar sus poderes al mediador." "Yukine, ahora que has absorbido los poderes del cristal, te has convertido en su guardián. Debes utilizar este poder para cerrar las brechas que amenazan los reinos y restaurar el equilibrio. Pero recuerda, con gran poder viene una gran responsabilidad." Yukine asiente, sintiendo el peso de la responsabilidad sobre sus hombros, pero también una sensación de propósito y claridad. "Lo haré. Protegeré el equilibrio" La luz que forma la entidad comienza a desvanecerse, pero su voz permanece clara. "El Cristal ha confiado en ti, Yukine. Usa su poder con sabiduría y valentía. El destino de los reinos está ahora en tus manos." Con esas palabras, la entidad desaparece, dejando a Yukine y Lidica en la sala central del templo. La luz del cristal se integra completamente en Yukine, y él siente una nueva fuerza y conexión con la magia del mundo.
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  • Es un grave error subestimar la posibilidad de que la maquinaria y la magia puedan entrelazarse en un mismo destino en la época actual.

    He surcado los cielos montando un dragón imponente, cuyas alas brillaban con la fuerza de un metal antiguo y misterioso.
    Mi corcel, forjado en los fuegos de mi ambición, es un símbolo viviente de mi poder, mientras que mi armadura reluce como un faro de valor en la oscuridad.
    Juntos, somos la encarnación de la leyenda, desafiando los límites de lo posible y forjando nuestro camino hacia la gloria.

    Lucharé para demostrar que somos magia, todos y cada uno de nosotros no somos producto de la casualidad.
    Somos la prueba máxima del amor de la tierra a nosotros.

    Es un grave error subestimar la posibilidad de que la maquinaria y la magia puedan entrelazarse en un mismo destino en la época actual. He surcado los cielos montando un dragón imponente, cuyas alas brillaban con la fuerza de un metal antiguo y misterioso. Mi corcel, forjado en los fuegos de mi ambición, es un símbolo viviente de mi poder, mientras que mi armadura reluce como un faro de valor en la oscuridad. Juntos, somos la encarnación de la leyenda, desafiando los límites de lo posible y forjando nuestro camino hacia la gloria. Lucharé para demostrar que somos magia, todos y cada uno de nosotros no somos producto de la casualidad. Somos la prueba máxima del amor de la tierra a nosotros.
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  • Una cosa era prometer algo. Y otra muy distinta era conseguir cumplir dicha promesa.

    Cuando eres inmortal, la vida no tiene prisa. Uno se toma todo el tiempo del mundo para hacer las cosas. ¿Pero que pasa cuando ese tiempo de pronto tiene una fecha límite?.

    Kazuo por primera vez en siglos experimentaba eso. Debido a una promesa divina, había ligado su alma a la de 𝑬𝒍𝒊𝒛𝒂𝒃𝒆𝒕𝒉 ✴ 𝑩𝒍𝒐𝒐𝒅𝒇𝒍𝒂𝒎𝒆 . Un acto de amor que como consecuencia lo arrastraría a la muerte el día que el corazón de ella dejara de latir. Sabía que no podía vivir sin ella, y tampoco le agradaba el hecho de morir y renacer sin la certeza de que se vuelvan a encontrar en la siguiente vida.

    Por lo tanto este decidió buscar primero en la biblioteca más antigua que había en Kyoto, el lugar más cercano a su templo. Buscaba el modo de allar la forma de pronlogar la vida de Elizabeth de forma indefinida. Desde luego conocía algún que otro método; como el pedirle a su amigo Heinrich Rosenberg que la transformase en un vampiro. Pero esa idea a Kazuo no le resultaba satisfactoria. Había visto a su amigo sufrir constantemente por su condición, por lo que la idea no le entusiasmaba demasiado.

    Así que este busca información sobre folclore, leyendas, mitos arcanos... Todo aquello que le pudiera ser de utilidad. Si no lo encontraba allí estaba dispuesto a emprender un viaje fuera de su hogar. Abandonar temporalmente su tierra y su labor, con el fin de valorar todas las opciones posibles. Su madre Inari lo entendería, entendería que dedicase una ínfima parte de su longeva vida para lograr aquel propósito. La tarea era prácticamente imposible; Ir contra el curso natural de la vida era algo que no estaba contemplado para los humanos, por lo que las opciones eran escasas o nulas. Aún así tenía que intentarlo. De hecho era algo que ya rondaba su cabeza antes incluso de crear ese vínculo entre ambos. Pero ahora ambos estaban en la misma sintonía, y estaban de acuerdo con todo aquello.

    En aquella biblioteca había libros tan viejos como él. Manuscritos tan frágiles que el mero descuido los volvería polvo. Allí estaba el zorro, rodeados de pilas de libros que devoraba sin descanso. Muchos de ellos ya los había leído con el paso de los años. Pero estaba dispuesto a releerlos con tal de encontrar algo que se le hubieran escapado.

    ¿Sería capaz el zorro de burlar a la muerte?. ¿Impediría su diosa madre que este muriera junto con su alma gemela?. Demasiadas incógnitas y pocas respuestas. Desde luego la aventura estaba asegurada.



    Una cosa era prometer algo. Y otra muy distinta era conseguir cumplir dicha promesa. Cuando eres inmortal, la vida no tiene prisa. Uno se toma todo el tiempo del mundo para hacer las cosas. ¿Pero que pasa cuando ese tiempo de pronto tiene una fecha límite?. Kazuo por primera vez en siglos experimentaba eso. Debido a una promesa divina, había ligado su alma a la de [Liz_bloodFlame] . Un acto de amor que como consecuencia lo arrastraría a la muerte el día que el corazón de ella dejara de latir. Sabía que no podía vivir sin ella, y tampoco le agradaba el hecho de morir y renacer sin la certeza de que se vuelvan a encontrar en la siguiente vida. Por lo tanto este decidió buscar primero en la biblioteca más antigua que había en Kyoto, el lugar más cercano a su templo. Buscaba el modo de allar la forma de pronlogar la vida de Elizabeth de forma indefinida. Desde luego conocía algún que otro método; como el pedirle a su amigo [Heinz_Vamp] que la transformase en un vampiro. Pero esa idea a Kazuo no le resultaba satisfactoria. Había visto a su amigo sufrir constantemente por su condición, por lo que la idea no le entusiasmaba demasiado. Así que este busca información sobre folclore, leyendas, mitos arcanos... Todo aquello que le pudiera ser de utilidad. Si no lo encontraba allí estaba dispuesto a emprender un viaje fuera de su hogar. Abandonar temporalmente su tierra y su labor, con el fin de valorar todas las opciones posibles. Su madre Inari lo entendería, entendería que dedicase una ínfima parte de su longeva vida para lograr aquel propósito. La tarea era prácticamente imposible; Ir contra el curso natural de la vida era algo que no estaba contemplado para los humanos, por lo que las opciones eran escasas o nulas. Aún así tenía que intentarlo. De hecho era algo que ya rondaba su cabeza antes incluso de crear ese vínculo entre ambos. Pero ahora ambos estaban en la misma sintonía, y estaban de acuerdo con todo aquello. En aquella biblioteca había libros tan viejos como él. Manuscritos tan frágiles que el mero descuido los volvería polvo. Allí estaba el zorro, rodeados de pilas de libros que devoraba sin descanso. Muchos de ellos ya los había leído con el paso de los años. Pero estaba dispuesto a releerlos con tal de encontrar algo que se le hubieran escapado. ¿Sería capaz el zorro de burlar a la muerte?. ¿Impediría su diosa madre que este muriera junto con su alma gemela?. Demasiadas incógnitas y pocas respuestas. Desde luego la aventura estaba asegurada.
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  • -las no me olvides, cuenta la leyenda que una dama y su amado paseaban cerca de un rio acaudalado compartiendosu amor sincero, sin embargo el caballero cayó al agua y con sus últimas fuerzas lanzó aquella flor azul a su amada gritando "no me olvides!", se dice que estás flores crecen allá donde la muerte hizo su visita pero el muerto no deseaba quedarse en las sombras, así que cuando vean está flor en el campo "no me olvides!"- soltó una risita sosteniendo aquellas flores
    -las no me olvides, cuenta la leyenda que una dama y su amado paseaban cerca de un rio acaudalado compartiendosu amor sincero, sin embargo el caballero cayó al agua y con sus últimas fuerzas lanzó aquella flor azul a su amada gritando "no me olvides!", se dice que estás flores crecen allá donde la muerte hizo su visita pero el muerto no deseaba quedarse en las sombras, así que cuando vean está flor en el campo "no me olvides!"- soltó una risita sosteniendo aquellas flores
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