• Cuéntame todos tus problemas
    Fandom Oc
    Categoría Contemporáneo
    Nica se encontraba en su escritorio rodeada de libros y apuntes. Con una sonrisa en el rostro, tomó el teléfono y miró la pantalla. Era el inicio de su nuevo proyecto universitario. “¡Este es mi momento!”, pensó mientras se preparaba para hacer la primera llamada. Había diseñado un estudio donde escucharía los problemas emocionales y psicológicos de las personas, con el fin de entender mejor cómo el cerebro procesa las emociones. La idea de ayudarla y aprender al mismo tiempo la llenaba de energía. Marcó el número y esperó pacientemente a que alguien al otro lado de la línea respondiera.

    (No importa el largo de líneas ni el tipo de personaje que roleas solo responde si te sientes con ganas de rolear.)

    Nica se encontraba en su escritorio rodeada de libros y apuntes. Con una sonrisa en el rostro, tomó el teléfono y miró la pantalla. Era el inicio de su nuevo proyecto universitario. “¡Este es mi momento!”, pensó mientras se preparaba para hacer la primera llamada. Había diseñado un estudio donde escucharía los problemas emocionales y psicológicos de las personas, con el fin de entender mejor cómo el cerebro procesa las emociones. La idea de ayudarla y aprender al mismo tiempo la llenaba de energía. Marcó el número y esperó pacientemente a que alguien al otro lado de la línea respondiera. (No importa el largo de líneas ni el tipo de personaje que roleas solo responde si te sientes con ganas de rolear.)
    Tipo
    Individual
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    Estado
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  • Jimoto se deslizó entre las sombras, con la vista fija en la gran caja metálica dentro del almacén enemigo. Había sido difícil infiltrarse en la base de la Patrulla Roja, pero ahí estaba: la esfera del dragón, custodiada por unos pocos soldados distraídos. Solo tenía que actuar rápido, tomarla y desaparecer antes de que sonara la alarma.

    Pero entonces, un estruendo sacudió el suelo. Desde el intercomunicador de uno de los soldados, una voz chillona resonó:

    —¡El ataque ha comenzado! ¡Reduciremos la ciudad a cenizas hasta que nos entreguen la información!

    Jimoto sintió un escalofrío. *¿Ataque?* ¿A qué ciudad se referían?

    Salió sigilosamente del almacén y se trepó a una torre de vigilancia para ver a lo lejos. Un humo espeso se alzaba en el horizonte. Desde ahí, pudo ver el resplandor de las llamas devorando los edificios de una ciudad cercana. Gritos, explosiones… gente corriendo por sus vidas.

    Apretó los puños. Tenía la oportunidad de llevarse la esfera ahora. Podía completar su misión.

    Pero…

    Miró la caja. Luego la ciudad.

    Chasqueó la lengua con frustración.

    —Maldición…

    Sin pensarlo dos veces, se lanzó en dirección al caos.

    ***

    Las calles estaban sumidas en el terror. Soldados de la Patrulla Roja disparaban sin piedad, causando explosiones que derrumbaban edificios enteros. La gente huía, algunos atrapados entre escombros, otros rodeados sin salida.

    Entonces, una sombra veloz irrumpió en la escena.

    —¡Hey! ¡Cobardes con uniforme! —gritó Jimoto, aterrizando con un golpe que hizo temblar el pavimento—. ¿Por qué no prueban su suerte con alguien que puede devolver los golpes?

    Los soldados voltearon, sorprendidos.

    —¡Es ese tipo! ¡El de la máscara!

    Sin darles tiempo para reaccionar, Jimoto se lanzó contra ellos, derribando a los primeros con una patada giratoria y esquivando las balas con movimientos ágiles. Cada golpe suyo derribaba a un enemigo, cada salto lo acercaba a más civiles para ponerlos a salvo.

    Pero sabía la verdad: mientras él estaba aquí, los villanos escapaban con la esfera.

    No importaba.

    Ver a las familias reunirse, a los niños correr hacia los brazos de sus padres, le confirmó que había tomado la decisión correcta.

    Cuando el humo se disipó y la Patrulla Roja ya no estaba, Jimoto se quedó de pie entre los escombros, respirando con dificultad.

    Había perdido la esfera… pero había salvado una ciudad.

    Y eso valía más.
    Jimoto se deslizó entre las sombras, con la vista fija en la gran caja metálica dentro del almacén enemigo. Había sido difícil infiltrarse en la base de la Patrulla Roja, pero ahí estaba: la esfera del dragón, custodiada por unos pocos soldados distraídos. Solo tenía que actuar rápido, tomarla y desaparecer antes de que sonara la alarma. Pero entonces, un estruendo sacudió el suelo. Desde el intercomunicador de uno de los soldados, una voz chillona resonó: —¡El ataque ha comenzado! ¡Reduciremos la ciudad a cenizas hasta que nos entreguen la información! Jimoto sintió un escalofrío. *¿Ataque?* ¿A qué ciudad se referían? Salió sigilosamente del almacén y se trepó a una torre de vigilancia para ver a lo lejos. Un humo espeso se alzaba en el horizonte. Desde ahí, pudo ver el resplandor de las llamas devorando los edificios de una ciudad cercana. Gritos, explosiones… gente corriendo por sus vidas. Apretó los puños. Tenía la oportunidad de llevarse la esfera ahora. Podía completar su misión. Pero… Miró la caja. Luego la ciudad. Chasqueó la lengua con frustración. —Maldición… Sin pensarlo dos veces, se lanzó en dirección al caos. *** Las calles estaban sumidas en el terror. Soldados de la Patrulla Roja disparaban sin piedad, causando explosiones que derrumbaban edificios enteros. La gente huía, algunos atrapados entre escombros, otros rodeados sin salida. Entonces, una sombra veloz irrumpió en la escena. —¡Hey! ¡Cobardes con uniforme! —gritó Jimoto, aterrizando con un golpe que hizo temblar el pavimento—. ¿Por qué no prueban su suerte con alguien que puede devolver los golpes? Los soldados voltearon, sorprendidos. —¡Es ese tipo! ¡El de la máscara! Sin darles tiempo para reaccionar, Jimoto se lanzó contra ellos, derribando a los primeros con una patada giratoria y esquivando las balas con movimientos ágiles. Cada golpe suyo derribaba a un enemigo, cada salto lo acercaba a más civiles para ponerlos a salvo. Pero sabía la verdad: mientras él estaba aquí, los villanos escapaban con la esfera. No importaba. Ver a las familias reunirse, a los niños correr hacia los brazos de sus padres, le confirmó que había tomado la decisión correcta. Cuando el humo se disipó y la Patrulla Roja ya no estaba, Jimoto se quedó de pie entre los escombros, respirando con dificultad. Había perdido la esfera… pero había salvado una ciudad. Y eso valía más.
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  • He pilotado en Juggernaut muchas veces. Realmente no tengo nada que aprender porque ya lo sé todo. Siempre me regañaban los técnicos de reparación en el hangar 18 porque decían que sobre explotaba la máquina.
    Puede que tuvieran razón. Pero si no lo hiciera quizás no habría sido tan efectivo en cada batalla...
    La posibilidad de aprender a pilotar el Baritec es emocionante. La principal diferencia es que el Baritec va por el cielo, y el Juggernaut va por tierra...
    Pero aún si no ingresara a la fuerza aérea, igual puedo ser piloto, y no me desagrada. Como un soldado tengo que poder hacer múltiples cosas a fin de ser efectivo con cada misión, con cada orden...
    En el fondo, el instinto de sobrevivir es el motor de toda mi vida.
    He pilotado en Juggernaut muchas veces. Realmente no tengo nada que aprender porque ya lo sé todo. Siempre me regañaban los técnicos de reparación en el hangar 18 porque decían que sobre explotaba la máquina. Puede que tuvieran razón. Pero si no lo hiciera quizás no habría sido tan efectivo en cada batalla... La posibilidad de aprender a pilotar el Baritec es emocionante. La principal diferencia es que el Baritec va por el cielo, y el Juggernaut va por tierra... Pero aún si no ingresara a la fuerza aérea, igual puedo ser piloto, y no me desagrada. Como un soldado tengo que poder hacer múltiples cosas a fin de ser efectivo con cada misión, con cada orden... En el fondo, el instinto de sobrevivir es el motor de toda mi vida.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tips para sacar el APT APT de mi cabeza. Anyone?
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  • ¿Sabes algo? Odio este tipo de reuniones aburridas.


    -El joven mafioso mostraba una notable molestia en su rostro. Realmente algo extraño, tomando en cuenta que suele ser bastante bromista ante todo. La organización continuaba siendo un exito a pasos agigantados. Tal vez incluso las mayores responsabilidades le han estado pasando factura. Eso, o simplemente estar en constante peligro estaba ya haciendo su efecto-


    Bueno bueno, ve al punto. No tengo todo lo que queda de la noche disponible. Y tampoco es que tenga muchas ganas de andar peleando en estos momentos contra chupa sangres, los pulgosos o cualquier otra mierda sobrenatural que algún idiota está intentando invocar para sus beneficios.
    ¿Sabes algo? Odio este tipo de reuniones aburridas. -El joven mafioso mostraba una notable molestia en su rostro. Realmente algo extraño, tomando en cuenta que suele ser bastante bromista ante todo. La organización continuaba siendo un exito a pasos agigantados. Tal vez incluso las mayores responsabilidades le han estado pasando factura. Eso, o simplemente estar en constante peligro estaba ya haciendo su efecto- Bueno bueno, ve al punto. No tengo todo lo que queda de la noche disponible. Y tampoco es que tenga muchas ganas de andar peleando en estos momentos contra chupa sangres, los pulgosos o cualquier otra mierda sobrenatural que algún idiota está intentando invocar para sus beneficios.
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  • ### **La Noche de los Titanes**

    El **Gran Hotel Imperial de Tokio** resplandecía bajo la luz de cientos de candelabros de cristal. En el salón principal, techos dorados reflejaban el resplandor de las lámparas de araña, mientras alfombras de terciopelo rojo amortiguaban los pasos de los magnates y combatientes que llenaban la estancia. Era una noche de lujo, pero también de tensión.

    Los empresarios más poderosos de Japón se paseaban con sus mejores trajes, acompañados de guardaespaldas y asistentes. Algunos intercambiaban sonrisas y brindaban con copas de champán, otros se observaban con miradas afiladas, midiendo a sus futuros rivales. Esta gala no era solo una celebración, era la antesala de la guerra.

    En el centro del salón, una enorme mesa de caoba estaba decorada con centros de flores exóticas y bandejas de los platillos más exclusivos. Wagyu de la más alta calidad, mariscos traídos del otro lado del mundo, caviar servido en pequeñas cucharas de oro. El vino fluía sin cesar, mientras los meseros, vestidos impecablemente de negro, se deslizaban entre los asistentes con la precisión de una coreografía bien ensayada.

    Takeru, vestido con un traje negro a la medida, ajustó su corbata con incomodidad. No estaba acostumbrado a este tipo de eventos. Se sentía fuera de lugar rodeado de multimillonarios y jefes de la yakuza, pero sabía que debía estar ahí.

    —Te ves como un maldito pingüino—murmuró Christopher, su entrenador, apoyado contra una columna con un cigarro entre los labios.

    Takeru resopló. —Y tú como si hubieras salido de un callejón.

    Christopher sonrió con sorna. A diferencia de los demás, él solo llevaba una camisa blanca abierta en el cuello y una chaqueta oscura algo arrugada.

    La conversación se interrumpió cuando un repique de copas llamó la atención de todos. En el estrado, un hombre mayor con un porte imponente alzó su copa de vino. Su cabello plateado estaba peinado con precisión y su mirada fría evaluaba a cada persona en la sala.

    —Bienvenidos—su voz resonó con autoridad—. Hoy damos inicio al **Torneo Kengan**, la batalla definitiva para decidir quién realmente controla la economía de Japón.

    Las conversaciones se apagaron.

    —Las reglas son simples—continuó—. Para ganar, el oponente debe **rendirse, quedar inconsciente o morir**. No hay límites de tiempo ni árbitros que detengan la pelea. Solo hay una restricción: **las armas están prohibidas**. Todo lo demás… es válido.

    Hubo un murmullo en la multitud. Algunos sonrieron con ambición, otros mantuvieron sus expresiones impasibles.

    —Así que disfruten esta velada—concluyó el hombre—. Bañémonos en el lujo antes de que comience el verdadero infierno.

    Con un leve movimiento de la muñeca, brindó y bebió un sorbo.

    El ambiente cambió de inmediato. Las apuestas comenzaron a hacerse entre murmullos, empresarios estrechaban manos sellando acuerdos en la sombra, y los combatientes se miraban unos a otros, evaluando a sus futuros oponentes.

    Takeru tomó una copa de vino, pero no bebió. En su interior, una sensación de adrenalina comenzaba a burbujear.

    La caza había comenzado.
    ### **La Noche de los Titanes** El **Gran Hotel Imperial de Tokio** resplandecía bajo la luz de cientos de candelabros de cristal. En el salón principal, techos dorados reflejaban el resplandor de las lámparas de araña, mientras alfombras de terciopelo rojo amortiguaban los pasos de los magnates y combatientes que llenaban la estancia. Era una noche de lujo, pero también de tensión. Los empresarios más poderosos de Japón se paseaban con sus mejores trajes, acompañados de guardaespaldas y asistentes. Algunos intercambiaban sonrisas y brindaban con copas de champán, otros se observaban con miradas afiladas, midiendo a sus futuros rivales. Esta gala no era solo una celebración, era la antesala de la guerra. En el centro del salón, una enorme mesa de caoba estaba decorada con centros de flores exóticas y bandejas de los platillos más exclusivos. Wagyu de la más alta calidad, mariscos traídos del otro lado del mundo, caviar servido en pequeñas cucharas de oro. El vino fluía sin cesar, mientras los meseros, vestidos impecablemente de negro, se deslizaban entre los asistentes con la precisión de una coreografía bien ensayada. Takeru, vestido con un traje negro a la medida, ajustó su corbata con incomodidad. No estaba acostumbrado a este tipo de eventos. Se sentía fuera de lugar rodeado de multimillonarios y jefes de la yakuza, pero sabía que debía estar ahí. —Te ves como un maldito pingüino—murmuró Christopher, su entrenador, apoyado contra una columna con un cigarro entre los labios. Takeru resopló. —Y tú como si hubieras salido de un callejón. Christopher sonrió con sorna. A diferencia de los demás, él solo llevaba una camisa blanca abierta en el cuello y una chaqueta oscura algo arrugada. La conversación se interrumpió cuando un repique de copas llamó la atención de todos. En el estrado, un hombre mayor con un porte imponente alzó su copa de vino. Su cabello plateado estaba peinado con precisión y su mirada fría evaluaba a cada persona en la sala. —Bienvenidos—su voz resonó con autoridad—. Hoy damos inicio al **Torneo Kengan**, la batalla definitiva para decidir quién realmente controla la economía de Japón. Las conversaciones se apagaron. —Las reglas son simples—continuó—. Para ganar, el oponente debe **rendirse, quedar inconsciente o morir**. No hay límites de tiempo ni árbitros que detengan la pelea. Solo hay una restricción: **las armas están prohibidas**. Todo lo demás… es válido. Hubo un murmullo en la multitud. Algunos sonrieron con ambición, otros mantuvieron sus expresiones impasibles. —Así que disfruten esta velada—concluyó el hombre—. Bañémonos en el lujo antes de que comience el verdadero infierno. Con un leve movimiento de la muñeca, brindó y bebió un sorbo. El ambiente cambió de inmediato. Las apuestas comenzaron a hacerse entre murmullos, empresarios estrechaban manos sellando acuerdos en la sombra, y los combatientes se miraban unos a otros, evaluando a sus futuros oponentes. Takeru tomó una copa de vino, pero no bebió. En su interior, una sensación de adrenalina comenzaba a burbujear. La caza había comenzado.
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  • - Estando de curioso por los anillos del infierno llegó al anillo de la lujuria usualmente no me gustaba ese lugar pero no era el mismo dejándome llevar por los múltiples colores y música parecía que estaba en un parque de diversiones unas sucubos al verme se acercaron y enpesaron a tocar mi mentón y orejas -


    //Por eso no coman nada si no saben su procedencia mis niños //
    - Estando de curioso por los anillos del infierno llegó al anillo de la lujuria usualmente no me gustaba ese lugar pero no era el mismo dejándome llevar por los múltiples colores y música parecía que estaba en un parque de diversiones unas sucubos al verme se acercaron y enpesaron a tocar mi mentón y orejas - //Por eso no coman nada si no saben su procedencia mis niños //
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tenlo en cuenta al responder.
    No sé porque Pero cada que veo este tipo de eventos me da nostalgia como si estuviera rebuscando en mi sudconciente
    Una gitana me dijo que podría ser que participe en ese tipo de eventos en vidas pasadas ʕ⁠ ⁠º⁠ ⁠ᴥ⁠ ⁠º⁠ʔ//



    https://vm.tiktok.com/ZMkvhvUMu/
    No sé porque Pero cada que veo este tipo de eventos me da nostalgia como si estuviera rebuscando en mi sudconciente Una gitana me dijo que podría ser que participe en ese tipo de eventos en vidas pasadas ʕ⁠ ⁠º⁠ ⁠ᴥ⁠ ⁠º⁠ʔ// https://vm.tiktok.com/ZMkvhvUMu/
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    //comunicado: porfavor a las personas que hablen fuera del rol que me digan cosas como "corazón o linda/o" ahorrense eso ya que me incomoda, enserió soy una persona que no me gusta mucho ese tipo de comentarios, solo me hacen sentir incomoda.. diríjanse a mi como una persona puden usar "usted o tu" en el caso que hablen conmigo y no con el personaje, al personaje díganle de todo ya que un objeto inanimado (soy una persona felizmente casado/a gente)
    //comunicado: porfavor a las personas que hablen fuera del rol que me digan cosas como "corazón o linda/o" ahorrense eso ya que me incomoda, enserió soy una persona que no me gusta mucho ese tipo de comentarios, solo me hacen sentir incomoda.. diríjanse a mi como una persona puden usar "usted o tu" en el caso que hablen conmigo y no con el personaje, al personaje díganle de todo ya que un objeto inanimado (soy una persona felizmente casado/a gente) :STK-12:
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