• -La luz pálida de la luna bañaba el horizonte, creando un manto plateado sobre los campos que rodeaban el castillo. El aire era fresco, cargado con el aroma de la tierra húmeda y la hierba recién pisada. Dentro de las murallas, el bullicio de las celebraciones ya se había apagado, dejando tras de sí el eco distante de risas y cánticos que se desvanecían en la madrugada. Las antorchas parpadeaban débilmente, luchando contra el viento que comenzaba a soplar con fuerza. Era el momento perfecto para desaparecer sin que nadie lo notara-

    -Coke estaba allí, de pie junto a los establos, su silueta parcialmente iluminada por la tenue luz lunar. Llevaba una capa oscura que apenas podía ocultar la armadura ligera que aún no había abandonado del todo, como si no pudiera desprenderse completamente de su pasado. Su mirada recorrió los caballos dormidos, hasta que sus ojos se posaron en uno en particular: un corcel negro, fuerte y silencioso. Sin dudarlo, abrió el portón de madera con cuidado, sus movimientos tan ligeros que ni siquiera el crujir de la madera perturbó el silencio-

    -Con manos firmes y un susurro tranquilo, acarició al animal antes de colocarse sobre su lomo. La brisa nocturna le acariciaba el rostro mientras salía de los terrenos del castillo, dejando atrás las luces, las risas y las responsabilidades. Cada paso del caballo sobre el camino empedrado resonaba como un latido, marcando el comienzo de una nueva vida, lejos de los festejos y del peso de las miradas expectantes-

    -Sus pensamientos estaban claros: no había lugar para él en un reino en paz. Había luchado y sangrado por esa tierra, pero ahora que la calma reinaba, su espíritu inquieto buscaba algo más. Quizá un propósito, quizá libertad, o tal vez solo un lugar donde pudiera encontrarse a sí mismo sin el eco constante de los gritos de guerra-

    -El caballo se detuvo por un instante al borde del bosque, justo donde los campos abiertos del reino daban paso a la sombra de los árboles. Coke miró hacia atrás, contemplando las altas torres del castillo y las luces que aún parpadeaban débilmente en las ventanas. El viento soplaba con fuerza, llevándose consigo el eco de una canción lejana que aún resonaba desde los salones del festín. Apretó los labios y, con un gesto lento, levantó el casco que había llevado durante tantas batallas, aquel que todos reconocían como un símbolo de su valentía y su presencia en el campo de guerra-

    -Con una calma solemne, dejó caer el casco al suelo. El metal resonó contra las piedras con un eco profundo que pareció extenderse por todo el valle. Era un sonido que marcaba el fin de una era. El casco quedó allí, solitario bajo la luz de la luna, un símbolo mudo de todo lo que Coke dejaba atrás-

    -Sin mirar atrás, espoleó al caballo, dejando que la oscuridad del bosque lo envolviera. La figura de Coke se fundió con la oscuridad, dejando tras de sí una estela de huellas que pronto serían borradas por la humedad de la madrugada. La luna, su única compañera, lo observaba desde lo alto, iluminando el camino hacia lo desconocido-

    ────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ──────

    Fin de temporada
    -La luz pálida de la luna bañaba el horizonte, creando un manto plateado sobre los campos que rodeaban el castillo. El aire era fresco, cargado con el aroma de la tierra húmeda y la hierba recién pisada. Dentro de las murallas, el bullicio de las celebraciones ya se había apagado, dejando tras de sí el eco distante de risas y cánticos que se desvanecían en la madrugada. Las antorchas parpadeaban débilmente, luchando contra el viento que comenzaba a soplar con fuerza. Era el momento perfecto para desaparecer sin que nadie lo notara- -Coke estaba allí, de pie junto a los establos, su silueta parcialmente iluminada por la tenue luz lunar. Llevaba una capa oscura que apenas podía ocultar la armadura ligera que aún no había abandonado del todo, como si no pudiera desprenderse completamente de su pasado. Su mirada recorrió los caballos dormidos, hasta que sus ojos se posaron en uno en particular: un corcel negro, fuerte y silencioso. Sin dudarlo, abrió el portón de madera con cuidado, sus movimientos tan ligeros que ni siquiera el crujir de la madera perturbó el silencio- -Con manos firmes y un susurro tranquilo, acarició al animal antes de colocarse sobre su lomo. La brisa nocturna le acariciaba el rostro mientras salía de los terrenos del castillo, dejando atrás las luces, las risas y las responsabilidades. Cada paso del caballo sobre el camino empedrado resonaba como un latido, marcando el comienzo de una nueva vida, lejos de los festejos y del peso de las miradas expectantes- -Sus pensamientos estaban claros: no había lugar para él en un reino en paz. Había luchado y sangrado por esa tierra, pero ahora que la calma reinaba, su espíritu inquieto buscaba algo más. Quizá un propósito, quizá libertad, o tal vez solo un lugar donde pudiera encontrarse a sí mismo sin el eco constante de los gritos de guerra- -El caballo se detuvo por un instante al borde del bosque, justo donde los campos abiertos del reino daban paso a la sombra de los árboles. Coke miró hacia atrás, contemplando las altas torres del castillo y las luces que aún parpadeaban débilmente en las ventanas. El viento soplaba con fuerza, llevándose consigo el eco de una canción lejana que aún resonaba desde los salones del festín. Apretó los labios y, con un gesto lento, levantó el casco que había llevado durante tantas batallas, aquel que todos reconocían como un símbolo de su valentía y su presencia en el campo de guerra- -Con una calma solemne, dejó caer el casco al suelo. El metal resonó contra las piedras con un eco profundo que pareció extenderse por todo el valle. Era un sonido que marcaba el fin de una era. El casco quedó allí, solitario bajo la luz de la luna, un símbolo mudo de todo lo que Coke dejaba atrás- -Sin mirar atrás, espoleó al caballo, dejando que la oscuridad del bosque lo envolviera. La figura de Coke se fundió con la oscuridad, dejando tras de sí una estela de huellas que pronto serían borradas por la humedad de la madrugada. La luna, su única compañera, lo observaba desde lo alto, iluminando el camino hacia lo desconocido- ────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ─────── ¤ ◎ ¤ ────── Fin de temporada
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  • Un enemigo con el disfraz de cordero, infiltrado en aquella avioneta, sentado justo a lado de las personas que traicionó.

    El sonido de armas de fuego fueron inevitables, gritos de una fémina en los aires mientras aquella ave de metal se dirijia en picada a terrenos desconocidos... Ahí solo oscuridad, nada más....
    Un enemigo con el disfraz de cordero, infiltrado en aquella avioneta, sentado justo a lado de las personas que traicionó. El sonido de armas de fuego fueron inevitables, gritos de una fémina en los aires mientras aquella ave de metal se dirijia en picada a terrenos desconocidos... Ahí solo oscuridad, nada más....
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    ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪
    Pasaban los días, semanas, meses : La gloria y poder de "Ulises el Tirano" crecían al igual que la fama de la pelirroja que peleaba y dirigía su ejército en su nombre, uno que estaba compuesto por guerrilleros que eran perros falderos de Ulises igual de detestables que él, y otra gran parte esclavos como ella que peleaban para sobrevivir.

    La autoridad de Elizabeth en el campo de batalla era tal que nadie cuestionaba sus estrategias marciales, su palabra era la final y se ejecutaba al pie de la letra. Pronto ese prestigio trascendió más allá de las guerras combativas, al calabozo donde ella encadenada reponía fuerzas cada noche empezaron a llegar mensajes escondidos entre el pan, debajo del plato de la cena o bien enviados con las criadas que por las mañanas a escondidas de su amo iban a bañarla y darle ropas nuevas.
    Los mensajes aludían a una insurrección, el primero que llegó decía : "𝘓𝘢 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵𝘢𝘥 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘦𝘴 𝘥𝘢𝘥𝘢; 𝘴𝘦 𝘨𝘢𝘯𝘢. 𝐸𝑠𝑡𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑔𝑜"
    Por primera vez Liz entre sus planes de venganza pudo ver mas factible que se cumplieran, no estaba sola.
    Desde ese evento, pacientemente esperaba que llegaran los recados, algunos con información importante, otros sólo para confirmar que la revolución seguía en pie

    -"𝑆𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎"
    -"𝘚𝘪 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘫𝘶𝘴𝘵𝘪𝘤𝘪𝘢 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵𝘢𝘥"
    -"𝘔á𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘵𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘤𝘳𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘵á𝘯 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘶𝘴𝘢, 𝘢𝘣𝘳𝘦 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴, 𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘯 𝘶𝘯 𝘤𝘪𝘯𝘵𝘰 𝘳𝘰𝘫𝘰"
    -"𝘏𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘴𝘰𝘮𝘰𝘴 164, 𝘵𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘭𝘶𝘤𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘣𝘢𝘫𝘰 𝘭𝘢 𝘓𝘭𝘢𝘮𝘢 𝘥𝘦 𝘚𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦"

    -"𝘔𝘢ñ𝘢𝘯𝘢. 𝘈𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢, 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘥𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢𝘳á𝘯 𝘢𝘣𝘪𝘦𝘳𝘵𝘢𝘴"
    El día había llegado, era ahora o nunca. Luego de una contienda pequeña en el valle de Linaris, un grupo de guerreros aislaron al cazador con la lanza envenenada y lo mataron en una lucha de 5 contra 1, quedando su cuerpo perdido entre los caídos en batalla, Ulises no notaría su ausencia después de unas cuantas horas.
    Tres esclavos escoltaron a Elizabeth a su mazmorra, pudo observar que dos de ellos llevaban el cinto rojo, expectante esperaba la señal para actuar, ingresaron y se disponían a preparar los grilletes para atarla, con una mirada fugaz el par de aliados asintieron y redujeron al tercer siervo, dejando libre así a la pelirroja, uno de ellos se dirige a ella y grita efusivamente

    ▔ Corre! y busca la venganza. Nos levantaremos en armas. Hoy la tiranía muere bajo tu mano

    Liz con la adrenalina apoderándose de su cuerpo tomó su espada y se escabullía entre las tiendas que poco a poco empezaban a sumergirse en un estruendoso ruido de espadas chocando y gente gritando por muerte o victoria. En esta instancia sólo existían esas dos opciones, ella avanzaba rápido quemando todo a su paso, discerniendo entre la multitud recientemente alborotada quien era aliado y enemigo, buscaba el cinto rojo en cada uno de ellos, de inmediato su grupo se acoplaba detrás de ella luchando mano a mano con los que se levantaban en su contra, era un espectáculo digno de ver, como los esclavos en su debilidad luchaban con las fuerzas desgastadas pero con el alma hambrienta de libertad, en este punto el número había ascendido a unos cientos. El objetivo estaba claro: Ulises, quien a estas alturas ya estaba enterado del motín y se había encerrado resguardado por sus más hábiles mercenarios (alias : perros falderos) . Elizabeth no tuvo piedad y junto con los otros esclavos avasallaron el lugar dando muerte a cada uno, en el fondo se podía ver al Tirano sentado en su trono desde donde se autoproclamaba gobernador de todo los terrenos de Oriente que había "ganado". La pelirroja sin dudar lanzaba fuego al que se le interponía en su camino, mientras los demás peleaban también ferozmente con el mismo propósito.
    Al estar frente a frente la pelirroja pudo ver el miedo en los ojos cobardes de Ulises, lo tomó del cuello y atravesó el cuerpo del Tirano

    ── Morirás bajo tu capricho, una llama de Sangre no es para tu beneficio. Tu nombre muere contigo maldito.

    En las afueras, la guerra menguaba, las pérdidas humanas dieron frutos, ahora eran libres. Muchos de los partidarios de Ulises al ver que él había muerto huyeron.

    ▔ ¡Larga vida a la Reina Escarlata!
    ▔ ¡Larga vida!
    ▔ ¡Que viva!

    La gente vitoreaba, Elizabeth completamente emocionada de por fin ser libre después de meses de calvario se sentó en el trono manchado de sangre con el cuerpo de su captor a sus pies, asimilando todo lo que había acontecido. El apodo de "La Reina Escarlata" nació ahí y se esparció por todo el continente, la guerrera esclava que fue parte de la revolución de Oriente.
    🄲🄰🄿. 🄸🅅 ≫ ──────── ≪•◦ ❈ ◦•≫──────── ≪ Pasaban los días, semanas, meses : La gloria y poder de "Ulises el Tirano" crecían al igual que la fama de la pelirroja que peleaba y dirigía su ejército en su nombre, uno que estaba compuesto por guerrilleros que eran perros falderos de Ulises igual de detestables que él, y otra gran parte esclavos como ella que peleaban para sobrevivir. La autoridad de Elizabeth en el campo de batalla era tal que nadie cuestionaba sus estrategias marciales, su palabra era la final y se ejecutaba al pie de la letra. Pronto ese prestigio trascendió más allá de las guerras combativas, al calabozo donde ella encadenada reponía fuerzas cada noche empezaron a llegar mensajes escondidos entre el pan, debajo del plato de la cena o bien enviados con las criadas que por las mañanas a escondidas de su amo iban a bañarla y darle ropas nuevas. Los mensajes aludían a una insurrección, el primero que llegó decía : "𝘓𝘢 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵𝘢𝘥 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘦𝘴 𝘥𝘢𝘥𝘢; 𝘴𝘦 𝘨𝘢𝘯𝘢. 𝐸𝑠𝑡𝑎𝑚𝑜𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑔𝑜" Por primera vez Liz entre sus planes de venganza pudo ver mas factible que se cumplieran, no estaba sola. Desde ese evento, pacientemente esperaba que llegaran los recados, algunos con información importante, otros sólo para confirmar que la revolución seguía en pie -"𝑆𝑜𝑚𝑜𝑠 𝑠𝑒𝑡𝑒𝑛𝑡𝑎" -"𝘚𝘪 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘫𝘶𝘴𝘵𝘪𝘤𝘪𝘢 𝘯𝘰 𝘩𝘢𝘺 𝘭𝘪𝘣𝘦𝘳𝘵𝘢𝘥" -"𝘔á𝘴 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘮𝘪𝘵𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘤𝘳𝘪𝘢𝘥𝘰𝘴 𝘦𝘴𝘵á𝘯 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘶𝘴𝘢, 𝘢𝘣𝘳𝘦 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴, 𝘭𝘰𝘴 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘵𝘪𝘦𝘯𝘦𝘯 𝘶𝘯 𝘤𝘪𝘯𝘵𝘰 𝘳𝘰𝘫𝘰" -"𝘏𝘢𝘴𝘵𝘢 𝘢𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘴𝘰𝘮𝘰𝘴 164, 𝘵𝘰𝘥𝘰𝘴 𝘭𝘶𝘤𝘩𝘢𝘳𝘦𝘮𝘰𝘴 𝘣𝘢𝘫𝘰 𝘭𝘢 𝘓𝘭𝘢𝘮𝘢 𝘥𝘦 𝘚𝘢𝘯𝘨𝘳𝘦" -"𝘔𝘢ñ𝘢𝘯𝘢. 𝘈𝘵𝘦𝘯𝘵𝘢, 𝘭𝘢𝘴 𝘤𝘢𝘥𝘦𝘯𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢𝘳á𝘯 𝘢𝘣𝘪𝘦𝘳𝘵𝘢𝘴" El día había llegado, era ahora o nunca. Luego de una contienda pequeña en el valle de Linaris, un grupo de guerreros aislaron al cazador con la lanza envenenada y lo mataron en una lucha de 5 contra 1, quedando su cuerpo perdido entre los caídos en batalla, Ulises no notaría su ausencia después de unas cuantas horas. Tres esclavos escoltaron a Elizabeth a su mazmorra, pudo observar que dos de ellos llevaban el cinto rojo, expectante esperaba la señal para actuar, ingresaron y se disponían a preparar los grilletes para atarla, con una mirada fugaz el par de aliados asintieron y redujeron al tercer siervo, dejando libre así a la pelirroja, uno de ellos se dirige a ella y grita efusivamente ▔ Corre! y busca la venganza. Nos levantaremos en armas. Hoy la tiranía muere bajo tu mano Liz con la adrenalina apoderándose de su cuerpo tomó su espada y se escabullía entre las tiendas que poco a poco empezaban a sumergirse en un estruendoso ruido de espadas chocando y gente gritando por muerte o victoria. En esta instancia sólo existían esas dos opciones, ella avanzaba rápido quemando todo a su paso, discerniendo entre la multitud recientemente alborotada quien era aliado y enemigo, buscaba el cinto rojo en cada uno de ellos, de inmediato su grupo se acoplaba detrás de ella luchando mano a mano con los que se levantaban en su contra, era un espectáculo digno de ver, como los esclavos en su debilidad luchaban con las fuerzas desgastadas pero con el alma hambrienta de libertad, en este punto el número había ascendido a unos cientos. El objetivo estaba claro: Ulises, quien a estas alturas ya estaba enterado del motín y se había encerrado resguardado por sus más hábiles mercenarios (alias : perros falderos) . Elizabeth no tuvo piedad y junto con los otros esclavos avasallaron el lugar dando muerte a cada uno, en el fondo se podía ver al Tirano sentado en su trono desde donde se autoproclamaba gobernador de todo los terrenos de Oriente que había "ganado". La pelirroja sin dudar lanzaba fuego al que se le interponía en su camino, mientras los demás peleaban también ferozmente con el mismo propósito. Al estar frente a frente la pelirroja pudo ver el miedo en los ojos cobardes de Ulises, lo tomó del cuello y atravesó el cuerpo del Tirano 🌹── Morirás bajo tu capricho, una llama de Sangre no es para tu beneficio. Tu nombre muere contigo maldito. En las afueras, la guerra menguaba, las pérdidas humanas dieron frutos, ahora eran libres. Muchos de los partidarios de Ulises al ver que él había muerto huyeron. ▔ ¡Larga vida a la Reina Escarlata! ▔ ¡Larga vida! ▔ ¡Que viva! La gente vitoreaba, Elizabeth completamente emocionada de por fin ser libre después de meses de calvario se sentó en el trono manchado de sangre con el cuerpo de su captor a sus pies, asimilando todo lo que había acontecido. El apodo de "La Reina Escarlata" nació ahí y se esparció por todo el continente, la guerrera esclava que fue parte de la revolución de Oriente.
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  • ──── Prólogo: La Llamada Inesperada.

    Mark estaba parado junto a la puerta del apartamento de Steven, con los brazos cruzados y la mandíbula tensa. La cinta amarilla de "Escena del Crimen" ondeaba suavemente en la brisa matutina que se colaba a través de una de las ventanas entreabiertas.

    El cuerpo de Steven yacía en el suelo, su rostro retorcido en una mueca de puro terror. Las marcas de arañazos en su piel eran de todo menos normales, parecían cargadas de una violencia inusitada y causadas por una persona. De hecho, la dirección y la forma en que los surcos rojizos estaban dispuestos sugería que fueron hechas por el mismo Steven. Pero, ¿Por qué? Los forenses estaban haciendo su trabajo en silencio, pero Mark podía notar que ellos también estaban inquietos. Esto no era un simple asesinato ni una muerte por causas naturales, tampoco podía calificarse de un suicidio. Había algo más oscuro en juego.

    Mark suspiró, sacó su teléfono y buscó en su lista de contactos. Sabía que tenía que hacer la llamada, pero le costaba trabajo decidir las palabras correctas. No se trataba solo de otro caso para él, Steven era bien conocido en las redes sociales por su nombre de influencer "7Steven", un muchacho explorador urbano que siempre había tenido la mala costumbre de ir demasiado lejos, de adentrarse en terrenos donde nadie más se atrevía. ¿Acaso esa obsesión le había costado la vida?

    El dedo de Mark se detuvo sobre un nombre en la pantalla: James Blackwood.

    — James… —comenzó, intentando sonar lo más sereno posible—. Necesito que vengas a Pensilvania cuanto antes, tengo un caso complicado y necesito tu ayuda. Pero no tenemos demasiado tiempo antes de que todo internet se entere... —"y se arriesgue a correr el mismo destino", quiso decir.

    Pero no pudo sacar esas últimas palabras de su garganta.

    #CazadoresDeMisterios James Benjamin Blackwood
    ──── Prólogo: La Llamada Inesperada. Mark estaba parado junto a la puerta del apartamento de Steven, con los brazos cruzados y la mandíbula tensa. La cinta amarilla de "Escena del Crimen" ondeaba suavemente en la brisa matutina que se colaba a través de una de las ventanas entreabiertas. El cuerpo de Steven yacía en el suelo, su rostro retorcido en una mueca de puro terror. Las marcas de arañazos en su piel eran de todo menos normales, parecían cargadas de una violencia inusitada y causadas por una persona. De hecho, la dirección y la forma en que los surcos rojizos estaban dispuestos sugería que fueron hechas por el mismo Steven. Pero, ¿Por qué? Los forenses estaban haciendo su trabajo en silencio, pero Mark podía notar que ellos también estaban inquietos. Esto no era un simple asesinato ni una muerte por causas naturales, tampoco podía calificarse de un suicidio. Había algo más oscuro en juego. Mark suspiró, sacó su teléfono y buscó en su lista de contactos. Sabía que tenía que hacer la llamada, pero le costaba trabajo decidir las palabras correctas. No se trataba solo de otro caso para él, Steven era bien conocido en las redes sociales por su nombre de influencer "7Steven", un muchacho explorador urbano que siempre había tenido la mala costumbre de ir demasiado lejos, de adentrarse en terrenos donde nadie más se atrevía. ¿Acaso esa obsesión le había costado la vida? El dedo de Mark se detuvo sobre un nombre en la pantalla: James Blackwood. — James… —comenzó, intentando sonar lo más sereno posible—. Necesito que vengas a Pensilvania cuanto antes, tengo un caso complicado y necesito tu ayuda. Pero no tenemos demasiado tiempo antes de que todo internet se entere... —"y se arriesgue a correr el mismo destino", quiso decir. Pero no pudo sacar esas últimas palabras de su garganta. #CazadoresDeMisterios [Wendigo]
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  • 𝑼𝒏 𝒄𝒂𝒎𝒃𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝑨𝒊𝒓𝒆𝒔 | ⁽ᴷⁱᵐᵉᵗˢᵘ ⁿᵒ ʸᵃⁱᵇᵃ⁾
    Fandom Kimetsu no Yaiba
    Categoría Aventura
    La luz del alba comenzaba a iluminar la finca Mariposa, bañando con un suave resplandor las paredes de madera. Los rayos de sol, cálidos y delicados, se filtraban a través de las ventanas, despertando lentamente a quienes dormían en el interior. Aoi,fue la primera en levantarse. Sus pies descalzos apenas hicieron ruido al tocar el suelo de tatami, y con un suspiro, empezó a organizar mentalmente las tareas del día. Las demás niñas asistentes también se desperezaban, iniciando la rutina que tanto conocían.

    —Hoy parece ser un día tranquilo —murmuró Aoi, más para sí misma que para las demás, mientras ataba su delantal blanco sobre el kimono. Se dirigió a la cocina, sabiendo que pronto las pequeñas se ocuparían de revisar a los huéspedes de la finca.

    En la mansión Mariposa, las heridas tanto del cuerpo como del alma se curaban, y eso era algo que Nezuko, Inosuke y Zenitsu habían experimentado de primera mano. No hacía mucho que la señora Shinobu les había dado el visto bueno para regresar a sus deberes como cazadores de demonios, después de los desgarradores sucesos en el Monte Natagumo. Desde entonces, la finca se había convertido en un refugio seguro, un lugar al que regresar tras cada misión, donde podían encontrar un respiro de la constante lucha que definía sus vidas. Para Nezuko, en particular, ese pequeño oasis era más que necesario.

    Esa mañana, sin embargo, algo parecía diferente. Las niñas, que habían entrado en la habitación compartida para su habitual revisión matutina, encontraron el lugar inusualmente despejado. Las camas estaban vacías y ordenadas. Zenitsu e Inosuke, siempre tan impredecibles, habían partido días antes en sus respectivas misiones individuales. Pero lo que realmente les llamó la atención fue la ausencia de Nezuko, la única que aún no había sido requerida para una nueva misión.

    —¿Dónde podría estar? —preguntó una de las niñas, frunciendo el ceño mientras miraba alrededor.

    Un sonido suave, el correr del agua, llegó a sus oídos desde una habitación cercana. Esa pista bastó para calmar su preocupación momentánea.

    Lo que ninguna de ellas esperaba era que la calma de aquella mañana iba a ser efímera. Lo que parecía ser un día rutinario estaba a punto de cambiar, pues una presencia insospechada, cargada de intenciones desconocidas, se aproximaba silenciosamente a los terrenos de la señora Shinobu.
    La luz del alba comenzaba a iluminar la finca Mariposa, bañando con un suave resplandor las paredes de madera. Los rayos de sol, cálidos y delicados, se filtraban a través de las ventanas, despertando lentamente a quienes dormían en el interior. Aoi,fue la primera en levantarse. Sus pies descalzos apenas hicieron ruido al tocar el suelo de tatami, y con un suspiro, empezó a organizar mentalmente las tareas del día. Las demás niñas asistentes también se desperezaban, iniciando la rutina que tanto conocían. —Hoy parece ser un día tranquilo —murmuró Aoi, más para sí misma que para las demás, mientras ataba su delantal blanco sobre el kimono. Se dirigió a la cocina, sabiendo que pronto las pequeñas se ocuparían de revisar a los huéspedes de la finca. En la mansión Mariposa, las heridas tanto del cuerpo como del alma se curaban, y eso era algo que Nezuko, Inosuke y Zenitsu habían experimentado de primera mano. No hacía mucho que la señora Shinobu les había dado el visto bueno para regresar a sus deberes como cazadores de demonios, después de los desgarradores sucesos en el Monte Natagumo. Desde entonces, la finca se había convertido en un refugio seguro, un lugar al que regresar tras cada misión, donde podían encontrar un respiro de la constante lucha que definía sus vidas. Para Nezuko, en particular, ese pequeño oasis era más que necesario. Esa mañana, sin embargo, algo parecía diferente. Las niñas, que habían entrado en la habitación compartida para su habitual revisión matutina, encontraron el lugar inusualmente despejado. Las camas estaban vacías y ordenadas. Zenitsu e Inosuke, siempre tan impredecibles, habían partido días antes en sus respectivas misiones individuales. Pero lo que realmente les llamó la atención fue la ausencia de Nezuko, la única que aún no había sido requerida para una nueva misión. —¿Dónde podría estar? —preguntó una de las niñas, frunciendo el ceño mientras miraba alrededor. Un sonido suave, el correr del agua, llegó a sus oídos desde una habitación cercana. Esa pista bastó para calmar su preocupación momentánea. Lo que ninguna de ellas esperaba era que la calma de aquella mañana iba a ser efímera. Lo que parecía ser un día rutinario estaba a punto de cambiar, pues una presencia insospechada, cargada de intenciones desconocidas, se aproximaba silenciosamente a los terrenos de la señora Shinobu.
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  • —Los carroñeros me estan dando mas trabajo del que deberia...¿Porque tuvieron que tomar terrenos que antes no les interesaban?....


    —Joe no tiene cansancio como tal,pero aun asi le era bastante molesto tener que ir a varios kilómetros lejos de la ciudad para arreglar un problema del cual no deberia ocuparse—
    —Los carroñeros me estan dando mas trabajo del que deberia...¿Porque tuvieron que tomar terrenos que antes no les interesaban?.... —Joe no tiene cansancio como tal,pero aun asi le era bastante molesto tener que ir a varios kilómetros lejos de la ciudad para arreglar un problema del cual no deberia ocuparse—
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  • Con una sonrisa intrigante, Álex se dirigió a la cámara, sus ojos brillando con anticipación mientras comenzaba su transmisión.

    —¡Saludos, valientes exploradores del mundo anómalo!— exclamó con entusiasmo, su voz resonando con energía a través de la pantalla.

    Antes de sumergirse en el enigma de SCP-3250, Álex tomó un momento para compartir una reflexión con su audiencia.

    —¡Bienvenidos a una nueva aventura en el vasto universo de la Fundación SCP! Pero antes de comenzar, déjenme recordarles que no hay límites para lo inusual en este mundo que exploramos juntos. Y hablando de lo inusual, déjenme decirles que he encontrado una conexión fascinante entre la Fundación SCP y un conocido restaurante de comida rápida. ¿Quién habría pensado que nuestra búsqueda de lo anómalo nos llevaría a una franquicia de pollo frito? Pero más sobre eso más adelante— expresó Álex, con un tono juguetón y una chispa de intriga en sus ojos.

    Después de su breve introducción, Álex retomó su entusiasmo habitual y continuó con la presentación de SCP-3250.

    —Hoy nos adentraremos en el misterio de SCP-3250, también conocido como "Conexión con Kentucky Fried Chicken". Prepárense para descubrir los secretos que este extraño fenómeno oculta y las sorpresas que aguardan a aquellos que se atreven a explorarlo— anunció Álex, señalando las imágenes proyectadas en el monitor, donde se veían representaciones artísticas intrigantes de SCP-3250.

    Con una expresión de fascinación, Álex se sumergió en la descripción de SCP-3250, compartiendo detalles sobre su naturaleza y los incidentes registrados relacionados con él a lo largo del tiempo.

    —SCP-3250, un fenómeno que desafía toda lógica y comprensión. ¿Qué conexión misteriosa comparte con una cadena de restaurantes de comida rápida? ¿Y qué revelaciones nos esperan a medida que exploramos más a fondo este enigma anómalo?— cuestionó Álex, manteniendo a su audiencia cautiva con cada palabra.

    Con una mirada penetrante, Álex desafió a sus espectadores a reflexionar sobre las implicaciones de SCP-3250 y el papel que juega en el vasto universo de la Fundación SCP.

    —A lo largo de los años, la Fundación SCP ha registrado numerosos incidentes relacionados con SCP-3250, cada uno más intrigante que el anterior. Desde encuentros inusuales hasta cambios de realidad sorprendentes, todos han sido atribuidos a la influencia de este misterioso fenómeno. Pero, ¿qué nos enseñan estos incidentes sobre la verdadera naturaleza de SCP-3250? ¿Y qué nos revelan sobre los límites de la realidad misma?— reflexionó Álex, dejando que sus palabras se hundieran en la mente de sus espectadores.

    Con una invitación a la acción, Álex concluyó su introducción sobre SCP-3250, instando a sus seguidores a participar en la exploración de este fascinante enigma anómalo.

    —Y ahora, mis intrépidos exploradores, les lanzo un desafío: ¿Qué teorías tienen sobre la conexión entre SCP-3250 y la cadena de restaurantes de comida rápida? ¿Y qué investigaciones les gustaría ver relacionadas con este fenómeno único? ¡Compartan sus ideas y reflexiones en los comentarios y únanse a la conversación!— invitó Álex, alentando a la comunidad a contribuir con sus propias teorías y experiencias.

    Con estas palabras, Álex concluyó su presentación sobre SCP-3250, dejando a sus seguidores con una sensación de asombro y una inquietante curiosidad por explorar más a fondo este misterioso fenómeno.

    —recuerden, valientes exploradores, en el vasto y enigmático universo de la Fundación SCP, siempre hay nuevos misterios por descubrir. Así que manténganse alerta, compartan sus pensamientos y, sobre todo, sigan adelante en su búsqueda de lo extraordinario. ¡Les deseo a todos una semana llena de descubrimientos y sorpresas!— concluyó Álex, despidiéndose con su característica energía y dejando a sus seguidores ansiosos por la próxima entrega.

    Con un último vistazo a la cámara, Álex se alejó, su mente llena de preguntas y posibilidades

    —Y antes de despedirnos, déjenme lanzarles una pregunta intrigante: ¿qué creen que sucedería si intentáramos "mejorar" a un simio ordinario en esa maravillosa máquina de la Fundación? Sería como desafiar la evolución misma y adentrarnos en terrenos desconocidos. Pero, bueno, dejemos esas especulaciones para otra ocasión. Manténganse atentos, queridos espectadores, porque quién sabe qué sorpresas nos aguardan en nuestro próximo encuentro. ¡Hasta la próxima, exploradores del misterio! —
    Con una sonrisa intrigante, Álex se dirigió a la cámara, sus ojos brillando con anticipación mientras comenzaba su transmisión. —¡Saludos, valientes exploradores del mundo anómalo!— exclamó con entusiasmo, su voz resonando con energía a través de la pantalla. Antes de sumergirse en el enigma de SCP-3250, Álex tomó un momento para compartir una reflexión con su audiencia. —¡Bienvenidos a una nueva aventura en el vasto universo de la Fundación SCP! Pero antes de comenzar, déjenme recordarles que no hay límites para lo inusual en este mundo que exploramos juntos. Y hablando de lo inusual, déjenme decirles que he encontrado una conexión fascinante entre la Fundación SCP y un conocido restaurante de comida rápida. ¿Quién habría pensado que nuestra búsqueda de lo anómalo nos llevaría a una franquicia de pollo frito? Pero más sobre eso más adelante— expresó Álex, con un tono juguetón y una chispa de intriga en sus ojos. Después de su breve introducción, Álex retomó su entusiasmo habitual y continuó con la presentación de SCP-3250. —Hoy nos adentraremos en el misterio de SCP-3250, también conocido como "Conexión con Kentucky Fried Chicken". Prepárense para descubrir los secretos que este extraño fenómeno oculta y las sorpresas que aguardan a aquellos que se atreven a explorarlo— anunció Álex, señalando las imágenes proyectadas en el monitor, donde se veían representaciones artísticas intrigantes de SCP-3250. Con una expresión de fascinación, Álex se sumergió en la descripción de SCP-3250, compartiendo detalles sobre su naturaleza y los incidentes registrados relacionados con él a lo largo del tiempo. —SCP-3250, un fenómeno que desafía toda lógica y comprensión. ¿Qué conexión misteriosa comparte con una cadena de restaurantes de comida rápida? ¿Y qué revelaciones nos esperan a medida que exploramos más a fondo este enigma anómalo?— cuestionó Álex, manteniendo a su audiencia cautiva con cada palabra. Con una mirada penetrante, Álex desafió a sus espectadores a reflexionar sobre las implicaciones de SCP-3250 y el papel que juega en el vasto universo de la Fundación SCP. —A lo largo de los años, la Fundación SCP ha registrado numerosos incidentes relacionados con SCP-3250, cada uno más intrigante que el anterior. Desde encuentros inusuales hasta cambios de realidad sorprendentes, todos han sido atribuidos a la influencia de este misterioso fenómeno. Pero, ¿qué nos enseñan estos incidentes sobre la verdadera naturaleza de SCP-3250? ¿Y qué nos revelan sobre los límites de la realidad misma?— reflexionó Álex, dejando que sus palabras se hundieran en la mente de sus espectadores. Con una invitación a la acción, Álex concluyó su introducción sobre SCP-3250, instando a sus seguidores a participar en la exploración de este fascinante enigma anómalo. —Y ahora, mis intrépidos exploradores, les lanzo un desafío: ¿Qué teorías tienen sobre la conexión entre SCP-3250 y la cadena de restaurantes de comida rápida? ¿Y qué investigaciones les gustaría ver relacionadas con este fenómeno único? ¡Compartan sus ideas y reflexiones en los comentarios y únanse a la conversación!— invitó Álex, alentando a la comunidad a contribuir con sus propias teorías y experiencias. Con estas palabras, Álex concluyó su presentación sobre SCP-3250, dejando a sus seguidores con una sensación de asombro y una inquietante curiosidad por explorar más a fondo este misterioso fenómeno. —recuerden, valientes exploradores, en el vasto y enigmático universo de la Fundación SCP, siempre hay nuevos misterios por descubrir. Así que manténganse alerta, compartan sus pensamientos y, sobre todo, sigan adelante en su búsqueda de lo extraordinario. ¡Les deseo a todos una semana llena de descubrimientos y sorpresas!— concluyó Álex, despidiéndose con su característica energía y dejando a sus seguidores ansiosos por la próxima entrega. Con un último vistazo a la cámara, Álex se alejó, su mente llena de preguntas y posibilidades —Y antes de despedirnos, déjenme lanzarles una pregunta intrigante: ¿qué creen que sucedería si intentáramos "mejorar" a un simio ordinario en esa maravillosa máquina de la Fundación? Sería como desafiar la evolución misma y adentrarnos en terrenos desconocidos. Pero, bueno, dejemos esas especulaciones para otra ocasión. Manténganse atentos, queridos espectadores, porque quién sabe qué sorpresas nos aguardan en nuestro próximo encuentro. ¡Hasta la próxima, exploradores del misterio! —
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