• —Quieres iniciar una fiesta sin fuegos artificiales y yo acabo de llegar con el tanque de gas al tope.-
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  • el sonido de disparos y explosiones eran lo unico que se escuchaba en las fronteras, Nova se encontraba bateando criaturas a diestra y siniestra pues se estaban elevando junto al nuevo territorio -escruadon aereo eviten tocar la frontera o los derrivaran, los tanques bloqueando las calles principales no podemos permitirnos que ingresen a las ciudades otra vez, vamos!-

    Musica ambiente:
    https://music.youtube.com/watch?v=sjRdTyWh7To&si=C5bxAPeS9MCFKf7c
    el sonido de disparos y explosiones eran lo unico que se escuchaba en las fronteras, Nova se encontraba bateando criaturas a diestra y siniestra pues se estaban elevando junto al nuevo territorio -escruadon aereo eviten tocar la frontera o los derrivaran, los tanques bloqueando las calles principales no podemos permitirnos que ingresen a las ciudades otra vez, vamos!- Musica ambiente: https://music.youtube.com/watch?v=sjRdTyWh7To&si=C5bxAPeS9MCFKf7c
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  • #SeductiveSunday

    *Un largo dia en el que el culto no desaprovecho ni un segundo para joder la vida de Kendo, hoy tuvo que hacer de todo, matar demonios, golpear inocentes acusados de infieles, aguantar a sus molestos compañeros y jefes, de todo. Cuando finalmente tiene su descanso de 15 minutos no come, va directo hacia su pequeña habitación en el templo, se desnuda pues en ese estado de cansancio y fatiga la ropa le pesa como si fuera 3 tanques, y se echa en la cama.*

    —Uf... Otro dia, otra tortura... Ya quiero que mi vida se acabe...—
    #SeductiveSunday *Un largo dia en el que el culto no desaprovecho ni un segundo para joder la vida de Kendo, hoy tuvo que hacer de todo, matar demonios, golpear inocentes acusados de infieles, aguantar a sus molestos compañeros y jefes, de todo. Cuando finalmente tiene su descanso de 15 minutos no come, va directo hacia su pequeña habitación en el templo, se desnuda pues en ese estado de cansancio y fatiga la ropa le pesa como si fuera 3 tanques, y se echa en la cama.* —Uf... Otro dia, otra tortura... Ya quiero que mi vida se acabe...—
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    //No me lo van a creer pero me mande una cagada en la chamba y ahora me toca venir a trabajar lo que resta de semana SIN PAGA como sancion... Ptm Dios yo se que dije que me tanqueo todo lo que me mandes pero ya te estas pasando wn
    //No me lo van a creer pero me mande una cagada en la chamba y ahora me toca venir a trabajar lo que resta de semana SIN PAGA como sancion... Ptm Dios yo se que dije que me tanqueo todo lo que me mandes pero ya te estas pasando wn :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12: :STK-12:
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  • -¡Groooooar!

    No le interesan los asuntos mundanos de otras civilizaciones o pueblos, sin embargo, más que la infestación, detesta que otros "cerebritos" han pensado que pueden domesticar la infestación como si fueran sus perros de guerra y ahora tiene que lidiar con un extraño tanque de guerra que devoro y asimilo a los tripulantes y que de repente le surgen patas y tejido debajo de su caparón de acero y placas de hormigón.

    "Eso... es un ojo."
    -¡Groooooar! No le interesan los asuntos mundanos de otras civilizaciones o pueblos, sin embargo, más que la infestación, detesta que otros "cerebritos" han pensado que pueden domesticar la infestación como si fueran sus perros de guerra y ahora tiene que lidiar con un extraño tanque de guerra que devoro y asimilo a los tripulantes y que de repente le surgen patas y tejido debajo de su caparón de acero y placas de hormigón. "Eso... es un ojo."
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  • 5 a 30 líneas por Día
    Fandom
    Culpa mía, culpa tuya, culpa nuestra.
    Búsqueda de
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    Estado
    Cerrado
    No copio escenas de los libros para no ser predecible y perder interés en la trama.
    crearemos nuestra propia historia con la misma energía, tensión y emoción.


    ¿Qué ofrezco?
    • Trama con drama, tensión, atracción prohibida y momentos intensos.
    • Rol fluido, con descripciones cuidadas pero sin eternizarme.
    • Mucha iniciativa para que la historia nunca se estanque.
    • Posibilidad de ir desde la primera parte hasta crear nuevas historias después.


    ¿Qué busco en ti?
    • Que disfrutes interpretando a Noah, con tu toque personal.
    • Que tengas ganas de química, conflicto y evolución real entre los personajes.
    • Que participes en la creación de nuevas tramas, giros y problemas.
    • Que, si varios días no puedes responder, avises para no dejar el rol colgado.


    Normas básicas (para no abandonar la historia)
    • Constancia sin presión: no pido rapidez, sino continuidad.
    • Si los personajes no conectan, lo hablamos y ajustamos, no me dejes esperando.
    • Drama SÍ, toxicidad fuera del rol NO.
    • Respuestas de varias líneas, pero sin convertirlo en novela.
    • Comunicación abierta: si algo no te gusta, lo dices.
    No copio escenas de los libros para no ser predecible y perder interés en la trama. crearemos nuestra propia historia con la misma energía, tensión y emoción. 🔥 ¿Qué ofrezco? • Trama con drama, tensión, atracción prohibida y momentos intensos. • Rol fluido, con descripciones cuidadas pero sin eternizarme. • Mucha iniciativa para que la historia nunca se estanque. • Posibilidad de ir desde la primera parte hasta crear nuevas historias después. 💫 ¿Qué busco en ti? • Que disfrutes interpretando a Noah, con tu toque personal. • Que tengas ganas de química, conflicto y evolución real entre los personajes. • Que participes en la creación de nuevas tramas, giros y problemas. • Que, si varios días no puedes responder, avises para no dejar el rol colgado. ✅ Normas básicas (para no abandonar la historia) • Constancia sin presión: no pido rapidez, sino continuidad. • Si los personajes no conectan, lo hablamos y ajustamos, no me dejes esperando. • Drama SÍ, toxicidad fuera del rol NO. • Respuestas de varias líneas, pero sin convertirlo en novela. • Comunicación abierta: si algo no te gusta, lo dices.
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  • "Mi cabeza"
    Es lo único que piensa al amanecer, con una mano acariciando su propia cabeza para aliviar la presión que siente en su cráneo

    "Al menos podré descansar ahora"
    Chroma está sentado sobre una torreta de lo que alguna vez fue un tanque de guerra, aunque recuerda que sus tiradores eran excepcionalmente buenos porque buscan con sus disparos la cabeza de Chroma y de ahí el dolor de cabeza en Hayden.
    "Mi cabeza" Es lo único que piensa al amanecer, con una mano acariciando su propia cabeza para aliviar la presión que siente en su cráneo "Al menos podré descansar ahora" Chroma está sentado sobre una torreta de lo que alguna vez fue un tanque de guerra, aunque recuerda que sus tiradores eran excepcionalmente buenos porque buscan con sus disparos la cabeza de Chroma y de ahí el dolor de cabeza en Hayden.
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  • De las mejores cosas que puede tener en su nueva vida, es aquel estanque junto con todas las crías de dragón que su señor le ha regalado.

    Cuidar de ellas y verlas crecer, aún cuando pensaba que era el último de su especie, es lo que calienta su corazón y le hace verdaderamente feliz, al punto que su rostro inexpresivo cambiar a una total calidez.
    De las mejores cosas que puede tener en su nueva vida, es aquel estanque junto con todas las crías de dragón que su señor le ha regalado. Cuidar de ellas y verlas crecer, aún cuando pensaba que era el último de su especie, es lo que calienta su corazón y le hace verdaderamente feliz, al punto que su rostro inexpresivo cambiar a una total calidez.
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  • Ryu…

    Hoy he intentado hacer algo por ti.
    Un hechizo de los que me enseñó mamá Ayane —uno de los más simples, el número cinco del grimorio—:
    “Pétalo Guardián”, un pequeño conjuro de protección.
    Solo debía usar un pétalo de rosa, de lirio o de narciso…
    pero no pude.

    En cambio, fui al jardín secreto Ishtar, donde el aire siempre huele a luna recién nacida.
    Bajo nuestro árbol de sakura —el que florece incluso cuando el tiempo duerme—, encontré un pétalo caído sobre el estanque.
    Tan suave, tan perfecto…
    y pensé que no había flor más nuestra que esa.

    Así que lo tomé entre mis dedos, preparé el sello de cera y recité las palabras en Tharésh’Kael:

    > “Florin serha, kael’nah trov…”



    La voz me tembló.
    Por un momento creí que no funcionaría,
    pero el pétalo comenzó a brillar, primero con una luz leve, casi un suspiro,
    y luego más intensa, como si me respondiera.
    No sé si fue suerte o si el sakura quiso ayudarme.

    Lo guardé dentro de un pequeño colgante de cristal,
    con un hilo de plata y una gota de mi propia sangre —solo una, para sellar la intención—.
    No creo que dure más de un día, ni que te proteja de algo realmente peligroso…
    pero es mi primer hechizo por ti,
    y eso ya lo hace especial.

    Cuando lo lleves, quiero que pienses que, aunque la magia se disuelva con el amanecer,
    el deseo con el que lo hice —que estés a salvo, que vuelvas—
    ese no se rompe.
    Ni con el tiempo.
    Ni con nada.

    🩷

    Ryuリュウ・イシュタル・ヨキン Ishtar Yokin
    Ryu… Hoy he intentado hacer algo por ti. Un hechizo de los que me enseñó mamá Ayane —uno de los más simples, el número cinco del grimorio—: “Pétalo Guardián”, un pequeño conjuro de protección. Solo debía usar un pétalo de rosa, de lirio o de narciso… pero no pude. En cambio, fui al jardín secreto Ishtar, donde el aire siempre huele a luna recién nacida. Bajo nuestro árbol de sakura —el que florece incluso cuando el tiempo duerme—, encontré un pétalo caído sobre el estanque. Tan suave, tan perfecto… y pensé que no había flor más nuestra que esa. Así que lo tomé entre mis dedos, preparé el sello de cera y recité las palabras en Tharésh’Kael: > “Florin serha, kael’nah trov…” La voz me tembló. Por un momento creí que no funcionaría, pero el pétalo comenzó a brillar, primero con una luz leve, casi un suspiro, y luego más intensa, como si me respondiera. No sé si fue suerte o si el sakura quiso ayudarme. Lo guardé dentro de un pequeño colgante de cristal, con un hilo de plata y una gota de mi propia sangre —solo una, para sellar la intención—. No creo que dure más de un día, ni que te proteja de algo realmente peligroso… pero es mi primer hechizo por ti, y eso ya lo hace especial. Cuando lo lleves, quiero que pienses que, aunque la magia se disuelva con el amanecer, el deseo con el que lo hice —que estés a salvo, que vuelvas— ese no se rompe. Ni con el tiempo. Ni con nada. 🩷 [Ryu]
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  • 𝐉𝐀𝐍𝐄 𝐅𝐑𝐀𝐘
    𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝

    Forzó una sonrisa, la más cálida que sus labios consiguieron dibujar. Jane Fray no se perdonaría si le arruinaba el viaje con una sonrisa amarga en el rostro, los ojos enrojecidos e hinchados como los de un sapo melancólico en su estanque solitario. Un nudo se le formó en el estómago.

    Para Lucie, la repentina noticia de la mudanza de su ciudad natal a una mucho más grande y lejana había sacudido los cimientos de la vida que había construido en Beak Valley. Sabía lo doloroso que le resultó a Lucie desprenderse de sus raíces, lo mejor que podía hacer era estar ahí: apoyarla, estar en el momento en que se despedía de la ciudad que la vio crecer. Despedirla en la estación con una sonrisa.

    Jane levantó la mano y la sacudió con energía hacia Lucie; la chica alegre de cabello negro cuya mitad del cuerpo se asomaba por la ventana del tren, el cual comenzaba a moverse perezoso por las vías. Un par de hojas secas se levantaron de la gravilla, remolinaron en aire cuando el tren desapreció a la distancia, llevándose no solo a su mejor amiga de la infancia, sino a quién también se convirtió en una hermana.

    El andén poco a poco comenzó a vaciarse, pero Jane permaneció inmóvil, conteniendo las emociones agridulces que la invadieron.

    No le gustaban las despedidas. Ni siquiera cuando se trataba de la interpretación de un papel. Representarlas le traía recuerdos y este, en particular, había removido algunas fibras sensibles en su interior. Por suerte para Jane y para Afro, el precioso Golden retriever que la acompañaba acudió a su recate; su héroe peludo le olisqueó las puntas de los dedos, dándole los ánimos suficientes para diluir esa sensación.

    Jane arqueó una ceja en su dirección y esbozó una amplia sonrisa.

    ────Este lugar no será lo mismo sin ella, ¿verdad?

    Jane se sentó en cuclillas, quedando a la altura del perrito. Este, sentándose sobre sus patas, ladeó la cabeza y la observó con curiosidad.

    ────¿Sabes qué es lo peor de las despedidas? Dentro de ti te sientes divido; una parte de ti desearía poder decir "quédate" y la otra sabe que llegó el momento de soltar… y, aun así, se alegra de ver cómo esa persona a la que quieres vuela y extiende sus alas. A pesar del hueco que deja su ausencia, aún quedan los recuerdos de los buenos momentos compartidos.

    La vez que ambas desafinamos en la obra de Navidad... o cuando una hizo el examen de la otra y, milagrosamente, sacamos una buena nota. Eso... siempre prevalecerá. Y esos son tesoros que nadie nos puede quitar.

    Jane rascó el cuello del animalito y esos ojitos alegres le contagiaron parte de su entusiasmo.

    ────¿Qué te parece si vamos a dar un último paseo antes de volver a casa?

    Él sacudió la colita de un lado al otro, a lo que Jane interpretó, era una clara señal contundente de aprobación.

    ────¡Buen chico! ──dijo, revolviendo con cariño sus largas orejas.

    No se movió en seguida, permaneció quieta en su sitio. Inspiró tranquila, dejando que el aire llenara su pecho. Unos segundos más… solo un poco más antes de…

    ────Corte. ¡Eso quedó fantástico! Vayamos a un descanso.

    Soltó un suspiro y Jane salió de ella. Regresó a la realidad, al andén rodeado de luces y cámaras, donde no existía Beak Valley, pero sí una estación de tren construida al lado de una cafetería con el mejor Pumpkin Spice Latte que había probado en su vida y que en temporada de otoño sacaban la famosa “Tarta Otoñal”, hecha de manzana roja y miel que siempre invitaba a los clientes a volver por una rebana.

    Ahora era Afro otra vez. Y el perrito, cuyo nombre real era Charlie y era un Golden retriever de lo más adorable, se acercó a ella para darle un cabezazo amistoso debajo de la barbilla, exigiendo mimitos y ella, por supuesto, no iba a negárselos. Afro rio, lo envolvió en un abrazo y hundió sus dedos en su suave pelaje dorado, mientras lo llenaba de cumplidos. Porque, claro, Charlie se los merecía todos.

    ────¿Quién es la verdadera super estrella del set? Pues tú, pues tú, claro que sí.

    ¿A qué no era el mejor actor de todo el set?

    Y entre mimos y cumplidos, la sonrisa en su rostro tenía un ligero sabor avinagrado. Una pequeña astilla había quedado incrustada en su pecho por lo que acababa de interpretar. No pertenecía a Jane, sino a ella.

    Era curioso… como actriz, contaba historias a través de sus gestos, sus palabras, el movimiento de su cuerpo. Pero, a veces, esas mismas historias revelaban pequeños fragmentos de su historia personal. Interpretar en el escenario no era solo actuar: también era exponerse bajo la luz critica de un reflector y revivir, sanar o incluso, abrir heridas que se creían olvidadas.

    Ese día, Jane Fray había sido su espejo: le mostró el reflejo de viejas despedidas en las que, curiosamente, ocupó un lugar similar a Jane quién veía partir a su propia “hermana elegida”. Y, aunque no lo dijera abiertamente en ese momento, Afro sabía que Jane tenía razón; a pesar de los huecos que dejaban despedirte de tus seres queridos, los recuerdos de lo compartido siempre estarían ahí y valen la pena ser atesorados.

    Ella recordaba a su familia de Dardania.
    𝐉𝐀𝐍𝐄 𝐅𝐑𝐀𝐘 🍃 𝐄𝐧 𝐥𝐚 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝 Forzó una sonrisa, la más cálida que sus labios consiguieron dibujar. Jane Fray no se perdonaría si le arruinaba el viaje con una sonrisa amarga en el rostro, los ojos enrojecidos e hinchados como los de un sapo melancólico en su estanque solitario. Un nudo se le formó en el estómago. Para Lucie, la repentina noticia de la mudanza de su ciudad natal a una mucho más grande y lejana había sacudido los cimientos de la vida que había construido en Beak Valley. Sabía lo doloroso que le resultó a Lucie desprenderse de sus raíces, lo mejor que podía hacer era estar ahí: apoyarla, estar en el momento en que se despedía de la ciudad que la vio crecer. Despedirla en la estación con una sonrisa. Jane levantó la mano y la sacudió con energía hacia Lucie; la chica alegre de cabello negro cuya mitad del cuerpo se asomaba por la ventana del tren, el cual comenzaba a moverse perezoso por las vías. Un par de hojas secas se levantaron de la gravilla, remolinaron en aire cuando el tren desapreció a la distancia, llevándose no solo a su mejor amiga de la infancia, sino a quién también se convirtió en una hermana. El andén poco a poco comenzó a vaciarse, pero Jane permaneció inmóvil, conteniendo las emociones agridulces que la invadieron. No le gustaban las despedidas. Ni siquiera cuando se trataba de la interpretación de un papel. Representarlas le traía recuerdos y este, en particular, había removido algunas fibras sensibles en su interior. Por suerte para Jane y para Afro, el precioso Golden retriever que la acompañaba acudió a su recate; su héroe peludo le olisqueó las puntas de los dedos, dándole los ánimos suficientes para diluir esa sensación. Jane arqueó una ceja en su dirección y esbozó una amplia sonrisa. ────Este lugar no será lo mismo sin ella, ¿verdad? Jane se sentó en cuclillas, quedando a la altura del perrito. Este, sentándose sobre sus patas, ladeó la cabeza y la observó con curiosidad. ────¿Sabes qué es lo peor de las despedidas? Dentro de ti te sientes divido; una parte de ti desearía poder decir "quédate" y la otra sabe que llegó el momento de soltar… y, aun así, se alegra de ver cómo esa persona a la que quieres vuela y extiende sus alas. A pesar del hueco que deja su ausencia, aún quedan los recuerdos de los buenos momentos compartidos. La vez que ambas desafinamos en la obra de Navidad... o cuando una hizo el examen de la otra y, milagrosamente, sacamos una buena nota. Eso... siempre prevalecerá. Y esos son tesoros que nadie nos puede quitar. Jane rascó el cuello del animalito y esos ojitos alegres le contagiaron parte de su entusiasmo. ────¿Qué te parece si vamos a dar un último paseo antes de volver a casa? Él sacudió la colita de un lado al otro, a lo que Jane interpretó, era una clara señal contundente de aprobación. ────¡Buen chico! ──dijo, revolviendo con cariño sus largas orejas. No se movió en seguida, permaneció quieta en su sitio. Inspiró tranquila, dejando que el aire llenara su pecho. Unos segundos más… solo un poco más antes de… ────Corte. ¡Eso quedó fantástico! Vayamos a un descanso. Soltó un suspiro y Jane salió de ella. Regresó a la realidad, al andén rodeado de luces y cámaras, donde no existía Beak Valley, pero sí una estación de tren construida al lado de una cafetería con el mejor Pumpkin Spice Latte que había probado en su vida y que en temporada de otoño sacaban la famosa “Tarta Otoñal”, hecha de manzana roja y miel que siempre invitaba a los clientes a volver por una rebana. Ahora era Afro otra vez. Y el perrito, cuyo nombre real era Charlie y era un Golden retriever de lo más adorable, se acercó a ella para darle un cabezazo amistoso debajo de la barbilla, exigiendo mimitos y ella, por supuesto, no iba a negárselos. Afro rio, lo envolvió en un abrazo y hundió sus dedos en su suave pelaje dorado, mientras lo llenaba de cumplidos. Porque, claro, Charlie se los merecía todos. ────¿Quién es la verdadera super estrella del set? Pues tú, pues tú, claro que sí. ¿A qué no era el mejor actor de todo el set? Y entre mimos y cumplidos, la sonrisa en su rostro tenía un ligero sabor avinagrado. Una pequeña astilla había quedado incrustada en su pecho por lo que acababa de interpretar. No pertenecía a Jane, sino a ella. Era curioso… como actriz, contaba historias a través de sus gestos, sus palabras, el movimiento de su cuerpo. Pero, a veces, esas mismas historias revelaban pequeños fragmentos de su historia personal. Interpretar en el escenario no era solo actuar: también era exponerse bajo la luz critica de un reflector y revivir, sanar o incluso, abrir heridas que se creían olvidadas. Ese día, Jane Fray había sido su espejo: le mostró el reflejo de viejas despedidas en las que, curiosamente, ocupó un lugar similar a Jane quién veía partir a su propia “hermana elegida”. Y, aunque no lo dijera abiertamente en ese momento, Afro sabía que Jane tenía razón; a pesar de los huecos que dejaban despedirte de tus seres queridos, los recuerdos de lo compartido siempre estarían ahí y valen la pena ser atesorados. Ella recordaba a su familia de Dardania.
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