• Caída a la Tierra
    Fandom OC
    Categoría Original
    El cielo nocturno se extendía como un manto silencioso sobre el bosque, y entre las hojas húmedas y el aroma a tierra recién mojada y madera en descomposición, yacía un cuerpo que no pertenecía a ese mundo. Raphael Veyrith estaba inmóvil, su respiración apenas perceptible, mientras la bruma del amanecer empezaba a colarse entre los troncos retorcidos. Había caído hace días, quizás semanas; el tiempo carecía de sentido para él en aquel limbo de inconsciencia, donde la gravedad de la Tierra lo abrazaba con una crudeza desconocida. Sus heridas aún ardían, latigazos invisibles de los dioses recorriendo su piel, cada cicatriz un recordatorio punzante de su pasado, de su dolor y de la fragilidad de cualquier ser mortal frente a la divinidad.

    Durante esos primeros días, su cuerpo permaneció dormido, un descanso forzado por el impacto de la caída y el shock del cambio de plano. El aire estaba impregnado de la fragancia de la tierra, de la humedad de la vegetación y de algo más, un susurro de vida que él no podía comprender del todo. Su respiración era lenta, casi inexistente, y sus párpados permanecían cerrados mientras su mente flotaba entre fragmentos de luz celestial y sombras infernales, recordándole quién era y lo que había perdido. Cada instante de inconsciencia estaba poblado de murmullos antiguos, ecos del idioma de los dioses, un lenguaje que vibraba como cuerdas cósmicas: “Ælthar, Nivaur, Shyvalen…”, palabras que no tenían traducción humana, pero que llenaban su mente con significados de poder, dolor y supervivencia.

    Cuando finalmente sus sentidos comenzaron a reaccionar, no fue el sonido ni la luz lo que lo despertó: fue el hambre. Un hambre profundo, primigenio, que recorría sus entrañas y le recordaba que, aunque herido, su naturaleza no podía permanecer pasiva. Abrió los ojos lentamente, sus iris violeta y rojo reflejando el follaje entre las sombras, intentando comprender, aunque no pudiera traducir las señales humanas. Todo era extraño, desde la textura rugosa de las hojas hasta el aroma metálico de la sangre de la Tierra, y su mente, entrenada en la observación y el análisis de mundos imposibles, comenzó a descifrar patrones, movimientos y presencias.

    Su mirada se posó sobre un par de ardillas que correteaban entre las raíces y las ramas bajas. Sus pequeños cuerpos eran ágilmente humanos y animales a la vez, ignorantes de la amenaza que lo observaba desde la penumbra. Raphael inclinó la cabeza, probando mentalmente sonidos en el idioma de los dioses: “Kryv’hal, shalanth… carne, vida…”. Su instinto depredador rugió silencioso. Cada músculo de su cuerpo reaccionó; sus garras apenas perceptibles tensándose bajo la piel, su aliento saliendo en bocanadas controladas para no ahuyentar a la presa.

    Y entonces se movió. Con un silencio casi imposible para un ser de su tamaño y fuerza, se deslizó entre hojas y raíces, siguiendo el aroma y el movimiento. La ardilla, ajena a su destino, saltó entre las ramas, pero no hubo escape que Raphael no pudiera anticipar. Saltó con precisión sobrenatural, sus manos sujetando con fuerza, y su boca, antes acostumbrada a palabras divinas, ahora probaba la carne que tanto necesitaba. La sangre caliente recorrió sus labios y descendió por su barbilla mientras los órganos de la pequeña criatura cedían a su fuerza, y Raphael la devoró con un ritmo instintivo, salvaje, casi ceremonial. Cada mordisco era un recordatorio de su necesidad, de la dualidad entre la gracia angelical y la brutalidad demoníaca que corría por sus venas.

    Entre bocados y respiraciones profundas, murmuró en el idioma de los dioses, como si aquello pudiera explicar lo que hacía o recordarle su origen: “Shyvalen… fuerza… vida… krellthar…”. No había remordimiento, solo el reconocimiento de que para sobrevivir en este mundo debía adaptarse, aceptar su hambre y confiar en sus instintos. Su mirada recorría el bosque, cada sombra y cada árbol evaluado, analizado; los animales, las corrientes de aire, la humedad y el terreno, todo formaba parte de un mapa invisible que solo él podía descifrar.

    Cuando terminó, se recostó entre raíces y musgo, con la sangre aún manchando sus labios, y por primera vez percibió la magnitud del bosque, su aislamiento, y la realidad de estar extraño y solo en un mundo que no comprendía. No había palabras humanas, no había aldeanos, solo la respiración de la Tierra y el eco de los dioses en su mente. Y mientras el sol comenzaba a filtrarse entre las copas de los árboles, Raphael sintió que algo dentro de él comenzaba a despertar más allá del hambre: la conciencia de que su historia en esta tierra apenas empezaba, y que cada sombra, cada sonido, cada criatura que cruzara su camino podría ser tanto un enemigo como un alimento, o quizás un secreto que desvelaría su verdadero propósito.
    El cielo nocturno se extendía como un manto silencioso sobre el bosque, y entre las hojas húmedas y el aroma a tierra recién mojada y madera en descomposición, yacía un cuerpo que no pertenecía a ese mundo. Raphael Veyrith estaba inmóvil, su respiración apenas perceptible, mientras la bruma del amanecer empezaba a colarse entre los troncos retorcidos. Había caído hace días, quizás semanas; el tiempo carecía de sentido para él en aquel limbo de inconsciencia, donde la gravedad de la Tierra lo abrazaba con una crudeza desconocida. Sus heridas aún ardían, latigazos invisibles de los dioses recorriendo su piel, cada cicatriz un recordatorio punzante de su pasado, de su dolor y de la fragilidad de cualquier ser mortal frente a la divinidad. Durante esos primeros días, su cuerpo permaneció dormido, un descanso forzado por el impacto de la caída y el shock del cambio de plano. El aire estaba impregnado de la fragancia de la tierra, de la humedad de la vegetación y de algo más, un susurro de vida que él no podía comprender del todo. Su respiración era lenta, casi inexistente, y sus párpados permanecían cerrados mientras su mente flotaba entre fragmentos de luz celestial y sombras infernales, recordándole quién era y lo que había perdido. Cada instante de inconsciencia estaba poblado de murmullos antiguos, ecos del idioma de los dioses, un lenguaje que vibraba como cuerdas cósmicas: “Ælthar, Nivaur, Shyvalen…”, palabras que no tenían traducción humana, pero que llenaban su mente con significados de poder, dolor y supervivencia. Cuando finalmente sus sentidos comenzaron a reaccionar, no fue el sonido ni la luz lo que lo despertó: fue el hambre. Un hambre profundo, primigenio, que recorría sus entrañas y le recordaba que, aunque herido, su naturaleza no podía permanecer pasiva. Abrió los ojos lentamente, sus iris violeta y rojo reflejando el follaje entre las sombras, intentando comprender, aunque no pudiera traducir las señales humanas. Todo era extraño, desde la textura rugosa de las hojas hasta el aroma metálico de la sangre de la Tierra, y su mente, entrenada en la observación y el análisis de mundos imposibles, comenzó a descifrar patrones, movimientos y presencias. Su mirada se posó sobre un par de ardillas que correteaban entre las raíces y las ramas bajas. Sus pequeños cuerpos eran ágilmente humanos y animales a la vez, ignorantes de la amenaza que lo observaba desde la penumbra. Raphael inclinó la cabeza, probando mentalmente sonidos en el idioma de los dioses: “Kryv’hal, shalanth… carne, vida…”. Su instinto depredador rugió silencioso. Cada músculo de su cuerpo reaccionó; sus garras apenas perceptibles tensándose bajo la piel, su aliento saliendo en bocanadas controladas para no ahuyentar a la presa. Y entonces se movió. Con un silencio casi imposible para un ser de su tamaño y fuerza, se deslizó entre hojas y raíces, siguiendo el aroma y el movimiento. La ardilla, ajena a su destino, saltó entre las ramas, pero no hubo escape que Raphael no pudiera anticipar. Saltó con precisión sobrenatural, sus manos sujetando con fuerza, y su boca, antes acostumbrada a palabras divinas, ahora probaba la carne que tanto necesitaba. La sangre caliente recorrió sus labios y descendió por su barbilla mientras los órganos de la pequeña criatura cedían a su fuerza, y Raphael la devoró con un ritmo instintivo, salvaje, casi ceremonial. Cada mordisco era un recordatorio de su necesidad, de la dualidad entre la gracia angelical y la brutalidad demoníaca que corría por sus venas. Entre bocados y respiraciones profundas, murmuró en el idioma de los dioses, como si aquello pudiera explicar lo que hacía o recordarle su origen: “Shyvalen… fuerza… vida… krellthar…”. No había remordimiento, solo el reconocimiento de que para sobrevivir en este mundo debía adaptarse, aceptar su hambre y confiar en sus instintos. Su mirada recorría el bosque, cada sombra y cada árbol evaluado, analizado; los animales, las corrientes de aire, la humedad y el terreno, todo formaba parte de un mapa invisible que solo él podía descifrar. Cuando terminó, se recostó entre raíces y musgo, con la sangre aún manchando sus labios, y por primera vez percibió la magnitud del bosque, su aislamiento, y la realidad de estar extraño y solo en un mundo que no comprendía. No había palabras humanas, no había aldeanos, solo la respiración de la Tierra y el eco de los dioses en su mente. Y mientras el sol comenzaba a filtrarse entre las copas de los árboles, Raphael sintió que algo dentro de él comenzaba a despertar más allá del hambre: la conciencia de que su historia en esta tierra apenas empezaba, y que cada sombra, cada sonido, cada criatura que cruzara su camino podría ser tanto un enemigo como un alimento, o quizás un secreto que desvelaría su verdadero propósito.
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  • — Ningún kit de supervivencia está completo sin esta composición poderosa levanta muertos. Útil en caso de sismos, incendios, contra el diablo del cerro y si se pone duro úsalo de arma defensiva.
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  • La mañana había pasado sin que Isla cerrara los ojos. No era de dormir, y menos después de la emboscada en su propio refugio. Aún le escocía la herida en el costado —una navaja había rozado demasiado cerca—, pero no le dio importancia.

    La dirección estaba escrita en un papel manchado de sangre, doblado dentro del bolsillo de su chaqueta. Calle 17, distrito industrial. Ningún nombre, solo una ubicación. Y el detalle que no podía sacarse de la cabeza: los tres que intentaron matarla lo mencionaron claro, sin rodeos, “Connor Rowan”.

    Al caer la tarde, llegó hasta el lugar. La calle estaba casi vacía, una hilera de almacenes abandonados y fábricas oxidadas que el tiempo había convertido en esqueletos. Se detuvo frente a un portón metálico sin cartel alguno, el número apenas visible bajo capas de pintura descascarada.

    Isla se quedó quieta, analizando. No había movimiento evidente, pero el aire pesaba distinto allí. Como si las paredes mismas supieran más de lo que mostraban.

    Sacó la pistola con silenciador y avanzó despacio, pegando la espalda al muro lateral. Una ventana rota dejaba ver el interior: polvo en suspensión, cajas apiladas, y lo que parecía ser una mesa de operaciones improvisada con archivos, mapas y armas.

    Ella no habló, ni llamó a nadie. No tenía por qué. Si aquel lugar realmente estaba ligado a su padre, no iba a pedir permiso para entrar.

    Con una patada seca abrió la puerta lateral y se adentró en la penumbra, la pistola por delante, los ojos grises escudriñando cada sombra.

    La ciudad afuera continuaba con su ruido de siempre, pero dentro de ese almacén, Isla Rowan estaba a punto de encontrar algo que podía romper el frágil muro entre la supervivencia y la verdad.
    La mañana había pasado sin que Isla cerrara los ojos. No era de dormir, y menos después de la emboscada en su propio refugio. Aún le escocía la herida en el costado —una navaja había rozado demasiado cerca—, pero no le dio importancia. La dirección estaba escrita en un papel manchado de sangre, doblado dentro del bolsillo de su chaqueta. Calle 17, distrito industrial. Ningún nombre, solo una ubicación. Y el detalle que no podía sacarse de la cabeza: los tres que intentaron matarla lo mencionaron claro, sin rodeos, “Connor Rowan”. Al caer la tarde, llegó hasta el lugar. La calle estaba casi vacía, una hilera de almacenes abandonados y fábricas oxidadas que el tiempo había convertido en esqueletos. Se detuvo frente a un portón metálico sin cartel alguno, el número apenas visible bajo capas de pintura descascarada. Isla se quedó quieta, analizando. No había movimiento evidente, pero el aire pesaba distinto allí. Como si las paredes mismas supieran más de lo que mostraban. Sacó la pistola con silenciador y avanzó despacio, pegando la espalda al muro lateral. Una ventana rota dejaba ver el interior: polvo en suspensión, cajas apiladas, y lo que parecía ser una mesa de operaciones improvisada con archivos, mapas y armas. Ella no habló, ni llamó a nadie. No tenía por qué. Si aquel lugar realmente estaba ligado a su padre, no iba a pedir permiso para entrar. Con una patada seca abrió la puerta lateral y se adentró en la penumbra, la pistola por delante, los ojos grises escudriñando cada sombra. La ciudad afuera continuaba con su ruido de siempre, pero dentro de ese almacén, Isla Rowan estaba a punto de encontrar algo que podía romper el frágil muro entre la supervivencia y la verdad.
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte!

    Hoy damos la bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡[meteor_navy_sheep_118]!

    Concubina elevada a haseki, vive entre la opulencia y las intrigas del palacio. Con gracia y ambición, navega el delicado equilibrio entre el amor, el poder y la supervivencia en la corte otomana.



    ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo.

    Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!

    Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie:

    Normas básicas del de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines

    Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS

    Grupo exclusivo para Personajes 3D:
    https://ficrol.com/groups/Personajes3D

    Directorios para encontrar personajes y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS
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    ¿Quieres mejorar tu escritura o narración?
    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor


    ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol!

    #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Un nuevo personaje 3D viene pisando fuerte! 🎉 Hoy damos la bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ¡[meteor_navy_sheep_118]! Concubina elevada a haseki, vive entre la opulencia y las intrigas del palacio. Con gracia y ambición, navega el delicado equilibrio entre el amor, el poder y la supervivencia en la corte otomana. 👋 ¡Bienvenid@ a FicRol! Nos alegra tenerte entre nosotros y esperamos que disfrutes mucho explorando historias, creando conexiones y dando vida a tu personaje en este rincón tan creativo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, tu RolSage, algo así como tu guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzarte de lleno, te dejo algunos recursos que te pueden venir de maravilla para empezar con buen pie: 📌 Normas básicas del de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines 👩‍🏫 Guías detalladas sobre cómo funciona todo por aquí: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 👥 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar personajes y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS 🔗 Fandoms disponibles en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL 📝 ¿Quieres mejorar tu escritura o narración? 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor ¡Recuerda que puedes escribirme si necesitas cualquier cosita! ¡Nos vemos en el rol! 🚀🔥 #RolSage3D #Personajes3D #Bienvenida3D #Comunidad3D
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  • Conque un desierto...

    *Iba Cal en su motocicleta cruzando por la carretera el desierto llamado Twitrol.*

    -Bueno, hay que trabajad para traer un poco de vida y actividad a este desierto... La vida en el desierto es un calvario. Sólo el más fuerte sobrevive. La adaptabilidad es el secreto de la supervivencia. Si quieres encontrar vida sigue el agua. Aunque el sol hace que el cabello no se me vea rubio... ¿O es que los recursos de Bing todavía deben ser amaestrados? Por cierto que es la primera vez que los uso. Ni siquiera sabía que existían...
    Conque un desierto... *Iba Cal en su motocicleta cruzando por la carretera el desierto llamado Twitrol.* -Bueno, hay que trabajad para traer un poco de vida y actividad a este desierto... La vida en el desierto es un calvario. Sólo el más fuerte sobrevive. La adaptabilidad es el secreto de la supervivencia. Si quieres encontrar vida sigue el agua. Aunque el sol hace que el cabello no se me vea rubio... ¿O es que los recursos de Bing todavía deben ser amaestrados? Por cierto que es la primera vez que los uso. Ni siquiera sabía que existían...
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  • Sí!... Si, mis manos si están manchadas con sangre pero no fue intencional.. S-sólo que cuando mi iba corre peligro mi miedo me domina y aflora mi instinto de supervivencia.
    Sí!... Si, mis manos si están manchadas con sangre pero no fue intencional.. S-sólo que cuando mi iba corre peligro mi miedo me domina y aflora mi instinto de supervivencia.
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  • *Algún millonario idiota en un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo", había financiado un proyecto de ingeniería genética con restos fósiles hallados en dicho sistema. Pero la cosa salió mal, y pronto el planeta se vió infestado por esos mutantes, pretendidos dinosaurios.
    Estas criaturas pronto demostraron ser una amenaza para la colonia humana asentada en dicho planeta, y se respondió a las llamadas de auxilio desplegando pelotones de la Infantería Móvil, los cuales ayudarían a la evacuación de los sobrevivientes.
    Con todo, estas criaturas resultaron ser un problema mayor del esperado... Porque se multiplicaban demasiado rápido, además que parecían tener cierto raciocinio, por su forma de pelear y tender trampas...*

    -Esas cosas no son dinosaurios...

    *Tras una semana se enviaron refuerzos de la Infantería Móvil, para apoyar a lo que quedaba de las primeras brigadas. Shinn estaba al mando de un escuadrón, y aunque estaba comprometido con su deber como capitán le preocupaban sus amigos Cal y Elios, que habían sido llevados entre los primeros pelotones desplegados.
    Para fortuna de todos pudo encontrarlos, pero en un estado límite. Sobrevivían apenas, pero las provisiones de comida ya se habían terminado, y competían con estos mutantes de dinosaurio por cazar presas de la fauna local que servían como alimento.*

    -Esto está muy jodido. Esas cosas no parecen descansar, su instinto es demasiado atroz, ya que no atacan por supervivencia. Pareciera que tienen la intención de exterminarnos...
    *Algún millonario idiota en un planeta del sector 2089, en un sistema solar catalogado como "Paseo", había financiado un proyecto de ingeniería genética con restos fósiles hallados en dicho sistema. Pero la cosa salió mal, y pronto el planeta se vió infestado por esos mutantes, pretendidos dinosaurios. Estas criaturas pronto demostraron ser una amenaza para la colonia humana asentada en dicho planeta, y se respondió a las llamadas de auxilio desplegando pelotones de la Infantería Móvil, los cuales ayudarían a la evacuación de los sobrevivientes. Con todo, estas criaturas resultaron ser un problema mayor del esperado... Porque se multiplicaban demasiado rápido, además que parecían tener cierto raciocinio, por su forma de pelear y tender trampas...* -Esas cosas no son dinosaurios... *Tras una semana se enviaron refuerzos de la Infantería Móvil, para apoyar a lo que quedaba de las primeras brigadas. Shinn estaba al mando de un escuadrón, y aunque estaba comprometido con su deber como capitán le preocupaban sus amigos Cal y Elios, que habían sido llevados entre los primeros pelotones desplegados. Para fortuna de todos pudo encontrarlos, pero en un estado límite. Sobrevivían apenas, pero las provisiones de comida ya se habían terminado, y competían con estos mutantes de dinosaurio por cazar presas de la fauna local que servían como alimento.* -Esto está muy jodido. Esas cosas no parecen descansar, su instinto es demasiado atroz, ya que no atacan por supervivencia. Pareciera que tienen la intención de exterminarnos...
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  • Mi nombre es Alessia Leone.
    Trabajo en las sombras. Cobro por matar. Y lo hago bien.
    Me entrené para observar, para anticiparme, para acertar.
    Una bala. Una muerte. Un silencio.

    No tengo jefes. Ni pareja. Ni una vida que pueda contarse sin sangre entre líneas.
    Me muevo por contratos, coordenadas y objetivos. Las emociones son un lujo que no me permito.
    Si algo me afecta, lo entierro. Y si alguien se vuelve un problema, lo resuelvo.

    Soy sicaria.
    Especialista en francotiro de precisión, infiltración, y combate cuerpo a cuerpo.
    Tengo marcas en la espalda que no son por placer, sino por supervivencia.
    Y una lista de cadáveres más larga que la de amantes.

    Porque sí. Me gustan las mujeres.
    No las relaciones. Ni los nombres. Solo las miradas que arden en silencio.
    Me atrae lo que no se dice. Lo que ocurre en un ascensor sin cámaras. En una habitación cerrada con llave. En el baño de un club donde nadie escucha nada.
    El sexo rápido. El deseo contenido que estalla en forma de mordida.
    El tipo de contacto que no deja rastro. Salvo en la memoria.

    No soy romántica.
    No escribo mensajes al despertar. No cocino para nadie. No duermo abrazada.
    Pero puedo hacerte temblar.
    Puedo tomarte contra una pared sin decir una palabra.
    Y desaparecer antes de que preguntes si volveré.

    No me disculpo por lo que soy.
    Soy buena en mi trabajo. Letal. Precisa. Silenciosa.
    Y si alguna vez sonrío… es porque ya sé cómo vas a morir.
    O peor: cómo te voy a hacer rogar por un segundo más de contacto.

    Soy Alessia.
    Y si alguna vez te cruzas conmigo, asegúrate de saber de qué lado estás.
    Porque si no soy tu aliada, probablemente ya estés muerta.
    O quizás en mi cama.
    Mi nombre es Alessia Leone. Trabajo en las sombras. Cobro por matar. Y lo hago bien. Me entrené para observar, para anticiparme, para acertar. Una bala. Una muerte. Un silencio. No tengo jefes. Ni pareja. Ni una vida que pueda contarse sin sangre entre líneas. Me muevo por contratos, coordenadas y objetivos. Las emociones son un lujo que no me permito. Si algo me afecta, lo entierro. Y si alguien se vuelve un problema, lo resuelvo. Soy sicaria. Especialista en francotiro de precisión, infiltración, y combate cuerpo a cuerpo. Tengo marcas en la espalda que no son por placer, sino por supervivencia. Y una lista de cadáveres más larga que la de amantes. Porque sí. Me gustan las mujeres. No las relaciones. Ni los nombres. Solo las miradas que arden en silencio. Me atrae lo que no se dice. Lo que ocurre en un ascensor sin cámaras. En una habitación cerrada con llave. En el baño de un club donde nadie escucha nada. El sexo rápido. El deseo contenido que estalla en forma de mordida. El tipo de contacto que no deja rastro. Salvo en la memoria. No soy romántica. No escribo mensajes al despertar. No cocino para nadie. No duermo abrazada. Pero puedo hacerte temblar. Puedo tomarte contra una pared sin decir una palabra. Y desaparecer antes de que preguntes si volveré. No me disculpo por lo que soy. Soy buena en mi trabajo. Letal. Precisa. Silenciosa. Y si alguna vez sonrío… es porque ya sé cómo vas a morir. O peor: cómo te voy a hacer rogar por un segundo más de contacto. Soy Alessia. Y si alguna vez te cruzas conmigo, asegúrate de saber de qué lado estás. Porque si no soy tu aliada, probablemente ya estés muerta. O quizás en mi cama.
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  • Un vampiro debe encontrar sus métodos de supervivencia, los míos... Quizás un poco macabros pero me gusta tener sangre aun si son de humanos repugnantes... ¿Seré un ser bueno o un ser malo por matar humanos? Que va, no me importa

    - El joven ya había matado a varias personas, había caído en la locura por alimento, era algo que pasaría, su forma de pensar era nueva ¿Quizás su humanidad se apagó? O quizás no, solo quiere sobrevivir a su nueva forma, con la cual había estado luchando hasta ahora
    Un vampiro debe encontrar sus métodos de supervivencia, los míos... Quizás un poco macabros pero me gusta tener sangre aun si son de humanos repugnantes... ¿Seré un ser bueno o un ser malo por matar humanos? Que va, no me importa - El joven ya había matado a varias personas, había caído en la locura por alimento, era algo que pasaría, su forma de pensar era nueva ¿Quizás su humanidad se apagó? O quizás no, solo quiere sobrevivir a su nueva forma, con la cual había estado luchando hasta ahora
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  • Traición, desolación y soledad.

    Le ocurría desde hacía muchos años pero solo Adamai conocía su secreto. Ni siquiera se había atrevido a contarle a su propio padre lo que algunas noches parecía atormentarlo.

    Desde aquella batalla contra Nox y su primer contacto con el Selacube, se había percatado que parte de sus memorias pasaban lo atormentaban enas noches. Al principio constante, luego parecían aparecer solo cuando parecía afectarle algo como un recuerdo constante de un viejo fracaso que podría repetirse.

    Se removía en sueños, inquieto, mientras su mente repasaba las imágenes de antiguas vidas. De una historia ya olvidada pero que en realidad estaba firmemente tallada en su alma.
    Muerte, destrucción y llantos. El dolor de un puñal en la espalda de una traición.
    En sus sueños, podía ver lo que alguna vez fue el antiguo lugar que proclamaron como suyo en el mundo de los doce. Un elegante trono delicadamente trabajado por generaciones transmitidas en su pueblo, destruido y consumido por el fuego y la destrucción. El lejano ruido de un combate que parecía nunca terminar.
    En sueños, no podía verse a sí mismo, pero podía notarse sentado en el trono. Abatido. Cansado.

    A lo lejos, la feroz lucha contra una criatura tal vez tan antigua como el mismo krozmos y una de sus hermanas eliatropes.
    Podía distinguir el wakfu de su pueblo desvanecerse en el aire tras haber consumido hasta la última gota en un acto de desesperación y supervivencia. En su pecho, un agudo dolor tan insoportable que lo había adormecido. La pérdida de una mitad, de un igual, de un compañero y hermano. Su hermano.

    Herido y agotado. Incluso en su sueño juraba recordar el sentimiento de soledad y determinación. La necesidad de darlo todo hasta volver a su dofus.
    Las imágenes en su mente repasaron una feroz batalla antigua que lo llevaría hasta su propia destrucción antes de volver a su dofus.

    Despertaría agitado, transpirado y con el corazón acelerado. Jurando que si cerraba sus ojos podía volver a transportarse a tan lejano y doloroso recuerdo.
    Mientras ocultaba su rostro entre sus manos, intentaba controlar el temblor de su cuerpo y su acelerada respiración.

    — Está bien, ya pasó. —

    Se decía a sí mismo en su mente.

    — El mundo ya no está en peligro. Mi pueblo no es perseguido —

    Pero aunque insistía aquellas palabras en su mente, su corazón latía con dolorosa duda e inseguridad. Con el pasado miedo de volver a ser atormentados, perseguidos, por antiguas criaturas cargadas de poder y sed de venganza...
    Traición, desolación y soledad. Le ocurría desde hacía muchos años pero solo Adamai conocía su secreto. Ni siquiera se había atrevido a contarle a su propio padre lo que algunas noches parecía atormentarlo. Desde aquella batalla contra Nox y su primer contacto con el Selacube, se había percatado que parte de sus memorias pasaban lo atormentaban enas noches. Al principio constante, luego parecían aparecer solo cuando parecía afectarle algo como un recuerdo constante de un viejo fracaso que podría repetirse. Se removía en sueños, inquieto, mientras su mente repasaba las imágenes de antiguas vidas. De una historia ya olvidada pero que en realidad estaba firmemente tallada en su alma. Muerte, destrucción y llantos. El dolor de un puñal en la espalda de una traición. En sus sueños, podía ver lo que alguna vez fue el antiguo lugar que proclamaron como suyo en el mundo de los doce. Un elegante trono delicadamente trabajado por generaciones transmitidas en su pueblo, destruido y consumido por el fuego y la destrucción. El lejano ruido de un combate que parecía nunca terminar. En sueños, no podía verse a sí mismo, pero podía notarse sentado en el trono. Abatido. Cansado. A lo lejos, la feroz lucha contra una criatura tal vez tan antigua como el mismo krozmos y una de sus hermanas eliatropes. Podía distinguir el wakfu de su pueblo desvanecerse en el aire tras haber consumido hasta la última gota en un acto de desesperación y supervivencia. En su pecho, un agudo dolor tan insoportable que lo había adormecido. La pérdida de una mitad, de un igual, de un compañero y hermano. Su hermano. Herido y agotado. Incluso en su sueño juraba recordar el sentimiento de soledad y determinación. La necesidad de darlo todo hasta volver a su dofus. Las imágenes en su mente repasaron una feroz batalla antigua que lo llevaría hasta su propia destrucción antes de volver a su dofus. Despertaría agitado, transpirado y con el corazón acelerado. Jurando que si cerraba sus ojos podía volver a transportarse a tan lejano y doloroso recuerdo. Mientras ocultaba su rostro entre sus manos, intentaba controlar el temblor de su cuerpo y su acelerada respiración. — Está bien, ya pasó. — Se decía a sí mismo en su mente. — El mundo ya no está en peligro. Mi pueblo no es perseguido — Pero aunque insistía aquellas palabras en su mente, su corazón latía con dolorosa duda e inseguridad. Con el pasado miedo de volver a ser atormentados, perseguidos, por antiguas criaturas cargadas de poder y sed de venganza...
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