• *Finalmente llego la noche, Belle se comenzó a preparar para dormir, fue un día verdaderamente agotador y ya estaba con deseos de enrrollarse en sus cobertores y dejar que el dulce manto de la noche, la arrulle para asi caer en un profundo sueño, así recuperar la energía que necesita para asi comenzar otro día mas.

    Necesita estar descansada para cuando acepte encargos en la red proxy, además de que debia estar al tanto tambor del videoclub, para tener en orden las película. *

    Bueno, espero que mañana sea mejor.

    *Dijo tras un leve bostezo *
    *Finalmente llego la noche, Belle se comenzó a preparar para dormir, fue un día verdaderamente agotador y ya estaba con deseos de enrrollarse en sus cobertores y dejar que el dulce manto de la noche, la arrulle para asi caer en un profundo sueño, así recuperar la energía que necesita para asi comenzar otro día mas. Necesita estar descansada para cuando acepte encargos en la red proxy, además de que debia estar al tanto tambor del videoclub, para tener en orden las película. * Bueno, espero que mañana sea mejor. *Dijo tras un leve bostezo *
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  • Niña perdida.
    Fandom Oc
    Categoría Drama
    Inglaterra, 1990.

    Las olas rompían contra el barco, la fuerte tormenta se había abalanzado contra los marineros que luchaban por mantenerse de pie, yendo de un lado a otro, cada uno accionando en su posición natural: velas, mástil, cubierta.
    Allí se encontraba Rick, fumando un habano mientras miraba al horizonte, buscando alguna señal de vida a lo lejos. Pero cerca estaban de la soledad y oscuridad del océano. Los relámpagos y la lluvia hacían imposible pensar en alguna salida de esa situación. Y aunque ninguno de los marineros lo decía, todos eran conscientes del peligro que corrían en ese momento. Muchos incluso comenzaron a pensar en sus familias, en sus hogares: "quizá no le dediqué demasiado tiempo a mis hijos." Pensamientos iban y venían sin esperanzas.

    Rick, en cuanto vio tierra avisó a sus compañeros. Muchos en su interior celebraban, menos Barnes, que estaba desalentado por la pobreza de su pesca. Apenas le alcanzaría para pagar sus deudas e impuestos, dejándolo sin recursos suficientes para sobre existir un poco más.
    Suspiró y bajó al almacén del barco, allí donde se encuentran los barriles llenos. Fumó en silencio mientras tomaba asiento y pensaba en cómo haría para obtener más dinero. Algo dentro suyo se apretaba, una ansiedad, una preocupación. Sabía que debía pescar solo si quería ganar más dinero y eso solo le molestaba. Pocas veces pescaba solo a causa del peligro y la poca efectividad que eso tiene.

    Y en aquella noche de tormenta, mientras fumaba un habano en la oscuridad del barco, escuchó un grito... Miró a su alrededor algo curioso, caminando entre los barriles hasta el origen de aquel sonido. Sus pisadas se agudizaban mientras más se adentraba al interior de la oscuridad y allí finalmente la encontró... Una pequeña de cabello rojizo, con pecas por sus mejillas y una mirada color diamante. Expresaba terror, abrazándose a sus pequeñas piernas en busca de consuelo.
    Rick dudó un segundo, pero terminó quitándose su abrigo para taparla. La pequeña joven levantó la mirada y aceptó el abrigo, cubriéndose con la gran melena de león que Rick siempre cargaba. En ese momento Barnes encontró el empujón que tanto necesitaba, el motivo para esforzarse aún más.

    Aunque Rick aún no lo sabía, aquella pequeña era la hija de una joven divorciada, abandonada en cuanto la tuvo. Aquella mujer se encontraba buscando a su pequeña Elizabeth durante días.
    Elizabeth se perdió al entrar al barco, se escondió por miedo y durante el tiempo de pesca se mantuvo en silencio, esperando que de alguna manera algo la salve. Mientras Eli se mantenía en aquel barco y Rick la cuidaba, la madre desesperada buscaba por todo el pueblo a su hija, desanimada, abrumada, decaída.

    Será así que quizá la vida de los tres cambie por completo.
    Inglaterra, 1990. Las olas rompían contra el barco, la fuerte tormenta se había abalanzado contra los marineros que luchaban por mantenerse de pie, yendo de un lado a otro, cada uno accionando en su posición natural: velas, mástil, cubierta. Allí se encontraba Rick, fumando un habano mientras miraba al horizonte, buscando alguna señal de vida a lo lejos. Pero cerca estaban de la soledad y oscuridad del océano. Los relámpagos y la lluvia hacían imposible pensar en alguna salida de esa situación. Y aunque ninguno de los marineros lo decía, todos eran conscientes del peligro que corrían en ese momento. Muchos incluso comenzaron a pensar en sus familias, en sus hogares: "quizá no le dediqué demasiado tiempo a mis hijos." Pensamientos iban y venían sin esperanzas. Rick, en cuanto vio tierra avisó a sus compañeros. Muchos en su interior celebraban, menos Barnes, que estaba desalentado por la pobreza de su pesca. Apenas le alcanzaría para pagar sus deudas e impuestos, dejándolo sin recursos suficientes para sobre existir un poco más. Suspiró y bajó al almacén del barco, allí donde se encuentran los barriles llenos. Fumó en silencio mientras tomaba asiento y pensaba en cómo haría para obtener más dinero. Algo dentro suyo se apretaba, una ansiedad, una preocupación. Sabía que debía pescar solo si quería ganar más dinero y eso solo le molestaba. Pocas veces pescaba solo a causa del peligro y la poca efectividad que eso tiene. Y en aquella noche de tormenta, mientras fumaba un habano en la oscuridad del barco, escuchó un grito... Miró a su alrededor algo curioso, caminando entre los barriles hasta el origen de aquel sonido. Sus pisadas se agudizaban mientras más se adentraba al interior de la oscuridad y allí finalmente la encontró... Una pequeña de cabello rojizo, con pecas por sus mejillas y una mirada color diamante. Expresaba terror, abrazándose a sus pequeñas piernas en busca de consuelo. Rick dudó un segundo, pero terminó quitándose su abrigo para taparla. La pequeña joven levantó la mirada y aceptó el abrigo, cubriéndose con la gran melena de león que Rick siempre cargaba. En ese momento Barnes encontró el empujón que tanto necesitaba, el motivo para esforzarse aún más. Aunque Rick aún no lo sabía, aquella pequeña era la hija de una joven divorciada, abandonada en cuanto la tuvo. Aquella mujer se encontraba buscando a su pequeña Elizabeth durante días. Elizabeth se perdió al entrar al barco, se escondió por miedo y durante el tiempo de pesca se mantuvo en silencio, esperando que de alguna manera algo la salve. Mientras Eli se mantenía en aquel barco y Rick la cuidaba, la madre desesperada buscaba por todo el pueblo a su hija, desanimada, abrumada, decaída. Será así que quizá la vida de los tres cambie por completo.
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  • ⁀➴ La Kitsune se encontraba en medio del bosque, era tarde aunque el viento era tranquilo, la naturaleza era silenciosa Pero el sonido era relajador, ya era media luna y escuchar a los lobos aullar fue algo que le llamo la atención, pues nunca se había acercado a un lobo o por lo menos a una persona lobo, piensa en si mismo mientras observa la luna con atención, mientras el aire resoplaba moviendo su cabello negro.

    ᯓ★ Que linda es esta noche verdaderamente, sin duda una gran noche para explorar el bosque, pues después de todo no tengo sueño y no creo que alguien esté en medio del bosque a estas horas de la noche.
    ⁀➴ La Kitsune se encontraba en medio del bosque, era tarde aunque el viento era tranquilo, la naturaleza era silenciosa Pero el sonido era relajador, ya era media luna y escuchar a los lobos aullar fue algo que le llamo la atención, pues nunca se había acercado a un lobo o por lo menos a una persona lobo, piensa en si mismo mientras observa la luna con atención, mientras el aire resoplaba moviendo su cabello negro. ᯓ★ Que linda es esta noche verdaderamente, sin duda una gran noche para explorar el bosque, pues después de todo no tengo sueño y no creo que alguien esté en medio del bosque a estas horas de la noche.
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  • - Pose para la buena suerte. Pidan un deseo [?] -


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  • Fue una noche larga. Demasiado. Pero ahora más que nunca le constaba que debía ser el pilar y el soporte, más no solo de Angel, sino también de sus hijos.
    Como no podía ser de otra forma, ambos se despertaron demasiadas ocasiones en la noche, asustados, miedosos, inseguros... No le extrañaba que aquella noche y las posteriores ambos tuvieran pesadillas. Había sido demasiado para dos niños tan pequeños... Pero también se sabía culpable de esos acontecimientos.

    Los amaba, demasiado, igual que Angel. Y, al igual que su prometido, había criado a esos dos pequeños en una esfera de cristal demasiado frágil para el infernal mundo en el que ahora vivían. Creer que podrían mantener aquella inocencia por mucho tiempo fue, no solo egoísta, sino estúpido.
    ¿Las consecuencias? Allí estaba. Dos niños cuya ilusión se había desmoronado y ahora, desamparados, deberían enfrentarse a la crueldad del infierno sin haber tenido las herramientas necesarias para hacerlo. Y, para empeorar aún más la situación, Angel no se había sentido precisamente bien.

    La falta de sueño le estaba pasando factura ahora, pero se negaba a rendirse ante el sueño. Tras revisar los vendajes que mantenían en su sitio las alas de su pequeña, se quedó recostado a su lado en la cama. Ambos pequeños volviendo a dormir y no los culpaba.
    Los observó con cansancio angustioso. Casi pensativo... Entonces extendió una mano, tomando su celular que rara vez usaba y ni hablar de tenerlo encima. También debió de ponerse sus lentes para poder ver apropiadamente una letra tan pequeña... ¿Quién demonios había inventado ese sistema de mierda? También se había tomado el atrevimiento de tomar el móvil de Angel, rebuscando entre sus contactos hasta que encontró a quien buscaba.
    Tomando una foto de los niños, descansando, procedió a enviar la foto a Arackniss con un único texto que acompañaba la imagen con un "Estarán bien". No era idiota, a pesar de su actuada diferencia el día anterior, se había dado cuenta del aprecio por sus hijos.
    Fue una noche larga. Demasiado. Pero ahora más que nunca le constaba que debía ser el pilar y el soporte, más no solo de Angel, sino también de sus hijos. Como no podía ser de otra forma, ambos se despertaron demasiadas ocasiones en la noche, asustados, miedosos, inseguros... No le extrañaba que aquella noche y las posteriores ambos tuvieran pesadillas. Había sido demasiado para dos niños tan pequeños... Pero también se sabía culpable de esos acontecimientos. Los amaba, demasiado, igual que Angel. Y, al igual que su prometido, había criado a esos dos pequeños en una esfera de cristal demasiado frágil para el infernal mundo en el que ahora vivían. Creer que podrían mantener aquella inocencia por mucho tiempo fue, no solo egoísta, sino estúpido. ¿Las consecuencias? Allí estaba. Dos niños cuya ilusión se había desmoronado y ahora, desamparados, deberían enfrentarse a la crueldad del infierno sin haber tenido las herramientas necesarias para hacerlo. Y, para empeorar aún más la situación, Angel no se había sentido precisamente bien. La falta de sueño le estaba pasando factura ahora, pero se negaba a rendirse ante el sueño. Tras revisar los vendajes que mantenían en su sitio las alas de su pequeña, se quedó recostado a su lado en la cama. Ambos pequeños volviendo a dormir y no los culpaba. Los observó con cansancio angustioso. Casi pensativo... Entonces extendió una mano, tomando su celular que rara vez usaba y ni hablar de tenerlo encima. También debió de ponerse sus lentes para poder ver apropiadamente una letra tan pequeña... ¿Quién demonios había inventado ese sistema de mierda? También se había tomado el atrevimiento de tomar el móvil de Angel, rebuscando entre sus contactos hasta que encontró a quien buscaba. Tomando una foto de los niños, descansando, procedió a enviar la foto a [Grumpyspid3r] con un único texto que acompañaba la imagen con un "Estarán bien". No era idiota, a pesar de su actuada diferencia el día anterior, se había dado cuenta del aprecio por sus hijos.
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  • — ¿Será que sólo en sueños nos volveremos a ver? —
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  • *Siendo una noche tranquila y aburrida suspire*

    - Mmm… ¿Qué podría hacer hoy…? Hace mucho que no hago un buen caos, creo que va siendo hora y así me desahogo un poco~.

    *Sentado en el borde de un edificio alto incline la cabeza hacia ambos lados para crujirme los huesos del cuello y finalmente con los dedos entrelazados crují estos para obrar mi magia, sin gestos ni canticos todo empezó, en las calles tranquilas de Tokyo comenzaron a surgir de las sombras criaturas sacadas de las peores pesadillas de la humanidad, algunas criaturas tenían formas grotescas con garras y filas de dientes afilados, otras se deformaban para volverse a formar en otra totalmente distinta, otras simplemente eran sombras que acechaban a su presa y las hacían desaparecer, pero aquello solo era el principio, objetos inanimados cobraban vida con formas monstruosas, una farola podía tener un ojo gigante como cabezal donde le saldría una lengua larguísima por el cuello y patas de araña para moverse, un simple cubo de basura al pasar por su lado atacaría abriendo sus fauces para comerte cual mímico, etc.

    Todo aquello hizo que se me dibujara una amplia sonrisa con solo escuchar los gritos de terror de las personas, pero cierta parte de mi hizo que solo hubieran personas adultas dejando de lado a los críos metidos en casa para que estuvieran a salvo, al fin y al cabo la fusión de ambos Max de tiempos distintos se había completado, una de las criaturas de pesadilla cuadrúpeda y peluda la cual podría medir perfectamente los 3 metros se me acerco por la espalda lentamente, hasta que se quedó a mi lado tumbado y posando su cabeza sobre mi regazo, aun esbozando aquella sonrisa acaricie la cabeza de la criatura mientras veía el paisaje tan caótico que había formado, donde algunos edificios comenzaron a derrumbarse y otros a salir en llamas*

    - *Suspiro* Como echaba de menos hacer estas cosas… y ahora que no tengo otra voz en mi cabeza dándome la lata es muchísimo mejor~ ¿a qué sí, mi engendrito de las pesadillas? ¿a que así se está mejor? Claro que siii~.

    *Le empecé a hacerle carantoñas a la criatura como si fuera mi mascota, mientras al fondo del paisaje apareció un gigantesco gusano emerger del suelo formando un arco con su cuerpo y volviendose a meter bajo tierra*
    *Siendo una noche tranquila y aburrida suspire* - Mmm… ¿Qué podría hacer hoy…? Hace mucho que no hago un buen caos, creo que va siendo hora y así me desahogo un poco~. *Sentado en el borde de un edificio alto incline la cabeza hacia ambos lados para crujirme los huesos del cuello y finalmente con los dedos entrelazados crují estos para obrar mi magia, sin gestos ni canticos todo empezó, en las calles tranquilas de Tokyo comenzaron a surgir de las sombras criaturas sacadas de las peores pesadillas de la humanidad, algunas criaturas tenían formas grotescas con garras y filas de dientes afilados, otras se deformaban para volverse a formar en otra totalmente distinta, otras simplemente eran sombras que acechaban a su presa y las hacían desaparecer, pero aquello solo era el principio, objetos inanimados cobraban vida con formas monstruosas, una farola podía tener un ojo gigante como cabezal donde le saldría una lengua larguísima por el cuello y patas de araña para moverse, un simple cubo de basura al pasar por su lado atacaría abriendo sus fauces para comerte cual mímico, etc. Todo aquello hizo que se me dibujara una amplia sonrisa con solo escuchar los gritos de terror de las personas, pero cierta parte de mi hizo que solo hubieran personas adultas dejando de lado a los críos metidos en casa para que estuvieran a salvo, al fin y al cabo la fusión de ambos Max de tiempos distintos se había completado, una de las criaturas de pesadilla cuadrúpeda y peluda la cual podría medir perfectamente los 3 metros se me acerco por la espalda lentamente, hasta que se quedó a mi lado tumbado y posando su cabeza sobre mi regazo, aun esbozando aquella sonrisa acaricie la cabeza de la criatura mientras veía el paisaje tan caótico que había formado, donde algunos edificios comenzaron a derrumbarse y otros a salir en llamas* - *Suspiro* Como echaba de menos hacer estas cosas… y ahora que no tengo otra voz en mi cabeza dándome la lata es muchísimo mejor~ ¿a qué sí, mi engendrito de las pesadillas? ¿a que así se está mejor? Claro que siii~. *Le empecé a hacerle carantoñas a la criatura como si fuera mi mascota, mientras al fondo del paisaje apareció un gigantesco gusano emerger del suelo formando un arco con su cuerpo y volviendose a meter bajo tierra*
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  • Escrito en las paredes
    Fandom Hellaverse/Hazbin Hotel
    Categoría Otros
    Habían pasado ya algunos días y el cruce de palabras o siquiera miradas entre el rey y quien más estuviera en el hotel era mínimo, por no decir inexistente.
    Era evidente que de nuevo sus pensamientos lo estaban consumiendo y, sumado a ello, evitaba especialmente a cierto molesto botones que parecía haberle dado al menos un poco de paz mientras tanto, pero el gusto era extraño.

    Mientras más pasaba hundido en su propia mente y menos en las discusiones, de nuevo los pensamientos intrusivos se iban acumulando y fue entonces cuando recordó aquellas palabras, como un eco distante, pero llegó a su cabeza la imagen distorsionada y su voz.

    Su canto... era verdad que podía expresar mucho con la voz y lo había dejado de hacer hace tanto tiempo que incluso le costaba, pero volvía entonces a recordar esa tarde, un par de minutos apenas, pero que dejaron huella.
    Tomando un respiro profundo, caminó hacia el ventanal, observando desde su torre la ciudad, oscura y poco apoco en ruinas, pero no siempre fue de esa manera.

    Pasando la mano por el cristal como si de limpiar la mugre se tratara, fue entonces que lo vio, un espejismo del pasado mostrando cada edificio en su antigua gloria, cuando recién construyó todo desde la nada misma, piedra por piedra, a mano, pues no tenía a Keekee como ahora formaba parte del hotel y menos mano de obra.
    Abriendo las puertas, caminó por el balcón, tomando aire y comenzando a cantar suavemente, apenas dejando que su voz fuera llevada con el viento pero, al paso de los compases, era cada vez más audible, con más sentimiento, extendiendo las alas para arrojarse al vacío y, al poco de tocar el suelo, volver a elevarse, dejando que una estela dorada proyectara la misma imagen que él veía en su cabeza a quien fuera capaz de distinguirlo.

    Los años no solo habían sido crueles con las construcciones, también con él que había dejado partes de sí en todo lo que ahora veían los pecadores con desprecio, como si no fuera más que escombro, sin saber que era el mismo Lucifer quien buscó erguir un infierno majestuoso en el cual recibir a todos los pecadores, darles un segundo hogar tras la muerte y perder todo lo que en vida conocían, pisoteándolo.

    https://www.youtube.com/watch?v=jJD-UIB60vs&list=RDjJD-UIB60vs&start_radio=1
    Habían pasado ya algunos días y el cruce de palabras o siquiera miradas entre el rey y quien más estuviera en el hotel era mínimo, por no decir inexistente. Era evidente que de nuevo sus pensamientos lo estaban consumiendo y, sumado a ello, evitaba especialmente a cierto molesto botones que parecía haberle dado al menos un poco de paz mientras tanto, pero el gusto era extraño. Mientras más pasaba hundido en su propia mente y menos en las discusiones, de nuevo los pensamientos intrusivos se iban acumulando y fue entonces cuando recordó aquellas palabras, como un eco distante, pero llegó a su cabeza la imagen distorsionada y su voz. Su canto... era verdad que podía expresar mucho con la voz y lo había dejado de hacer hace tanto tiempo que incluso le costaba, pero volvía entonces a recordar esa tarde, un par de minutos apenas, pero que dejaron huella. Tomando un respiro profundo, caminó hacia el ventanal, observando desde su torre la ciudad, oscura y poco apoco en ruinas, pero no siempre fue de esa manera. Pasando la mano por el cristal como si de limpiar la mugre se tratara, fue entonces que lo vio, un espejismo del pasado mostrando cada edificio en su antigua gloria, cuando recién construyó todo desde la nada misma, piedra por piedra, a mano, pues no tenía a Keekee como ahora formaba parte del hotel y menos mano de obra. Abriendo las puertas, caminó por el balcón, tomando aire y comenzando a cantar suavemente, apenas dejando que su voz fuera llevada con el viento pero, al paso de los compases, era cada vez más audible, con más sentimiento, extendiendo las alas para arrojarse al vacío y, al poco de tocar el suelo, volver a elevarse, dejando que una estela dorada proyectara la misma imagen que él veía en su cabeza a quien fuera capaz de distinguirlo. Los años no solo habían sido crueles con las construcciones, también con él que había dejado partes de sí en todo lo que ahora veían los pecadores con desprecio, como si no fuera más que escombro, sin saber que era el mismo Lucifer quien buscó erguir un infierno majestuoso en el cual recibir a todos los pecadores, darles un segundo hogar tras la muerte y perder todo lo que en vida conocían, pisoteándolo. https://www.youtube.com/watch?v=jJD-UIB60vs&list=RDjJD-UIB60vs&start_radio=1
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  • Tuve ese raro sueño otra vez..

    𝐊𝐞𝐧𝐬𝐮𝐤𝐞
    Tuve ese raro sueño otra vez.. [BigB0y]
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  • — Se habían quedado dormidos, cuando finalmente el trabajo les había dado un descanso, al instante se organizaron para pasar todo el día juntos. Salieron, cenaron, hicieron alguna tontería y terminaron en casa de Daniel, como ya se estaba haciendo casi costumbre. Como era de esperarse, una vez puertas adentro, la desesperación por el cuerpo del otro floreció en un instante, empujándolos a la acción sin tenerle el más mínimo cuidado a lo demás.
    Se les fue el tiempo, siempre les pasaba cuando estaban juntos haciendo cualquier cosa, a Daniel no le importaba, sentía que últimamente podría dedicarle cada instante de su tiempo sin ningún remordimiento, era perfecto.

    Eventualmente se quedaron dormidos, pretendieron ver una película, pero el cansancio de sus cuerpos los derrotó en minutos. Estaban cansados por el largo día, pero no parecían cansarse de estar juntos, por eso, al despertar después de un rato, ya con los brazos adormecidos por la posición incómoda en el sofá, el más jóven murmuró algo sobre que se quedara esa noche, mientras se ponía de pie —aún adormilado— y se dirigía a la habitación tomándolo torpemente se la mano.

    Una vez allí ocurrieron dos cosas, que por separado no hubieran tenido ningún efecto, pero que juntas podían desatar unas cuantas intrigas en el mayor y un problema para Daniel.
    Dejó la luz encendida, a veces lo hacia, una tenue luz fría que armonizaba la habitación y, aún entre su sueño, se quitó la camiseta que llevaba — probablemente por el calor, una costumbre que ya tenía al dormir — y así se acostó al lado de su novio, quedando dormido al instante.

    Daniel dormía profundamente, tenía el sueño muy pesado y había que sacudirlo un poco para despertarlo, se encontraba boca abajo, con sus brazos debajo de la cabeza y el cuerpo semi destapado. Fue en esa posición, bajo la luz débil, que en la espalda del modelo podía distinguirse algo peculiar: dos marcas perfectamente simétricas, arriba y al centro, a ambos lados de la columna, allí parecían hacerse espejo y no se veían como manchas en la piel, tenían un ligero relieve, como cicatrices.

    Al ver eso cualquiera podría conectar un par de cables y entender porque Daniel siempre ocultaba su espalda, lo hacía de forma sutil, pero lo hacía. Restricciones en la ropa que modelaba, rechazos a sesiones en la playa, evitar en encaje y las aberturas, en la intimidad la luz siempre apagada, jamás le daba la espalda a Eunwoo cuando lo tenía muy cerca. Todo eso parecian pequeños descuidos o coincidencias, pero bajo análisis tenía sentido y es que no era algo fácil de ignorar si se veía, sobre todo en un modelo.

    El jóven y su novio nunca habían dormido juntos hasta entonces, al menos no se habían quedado a dormir juntos por las noches, por lo que tal descuido no sería posible hasta entonces, donde el jóven dormía tranquilamente, sin advertir nada de lo que pasaba en el mundo real.—

    Eunwoo Kim
    — Se habían quedado dormidos, cuando finalmente el trabajo les había dado un descanso, al instante se organizaron para pasar todo el día juntos. Salieron, cenaron, hicieron alguna tontería y terminaron en casa de Daniel, como ya se estaba haciendo casi costumbre. Como era de esperarse, una vez puertas adentro, la desesperación por el cuerpo del otro floreció en un instante, empujándolos a la acción sin tenerle el más mínimo cuidado a lo demás. Se les fue el tiempo, siempre les pasaba cuando estaban juntos haciendo cualquier cosa, a Daniel no le importaba, sentía que últimamente podría dedicarle cada instante de su tiempo sin ningún remordimiento, era perfecto. Eventualmente se quedaron dormidos, pretendieron ver una película, pero el cansancio de sus cuerpos los derrotó en minutos. Estaban cansados por el largo día, pero no parecían cansarse de estar juntos, por eso, al despertar después de un rato, ya con los brazos adormecidos por la posición incómoda en el sofá, el más jóven murmuró algo sobre que se quedara esa noche, mientras se ponía de pie —aún adormilado— y se dirigía a la habitación tomándolo torpemente se la mano. Una vez allí ocurrieron dos cosas, que por separado no hubieran tenido ningún efecto, pero que juntas podían desatar unas cuantas intrigas en el mayor y un problema para Daniel. Dejó la luz encendida, a veces lo hacia, una tenue luz fría que armonizaba la habitación y, aún entre su sueño, se quitó la camiseta que llevaba — probablemente por el calor, una costumbre que ya tenía al dormir — y así se acostó al lado de su novio, quedando dormido al instante. Daniel dormía profundamente, tenía el sueño muy pesado y había que sacudirlo un poco para despertarlo, se encontraba boca abajo, con sus brazos debajo de la cabeza y el cuerpo semi destapado. Fue en esa posición, bajo la luz débil, que en la espalda del modelo podía distinguirse algo peculiar: dos marcas perfectamente simétricas, arriba y al centro, a ambos lados de la columna, allí parecían hacerse espejo y no se veían como manchas en la piel, tenían un ligero relieve, como cicatrices. Al ver eso cualquiera podría conectar un par de cables y entender porque Daniel siempre ocultaba su espalda, lo hacía de forma sutil, pero lo hacía. Restricciones en la ropa que modelaba, rechazos a sesiones en la playa, evitar en encaje y las aberturas, en la intimidad la luz siempre apagada, jamás le daba la espalda a Eunwoo cuando lo tenía muy cerca. Todo eso parecian pequeños descuidos o coincidencias, pero bajo análisis tenía sentido y es que no era algo fácil de ignorar si se veía, sobre todo en un modelo. El jóven y su novio nunca habían dormido juntos hasta entonces, al menos no se habían quedado a dormir juntos por las noches, por lo que tal descuido no sería posible hasta entonces, donde el jóven dormía tranquilamente, sin advertir nada de lo que pasaba en el mundo real.— [whisper_scarlet_hawk_977]
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