• ¡AZATHOTH! ¡APOLION! ¡ORA PRO NOBIS LUCIFER!
    ¡Escucha el universo aullar! ¡Sangrando por agujeros negros! ¡Con la sangre de las estrellas!
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  • Takeru respiraba hondo mientras se preparaba para el combate más difícil hasta ahora. Wakatsuki Takeshi estaba frente a él, un hombre cuya fuerza descomunal lo convertía en una verdadera bestia en el ring. La arena del estadio de la isla oculta vibraba con la anticipación de los espectadores, quienes sabían que este enfrentamiento sería una brutal demostración de poder y técnica.

    El referí levantó la mano y anunció el inicio del combate.

    Takeru, ahora un maestro del estilo Niko combinado con su boxeo Out Boxer, utilizó "Bólido" para aumentar su velocidad y mantenerse fuera del alcance de Wakatsuki. Se movía como un espectro, lanzando jabs rápidos que apenas rozaban la piel del oponente, pero que acumulaban daño poco a poco.

    Sin embargo, Wakatsuki no era un rival ordinario. Cuando por fin consiguió cerrar la distancia, descargó un golpe devastador contra Takeru, quien apenas tuvo tiempo de activar "Adamantino" para mitigar el impacto. Aun así, el impacto fue brutal; Takeru sintió cómo sus huesos crujían bajo la fuerza monstruosa de su oponente.

    Con cada intercambio, la diferencia de poder era evidente. Wakatsuki bloqueaba los golpes de Takeru como si no fueran más que brisas de viento. Takeru, en cambio, tenía que usar "Sauce" constantemente para desviar los ataques que, de lo contrario, lo habrían dejado inconsciente en un instante.

    Pero Takeru no se rendía. Con sangre resbalando por su rostro y el dolor recorriendo todo su cuerpo, aprovechó su velocidad y reflejos superiores para conectar una serie de combinaciones rápidas, apuntando a los puntos débiles de Wakatsuki. Fue un combate de resistencia, astucia y puro instinto de supervivencia.

    Finalmente, en un último intento desesperado, Takeru utilizó su velocidad al máximo con "Bólido", esquivó un golpe demoledor y lanzó un derechazo con toda su fuerza al mentón de Wakatsuki. El impacto fue preciso, obligando al titán a tambalearse. Aprovechando el momento, descargó una ráfaga de golpes certeros, hasta que Wakatsuki cayó de rodillas.

    El referí observó atentamente, contando segundos en su cabeza. Wakatsuki intentó levantarse, pero sus piernas no respondían. Finalmente, su cuerpo se desplomó sobre la arena, incapaz de continuar.

    "¡El combate ha terminado! ¡El ganador es Takeru!"

    Los gritos del público retumbaron en la arena, pero Takeru apenas los escuchaba. Su cuerpo estaba destrozado, sus movimientos eran pesados y su visión borrosa. Aún quedaban muchas peleas por delante, y ahora tendría que enfrentarlas con heridas graves.
    Takeru respiraba hondo mientras se preparaba para el combate más difícil hasta ahora. Wakatsuki Takeshi estaba frente a él, un hombre cuya fuerza descomunal lo convertía en una verdadera bestia en el ring. La arena del estadio de la isla oculta vibraba con la anticipación de los espectadores, quienes sabían que este enfrentamiento sería una brutal demostración de poder y técnica. El referí levantó la mano y anunció el inicio del combate. Takeru, ahora un maestro del estilo Niko combinado con su boxeo Out Boxer, utilizó "Bólido" para aumentar su velocidad y mantenerse fuera del alcance de Wakatsuki. Se movía como un espectro, lanzando jabs rápidos que apenas rozaban la piel del oponente, pero que acumulaban daño poco a poco. Sin embargo, Wakatsuki no era un rival ordinario. Cuando por fin consiguió cerrar la distancia, descargó un golpe devastador contra Takeru, quien apenas tuvo tiempo de activar "Adamantino" para mitigar el impacto. Aun así, el impacto fue brutal; Takeru sintió cómo sus huesos crujían bajo la fuerza monstruosa de su oponente. Con cada intercambio, la diferencia de poder era evidente. Wakatsuki bloqueaba los golpes de Takeru como si no fueran más que brisas de viento. Takeru, en cambio, tenía que usar "Sauce" constantemente para desviar los ataques que, de lo contrario, lo habrían dejado inconsciente en un instante. Pero Takeru no se rendía. Con sangre resbalando por su rostro y el dolor recorriendo todo su cuerpo, aprovechó su velocidad y reflejos superiores para conectar una serie de combinaciones rápidas, apuntando a los puntos débiles de Wakatsuki. Fue un combate de resistencia, astucia y puro instinto de supervivencia. Finalmente, en un último intento desesperado, Takeru utilizó su velocidad al máximo con "Bólido", esquivó un golpe demoledor y lanzó un derechazo con toda su fuerza al mentón de Wakatsuki. El impacto fue preciso, obligando al titán a tambalearse. Aprovechando el momento, descargó una ráfaga de golpes certeros, hasta que Wakatsuki cayó de rodillas. El referí observó atentamente, contando segundos en su cabeza. Wakatsuki intentó levantarse, pero sus piernas no respondían. Finalmente, su cuerpo se desplomó sobre la arena, incapaz de continuar. "¡El combate ha terminado! ¡El ganador es Takeru!" Los gritos del público retumbaron en la arena, pero Takeru apenas los escuchaba. Su cuerpo estaba destrozado, sus movimientos eran pesados y su visión borrosa. Aún quedaban muchas peleas por delante, y ahora tendría que enfrentarlas con heridas graves.
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  • Entre el mito y la verdad
    Fandom Oc
    Categoría Suspenso
    Rol cerrado con: Heinrich Rosenberg
    Ciudad Velmont - 1:00 am

    La ciudad tenía una forma particular de respirar en las madrugadas. Calles desiertas, faroles parpadeando como si estuvieran cansados de iluminar y el eco de unos tacones o pasos en la distancia. Joon estaba acostumbrado a todo eso. Había patrullado estos barrios lo suficiente como para saber que los rumores de vampiros, criaturas de la noche o monstruos -como bien los llamaban-, eran todas historias para mantener a los borrachos en sus casas y para asustar a los niños

    Sin embargo, los rumores de ataques extraños no dejaban de circular entre los oficiales. Gente desapareciendo sin rastro y testigos asegurando haber visto "sombras" moviéndose demasiado rápido. ¿se trataba de algún asesino en serie? No podía ser, ya no se veían casos como esos, solo porque 'eran otras épocas'.

    Un cadáver apareció en un callejón detrás de un viejo club de jazz. Nada nuevo. La víctima, un hombre de unos treinta y tantos, sin identificación, piel pálida y sin signos visibles de violencia. Lo inquietante era la falta total de sangre en el cuerpo. "Algún psicópata con fetiches raros", pensó mientras sacaba un cigarro, observando la escena.

    Joon exhaló, masajeándose las sienes.
    ⸻ Otro más… ⸻murmuró mientras encendía un cigarro.
    Era el tercer caso en un mes. Diferentes víctimas, diferentes edades, pero el mismo patrón. Piel blanca como el mármol, sin sangre, sin huellas, sin señales de lucha. Y siempre... de noche.

    Se arrodilló junto al cuerpo, sacando su linterna para inspeccionar de cerca. Cuando de repente el aire se volvió más pesado, más frío. Un escalofrío recorrió su nuca, como si lo estuvieran observando. Su cuerpo se tensó, bajando la mano lentamente hacia su arma.

    ⸻ Sal de ahí ⸻soltó con voz firme, sin voltear aún. Podí asegurar que alguien estaba en la oscuridad del callejón, acompañándolo. Giró en su lugar, apuntando realmente a la oscuridad misma con el arma ya en mano. Ah... ¿estaba alucinando? Su corazón latía con fuerza.

    Esperaba que las noches en vela no le estuvieran cobrando factura, no aún... Tenía que volver a casa y asegurarse que la bola de pelos -de curioso nombre cítrico- había vuelto a casa para dormir.
    Rol cerrado con: [Heinz_Vamp] 📍 Ciudad Velmont - 1:00 am La ciudad tenía una forma particular de respirar en las madrugadas. Calles desiertas, faroles parpadeando como si estuvieran cansados de iluminar y el eco de unos tacones o pasos en la distancia. Joon estaba acostumbrado a todo eso. Había patrullado estos barrios lo suficiente como para saber que los rumores de vampiros, criaturas de la noche o monstruos -como bien los llamaban-, eran todas historias para mantener a los borrachos en sus casas y para asustar a los niños Sin embargo, los rumores de ataques extraños no dejaban de circular entre los oficiales. Gente desapareciendo sin rastro y testigos asegurando haber visto "sombras" moviéndose demasiado rápido. ¿se trataba de algún asesino en serie? No podía ser, ya no se veían casos como esos, solo porque 'eran otras épocas'. Un cadáver apareció en un callejón detrás de un viejo club de jazz. Nada nuevo. La víctima, un hombre de unos treinta y tantos, sin identificación, piel pálida y sin signos visibles de violencia. Lo inquietante era la falta total de sangre en el cuerpo. "Algún psicópata con fetiches raros", pensó mientras sacaba un cigarro, observando la escena. Joon exhaló, masajeándose las sienes. ⸻ Otro más… ⸻murmuró mientras encendía un cigarro. Era el tercer caso en un mes. Diferentes víctimas, diferentes edades, pero el mismo patrón. Piel blanca como el mármol, sin sangre, sin huellas, sin señales de lucha. Y siempre... de noche. Se arrodilló junto al cuerpo, sacando su linterna para inspeccionar de cerca. Cuando de repente el aire se volvió más pesado, más frío. Un escalofrío recorrió su nuca, como si lo estuvieran observando. Su cuerpo se tensó, bajando la mano lentamente hacia su arma. ⸻ Sal de ahí ⸻soltó con voz firme, sin voltear aún. Podí asegurar que alguien estaba en la oscuridad del callejón, acompañándolo. Giró en su lugar, apuntando realmente a la oscuridad misma con el arma ya en mano. Ah... ¿estaba alucinando? Su corazón latía con fuerza. Esperaba que las noches en vela no le estuvieran cobrando factura, no aún... Tenía que volver a casa y asegurarse que la bola de pelos -de curioso nombre cítrico- había vuelto a casa para dormir.
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    Cualquier línea
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  • —Los humanos jamás cambiarán su naturaleza destructiva; es de público conocimiento que destruyen todo lo que tocan, todo lo que rozan —dijo con voz ronca mientras elevaba la botella.

    —Y henos aquí, dispuestos a sacrificar todo con tal de salvar su evolución, de velar por su seguridad y de dejarnos matar por aquellos que nos desprecian —concluyó luego de verter el contenido en la taza.

    El alquimista Alex se encontraba muy lejos de sus aposentos, en la lejana tierra oriental del este, en un pequeño y estrecho lugar apartado de las miradas curiosas que algunos aventureros conocían; era el lugar perfecto para meditar y para encontrar la introspección profunda que el maestro de las artes arcanas tanto estaba necesitando. Su viaje había sido un sinfín de peligros y distracciones, deteniéndose para ayudar a viajeros y mercaderes, luchar contra ominosas criaturas y asesinos de las colinas, incluso algún que otro sicario contratado para eliminarlo; la mayoría de todas ellas siendo solucionadas con acero y sangre de por medio.

    Estaba agotado; su viaje había durado mucho más de lo que se propuso en primer lugar. Aun siendo un mutante ascendido y de poseer una resistencia superior al común denominador de criaturas y seres mágicos, el susodicho aun necesitaba descansar después de intensas jornadas sin dormir o comer…

    Se dijo a sí mismo que no debía pensar en nada ni nadie; debía mantener sus sentidos centrados y agudizados para sus próximas misiones, pero un pequeño viaje al "Templo de los arroyos", el lugar en el cual ahora se encontraba reponiendo energías y descansando su alma, nunca le venía mal.
    —Los humanos jamás cambiarán su naturaleza destructiva; es de público conocimiento que destruyen todo lo que tocan, todo lo que rozan —dijo con voz ronca mientras elevaba la botella. —Y henos aquí, dispuestos a sacrificar todo con tal de salvar su evolución, de velar por su seguridad y de dejarnos matar por aquellos que nos desprecian —concluyó luego de verter el contenido en la taza. El alquimista Alex se encontraba muy lejos de sus aposentos, en la lejana tierra oriental del este, en un pequeño y estrecho lugar apartado de las miradas curiosas que algunos aventureros conocían; era el lugar perfecto para meditar y para encontrar la introspección profunda que el maestro de las artes arcanas tanto estaba necesitando. Su viaje había sido un sinfín de peligros y distracciones, deteniéndose para ayudar a viajeros y mercaderes, luchar contra ominosas criaturas y asesinos de las colinas, incluso algún que otro sicario contratado para eliminarlo; la mayoría de todas ellas siendo solucionadas con acero y sangre de por medio. Estaba agotado; su viaje había durado mucho más de lo que se propuso en primer lugar. Aun siendo un mutante ascendido y de poseer una resistencia superior al común denominador de criaturas y seres mágicos, el susodicho aun necesitaba descansar después de intensas jornadas sin dormir o comer… Se dijo a sí mismo que no debía pensar en nada ni nadie; debía mantener sus sentidos centrados y agudizados para sus próximas misiones, pero un pequeño viaje al "Templo de los arroyos", el lugar en el cual ahora se encontraba reponiendo energías y descansando su alma, nunca le venía mal.
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  • -Fue entonces a un concierto, mientras cantaba para expandir lq armonía, Robin estaba sumergida en su labor.

    Hasta que un ruido de disparo se hizo escucha por todo el lugar, un dolor agudo sintió que la abrumo, comenzado a caer al piso, mientras la herida en su cuello derrama sangre.

    Robin solo pudo sentir eso, antes de caer en el piso herida por esa bala-.
    -Fue entonces a un concierto, mientras cantaba para expandir lq armonía, Robin estaba sumergida en su labor. Hasta que un ruido de disparo se hizo escucha por todo el lugar, un dolor agudo sintió que la abrumo, comenzado a caer al piso, mientras la herida en su cuello derrama sangre. Robin solo pudo sentir eso, antes de caer en el piso herida por esa bala-.
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  • El cuerpo de Lavos, la primera sensación del tenno, es un genuino interés por el estudio, los elementos y la materia, un Warframe tranquilo, no hay emociones negativas fuertes como la ira, la depresión o la indiferencia absoluta.

    Un cuerpo más liviano que el de Chroma, con la protección estándar de todo Warframe, escudo de energía personal, quinina endurecida en parte claves y la fortaleza física sobrehumana.

    Sin embargo, puede notar que es más vulnerable o frágil que Chroma, sin embargo sus herramientas, su juego de química corporal le permite ser versátil con los elementos y mucho más dañino que Chroma, en términos de guerra bioquímicas.

    No hay sangre por la venas de Lavos y le cuesta acostumbrarse a la idea de tener solo un ojo en su cabeza, pero le simpatizan las serpientes que se deslizan entre sus brazos y se esconden en su armadura.

    "Será como volver a montar un khaite."
    El cuerpo de Lavos, la primera sensación del tenno, es un genuino interés por el estudio, los elementos y la materia, un Warframe tranquilo, no hay emociones negativas fuertes como la ira, la depresión o la indiferencia absoluta. Un cuerpo más liviano que el de Chroma, con la protección estándar de todo Warframe, escudo de energía personal, quinina endurecida en parte claves y la fortaleza física sobrehumana. Sin embargo, puede notar que es más vulnerable o frágil que Chroma, sin embargo sus herramientas, su juego de química corporal le permite ser versátil con los elementos y mucho más dañino que Chroma, en términos de guerra bioquímicas. No hay sangre por la venas de Lavos y le cuesta acostumbrarse a la idea de tener solo un ojo en su cabeza, pero le simpatizan las serpientes que se deslizan entre sus brazos y se esconden en su armadura. "Será como volver a montar un khaite."
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  • ¿Sabes algo? Odio este tipo de reuniones aburridas.


    -El joven mafioso mostraba una notable molestia en su rostro. Realmente algo extraño, tomando en cuenta que suele ser bastante bromista ante todo. La organización continuaba siendo un exito a pasos agigantados. Tal vez incluso las mayores responsabilidades le han estado pasando factura. Eso, o simplemente estar en constante peligro estaba ya haciendo su efecto-


    Bueno bueno, ve al punto. No tengo todo lo que queda de la noche disponible. Y tampoco es que tenga muchas ganas de andar peleando en estos momentos contra chupa sangres, los pulgosos o cualquier otra mierda sobrenatural que algún idiota está intentando invocar para sus beneficios.
    ¿Sabes algo? Odio este tipo de reuniones aburridas. -El joven mafioso mostraba una notable molestia en su rostro. Realmente algo extraño, tomando en cuenta que suele ser bastante bromista ante todo. La organización continuaba siendo un exito a pasos agigantados. Tal vez incluso las mayores responsabilidades le han estado pasando factura. Eso, o simplemente estar en constante peligro estaba ya haciendo su efecto- Bueno bueno, ve al punto. No tengo todo lo que queda de la noche disponible. Y tampoco es que tenga muchas ganas de andar peleando en estos momentos contra chupa sangres, los pulgosos o cualquier otra mierda sobrenatural que algún idiota está intentando invocar para sus beneficios.
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  • —Muchas personas temen a las serpientes, lo que es comprensible. Peeero... son criaturas muy fascinantes. Si les tienes respeto y tratas con cuidado, no harán nada -las que están acostumbradas a personas, claro- y, algunas, son muy amistosas, ha decir verdad. ¡También muy bonitas! Tienen un maravilloso encanto al serpentear... y se me hacen muy adorables cada que sacan la lengua para hacer un pequeño reconocimiento de sus alrededores.
    >Dato curioso: contrariamente a la etiqueta popular de que las serpientes son de "sangre fría", su sangre no es realmente fría, sino que deriva su calor de una fuente externa. El término es ectotérmico, lo que significa que factores externos como el sol regulan su temperatura corporal. Así que, ¡hay que darles una buena fuente de calor en caso de tenerlas de mascotas!
    —Muchas personas temen a las serpientes, lo que es comprensible. Peeero... son criaturas muy fascinantes. Si les tienes respeto y tratas con cuidado, no harán nada -las que están acostumbradas a personas, claro- y, algunas, son muy amistosas, ha decir verdad. ¡También muy bonitas! Tienen un maravilloso encanto al serpentear... y se me hacen muy adorables cada que sacan la lengua para hacer un pequeño reconocimiento de sus alrededores. >Dato curioso: contrariamente a la etiqueta popular de que las serpientes son de "sangre fría", su sangre no es realmente fría, sino que deriva su calor de una fuente externa. El término es ectotérmico, lo que significa que factores externos como el sol regulan su temperatura corporal. Así que, ¡hay que darles una buena fuente de calor en caso de tenerlas de mascotas!
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  • ### **La Revelación de Takeru**

    El crujido aún resonaba en su cabeza.

    Takeru estaba de pie en medio del bosque, con el torso desnudo, el sudor escurriendo por su piel mientras su respiración aún se mantenía agitada tras una sesión intensa de entrenamiento. A su alrededor, los árboles se mecían suavemente con el viento, el río murmuraba en la distancia, y el aroma a tierra húmeda lo envolvía. Sin embargo, su mente estaba en otro lugar.

    **El golpe.**

    Ese último cross que había conectado en el rostro de Harold Smith, su oponente en la pelea de clasificación. Un movimiento limpio, preciso, ejecutado con la técnica impecable de un out-boxer. Pero lo que lo perturbaba no era su perfección… sino la sensación.

    Sintió los huesos rompiéndose bajo su puño.

    El canadiense había caído como un muñeco de trapo, su rostro deformado por el impacto. No se movía. Por un instante, Takeru había pensado que lo había matado.

    Se llevó la mano derecha al rostro y observó sus nudillos vendados, aún con rastros de la sangre seca de la pelea. Nunca antes había sentido algo así. Había golpeado cientos de veces en su vida, había lastimado a muchos hombres en el ring, pero jamás con esta brutalidad. Nunca había sentido que su puño tenía el poder de arrebatarle la vida a otro ser humano.

    —Si no hubiera frenado un poco… lo habría matado.

    El pensamiento le caló hondo.

    Recordó la mirada de su oponente. Harold Smith había entrado en ese almacén con una sola intención: matarlo. No había titubeado, no había mostrado piedad. Cada patada, cada movimiento, cada respiración suya estaba encaminada a la eliminación total de su rival.

    En este torneo no existía la compasión.

    Takeru tomó una piedra cercana y la apretó con fuerza. Sus dedos se hundieron en la superficie rugosa mientras la presión aumentaba. A su alrededor, la naturaleza seguía su curso, indiferente a su conflicto interno.

    **¿Podría hacerlo?**

    Si llegaba el momento… si un rival lo acorralaba, si la única opción era acabar con él antes de que lo hicieran con él… ¿Sería capaz de cruzar esa línea?

    Recordó el miedo en los ojos de Harold en ese último instante, cuando su puño se acercaba, cuando su destino ya estaba sellado.

    —Si dudo… moriré.

    Susurró para sí mismo.

    El Torneo Kengan no era un juego. No era un cuadrilátero con reglas y árbitros. Aquí, la única ley era la victoria, y la derrota podía significar la muerte.

    Inspiró hondo y dejó caer la piedra.

    Matar nunca había sido su propósito. Su boxeo no se trataba de asesinar, sino de superar. De demostrar que era el mejor, de pulir su técnica hasta la perfección. Pero este mundo no respetaba ideales. Si quería sobrevivir, si quería ganar, tenía que estar preparado para tomar la vida de su oponente.

    Y lo más inquietante…

    Es que ahora sabía que podía hacerlo.
    ### **La Revelación de Takeru** El crujido aún resonaba en su cabeza. Takeru estaba de pie en medio del bosque, con el torso desnudo, el sudor escurriendo por su piel mientras su respiración aún se mantenía agitada tras una sesión intensa de entrenamiento. A su alrededor, los árboles se mecían suavemente con el viento, el río murmuraba en la distancia, y el aroma a tierra húmeda lo envolvía. Sin embargo, su mente estaba en otro lugar. **El golpe.** Ese último cross que había conectado en el rostro de Harold Smith, su oponente en la pelea de clasificación. Un movimiento limpio, preciso, ejecutado con la técnica impecable de un out-boxer. Pero lo que lo perturbaba no era su perfección… sino la sensación. Sintió los huesos rompiéndose bajo su puño. El canadiense había caído como un muñeco de trapo, su rostro deformado por el impacto. No se movía. Por un instante, Takeru había pensado que lo había matado. Se llevó la mano derecha al rostro y observó sus nudillos vendados, aún con rastros de la sangre seca de la pelea. Nunca antes había sentido algo así. Había golpeado cientos de veces en su vida, había lastimado a muchos hombres en el ring, pero jamás con esta brutalidad. Nunca había sentido que su puño tenía el poder de arrebatarle la vida a otro ser humano. —Si no hubiera frenado un poco… lo habría matado. El pensamiento le caló hondo. Recordó la mirada de su oponente. Harold Smith había entrado en ese almacén con una sola intención: matarlo. No había titubeado, no había mostrado piedad. Cada patada, cada movimiento, cada respiración suya estaba encaminada a la eliminación total de su rival. En este torneo no existía la compasión. Takeru tomó una piedra cercana y la apretó con fuerza. Sus dedos se hundieron en la superficie rugosa mientras la presión aumentaba. A su alrededor, la naturaleza seguía su curso, indiferente a su conflicto interno. **¿Podría hacerlo?** Si llegaba el momento… si un rival lo acorralaba, si la única opción era acabar con él antes de que lo hicieran con él… ¿Sería capaz de cruzar esa línea? Recordó el miedo en los ojos de Harold en ese último instante, cuando su puño se acercaba, cuando su destino ya estaba sellado. —Si dudo… moriré. Susurró para sí mismo. El Torneo Kengan no era un juego. No era un cuadrilátero con reglas y árbitros. Aquí, la única ley era la victoria, y la derrota podía significar la muerte. Inspiró hondo y dejó caer la piedra. Matar nunca había sido su propósito. Su boxeo no se trataba de asesinar, sino de superar. De demostrar que era el mejor, de pulir su técnica hasta la perfección. Pero este mundo no respetaba ideales. Si quería sobrevivir, si quería ganar, tenía que estar preparado para tomar la vida de su oponente. Y lo más inquietante… Es que ahora sabía que podía hacerlo.
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  • Asqueado y lleno de sangre, se desnudó para entrar a la ducha, arrojando el traje a la basura y también lavándose la boca con litros de pasta dental y enjuague.

    —Tsk... Que asco...
    Asqueado y lleno de sangre, se desnudó para entrar a la ducha, arrojando el traje a la basura y también lavándose la boca con litros de pasta dental y enjuague. —Tsk... Que asco...
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