• Oh... Pobre, pobre Alastor Dëmøń ¿Sorprendido? Capullo —rió, agarrándolo por el pelo llevaba horas divirtiendode de lo lindo, torturando a aquella infame criaturita.

    —Te preguntarás ¿Que pasa con el pacto de no agresión que tenía con Lucifer? –comentó, hundiendo los dedos en las cuencas de los ojos del cérvido—.Pues muy sencillo. Ha pasado lo peor que podría haber pasado para asegurar la supervivencia de tu sidoso culo. Me estoy muriendo y eso es malo, aunque peor para tí...—declaró entre risas de buena, mientras sus garras se clavaban en lo más profundo de las cuencas, sintiendo un placentero escalofrío, al notar como los delicados y blandos ojos oculares del demonio de la radio, simplemente estallaban bajo sus garras las cuales, al ya no haber nada que detuviera la infección que padecía Vox, se había visto acelerada y por lo tanto, tenían un aspecto mucho más aberrantes

    —.Por que significa que ya me la suda todo por completo. —concluyó, entrecerrando los dedos para que formasen la forma de un gancho, clavándose en tan blandas carnes y haciendo emanar fuentes de sangre y jugos oculares, a causa de la profanación en el cráneo. Sin dudarlo tiró con fuerza, arrancando lo que ahora era una masa gelatinosa que supuraba pus y de paso, llevándose algunos de los nervios que residían en aquel lugar.

    —Pero no voy a irme solo, tú te vas a venir conmigo, hijo de puta. —el olor de la sangre ajena comenzaba a surtir efecto en su ya por mucho deformado cerebro, haciendo que sintiera un apetito arroz, además de una evidente exitacion, con pupilas completamente dilatadas y respiración agitada no dudó en llevarse los dedos a la boca, relamiendo los aplastados ojos como si fueran el mayor de los manjares jamás probados.

    Entre risas maniacas observaba a su víctima, pensando que era lo siguiente que podía arrebatarle. Ya había castigado su cuerpo con golpes, laceraciones y vejaciones, le quitó los ojos y se los comió ¿Que podía ser lo siguiente? Y se le ocurrió ¿Que clase de amigo sería si no le enviase un bello souvenir a su amigo del alma? Ese que lo había dejado abandonado, al menos desde su punto de vista, mientras el dolor por la perdida de Valentino lo consumía, aquel por el que siempre estuvo, pero cuando le necesitó para tratar de acostumbrarse a la contradicción de amar a Ash Lynx Big V y al mismo tiempo sentir rechazo por él, al verse abrumado. Si, ese mismo que ahora que estaba siendo completamente devorado por las bacterias que le infectaron, olvidó por completo su promesa de tratar de encontrar una cura definitiva.

    No, no podía ser tan mal amigo y olvidar a Lucifer 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗 el otro culpable de que, fuera a morir. Sin dudarlo, agarró a Alastor por sus astas, sin si quiera preocuparse de no clavarle las garras en la cabeza y comenzó a tirar con todas sus fuerzas, haciendo incluso contra peso con uno de sus pies, que ahora también eran garras, miró a una de las muchas pantallas que estaban retransmitiendo esos miserables momentos, y cuando la piel comenzó a quebrarse, cuando el cabello empezó a ceder y prácticamente se escuchaba el sonido de los huesos partirse exclamó entre risas.

    —¡ESTO ES PARA TI, AMIGO MIO!—y arrancó las astas del desafortunado demonio de la radio, salpicando se y acabado Vox teñido de un doloroso color carmín. Alzando su nuevo trofeo victorioso y gritando eufórico, al mismo tiempo que sentía un deseo irrefrenable de clavar sus despiadados dientes, en aquel pequeño y tierno cráneo, apostaba consigo mismo que sonaría como una nuez al partirse —
    Oh... Pobre, pobre [Dem0n] ¿Sorprendido? Capullo —rió, agarrándolo por el pelo llevaba horas divirtiendode de lo lindo, torturando a aquella infame criaturita. —Te preguntarás ¿Que pasa con el pacto de no agresión que tenía con Lucifer? –comentó, hundiendo los dedos en las cuencas de los ojos del cérvido—.Pues muy sencillo. Ha pasado lo peor que podría haber pasado para asegurar la supervivencia de tu sidoso culo. Me estoy muriendo y eso es malo, aunque peor para tí...—declaró entre risas de buena, mientras sus garras se clavaban en lo más profundo de las cuencas, sintiendo un placentero escalofrío, al notar como los delicados y blandos ojos oculares del demonio de la radio, simplemente estallaban bajo sus garras las cuales, al ya no haber nada que detuviera la infección que padecía Vox, se había visto acelerada y por lo tanto, tenían un aspecto mucho más aberrantes —.Por que significa que ya me la suda todo por completo. —concluyó, entrecerrando los dedos para que formasen la forma de un gancho, clavándose en tan blandas carnes y haciendo emanar fuentes de sangre y jugos oculares, a causa de la profanación en el cráneo. Sin dudarlo tiró con fuerza, arrancando lo que ahora era una masa gelatinosa que supuraba pus y de paso, llevándose algunos de los nervios que residían en aquel lugar. —Pero no voy a irme solo, tú te vas a venir conmigo, hijo de puta. —el olor de la sangre ajena comenzaba a surtir efecto en su ya por mucho deformado cerebro, haciendo que sintiera un apetito arroz, además de una evidente exitacion, con pupilas completamente dilatadas y respiración agitada no dudó en llevarse los dedos a la boca, relamiendo los aplastados ojos como si fueran el mayor de los manjares jamás probados. Entre risas maniacas observaba a su víctima, pensando que era lo siguiente que podía arrebatarle. Ya había castigado su cuerpo con golpes, laceraciones y vejaciones, le quitó los ojos y se los comió ¿Que podía ser lo siguiente? Y se le ocurrió ¿Que clase de amigo sería si no le enviase un bello souvenir a su amigo del alma? Ese que lo había dejado abandonado, al menos desde su punto de vista, mientras el dolor por la perdida de Valentino lo consumía, aquel por el que siempre estuvo, pero cuando le necesitó para tratar de acostumbrarse a la contradicción de amar a [Valentino01] y al mismo tiempo sentir rechazo por él, al verse abrumado. Si, ese mismo que ahora que estaba siendo completamente devorado por las bacterias que le infectaron, olvidó por completo su promesa de tratar de encontrar una cura definitiva. No, no podía ser tan mal amigo y olvidar a [LuciHe11] el otro culpable de que, fuera a morir. Sin dudarlo, agarró a Alastor por sus astas, sin si quiera preocuparse de no clavarle las garras en la cabeza y comenzó a tirar con todas sus fuerzas, haciendo incluso contra peso con uno de sus pies, que ahora también eran garras, miró a una de las muchas pantallas que estaban retransmitiendo esos miserables momentos, y cuando la piel comenzó a quebrarse, cuando el cabello empezó a ceder y prácticamente se escuchaba el sonido de los huesos partirse exclamó entre risas. —¡ESTO ES PARA TI, AMIGO MIO!—y arrancó las astas del desafortunado demonio de la radio, salpicando se y acabado Vox teñido de un doloroso color carmín. Alzando su nuevo trofeo victorioso y gritando eufórico, al mismo tiempo que sentía un deseo irrefrenable de clavar sus despiadados dientes, en aquel pequeño y tierno cráneo, apostaba consigo mismo que sonaría como una nuez al partirse —
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  • Ven cariñito ♡ Prometo solo tomar tu sangre si me la ofreces primero.
    También me alimento de emociones y calor corporal, claro si eso endulza el trato para ti ~♡

    #SeductiveSunday
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    Nada mejor para calmar la mente que un delicioso té con azúcar ensangrentado ¿Gustas? La sangre de los ciervos demoníacos es deliciosa lastima que solo queda uno en todo el infierno
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  • ── 𝑀𝑒𝑐𝑒𝑠 𝑚𝑖 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑡𝑢𝑑 𝑐𝑢𝑎𝑙 𝑏𝑟𝑖𝑠𝑎 𝑠𝑢𝑎𝑣𝑒 𝑎 𝑙𝑎 ℎ𝑜𝑗𝑎 𝑦 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑏𝑙𝑎 𝑚𝑖 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧ó𝑛 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑡𝑢𝑠 𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠.
    𝐵𝑒𝑠𝑎𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑎𝑐𝑖𝑜 𝑚𝑖 𝑎𝑙𝑚𝑎, 𝑙𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑛𝑢𝑑𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑗𝑢𝑖𝑐𝑖𝑜𝑠,
    𝑌 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑖𝑛ℎ𝑖𝑏𝑖𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑚𝑒 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑣𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑒𝑥𝑞𝑢𝑖𝑠𝑖𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑡𝑒𝑛𝑒𝑐𝑒𝑟𝑡𝑒
    𝑁𝑜 ℎ𝑎𝑦 𝑒𝑠𝑝𝑎𝑐𝑖𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑠𝑖𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑛𝑜 𝑙𝑙𝑎𝑚𝑒 𝑡𝑢 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒.

    𝑁𝑎𝑐𝑒 𝑑𝑒 𝑡𝑢𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 𝑒𝑙 𝑑𝑢𝑙𝑐𝑒 𝑠𝑎𝑏𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑚𝑖 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑐𝑖ó𝑛
    𝑦 𝑣𝑎𝑛 𝑙𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑖𝑛𝑢𝑡𝑜𝑠
    𝑠𝑖 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑎𝑟𝑐𝑎𝑛 𝑡𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑑𝑜𝑠.
    𝑁𝑜 ℎ𝑎𝑦 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑟𝑒𝑙𝑜𝑗 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑡𝑢 𝑣𝑜𝑧 𝑛𝑜 𝑟𝑒𝑠𝑢𝑒𝑛𝑒.
    𝑌 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑖𝑛𝑚ó𝑣𝑖𝑙 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑎 𝑐𝑎𝑙𝑙𝑎𝑑𝑎 ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑑ó𝑐𝑖𝑙 𝑐𝑎𝑟𝑖𝑐𝑖𝑎 𝑑𝑒 𝑡𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑑𝑜𝑠 𝑚𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑖𝑒𝑟𝑡𝑎 𝑒𝑙 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑖𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑣𝑖𝑏𝑟𝑎𝑟, 𝑦 𝑚𝑒 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑠 𝑚ú𝑠𝑖𝑐𝑎, 𝑦 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑜.

    𝑁𝑜 ℎ𝑎𝑦 𝑢𝑛𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑎 𝑛𝑜𝑡𝑎 𝑒𝑛 𝑡𝑢 𝑐𝑎𝑛𝑐𝑖ó𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑎𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎ñ𝑒𝑛 𝑚𝑖𝑠 𝑙𝑎𝑡𝑖𝑑𝑜𝑠
    𝑌 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑠 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑎𝑙 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑒𝑥𝑎𝑐𝑡𝑜 𝑦 𝑠ó𝑙𝑜 𝑡𝑢𝑦𝑜, 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑝𝑟𝑜𝑣𝑜𝑐𝑎𝑠 𝑒𝑙 𝑖𝑛𝑐𝑒𝑛𝑑𝑖𝑜, 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑠 𝑎𝑝𝑎𝑔𝑎𝑟𝑙𝑜 𝑦 𝑡𝑒 𝑑𝑖𝑣𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑟,𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑛 𝑓𝑟𝑎𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜, 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟𝑚𝑒 𝑎𝑟𝑑𝑒𝑟 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜.

    𝑇𝑢𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 𝑝𝑟𝑜𝑛𝑢𝑛𝑐𝑖𝑎𝑛 𝑚𝑖 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒, 𝑜𝑟𝑑𝑒𝑛𝑎𝑛 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜𝑠 𝑦 𝑒𝑠 𝑚𝑖 𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑜𝑏𝑒𝑑𝑒𝑐𝑒𝑟, 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑎 𝑡𝑢 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑦 𝑎𝑏𝑟𝑎𝑠𝑎𝑟𝑚𝑒 𝑒𝑛 𝑡𝑖;𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑚𝑝𝑙𝑜 𝑚𝑖 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑐𝑖ó𝑛 𝑒𝑛 𝑡𝑢𝑠 𝑝𝑢𝑝𝑖𝑙𝑎𝑠 𝑚𝑒 𝑎𝑏𝑎𝑛𝑑𝑜𝑛𝑜 𝑎𝑙 𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑑𝑒 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑟𝑚𝑒 𝑠ó𝑙𝑜 𝑡𝑢𝑦𝑎, 𝑦 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒𝑔𝑎𝑟𝑚𝑒 𝑚á𝑠 𝑎𝑙𝑙á 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑖𝑒𝑙.

    ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ ⠀
    ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ ⠀

    Kazuo , el único capaz de hacer que una Llama de sangre se enamore ◇

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    ⋮||⋮ y si... #SeductiveSunday
    🌹── 𝑀𝑒𝑐𝑒𝑠 𝑚𝑖 𝑞𝑢𝑖𝑒𝑡𝑢𝑑 𝑐𝑢𝑎𝑙 𝑏𝑟𝑖𝑠𝑎 𝑠𝑢𝑎𝑣𝑒 𝑎 𝑙𝑎 ℎ𝑜𝑗𝑎 𝑦 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑏𝑙𝑎 𝑚𝑖 𝑐𝑜𝑟𝑎𝑧ó𝑛 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒 𝑡𝑢𝑠 𝑚𝑎𝑛𝑜𝑠. 𝐵𝑒𝑠𝑎𝑠 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑎𝑐𝑖𝑜 𝑚𝑖 𝑎𝑙𝑚𝑎, 𝑙𝑎 𝑑𝑒𝑠𝑛𝑢𝑑𝑎𝑠 𝑑𝑒 𝑝𝑟𝑒𝑗𝑢𝑖𝑐𝑖𝑜𝑠, 𝑌 𝑙𝑖𝑏𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑖𝑛ℎ𝑖𝑏𝑖𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑚𝑒 𝑝𝑖𝑒𝑟𝑑𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑣𝑖𝑐𝑖𝑜 𝑒𝑥𝑞𝑢𝑖𝑠𝑖𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑡𝑒𝑛𝑒𝑐𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑁𝑜 ℎ𝑎𝑦 𝑒𝑠𝑝𝑎𝑐𝑖𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑠𝑖𝑙𝑒𝑛𝑐𝑖𝑜 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑛𝑜 𝑙𝑙𝑎𝑚𝑒 𝑡𝑢 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒. 𝑁𝑎𝑐𝑒 𝑑𝑒 𝑡𝑢𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 𝑒𝑙 𝑑𝑢𝑙𝑐𝑒 𝑠𝑎𝑏𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑚𝑖 𝑎𝑑𝑖𝑐𝑐𝑖ó𝑛 𝑦 𝑣𝑎𝑛 𝑙𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑖𝑛𝑢𝑡𝑜𝑠 𝑠𝑖 𝑙𝑜𝑠 𝑚𝑎𝑟𝑐𝑎𝑛 𝑡𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑑𝑜𝑠. 𝑁𝑜 ℎ𝑎𝑦 𝑡𝑖𝑒𝑚𝑝𝑜 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑟𝑒𝑙𝑜𝑗 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑡𝑢 𝑣𝑜𝑧 𝑛𝑜 𝑟𝑒𝑠𝑢𝑒𝑛𝑒. 𝑌 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑦 𝑖𝑛𝑚ó𝑣𝑖𝑙 𝑐𝑜𝑚𝑜 𝑐𝑢𝑒𝑟𝑑𝑎 𝑐𝑎𝑙𝑙𝑎𝑑𝑎 ℎ𝑎𝑠𝑡𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑑ó𝑐𝑖𝑙 𝑐𝑎𝑟𝑖𝑐𝑖𝑎 𝑑𝑒 𝑡𝑢𝑠 𝑑𝑒𝑑𝑜𝑠 𝑚𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑝𝑖𝑒𝑟𝑡𝑎 𝑒𝑙 𝑖𝑛𝑠𝑡𝑖𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑣𝑖𝑏𝑟𝑎𝑟, 𝑦 𝑚𝑒 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑠 𝑚ú𝑠𝑖𝑐𝑎, 𝑦 𝑒𝑥𝑖𝑠𝑡𝑜. 𝑁𝑜 ℎ𝑎𝑦 𝑢𝑛𝑎 𝑠𝑜𝑙𝑎 𝑛𝑜𝑡𝑎 𝑒𝑛 𝑡𝑢 𝑐𝑎𝑛𝑐𝑖ó𝑛 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 𝑎𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎ñ𝑒𝑛 𝑚𝑖𝑠 𝑙𝑎𝑡𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑌 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑠 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒 𝑎𝑙 𝑝𝑢𝑛𝑡𝑜 𝑒𝑥𝑎𝑐𝑡𝑜 𝑦 𝑠ó𝑙𝑜 𝑡𝑢𝑦𝑜, 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑝𝑟𝑜𝑣𝑜𝑐𝑎𝑠 𝑒𝑙 𝑖𝑛𝑐𝑒𝑛𝑑𝑖𝑜, 𝑑𝑜𝑛𝑑𝑒 𝑏𝑖𝑒𝑛 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑠 𝑎𝑝𝑎𝑔𝑎𝑟𝑙𝑜 𝑦 𝑡𝑒 𝑑𝑖𝑣𝑖𝑒𝑟𝑡𝑒 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑟,𝑞𝑢𝑒 𝑒𝑛 𝑓𝑟𝑎𝑐𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑢𝑛 𝑠𝑒𝑔𝑢𝑛𝑑𝑜, 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑐𝑒𝑟𝑚𝑒 𝑎𝑟𝑑𝑒𝑟 𝑑𝑒 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜. 𝑇𝑢𝑠 𝑙𝑎𝑏𝑖𝑜𝑠 𝑝𝑟𝑜𝑛𝑢𝑛𝑐𝑖𝑎𝑛 𝑚𝑖 𝑛𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒, 𝑜𝑟𝑑𝑒𝑛𝑎𝑛 𝑑𝑒𝑠𝑒𝑜𝑠 𝑦 𝑒𝑠 𝑚𝑖 𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑜𝑏𝑒𝑑𝑒𝑐𝑒𝑟, 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑎 𝑡𝑢 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑦 𝑎𝑏𝑟𝑎𝑠𝑎𝑟𝑚𝑒 𝑒𝑛 𝑡𝑖;𝑚𝑖𝑒𝑛𝑡𝑟𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑒𝑚𝑝𝑙𝑜 𝑚𝑖 𝑝𝑒𝑟𝑑𝑖𝑐𝑖ó𝑛 𝑒𝑛 𝑡𝑢𝑠 𝑝𝑢𝑝𝑖𝑙𝑎𝑠 𝑚𝑒 𝑎𝑏𝑎𝑛𝑑𝑜𝑛𝑜 𝑎𝑙 𝑝𝑙𝑎𝑐𝑒𝑟 𝑑𝑒 𝑠𝑎𝑏𝑒𝑟𝑚𝑒 𝑠ó𝑙𝑜 𝑡𝑢𝑦𝑎, 𝑦 𝑒𝑛𝑡𝑟𝑒𝑔𝑎𝑟𝑚𝑒 𝑚á𝑠 𝑎𝑙𝑙á 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑖𝑒𝑙. ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ◇ [8KazuoAihara8] , el único capaz de hacer que una Llama de sangre se enamore ◇ ⠀⠀⠀⠀⠀ ⠀⠀ ⠀ ⋮||⋮ y si... #SeductiveSunday
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  • Es casi hora de salir de cacería ♡ Solo espero no toparme con alguien cuya sangre tenga mucho alcohol, será terrible para mi (?)
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  • La sala de tratamiento estaba en silencio, salvo por el tenue zumbido de los tubos fluorescentes. Shoko se inclinaba sobre una camilla vacía, limpiando las manchas de sangre seca en las sábanas con movimientos metódicos. No le gustaba dejar el trabajo a medias, aunque odiaba admitir que aquello le daba cierto sentido de control. El olor metálico de la sangre persistía, mezclándose con el desinfectante que había usado momentos antes.

    Se enderezó, encendiendo un cigarrillo con el encendedor desgastado que siempre llevaba en el bolsillo. Dio una larga calada, dejando que el humo llenara sus pulmones y luego se disipara en el aire. Miró el reloj en la pared: las tres de la madrugada. Esa era la hora en la que todo parecía más crudo, más honesto. La hora donde los pensamientos no pedían permiso para invadirla.

    Shoko caminó hacia la ventana abierta. Afuera, la luna bañaba el patio en una luz tenue y fría. El viento helado rozó su rostro, pero no hizo ningún intento por cerrarla. Era extraño cómo aquella brisa nocturna parecía ser lo único que le recordaba que aún estaba viva, que aún existía más allá de las sombras de los demás.

    Pensó en todo lo que había visto ese día: maldiciones que apenas lograron ser exorcizadas, estudiantes heridos que le pedían que no dejara de curarlos, aunque apenas podían hablar del dolor. Se había acostumbrado al trabajo, al horror constante. Pero a veces, como ahora, la acumulación de esas imágenes se filtraba en su mente, quedándose atrapadas en un rincón donde ni el humo podía alcanzarlas.

    Dejó escapar una risa seca. Había tenido la oportunidad de escoger una vida más sencilla. Podría haber sido médica en cualquier hospital ordinario, tratando enfermedades normales y lidiando con problemas humanos. Pero no, había elegido esto: sangre, maldiciones y cicatrices que nadie más podía ver.

    "¿Por qué lo hago?" murmuró en voz baja, dirigiéndose al reflejo borroso de su rostro en el vidrio de la ventana. "¿Por qué sigo aquí?"

    La respuesta no llegó. Nunca llegaba. Tal vez no existía.

    Apagó el cigarrillo contra el borde de la ventana y dejó que la colilla cayera al suelo del patio. Volvió a la sala de tratamiento, recogiendo las herramientas que había usado y guardándolas con precisión casi ritual. Cada objeto tenía su lugar, y esa rutina era lo único que le daba estructura a su caos interno.

    Finalmente, se sentó en la silla giratoria junto al escritorio, encendiendo otra vez su encendedor sin intención de usarlo. La llama bailaba delante de sus ojos, proyectando sombras que parecían figuras familiares: rostros de amigos que ya no estaban, de estudiantes que se habían marchado demasiado pronto. Cerró el encendedor con un chasquido y apoyó la cabeza entre las manos.

    El amanecer no estaba lejos, pero Shoko sabía que esa noche, como tantas otras, no dormiría. No porque no pudiera, sino porque no quería.
    La sala de tratamiento estaba en silencio, salvo por el tenue zumbido de los tubos fluorescentes. Shoko se inclinaba sobre una camilla vacía, limpiando las manchas de sangre seca en las sábanas con movimientos metódicos. No le gustaba dejar el trabajo a medias, aunque odiaba admitir que aquello le daba cierto sentido de control. El olor metálico de la sangre persistía, mezclándose con el desinfectante que había usado momentos antes. Se enderezó, encendiendo un cigarrillo con el encendedor desgastado que siempre llevaba en el bolsillo. Dio una larga calada, dejando que el humo llenara sus pulmones y luego se disipara en el aire. Miró el reloj en la pared: las tres de la madrugada. Esa era la hora en la que todo parecía más crudo, más honesto. La hora donde los pensamientos no pedían permiso para invadirla. Shoko caminó hacia la ventana abierta. Afuera, la luna bañaba el patio en una luz tenue y fría. El viento helado rozó su rostro, pero no hizo ningún intento por cerrarla. Era extraño cómo aquella brisa nocturna parecía ser lo único que le recordaba que aún estaba viva, que aún existía más allá de las sombras de los demás. Pensó en todo lo que había visto ese día: maldiciones que apenas lograron ser exorcizadas, estudiantes heridos que le pedían que no dejara de curarlos, aunque apenas podían hablar del dolor. Se había acostumbrado al trabajo, al horror constante. Pero a veces, como ahora, la acumulación de esas imágenes se filtraba en su mente, quedándose atrapadas en un rincón donde ni el humo podía alcanzarlas. Dejó escapar una risa seca. Había tenido la oportunidad de escoger una vida más sencilla. Podría haber sido médica en cualquier hospital ordinario, tratando enfermedades normales y lidiando con problemas humanos. Pero no, había elegido esto: sangre, maldiciones y cicatrices que nadie más podía ver. "¿Por qué lo hago?" murmuró en voz baja, dirigiéndose al reflejo borroso de su rostro en el vidrio de la ventana. "¿Por qué sigo aquí?" La respuesta no llegó. Nunca llegaba. Tal vez no existía. Apagó el cigarrillo contra el borde de la ventana y dejó que la colilla cayera al suelo del patio. Volvió a la sala de tratamiento, recogiendo las herramientas que había usado y guardándolas con precisión casi ritual. Cada objeto tenía su lugar, y esa rutina era lo único que le daba estructura a su caos interno. Finalmente, se sentó en la silla giratoria junto al escritorio, encendiendo otra vez su encendedor sin intención de usarlo. La llama bailaba delante de sus ojos, proyectando sombras que parecían figuras familiares: rostros de amigos que ya no estaban, de estudiantes que se habían marchado demasiado pronto. Cerró el encendedor con un chasquido y apoyó la cabeza entre las manos. El amanecer no estaba lejos, pero Shoko sabía que esa noche, como tantas otras, no dormiría. No porque no pudiera, sino porque no quería.
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  • -rie a carcajadas moviendo su espalda bañada de la sangre de los dos tontos que creyeron que la podían vender como si fuera una cosa -

    Adám First Man Sebastián Michaelis a dónde van hijos de puta ? Aún no les arranco la verga por el ano muajajajaja

    -para que la enojan si se estaba completando como Angelita?-
    -rie a carcajadas moviendo su espalda bañada de la sangre de los dos tontos que creyeron que la podían vender como si fuera una cosa - [Adam1] [Michaelis] a dónde van hijos de puta ? Aún no les arranco la verga por el ano muajajajaja -para que la enojan si se estaba completando como Angelita?-
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  • ·— 𝐄𝐧𝐭𝐨𝐧𝐜𝐞𝐬 𝐬í𝐠𝐮𝐞𝐦𝐞 𝐧𝐨 𝐦𝐞 𝐡𝐚𝐠𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐚𝐫 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐬𝐢? 𝐀 𝐜𝐚𝐳𝐚𝐫 𝐛𝐚𝐬𝐭𝐚𝐫𝐝𝐨𝐬! —· Darian Ardentide


    Acababan de salir del apartamento de ella, la idea era cazar para que él joven de las gafas pudiera curar su mal.

    Victoria bostezaba algo aburrida caminando hacia cualquier barrio peligroso y poder matar y consumir la sangre de sus víctimas, ladeó la cabeza mientras lo veía de soslayo.

    ·— Es lejos? Solo quiero saber... No quiero sudar antes de tiempo ves? —· Mojo sus labios y saco un cigarro paras consumirlo tenía algo de ansiedad ante todo, pero no sé sentía mal ante su decisión o situación actual.

    Prendió el cigarro y calo de este mirando a su alrededor la ciudad y las pocas personas que circulan al ser tarde eran aproximadamente las 12:00 am. ·— Has venido por estos lares Darían? —· Dijo con curiosidad poniendo uno de sus cabellos detrás de su oreja.
    ·— 𝐄𝐧𝐭𝐨𝐧𝐜𝐞𝐬 𝐬í𝐠𝐮𝐞𝐦𝐞 𝐧𝐨 𝐦𝐞 𝐡𝐚𝐠𝐚𝐬 𝐜𝐚𝐦𝐢𝐧𝐚𝐫 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐬𝐢? 𝐀 𝐜𝐚𝐳𝐚𝐫 𝐛𝐚𝐬𝐭𝐚𝐫𝐝𝐨𝐬! —· [Sonosand] Acababan de salir del apartamento de ella, la idea era cazar para que él joven de las gafas pudiera curar su mal. Victoria bostezaba algo aburrida caminando hacia cualquier barrio peligroso y poder matar y consumir la sangre de sus víctimas, ladeó la cabeza mientras lo veía de soslayo. ·— Es lejos? Solo quiero saber... No quiero sudar antes de tiempo ves? —· Mojo sus labios y saco un cigarro paras consumirlo tenía algo de ansiedad ante todo, pero no sé sentía mal ante su decisión o situación actual. Prendió el cigarro y calo de este mirando a su alrededor la ciudad y las pocas personas que circulan al ser tarde eran aproximadamente las 12:00 am. ·— Has venido por estos lares Darían? —· Dijo con curiosidad poniendo uno de sus cabellos detrás de su oreja.
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  • "𝐔𝐧𝐨 𝐲𝐚 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐚𝐧𝐬𝐨𝐬 𝐬𝐢𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐬 𝐫𝐚𝐭𝐚𝐬 𝐬𝐞 𝐦𝐮𝐥𝐭𝐢𝐩𝐥𝐢𝐪𝐮𝐞𝐧"





    Miraba el cuerpo sin vida frente a él, no mostraba expresión alguna, ya que solo se limitaba a fumar un cigarro en resultado al estrés que estaba pasando.

    Soltó un suspiro largo, se levantó del sillón y dió unos pasos acercándose al cuerpo tirado en el piso con algunos huesos sobresalientes debido a que se rompieron. Se agacho apenas estaba cerca, revisaba cada parte y bajo la parte de la camisa del área del cuello, en dónde se mostraba un tatuaje que simulaba la inicial C. Enarco una ceja, sabía de quién se trataba pero se preguntaba el porqué demonios seguían mandando gente.

    En frustración, levantó el rostro pálido del hombre sin vida con la cara semi destrozada, una sonrisa se dibujo en sus labios y usando sus dedos simuló que hablaba.

    — "Vamos a joderte Ryan, no importa si tienes que tomar un vuelo en menos de una hora para tomar tus vacaciones e irte a Brasil" — simuló una voz chillona entre gruesa. Ante esto hecho, comenzó a reír un poco. — Malditos hijos de puta. — Soltó la cabeza de manera brusca, haciendo que el cuerpo cayera de golpe.


    Su cabeza dolía, es que minutos antes trataron de dejarlo inconsciente de un golpe, las cosas salieron al revés, porque para empezar, estaba tan frustrado y se había estado volviendo loco con las últimas situaciones que paso con la pelirroja, que realmente necesitaba desahogarse. Y justo hoy, encontró una persona para jugar. — Gracias por tu regalo, padre. — Comentó de manera sarcástica.

    Tiró el cigarro al suelo y simplemente lo aplastó con su zapato, limpio con su muñeca la sangre que se hallaba en su rostro y usando una campana, llamo a uno de sus hombres.

    — Una camisa limpia y prendan el auto. — Fue lo único que pidió, tenía un vuelo que tomar, esto lo dejaría pasar.

    En un cambio rápido, se alistó y se fue hacia el auto que lo llevaría al aeropuerto en dónde se encontraría con Vanya. Iba a tomar ese vuelo si o si, necesitaba sus vacaciones para liberar su mente torcida y al menos estar un poco más estable para cuando volviera. Un nuevo comienzo como Vanya mencionó. Quien por cierto, tenia que hablarle un poco mas acerca de ese compromiso con aquel hombre que apodo "Señor cuernitos".

    "𝐔𝐧𝐨 𝐲𝐚 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐝𝐞𝐬𝐜𝐚𝐧𝐬𝐨𝐬 𝐬𝐢𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐬 𝐫𝐚𝐭𝐚𝐬 𝐬𝐞 𝐦𝐮𝐥𝐭𝐢𝐩𝐥𝐢𝐪𝐮𝐞𝐧" Miraba el cuerpo sin vida frente a él, no mostraba expresión alguna, ya que solo se limitaba a fumar un cigarro en resultado al estrés que estaba pasando. Soltó un suspiro largo, se levantó del sillón y dió unos pasos acercándose al cuerpo tirado en el piso con algunos huesos sobresalientes debido a que se rompieron. Se agacho apenas estaba cerca, revisaba cada parte y bajo la parte de la camisa del área del cuello, en dónde se mostraba un tatuaje que simulaba la inicial C. Enarco una ceja, sabía de quién se trataba pero se preguntaba el porqué demonios seguían mandando gente. En frustración, levantó el rostro pálido del hombre sin vida con la cara semi destrozada, una sonrisa se dibujo en sus labios y usando sus dedos simuló que hablaba. — "Vamos a joderte Ryan, no importa si tienes que tomar un vuelo en menos de una hora para tomar tus vacaciones e irte a Brasil" — simuló una voz chillona entre gruesa. Ante esto hecho, comenzó a reír un poco. — Malditos hijos de puta. — Soltó la cabeza de manera brusca, haciendo que el cuerpo cayera de golpe. Su cabeza dolía, es que minutos antes trataron de dejarlo inconsciente de un golpe, las cosas salieron al revés, porque para empezar, estaba tan frustrado y se había estado volviendo loco con las últimas situaciones que paso con la pelirroja, que realmente necesitaba desahogarse. Y justo hoy, encontró una persona para jugar. — Gracias por tu regalo, padre. — Comentó de manera sarcástica. Tiró el cigarro al suelo y simplemente lo aplastó con su zapato, limpio con su muñeca la sangre que se hallaba en su rostro y usando una campana, llamo a uno de sus hombres. — Una camisa limpia y prendan el auto. — Fue lo único que pidió, tenía un vuelo que tomar, esto lo dejaría pasar. En un cambio rápido, se alistó y se fue hacia el auto que lo llevaría al aeropuerto en dónde se encontraría con Vanya. Iba a tomar ese vuelo si o si, necesitaba sus vacaciones para liberar su mente torcida y al menos estar un poco más estable para cuando volviera. Un nuevo comienzo como Vanya mencionó. Quien por cierto, tenia que hablarle un poco mas acerca de ese compromiso con aquel hombre que apodo "Señor cuernitos".
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  • Los periódicos, con su acostumbrado y repugnante afán de sensacionalismo, no tardarán en relatar el suceso con la vulgaridad que les caracteriza:
    "Masacre! Nos arrebatan de nuestras estrellas!"

    “Un hombre desata el infierno en un exclusivo establecimiento nocturno.”
    Seguido de fotografías con lujo de morbo y sangre de aquellos que se creyeron libres de cualquier castigo.

    Nadie sabrá de los oscuros meses de meticulosa preparación que precedieron aquel caos, de la sutil y macabra coreografía, las mentiras y traiciones que permitieron, reunir a tantas almas soberbias y viles en un mismo lugar.

    Una danza de sombras orquestada con precisión por un ser que no pertenece al plano terrenal; nadie entenderá cómo fue que el asesino desapareció en la nada en frente de las cámaras. Las autoridades, incapaces de comprender lo que hay en el más allá, se hundirán en la desesperación mientras las sombras de lo imposible se ciernen sobre ellos.

    Pero cuando crean que todo ha terminado, las verdades más atroces serán reveladas. La evidencia en su terrible magnificencia; todo saldrá a la luz como un sacramento oscuro.
    Las manos manchadas de aquellos a quienes el pueblo había venerado, aquellos que se creían mártires, serán expuestas ante los ojos del mundo como lo que siempre fueron: criaturas impías, caníbales de almas inocentes, pedófilos desalmados, zánganos que fueron protegidos y guiados por el brillo seductor del lucero de la mañana, pero con la misma facilidad que fueron protegidos, también fueron borrados para el castigo eterno.

    Las puertas del infierno, que aquellos creyeron tener prohibidas, se abrirán en su totalidad, mostrando en su interior el abismo de su condena eterna. Ahora sus gritos se elevarán como ecos malditos en un coro de desesperación y condena eterna.
    Los periódicos, con su acostumbrado y repugnante afán de sensacionalismo, no tardarán en relatar el suceso con la vulgaridad que les caracteriza: "Masacre! Nos arrebatan de nuestras estrellas!" “Un hombre desata el infierno en un exclusivo establecimiento nocturno.” Seguido de fotografías con lujo de morbo y sangre de aquellos que se creyeron libres de cualquier castigo. Nadie sabrá de los oscuros meses de meticulosa preparación que precedieron aquel caos, de la sutil y macabra coreografía, las mentiras y traiciones que permitieron, reunir a tantas almas soberbias y viles en un mismo lugar. Una danza de sombras orquestada con precisión por un ser que no pertenece al plano terrenal; nadie entenderá cómo fue que el asesino desapareció en la nada en frente de las cámaras. Las autoridades, incapaces de comprender lo que hay en el más allá, se hundirán en la desesperación mientras las sombras de lo imposible se ciernen sobre ellos. Pero cuando crean que todo ha terminado, las verdades más atroces serán reveladas. La evidencia en su terrible magnificencia; todo saldrá a la luz como un sacramento oscuro. Las manos manchadas de aquellos a quienes el pueblo había venerado, aquellos que se creían mártires, serán expuestas ante los ojos del mundo como lo que siempre fueron: criaturas impías, caníbales de almas inocentes, pedófilos desalmados, zánganos que fueron protegidos y guiados por el brillo seductor del lucero de la mañana, pero con la misma facilidad que fueron protegidos, también fueron borrados para el castigo eterno. Las puertas del infierno, que aquellos creyeron tener prohibidas, se abrirán en su totalidad, mostrando en su interior el abismo de su condena eterna. Ahora sus gritos se elevarán como ecos malditos en un coro de desesperación y condena eterna.
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