• #Mundoalterno

    — HeeSeung observaba en silencio a su pareja, que se encontraba cambiándose de ropa, debía admitir que aquella situación lo tenía bastante abrumado, habían pasado tantos años en los que se había resignado a aceptar que su prometido había muerto, aún no creía que Mikhail estaba al frente suyo, tanto tiempo en soledad había quitado por completo su alegría y su vitalidad, el pelinegro estaba sumamente delgado y ojeroso.—

    Nunca quise tirar tus pertenencias, guardé tu ropa en la habitación que compartíamos.

    — Dejó su tasa de té a un lado y se acercó al mayor, acomodó suavemente el cuello de su camisa, un sentimiento de nostalgia le había vivido rodeado de recuerdos desde hace siete años.—

    Mika Xiao Kim
    #Mundoalterno — HeeSeung observaba en silencio a su pareja, que se encontraba cambiándose de ropa, debía admitir que aquella situación lo tenía bastante abrumado, habían pasado tantos años en los que se había resignado a aceptar que su prometido había muerto, aún no creía que Mikhail estaba al frente suyo, tanto tiempo en soledad había quitado por completo su alegría y su vitalidad, el pelinegro estaba sumamente delgado y ojeroso.— Nunca quise tirar tus pertenencias, guardé tu ropa en la habitación que compartíamos. — Dejó su tasa de té a un lado y se acercó al mayor, acomodó suavemente el cuello de su camisa, un sentimiento de nostalgia le había vivido rodeado de recuerdos desde hace siete años.— [fable_silver_frog_194]
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  • El día de Nyssara había estado hecho una porquería, a plena tarde saliendo de la universidad le había agarrado una llovizna fuerte. A primera instancia pensó que no haría efecto en ella, después de todo solo era lluvia, pero que equivocada estaba, había sido presa de su propia jugada tentando a la vida. Pero no le quedaba de otra que aceptar su destino moribundo, a paso lento se dejó caer de nuevo sobre la almohada, con la frente caliente y los ojos entrecerrados. La habitación estaba en penumbra, con la luz del día apenas filtrándose por la cortina mal cerrada. Sobre la mesita, una taza con té de jengibre que aún estaba tibio.

    Las mantas estaban hechas un lío alrededor de sus piernas. El aire olía a ungüento de eucalipto y menta. Un par de pañuelos usados yacían sobre el pequeño tacho de color amarillo patito tan brillante como un día feliz. ¿Acaso era una mal chiste?.

    Se escuchaba un ligero murmullo desde la calle gente hablando, una bicicleta pasando, una radio a lo lejos. Todo seguía igual allá afuera, mientras ella permanecía atrapada en su pequeño mundo febril.

    Con esfuerzo, Nyssara se sentó, envolviéndose mejor con la manta. Alcanzó el celular y lo miró sin desbloquearlo. Lo dejó a un lado.

    Volvió a recostarse despacio, con un suspiro breve, y cerró los ojos. No esperaba gran cosa del día… aunque no le molestaría que alguien llamara a la puerta. O que simplemente entrara, con una excusa cualquiera. Solo para sentarse cerca.

    Sin palabras. Sin drama. Solo compañía.

    A ese momento solo era una soldada caída.
    El día de Nyssara había estado hecho una porquería, a plena tarde saliendo de la universidad le había agarrado una llovizna fuerte. A primera instancia pensó que no haría efecto en ella, después de todo solo era lluvia, pero que equivocada estaba, había sido presa de su propia jugada tentando a la vida. Pero no le quedaba de otra que aceptar su destino moribundo, a paso lento se dejó caer de nuevo sobre la almohada, con la frente caliente y los ojos entrecerrados. La habitación estaba en penumbra, con la luz del día apenas filtrándose por la cortina mal cerrada. Sobre la mesita, una taza con té de jengibre que aún estaba tibio. Las mantas estaban hechas un lío alrededor de sus piernas. El aire olía a ungüento de eucalipto y menta. Un par de pañuelos usados yacían sobre el pequeño tacho de color amarillo patito tan brillante como un día feliz. ¿Acaso era una mal chiste?. Se escuchaba un ligero murmullo desde la calle gente hablando, una bicicleta pasando, una radio a lo lejos. Todo seguía igual allá afuera, mientras ella permanecía atrapada en su pequeño mundo febril. Con esfuerzo, Nyssara se sentó, envolviéndose mejor con la manta. Alcanzó el celular y lo miró sin desbloquearlo. Lo dejó a un lado. Volvió a recostarse despacio, con un suspiro breve, y cerró los ojos. No esperaba gran cosa del día… aunque no le molestaría que alguien llamara a la puerta. O que simplemente entrara, con una excusa cualquiera. Solo para sentarse cerca. Sin palabras. Sin drama. Solo compañía. A ese momento solo era una soldada caída.
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  • -Era de día iba hacia la escuela ya que como presidente del consejo estudiantil debía ayudar en el evento de ese día se arregló poniéndose el uniforme saliendo de su casa al ver el cerezo sonrió ya que le recordó a su pasado cuando era niño entonces salió y camino hacia la escuela emocionado de poder escuchar música que le gusta así que solo camino de forma tranquila liberando un poco su aroma a vainilla y caramelo-
    -Era de día iba hacia la escuela ya que como presidente del consejo estudiantil debía ayudar en el evento de ese día se arregló poniéndose el uniforme saliendo de su casa al ver el cerezo sonrió ya que le recordó a su pasado cuando era niño entonces salió y camino hacia la escuela emocionado de poder escuchar música que le gusta así que solo camino de forma tranquila liberando un poco su aroma a vainilla y caramelo-
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  • Se había pasado de la raya, lo sabía, no había sido nada en realidad, tan solo un chiste de mal gusto que salió de sus labios antes de poder pensar en las consecuencias. Sabía que su prometido estaba molesto, no, probablemente estaba triste y no sabía cómo solucionarlo o si realmente podía solucionarlo.
    Mika se quedó hasta tarde en la calle, quería regresar a su casa pero sabía que sería un problema, por lo que solamente le envió un simple mensaje a su pareja.

    "Lo siento, soy un grandísimo idiota... Te dejaré tranquilo hasta que quieras hablarme..."

    Envió eso y decidió pasar la noche por ahí antes de regresar a su casa y empeorar las cosas.

    Hee Park
    Se había pasado de la raya, lo sabía, no había sido nada en realidad, tan solo un chiste de mal gusto que salió de sus labios antes de poder pensar en las consecuencias. Sabía que su prometido estaba molesto, no, probablemente estaba triste y no sabía cómo solucionarlo o si realmente podía solucionarlo. Mika se quedó hasta tarde en la calle, quería regresar a su casa pero sabía que sería un problema, por lo que solamente le envió un simple mensaje a su pareja. "Lo siento, soy un grandísimo idiota... Te dejaré tranquilo hasta que quieras hablarme..." Envió eso y decidió pasar la noche por ahí antes de regresar a su casa y empeorar las cosas. [Park_space12]
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  • - Miro mi reflejo en el espejo de mi camerino, mi maquilladora había hecho un excelente trabajo ocultando mis ojeras, había tenido unos días fatales debido a que en un largo tiempo no me he estado alimentando con sangre humana, eso me trae muchos problemas en mi salud, sin contar que no he parado de practicar, de ir a eventos como influencer o a mis conciertos, el ejemplo de eso era que estaba a punto de salir a un show de más de 2 horas. Suspiro sintiéndome cansada, me levanto de mi silla y me coloco mi outfit antes de salir de mi camerino con mi micrófono en mano. -

    Es hora de brillar, Luana...
    - Miro mi reflejo en el espejo de mi camerino, mi maquilladora había hecho un excelente trabajo ocultando mis ojeras, había tenido unos días fatales debido a que en un largo tiempo no me he estado alimentando con sangre humana, eso me trae muchos problemas en mi salud, sin contar que no he parado de practicar, de ir a eventos como influencer o a mis conciertos, el ejemplo de eso era que estaba a punto de salir a un show de más de 2 horas. Suspiro sintiéndome cansada, me levanto de mi silla y me coloco mi outfit antes de salir de mi camerino con mi micrófono en mano. - Es hora de brillar, Luana...
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  • *mira al cielo por la lluvia, su chaqueta cuelga pesada, empapada, y cada paso suena como si pisara una esponja, sacude su pelo para secarlo sin mucho exito*

    Ya no estoy seguro de dónde termina la chaqueta y empieza la humedad
    *mira al cielo por la lluvia, su chaqueta cuelga pesada, empapada, y cada paso suena como si pisara una esponja, sacude su pelo para secarlo sin mucho exito* Ya no estoy seguro de dónde termina la chaqueta y empieza la humedad
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  • Ramo especial para 𝙴𝚖𝚖𝚊 𝚂𝚠𝚊𝚗



    Siento mucho por el infierno que has pasado, me alegro de que hayas despertado.
    Muy pronto iré a visitarte con tu hermana al hospital
    Ramo especial para [ThxRedSwan13] “ Siento mucho por el infierno que has pasado, me alegro de que hayas despertado. Muy pronto iré a visitarte con tu hermana al hospital
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  • Reunión de antiguos alumnos
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    Categoría Comedia
    El día de la reunión había llegado la verdad es que no estaba para nada nervioso, al contrario me sentía bien, quizás la única que me preocupaba algo era Eda, ya que después de todo lo que pasó ahí, no era que tuviera unos buenos recuerdos, pero seamos sinceros ahora se había vuelto una mujer muy segura de si misma y eso me agradaba bastante. Además que dudaba mucho de que se dejara pisar por alguna de esas estúpidas que en el pasado le hicieron bullying. Una vez que me termino de arreglar, decido ir a buscarte ya que habíamos acordado de ir juntos al lugar, toque el timbre y miré por un momento mis redes sociales.

    Eda Blossom
    El día de la reunión había llegado la verdad es que no estaba para nada nervioso, al contrario me sentía bien, quizás la única que me preocupaba algo era Eda, ya que después de todo lo que pasó ahí, no era que tuviera unos buenos recuerdos, pero seamos sinceros ahora se había vuelto una mujer muy segura de si misma y eso me agradaba bastante. Además que dudaba mucho de que se dejara pisar por alguna de esas estúpidas que en el pasado le hicieron bullying. Una vez que me termino de arreglar, decido ir a buscarte ya que habíamos acordado de ir juntos al lugar, toque el timbre y miré por un momento mis redes sociales. [Blossom_97]
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    Chim, he cambiado el título de la fanpage. Chim, no me importa. Chim, esto no va a estar solo relacionado con Marvel.

    Y chim, aquí voy a meter muuuuuuchas búsquedas.

    Por el momento dejo este artículo para avisar de que estoy en búsqueda de una OTP asociada a la temática policial. Está basada en dos series británicas y una americana: Life on Mars, Ashes to Ashes y The Blacklist. Si no has visto ninguna no te preocupes, te explicaría la ambientación de las tres, lo importante es mantener la temática policial.

    Busco un partner para llevar a quien sería el dolor de cabeza de mi personaje: el inspector jefe Gene Hunt de la policía metropolitana de Manchester. Es un personaje brusco, huraño y con tendencia a la violencia y realizar las praxis policiales a su manera. Aunque en el fondo es un osito, un cacho de pan, simplemente no ha tenido buena suerte en la vida y es bastante hermético.

    El FC a llevar para este PJ es Phillip Glennister (tengo material de él por lo que puedo facilitarlo a la persona que lo lleve). Yo llevaría a mi OC particular con el FC de Megan Boone.

    Sería un enemies to lovers muy profundo, y nos ambientaríamos en los años 80-90 (aunque podemos ambientarlo en la época actual con pequeños tintes ochenteros).

    Para quien le interese puede pasar por mi MD para darle más información, o comentar en este artículo. Lo único que pido es compromiso e interés por aprender y empaparse de este mundo.

    Doy piruleta de regalo <3
    Chim, he cambiado el título de la fanpage. Chim, no me importa. Chim, esto no va a estar solo relacionado con Marvel. Y chim, aquí voy a meter muuuuuuchas búsquedas. Por el momento dejo este artículo para avisar de que estoy en búsqueda de una OTP asociada a la temática policial. Está basada en dos series británicas y una americana: Life on Mars, Ashes to Ashes y The Blacklist. Si no has visto ninguna no te preocupes, te explicaría la ambientación de las tres, lo importante es mantener la temática policial. Busco un partner para llevar a quien sería el dolor de cabeza de mi personaje: el inspector jefe Gene Hunt de la policía metropolitana de Manchester. Es un personaje brusco, huraño y con tendencia a la violencia y realizar las praxis policiales a su manera. Aunque en el fondo es un osito, un cacho de pan, simplemente no ha tenido buena suerte en la vida y es bastante hermético. El FC a llevar para este PJ es Phillip Glennister (tengo material de él por lo que puedo facilitarlo a la persona que lo lleve). Yo llevaría a mi OC particular con el FC de Megan Boone. Sería un enemies to lovers muy profundo, y nos ambientaríamos en los años 80-90 (aunque podemos ambientarlo en la época actual con pequeños tintes ochenteros). Para quien le interese puede pasar por mi MD para darle más información, o comentar en este artículo. Lo único que pido es compromiso e interés por aprender y empaparse de este mundo. Doy piruleta de regalo <3
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  • Un fin de semana en las Vegas
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    Arribé desde las aguas italianas con un destino claro y tentador: la gran superpotencia estadounidense. Mi objetivo no era otro que sumergirme por completo en el desenfreno y el brillo de la ciudad del placer y los pecados… Las Vegas.

    Después de aterrizar pasadas las 7:30 p.m., tomé un taxi directo al Strip. En menos de una hora ya estaba instalado en un lujoso hotel, con una habitación amplia, impecable, y una vista que prometía más de lo que el día podía darme. Pero para mí, la noche apenas comenzaba.

    8:45 p.m.
    Salí del hotel con paso firme y decidido, empujado por el hambre… y por algo más. Una inquietud que no venía del estómago, sino de más profundo. Elegí un restaurante elegante sin pensarlo demasiado: un risotto de mariscos y una copa de vino tinto que me supo más a preludio que a comida real.

    Fue entonces cuando la vi.

    La entrada del casino. Discreta. Casi privada. Como si no necesitara anunciarse, como si supiera que quien pertenece… siempre la encontrará.

    Pagada la cuenta, me dirigí sin dudar hacia esa puerta de doble hoja iluminada por luces suaves y doradas. Y al cruzarla…

    El interior me golpeó como un perfume antiguo: fichas deslizando sobre tapetes verdes, risas contenidas, suspiros, tragos caros, máquinas sonando como promesas rotas, y la luz tenue de los neones rebotando en las paredes de terciopelo.

    Todo rugía dentro de mí.

    Un ruido interno que no se calmaba con comida, ni con vino, ni con descanso.
    Era un fuego antiguo, uno que había aprendido a apagar con disciplina durante el día…
    Pero que por las noches —y más aún en una ciudad como esta— ardía sin pedir permiso.

    **—Aquí no soy un simple profesor —**pensé mientras mis dedos acariciaban el borde de una ficha olvidada en la barra del salón.
    —Aquí no soy el hombre que enseña historia en un aula aburrida, ni el que pasa desapercibido en el supermercado.
    Aquí puedo ser quien realmente soy.

    Un apostador elegante.
    Un seductor sin corbata.
    Un hombre al borde, buscando ese momento exacto entre perderlo todo… o ganarse a sí mismo.

    Tomé asiento en una mesa de blackjack. Mis dedos temblaban apenas mientras soltaba los billetes y pedía fichas. No por miedo. Sino por ansias.

    Una leve sonrisa apareció en mis labios cuando el crupier me miró por primera vez.

    —Sólo una mano, ¿verdad? —susurré.
    Mentí.
    Arribé desde las aguas italianas con un destino claro y tentador: la gran superpotencia estadounidense. Mi objetivo no era otro que sumergirme por completo en el desenfreno y el brillo de la ciudad del placer y los pecados… Las Vegas. Después de aterrizar pasadas las 7:30 p.m., tomé un taxi directo al Strip. En menos de una hora ya estaba instalado en un lujoso hotel, con una habitación amplia, impecable, y una vista que prometía más de lo que el día podía darme. Pero para mí, la noche apenas comenzaba. 8:45 p.m. Salí del hotel con paso firme y decidido, empujado por el hambre… y por algo más. Una inquietud que no venía del estómago, sino de más profundo. Elegí un restaurante elegante sin pensarlo demasiado: un risotto de mariscos y una copa de vino tinto que me supo más a preludio que a comida real. Fue entonces cuando la vi. La entrada del casino. Discreta. Casi privada. Como si no necesitara anunciarse, como si supiera que quien pertenece… siempre la encontrará. Pagada la cuenta, me dirigí sin dudar hacia esa puerta de doble hoja iluminada por luces suaves y doradas. Y al cruzarla… El interior me golpeó como un perfume antiguo: fichas deslizando sobre tapetes verdes, risas contenidas, suspiros, tragos caros, máquinas sonando como promesas rotas, y la luz tenue de los neones rebotando en las paredes de terciopelo. Todo rugía dentro de mí. Un ruido interno que no se calmaba con comida, ni con vino, ni con descanso. Era un fuego antiguo, uno que había aprendido a apagar con disciplina durante el día… Pero que por las noches —y más aún en una ciudad como esta— ardía sin pedir permiso. **—Aquí no soy un simple profesor —**pensé mientras mis dedos acariciaban el borde de una ficha olvidada en la barra del salón. —Aquí no soy el hombre que enseña historia en un aula aburrida, ni el que pasa desapercibido en el supermercado. Aquí puedo ser quien realmente soy. Un apostador elegante. Un seductor sin corbata. Un hombre al borde, buscando ese momento exacto entre perderlo todo… o ganarse a sí mismo. Tomé asiento en una mesa de blackjack. Mis dedos temblaban apenas mientras soltaba los billetes y pedía fichas. No por miedo. Sino por ansias. Una leve sonrisa apareció en mis labios cuando el crupier me miró por primera vez. —Sólo una mano, ¿verdad? —susurré. Mentí.
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