• -Este era quizá su momento mas "Esquizo" ya no sabia si era real o si había sido victima de algún brebaje usado para envenenarle. Simplemente había despertado encadenada y ensangrentada en un cuarto oscuro y sin luz, irónicamente ante su sentido del oído o de la vista no percibía nada...así era, estaba aislada en la misma nada y de sus recuerdos solo estaba su ultimo encuentro con el plebeyo Lucio Sicio Dentato un griego muy popular entre los humanos por sus cualidades para la guerra. la sacaron de sus pensamientos un dolor palpitante en su oído y parte del cráneo, dolor y mas dolor , la sangre no se detenía y una risa histérica salida de la nada empezó a hacer presencia en el lugar hasta ahora oscuro
    -Este era quizá su momento mas "Esquizo" ya no sabia si era real o si había sido victima de algún brebaje usado para envenenarle. Simplemente había despertado encadenada y ensangrentada en un cuarto oscuro y sin luz, irónicamente ante su sentido del oído o de la vista no percibía nada...así era, estaba aislada en la misma nada y de sus recuerdos solo estaba su ultimo encuentro con el plebeyo Lucio Sicio Dentato un griego muy popular entre los humanos por sus cualidades para la guerra. la sacaron de sus pensamientos un dolor palpitante en su oído y parte del cráneo, dolor y mas dolor , la sangre no se detenía y una risa histérica salida de la nada empezó a hacer presencia en el lugar hasta ahora oscuro
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  • — ¡Jamás lo entenderás! Este dolor que me carcome... Desde un principio lo perdí todo. No me queda nada, no hay nada para mí esperando que regrese... — Pretendía fortaleza una y otra vez, se abstenía por derramar lágrima alguna y aunque la voz se le entre cortara con el nudo entre garganta, esa mirada saturada de furia evidencia aquel sufrimiento pasado.

    × Más al rato respondo los rolcitos pendientes, se le quieres. ⁠♡
    — ¡Jamás lo entenderás! Este dolor que me carcome... Desde un principio lo perdí todo. No me queda nada, no hay nada para mí esperando que regrese... — Pretendía fortaleza una y otra vez, se abstenía por derramar lágrima alguna y aunque la voz se le entre cortara con el nudo entre garganta, esa mirada saturada de furia evidencia aquel sufrimiento pasado. × Más al rato respondo los rolcitos pendientes, se le quieres. ⁠♡
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  • En el pequeño estudio que Sei Muramasa alquilaba en Shibuya, los lienzos se apilaban en un rincón como testigos mudos de su tormento.


    [ https://youtu.be/Yg4HWaLHUls?si=hgAqxWv2YTopqe6O ]

    Cada uno era un grito de ira, una explosión de sangre y dolor plasmada con pinceladas violentas. Aunque su técnica era admirable, Sei no podía evitar sentir un vacío opresivo cada vez que daba un paso atrás para observar su trabajo. Todo lo que pintaba parecía una extensión de sus propios traumas, una repetición infinita de los horrores que había vivido.

    El bloqueo artístico había comenzado meses atrás, cuando intentó pintar algo diferente: un campo de flores que había visto en un libro viejo de botánica. Sin embargo, a medida que las flores tomaban forma, su mente traicionera le mostraba imágenes de su infancia, de Hiro arrancándole pétalos a una rosa mientras le susurraba amenazas.

    Antes de darse cuenta, había destrozado el lienzo con una espátula, convirtiéndolo en un caos de rojos y negros. Desde entonces, cada intento de crear algo bello terminaba de la misma manera. Incluso cuando intentaba pintar algo tan simple como un amanecer, sus manos, como poseídas, transformaban los tonos cálidos en escenarios de destrucción. Sangre goteando de un cielo carmesí, cuerpos deformados emergiendo de las sombras.

    ─"¿Por qué no puedo escapar de esto?" ─
    pensaba, frustrado, golpeando su mesa de trabajo, o peor aún, volviendo a su necesidad de herirse hasta ver sangre pada calmar su nerviosismo.

    Esa noche, Sei decidió intentar algo diferente. Encendió un cigarro de cierta planta prohibida en Japón con un toque de aceite de cierto uso tambien prohibido, una recomendación que había obtenido de un viejo amigo que tambien padecia de demonios incontrolables.
    Con una taza de café negro y el ruido de la lluvia golpeando la ventana, se obligó a relajar su mente. Frente a un lienzo nuevo, blanco como una página en blanco, tomó el pincel con determinación.



    [ https://youtube.com/watch?v=_KMUKz4LKX0&si=22bw2sV1aKu43-sa ]

    ── Solo colores claros.─ Empezó con amarillo, un tono suave que le recordaba la calma del amanecer. Añadió un blanco marfil, representando las sabanas blancas de su cama que su mamá le ponia todos los dias.
    Pero cuando su mano intentó añadir rojo, un calor abrasador recorrió su cuerpo. La imagen de Hiro, con su sonrisa cruel, apareció en su mente como una cicatriz imborrable.

    Su respiración se agitó. Los trazos se volvieron erráticos. Sin darse cuenta, el color se oscureció hasta volverse un negro opresivo, todo se manchó con manchas rojas como heridas abiertas, y el amarillo casi desapareció por completo. El lienzo frente a él se transformó en algo que podia ver aun con los ojos cerrados luchando por escapar de un abismo. Sei se sentó frente a su obra exhausto.

    Mientras observaba la pintura, algo dentro de él cambió. Tal vez no podía escapar de su oscuridad, pero podía usarla. Transformarla. No para glorificarla, sino para entenderla. Sei decidió dejar ese cuadro intacto, sin destruirlo como los anteriores. Era el espejo de su alma. Y aunque odiaba lo que veía, sabía que enfrentarlo era su única forma de sobrevivir.
    En el pequeño estudio que Sei Muramasa alquilaba en Shibuya, los lienzos se apilaban en un rincón como testigos mudos de su tormento. [ https://youtu.be/Yg4HWaLHUls?si=hgAqxWv2YTopqe6O ] Cada uno era un grito de ira, una explosión de sangre y dolor plasmada con pinceladas violentas. Aunque su técnica era admirable, Sei no podía evitar sentir un vacío opresivo cada vez que daba un paso atrás para observar su trabajo. Todo lo que pintaba parecía una extensión de sus propios traumas, una repetición infinita de los horrores que había vivido. El bloqueo artístico había comenzado meses atrás, cuando intentó pintar algo diferente: un campo de flores que había visto en un libro viejo de botánica. Sin embargo, a medida que las flores tomaban forma, su mente traicionera le mostraba imágenes de su infancia, de Hiro arrancándole pétalos a una rosa mientras le susurraba amenazas. Antes de darse cuenta, había destrozado el lienzo con una espátula, convirtiéndolo en un caos de rojos y negros. Desde entonces, cada intento de crear algo bello terminaba de la misma manera. Incluso cuando intentaba pintar algo tan simple como un amanecer, sus manos, como poseídas, transformaban los tonos cálidos en escenarios de destrucción. Sangre goteando de un cielo carmesí, cuerpos deformados emergiendo de las sombras. ─"¿Por qué no puedo escapar de esto?" ─ pensaba, frustrado, golpeando su mesa de trabajo, o peor aún, volviendo a su necesidad de herirse hasta ver sangre pada calmar su nerviosismo. Esa noche, Sei decidió intentar algo diferente. Encendió un cigarro de cierta planta prohibida en Japón con un toque de aceite de cierto uso tambien prohibido, una recomendación que había obtenido de un viejo amigo que tambien padecia de demonios incontrolables. Con una taza de café negro y el ruido de la lluvia golpeando la ventana, se obligó a relajar su mente. Frente a un lienzo nuevo, blanco como una página en blanco, tomó el pincel con determinación. [ https://youtube.com/watch?v=_KMUKz4LKX0&si=22bw2sV1aKu43-sa ] ── Solo colores claros.─ Empezó con amarillo, un tono suave que le recordaba la calma del amanecer. Añadió un blanco marfil, representando las sabanas blancas de su cama que su mamá le ponia todos los dias. Pero cuando su mano intentó añadir rojo, un calor abrasador recorrió su cuerpo. La imagen de Hiro, con su sonrisa cruel, apareció en su mente como una cicatriz imborrable. Su respiración se agitó. Los trazos se volvieron erráticos. Sin darse cuenta, el color se oscureció hasta volverse un negro opresivo, todo se manchó con manchas rojas como heridas abiertas, y el amarillo casi desapareció por completo. El lienzo frente a él se transformó en algo que podia ver aun con los ojos cerrados luchando por escapar de un abismo. Sei se sentó frente a su obra exhausto. Mientras observaba la pintura, algo dentro de él cambió. Tal vez no podía escapar de su oscuridad, pero podía usarla. Transformarla. No para glorificarla, sino para entenderla. Sei decidió dejar ese cuadro intacto, sin destruirlo como los anteriores. Era el espejo de su alma. Y aunque odiaba lo que veía, sabía que enfrentarlo era su única forma de sobrevivir.
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  • De nuevo se acercaba fin de mes, los días con más carga de trabajo para la Gran Maestra pues también se encargaba de gran parte de las finanzas de Mondstadt y con ello el pago a los caballeros, tenía ya apartado en 4 pequeños sacos las moras que correspondían a los pagos de Kayea, Eula, Amber y Lisa, la mesada de Klee la cual apartaba con una etiqueta sonriente. El pago al resto de los caballeros los estaba dividiendo entre su sueldo normal y, los bonos correspondientes a si habían aceptado o no peticiones de los ciudadanos en el tablón de trabajos. El pago de cada caballero lo iba metiendo en un bolsa con el nombre de este que, a su vez iban a un costal, correspondiente a sus capitanes que, esta vez, ella les daría a ellos los salarios para repartir entre sus pelotones.

    -Con este son 23... Solo faltan unos cuantos más...

    ¿Si quiera se había dado cuenta que ya era de noche? ¿Se habrá acordado de comer? Esto ya era costumbre para la Gran Maestra.
    De nuevo se acercaba fin de mes, los días con más carga de trabajo para la Gran Maestra pues también se encargaba de gran parte de las finanzas de Mondstadt y con ello el pago a los caballeros, tenía ya apartado en 4 pequeños sacos las moras que correspondían a los pagos de Kayea, Eula, Amber y Lisa, la mesada de Klee la cual apartaba con una etiqueta sonriente. El pago al resto de los caballeros los estaba dividiendo entre su sueldo normal y, los bonos correspondientes a si habían aceptado o no peticiones de los ciudadanos en el tablón de trabajos. El pago de cada caballero lo iba metiendo en un bolsa con el nombre de este que, a su vez iban a un costal, correspondiente a sus capitanes que, esta vez, ella les daría a ellos los salarios para repartir entre sus pelotones. -Con este son 23... Solo faltan unos cuantos más... ¿Si quiera se había dado cuenta que ya era de noche? ¿Se habrá acordado de comer? Esto ya era costumbre para la Gran Maestra.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Anoche decidí darme un respiro y salir a explorar la tranquilidad de la noche, pero esta vez en mi forma más... adorable (o eso me gusta pensar). Sí, me transformé en mi pequeño yo de grandes orejas rojas y salí a volar por el cielo estrellado.

    Aunque admito que mis orejas llaman mucho la atención, ¡me siento como un murciélago salido de un cuento de hadas! ¿Qué opinan? ¿Me darían una galleta si me vieran posado en su ventana?
    Anoche decidí darme un respiro y salir a explorar la tranquilidad de la noche, pero esta vez en mi forma más... adorable (o eso me gusta pensar). Sí, me transformé en mi pequeño yo de grandes orejas rojas y salí a volar por el cielo estrellado. Aunque admito que mis orejas llaman mucho la atención, ¡me siento como un murciélago salido de un cuento de hadas! 🦇💕 ¿Qué opinan? ¿Me darían una galleta si me vieran posado en su ventana?
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  • - Estigia
    Armoniosa

    Vamos por todo y por nada, así de sencillos, nada perdemos todo es experiencia, el gemido de tu voz en mi oído quiero escucharlo como canto perpetuo, en las mañanas, en las tardes, por cada noche, el tiempo que se pueda las veces que quieras, de fuego el Alma y cuerpo hecho de papel, pintamos y marcamos para siempre colores invisibles, existentes en memorias que nos hacen recordar placeres, solo nuestros, el sonido de la cama rechinando, la hermosa melodía de palmas causado por el azote salvaje a tus nalgas, has visto tu cuello en el espejo y sientes aún en tus entrañas y sobre tu piel la fuerza de mis dientes, ha pasado tiempo. pero el cuerpo recuerda de manera permanente, la luna fue testigo, las estrellas cómplices incondicionales de aquellas calurosas noches en el jardín, no somos ayer, ni presente, fuimos desde el principio y seremos hasta el fin, por un momento que valga la vida y en mi muerte quiera recordar, te haré mía, porque si, porque lo mereces y lo deseo yo, te provocare, te haré arder, con una sonrisa me verás y te darás cuenta que lo que yo te ofrezco no se puede encontrar en ningún otro lugar, soy la bestia, el humilde, Dios de la venganza y el Señor de los piratas, tomaré de ti lo que me plazca, te pondré grilletes de locura y un collar en el cuello con el nombre de lujuria, entonces te verás como mi esclava y tu piel sentirá la libertad de ser amada, codiciada al éxtasis, infierno o cielo no importará ninguno, por besos de un momento que conviertan el día en un único recuerdo, valdrá y nos veremos libres en la jungla de cojines y sábanas, a perversidad y dulzura hasta que la vida nos alcance o alguno de los dos se canse .
    - Estigia Armoniosa Vamos por todo y por nada, así de sencillos, nada perdemos todo es experiencia, el gemido de tu voz en mi oído quiero escucharlo como canto perpetuo, en las mañanas, en las tardes, por cada noche, el tiempo que se pueda las veces que quieras, de fuego el Alma y cuerpo hecho de papel, pintamos y marcamos para siempre colores invisibles, existentes en memorias que nos hacen recordar placeres, solo nuestros, el sonido de la cama rechinando, la hermosa melodía de palmas causado por el azote salvaje a tus nalgas, has visto tu cuello en el espejo y sientes aún en tus entrañas y sobre tu piel la fuerza de mis dientes, ha pasado tiempo. pero el cuerpo recuerda de manera permanente, la luna fue testigo, las estrellas cómplices incondicionales de aquellas calurosas noches en el jardín, no somos ayer, ni presente, fuimos desde el principio y seremos hasta el fin, por un momento que valga la vida y en mi muerte quiera recordar, te haré mía, porque si, porque lo mereces y lo deseo yo, te provocare, te haré arder, con una sonrisa me verás y te darás cuenta que lo que yo te ofrezco no se puede encontrar en ningún otro lugar, soy la bestia, el humilde, Dios de la venganza y el Señor de los piratas, tomaré de ti lo que me plazca, te pondré grilletes de locura y un collar en el cuello con el nombre de lujuria, entonces te verás como mi esclava y tu piel sentirá la libertad de ser amada, codiciada al éxtasis, infierno o cielo no importará ninguno, por besos de un momento que conviertan el día en un único recuerdo, valdrá y nos veremos libres en la jungla de cojines y sábanas, a perversidad y dulzura hasta que la vida nos alcance o alguno de los dos se canse .
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  • — ¿Te ha pasado que tu cuerpo pide descanso, pero tu mente quiere seguir activa? Bueno, eso.
    — ¿Te ha pasado que tu cuerpo pide descanso, pero tu mente quiere seguir activa? Bueno, eso.
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  • -Tenía que desestresarse se encierra en su studio mirando el desastre que hizo y nuevamente tratando de ordenar lo que el mismo hizo para trasmitir el programa conectando unos transmisores el programa radial estaba al aire haciendose escuchar por todos los anillos del infierno -

    Que tal mis almas pecadoras cómo lo están pasando mmm?? Nuevamente su más fiel servidor ALASTOR!! Trayendoles a ustedes una nueva interpretación musical de mi para ustedes y espero que su agonía siga elevándose hasta desbordarse hahahahaha!! Al parecer están habiendo cambios en el infierno no se si lo habrán sentido pero aun así nosotros seguiremos aquí Trayendoles variedad infernal y noticias no como la tecnología jamás escuché mi consejo mis queridos almas en pena jamás confíen en la tegnologia por qué solo lo harán esclavos de ellos ya están avisados mis oyentes Infernales sin más aquí les va está canción

    https://youtu.be/ej-sr9CIqAY?si=YfwxwfxNny0j1QQ2
    -Tenía que desestresarse se encierra en su studio mirando el desastre que hizo y nuevamente tratando de ordenar lo que el mismo hizo para trasmitir el programa conectando unos transmisores el programa radial estaba al aire haciendose escuchar por todos los anillos del infierno - Que tal mis almas pecadoras cómo lo están pasando mmm?? Nuevamente su más fiel servidor ALASTOR!! Trayendoles a ustedes una nueva interpretación musical de mi para ustedes y espero que su agonía siga elevándose hasta desbordarse hahahahaha!! Al parecer están habiendo cambios en el infierno no se si lo habrán sentido pero aun así nosotros seguiremos aquí Trayendoles variedad infernal y noticias no como la tecnología jamás escuché mi consejo mis queridos almas en pena jamás confíen en la tegnologia por qué solo lo harán esclavos de ellos ya están avisados mis oyentes Infernales sin más aquí les va está canción 🎶🎶🎶🎶 https://youtu.be/ej-sr9CIqAY?si=YfwxwfxNny0j1QQ2
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  • Por qué la mayoría , aquí está de pareja o casados eh? .....
    Espero no ser la única soterona por aqui
    Por qué la mayoría , aquí está de pareja o casados eh? ..... Espero no ser la única soterona por aqui
    2 turnos 0 maullidos 103 vistas
  • La luna llena bañaba los muros del castillo de Styria con su pálida luz. Las sombras de las torres se alargaban en el suelo, frías y distantes, como si reflejaran el estado de ánimo de la vampira que acababa de cruzar las puertas principales. Lenore, con su cabello rojo deslumbrante y su habitual porte elegante, estaba lejos de lucir satisfecha. Su ceño fruncido y los pasos firmes que resonaban en el pasillo daban una clara advertencia a cualquiera que intentara cruzarse en su camino.

    Había pasado tres días fuera del castillo, negociando con un anciano vampiro de una nación cercana, uno cuya importancia era inversamente proporcional a su decoro. Lord Gavrus, un viejo que hacía gala de una cortesía falsa y una obsesión por recordarle sus "gloriosos días". Durante las interminables horas de negociaciones, no había desperdiciado la oportunidad de lanzarle comentarios condescendientes, insinuando que la "tierna juventud" de Lenore hacía de ella una elección cuestionable como diplomática de las hermanas de Styria.

    Aunque había mantenido su compostura, la paciencia de Lenore se había puesto a prueba en cada intercambio. Logró su cometido, claro: Gavrus había aceptado abrir rutas seguras para el transporte de sangre desde su territorio a cambio de una alianza comercial limitada. Sin embargo, el precio de su éxito había sido soportar su rancia compañía y sus risas cargadas de superioridad.

    Cuando llegó al gran salón del castillo, Lenore dejó caer su capa de terciopelo sobre un sillón cercano. Un leve suspiro escapó de sus labios antes de que se desplomara elegantemente en una silla junto a una de las mesas largas. Carmilla, como siempre, estaba atenta desde el otro lado del salón, observando con una ceja arqueada.

    —¿Todo en orden, Lenore? —preguntó Carmilla, aunque su tono sugería que ya sabía la respuesta.

    —Sí, Gavrus aceptó los términos —respondió Lenore, con un brillo de triunfo en los ojos que pronto se apagó—. Pero no sin hacérmelo difícil. Ese viejo es insoportable.

    Carmilla se acercó lentamente, con una leve sonrisa que no llegaba a sus ojos. Se sentó frente a Lenore y apoyó las manos sobre la mesa.

    —Lo lograste, como siempre. Esa es tu fortaleza, Lenore. Pero... —hizo una pausa, evaluando el rostro cansado de su hermana de armas—, supongo que no fue agradable.

    Lenore dejó escapar una risa seca.

    —Carmilla, si ese hombre me hubiera contado una vez más cómo "las cosas eran mejores en sus tiempos", creo que habría terminado con este tratado de forma menos diplomática.

    Carmilla soltó una carcajada breve, más sincera de lo que Lenore esperaba.

    —Es por eso que lo haces tú, Lenore. Yo lo habría matado a la primera mención de algo así.

    —Créeme, la idea cruzó mi mente más veces de las que puedo admitir. Pero me gusta mi trabajo. Aunque eso no significa que disfrute de este tipo de... compañía.

    Carmilla se inclinó hacia atrás, cruzando los brazos.

    —Has hecho lo que debías. Ahora ve y descansa. Aunque si necesitas liberar tensión, sabes que siempre puedes visitar a Striga en el campo de entrenamiento. Estoy segura de que te dejará destrozar un par de muñecos de práctica.

    Lenore sonrió levemente, su mal humor disipándose poco a poco.

    —Tal vez lo haga. Aunque primero me tomaré una copa de sangre. Lo merezco.

    Carmilla asintió, y Lenore se levantó con su gracia habitual, dirigiéndose hacia sus aposentos. A pesar del día que había tenido, sabía que su rol era esencial, y lo aceptaba con orgullo. Sin embargo, no podía evitar pensar que preferiría mil veces tratar con humanos tercos antes que con otro vampiro como Gavrus.

    #monorol
    La luna llena bañaba los muros del castillo de Styria con su pálida luz. Las sombras de las torres se alargaban en el suelo, frías y distantes, como si reflejaran el estado de ánimo de la vampira que acababa de cruzar las puertas principales. Lenore, con su cabello rojo deslumbrante y su habitual porte elegante, estaba lejos de lucir satisfecha. Su ceño fruncido y los pasos firmes que resonaban en el pasillo daban una clara advertencia a cualquiera que intentara cruzarse en su camino. Había pasado tres días fuera del castillo, negociando con un anciano vampiro de una nación cercana, uno cuya importancia era inversamente proporcional a su decoro. Lord Gavrus, un viejo que hacía gala de una cortesía falsa y una obsesión por recordarle sus "gloriosos días". Durante las interminables horas de negociaciones, no había desperdiciado la oportunidad de lanzarle comentarios condescendientes, insinuando que la "tierna juventud" de Lenore hacía de ella una elección cuestionable como diplomática de las hermanas de Styria. Aunque había mantenido su compostura, la paciencia de Lenore se había puesto a prueba en cada intercambio. Logró su cometido, claro: Gavrus había aceptado abrir rutas seguras para el transporte de sangre desde su territorio a cambio de una alianza comercial limitada. Sin embargo, el precio de su éxito había sido soportar su rancia compañía y sus risas cargadas de superioridad. Cuando llegó al gran salón del castillo, Lenore dejó caer su capa de terciopelo sobre un sillón cercano. Un leve suspiro escapó de sus labios antes de que se desplomara elegantemente en una silla junto a una de las mesas largas. Carmilla, como siempre, estaba atenta desde el otro lado del salón, observando con una ceja arqueada. —¿Todo en orden, Lenore? —preguntó Carmilla, aunque su tono sugería que ya sabía la respuesta. —Sí, Gavrus aceptó los términos —respondió Lenore, con un brillo de triunfo en los ojos que pronto se apagó—. Pero no sin hacérmelo difícil. Ese viejo es insoportable. Carmilla se acercó lentamente, con una leve sonrisa que no llegaba a sus ojos. Se sentó frente a Lenore y apoyó las manos sobre la mesa. —Lo lograste, como siempre. Esa es tu fortaleza, Lenore. Pero... —hizo una pausa, evaluando el rostro cansado de su hermana de armas—, supongo que no fue agradable. Lenore dejó escapar una risa seca. —Carmilla, si ese hombre me hubiera contado una vez más cómo "las cosas eran mejores en sus tiempos", creo que habría terminado con este tratado de forma menos diplomática. Carmilla soltó una carcajada breve, más sincera de lo que Lenore esperaba. —Es por eso que lo haces tú, Lenore. Yo lo habría matado a la primera mención de algo así. —Créeme, la idea cruzó mi mente más veces de las que puedo admitir. Pero me gusta mi trabajo. Aunque eso no significa que disfrute de este tipo de... compañía. Carmilla se inclinó hacia atrás, cruzando los brazos. —Has hecho lo que debías. Ahora ve y descansa. Aunque si necesitas liberar tensión, sabes que siempre puedes visitar a Striga en el campo de entrenamiento. Estoy segura de que te dejará destrozar un par de muñecos de práctica. Lenore sonrió levemente, su mal humor disipándose poco a poco. —Tal vez lo haga. Aunque primero me tomaré una copa de sangre. Lo merezco. Carmilla asintió, y Lenore se levantó con su gracia habitual, dirigiéndose hacia sus aposentos. A pesar del día que había tenido, sabía que su rol era esencial, y lo aceptaba con orgullo. Sin embargo, no podía evitar pensar que preferiría mil veces tratar con humanos tercos antes que con otro vampiro como Gavrus. #monorol
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