• Es bastante curioso como ha seguido el curso mi vida. Desde que empecé a socializar con Zagreo, y luego de que me regalara a Néa... Todo mi mundo haya cambiado tan sorpresivamente.

    Todo porque... Néa, en un acto jugueton hizo que nos besaramos por accidente. Esa cachorra de loba eterna, es muy traviesa.

    Aún recuerdo con creces mi gran vergüenza al haber compartido un beso con mi primo, un beso que pasó a ser un pedazo de mi corazón con el paso del tiempo.
    Es bastante curioso como ha seguido el curso mi vida. Desde que empecé a socializar con Zagreo, y luego de que me regalara a Néa... Todo mi mundo haya cambiado tan sorpresivamente. Todo porque... Néa, en un acto jugueton hizo que nos besaramos por accidente. Esa cachorra de loba eterna, es muy traviesa. Aún recuerdo con creces mi gran vergüenza al haber compartido un beso con mi primo, un beso que pasó a ser un pedazo de mi corazón con el paso del tiempo.
    0 turnos 0 maullidos 128 vistas
  • 𝐸𝑠𝑒 𝑚𝑢𝑟𝑜, 𝑛𝑜 𝑑𝑢𝑟𝑎𝑟𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑠𝑖𝑒𝑚𝑝𝑟𝑒
    Fandom Castle
    Categoría Acción
    · 🇸​🇹​🇦​🇷​🇹​🇪​🇷​ 🇹​🇴​...
    ㅤㅤ⤹ Kate Beckett


    La realidad supera a la ficción.
    A él cómo escritor de misterio esa frase nunca le había hecho especial gracia. Y hasta ese momento había mantenido sin mucho problema si teoría de que a pesar de que todo escritor necesitaba de una inspiración para llevar sus historias a término, el toque que su imaginación les daba a los libros no era algo que se pudiera conseguir en la aleatoriedad del universo.
    Y sin embargo, en los últimos tiempos… todo aquello había cambiado.

    Cualquiera diría que estaba viviendo una trama de sus novelas. Pero aquello era la vida real y sin embargo había arrastrado fuera de hangar a Kate, habían matado a Montgomery, habían disparado a la inspectora, había eludido la muerte…
    Ante el miedo de perderla Castle le había confesado lo que casi no había aceptado ni ante sí mismo.
    No… aquello no estaba guionizado, ni si quiera se le podría haber ocurrido a la mente más aguda del mejor escritor del mundo…

    Y allí estaba él, en medio de toda aquella vorágine, investigando a escondidas, tratando de encontrar el culpable, de saber quién había contratado aquel francotirador para acabar con la vida de Kate, luchando contra ella y su obsesión por encontrar al asesino su madre. Debia mantenerla lejos de todo aquello, no porque el escritor no quisiera que descubrir aquello y darle a Kate la paz y la justicia que ansiaba, sino porque era la única forma de mantenerla a salvo.

    Como guinda de todo aquello, Richard Castle, un hombre intrínsecamente irónico, el cual usaba el humor como escape, arma y escudo, había pasado a lidiar con la decepción ante la falta de recuerdos de Kate en todo lo referente a su ataque, y por consiguiente a su estúpida y ridícula declaración.
    No ponía en duda en ningún momento la veracidad de todo aquello, pero si sabía, y así se lo había dicho porque no era capaz de guardárselo más, que Kate se refugiaba en su obsesión, y en relaciones con hombres que realmente no amaba.
    No estaba diciendo con todo aquello que le amara a él…
    No, no era tan ingenuo, aunque mentiría si dijera que en ocasiones no le era difícil imaginarse que era verdad. Aquellas miradas de la inspectora, sus gestos, sus palabras, la complicidad más que patente entre ellos… no estaban solo en su cabeza, todo aquello existía de verdad y daba alas a su prolífica mente.

    Sabía que aquel muro tras el que se protegía Kate no duraría para siempre, tan solo necesitaba ser lo suficientemente paciente, y por el momento parecía valerle ser el único en aquella relación.
    Parecía valerle hasta tal punto que aquella mañana había cambiado su “𝑚𝑜𝑑𝑢𝑠 𝑜𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑖” había pasado por la misma cafetería de siempre donde ya le tenían preparados los dos cafés de todas las mañanas.
    Había sacado su móvil y lo había pasado por el datafono que le tendía la dependienta mientras le miraba directamente a los ojos con una enorme sonrisa y se despedía con un travieso guiño de ojos.

    De camino hasta su meta le habían pedido un par de fotos, había saludado a un grupo de turistas asiáticos en la acera de enfrente… Nada fuera de lo común, nada a excepción de su destino. En aquella mañana no era la comisaria, si no…

    Su dedo índice derecho busca por unos segundos, revoloteando sobre la tabla con la lista de los pisos y sus respectivos botones.
    Cuando encuentra el que busca hunde el dedo y espera unos segundos antes de escuchar la voz femenina.

    — Su pedido de 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑒𝑟𝑜'𝑠 𝑃𝑎𝑠𝑡𝑖𝑐𝑐𝑒𝑟𝑖𝑎 & 𝐶𝑎𝑓𝑓𝑒 ha llegado, ¿sería tan amable de permitirnos la entrada?
    · 🇸​🇹​🇦​🇷​🇹​🇪​🇷​ 🇹​🇴​... ㅤㅤ⤹ [D0ntCallMeMuse] La realidad supera a la ficción. A él cómo escritor de misterio esa frase nunca le había hecho especial gracia. Y hasta ese momento había mantenido sin mucho problema si teoría de que a pesar de que todo escritor necesitaba de una inspiración para llevar sus historias a término, el toque que su imaginación les daba a los libros no era algo que se pudiera conseguir en la aleatoriedad del universo. Y sin embargo, en los últimos tiempos… todo aquello había cambiado. Cualquiera diría que estaba viviendo una trama de sus novelas. Pero aquello era la vida real y sin embargo había arrastrado fuera de hangar a Kate, habían matado a Montgomery, habían disparado a la inspectora, había eludido la muerte… Ante el miedo de perderla Castle le había confesado lo que casi no había aceptado ni ante sí mismo. No… aquello no estaba guionizado, ni si quiera se le podría haber ocurrido a la mente más aguda del mejor escritor del mundo… Y allí estaba él, en medio de toda aquella vorágine, investigando a escondidas, tratando de encontrar el culpable, de saber quién había contratado aquel francotirador para acabar con la vida de Kate, luchando contra ella y su obsesión por encontrar al asesino su madre. Debia mantenerla lejos de todo aquello, no porque el escritor no quisiera que descubrir aquello y darle a Kate la paz y la justicia que ansiaba, sino porque era la única forma de mantenerla a salvo. Como guinda de todo aquello, Richard Castle, un hombre intrínsecamente irónico, el cual usaba el humor como escape, arma y escudo, había pasado a lidiar con la decepción ante la falta de recuerdos de Kate en todo lo referente a su ataque, y por consiguiente a su estúpida y ridícula declaración. No ponía en duda en ningún momento la veracidad de todo aquello, pero si sabía, y así se lo había dicho porque no era capaz de guardárselo más, que Kate se refugiaba en su obsesión, y en relaciones con hombres que realmente no amaba. No estaba diciendo con todo aquello que le amara a él… No, no era tan ingenuo, aunque mentiría si dijera que en ocasiones no le era difícil imaginarse que era verdad. Aquellas miradas de la inspectora, sus gestos, sus palabras, la complicidad más que patente entre ellos… no estaban solo en su cabeza, todo aquello existía de verdad y daba alas a su prolífica mente. Sabía que aquel muro tras el que se protegía Kate no duraría para siempre, tan solo necesitaba ser lo suficientemente paciente, y por el momento parecía valerle ser el único en aquella relación. Parecía valerle hasta tal punto que aquella mañana había cambiado su “𝑚𝑜𝑑𝑢𝑠 𝑜𝑝𝑒𝑟𝑎𝑛𝑑𝑖” había pasado por la misma cafetería de siempre donde ya le tenían preparados los dos cafés de todas las mañanas. Había sacado su móvil y lo había pasado por el datafono que le tendía la dependienta mientras le miraba directamente a los ojos con una enorme sonrisa y se despedía con un travieso guiño de ojos. De camino hasta su meta le habían pedido un par de fotos, había saludado a un grupo de turistas asiáticos en la acera de enfrente… Nada fuera de lo común, nada a excepción de su destino. En aquella mañana no era la comisaria, si no… Su dedo índice derecho busca por unos segundos, revoloteando sobre la tabla con la lista de los pisos y sus respectivos botones. Cuando encuentra el que busca hunde el dedo y espera unos segundos antes de escuchar la voz femenina. — Su pedido de 𝑉𝑒𝑛𝑖𝑒𝑟𝑜'𝑠 𝑃𝑎𝑠𝑡𝑖𝑐𝑐𝑒𝑟𝑖𝑎 & 𝐶𝑎𝑓𝑓𝑒 ha llegado, ¿sería tan amable de permitirnos la entrada?
    Tipo
    Individual
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    0 turnos 0 maullidos 263 vistas
  • «Moral.

    ¿Es la moral subjetiva? ¿Hay algo que sea y siempre haya sido considerado universalmente "malvado"?

    Los más nobles entre nosotros se apresuran con un "no". La moral no es subjetiva. Hay cosas inequívoca e irrevocablemente malvadas.

    Violencia irracional. Muerte. Son respuestas sencillas, y en cierta manera, correctas.

    ¿Yo? No, yo no tengo esa respuesta. Tampoco sé si quiero tenerla. Lo que tengo es un recuerdo, un resplandor de inspiración. Con los pulmones llenos de agua, la consciencia en el umbral del ahora y el después, pensé en algo.

    La erradicación de la posibilidad. Eso es lo más cercano a algo universalmente malvado. Historias de apocalipsis, de armagedones, de ragnaroks, de cataclismos hay en cada cultura.

    Un mundo que es un lienzo en blanco, pero en el que no hay artistas. Suelo infértil del cual ni la armonía ni la discordia son capaces de florecer. Verdadera, auténtica maldad.»
    «Moral. ¿Es la moral subjetiva? ¿Hay algo que sea y siempre haya sido considerado universalmente "malvado"? Los más nobles entre nosotros se apresuran con un "no". La moral no es subjetiva. Hay cosas inequívoca e irrevocablemente malvadas. Violencia irracional. Muerte. Son respuestas sencillas, y en cierta manera, correctas. ¿Yo? No, yo no tengo esa respuesta. Tampoco sé si quiero tenerla. Lo que tengo es un recuerdo, un resplandor de inspiración. Con los pulmones llenos de agua, la consciencia en el umbral del ahora y el después, pensé en algo. La erradicación de la posibilidad. Eso es lo más cercano a algo universalmente malvado. Historias de apocalipsis, de armagedones, de ragnaroks, de cataclismos hay en cada cultura. Un mundo que es un lienzo en blanco, pero en el que no hay artistas. Suelo infértil del cual ni la armonía ni la discordia son capaces de florecer. Verdadera, auténtica maldad.»
    Me gusta
    Me encocora
    5
    0 turnos 0 maullidos 408 vistas
  • El viento helado cortaba con fuerza, arrastrando pequeñas ráfagas de nieve que danzaban alrededor de su figura. Coke caminaba por el sendero cubierto de blanco, con las manos enterradas en los bolsillos de su abrigo y la mirada perdida en algún punto distante del horizonte. El rojo brillante de la bufanda que llevaba al cuello destacaba como un vivo contraste en aquel paisaje desolado. A primera vista, era solo una bufanda, pero para él, era mucho más.

    Cada hilo, cada nudo en esa pieza de lana cargaba con el peso de una historia. Una historia que aún lo perseguía, como un fantasma que no podía sacudirse. Su mente volvía una y otra vez a aquel día de invierno, cuando ella, con las mejillas enrojecidas por el frío y una sonrisa radiante, le había puesto la bufanda alrededor del cuello con una ternura que casi dolía.

    —No te resfríes, ¿sí? —había dicho mientras ajustaba la bufanda, sus dedos cálidos rozando su piel helada.

    Era tan sencillo en ese momento, tan natural. Pero ahora, esas palabras resonaban como un eco vacío en su memoria, cargadas de un peso que no podía soportar. Ella ya no estaba. El porqué o el cómo habían dejado de importar hacía tiempo. Solo quedaba el vacío, esa ausencia que parecía volverse más palpable con cada paso que daba.

    Coke se detuvo, sintiendo el crujido de la nieve bajo sus botas. Sus dedos acariciaron el tejido áspero de la bufanda, como si al tocarla pudiera revivir aunque fuera un fragmento de lo que había perdido. Cerró los ojos un momento, dejando que los recuerdos lo inundaran, a pesar del dolor que traían consigo.

    Podía verla claramente: su risa resonando en medio del viento, sus ojos brillando con una calidez que contradecía el frío a su alrededor. Esa bufanda era su promesa de cuidado, su manera de decir que siempre estaría ahí. Una promesa que se rompió junto con todo lo demás el día que la perdió.

    El viento sopló con más fuerza, arrancando de sus labios un suspiro pesado. Al abrir los ojos, se dio cuenta de que había comenzado a nevar de nuevo, los copos cayendo suavemente sobre su cabello oscuro. Apretó los labios, resistiendo el impulso de dejarse consumir por la melancolía.

    —Todavía estás aquí, de alguna forma… —susurró, su voz apenas audible, casi como si hablara con la bufanda misma.

    El rojo intenso parecía brillar incluso más bajo el gris del cielo invernal. Coke sabía que no podía quedarse anclado en el pasado para siempre, pero tampoco podía soltarse de aquello que lo mantenía unido a ella. Así que caminó, dejando que el viento y la nieve cubrieran sus huellas mientras el rojo de la bufanda seguía siendo su único faro en medio de un mundo que se sentía cada vez más vacío.

    ------------------------------------------

    Creo que por fin ya cerrare la cuenta, ya me aburre simplemente, cuidense mucho o en todo caso la abandone y ya jajaja :p

    El viento helado cortaba con fuerza, arrastrando pequeñas ráfagas de nieve que danzaban alrededor de su figura. Coke caminaba por el sendero cubierto de blanco, con las manos enterradas en los bolsillos de su abrigo y la mirada perdida en algún punto distante del horizonte. El rojo brillante de la bufanda que llevaba al cuello destacaba como un vivo contraste en aquel paisaje desolado. A primera vista, era solo una bufanda, pero para él, era mucho más. Cada hilo, cada nudo en esa pieza de lana cargaba con el peso de una historia. Una historia que aún lo perseguía, como un fantasma que no podía sacudirse. Su mente volvía una y otra vez a aquel día de invierno, cuando ella, con las mejillas enrojecidas por el frío y una sonrisa radiante, le había puesto la bufanda alrededor del cuello con una ternura que casi dolía. —No te resfríes, ¿sí? —había dicho mientras ajustaba la bufanda, sus dedos cálidos rozando su piel helada. Era tan sencillo en ese momento, tan natural. Pero ahora, esas palabras resonaban como un eco vacío en su memoria, cargadas de un peso que no podía soportar. Ella ya no estaba. El porqué o el cómo habían dejado de importar hacía tiempo. Solo quedaba el vacío, esa ausencia que parecía volverse más palpable con cada paso que daba. Coke se detuvo, sintiendo el crujido de la nieve bajo sus botas. Sus dedos acariciaron el tejido áspero de la bufanda, como si al tocarla pudiera revivir aunque fuera un fragmento de lo que había perdido. Cerró los ojos un momento, dejando que los recuerdos lo inundaran, a pesar del dolor que traían consigo. Podía verla claramente: su risa resonando en medio del viento, sus ojos brillando con una calidez que contradecía el frío a su alrededor. Esa bufanda era su promesa de cuidado, su manera de decir que siempre estaría ahí. Una promesa que se rompió junto con todo lo demás el día que la perdió. El viento sopló con más fuerza, arrancando de sus labios un suspiro pesado. Al abrir los ojos, se dio cuenta de que había comenzado a nevar de nuevo, los copos cayendo suavemente sobre su cabello oscuro. Apretó los labios, resistiendo el impulso de dejarse consumir por la melancolía. —Todavía estás aquí, de alguna forma… —susurró, su voz apenas audible, casi como si hablara con la bufanda misma. El rojo intenso parecía brillar incluso más bajo el gris del cielo invernal. Coke sabía que no podía quedarse anclado en el pasado para siempre, pero tampoco podía soltarse de aquello que lo mantenía unido a ella. Así que caminó, dejando que el viento y la nieve cubrieran sus huellas mientras el rojo de la bufanda seguía siendo su único faro en medio de un mundo que se sentía cada vez más vacío. ------------------------------------------ Creo que por fin ya cerrare la cuenta, ya me aburre simplemente, cuidense mucho o en todo caso la abandone y ya jajaja :p
    Me gusta
    Me entristece
    2
    0 turnos 0 maullidos 361 vistas
  • Aún recuerdo el día en que lo perdí todo, pero por suerte tuve a mis amigos para sacarme de ese pozo tan oscuro.. Gracias
    Aún recuerdo el día en que lo perdí todo, pero por suerte tuve a mis amigos para sacarme de ese pozo tan oscuro.. Gracias
    Me gusta
    Me entristece
    4
    0 turnos 0 maullidos 194 vistas
  • Ella es ese sueño que tuve despierto
    Un recuerdo leve de esto que siento
    Una sacudida a mis salidas
    La cima de un beso en un brinco suicida.. ~
    Ella es ese sueño que tuve despierto Un recuerdo leve de esto que siento Una sacudida a mis salidas La cima de un beso en un brinco suicida.. ~
    0 turnos 0 maullidos 172 vistas
  • Vestigia .
    La noche ..

    - He sobrepasado el umbral de lo permitido, asumiré la consecuencia si es lo debido, no importa, por tu sueño, por tu noche, cualquier costo es nada comparado a los placeres que yo viviré .

    Soy yo de nuevo, el que atraviesa los muros como sombra en la noche y llega a tus sueños, derepente y entonces me invitaste, tu voz yo la oí de lejos, a distancia y no me negué a escuchar tu plegaria .

    Me infiltre está noche entre tus sábanas, al encontrarte dormida no dude yo de tomar de ti lo que deseaba, me acerque a tu oído y al monstruo que habita en lo profundo de tu alma, mi amada bestia, furiosa, te llamé, soy aquel que no tiene nombre, hoy me pondré la máscara del pirata de las flores, te contaré una historia grandiosa, susurros míos que te adormecen al tiempo yo te voy desvistiendo, suave y lentamente, mis manos acariciando tu piel con mis dedos suavemente deslizan las prendas que cubren tu piel, yo me encanto de todo lo que veo, me he puesto a tus pies y sujetando ambos los he llenado de besos cariñosos, mis labios conquistan tus piernas, yo sonrió y acariciando con mi rostro tu entrepierna me adueñó de tu aroma, de tu esencia, he llegado a un punto donde no puedo detener mis acciones, elevando tus piernas con algo de fuerza, mis manos suavemente retiran las prendas que cubren tu intimidad, dejando expuesta a mi merced la virtud femenina, vaya delirio el mio, no he dudado un instante en sujetar tus piernas con firmeza y acariciarte suavemente con mi lengua, poco a tus fluidos se derraman en mi boca, el elixir me provoca perversión, de la más pura, dulce nectar, lo quiero todo, lo quiero siempre, la cama es sacudida por el peso de mi cuerpo, tiemblas y te esfuerzas por apartarme un poco de ti, pero era tarde ya para negarse, sin dejar de mencionar que aquellos dulces ojitos reflejaban el fuego de mi tesoro ardiendo, no hubo tiempo para desahogar por completo el amor y su apasionante deseo y placer por el sexo, llegado el día yo ya no estaba, pero en tu mente el recuerdo de una noche inolvidable se encontraba, nos faltaran días, pero sera nuestra la eternidad .
    Vestigia . La noche .. - He sobrepasado el umbral de lo permitido, asumiré la consecuencia si es lo debido, no importa, por tu sueño, por tu noche, cualquier costo es nada comparado a los placeres que yo viviré . Soy yo de nuevo, el que atraviesa los muros como sombra en la noche y llega a tus sueños, derepente y entonces me invitaste, tu voz yo la oí de lejos, a distancia y no me negué a escuchar tu plegaria . Me infiltre está noche entre tus sábanas, al encontrarte dormida no dude yo de tomar de ti lo que deseaba, me acerque a tu oído y al monstruo que habita en lo profundo de tu alma, mi amada bestia, furiosa, te llamé, soy aquel que no tiene nombre, hoy me pondré la máscara del pirata de las flores, te contaré una historia grandiosa, susurros míos que te adormecen al tiempo yo te voy desvistiendo, suave y lentamente, mis manos acariciando tu piel con mis dedos suavemente deslizan las prendas que cubren tu piel, yo me encanto de todo lo que veo, me he puesto a tus pies y sujetando ambos los he llenado de besos cariñosos, mis labios conquistan tus piernas, yo sonrió y acariciando con mi rostro tu entrepierna me adueñó de tu aroma, de tu esencia, he llegado a un punto donde no puedo detener mis acciones, elevando tus piernas con algo de fuerza, mis manos suavemente retiran las prendas que cubren tu intimidad, dejando expuesta a mi merced la virtud femenina, vaya delirio el mio, no he dudado un instante en sujetar tus piernas con firmeza y acariciarte suavemente con mi lengua, poco a tus fluidos se derraman en mi boca, el elixir me provoca perversión, de la más pura, dulce nectar, lo quiero todo, lo quiero siempre, la cama es sacudida por el peso de mi cuerpo, tiemblas y te esfuerzas por apartarme un poco de ti, pero era tarde ya para negarse, sin dejar de mencionar que aquellos dulces ojitos reflejaban el fuego de mi tesoro ardiendo, no hubo tiempo para desahogar por completo el amor y su apasionante deseo y placer por el sexo, llegado el día yo ya no estaba, pero en tu mente el recuerdo de una noche inolvidable se encontraba, nos faltaran días, pero sera nuestra la eternidad .
    Me gusta
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos 282 vistas
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Afiches y otros recuerdos pegados al interior del Magia Negra (la nave de Glint). La mayoría están en su habitación, en especial los que le regalan sus conocidos. Es como llevar un pedacito de cada uno de ellos en sus viajes.

    Si me van dando más, los pondré acá y serán canon dentro de la nave.
    Afiches y otros recuerdos pegados al interior del Magia Negra (la nave de Glint). La mayoría están en su habitación, en especial los que le regalan sus conocidos. Es como llevar un pedacito de cada uno de ellos en sus viajes. Si me van dando más, los pondré acá y serán canon dentro de la nave.
    Me encocora
    Me endiabla
    4
    0 comentarios 0 compartidos 234 vistas
  • -Mirando el celular como las noticias vuelan sobre mi salida con Akura -

    Ahhhhh!!!!! Que hago en el escenario ????

    (Yo no recuerdo haber hecho eso no debí haber aceptado esos shot de vodka ). AKURAAAAA!!!


    https://vm.tiktok.com/ZMk9pBQCV/
    -Mirando el celular como las noticias vuelan sobre mi salida con Akura - Ahhhhh!!!!! Que hago en el escenario ???? (Yo no recuerdo haber hecho eso no debí haber aceptado esos shot de vodka ). AKURAAAAA!!! 💢💢 https://vm.tiktok.com/ZMk9pBQCV/
    Me gusta
    Me encocora
    Me enjaja
    3
    0 turnos 0 maullidos 228 vistas
  • ── Han pasado más de cuarenta años desde mi última relación... hah... ya ni recuerdo todos los usos y costumbres de ese tipo de interacciones.
    Si tuviera un corazón probablemente estaría latiendo ahora mismo de emoción...o incertidumbre.
    ── Han pasado más de cuarenta años desde mi última relación... hah... ya ni recuerdo todos los usos y costumbres de ese tipo de interacciones. Si tuviera un corazón probablemente estaría latiendo ahora mismo de emoción...o incertidumbre.
    Me encocora
    Me gusta
    4
    0 turnos 0 maullidos 229 vistas
Ver más resultados
Patrocinados