• —Esta foto me la tomaron por sorpresa,soy alguien muy cuidadoso con mis flores cuando nadie me esta viendo,me traen hermosos recuerdos
    —Esta foto me la tomaron por sorpresa,soy alguien muy cuidadoso con mis flores cuando nadie me esta viendo,me traen hermosos recuerdos
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  • —Recuerdo cuando Undyne quería entrenar conmigo,era muy energética y determinada,siempre queria pasar sus limites y demostrar de lo que era capaz,hoy en dia es lider de la guardia real y me siento muy orgulloso por su avance en la vida...
    —Recuerdo cuando Undyne quería entrenar conmigo,era muy energética y determinada,siempre queria pasar sus limites y demostrar de lo que era capaz,hoy en dia es lider de la guardia real y me siento muy orgulloso por su avance en la vida...
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  • Entonces... Alguien vio mi bolsa de papas? Recuerdo haberla dejado aqui hace 4 meses
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  • ──────Hace mucho que no veo un conflicto así desde la gigantomaquia. Me ha traído recuerdos.

    Sus iris rosas se elevaron al cielo, en una contemplación meditativa. Recordó viejas épocas en las que los dioses habían peleado contra los últimos descendientes de Gaia. Agitó su copa de vino de forma perezosa, antes de darle un pequeño sorbo.
    ──────Hace mucho que no veo un conflicto así desde la gigantomaquia. Me ha traído recuerdos. Sus iris rosas se elevaron al cielo, en una contemplación meditativa. Recordó viejas épocas en las que los dioses habían peleado contra los últimos descendientes de Gaia. Agitó su copa de vino de forma perezosa, antes de darle un pequeño sorbo.
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  • — A veces, el aroma del mar no es suficiente para borrar el recuerdo de un perfume que ya no está.
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  • Morfeo camina en silencio por los paisajes fragmentados del Sueño, su silueta oscura recortada contra un cielo que cambia de color con cada pensamiento olvidado. El suelo bajo sus pies no es tierra ni piedra, sino recuerdos rotos, dispersos como hojas secas en otoño. A su alrededor, los sueños abandonados flotan sin rumbo: una risa infantil que se desvanece, un abrazo nunca dado, un rostro amado cuya forma ya no se recuerda del todo.

    Sus ojos, como dos pozos infinitos, no reflejan emoción, pero su andar es pesado, como si cada paso arrastrara siglos de soledad. En su mano, lleva un puñado de arena dorada, la misma que solía formar mundos enteros con solo un suspiro. Pero ahora la deja caer lentamente, sin moldearla, dejándola perderse entre los pliegues del olvido.

    Pasa junto a un trono vacío hecho de palabras no pronunciadas y se detiene, mirando hacia un horizonte donde se apagan las estrellas de los soñadores que ya no creen. El silencio lo rodea. Nadie lo llama. Nadie lo espera.

    Y así sigue Morfeo, el señor de los sueños, errante entre los deseos no cumplidos y las esperanzas que se deshicieron al amanecer. Solo en el lugar donde todos duermen, pero nadie lo ve.
    Morfeo camina en silencio por los paisajes fragmentados del Sueño, su silueta oscura recortada contra un cielo que cambia de color con cada pensamiento olvidado. El suelo bajo sus pies no es tierra ni piedra, sino recuerdos rotos, dispersos como hojas secas en otoño. A su alrededor, los sueños abandonados flotan sin rumbo: una risa infantil que se desvanece, un abrazo nunca dado, un rostro amado cuya forma ya no se recuerda del todo. Sus ojos, como dos pozos infinitos, no reflejan emoción, pero su andar es pesado, como si cada paso arrastrara siglos de soledad. En su mano, lleva un puñado de arena dorada, la misma que solía formar mundos enteros con solo un suspiro. Pero ahora la deja caer lentamente, sin moldearla, dejándola perderse entre los pliegues del olvido. Pasa junto a un trono vacío hecho de palabras no pronunciadas y se detiene, mirando hacia un horizonte donde se apagan las estrellas de los soñadores que ya no creen. El silencio lo rodea. Nadie lo llama. Nadie lo espera. Y así sigue Morfeo, el señor de los sueños, errante entre los deseos no cumplidos y las esperanzas que se deshicieron al amanecer. Solo en el lugar donde todos duermen, pero nadie lo ve.
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  • Mientras el cuerpo físico de Ina se mantiene flotando en una burbuja, su mente sigue anclada en el sueño del Halovian, y su sonrisa sigue siendo la de quien no sabe que está soñando. Allí, bajo un sol dorado, dos estudiantes caminan hacia su primera cita.

    La campana del institutó sonó, Ina salió apresurada esquivando a compañeros cuyos rostros empezaban a difuminarse como acuarelas bajo la lluvia. Solo Belial permanecía nítido, con una sonrisa que le hacía cosquillas en un recuerdo de su memoria que parecía no existir.

    —¡Beli-b... —pausa— digo, Belial~ —canturreó, ajustando su mochila, de la cual colgaba un mini peluche de pulpo que no recordaba haber puesto allí.

    Ambos avanzaron por el camino hacia el arcade. Ina caminaba junto a él, sus pasos sincronizados sobre la acera.

    Se detuvieron antes de cruzar la calle, Ina vio el semáforo: rojo-verde-morado... ¿Morado?. Parpadeó. Era amarillo, pero podría jurar que lo había visto morado. Sacudió su cabeza y cuando el semáforo se puso en rojo, avanzó a un lado de él.

    —Belial... ¿A veces no te pasa que...?

    Dudó. Las palabras se le enredaron en la lengua. ¿Qué le iba a decir? ¿Que estaba teniendo alucinaciones?

    —...Nah, ¡olvídalo! —sacudió la cabeza una vez más, riendo demasiado alto.

    Llegaron al local, se detuvieron un instante frente al letrero neón del arcade. Y cuando empujó la puerta de vidrio, por un segundo, creyó ver en el reflejo a Belial con...¿alas?. Pero rápidamente, su atención se desvió hacia las luces de colores, los sonidos, las risas y el ambiente. El arcade la envolvió.

    —Waaah, ¿que deberíamos jugar primero? —sus ojos brillaban como estrellas— ¿Sabías que los arcades son como rituales? Insertas monedas y rezas para que el universo no te humille...

    Suelta una risita que suena como campanitas rotas. Parpadea. Pausa. ¿Un ritual? ¿Que acaba de decir?. Su sonrisa se borra por 0.65 segundos. Da igual. Lo olvida rápidamente. Su sonrisa reaparece. Sigue tropezando con las mismas pistas, pero no las ve. ¿O tal vez es que no las quiere ver?
    Mientras el cuerpo físico de Ina se mantiene flotando en una burbuja, su mente sigue anclada en el sueño del Halovian, y su sonrisa sigue siendo la de quien no sabe que está soñando. Allí, bajo un sol dorado, dos estudiantes caminan hacia su primera cita. La campana del institutó sonó, Ina salió apresurada esquivando a compañeros cuyos rostros empezaban a difuminarse como acuarelas bajo la lluvia. Solo [anagenesis001] permanecía nítido, con una sonrisa que le hacía cosquillas en un recuerdo de su memoria que parecía no existir. —¡Beli-b... —pausa— digo, Belial~ —canturreó, ajustando su mochila, de la cual colgaba un mini peluche de pulpo que no recordaba haber puesto allí. Ambos avanzaron por el camino hacia el arcade. Ina caminaba junto a él, sus pasos sincronizados sobre la acera. Se detuvieron antes de cruzar la calle, Ina vio el semáforo: rojo-verde-morado... ¿Morado?. Parpadeó. Era amarillo, pero podría jurar que lo había visto morado. Sacudió su cabeza y cuando el semáforo se puso en rojo, avanzó a un lado de él. —Belial... ¿A veces no te pasa que...? Dudó. Las palabras se le enredaron en la lengua. ¿Qué le iba a decir? ¿Que estaba teniendo alucinaciones? —...Nah, ¡olvídalo! —sacudió la cabeza una vez más, riendo demasiado alto. Llegaron al local, se detuvieron un instante frente al letrero neón del arcade. Y cuando empujó la puerta de vidrio, por un segundo, creyó ver en el reflejo a Belial con...¿alas?. Pero rápidamente, su atención se desvió hacia las luces de colores, los sonidos, las risas y el ambiente. El arcade la envolvió. —Waaah, ¿que deberíamos jugar primero? —sus ojos brillaban como estrellas— ¿Sabías que los arcades son como rituales? Insertas monedas y rezas para que el universo no te humille... Suelta una risita que suena como campanitas rotas. Parpadea. Pausa. ¿Un ritual? ¿Que acaba de decir?. Su sonrisa se borra por 0.65 segundos. Da igual. Lo olvida rápidamente. Su sonrisa reaparece. Sigue tropezando con las mismas pistas, pero no las ve. ¿O tal vez es que no las quiere ver?
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  • — ¿Un sueño, un recuerdo, o parte de ambos? El día que te encontré, Nee-nah, aún se siente extrañamente distante, como si mi mente se llenara de niebla.
    — ¿Un sueño, un recuerdo, o parte de ambos? El día que te encontré, Nee-nah, aún se siente extrañamente distante, como si mi mente se llenara de niebla.
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  • Una Carta de Despedida
    Fandom OC/Genshin Impact/Hololive
    Categoría Drama
    Han pasado algunos días desde la catástrofre. Desde las múltiples muertes, desde aquella noche donde no hubo ganadores, sólo sobrevivientes.

    Diluc, a pesar de los varios errores cometidos siendo tan calculador y preciso, fue uno de ellos. Ahora con una gran responsabilidad de cuidar a una deidad, sus días transcurrían con relativa paz hasta que sólo recibió una carta durante la noche. Carta que tenía el presentimiento de quién vendría por la letra en tanto comenzó a leer en su despacho, por lo que sólo apretó la hoja y repetía lo escrito a voz baja con algo de melancolía, tristeza y de cierta manera, alivio.

    —"Querido Diluc,
    Si estás leyendo esto estoy en un lugar mejor. Quiero que sepas que te perdono y no te guardo rencor. Aún recuerdo nuestros días de peleas tontas, las discusiones sin sentido y cómo todo siempre terminaba con una bandeja de dino nuggets entre nosotros. Esos momentos, aunque simples, me acompañaron más de lo que imaginas. No creo que volvamos a cruzar caminos, y si alguna vez lo hacemos, tal vez no me reconozcas. Pero quiero que sepas algo con certeza: te quise mucho. Incluso cuando no sabía cómo demostrarlo o como decir las palabras que querias escuchar.

    A mis hermanas —Aikaterine Ouro, Tsukumo Sana , Ceres Fauna
    Perdónenme. Por todas muertes que immecesarias, por las huidas sin avisar, por los silencios que dolieron más que mis palabras. No siempre supe cómo ser parte del grupo como querian pero las llevé siempre conmigo, en cada paso, en cada sombra, en cada canción triste que no me atreví a cantar en voz alta (lo siento Aika).

    Gracias por no soltarme, incluso cuando yo ya me había ido.

    Con eterno amor y total agradecimiento

    IRyS"—.

    Sabía que no era sólo para él, por lo que se dispuso a hacerla llegar a quienes también iba dirigida.

    Fue a primera hora del día siguiente. Phi aún dormía, mas Diluc ya estaba listo para empezar con la rutina, mas no sin antes cumplir con aquella tarea. Habría llamado a su águila mensajera, fiel compañera de varios años y ató la carta a una de sus patas.

    — Anda, amiga mía... Encuéntralas y hazles llegar la última palabra de su hermana... La última palabra de mi mejor amiga.

    Espero que donde estés... Puedas encontrar la vida que tanto anhelaste. Hasta siempre, Irys—.

    Impulsó al ave y esta emprendió vuelo. Tenía su manera de hacer las cosas y sabía dónde hacer llegar el mensaje sin margen de error. La carta de despedida de una chica que sólo se atrevió a soñar. Que se atrevió a vivir. Que rió, que lloró, que sufrió.

    La carta de despedida de una chica que le sacaba de sus casillas, pero que quiso como a nadie. La carta de despedida de una chica que en su momento se adueñó de su corazón y lo rechazó poco después. La carta de una chica que, en medio de su imperfección, tenía la esperanza de un mañana mejor.

    La carta de despedida de una nephilim llamada IRyS.
    Han pasado algunos días desde la catástrofre. Desde las múltiples muertes, desde aquella noche donde no hubo ganadores, sólo sobrevivientes. Diluc, a pesar de los varios errores cometidos siendo tan calculador y preciso, fue uno de ellos. Ahora con una gran responsabilidad de cuidar a una deidad, sus días transcurrían con relativa paz hasta que sólo recibió una carta durante la noche. Carta que tenía el presentimiento de quién vendría por la letra en tanto comenzó a leer en su despacho, por lo que sólo apretó la hoja y repetía lo escrito a voz baja con algo de melancolía, tristeza y de cierta manera, alivio. —"Querido Diluc, Si estás leyendo esto estoy en un lugar mejor. Quiero que sepas que te perdono y no te guardo rencor. Aún recuerdo nuestros días de peleas tontas, las discusiones sin sentido y cómo todo siempre terminaba con una bandeja de dino nuggets entre nosotros. Esos momentos, aunque simples, me acompañaron más de lo que imaginas. No creo que volvamos a cruzar caminos, y si alguna vez lo hacemos, tal vez no me reconozcas. Pero quiero que sepas algo con certeza: te quise mucho. Incluso cuando no sabía cómo demostrarlo o como decir las palabras que querias escuchar. A mis hermanas —[Mercenary1x], [tsukumo_sana], [Ceresfaun4]— Perdónenme. Por todas muertes que immecesarias, por las huidas sin avisar, por los silencios que dolieron más que mis palabras. No siempre supe cómo ser parte del grupo como querian pero las llevé siempre conmigo, en cada paso, en cada sombra, en cada canción triste que no me atreví a cantar en voz alta (lo siento Aika). Gracias por no soltarme, incluso cuando yo ya me había ido. Con eterno amor y total agradecimiento IRyS"—. Sabía que no era sólo para él, por lo que se dispuso a hacerla llegar a quienes también iba dirigida. Fue a primera hora del día siguiente. Phi aún dormía, mas Diluc ya estaba listo para empezar con la rutina, mas no sin antes cumplir con aquella tarea. Habría llamado a su águila mensajera, fiel compañera de varios años y ató la carta a una de sus patas. — Anda, amiga mía... Encuéntralas y hazles llegar la última palabra de su hermana... La última palabra de mi mejor amiga. Espero que donde estés... Puedas encontrar la vida que tanto anhelaste. Hasta siempre, Irys—. Impulsó al ave y esta emprendió vuelo. Tenía su manera de hacer las cosas y sabía dónde hacer llegar el mensaje sin margen de error. La carta de despedida de una chica que sólo se atrevió a soñar. Que se atrevió a vivir. Que rió, que lloró, que sufrió. La carta de despedida de una chica que le sacaba de sus casillas, pero que quiso como a nadie. La carta de despedida de una chica que en su momento se adueñó de su corazón y lo rechazó poco después. La carta de una chica que, en medio de su imperfección, tenía la esperanza de un mañana mejor. La carta de despedida de una nephilim llamada IRyS.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    10
    Estado
    Terminado
    Me entristece
    Me enjaja
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  • *En mitad de la nada del desierto siendo pleno día, suspirando ya que no tenía ganas de estar entrecerrando los ojos por el brillo del Sol mire mi reloj de muñeca y tan solo moviendo las manecillas la hora comenzó a pasar deprisa volviéndose de noche en segundos, sacudiéndome las manos con una leve sonrisa saque de mi bolsillo un artefacto pequeño que el cual al tocar unos símbolos se volvió un arma grande donde en el centro había una estrella gigante azul comprimida, empecé a inspeccionarla con cuidado y puse la potencia del arma al mínimo*

    - Si mal no recuerdo… creo que era lo mejor ponerla a esta potencia, no creo que nadie salga herido estando en mitad del desierto.

    *Tan solo apretar “el gatillo” del arma este disparo un gran rayo devastador lanzándome hacia atrás cayendo en la arena por el retroceso volviéndose el arma nuevamente aquel pequeño artefacto tras el disparo, levantándome sacudiéndome la arena de toda la ropa*

    - Tengo arena hasta dentro de los calzoncillos.

    *Después de sacudirme toda la arena y guardar el artefacto en mi bolsillo me fije en el gran cráter por no decir agujero que había formado aquel rayo sin poder ver el final ni el fondo de este*

    - *Silbando de asombro* La leche… será mejor decir que esto ya estaba aquí cuando llegue, como se entere mi padre o mi tio Lu me matan.

    [Video de demostración]
    *En mitad de la nada del desierto siendo pleno día, suspirando ya que no tenía ganas de estar entrecerrando los ojos por el brillo del Sol mire mi reloj de muñeca y tan solo moviendo las manecillas la hora comenzó a pasar deprisa volviéndose de noche en segundos, sacudiéndome las manos con una leve sonrisa saque de mi bolsillo un artefacto pequeño que el cual al tocar unos símbolos se volvió un arma grande donde en el centro había una estrella gigante azul comprimida, empecé a inspeccionarla con cuidado y puse la potencia del arma al mínimo* - Si mal no recuerdo… creo que era lo mejor ponerla a esta potencia, no creo que nadie salga herido estando en mitad del desierto. *Tan solo apretar “el gatillo” del arma este disparo un gran rayo devastador lanzándome hacia atrás cayendo en la arena por el retroceso volviéndose el arma nuevamente aquel pequeño artefacto tras el disparo, levantándome sacudiéndome la arena de toda la ropa* - Tengo arena hasta dentro de los calzoncillos. *Después de sacudirme toda la arena y guardar el artefacto en mi bolsillo me fije en el gran cráter por no decir agujero que había formado aquel rayo sin poder ver el final ni el fondo de este* - *Silbando de asombro* La leche… será mejor decir que esto ya estaba aquí cuando llegue, como se entere mi padre o mi tio Lu me matan. [Video de demostración]
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