• - Acércate. Prometo no morder, a menos que me lo pidas con la voz adecuada. -
    - Acércate. Prometo no morder, a menos que me lo pidas con la voz adecuada. -
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • ¿Modales hacia la gente que procede mal con mi persona?. ¡No va conmigo!.
    ¿Modales hacia la gente que procede mal con mi persona?. ¡No va conmigo!.
    Me encocora
    1
    3 turnos 0 maullidos
  • Pronto nacerán los dos bebes con mi pareja y aún no pensé en nombres, acepto ayuda para ello
    Pronto nacerán los dos bebes con mi pareja y aún no pensé en nombres, acepto ayuda para ello :STK-26:
    Me gusta
    Me encocora
    2
    2 turnos 0 maullidos
  • *El Hazbin Hotel estaba tranquilo por la noche sin muchos huéspedes yendo de aquí para allá, aprovechando ese momento para hacer una de mis apariciones extravagantes delante de la barra del bar donde estaría Husk trabajando, una baraja de cartas del tamaño humano apareció junto con dos guantes gigantes comenzaron a barajar rápidamente haciendo algún que otro juego de manos mostrando alguna que otra carta como si hicieran un truco de magia, hasta que finalmente “repartieron” una carta en concreto clavándose en una de sus esquinas de la carta en el suelo mostrando que era la carta del Joker, segundos después comenzó a moverse para salir de la carta y colocarme bien el cuello de la chaqueta junto con el sombrero de copa, esbozando una amplia sonrisa como de costumbre me acerque a la barra escuchándose los golpecitos de mi bastón mientras caminaba, una vez frente a la barra apoye mi brazo en horizontal dejando la mano colgando en el borde y mirando a Husk*

    - Hola hola mi gatito favorito~, tengo una propuesta para ti que sé que no podrás rechazar… *desaparecí del sitio para aparecer a su lado rodeando mi brazo por su cuello y le di un toquecito en la nariz* Vengo a ofrecerte una oportunidad de librarte de esas cadenas que te atan durante *sacando mi reloj de bolsillo mirando el tiempo y guardándolo de nuevo* unas horas o minutos, depende de si la diosa fortuna esta de tu parte~.

    *Me separe de él para dar un leve brinco en la barra y pasar al otro lado estando de espaldas, apuntando con mi bastón en vertical hacia arriba y haciendo aparecer una ilusión donde se veía un casino*

    - ¿Qué me dices campeón? ¿Quieres volverte el Rey… o mejor aún el Dios de la Fortuna en el mejor casino de todos llamado Bellagio o prefieres seguir amargándote detrás de esta barra haciéndole caso a un cervatillo?

    *Dándome de nuevo la vuelta apoyando ambas manos en el basto inclinándome hacia adelante para apoyar mi barbilla sobre mis manos mirándole*

    - ¿Cuál es tu respuesta~? Y no te preocupes por los detalles de “Soy un pecador, no puedo salir del infierno”, si he podido hacer que un pecador saliese del círculo del orgullo… ¿Quién dice que no puedo sacar a uno del infierno? Ah y obviamente te hare un cambio de imagen, a no ser que quieras ir tal cual y decir que estas haciendo un cosplay de furro~.

    *Riendo a carcajadas poniéndome recto dándole vueltas al bastón para volverlo a colocar en el suelo*

    - Sera nuestro pequeño secretito, salimos de este antro para pasarlo bien juntos, tú te desahogas un rato y estrechamos lazos~.
    *El Hazbin Hotel estaba tranquilo por la noche sin muchos huéspedes yendo de aquí para allá, aprovechando ese momento para hacer una de mis apariciones extravagantes delante de la barra del bar donde estaría [barcat75] trabajando, una baraja de cartas del tamaño humano apareció junto con dos guantes gigantes comenzaron a barajar rápidamente haciendo algún que otro juego de manos mostrando alguna que otra carta como si hicieran un truco de magia, hasta que finalmente “repartieron” una carta en concreto clavándose en una de sus esquinas de la carta en el suelo mostrando que era la carta del Joker, segundos después comenzó a moverse para salir de la carta y colocarme bien el cuello de la chaqueta junto con el sombrero de copa, esbozando una amplia sonrisa como de costumbre me acerque a la barra escuchándose los golpecitos de mi bastón mientras caminaba, una vez frente a la barra apoye mi brazo en horizontal dejando la mano colgando en el borde y mirando a Husk* - Hola hola mi gatito favorito~, tengo una propuesta para ti que sé que no podrás rechazar… *desaparecí del sitio para aparecer a su lado rodeando mi brazo por su cuello y le di un toquecito en la nariz* Vengo a ofrecerte una oportunidad de librarte de esas cadenas que te atan durante *sacando mi reloj de bolsillo mirando el tiempo y guardándolo de nuevo* unas horas o minutos, depende de si la diosa fortuna esta de tu parte~. *Me separe de él para dar un leve brinco en la barra y pasar al otro lado estando de espaldas, apuntando con mi bastón en vertical hacia arriba y haciendo aparecer una ilusión donde se veía un casino* - ¿Qué me dices campeón? ¿Quieres volverte el Rey… o mejor aún el Dios de la Fortuna en el mejor casino de todos llamado Bellagio o prefieres seguir amargándote detrás de esta barra haciéndole caso a un cervatillo? *Dándome de nuevo la vuelta apoyando ambas manos en el basto inclinándome hacia adelante para apoyar mi barbilla sobre mis manos mirándole* - ¿Cuál es tu respuesta~? Y no te preocupes por los detalles de “Soy un pecador, no puedo salir del infierno”, si he podido hacer que un pecador saliese del círculo del orgullo… ¿Quién dice que no puedo sacar a uno del infierno? Ah y obviamente te hare un cambio de imagen, a no ser que quieras ir tal cual y decir que estas haciendo un cosplay de furro~. *Riendo a carcajadas poniéndome recto dándole vueltas al bastón para volverlo a colocar en el suelo* - Sera nuestro pequeño secretito, salimos de este antro para pasarlo bien juntos, tú te desahogas un rato y estrechamos lazos~.
    1 turno 0 maullidos
  • Tres meses contigo, James y todavía me sigues viendo como si fuera algún milagro que te cayó del cielo.

    Eve apoyó la frente contra su pecho, sonriendo con esa mezcla de burla cariñosa y ternura que solo él conocía.

    No sé cómo lo hiciste, pero te convertiste en mi lugar seguro, mi ruido favorito y mi caos preferido… todo al mismo tiempo.

    Alzó la mirada, agarrándole de la camisa como siempre hacía cuando quería besarlo o pelearle por algo.

    Gracias por aguantarme, por cuidarme, por hacerme reír y por amarme como lo haces… tan fuerte, tan suave, tan tú.

    Se inclinó y le dio un beso lento, de esos que prometen futuro.

    Feliz tres meses, mi amor.
    Y prepárate… porque no pienso soltarte nunca. Te amo.

    ๐™…๐˜ผ๐˜”๐˜Œ๐™Ž ๐˜ฝ๐˜ผ๐™๐™‰๐™€๐˜š
    Tres meses contigo, James y todavía me sigues viendo como si fuera algún milagro que te cayó del cielo. Eve apoyó la frente contra su pecho, sonriendo con esa mezcla de burla cariñosa y ternura que solo él conocía. No sé cómo lo hiciste, pero te convertiste en mi lugar seguro, mi ruido favorito y mi caos preferido… todo al mismo tiempo. Alzó la mirada, agarrándole de la camisa como siempre hacía cuando quería besarlo o pelearle por algo. Gracias por aguantarme, por cuidarme, por hacerme reír y por amarme como lo haces… tan fuerte, tan suave, tan tú. Se inclinó y le dio un beso lento, de esos que prometen futuro. Feliz tres meses, mi amor. Y prepárate… porque no pienso soltarte nunca. Te amo. [JamesBarnes]
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • Lo habían llamado hacía no mucho a un apartamento en el centro de la ciudad, una mujer que sonaba desesperada y destruida, el llanto apenas haciendo sentido a las palabras. Koda pudo sacar información suficiente como para saber a dónde tenía que dirigirse y qué pasó según la mujer.

    —Llegué a casa del... del... trabajo y... lo vi... en-en la silla y... muerto... —habló la mujer del otro lado de la línea telefónica, tratando de calmarse.

    —Está bien, voy a encontrar al culpable, señora, no se preocupe.

    —Gracias, pero tu-... tu... ¿no eres- no eres un niño? Suenas como... niño. —la pregunta le molestó al detective, haciendo que bajara sus orejas hacia atrás y se quedara en silencio por un largo rato.

    —No. —cortó de inmediato, estaba de buen humor como para dejar que alguien más lo arruinara, planeaba mantenerse así.

    -------

    En el apartamento la escena era clara y todavía fresca, aunque la pobre señora de la llamada no estaba ahí. Ni siquiera tuvo que pedir llaves o forzar la entrada porque ya estaba abierta.

    —No está forzada... no entró por aquí. —comentó para sí mismo mientras inspeccionó la puerta, después alzó bien en alto sus orejas para inspeccionar el resto del lugar.

    Lo primero que notaron sus fosas nasales fue un intenso aroma dulzón, un perfume. Por las notas juzgaba que era de mujer. ¿De quién llamó o alguien más? Tomó nota mental de eso para corroborar después.

    Se acercó a donde estaba el cuerpo, en un sofá individual en la sala de estar. La televisión aún estaba encendida con un programa de citas transcurriendo. No le prestó atención a eso, si no al cuerpo. Tenía un orificio en la frente y otro en la parte anterior de la cabeza, por supuesto que la bala atravesó el cráneo y cerebro.

    Olfateó tanto el cadáver como el ambiente. La sangre seguía fresca, el cuerpo más o menos caliente y pudo detectar, entre ese perfume horrible, un muy ligero rastro de pólvora. También había tabaco.

    —Reciente... apenas unas... ¿tres horas? Cuatro, cuanto mucho. —murmuró mientras rascó apenas su barbilla, después se fijó en la mesa al lado del sofá, allí donde se esparció la sangre, el reloj marcaba la hora y la caja de cigarrillos junto con las colillas indicaban que el hombre estuvo fumando. Lo tomaron totalmente desprevenido.

    Caminó alrededor, todavía olfateando, hasta llegar a la cómoda de la sala. Se acercó a uno de los cajones, notando algo...

    —¿Aceite industrial? Huh... De la víctima no es... ¿el culpable? —de su abrigo sacó un pañuelo y abrió el cajón para inspeccionar el interior. Estaba revuelto, algunas cajas y papeles, incluso fotos, pero nada más. Cerró el cajón—. ¿Qué estaba buscando...?

    Siguió la investigación mientras guardó el pañuelo, pasando por la cocina, también algo revuelta entre las alacenas y heladera, pero nada para tomar nota. Así, pasó por el pequeño pasillo que conectaba la sala con el baño y dos habitaciones más, pequeñas. Pero Koda se detuvo en el primer cuarto, el aire cambió.

    Empujó la puerta lo suficiente para entrar y vio, al igual que antes, todo revuelto. Lo que llamó más su atención fue la ventana del cuarto abierta. Posible entrada del culpable.

    Se acercó a olfatear y, sí, más rastro de aceite. Además, la escalera de incendios estaba cerca de ahí.

    —Pudo subir por las escaleras y entrar sin ser detectado, mh... —cruzó los brazos, pensativo, pero esto no duró mucho cuando oyó pasos. Sus orejas enseguida se voltearon en la dirección de donde provenían.

    El zorro se movió rápido hacia la entrada del apartamento.

    —¡Esto es la escena de un crimen, no puedes estar aquí! ¡No, no! ¡Nada te incumbe así que lárgate! ¡Vas a terminar contaminando la escena! —su voz se alzó en volumen contra aquella persona, pero sonaba algo cómico por el hecho que tenía una voz juvenil. Incluso eso cambió además de su apariencia. Una desdicha—. Anda, vete ya, no me obligues a sacarte.

    A nadie intimidaba con la baja estatura.


    [Cualquiera puede responder si gusta.]
    Lo habían llamado hacía no mucho a un apartamento en el centro de la ciudad, una mujer que sonaba desesperada y destruida, el llanto apenas haciendo sentido a las palabras. Koda pudo sacar información suficiente como para saber a dónde tenía que dirigirse y qué pasó según la mujer. —Llegué a casa del... del... trabajo y... lo vi... en-en la silla y... muerto... —habló la mujer del otro lado de la línea telefónica, tratando de calmarse. —Está bien, voy a encontrar al culpable, señora, no se preocupe. —Gracias, pero tu-... tu... ¿no eres- no eres un niño? Suenas como... niño. —la pregunta le molestó al detective, haciendo que bajara sus orejas hacia atrás y se quedara en silencio por un largo rato. —No. —cortó de inmediato, estaba de buen humor como para dejar que alguien más lo arruinara, planeaba mantenerse así. ------- En el apartamento la escena era clara y todavía fresca, aunque la pobre señora de la llamada no estaba ahí. Ni siquiera tuvo que pedir llaves o forzar la entrada porque ya estaba abierta. —No está forzada... no entró por aquí. —comentó para sí mismo mientras inspeccionó la puerta, después alzó bien en alto sus orejas para inspeccionar el resto del lugar. Lo primero que notaron sus fosas nasales fue un intenso aroma dulzón, un perfume. Por las notas juzgaba que era de mujer. ¿De quién llamó o alguien más? Tomó nota mental de eso para corroborar después. Se acercó a donde estaba el cuerpo, en un sofá individual en la sala de estar. La televisión aún estaba encendida con un programa de citas transcurriendo. No le prestó atención a eso, si no al cuerpo. Tenía un orificio en la frente y otro en la parte anterior de la cabeza, por supuesto que la bala atravesó el cráneo y cerebro. Olfateó tanto el cadáver como el ambiente. La sangre seguía fresca, el cuerpo más o menos caliente y pudo detectar, entre ese perfume horrible, un muy ligero rastro de pólvora. También había tabaco. —Reciente... apenas unas... ¿tres horas? Cuatro, cuanto mucho. —murmuró mientras rascó apenas su barbilla, después se fijó en la mesa al lado del sofá, allí donde se esparció la sangre, el reloj marcaba la hora y la caja de cigarrillos junto con las colillas indicaban que el hombre estuvo fumando. Lo tomaron totalmente desprevenido. Caminó alrededor, todavía olfateando, hasta llegar a la cómoda de la sala. Se acercó a uno de los cajones, notando algo... —¿Aceite industrial? Huh... De la víctima no es... ¿el culpable? —de su abrigo sacó un pañuelo y abrió el cajón para inspeccionar el interior. Estaba revuelto, algunas cajas y papeles, incluso fotos, pero nada más. Cerró el cajón—. ¿Qué estaba buscando...? Siguió la investigación mientras guardó el pañuelo, pasando por la cocina, también algo revuelta entre las alacenas y heladera, pero nada para tomar nota. Así, pasó por el pequeño pasillo que conectaba la sala con el baño y dos habitaciones más, pequeñas. Pero Koda se detuvo en el primer cuarto, el aire cambió. Empujó la puerta lo suficiente para entrar y vio, al igual que antes, todo revuelto. Lo que llamó más su atención fue la ventana del cuarto abierta. Posible entrada del culpable. Se acercó a olfatear y, sí, más rastro de aceite. Además, la escalera de incendios estaba cerca de ahí. —Pudo subir por las escaleras y entrar sin ser detectado, mh... —cruzó los brazos, pensativo, pero esto no duró mucho cuando oyó pasos. Sus orejas enseguida se voltearon en la dirección de donde provenían. El zorro se movió rápido hacia la entrada del apartamento. —¡Esto es la escena de un crimen, no puedes estar aquí! ¡No, no! ¡Nada te incumbe así que lárgate! ¡Vas a terminar contaminando la escena! —su voz se alzó en volumen contra aquella persona, pero sonaba algo cómico por el hecho que tenía una voz juvenil. Incluso eso cambió además de su apariencia. Una desdicha—. Anda, vete ya, no me obligues a sacarte. A nadie intimidaba con la baja estatura. [Cualquiera puede responder si gusta.]
    Me gusta
    Me shockea
    Me endiabla
    5
    0 turnos 0 maullidos
  • Sonidos en el bosque
    Fandom Mahou Tsukai No Yome/OC
    Categorรญa Fantasía
    ROL ABIERTO A CUALQUIERA.

    En lo profundo del bosque, en una noche iluminada solo por el fulgor de la luna llena, el aire parecía retenido por los árboles. El dosel era tan espeso que dejaba pasar apenas un puñado de hilos plateados, y esos destellos, en lugar de aliviar la oscuridad, la hacían parecer más densa, más expectante.

    En un pequeño claro, se encontraba Elías. La luz lunar se reflejaba débilmente en la superficie lisa de su cráneo, dándole un brillo ominoso. A su alrededor, las zarzas serpenteaban despacio, como sombras palpando el suelo.

    La verdadera forma de Elías se manifestó al fin. Parecía una bestia surgida de una pesadilla mal recordada, un animal inclinado sobre lo que ya no era más que una masa informe de carne. Tiempo atrás, ese cuerpo había sido un hombre; ahora solo quedaba el recuerdo de su mala fortuna al cruzarse con un demonio hambriento.

    El pelaje de Elías, tan negro que parecía devorar la luz, ocultaba una figura delgada, casi cadavérica, que no hacía sino intensificar la impresión de que la oscuridad lo había moldeado a su antojo. Sus garras afiladas se hundían en la carne tibia, arrancando fragmentos que consumía con avidez. Era un hambre antigua, insondable, insaciable.

    Cuando la sangre empapó el suelo hasta formar un charco espeso, algo dentro de él despertó. La consciencia regresó como un suspiro helado.

    —Ah… ha vuelto a ocurrir —murmuró, su voz grave pero extrañamente calmada, tan fría como la noche que lo rodeaba.

    Llevaba un collar del que colgaban plumas negras unidas por una cadena que parecía hecha de hueso pulido. Sobre su espalda descansaba una capa corta, ennegrecida y desgarrada, como si hubiera sobrevivido a demasiadas noches como esta.

    Cualquiera que lo viera pensaría que había salido de un cuento mal contado o de una fábula retorcida que nunca debió relatarse. ¿Quizás una burla nacida de las emociones humanas? ¿O un recordatorio trágico de lo que alguna vez fue?

    Elías se tensó de pronto. Sintió una presencia, una interrupción en el murmullo del bosque. Giró lentamente la cabeza. Sus ojos rojos, iluminados con intensidad, se fijaron en la densidad de la oscuridad.

    Miró… y esperó.
    Esperó a que aquello que lo observaba hiciera el primer movimiento.
    ROL ABIERTO A CUALQUIERA. En lo profundo del bosque, en una noche iluminada solo por el fulgor de la luna llena, el aire parecía retenido por los árboles. El dosel era tan espeso que dejaba pasar apenas un puñado de hilos plateados, y esos destellos, en lugar de aliviar la oscuridad, la hacían parecer más densa, más expectante. En un pequeño claro, se encontraba Elías. La luz lunar se reflejaba débilmente en la superficie lisa de su cráneo, dándole un brillo ominoso. A su alrededor, las zarzas serpenteaban despacio, como sombras palpando el suelo. La verdadera forma de Elías se manifestó al fin. Parecía una bestia surgida de una pesadilla mal recordada, un animal inclinado sobre lo que ya no era más que una masa informe de carne. Tiempo atrás, ese cuerpo había sido un hombre; ahora solo quedaba el recuerdo de su mala fortuna al cruzarse con un demonio hambriento. El pelaje de Elías, tan negro que parecía devorar la luz, ocultaba una figura delgada, casi cadavérica, que no hacía sino intensificar la impresión de que la oscuridad lo había moldeado a su antojo. Sus garras afiladas se hundían en la carne tibia, arrancando fragmentos que consumía con avidez. Era un hambre antigua, insondable, insaciable. Cuando la sangre empapó el suelo hasta formar un charco espeso, algo dentro de él despertó. La consciencia regresó como un suspiro helado. —Ah… ha vuelto a ocurrir —murmuró, su voz grave pero extrañamente calmada, tan fría como la noche que lo rodeaba. Llevaba un collar del que colgaban plumas negras unidas por una cadena que parecía hecha de hueso pulido. Sobre su espalda descansaba una capa corta, ennegrecida y desgarrada, como si hubiera sobrevivido a demasiadas noches como esta. Cualquiera que lo viera pensaría que había salido de un cuento mal contado o de una fábula retorcida que nunca debió relatarse. ¿Quizás una burla nacida de las emociones humanas? ¿O un recordatorio trágico de lo que alguna vez fue? Elías se tensó de pronto. Sintió una presencia, una interrupción en el murmullo del bosque. Giró lentamente la cabeza. Sus ojos rojos, iluminados con intensidad, se fijaron en la densidad de la oscuridad. Miró… y esperó. Esperó a que aquello que lo observaba hiciera el primer movimiento.
    Tipo
    Grupal
    Lรญneas
    Cualquier lรญnea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    Me encocora
    Me enjaja
    9
    5 turnos 0 maullidos
  • La luz cálida del local se reflejaba en la copa de vino que reposaba frente a ella. Sentada con una calma felina, la dueña del club observaba a quien acababa de entrar, como si ya supiera de antemano que esa noche no sería una noche cualquiera. Su mirada oscura tenía la habilidad de detener el tiempo, o de acelerarlo peligrosamente.

    Con un gesto lento, se apartó un mechón de cabello y sonrió, una sonrisa sutil, capaz de hacer olvidar cualquier duda.

    -¿Vienes solo? - Dijo ella, acariciando el borde de la copa con la yema del dedo. - Siéntate conmigo. Prometo que el vino sabe mejor cuando se comparte, y yo también. -
    La luz cálida del local se reflejaba en la copa de vino que reposaba frente a ella. Sentada con una calma felina, la dueña del club observaba a quien acababa de entrar, como si ya supiera de antemano que esa noche no sería una noche cualquiera. Su mirada oscura tenía la habilidad de detener el tiempo, o de acelerarlo peligrosamente. Con un gesto lento, se apartó un mechón de cabello y sonrió, una sonrisa sutil, capaz de hacer olvidar cualquier duda. -¿Vienes solo? - Dijo ella, acariciando el borde de la copa con la yema del dedo. - Siéntate conmigo. Prometo que el vino sabe mejor cuando se comparte, y yo también. -
    Me encocora
    Me gusta
    Me endiabla
    Me shockea
    7
    0 turnos 0 maullidos
  • Cena caótica
    Fandom Oc
    Categorรญa Drama
    — Ji Won estaba completamente nervioso, esa tarde iba a presentar a su novio con su familia, sabía que sus padres y hermano eran muy protectores con él, esperaba que todo saliera bien y fuera una cena agradable.—

    Todo va a salir bien, amor , estoy seguro de que te llevarás muy bien con Allen.
    — Ji Won estaba completamente nervioso, esa tarde iba a presentar a su novio con su familia, sabía que sus padres y hermano eran muy protectores con él, esperaba que todo saliera bien y fuera una cena agradable.— Todo va a salir bien, amor , estoy seguro de que te llevarás muy bien con Allen.
    Tipo
    Individual
    Lรญneas
    10
    Estado
    Disponible
    5 turnos 0 maullidos
  • — Una balada... Una fucking balada... —el compositor maldijo los antojos de su mánager mientras su lápiz garabateaba la esquina de la servilleta donde descansaba la prosa improvisada; En la barra de aquel antro, probablemente fue el único que no terminó su trago.

    ๐˜š๐˜ถ๐˜ด ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ง๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ฏ ๐˜ง๐˜ถ๐˜ฆ๐˜จ๐˜ฐ,
    ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ซ๐˜ข๐˜ฎá๐˜ด ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ฐ ๐˜ค๐˜ข๐˜ญ๐˜ฐ๐˜ณ.
    ๐˜š๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ฐ ๐˜ฉ๐˜ถ๐˜ฎ๐˜ฐ, ๐˜ด๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ฐ ๐˜ณ๐˜ถ๐˜ช๐˜ฅ๐˜ฐ,
    ๐˜ด๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ฐ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ฆ๐˜ค๐˜ฐ ๐˜ฃ๐˜ข๐˜ณ๐˜ข๐˜ต๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ถ๐˜ฏ “๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ณ”.

    ๐˜“๐˜ข ๐˜ท๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ข ๐˜ค๐˜ญ๐˜ฐ๐˜ข๐˜ค๐˜ข,
    ๐˜บ ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฉ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ด๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฉ๐˜ข๐˜ด๐˜ต๐˜ข ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ค๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ญ๐˜ญ๐˜ฐ ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ณ ๐˜ด๐˜ฆ๐˜จ๐˜ถ๐˜ช๐˜ณ๐˜ญ๐˜ฆ.
    ๐˜›๐˜ฆ ๐˜ข๐˜ฉ๐˜ฐ๐˜จ๐˜ข๐˜ด๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ฏ ๐˜ด๐˜ถ๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ข๐˜ด,
    é๐˜ญ ๐˜ณ๐˜ฆí๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ณ๐˜ข๐˜ด ๐˜ญ๐˜ถ๐˜ค๐˜ฉ๐˜ข๐˜ฃ๐˜ข๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ณ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฉ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ณ๐˜ต๐˜ฆ.

    ¿๐˜˜๐˜ถ๐˜ชé๐˜ฏ ๐˜ค๐˜ข๐˜ณ๐˜ข๐˜ซ๐˜ฐ ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜จ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ตó ๐˜ด๐˜ช ๐˜ขú๐˜ฏ ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ช๐˜ณ๐˜ข๐˜ด?
    ¿๐˜Š๐˜ณ๐˜ฆé๐˜ด ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ช๐˜ฎ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ต๐˜ข๐˜ฏ ๐˜ต๐˜ถ๐˜ด ๐˜ด๐˜ถ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ช๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ด?
    ๐˜•๐˜ฐ ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ข๐˜ด ๐˜ช๐˜ฎ๐˜ฃ๐˜ฆ๐˜ค๐˜ช๐˜ญ. ๐˜•๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ค๐˜ช๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ฆ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ค๐˜ชó๐˜ฏ.
    ๐˜Œ๐˜ญ ๐˜ฎ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฐ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ท๐˜ข ๐˜ข ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ต๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ด๐˜ฆ
    ๐˜ฑ๐˜ข๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ข๐˜ณ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜จ๐˜ญ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ต๐˜ถ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ข๐˜ปó๐˜ฏ.
    — Una balada... Una fucking balada... —el compositor maldijo los antojos de su mánager mientras su lápiz garabateaba la esquina de la servilleta donde descansaba la prosa improvisada; En la barra de aquel antro, probablemente fue el único que no terminó su trago. ๐˜š๐˜ถ๐˜ด ๐˜ฎ๐˜ข๐˜ฏ๐˜ฐ๐˜ด ๐˜ง๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ฏ ๐˜ง๐˜ถ๐˜ฆ๐˜จ๐˜ฐ, ๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฐ ๐˜ซ๐˜ข๐˜ฎá๐˜ด ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ฐ ๐˜ค๐˜ข๐˜ญ๐˜ฐ๐˜ณ. ๐˜š๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ฐ ๐˜ฉ๐˜ถ๐˜ฎ๐˜ฐ, ๐˜ด๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ฐ ๐˜ณ๐˜ถ๐˜ช๐˜ฅ๐˜ฐ, ๐˜ด๐˜ฐ๐˜ญ๐˜ฐ ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ฆ๐˜ค๐˜ฐ ๐˜ฃ๐˜ข๐˜ณ๐˜ข๐˜ต๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ ๐˜ถ๐˜ฏ “๐˜ข๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ณ”. ๐˜“๐˜ข ๐˜ท๐˜ช๐˜ฅ๐˜ข ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ข ๐˜ค๐˜ญ๐˜ฐ๐˜ข๐˜ค๐˜ข, ๐˜บ ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฉ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ด๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฉ๐˜ข๐˜ด๐˜ต๐˜ข ๐˜ฆ๐˜ญ ๐˜ค๐˜ถ๐˜ฆ๐˜ญ๐˜ญ๐˜ฐ ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ณ ๐˜ด๐˜ฆ๐˜จ๐˜ถ๐˜ช๐˜ณ๐˜ญ๐˜ฆ. ๐˜›๐˜ฆ ๐˜ข๐˜ฉ๐˜ฐ๐˜จ๐˜ข๐˜ด๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฆ๐˜ฏ ๐˜ด๐˜ถ๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ฎ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ข๐˜ด, é๐˜ญ ๐˜ณ๐˜ฆí๐˜ข ๐˜ฎ๐˜ช๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ต๐˜ณ๐˜ข๐˜ด ๐˜ญ๐˜ถ๐˜ค๐˜ฉ๐˜ข๐˜ฃ๐˜ข๐˜ด ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ณ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ฉ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ณ๐˜ต๐˜ฆ. ¿๐˜˜๐˜ถ๐˜ชé๐˜ฏ ๐˜ค๐˜ข๐˜ณ๐˜ข๐˜ซ๐˜ฐ ๐˜ต๐˜ฆ ๐˜ฑ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜จ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ตó ๐˜ด๐˜ช ๐˜ขú๐˜ฏ ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ช๐˜ณ๐˜ข๐˜ด? ¿๐˜Š๐˜ณ๐˜ฆé๐˜ด ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ช๐˜ฎ๐˜ฑ๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ต๐˜ข๐˜ฏ ๐˜ต๐˜ถ๐˜ด ๐˜ด๐˜ถ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ช๐˜ณ๐˜ฐ๐˜ด? ๐˜•๐˜ฐ ๐˜ด๐˜ฆ๐˜ข๐˜ด ๐˜ช๐˜ฎ๐˜ฃ๐˜ฆ๐˜ค๐˜ช๐˜ญ. ๐˜•๐˜ฐ ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ด๐˜ฑ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ฅ๐˜ช๐˜ค๐˜ช๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ฆ๐˜ฎ๐˜ฐ๐˜ค๐˜ชó๐˜ฏ. ๐˜Œ๐˜ญ ๐˜ฎ๐˜ถ๐˜ฏ๐˜ฅ๐˜ฐ ๐˜ฏ๐˜ฐ ๐˜ท๐˜ข ๐˜ข ๐˜ฅ๐˜ฆ๐˜ต๐˜ฆ๐˜ฏ๐˜ฆ๐˜ณ๐˜ด๐˜ฆ ๐˜ฑ๐˜ข๐˜ณ๐˜ข ๐˜ฒ๐˜ถ๐˜ฆ ๐˜ข๐˜ณ๐˜ณ๐˜ฆ๐˜จ๐˜ญ๐˜ฆ๐˜ด ๐˜ต๐˜ถ ๐˜ค๐˜ฐ๐˜ณ๐˜ข๐˜ปó๐˜ฏ.
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos
Ver mรกs resultados
Patrocinados