• De camino a Nueva Orleans,
    una lluvia de estrellas iluminó la pantalla
    mientras el décimo impacto centelleaba.
    Las velas prohibidas brillaban, oh.
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    Fandom Oirginal
    Categoría Aventura
    Había cuadernos y cosas viejas; de los lugares que visité y la gente que me reconoció, siempre me preguntaron por él, pero yo no supe dar una respuesta.

    — ¿Y Friend? —me preguntaban.
    —¿Lo enviaste a algún lado? —cuestionaban.
    No sabía qué decir. No sabía quién era Friend, pero entre mis fotos viejas y archivos estaba él.

    Así que me propuse encontrarlo. Necesitaba hacerlo, más que por curiosidad, porque mi cuerpo me pedía que lo hiciera, como si hubiera una sensación de urgencia que no podía quitarme de la cabeza cada vez que veía una foto de aquel golem. Algo me decía que era importante que lo encontrara, era muy importante.

    Y así lo hice. Después de haberme reunido con las chicas, las demás personificaciones.
    Pero había algo que me oprimía el pecho y hacía que la melancolía me invadiera, aunque no sabía qué era.

    Había evitado Bangladés desde que tenía memoria, no conscientemente, pero sí postergando visitarlo por cualquier cosa, como si no fuera importante. Sin embargo, en cuanto puse un pie en la frontera, todo cambió. El sentimiento de melancolía se apoderó de mí y el apremio se intensificó, como si hubiera una señal que me estuviera atrayendo desde alguna parte del lugar.

    Deambulé, volé y planeé usando el aire a mi favor hasta que por fin la sensación se hizo tan insoportable que me desplomó sobre algunas ruinas que nadie se había molestado en levantar. No podía respirar, pues el llanto apremiaba sin razón aparente por mi garganta. Me obligué a respirar.

    Escuché un pitido sonar no muy lejos de mí. Me puse de pie como pude y caminé hasta el pitido. Cuando di un último paso, un fino rayo de luz salió disparado al cielo.
    Había cuadernos y cosas viejas; de los lugares que visité y la gente que me reconoció, siempre me preguntaron por él, pero yo no supe dar una respuesta. — ¿Y Friend? —me preguntaban. —¿Lo enviaste a algún lado? —cuestionaban. No sabía qué decir. No sabía quién era Friend, pero entre mis fotos viejas y archivos estaba él. Así que me propuse encontrarlo. Necesitaba hacerlo, más que por curiosidad, porque mi cuerpo me pedía que lo hiciera, como si hubiera una sensación de urgencia que no podía quitarme de la cabeza cada vez que veía una foto de aquel golem. Algo me decía que era importante que lo encontrara, era muy importante. Y así lo hice. Después de haberme reunido con las chicas, las demás personificaciones. Pero había algo que me oprimía el pecho y hacía que la melancolía me invadiera, aunque no sabía qué era. Había evitado Bangladés desde que tenía memoria, no conscientemente, pero sí postergando visitarlo por cualquier cosa, como si no fuera importante. Sin embargo, en cuanto puse un pie en la frontera, todo cambió. El sentimiento de melancolía se apoderó de mí y el apremio se intensificó, como si hubiera una señal que me estuviera atrayendo desde alguna parte del lugar. Deambulé, volé y planeé usando el aire a mi favor hasta que por fin la sensación se hizo tan insoportable que me desplomó sobre algunas ruinas que nadie se había molestado en levantar. No podía respirar, pues el llanto apremiaba sin razón aparente por mi garganta. Me obligué a respirar. Escuché un pitido sonar no muy lejos de mí. Me puse de pie como pude y caminé hasta el pitido. Cuando di un último paso, un fino rayo de luz salió disparado al cielo.
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  • [00]

    "Creí que robar un cuerpo sería la experiencia más extraña que viviría, en especial cuando es uno con una forma tan indescriptible. Pero contemplarse a uno mismo, decorando su propio lecho de muerte con la cálida esencia roja de la vida es... Es un remolino de emociones; la paz, la paz de por fin darme un respiro de dormir con un ojo abierto, la tristeza, la tristeza de saber como fueron a parar mis treinta y tantos años de vida, y la euforia, la euforia de eludir a la muerte y vivir para contarlo.

    Descansa, yo, el universo cobró su karma con la carne. Tú también puedes descansar, pequeño deforme, yo me encargaré de darte la identidad que has estado buscando durante tanto tiempo".

    El cuerpo permaneció en posición fetal, hasta que el débil palpitar de su corazón cedió.

    ...

    El ritmo del danzar del fuego en las antorchas era totalmente ajeno a la orquesta de crujidos que recorría al gran salón, cuyas paredes repartieron el sonido entre ellas como un eco penetrante. El choque de metal con metal acompañó al grotesco masticar de aquel que evadió el final. Él sació el hambre de su nueva carne con la anterior, dándole una retorcida conclusión a su perdida de humanidad.

    ...

    Sentir el yelmo en su núcleo era electrizante, especialmente cuando los nervios de su nuevo cuerpo eran increíblemente agudos. El metal es frío, pero el instinto marcado en la memoria muscular le hizo sentirse cómodo con la protección. Así fue con cada placa de la armadura saqueada, dónde sus extremidades amorfas tomaron el lugar que alguna vez ocupó el cadáver medio comido que yace tirado en una de las esquinas del salón.

    —Tengo... Hambre.

    Librado de la parca, librado de límites, pero ahora era prisionero de una necesidad que jamás pensó que sería tan grande.

    Manipular sus músculos actuales era todo un desafío, especialmente cuando se es plenamente consciente de cada uno de ellos. Era como aprender a jugar ajedrez, solo que las piezas se duplican y sus funciones reciben alteraciones si así él lo quería.

    Trató de dar un paso una vez que superó el reto de erguirse, pero colapsó enseguida al no poder mantener el equilibrio. Varios intentos, múltiples fracasos, hasta que optó por usar la espada como bastón, bajo un agarre tosco, mientras usaba la pared como otro punto de apoyo.

    Pronto dolió, todas y cada una de las secciones que componen la irregularidad de su estructura. Sintió la sangre sobre la fina capa de piel, supo la medida de los desgarros a los pocos segundos, pero desaparecieron antes de que pudiera dar un vistazo.

    —Sanar rápido es... Bueno. Pero demasiado exigente...

    Nutrientes. Comer ya no era una necesidad, sino una emergencia.

    —¿Regalo... divino? ¿Quien... Regala un pase directo... A una prisión?

    Maldijo lento y jadeante, un vago intento por reservar energías. Le harían falta, en especial cuando debía sobrevivir a una mazamorra sin salida aparente.
    [00] "Creí que robar un cuerpo sería la experiencia más extraña que viviría, en especial cuando es uno con una forma tan indescriptible. Pero contemplarse a uno mismo, decorando su propio lecho de muerte con la cálida esencia roja de la vida es... Es un remolino de emociones; la paz, la paz de por fin darme un respiro de dormir con un ojo abierto, la tristeza, la tristeza de saber como fueron a parar mis treinta y tantos años de vida, y la euforia, la euforia de eludir a la muerte y vivir para contarlo. Descansa, yo, el universo cobró su karma con la carne. Tú también puedes descansar, pequeño deforme, yo me encargaré de darte la identidad que has estado buscando durante tanto tiempo". El cuerpo permaneció en posición fetal, hasta que el débil palpitar de su corazón cedió. ... El ritmo del danzar del fuego en las antorchas era totalmente ajeno a la orquesta de crujidos que recorría al gran salón, cuyas paredes repartieron el sonido entre ellas como un eco penetrante. El choque de metal con metal acompañó al grotesco masticar de aquel que evadió el final. Él sació el hambre de su nueva carne con la anterior, dándole una retorcida conclusión a su perdida de humanidad. ... Sentir el yelmo en su núcleo era electrizante, especialmente cuando los nervios de su nuevo cuerpo eran increíblemente agudos. El metal es frío, pero el instinto marcado en la memoria muscular le hizo sentirse cómodo con la protección. Así fue con cada placa de la armadura saqueada, dónde sus extremidades amorfas tomaron el lugar que alguna vez ocupó el cadáver medio comido que yace tirado en una de las esquinas del salón. —Tengo... Hambre. Librado de la parca, librado de límites, pero ahora era prisionero de una necesidad que jamás pensó que sería tan grande. Manipular sus músculos actuales era todo un desafío, especialmente cuando se es plenamente consciente de cada uno de ellos. Era como aprender a jugar ajedrez, solo que las piezas se duplican y sus funciones reciben alteraciones si así él lo quería. Trató de dar un paso una vez que superó el reto de erguirse, pero colapsó enseguida al no poder mantener el equilibrio. Varios intentos, múltiples fracasos, hasta que optó por usar la espada como bastón, bajo un agarre tosco, mientras usaba la pared como otro punto de apoyo. Pronto dolió, todas y cada una de las secciones que componen la irregularidad de su estructura. Sintió la sangre sobre la fina capa de piel, supo la medida de los desgarros a los pocos segundos, pero desaparecieron antes de que pudiera dar un vistazo. —Sanar rápido es... Bueno. Pero demasiado exigente... Nutrientes. Comer ya no era una necesidad, sino una emergencia. —¿Regalo... divino? ¿Quien... Regala un pase directo... A una prisión? Maldijo lento y jadeante, un vago intento por reservar energías. Le harían falta, en especial cuando debía sobrevivir a una mazamorra sin salida aparente.
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  • Tras un largo día ocupándose de los asuntos del día a día, por fin parecía haber finalizado la labor, al menos por esa jornada. Ya no recordaba a cuantos había matado ni como lo había hecho. ¿Se sentía satisfecho? ¿No se sentía conforme? Era algo difícil de saber, decidió abandonar el recinto donde había llevado a cabo la masacre, ya que solo era cuestión de tiempo para que llegaran las autoridades al lugar.

    —Estos malditos sacos de mierda, son como las putas cucarachas, los mato una y otra vez y vuelven a aparecer. No me rendiré, los voy a cortar de raíz a como dé lugar.

    Ese era el compromiso que hizo consigo mismo, seguir adelante con su objetivo de vida. Sea como sea, el mar de cadáveres dentro de aquel edificio viejo, estaba servido.
    Tras un largo día ocupándose de los asuntos del día a día, por fin parecía haber finalizado la labor, al menos por esa jornada. Ya no recordaba a cuantos había matado ni como lo había hecho. ¿Se sentía satisfecho? ¿No se sentía conforme? Era algo difícil de saber, decidió abandonar el recinto donde había llevado a cabo la masacre, ya que solo era cuestión de tiempo para que llegaran las autoridades al lugar. —Estos malditos sacos de mierda, son como las putas cucarachas, los mato una y otra vez y vuelven a aparecer. No me rendiré, los voy a cortar de raíz a como dé lugar. Ese era el compromiso que hizo consigo mismo, seguir adelante con su objetivo de vida. Sea como sea, el mar de cadáveres dentro de aquel edificio viejo, estaba servido.
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Muy buena tarde noche para algunos, a todos los que cumplan en este mes, les deseo un muy feliz cumpleaños y muchas bendiciones.

    Aprovecho la oportunidad para ofrecer interacciones a quien guste, puede buscarme en privado mandandome un mensaje o bien etiquetarme.
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    // Hay varios signos aun disponibles para la trama, prometemos no morder (? (no mucho) un virgo no me molestaria por cierto


    Caroline Forbes preciosa rol sage me ayudas a compartir para llegar a más? muchas gracias
    // Hay varios signos aun disponibles para la trama, prometemos no morder (? (no mucho) un virgo no me molestaria por cierto [CarolineForbes] preciosa rol sage me ayudas a compartir para llegar a más? muchas gracias
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  • Nadie ronda los pasillos del castillo de Ithaca por la noche. No son necesarios guardias, pues ni si quiera los pretendientes a Penélope osan si quiera soñar con escabullirse a sus aposentos, pues hay un único vigilante, y no tiene piedad si se trata de proteger a la reina y el príncipe.

    Irónico, que elmpropio Antínoo, tuviera unos pensamientos e intenciones tan oscuras para con quienes debía proteger, por más en silencio que estás se mantuvieran
    Nadie ronda los pasillos del castillo de Ithaca por la noche. No son necesarios guardias, pues ni si quiera los pretendientes a Penélope osan si quiera soñar con escabullirse a sus aposentos, pues hay un único vigilante, y no tiene piedad si se trata de proteger a la reina y el príncipe. Irónico, que elmpropio Antínoo, tuviera unos pensamientos e intenciones tan oscuras para con quienes debía proteger, por más en silencio que estás se mantuvieran
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    ¡Lo prometido es deuda! Bienvenida a la melancólica, amante del helado y las películas de amor rosa, démosle una cálida y lagrimeante bienvenida a la chillona... ¡Narelle!

    Ella podría acabar solita con la escases del agua con su puro llanto, pero no le gusta ver a los demás felices. (?)

    Bienvenida al fandom, siéntete libre de usar cualquier hombro para soltar tus lamentos.

    Tkm, por favor, ya libérame. (?)

    𝑁𝑎𝑟𝑒𝑙𝑙𝑒 𝑆𝑡𝑎𝑟𝑓𝑒𝑙𝑙 ᑦᵃⁿᶜᵉʳ ᵀʰᵉ ᴰᵉᵛᵒᵗᵉᵈ
    ¡Lo prometido es deuda! Bienvenida a la melancólica, amante del helado y las películas de amor rosa, démosle una cálida y lagrimeante bienvenida a la chillona... ¡Narelle! Ella podría acabar solita con la escases del agua con su puro llanto, pero no le gusta ver a los demás felices. (?) Bienvenida al fandom, siéntete libre de usar cualquier hombro para soltar tus lamentos. Tkm, por favor, ya libérame. (?) [legend_maroon_fox_521]
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  • —Me pregunto... ¿Cómo será tu rostro?
    Incluso los retratos que te han hecho, se han deformado con el paso de los años... no logro reconocerte entre ellos, Papá.

    Mantenía la esperanza de que seguía vivo, tantas maravillas no podían simplemente acabar en cuentos que le tocó escuchar, quería conocerlo, estar con él.

    —Por favor, vuelve pronto...
    —Me pregunto... ¿Cómo será tu rostro? Incluso los retratos que te han hecho, se han deformado con el paso de los años... no logro reconocerte entre ellos, Papá. Mantenía la esperanza de que seguía vivo, tantas maravillas no podían simplemente acabar en cuentos que le tocó escuchar, quería conocerlo, estar con él. —Por favor, vuelve pronto...
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  • Ver tus ojos.

    Me pone tan nerviosa, me hace sentir tan débil y vulnerable.

    La noche que me encontraste, no supe cómo reaccionar.
    No sé qué pensaste, pero sé lo que sentía al volver a mirar tus ojos.

    Me di cuenta que al no habernos uno del otro en esta vida, en otra nos amamos profundamente.

    El despedirnos fue así, tan corto, y pase a lado de ti, fingiendo que no me importaba.

    Pero no es así, miraba tu espalda, pensando, en qué estabas pensando tú en ese momento.

    Hasta que miraste atrás, y ese mismo echo, ese mismo mirar desbarató mi alma.

    "¿Por qué Diosa? ... ¿Porqué has permitido que nuevamente nos encontremos, para vernos así?"

    Pensaba, con el alma en mi pecho y sentimientos que dominaban mi mirar, aquellos que se delataban en mis pupilas y el sentimiento en el aire que hacía notar al mundo ajeno sobre nosotros.

    Si no merecía ni siquiera tu mirar, tus encantos estaban en aquel silencio que me mataba por dentro.
    Aquel que me volvía loca por tanto pensar si, era lo correcto lo que estábamos haciendo.

    Y al voltearte a mi, ni siquiera sonreí. porque sabía que te había decepcionado ya dos veces y en una de ellas había roto una promesa.

    Una promesa que aún no me e perdonado.

    Tu mirar no solo delataba ese amor nunca entregado, si no el juicio de mi error, clavándome en el pecho y alma como a una estaca enorme clavada hasta el subsuelo.

    Cómo a la lanza de un angel cósmico que me obligaba a ser conciente del amor que perdí por haber decepcionado mis sentimientos.

    Y tú mirar, que en mi sin ninguna palabra tuya, delataba tu sentir.
    Inundaba mi alma en tu bondad, en palabras que no escucho pero que quisiera oír.

    Hombre!...
    Tú tienes el poder y tú lo sabes.

    Y yo soy el castigo en vida por no poder tenerte y respetar el límite de tu partida, cuidando tu amor.
    Cuidándote de mi,
    una mujer peligrosa que podría arrebatarte de los brazos de otra mujer.

    Pero no soy así, no puedo... Te ame tanto en otra vida, y te amo tanto, que tú felicidad es lo mejor para mi.

    Por eso ambos no nos acercamos, porque sabemos que es peligroso hacerlo así.
    Tú, hombre divino, hombre fiel... Yo, pecadora de un amor no correspondido a morir por su propia mano a sus mismos pecados.

    La canción de esta historia es aquel al cual bailo a solas... Porque sigo danzando en este camino con amor a mi, amor a ti... Amor a lo que nunca existió, nunca se vivió ,pero se pudo sentir.
    Ver tus ojos. Me pone tan nerviosa, me hace sentir tan débil y vulnerable. La noche que me encontraste, no supe cómo reaccionar. No sé qué pensaste, pero sé lo que sentía al volver a mirar tus ojos. Me di cuenta que al no habernos uno del otro en esta vida, en otra nos amamos profundamente. El despedirnos fue así, tan corto, y pase a lado de ti, fingiendo que no me importaba. Pero no es así, miraba tu espalda, pensando, en qué estabas pensando tú en ese momento. Hasta que miraste atrás, y ese mismo echo, ese mismo mirar desbarató mi alma. "¿Por qué Diosa? ... ¿Porqué has permitido que nuevamente nos encontremos, para vernos así?" Pensaba, con el alma en mi pecho y sentimientos que dominaban mi mirar, aquellos que se delataban en mis pupilas y el sentimiento en el aire que hacía notar al mundo ajeno sobre nosotros. Si no merecía ni siquiera tu mirar, tus encantos estaban en aquel silencio que me mataba por dentro. Aquel que me volvía loca por tanto pensar si, era lo correcto lo que estábamos haciendo. Y al voltearte a mi, ni siquiera sonreí. porque sabía que te había decepcionado ya dos veces y en una de ellas había roto una promesa. Una promesa que aún no me e perdonado. Tu mirar no solo delataba ese amor nunca entregado, si no el juicio de mi error, clavándome en el pecho y alma como a una estaca enorme clavada hasta el subsuelo. Cómo a la lanza de un angel cósmico que me obligaba a ser conciente del amor que perdí por haber decepcionado mis sentimientos. Y tú mirar, que en mi sin ninguna palabra tuya, delataba tu sentir. Inundaba mi alma en tu bondad, en palabras que no escucho pero que quisiera oír. Hombre!... Tú tienes el poder y tú lo sabes. Y yo soy el castigo en vida por no poder tenerte y respetar el límite de tu partida, cuidando tu amor. Cuidándote de mi, una mujer peligrosa que podría arrebatarte de los brazos de otra mujer. Pero no soy así, no puedo... Te ame tanto en otra vida, y te amo tanto, que tú felicidad es lo mejor para mi. Por eso ambos no nos acercamos, porque sabemos que es peligroso hacerlo así. Tú, hombre divino, hombre fiel... Yo, pecadora de un amor no correspondido a morir por su propia mano a sus mismos pecados. La canción de esta historia es aquel al cual bailo a solas... Porque sigo danzando en este camino con amor a mi, amor a ti... Amor a lo que nunca existió, nunca se vivió ,pero se pudo sentir.
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