• Kael subió el último escalón con la respiración un poco acelerada y la caja de herramientas golpeándole el muslo. La llamada había sido hacía menos de veinte minutos: *“Che, hermano, te tiro un laburito rápido. Estoy tapado. Es en tal dirección. Andá ya si podés.”*
    Y acá estaba.

    Frunció el ceño para leer bien el número del departamento y, cuando lo encontró, golpeó dos veces con los nudillos, directo y sin rodeos.

    —Buenas —saludó cuando la puerta se abrió, pasándose una mano por el cabello, todavía húmedo por la lluvia de camino—. Soy Kael… un amigo tuyo o de tu contratista—hizo un gesto con la mano—…me pidió que lo cubra con este trabajo.

    Levantó un poco la caja de herramientas, como si fuera una explicación suficiente.

    —No me dieron muchos detalles, solo que había algo que arreglar o instalar, y que era urgente.

    Se le notaba algo nervioso e incómodo, llamar a una persona y que otra totalmente distinta llegue a tu puerta es por decir poco, extraño, una parte de él estaba preparado para ser rechazado y retirarse.

    —Si querés, paso y lo veo. Ya estoy acá, así que…

    La media sonrisa apareció apenas, cansada pero genuina.

    —Prometo no dejarte la casa peor de lo que la encontré. Sólo decime por dónde empiezo.
    Kael subió el último escalón con la respiración un poco acelerada y la caja de herramientas golpeándole el muslo. La llamada había sido hacía menos de veinte minutos: *“Che, hermano, te tiro un laburito rápido. Estoy tapado. Es en tal dirección. Andá ya si podés.”* Y acá estaba. Frunció el ceño para leer bien el número del departamento y, cuando lo encontró, golpeó dos veces con los nudillos, directo y sin rodeos. —Buenas —saludó cuando la puerta se abrió, pasándose una mano por el cabello, todavía húmedo por la lluvia de camino—. Soy Kael… un amigo tuyo o de tu contratista—hizo un gesto con la mano—…me pidió que lo cubra con este trabajo. Levantó un poco la caja de herramientas, como si fuera una explicación suficiente. —No me dieron muchos detalles, solo que había algo que arreglar o instalar, y que era urgente. Se le notaba algo nervioso e incómodo, llamar a una persona y que otra totalmente distinta llegue a tu puerta es por decir poco, extraño, una parte de él estaba preparado para ser rechazado y retirarse. —Si querés, paso y lo veo. Ya estoy acá, así que… La media sonrisa apareció apenas, cansada pero genuina. —Prometo no dejarte la casa peor de lo que la encontré. Sólo decime por dónde empiezo.
    0 turnos 0 maullidos
  • Baelz se había sentido extraña los últimos días, mareos repentinos y un extraño e ineludible antojo por la pizza. Recurrió a su nuevo mejor amigo, el Internet, para orientarse y compró uno de esos dispositivos de plástico. Esperó los minutos necesarios, mirando fijamente el palo de plástico donde se dibujaron dos rayitas

    —Vale, dos rayas. ¿Qué significa esto? Creo que gane algo. Ahhh claro internet, internet — Dijo confundida, pero por alguna razón estaba muy emocionada

    Encendió la computadora y tecleó furiosamente en la barra de búsqueda

    —Positivo... Embarazado... Gestación. ¡JAJAJA! —Leyó en voz alta, riendo escandalosamente —Imposible yo no soy humana, nunca he visto que las encarnaciones del caos se embaracen... Esperen... la única encarnación del caos soy yo... No,no,no,no. Imposible tal vez tengo un virus voy a morir.

    Buscó rápidamente con una compresión erronea

    —"Tumores con falsos positivos" Lo sabia, tengo un tumor por comer tanto queso frito. Bueno, voy a buscar los síntomas del embarazo... Nauseas, antojos inusuales y cansancio... ¡Oh no! — Baelz se puso pálida, la verdad la golpeó

    Ultima búsqueda "Promedio de bebés que tiene la rata"

    —¡¿5-16?! Acaso voy a tener un ejército de niños? Esto es una broma... Los humanos estan jugando sucio

    Cerró la computadora con un golpe, haciendo que los vidrios cayeran. Definitivamente todo es culpa de esa gata, pensó

    —Realmente voy a parecer una pelota de queso con patas. Maldigo a tu generación Raora... Espera, esa es mi generación ¡Nuestra generación! No,no ¿Y si la mitad son ratas y la otra mitad gatitos? ¿Significa que tendremos que comprar queso y carne? ¿O van a pelear por el mismo plato?

    Sus ojos empezaron a picar, y comenzó a llorar de forma incontrolable. Sus hormonas la habían traicionado

    —Si voy a tener un ejército. Necesito el equipo adecuado

    Limpió rápidamente sus lágrimas con el dorso de la mano. Tomó su laptop rota y abrio una tienda online

    En menos de tres minutos la tarjeta quedo bloqueada, pero no le preocupo ya que no era suya

    —500 pañales con estampado de rata, letrero led "Bienvenidos al caos" Perfecto todo listo

    En un gesto que la sorprendió, puso una mano en su vientre y se dirigió a sus hijos por primera vez con dulzura

    —Pequeños, ustedes serán los mejores, los más fuertes y los más ruidosos. Espero les guste el rojo y los ratones. Realmente no me importa si son ratas o pequeñas bolas de furia. Simplemente son mis hijos... Y los amo
    Baelz se había sentido extraña los últimos días, mareos repentinos y un extraño e ineludible antojo por la pizza. Recurrió a su nuevo mejor amigo, el Internet, para orientarse y compró uno de esos dispositivos de plástico. Esperó los minutos necesarios, mirando fijamente el palo de plástico donde se dibujaron dos rayitas —Vale, dos rayas. ¿Qué significa esto? Creo que gane algo. Ahhh claro internet, internet — Dijo confundida, pero por alguna razón estaba muy emocionada Encendió la computadora y tecleó furiosamente en la barra de búsqueda —Positivo... Embarazado... Gestación. ¡JAJAJA! —Leyó en voz alta, riendo escandalosamente —Imposible yo no soy humana, nunca he visto que las encarnaciones del caos se embaracen... Esperen... la única encarnación del caos soy yo... No,no,no,no. Imposible tal vez tengo un virus voy a morir. Buscó rápidamente con una compresión erronea —"Tumores con falsos positivos" Lo sabia, tengo un tumor por comer tanto queso frito. Bueno, voy a buscar los síntomas del embarazo... Nauseas, antojos inusuales y cansancio... ¡Oh no! — Baelz se puso pálida, la verdad la golpeó Ultima búsqueda "Promedio de bebés que tiene la rata" —¡¿5-16?! Acaso voy a tener un ejército de niños? Esto es una broma... Los humanos estan jugando sucio Cerró la computadora con un golpe, haciendo que los vidrios cayeran. Definitivamente todo es culpa de esa gata, pensó —Realmente voy a parecer una pelota de queso con patas. Maldigo a tu generación Raora... Espera, esa es mi generación ¡Nuestra generación! No,no ¿Y si la mitad son ratas y la otra mitad gatitos? ¿Significa que tendremos que comprar queso y carne? ¿O van a pelear por el mismo plato? Sus ojos empezaron a picar, y comenzó a llorar de forma incontrolable. Sus hormonas la habían traicionado —Si voy a tener un ejército. Necesito el equipo adecuado Limpió rápidamente sus lágrimas con el dorso de la mano. Tomó su laptop rota y abrio una tienda online En menos de tres minutos la tarjeta quedo bloqueada, pero no le preocupo ya que no era suya —500 pañales con estampado de rata, letrero led "Bienvenidos al caos" Perfecto todo listo En un gesto que la sorprendió, puso una mano en su vientre y se dirigió a sus hijos por primera vez con dulzura —Pequeños, ustedes serán los mejores, los más fuertes y los más ruidosos. Espero les guste el rojo y los ratones. Realmente no me importa si son ratas o pequeñas bolas de furia. Simplemente son mis hijos... Y los amo
    Me encocora
    Me gusta
    Me shockea
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • ──Es tan sencillo como romper una cadena llena de eslabones agrietados, pero no lo aceptan, se aferran a esa ancla que les brinda seguridad dentro de su propia ceguera.
    ──Es tan sencillo como romper una cadena llena de eslabones agrietados, pero no lo aceptan, se aferran a esa ancla que les brinda seguridad dentro de su propia ceguera.
    Me gusta
    4
    0 turnos 0 maullidos
  • 𝙀𝙡 𝙢𝙪𝙘𝙝𝙖𝙘𝙝𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙤𝙟𝙤𝙨 𝙩𝙧𝙞𝙨𝙩𝙚𝙨
    Fandom OC
    Categoría Drama
    R./W 𝐂𝐇𝐔𝐂𝐊 𝐒𝐇𝐔𝐑𝐋𝐄𝐘
    "¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙨𝙚 𝙛𝙪𝙚 𝙮 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙢𝙪𝙧𝙞ó.
    ¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙚𝙡 𝙎𝙚ñ𝙤𝙧 𝙢𝙚 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙞𝙩ó?
    𝙎𝙚 𝙝𝙖 𝙞𝙙𝙤 𝙖𝙡 𝙘𝙞𝙚𝙡𝙤 𝙮 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙥𝙤𝙙𝙚𝙧 𝙞𝙧 𝙮𝙤
    𝘿𝙚𝙗𝙤 𝙩𝙖𝙢𝙗𝙞é𝙣 𝙨𝙚𝙧 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤."
    — 𝙇𝙤𝙨 𝘼𝙥𝙨𝙤𝙣 (1964)

    —Trece vueltas de marea habían pasado desde que los medios neoyorkinos anunciaron la muerte de Joseph Conor Reagan, el honorable policía, hijo del comisionado en turno.

    Ese suceso fue devastador para la familia. Todos lo adoraban, era el tipo de persona modelo, un hombre que buscaba siempre hacer el bien sin mirar a quien; razón por la cual los Reagan no comprendían el porque había muerto. Trataron de hacerlo, refugiándose en su fe católica inculcada desde la infancia, con frases paliativas como: "Era su momento." o "Dios lo necesitaba en su reino." Esa última era la que más ponía a pensar a Jamie, en especial ahora que era consciente de la divinidad de Chuck.

    Para la familia Jamie era quien había llevado mejor el duelo (aparentemente). No obstante, aunque por fuera parecía el mismo joven afable y sonriente, por dentro traía consigo mismo una lucha interna, misma que estaba centrada en un duelo que no hallaba la manera de superar, que lo carcomía, igual que las termitas a la madera. La herida estaba ahí, abierta como el primer día y no era para menos.

    Habían sido cuatro hermanos. Danny era muy apegado a Erin, después de todo eran los mayores. Por otro lado, Joe tenía un vínculo único con Jamie, uno que solo la muerte logró romper. Cuando él partió Jamie no solo había perdido un hermano, también se había ido un amigo, un confidente, una persona que lo comprendía como nadie, que lo apoyaba, que estaba siempre para él, justo como un buen hermano mayor lo haría. Con eso en cuenta "¿Cómo es que Dios pudo llevárselo? ¿Acaso no sabía el dolor que eso me iba a causar? ¿Cuál es su plan en todo esto?" Por suerte para él, por primera vez en años, conocía a quien de manera directa le podía dar las respuestas.

    De tal modo que, después de pasar a dejar unas flores al panteón donde reposaban los restos de Joe, se fue directo a un bar que solía ser catalogado como "De policías" más que nada por la afluencia de estas personas en el recinto. Mientras caminaba se hacía a la idea respecto a que tan bueno era tratar el asunto con Chuck, no quería molestarlo pero llevaba tanto tiempo ansiando una respuesta que la posibilidad de esto desvío toda duda naciente.

    Al adentrarse al local saludó con cortesía al cantinero. El hombre ya de por sí lo ubicaba por ser otro de los hijos del comisionado, razón por la cual siempre le reservaba su mesa favorita en la parte trasera del establecimiento. "Hey ¿Qué hay de nuevo, Jamie? ¿Lo mismo de siempre?" Le preguntó en lo que secaba la barra con el trapo gris que traía colgado al hombro. El oficial al escucharlo le sonrió con una notoria sutileza a la par que asentía.—

    Sí, por favor, pero esta vez ponme una copa extra ¿Va? Espero compañía esta noche. —No dio más explicación sobre quién llegaría, en especial porque sabía que, tanto a Chuck, como a él, les gustaba la privacidad y porque al ser hijo de una figura pública de alto rango la gente sería capaz de vender "chisme caliente" con tal de obtener algún dinero.

    Tras dejar la indicación dada se fue a su mesa en el rincón y tomó asiento. Mientras esperaba, sacó del bolsillo de su chamarra negra una pequeña caja que contenía piezas de dominó. Aquel particular juego de mesa era el favorito de Joe y también de Jamie ya que, después de las largas horas patrullando, ambos se ponían al corriente de su día y de sus vidas, entre risas y el "click clak" que generaban las fichas al moverlas.

    Después de su muerte, el hermano menor no dejó de jugar, aunque ahora lo hacía solo. Muchos le dijeron que eso era imposible en una partida de dominó, más él lo volvió posible, a su manera, pero lo logró. Su método era sencillo pero efectivo: luego de revolver las fichas, separaba las suyas y las que serían de su hermano, posteriormente, tiraba una y luego él mismo podía mover al azar alguna otra pero ahora del montón que le habían tocado simbólicamente a Joe. Le resultaba entretenido, era su medio de canalizar el dolor; habia ocasiones en que incluso el mayor le ganaba sin estar presente, cosa que hacía reír a Jamie momentos antes de quebrarse en un llanto que agradecía solo viera el cantinero.

    Por eso elegía la mesa del rincón, no quería compasión, no quería que nadie le viera llorar, lo único que deseaba con toda su alma era poder volver a ver a su hermano, poder abrazarlo y decirle todo lo que había pasado desde que se fue del plano terrenal.

    Y aunque si bien lo volvía a ver en sueños, no era lo mismo, él lo sabía, más que nada porque eran eso, sueños, algo pasajero que terminaba una vez que el reloj empezaba a sonar, una vez que abría los ojos y los volvía a cerrar, pero ahora llenos de lágrimas, rabia y frustración junto con el deseo de poder volver a ese sueño. Más ahora, con Chuck, creía tener un rayo de esperanza en hacer que ese momento de reencuentro se sintiera real y eterno.

    Pasó un par de horas bebiendo y jugando antes de tomar valor suficiente para lanzar la suplica por línea directa al mismo Dios. Muchos lo buscaban en el silencio, en la oración, en las paredes de un templo sacro, pero Jamie lo tenía al alcance de una llamada telefónica. Sabía que en realidad eso era una mera formalidad, con solo cerrar los ojos e invocarlo él sabría que lo estaba buscando; sin embargo, temiendo que lo juzgaran por hablar solo, sacó su teléfono y marcó el número que Chuck le proporcionó.

    Esperó los tres tonos correspondientes y justo cuando oyó que descolgaban la bocina habló. —
    Hola... ¿Chuck? Soy... Soy Reagan, sí, Jamie yo... Tú, bueno, no es relevante... ¡No, en realidad sí lo es! —Traía ya varias copas encima, se notaba, tanto en la incoherencia como en el aliento a alcohol que era capaz de atravesar el otro lado de la línea.— Bueno, olvida eso, olvida todo... Solo quería... Quería verlo, verte a ti ¿Tienes tiempo de venir un momento conmigo? Te diría donde estoy pero tú lo sabes todo... Dios te bendiga, o bueno, te autobendigas, aún no entiendo bien eso.

    —En cuanto terminó la llamada colgó el teléfono. Se quedó contemplando las fichas sobre la mesa, meditando en sus palabras, en lo que había dicho, en si era el momento, en si era lo correcto, más como dice la sagrada escritura: "Lo hecho, hecho está."

    Se frotó una mano por el rostro antes de alzar la mano para llamar al cantinero. A sabiendas de que Chuck llegaría en cualquier momento, pidió un café que le ayudara a regular su estado así como un flan pues su hermana le decía que el dulce era también buena opción en esos casos. Así, al tener lo solicitado solo le quedó esperar, tal vez esa noche sería la primera, en muchas, que podría volver a tener a alguien con quien jugar.—
    R./W [G.0.D] "¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙨𝙚 𝙛𝙪𝙚 𝙮 𝙥𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙢𝙪𝙧𝙞ó. ¿𝙋𝙤𝙧 𝙦𝙪é 𝙚𝙡 𝙎𝙚ñ𝙤𝙧 𝙢𝙚 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙞𝙩ó? 𝙎𝙚 𝙝𝙖 𝙞𝙙𝙤 𝙖𝙡 𝙘𝙞𝙚𝙡𝙤 𝙮 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙥𝙤𝙙𝙚𝙧 𝙞𝙧 𝙮𝙤 𝘿𝙚𝙗𝙤 𝙩𝙖𝙢𝙗𝙞é𝙣 𝙨𝙚𝙧 𝙗𝙪𝙚𝙣𝙤." — 𝙇𝙤𝙨 𝘼𝙥𝙨𝙤𝙣 (1964) —Trece vueltas de marea habían pasado desde que los medios neoyorkinos anunciaron la muerte de Joseph Conor Reagan, el honorable policía, hijo del comisionado en turno. Ese suceso fue devastador para la familia. Todos lo adoraban, era el tipo de persona modelo, un hombre que buscaba siempre hacer el bien sin mirar a quien; razón por la cual los Reagan no comprendían el porque había muerto. Trataron de hacerlo, refugiándose en su fe católica inculcada desde la infancia, con frases paliativas como: "Era su momento." o "Dios lo necesitaba en su reino." Esa última era la que más ponía a pensar a Jamie, en especial ahora que era consciente de la divinidad de Chuck. Para la familia Jamie era quien había llevado mejor el duelo (aparentemente). No obstante, aunque por fuera parecía el mismo joven afable y sonriente, por dentro traía consigo mismo una lucha interna, misma que estaba centrada en un duelo que no hallaba la manera de superar, que lo carcomía, igual que las termitas a la madera. La herida estaba ahí, abierta como el primer día y no era para menos. Habían sido cuatro hermanos. Danny era muy apegado a Erin, después de todo eran los mayores. Por otro lado, Joe tenía un vínculo único con Jamie, uno que solo la muerte logró romper. Cuando él partió Jamie no solo había perdido un hermano, también se había ido un amigo, un confidente, una persona que lo comprendía como nadie, que lo apoyaba, que estaba siempre para él, justo como un buen hermano mayor lo haría. Con eso en cuenta "¿Cómo es que Dios pudo llevárselo? ¿Acaso no sabía el dolor que eso me iba a causar? ¿Cuál es su plan en todo esto?" Por suerte para él, por primera vez en años, conocía a quien de manera directa le podía dar las respuestas. De tal modo que, después de pasar a dejar unas flores al panteón donde reposaban los restos de Joe, se fue directo a un bar que solía ser catalogado como "De policías" más que nada por la afluencia de estas personas en el recinto. Mientras caminaba se hacía a la idea respecto a que tan bueno era tratar el asunto con Chuck, no quería molestarlo pero llevaba tanto tiempo ansiando una respuesta que la posibilidad de esto desvío toda duda naciente. Al adentrarse al local saludó con cortesía al cantinero. El hombre ya de por sí lo ubicaba por ser otro de los hijos del comisionado, razón por la cual siempre le reservaba su mesa favorita en la parte trasera del establecimiento. "Hey ¿Qué hay de nuevo, Jamie? ¿Lo mismo de siempre?" Le preguntó en lo que secaba la barra con el trapo gris que traía colgado al hombro. El oficial al escucharlo le sonrió con una notoria sutileza a la par que asentía.— Sí, por favor, pero esta vez ponme una copa extra ¿Va? Espero compañía esta noche. —No dio más explicación sobre quién llegaría, en especial porque sabía que, tanto a Chuck, como a él, les gustaba la privacidad y porque al ser hijo de una figura pública de alto rango la gente sería capaz de vender "chisme caliente" con tal de obtener algún dinero. Tras dejar la indicación dada se fue a su mesa en el rincón y tomó asiento. Mientras esperaba, sacó del bolsillo de su chamarra negra una pequeña caja que contenía piezas de dominó. Aquel particular juego de mesa era el favorito de Joe y también de Jamie ya que, después de las largas horas patrullando, ambos se ponían al corriente de su día y de sus vidas, entre risas y el "click clak" que generaban las fichas al moverlas. Después de su muerte, el hermano menor no dejó de jugar, aunque ahora lo hacía solo. Muchos le dijeron que eso era imposible en una partida de dominó, más él lo volvió posible, a su manera, pero lo logró. Su método era sencillo pero efectivo: luego de revolver las fichas, separaba las suyas y las que serían de su hermano, posteriormente, tiraba una y luego él mismo podía mover al azar alguna otra pero ahora del montón que le habían tocado simbólicamente a Joe. Le resultaba entretenido, era su medio de canalizar el dolor; habia ocasiones en que incluso el mayor le ganaba sin estar presente, cosa que hacía reír a Jamie momentos antes de quebrarse en un llanto que agradecía solo viera el cantinero. Por eso elegía la mesa del rincón, no quería compasión, no quería que nadie le viera llorar, lo único que deseaba con toda su alma era poder volver a ver a su hermano, poder abrazarlo y decirle todo lo que había pasado desde que se fue del plano terrenal. Y aunque si bien lo volvía a ver en sueños, no era lo mismo, él lo sabía, más que nada porque eran eso, sueños, algo pasajero que terminaba una vez que el reloj empezaba a sonar, una vez que abría los ojos y los volvía a cerrar, pero ahora llenos de lágrimas, rabia y frustración junto con el deseo de poder volver a ese sueño. Más ahora, con Chuck, creía tener un rayo de esperanza en hacer que ese momento de reencuentro se sintiera real y eterno. Pasó un par de horas bebiendo y jugando antes de tomar valor suficiente para lanzar la suplica por línea directa al mismo Dios. Muchos lo buscaban en el silencio, en la oración, en las paredes de un templo sacro, pero Jamie lo tenía al alcance de una llamada telefónica. Sabía que en realidad eso era una mera formalidad, con solo cerrar los ojos e invocarlo él sabría que lo estaba buscando; sin embargo, temiendo que lo juzgaran por hablar solo, sacó su teléfono y marcó el número que Chuck le proporcionó. Esperó los tres tonos correspondientes y justo cuando oyó que descolgaban la bocina habló. — Hola... ¿Chuck? Soy... Soy Reagan, sí, Jamie yo... Tú, bueno, no es relevante... ¡No, en realidad sí lo es! —Traía ya varias copas encima, se notaba, tanto en la incoherencia como en el aliento a alcohol que era capaz de atravesar el otro lado de la línea.— Bueno, olvida eso, olvida todo... Solo quería... Quería verlo, verte a ti ¿Tienes tiempo de venir un momento conmigo? Te diría donde estoy pero tú lo sabes todo... Dios te bendiga, o bueno, te autobendigas, aún no entiendo bien eso. —En cuanto terminó la llamada colgó el teléfono. Se quedó contemplando las fichas sobre la mesa, meditando en sus palabras, en lo que había dicho, en si era el momento, en si era lo correcto, más como dice la sagrada escritura: "Lo hecho, hecho está." Se frotó una mano por el rostro antes de alzar la mano para llamar al cantinero. A sabiendas de que Chuck llegaría en cualquier momento, pidió un café que le ayudara a regular su estado así como un flan pues su hermana le decía que el dulce era también buena opción en esos casos. Así, al tener lo solicitado solo le quedó esperar, tal vez esa noche sería la primera, en muchas, que podría volver a tener a alguien con quien jugar.—
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    80
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Creo que debi usar bloqueador.. Espero sanar pronto para que cierta personita pueda tocarme sin temor a lastimarme..
    Creo que debi usar bloqueador.. Espero sanar pronto para que cierta personita pueda tocarme sin temor a lastimarme..
    Me gusta
    Me encocora
    3
    0 turnos 0 maullidos
  • Magos, nieve y travesuras
    Fandom Harry Potter
    Categoría Slice of Life
    El patio de transformaciones se había convertido en una batalla improvisada de bola de nieves entre los del año de Ginny Weasley. La muchacha lideraba a los tres gryffindor, compañeros de ella, que se habían sumado, contra 4 chicos de Hufflepuff y dos de Ravenclaw. Los de Slytherin se habían ido después de los primeros bolazos diciendo que ellos no tenían tiempo para esas tontería.

    La risa de la pelirroja se escuchaba mientras correteaba por el patio. Se agachó, para recoger algo de nieve que dio formar entre sus manos, mientras esquivaba una de las bolas que lanzaron en su dirección.

    Y lanzó una nueva bola, sin embargo, no miró bien a quien, y, por supuesto, no se dio cuenta de que una clase estaba saliendo de la clase de Transformaciones. Para cuando quiso darse cuenta, la bola de nieve impactó sobre el brazo de Harry Potter.

    Ginny rio muy suavemente, alzando la mano para disculparse...
    El patio de transformaciones se había convertido en una batalla improvisada de bola de nieves entre los del año de Ginny Weasley. La muchacha lideraba a los tres gryffindor, compañeros de ella, que se habían sumado, contra 4 chicos de Hufflepuff y dos de Ravenclaw. Los de Slytherin se habían ido después de los primeros bolazos diciendo que ellos no tenían tiempo para esas tontería. La risa de la pelirroja se escuchaba mientras correteaba por el patio. Se agachó, para recoger algo de nieve que dio formar entre sus manos, mientras esquivaba una de las bolas que lanzaron en su dirección. Y lanzó una nueva bola, sin embargo, no miró bien a quien, y, por supuesto, no se dio cuenta de que una clase estaba saliendo de la clase de Transformaciones. Para cuando quiso darse cuenta, la bola de nieve impactó sobre el brazo de Harry Potter. Ginny rio muy suavemente, alzando la mano para disculparse...
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    1
    1 turno 0 maullidos
  • A diferencia de Yuka, Kazuha es una joven gentil, amable, suele preocuparse por los demás, es un tanto inocente por ello es que algunos enemigos se han aprovechado de su misma nobleza para manipularla. Por lo que Yuka deliberadamente toma el control de su cuerpo cuando las situaciones son realmente peligrosas.

    https://www.youtube.com/watch?v=DNxNXNxaUQk
    A diferencia de Yuka, Kazuha es una joven gentil, amable, suele preocuparse por los demás, es un tanto inocente por ello es que algunos enemigos se han aprovechado de su misma nobleza para manipularla. Por lo que Yuka deliberadamente toma el control de su cuerpo cuando las situaciones son realmente peligrosas. https://www.youtube.com/watch?v=DNxNXNxaUQk
    Me gusta
    Me endiabla
    Me shockea
    8
    0 turnos 0 maullidos
  • Una noche que prende el alma
    Fandom Harry Potter
    Categoría Slice of Life
    La noche era fría y cerrada cuando salieron de aquella fiesta. No celebraban nada concreto, pero era una oportunidad perfecta para que las distintas familias de alta clase se reunieran y hablaran de negocios. Bellatrix había acudido a aquella después de haberse saltado la última.

    Y Bellatrix debería haberse ido ya a su propia casa, pero Rodolphus le dijo que se pasara por la suya, a tomar algo. Últimamente pasaban tiempo juntos, por eso no se negó.

    Dejando el abrigo, mientras él iba a buscar esas bebidas, Bellatrix avanzó por el salón de la familia Lestrange, hasta llegar a la ventana, sólo para apreciar que los primeros copos de nieve empezaban a caer. La primera nevada. Y le había pillado en aquel sitio.
    La noche era fría y cerrada cuando salieron de aquella fiesta. No celebraban nada concreto, pero era una oportunidad perfecta para que las distintas familias de alta clase se reunieran y hablaran de negocios. Bellatrix había acudido a aquella después de haberse saltado la última. Y Bellatrix debería haberse ido ya a su propia casa, pero Rodolphus le dijo que se pasara por la suya, a tomar algo. Últimamente pasaban tiempo juntos, por eso no se negó. Dejando el abrigo, mientras él iba a buscar esas bebidas, Bellatrix avanzó por el salón de la familia Lestrange, hasta llegar a la ventana, sólo para apreciar que los primeros copos de nieve empezaban a caer. La primera nevada. Y le había pillado en aquel sitio.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    1
    1 turno 0 maullidos
  • Sobre nuestros hombros cada uno carga sus propios miedos y inseguridades.
    Siempre estaremos juntos apoyándonos Angelina Granger
    Sobre nuestros hombros cada uno carga sus propios miedos y inseguridades. Siempre estaremos juntos apoyándonos [blast_cx]
    0 turnos 0 maullidos
  • -Absolutamente nadie está cerca. Cyrene se siente completamente libre en el silencio de aquel lugar. Una risa cristalina y juguetona se escapa de sus labios mientras levanta su móvil, encontrando el ángulo perfecto y capturando aquel selfie, dueña de su propio momento.-
    -Absolutamente nadie está cerca. Cyrene se siente completamente libre en el silencio de aquel lugar. Una risa cristalina y juguetona se escapa de sus labios mientras levanta su móvil, encontrando el ángulo perfecto y capturando aquel selfie, dueña de su propio momento.-✨️
    Me encocora
    Me gusta
    7
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados