ㅤㅤㅤLos pasillos de la parroquia estaban en completo silencio. Fríos y oscuros, con sombras que esperaban por pasos de víctimas distraídas para poder hacerles desaparecer en la noche. Pero, no era cualquier tipo de víctima, Arya se movía entre esos pasillos a pies descalzos entumecidos por el frío mármol del suelo. Ella ni siquiera se inmutó ante ello.
ㅤㅤㅤCaminaba con lentitud en la oscuridad, conocía a la perfección esos pasillos, más que a la mismísima palma de su mano. Y, con sigilo, comenzó a acercarse a una de tantas puertas que le prohibían mirar. Una que le recordaban una y otra vez que jamás debería tocar.
ㅤㅤㅤLo sabía muy bien, hasta temía saber qué había del otro lado, pero su cuerpo se movía sin que ella pudiera detenerlo como si estuviera en un trance. Sus ojos, aunque humanos, se ajustaron a la penumbra y vislumbraron perfectamente la puerta de roble, la cual tenía candado y hasta parecía sellada desde cada grieta.
ㅤㅤㅤ"Ábrela", escuchó en su mente, un susurro tan dulce como melodía de cuna. "Debes abrirla, Arya".
ㅤㅤㅤAmbas manos se extendieron, esperando tocar la madera vieja que poco a poco fue perdiendo el barniz con los años. Entonces, cuando apenas hizo contacto, el candado cedió enseguida y cayó al suelo con un ruido pesado, pero seco. La pelinegra empujó con todas sus fuerzas, la puerta fue difícilde mover.
ㅤㅤㅤㅤ"Ábrelo, Ábrelo, Ábrelo".
ㅤㅤㅤAllí estaba, esperando con mucha paciencia, un grimorio cerrado sobre el escritorio desgastado. Hasta parecía demasiado pesado como para que la vieja madera pudiera sostenerlo por mucho mas tiempo, ya curvada hacia abajo justo en medio donde descansaba el gran libro.
ㅤㅤㅤSus pies continuaron, el polvillo del suelo pegándose a las plantas de sus pies con cada paso, dejando marcas detrás de ella. Poco después alzó su mano derecha hacia su boca, la cual abrió de a poco y, colocando la misma entre la unión de su pulgar e índice, mordió con la fuerza necesaria para comenzar a sangrar. El dolor era sordo, casi lejano, pues lo que sintió más fue el calor. Ardor en sus venas que goteaba por la mordida.
ㅤㅤㅤAcercó la mano al grimorio y la apoyó sobre la tapa, esperando que buena parte de su sangre manchara la superficie. De hecho, esta fue absorbida de a poco hasta que el libro se dejó abrir. Allí es que sintió algo acercarse detrás suyo. No alcanzó a leer lo que estaba escrito en las hojas, pues visiones llegaron a ella. Muerte, demasiada muerte, y sufrimiento. La figura de algo... alguien, ¿un hombre? Era como un faro, lo que causaba agonía y mares de sangre bajo sus pies. Tierras marchitas, destruidas. Escuchó millones de llantos en pena que pedían ayuda, y se hicieron tan fuertes que sintió que su cabeza iba a explotar. Llevó ambas manos a su cabeza para gritar antes de abrir los ojos de golpe.
ㅤㅤㅤSe sentó de repente, con la respiración agitada y dolor en el pecho, ¿ansiedad? ¿Pánico? Tal vez. Hasta había terror en su mirada. Pero estaba bien... se dio cuenta que volvió a su cuarto. Una pesadilla, por suerte.
ㅤㅤㅤSuspiró, llevando la diestra a su pecho y sintiendo su corazón latir a mil por minuto. Estuvo a punto de cerrar los ojos, mas algo la detuvo. Dolor. Bajó la vista hasta su mano y vio allí la marca de su propia mordida.
—...No. —susurró, ahora con el cuerpo helado. ¿Entonces no fue una pesadilla?
ㅤㅤㅤSe quitó las sábanas y se puso de pie, algo le decía que se acercara a la ventana y así lo hizo, moviendo la cortina para ver hacía afuera. Se espantó en el instante que vio la luna completamente roja, alumbrando cada rincón como si estuviera acechando desde lo alto. De repente le llegó una sensación de perdición: algo muy oscuro estaba llegando. No. No era una sola cosa, eran demasiadas.
ㅤㅤㅤLos gritos de las demás novicias y hermanas la alejó de un salto de la ventana, escuchando el latir de su corazón junto con un pitido lejano en los oídos. ¿Qué es lo que hizo?
𝙽𝚊𝚝𝚑 ♦ 𝚁𝚊𝚑𝚎𝚕 ㅤㅤㅤLos pasillos de la parroquia estaban en completo silencio. Fríos y oscuros, con sombras que esperaban por pasos de víctimas distraídas para poder hacerles desaparecer en la noche. Pero, no era cualquier tipo de víctima, Arya se movía entre esos pasillos a pies descalzos entumecidos por el frío mármol del suelo. Ella ni siquiera se inmutó ante ello.
ㅤㅤㅤCaminaba con lentitud en la oscuridad, conocía a la perfección esos pasillos, más que a la mismísima palma de su mano. Y, con sigilo, comenzó a acercarse a una de tantas puertas que le prohibían mirar. Una que le recordaban una y otra vez que jamás debería tocar.
ㅤㅤㅤLo sabía muy bien, hasta temía saber qué había del otro lado, pero su cuerpo se movía sin que ella pudiera detenerlo como si estuviera en un trance. Sus ojos, aunque humanos, se ajustaron a la penumbra y vislumbraron perfectamente la puerta de roble, la cual tenía candado y hasta parecía sellada desde cada grieta.
ㅤㅤㅤ"Ábrela", escuchó en su mente, un susurro tan dulce como melodía de cuna. "Debes abrirla, Arya".
ㅤㅤㅤAmbas manos se extendieron, esperando tocar la madera vieja que poco a poco fue perdiendo el barniz con los años. Entonces, cuando apenas hizo contacto, el candado cedió enseguida y cayó al suelo con un ruido pesado, pero seco. La pelinegra empujó con todas sus fuerzas, la puerta fue difícilde mover.
ㅤㅤㅤㅤ"Ábrelo, Ábrelo, Ábrelo".
ㅤㅤㅤAllí estaba, esperando con mucha paciencia, un grimorio cerrado sobre el escritorio desgastado. Hasta parecía demasiado pesado como para que la vieja madera pudiera sostenerlo por mucho mas tiempo, ya curvada hacia abajo justo en medio donde descansaba el gran libro.
ㅤㅤㅤSus pies continuaron, el polvillo del suelo pegándose a las plantas de sus pies con cada paso, dejando marcas detrás de ella. Poco después alzó su mano derecha hacia su boca, la cual abrió de a poco y, colocando la misma entre la unión de su pulgar e índice, mordió con la fuerza necesaria para comenzar a sangrar. El dolor era sordo, casi lejano, pues lo que sintió más fue el calor. Ardor en sus venas que goteaba por la mordida.
ㅤㅤㅤAcercó la mano al grimorio y la apoyó sobre la tapa, esperando que buena parte de su sangre manchara la superficie. De hecho, esta fue absorbida de a poco hasta que el libro se dejó abrir. Allí es que sintió algo acercarse detrás suyo. No alcanzó a leer lo que estaba escrito en las hojas, pues visiones llegaron a ella. Muerte, demasiada muerte, y sufrimiento. La figura de algo... alguien, ¿un hombre? Era como un faro, lo que causaba agonía y mares de sangre bajo sus pies. Tierras marchitas, destruidas. Escuchó millones de llantos en pena que pedían ayuda, y se hicieron tan fuertes que sintió que su cabeza iba a explotar. Llevó ambas manos a su cabeza para gritar antes de abrir los ojos de golpe.
ㅤㅤㅤSe sentó de repente, con la respiración agitada y dolor en el pecho, ¿ansiedad? ¿Pánico? Tal vez. Hasta había terror en su mirada. Pero estaba bien... se dio cuenta que volvió a su cuarto. Una pesadilla, por suerte.
ㅤㅤㅤSuspiró, llevando la diestra a su pecho y sintiendo su corazón latir a mil por minuto. Estuvo a punto de cerrar los ojos, mas algo la detuvo. Dolor. Bajó la vista hasta su mano y vio allí la marca de su propia mordida.
—...No. —susurró, ahora con el cuerpo helado. ¿Entonces no fue una pesadilla?
ㅤㅤㅤSe quitó las sábanas y se puso de pie, algo le decía que se acercara a la ventana y así lo hizo, moviendo la cortina para ver hacía afuera. Se espantó en el instante que vio la luna completamente roja, alumbrando cada rincón como si estuviera acechando desde lo alto. De repente le llegó una sensación de perdición: algo muy oscuro estaba llegando. No. No era una sola cosa, eran demasiadas.
ㅤㅤㅤLos gritos de las demás novicias y hermanas la alejó de un salto de la ventana, escuchando el latir de su corazón junto con un pitido lejano en los oídos. ¿Qué es lo que hizo?
[nathrahel01]