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    | Buenas noches.
    He aquí estoy, aprovechando un espacio de descanso para rolear
    | Buenas noches. He aquí estoy, aprovechando un espacio de descanso para rolear :STK-1:
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  • Mascarade
    Fandom Kuroshitsuji/Black Butler OC y otros
    CategorΓ­a Otros
    El espejo reflejaba a un joven adolescente ataviado con una levita azul marino de intrincados detalles dorados. Sus pantalones eran de un simple blanco que contrastaba elegantemente, a juego con sus zapatos oscuros. Pero, aunque pareciera que estaba listo para partir, faltaba un elemento importante, de hecho, el que le daba todo el sentido a sus ropajes: una máscara, bordeada de dorado y de un azul tan hermoso como sus ojos. Esta estaba sobre la cama. Junior caminó con calma hacia ella y la tomó de una manera reverente.
    —Tú serás la encargada de llevarme al exterior —musitó, hablándole a la máscara como si se tratara de una persona. Junior disfrutaba de la teatralidad, tal vez porque no tenía amigos con los cuales hablar.
    Digamos que, "por casualidad", Junior se enteró de que se haría una mascarada en la mansión de un príncipe, y sus padres habían sido invitados. Por supuesto, Junior no podía ir; era demasiado joven para participar de ese tipo de festividades, quién sabe por qué. Además, sus padres procuraban mantenerlo alejado de la sociedad para ocultar su naturaleza: un hijo ilegítimo no podía salir a la luz.
    Sin embargo, Junior había heredado la astucia e intrepidez de sus padres, y una simple orden no lo detendría de ir a donde quería. De hecho, esta sería la primera vez que escaparía de casa y, más que sentir culpa, sentía cierta emoción al respecto.
    De alguna forma, había convencido al jardinero, Finnian, para que lo llevara hasta la mansión de aquel príncipe. Como todos estarían utilizando máscaras, sus padres no podrían reconocerlo.
    Junior tomó la máscara que estaba sobre la cama y se la puso con reverencia. Luego, se encaminó hacia la salida, donde el jardinero lo llevaría, y donde, finalmente, podría saborear lo que era la sociedad británica en su esplendor.
    El espejo reflejaba a un joven adolescente ataviado con una levita azul marino de intrincados detalles dorados. Sus pantalones eran de un simple blanco que contrastaba elegantemente, a juego con sus zapatos oscuros. Pero, aunque pareciera que estaba listo para partir, faltaba un elemento importante, de hecho, el que le daba todo el sentido a sus ropajes: una máscara, bordeada de dorado y de un azul tan hermoso como sus ojos. Esta estaba sobre la cama. Junior caminó con calma hacia ella y la tomó de una manera reverente. —Tú serás la encargada de llevarme al exterior —musitó, hablándole a la máscara como si se tratara de una persona. Junior disfrutaba de la teatralidad, tal vez porque no tenía amigos con los cuales hablar. Digamos que, "por casualidad", Junior se enteró de que se haría una mascarada en la mansión de un príncipe, y sus padres habían sido invitados. Por supuesto, Junior no podía ir; era demasiado joven para participar de ese tipo de festividades, quién sabe por qué. Además, sus padres procuraban mantenerlo alejado de la sociedad para ocultar su naturaleza: un hijo ilegítimo no podía salir a la luz. Sin embargo, Junior había heredado la astucia e intrepidez de sus padres, y una simple orden no lo detendría de ir a donde quería. De hecho, esta sería la primera vez que escaparía de casa y, más que sentir culpa, sentía cierta emoción al respecto. De alguna forma, había convencido al jardinero, Finnian, para que lo llevara hasta la mansión de aquel príncipe. Como todos estarían utilizando máscaras, sus padres no podrían reconocerlo. Junior tomó la máscara que estaba sobre la cama y se la puso con reverencia. Luego, se encaminó hacia la salida, donde el jardinero lo llevaría, y donde, finalmente, podría saborear lo que era la sociedad británica en su esplendor.
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    Cualquier lΓ­nea
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  • Una noche no como otra cualquiera
    Fandom OC
    CategorΓ­a Acción
    Para Dalia, trabajar en el bar nunca fue un problema, sobretodo en la noche. Ya estaba acostumbrada a que fuese tranquilo sin ningún problema de por medio.

    Aunque, esa noche cambió.

    Mientras se disponía a limpiar la barra libre que tenía para las personas que vendrían la campanita la hizo desconectar de su mundo y subir la cabeza. Un hombre misterioso llamó la atención de la peli morena y rápidamente entró en pánico cuando iba con aquel pasamontañas y una navaja en la mano acercándose a la chica y pasando por detrás de ella posándo aquella afilada en el cuello y con un tono amenazante susurró.

    — Vamos, maldita zorra. ¿A qué esperas para abrir la caja registradora?

    Dalia se veía tan débil, tan indefensa. Parecía un gatito en apuros, no sabía que hacer y tenía miedo, mucho miedo. Si no hacía algo iba a ser su fin, sus manos temblaban intentando abrir la caja pero el más mayor impaciente estaba a punto de cortarle el cuello cuando alguien entró al bar.
    Para Dalia, trabajar en el bar nunca fue un problema, sobretodo en la noche. Ya estaba acostumbrada a que fuese tranquilo sin ningún problema de por medio. Aunque, esa noche cambió. Mientras se disponía a limpiar la barra libre que tenía para las personas que vendrían la campanita la hizo desconectar de su mundo y subir la cabeza. Un hombre misterioso llamó la atención de la peli morena y rápidamente entró en pánico cuando iba con aquel pasamontañas y una navaja en la mano acercándose a la chica y pasando por detrás de ella posándo aquella afilada en el cuello y con un tono amenazante susurró. — Vamos, maldita zorra. ¿A qué esperas para abrir la caja registradora? Dalia se veía tan débil, tan indefensa. Parecía un gatito en apuros, no sabía que hacer y tenía miedo, mucho miedo. Si no hacía algo iba a ser su fin, sus manos temblaban intentando abrir la caja pero el más mayor impaciente estaba a punto de cortarle el cuello cuando alguien entró al bar.
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  • ❝Les lunes que j'ai vécues sans toi coûtent trop cher, tu me manques toujours et je rêve de me rapprocher. Mon beau soleil brillant❞
    πŸ’ŒβLes lunes que j'ai vécues sans toi coûtent trop cher, tu me manques toujours et je rêve de me rapprocher. Mon beau soleil brillant❞
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  • En el corazón de un bosque, un árbol se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas.

    Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el árbol de los listones rojos: una luz dorada brilló momentáneamente, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron.

    En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura bajo el árbol había despertado lo suficiente para detener el avance del fuego, protegiendo su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante.

    Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: el árbol permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas. Los más supersticiosos recordaron viejas leyendas de árboles malditos y sellos oscuros, pero todos sabían que tenían una misión que cumplir: descubrir la causa de aquella destrucción.

    Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada enterrada bajo el árbol. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado.

    Mientras los guerreros montaban guardia cerca del árbol, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.

    En el corazón de un bosque, un árbol se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas. Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el árbol de los listones rojos: una luz dorada brilló momentáneamente, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron. En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura bajo el árbol había despertado lo suficiente para detener el avance del fuego, protegiendo su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante. Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: el árbol permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas. Los más supersticiosos recordaron viejas leyendas de árboles malditos y sellos oscuros, pero todos sabían que tenían una misión que cumplir: descubrir la causa de aquella destrucción. Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada enterrada bajo el árbol. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado. Mientras los guerreros montaban guardia cerca del árbol, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.
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  • — Simplemente hay magos que son extraordinarios por hacer actos admirables, pero después están aquellos que jugaron con las probabilidades, los tres Grand Casters...
    — Simplemente hay magos que son extraordinarios por hacer actos admirables, pero después están aquellos que jugaron con las probabilidades, los tres Grand Casters...
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  • " π™ΏπšŠπšπš›πšŽ πš—πšžπšŽπšœπšπš›πš˜, 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚝á𝚜 πšŽπš— πš•πš˜πšœ πšŒπš’πšŽπš•πš˜πšœ "









    Su cuerpo estaba tirado en el sofá de su oficina, el estrés lo estaba matando. Los problemas solo parecían llegar uno tras otro. Y lo único que lo atormentaba eran aquellas palabras que habían salido de la boca de aquella mujer.

    Tomo una de las fichas que estaban dispersas en el suelo. Eran todas de hombres que trabajaban para el padre de Kiev. Uno le llamo la atención.


    "π‘Ίπ’‚π’π’•π’Šπ’‡π’Šπ’„π’‚π’…π’ 𝒔𝒆𝒂 𝒕𝒐𝒖 π’π’π’Žπ’†"

    El señor Marco Isagaretti, un hombre cristiano de 45 años, que se dedicaba al tráfico de personas, alguien muy activo en la iglesia, ofreciendo donaciones en nombre de Dios.

    "π‘½π’†π’π’ˆπ’‚ 𝒂 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒕𝒖 π’“π’†π’Šπ’π’"

    Se levantó del sofá con la intención de hacer el trabajo. Normalmente ese hombre iba a la iglesia en la tarde, sus hombres vigilaban todo el lugar, así que tenía que ver cómo entrar.

    — ¿Y si me visto de padre? — Sonrió y chasqueo los dedos ante la idea. Hacia tiempo que no se disfrazaba.

    "𝑯áπ’ˆπ’‚π’”π’† 𝒕𝒖 𝒗𝒐𝒍𝒖𝒏𝒕𝒂𝒅 𝒆𝒏 𝒍𝒂 π’•π’Šπ’†π’“π’“π’‚ π’„π’π’Žπ’ 𝒆𝒏 𝒆𝒍 π’„π’Šπ’†π’π’"

    — Puedes hablar hermano.

    Estaba del otro lado del confesionario, escuchando atentamente cada delito cometido y que iba a cometer aquel hombre.

    "𝑫𝒂𝒏𝒐𝒔 π’‰π’π’š, 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒑𝒂𝒏 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒅í𝒂; 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒐𝒇𝒆𝒏𝒔𝒂𝒔."

    — Una cosa más. — El viejo señor añadió — Deseo a una mujer. Y creo que la voy a tomar a la fuerza. Se que es malo, pero ella es preciosa como una joya ,y la quiero para mí, incluso su nombre le hace justicia... "Rubí"

    "π’„π’π’Žπ’ π’•π’‚π’Žπ’ƒπ’Šé𝒏 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 π’‘π’†π’“π’…π’π’π’‚π’Žπ’π’” 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒔 𝒐𝒇𝒆𝒏𝒅𝒆𝒏; "

    La mirada de Ryan se oscureció, sus latidos se aceleraron, su sangre hervía y su cuerpo temblaba de rabia. Solo cerro los ojos un segundo, y ya estába sobre él, la sangre se escurría de sus manos y la escena era de horror.

    Su cuerpo y respiración agitado, lo decía todo. Había perdido el control.


    " 𝒏𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒋𝒆𝒔 𝒄𝒂𝒆𝒓 𝒆𝒏 𝒍𝒂 π’•π’†π’π’•π’‚π’„π’Šó𝒏, π’š 𝒍í𝒃𝒓𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 π’Žπ’‚π’. "

    — Amén. — Sus dedos temblantes y sangrientos, dibujaban una cruz en el aire.
    " π™ΏπšŠπšπš›πšŽ πš—πšžπšŽπšœπšπš›πš˜, 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚜𝚝á𝚜 πšŽπš— πš•πš˜πšœ πšŒπš’πšŽπš•πš˜πšœ " Su cuerpo estaba tirado en el sofá de su oficina, el estrés lo estaba matando. Los problemas solo parecían llegar uno tras otro. Y lo único que lo atormentaba eran aquellas palabras que habían salido de la boca de aquella mujer. Tomo una de las fichas que estaban dispersas en el suelo. Eran todas de hombres que trabajaban para el padre de Kiev. Uno le llamo la atención. "π‘Ίπ’‚π’π’•π’Šπ’‡π’Šπ’„π’‚π’…π’ 𝒔𝒆𝒂 𝒕𝒐𝒖 π’π’π’Žπ’†" El señor Marco Isagaretti, un hombre cristiano de 45 años, que se dedicaba al tráfico de personas, alguien muy activo en la iglesia, ofreciendo donaciones en nombre de Dios. "π‘½π’†π’π’ˆπ’‚ 𝒂 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 𝒕𝒖 π’“π’†π’Šπ’π’" Se levantó del sofá con la intención de hacer el trabajo. Normalmente ese hombre iba a la iglesia en la tarde, sus hombres vigilaban todo el lugar, así que tenía que ver cómo entrar. — ¿Y si me visto de padre? — Sonrió y chasqueo los dedos ante la idea. Hacia tiempo que no se disfrazaba. "𝑯áπ’ˆπ’‚π’”π’† 𝒕𝒖 𝒗𝒐𝒍𝒖𝒏𝒕𝒂𝒅 𝒆𝒏 𝒍𝒂 π’•π’Šπ’†π’“π’“π’‚ π’„π’π’Žπ’ 𝒆𝒏 𝒆𝒍 π’„π’Šπ’†π’π’" — Puedes hablar hermano. Estaba del otro lado del confesionario, escuchando atentamente cada delito cometido y que iba a cometer aquel hombre. "𝑫𝒂𝒏𝒐𝒔 π’‰π’π’š, 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒐 𝒑𝒂𝒏 𝒅𝒆 𝒄𝒂𝒅𝒂 𝒅í𝒂; 𝒑𝒆𝒓𝒅𝒐𝒏𝒂 𝒏𝒖𝒆𝒔𝒕𝒓𝒂𝒔 𝒐𝒇𝒆𝒏𝒔𝒂𝒔." — Una cosa más. — El viejo señor añadió — Deseo a una mujer. Y creo que la voy a tomar a la fuerza. Se que es malo, pero ella es preciosa como una joya ,y la quiero para mí, incluso su nombre le hace justicia... "Rubí" "π’„π’π’Žπ’ π’•π’‚π’Žπ’ƒπ’Šé𝒏 𝒏𝒐𝒔𝒐𝒕𝒓𝒐𝒔 π’‘π’†π’“π’…π’π’π’‚π’Žπ’π’” 𝒂 𝒍𝒐𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒏𝒐𝒔 𝒐𝒇𝒆𝒏𝒅𝒆𝒏; " La mirada de Ryan se oscureció, sus latidos se aceleraron, su sangre hervía y su cuerpo temblaba de rabia. Solo cerro los ojos un segundo, y ya estába sobre él, la sangre se escurría de sus manos y la escena era de horror. Su cuerpo y respiración agitado, lo decía todo. Había perdido el control. " 𝒏𝒐 𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒋𝒆𝒔 𝒄𝒂𝒆𝒓 𝒆𝒏 𝒍𝒂 π’•π’†π’π’•π’‚π’„π’Šó𝒏, π’š 𝒍í𝒃𝒓𝒂𝒏𝒐𝒔 𝒅𝒆𝒍 π’Žπ’‚π’. " — Amén. — Sus dedos temblantes y sangrientos, dibujaban una cruz en el aire.
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  • -viajar por distintos mundos tiene sus pro y sus contras... Blossom Moon..... Tu eres yo y yo soy tu.... Pero tú tienes la suerte de tu mortalidad y las penurias de tu vivir.... Ojalá yo pudiera tener tu humanidad- suspiro de forma triste observando aquella foto
    -viajar por distintos mundos tiene sus pro y sus contras... [Blossom_Moon]..... Tu eres yo y yo soy tu.... Pero tú tienes la suerte de tu mortalidad y las penurias de tu vivir.... Ojalá yo pudiera tener tu humanidad- suspiro de forma triste observando aquella foto
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  • Pero cuánto dinero tiene la profesora como para regalarle una Switch a la chica de la piña.

    ¿Da para tanto el sueldo de profesor?
    Pero cuánto dinero tiene la profesora como para regalarle una Switch a la chica de la piña. ¿Da para tanto el sueldo de profesor?
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  • Puedo blandir la energía violeta del Amor que proviene de mi Anillo porque soy su portadora.
    Puedo blandir la energía violeta del Amor que proviene de mi Anillo porque soy su portadora.
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