Ghost se sentó en una roca pulida, rodeado por un grupo de pequeños seres de cristal. Sus cuerpos reflejaban la luz como prismas vivientes, y sus ojos brillaban con una curiosidad inocente.
Él sonrió.
~ ¿Saben? La vida es como ustedes… hermosa, luminosa, pero también frágil. ~
Los niños se miraron entre sí. Uno tocó su propio brazo con cuidado, como si solo ahora entendiera lo fácil que sería romperse.
~ Pero eso no significa que deban tener miedo. ~ Ghost giró una de sus manos, dejando que la luz se reflejara en sus dedos. ~ La fragilidad no es algo malo. Nos recuerda lo valioso que es cada momento. Cada sonrisa, cada palabra amable, cada aventura… todo eso es un tesoro que guardamos en nuestros recuerdos. ~
Los niños escuchaban en silencio, con sus cuerpos brillando en suaves colores.
~ Incluso si algún día ya no estamos en el mismo lugar, los recuerdos nos mantienen vivos en la mente de quienes nos quieren. Y eso, mis pequeños amigos, es algo más fuerte que cualquier cristal. ~
Un niño más pequeño, con ojos grandes como estrellas, levantó la mano tímidamente.
~ ¿A dónde vas ahora, Ghost? ~
Él se quedó en silencio un momento.
Luego, con una sonrisa ladeada, se puso de pie y sacudió el polvo de su abrigo.
~ A resolver viejos asuntos. ~
Y con eso, comenzó a caminar, dejando que su silueta se desvaneciera entre los reflejos dorados de los niños de cristal.
Él sonrió.
~ ¿Saben? La vida es como ustedes… hermosa, luminosa, pero también frágil. ~
Los niños se miraron entre sí. Uno tocó su propio brazo con cuidado, como si solo ahora entendiera lo fácil que sería romperse.
~ Pero eso no significa que deban tener miedo. ~ Ghost giró una de sus manos, dejando que la luz se reflejara en sus dedos. ~ La fragilidad no es algo malo. Nos recuerda lo valioso que es cada momento. Cada sonrisa, cada palabra amable, cada aventura… todo eso es un tesoro que guardamos en nuestros recuerdos. ~
Los niños escuchaban en silencio, con sus cuerpos brillando en suaves colores.
~ Incluso si algún día ya no estamos en el mismo lugar, los recuerdos nos mantienen vivos en la mente de quienes nos quieren. Y eso, mis pequeños amigos, es algo más fuerte que cualquier cristal. ~
Un niño más pequeño, con ojos grandes como estrellas, levantó la mano tímidamente.
~ ¿A dónde vas ahora, Ghost? ~
Él se quedó en silencio un momento.
Luego, con una sonrisa ladeada, se puso de pie y sacudió el polvo de su abrigo.
~ A resolver viejos asuntos. ~
Y con eso, comenzó a caminar, dejando que su silueta se desvaneciera entre los reflejos dorados de los niños de cristal.
Ghost se sentó en una roca pulida, rodeado por un grupo de pequeños seres de cristal. Sus cuerpos reflejaban la luz como prismas vivientes, y sus ojos brillaban con una curiosidad inocente.
Él sonrió.
~ ¿Saben? La vida es como ustedes… hermosa, luminosa, pero también frágil. ~
Los niños se miraron entre sí. Uno tocó su propio brazo con cuidado, como si solo ahora entendiera lo fácil que sería romperse.
~ Pero eso no significa que deban tener miedo. ~ Ghost giró una de sus manos, dejando que la luz se reflejara en sus dedos. ~ La fragilidad no es algo malo. Nos recuerda lo valioso que es cada momento. Cada sonrisa, cada palabra amable, cada aventura… todo eso es un tesoro que guardamos en nuestros recuerdos. ~
Los niños escuchaban en silencio, con sus cuerpos brillando en suaves colores.
~ Incluso si algún día ya no estamos en el mismo lugar, los recuerdos nos mantienen vivos en la mente de quienes nos quieren. Y eso, mis pequeños amigos, es algo más fuerte que cualquier cristal. ~
Un niño más pequeño, con ojos grandes como estrellas, levantó la mano tímidamente.
~ ¿A dónde vas ahora, Ghost? ~
Él se quedó en silencio un momento.
Luego, con una sonrisa ladeada, se puso de pie y sacudió el polvo de su abrigo.
~ A resolver viejos asuntos. ~
Y con eso, comenzó a caminar, dejando que su silueta se desvaneciera entre los reflejos dorados de los niños de cristal.
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