• —te preguntaré otra vez y espero que me digas la verdad
    *Te mira fijamente*
    —Tu te comiste mis chocolates? Prometo no golpearte solo dime la verdad
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  • El peso de llevar conmigo el titulo de 'compañero de 𝕹𝐞𝐬𝐭𝐚 𝕬𝐫𝐜𝐡𝐞𝐫𝐨𝐧 ' es fácil de llevar, solo con tenerle junto al corazón al amanecer es posible decir 'Si el destino preguntara, te escogeria una y mil veces, aun si el precio a pagar sea la miseria y la ruina, no seria capaz de negarme a la condena'
    El peso de llevar conmigo el titulo de 'compañero de [THE_VALKYRIE] ' es fácil de llevar, solo con tenerle junto al corazón al amanecer es posible decir 'Si el destino preguntara, te escogeria una y mil veces, aun si el precio a pagar sea la miseria y la ruina, no seria capaz de negarme a la condena'
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  • Hoy había logrado tener un día libre después de mucho tiempo, así que se encontraba en el bosque jugando con los animales como acostumbraba, de verdad disfrutaba hablar con ellos.

    -Pronto será el cumpleaños de Dany sabes...

    Dijo aquello al conejo que tenia a su lado, aparentemente sus padres habían ofrecido hacer una fiesta sin embargo Dany se había negado pues no disfrutaba las fiestas, sabia según palabras de su cuñada.

    - Necesito ideas para su regalo... El hizo algo hermoso para mi cumpleaños... Sin embargo yo no tengo ni una idea

    El conejo bajo una oreja ladeando la cabeza mientras olfateaba el aire, claramente comunicándole algo a la joven.

    -No preguntarle a Adrián no es opción esta muy ocupado y Alexa tiene que pensar en su propio regalo...

    Necesitaba encontrar una idea y rápido.

    ||A pesar de estar full si tengo unas ideas listas para el cumple de Dany
    Hoy había logrado tener un día libre después de mucho tiempo, así que se encontraba en el bosque jugando con los animales como acostumbraba, de verdad disfrutaba hablar con ellos. -Pronto será el cumpleaños de Dany sabes... Dijo aquello al conejo que tenia a su lado, aparentemente sus padres habían ofrecido hacer una fiesta sin embargo Dany se había negado pues no disfrutaba las fiestas, sabia según palabras de su cuñada. - Necesito ideas para su regalo... El hizo algo hermoso para mi cumpleaños... Sin embargo yo no tengo ni una idea El conejo bajo una oreja ladeando la cabeza mientras olfateaba el aire, claramente comunicándole algo a la joven. -No preguntarle a Adrián no es opción esta muy ocupado y Alexa tiene que pensar en su propio regalo... Necesitaba encontrar una idea y rápido. ||A pesar de estar full si tengo unas ideas listas para el cumple de Dany
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  • ¿Y después de La Casa del Perro?
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    Sonó entonces el último "plop", más como un "PLOP"; el más humillante. Alcé pues la vista en aquel momento y lo vi: Un hombre que olía a vino barato y problemas caros.

    Con un bigote falso y, aunque 18 años, un historial criminal que probablemente ocuparía tres páginas, Isidro Rubio Villa de Montemar tuvo más agallas que toda la gente "respetable" que conocía. Él me sacó del apuro de enfrentar un mundo que siempre me había sido negado.

    La primera charla fue un desastre, claro. Yo, con mi orgullo roto, balbuceando un pedido de ayuda, y él, saliendo del bar tras esquivar pagar la cuenta, mirándome como si tuviera cosas más importantes que atender.

    De alguna manera u otra compartimos qué decir: Poco o nada de nuestras cuestiones personales (aunque yo más que él) y sobre mi arte.

    - Si tienes dinero, deberías usarlo para volver con tus padres. Yo te puedo llamar un uber si te da remilgos contactarles tú. A menos que quieras ir andando. - Decía él, en lo que parecía ser una conclusión.

    Por supuesto, mentí. Dije que podía arreglármelas solo. Y lo intenté. Me alejé unos metros, pero no llegué muy lejos.

    - ¡Eh! ¡Un momento! - Exclamó él. - No pensarás irte solo ahora que está tan oscuro, ¿verdad?

    Y así, comenzó la noche más extraña de mi vida: Una estadía en "La casa del Perro" —un lugar tan decadente como su nombre—, una máquina dispensadora que era lo más cercano a una cena, y un ladrón que, de alguna forma, tuvo la paciencia de hacerme la cama.

    Hubo más momentos incómodos, malentendidos y palabras que me hicieron cuestionar aún peor mi propia personalidad. Pero entonces, llegó esa frase; blanda, pesarosa y franca en partes iguales:

    - Hey...creo que nunca es tarde para preguntarte qué piensas hacer mañana. Empiezo a creer que no vas a regresar con tus padres.

    "Estaba pensando en volver a pedirles entrar. No estás involucrado en eso, no te preocupes." / "No puedes decirme ahora que no me preocupe, Takahari..."

    Me dio su número - 678 014 511 - Lo dijo como quien regala un billete usado; sin embargo, lo guardé como si fuera un salvavidas.

    Nos separamos al día siguiente. Intenté volver con mis padres, y ellos, una vez más, me cerraron la puerta.

    Un día y medio después, con el miedo de estar completamente solo, tomé el teléfono y lo llamé.

    Lo que no sabía era que, al otro lado del auricular, la vida de Isidro era una tormenta a punto de estallar. ¿Y yo? Estaba a punto de convertirme en un relámpago más; llamando en el momento más inoportuno.
    Sonó entonces el último "plop", más como un "PLOP"; el más humillante. Alcé pues la vista en aquel momento y lo vi: Un hombre que olía a vino barato y problemas caros. Con un bigote falso y, aunque 18 años, un historial criminal que probablemente ocuparía tres páginas, [isimont12] tuvo más agallas que toda la gente "respetable" que conocía. Él me sacó del apuro de enfrentar un mundo que siempre me había sido negado. La primera charla fue un desastre, claro. Yo, con mi orgullo roto, balbuceando un pedido de ayuda, y él, saliendo del bar tras esquivar pagar la cuenta, mirándome como si tuviera cosas más importantes que atender. De alguna manera u otra compartimos qué decir: Poco o nada de nuestras cuestiones personales (aunque yo más que él) y sobre mi arte. - Si tienes dinero, deberías usarlo para volver con tus padres. Yo te puedo llamar un uber si te da remilgos contactarles tú. A menos que quieras ir andando. - Decía él, en lo que parecía ser una conclusión. Por supuesto, mentí. Dije que podía arreglármelas solo. Y lo intenté. Me alejé unos metros, pero no llegué muy lejos. - ¡Eh! ¡Un momento! - Exclamó él. - No pensarás irte solo ahora que está tan oscuro, ¿verdad? Y así, comenzó la noche más extraña de mi vida: Una estadía en "La casa del Perro" —un lugar tan decadente como su nombre—, una máquina dispensadora que era lo más cercano a una cena, y un ladrón que, de alguna forma, tuvo la paciencia de hacerme la cama. Hubo más momentos incómodos, malentendidos y palabras que me hicieron cuestionar aún peor mi propia personalidad. Pero entonces, llegó esa frase; blanda, pesarosa y franca en partes iguales: - Hey...creo que nunca es tarde para preguntarte qué piensas hacer mañana. Empiezo a creer que no vas a regresar con tus padres. "Estaba pensando en volver a pedirles entrar. No estás involucrado en eso, no te preocupes." / "No puedes decirme ahora que no me preocupe, Takahari..." Me dio su número - 678 014 511 - Lo dijo como quien regala un billete usado; sin embargo, lo guardé como si fuera un salvavidas. Nos separamos al día siguiente. Intenté volver con mis padres, y ellos, una vez más, me cerraron la puerta. Un día y medio después, con el miedo de estar completamente solo, tomé el teléfono y lo llamé. Lo que no sabía era que, al otro lado del auricular, la vida de Isidro era una tormenta a punto de estallar. ¿Y yo? Estaba a punto de convertirme en un relámpago más; llamando en el momento más inoportuno.
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  • "𝕽𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖅𝖔𝖗𝖗𝖔" (Recuerdos pasados de Kazuo).

    La primera vez que Kazuo acompañó a sus padres al poblado más cercano para comerciar con sus cultivos, se convirtió en un auténtico espectáculo para quienes lo veían.
    Era hermoso... una belleza casi irreal, etérea. Era imposible no fijarse en él y en sus deslumbrantes ojos lapislázuli, algo totalmente fuera de lo común. Por suerte, habían conseguido teñir su cabello lo suficientemente bien como para que no luciera del color de la luna. Eso sí que habría sido demasiado llamativo.

    Cuando los Aihara eran interrogados sobre la procedencia del joven apuesto que les acompañaba, respondían que era el hijo de una prima, cuyos padres habían fallecido en la cruel guerra. Habían decidido acogerlo como propio. Kazuo permanecía en silencio; sus padres sabían lo que hacían. Su mutismo era justificado por su madre como una muestra de timidez, resultado de las penurias sufridas durante la guerra. Lo que nadie sabía era que Kazuo aún no dominaba del todo el idioma humano, y por eso prefería callar.

    No era un niño, y su llegada no pasó desapercibida. Mientras los Aihara vendían sus productos, no dejaban de llegar jóvenes en edad de casarse, acompañadas de sus madres. Estas se demoraban en la compra, buscando cualquier excusa para preguntar por el estado civil del joven. Las muchachas, ocultas tras abanicos, lanzaban miradas seductoras con fingida timidez, mientras Kazuo, avergonzado por tanta atención, desviaba la mirada. Parecía no importar que los Aihara no tuvieran un gran estatus social; la belleza de Kazuo era suficiente para que incluso familias de alta alcurnia mostraran interés.

    Sin embargo, para sorpresa de todos, sus padres no se aprovechaban de la situación. No presionaban a Kazuo en absoluto. Eran humildes y, aun así, no buscaban escalar posiciones sociales. Eran felices con su vida actual.

    Para Aihara Reina, la madre de Kazuo, él era un regalo de los dioses. Una bendición para su familia. Al igual que con sus otros dos hijos, solo deseaba su felicidad. No pensaba usar la belleza del joven como moneda de cambio para obtener beneficios. Tenía claro que el futuro de Kazuo sería decidido únicamente por él.

    Aquellas visitas al poblado ayudaron al joven zorro a entender más sobre la sociedad que lo rodeaba. Observando, aprendió a convivir, hablar, comportarse con propiedad y mostrar respeto. Pronto fue capaz de atender con soltura el puesto donde sus padres vendían las cosechas de su pequeño campo, convirtiéndose en la atracción principal del mercado. Todo el mundo quería ver al joven bendecido con los ojos del color del cielo.
    "𝕽𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔𝖘 𝖉𝖊 𝖚𝖓 𝖅𝖔𝖗𝖗𝖔" (Recuerdos pasados de Kazuo). La primera vez que Kazuo acompañó a sus padres al poblado más cercano para comerciar con sus cultivos, se convirtió en un auténtico espectáculo para quienes lo veían. Era hermoso... una belleza casi irreal, etérea. Era imposible no fijarse en él y en sus deslumbrantes ojos lapislázuli, algo totalmente fuera de lo común. Por suerte, habían conseguido teñir su cabello lo suficientemente bien como para que no luciera del color de la luna. Eso sí que habría sido demasiado llamativo. Cuando los Aihara eran interrogados sobre la procedencia del joven apuesto que les acompañaba, respondían que era el hijo de una prima, cuyos padres habían fallecido en la cruel guerra. Habían decidido acogerlo como propio. Kazuo permanecía en silencio; sus padres sabían lo que hacían. Su mutismo era justificado por su madre como una muestra de timidez, resultado de las penurias sufridas durante la guerra. Lo que nadie sabía era que Kazuo aún no dominaba del todo el idioma humano, y por eso prefería callar. No era un niño, y su llegada no pasó desapercibida. Mientras los Aihara vendían sus productos, no dejaban de llegar jóvenes en edad de casarse, acompañadas de sus madres. Estas se demoraban en la compra, buscando cualquier excusa para preguntar por el estado civil del joven. Las muchachas, ocultas tras abanicos, lanzaban miradas seductoras con fingida timidez, mientras Kazuo, avergonzado por tanta atención, desviaba la mirada. Parecía no importar que los Aihara no tuvieran un gran estatus social; la belleza de Kazuo era suficiente para que incluso familias de alta alcurnia mostraran interés. Sin embargo, para sorpresa de todos, sus padres no se aprovechaban de la situación. No presionaban a Kazuo en absoluto. Eran humildes y, aun así, no buscaban escalar posiciones sociales. Eran felices con su vida actual. Para Aihara Reina, la madre de Kazuo, él era un regalo de los dioses. Una bendición para su familia. Al igual que con sus otros dos hijos, solo deseaba su felicidad. No pensaba usar la belleza del joven como moneda de cambio para obtener beneficios. Tenía claro que el futuro de Kazuo sería decidido únicamente por él. Aquellas visitas al poblado ayudaron al joven zorro a entender más sobre la sociedad que lo rodeaba. Observando, aprendió a convivir, hablar, comportarse con propiedad y mostrar respeto. Pronto fue capaz de atender con soltura el puesto donde sus padres vendían las cosechas de su pequeño campo, convirtiéndose en la atracción principal del mercado. Todo el mundo quería ver al joven bendecido con los ojos del color del cielo.
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  • ㅤㅤㅤ❝ 𝖳𝗁𝖾 𝗐𝖺𝗒 𝗐𝖾 𝗌𝗉𝖾𝗇𝖽 𝗈𝗎𝗋 𝗍𝗂𝗆𝖾 𝖽𝖾𝖿𝗂𝗇𝖾𝗌 𝗐𝗁𝗈 𝗐𝖾 𝖺𝗋𝖾 ❞
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝘑𝘰𝘯𝘢𝘵𝘩𝘢𝘯 𝘌𝘴𝘵𝘳𝘪𝘯ㅤㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤ→ Wanda Maximoff

    “ℒ𝑒𝓉 𝓉𝒾𝓂𝑒 𝓅𝒶𝓈𝓈"

    Cuando eres dueño del tiempo es difícil sentir su reclamo. El antes, el ahora y el después suceden a la vez como una procesión incesante, el círculo vicioso de la naturaleza. El tiempo no es lineal ni cíclico, sino que se enreda como una caótica madeja de lana. No sabes dónde está el principio o el final, simplemente sucede. El ser humano ha aprendido a medir el tiempo como una necesidad poner un orden en el constante devenir, pero en el trono Más Allá del Tiempo todo sucede a la vez.

    Había elegido ese destino. Ese era su Glorioso Propósito: mantener a salvo las líneas temporales. Salvar esas vidas. Nadie merecía ser purgado porque se había salido de un ridículo guión. Él era una variante, para empezar, y allí se hallaba, siendo el Dios del Multiverso, sometido por voluntad propia a la eterna soledad.

    “No quiero estar solo. Quiero a mis amigos de vuelta.”

    Jamás se consideró un héroe aunque le hubiera gustado que le vieran como tal. Quería ser reconocido y el trono le daba esa consistencia. Allí, viendo el tiempo pasar paradójicamente a pesar de no estar sujeto a sus reglas. En algún momento llegó incluso a preguntarse si Thor estaría orgulloso. Recordaba perfectamente haber escuchado sus palabras “Puedes ser más que todo esto”. Si Odín estaría orgulloso.

    Si lo estaría su madre.

    En mitad de ese pensamiento, fue consciente de que algo no estaba bien del todo. Allí nada ocurría a pesar de que todo acontecía al mismo tiempo, pero incluso a través de todo el vacío existencial que le rodeaba podía notar cómo el universo se electrificaba si algo grandioso sucedía. Y, por ello, lo notó. Al instante siguiente, no fue solo una sensación, también un latido. Y, seguidamente, un tirón.

    Todo sucede a la vez. El tiempo es dinámico, flexible y muy voluble. Recordaría firmemente las manos de Sylvie en su pecho después de un beso que no había esperado pero sí deseado, esa mirada determinada y el brillo suave de Dios (Diosa, en ese) del Engaño en los ojos azules de la variante. Y el empujón.

    — Pero yo no soy tú.

    Giró sobre sí mismo, dio una voltereta hacia atrás sometido a las leyes de la física, la inercia del empujón mágico y, de repente, estaba tendido en el césped (¿césped?) boca abajo. Los oídos le zumbaban y cualquier recuerdo que hubiese tenido lugar después del beso de Sylvie desapareció. Podría casi decirse que fue purgado de su memoria. Qué paradoja.

    Las trompetas, el bullicio, el gentío, la música. Incorporarse no fue difícil: orientarse sí que le resultó complejo. ¿Midgard? Mientras se recuperaba del salto espacial, y dada la cronología de la Tierra temporal también (no es que estuviera muy al día de la moda, pero resultaba evidente que no era el presente) intentaba gestionar la traición. Se le escapó una risa irónica girando sobre sí mismo para situarse. Engañado por sí mismo. Retorcidamente poético. Y doloroso.

    Dio dos pasos mientras se recuperaba emocionalmente del palo que acababa de recibir, pero cualquier intento de autocompasión fue sometido brutalmente por esa aplastante aura. Podría haberla perfectamente confundido con la de Sylvie en poder y alcance, pero la de ella no era tan caótica, ni rabiosa.

    Y cuántas veces había hallado magia en el caos. De esa que seduce.

    Podría fácilmente haberse dejado embelesar, pero estaba en una situación emocionalmente inestable y cualquier cosa era una amenaza. Cualquier cosa que no hubiera sentido antes. Cualquier cosa de ese calibre. Erguido en mitad de lo que parecía un festejo del que quería saber nada y menos, se mantuvo alerta porque, con ese poder, un poco de manipulación podría devolverle de vuelta a la TVA. Ya ni aspiraba a regresar con Sylvie: no descartaba que Aquel que Permanece estuviera muerto ya y aquella fuese otra línea temporal caótica que se desmigaba de la original. Su presencia allí era una confirmación: la de la otra energía una amenaza clara.

    No tenía nada que perder porque podría perfectamente haberlo perdido todo, así que fue en su busca. Empujó a una persona para poder avanzar y convocó una daga. Por las buenas o por las malas.
    ㅤ ㅤㅤㅤ❝ 𝖳𝗁𝖾 𝗐𝖺𝗒 𝗐𝖾 𝗌𝗉𝖾𝗇𝖽 𝗈𝗎𝗋 𝗍𝗂𝗆𝖾 𝖽𝖾𝖿𝗂𝗇𝖾𝗌 𝗐𝗁𝗈 𝗐𝖾 𝖺𝗋𝖾 ❞ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝘑𝘰𝘯𝘢𝘵𝘩𝘢𝘯 𝘌𝘴𝘵𝘳𝘪𝘯ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ→ [Scarlet.Witch] “ℒ𝑒𝓉 𝓉𝒾𝓂𝑒 𝓅𝒶𝓈𝓈" Cuando eres dueño del tiempo es difícil sentir su reclamo. El antes, el ahora y el después suceden a la vez como una procesión incesante, el círculo vicioso de la naturaleza. El tiempo no es lineal ni cíclico, sino que se enreda como una caótica madeja de lana. No sabes dónde está el principio o el final, simplemente sucede. El ser humano ha aprendido a medir el tiempo como una necesidad poner un orden en el constante devenir, pero en el trono Más Allá del Tiempo todo sucede a la vez. Había elegido ese destino. Ese era su Glorioso Propósito: mantener a salvo las líneas temporales. Salvar esas vidas. Nadie merecía ser purgado porque se había salido de un ridículo guión. Él era una variante, para empezar, y allí se hallaba, siendo el Dios del Multiverso, sometido por voluntad propia a la eterna soledad. “No quiero estar solo. Quiero a mis amigos de vuelta.” Jamás se consideró un héroe aunque le hubiera gustado que le vieran como tal. Quería ser reconocido y el trono le daba esa consistencia. Allí, viendo el tiempo pasar paradójicamente a pesar de no estar sujeto a sus reglas. En algún momento llegó incluso a preguntarse si Thor estaría orgulloso. Recordaba perfectamente haber escuchado sus palabras “Puedes ser más que todo esto”. Si Odín estaría orgulloso. Si lo estaría su madre. En mitad de ese pensamiento, fue consciente de que algo no estaba bien del todo. Allí nada ocurría a pesar de que todo acontecía al mismo tiempo, pero incluso a través de todo el vacío existencial que le rodeaba podía notar cómo el universo se electrificaba si algo grandioso sucedía. Y, por ello, lo notó. Al instante siguiente, no fue solo una sensación, también un latido. Y, seguidamente, un tirón. Todo sucede a la vez. El tiempo es dinámico, flexible y muy voluble. Recordaría firmemente las manos de Sylvie en su pecho después de un beso que no había esperado pero sí deseado, esa mirada determinada y el brillo suave de Dios (Diosa, en ese) del Engaño en los ojos azules de la variante. Y el empujón. — Pero yo no soy tú. Giró sobre sí mismo, dio una voltereta hacia atrás sometido a las leyes de la física, la inercia del empujón mágico y, de repente, estaba tendido en el césped (¿césped?) boca abajo. Los oídos le zumbaban y cualquier recuerdo que hubiese tenido lugar después del beso de Sylvie desapareció. Podría casi decirse que fue purgado de su memoria. Qué paradoja. Las trompetas, el bullicio, el gentío, la música. Incorporarse no fue difícil: orientarse sí que le resultó complejo. ¿Midgard? Mientras se recuperaba del salto espacial, y dada la cronología de la Tierra temporal también (no es que estuviera muy al día de la moda, pero resultaba evidente que no era el presente) intentaba gestionar la traición. Se le escapó una risa irónica girando sobre sí mismo para situarse. Engañado por sí mismo. Retorcidamente poético. Y doloroso. Dio dos pasos mientras se recuperaba emocionalmente del palo que acababa de recibir, pero cualquier intento de autocompasión fue sometido brutalmente por esa aplastante aura. Podría haberla perfectamente confundido con la de Sylvie en poder y alcance, pero la de ella no era tan caótica, ni rabiosa. Y cuántas veces había hallado magia en el caos. De esa que seduce. Podría fácilmente haberse dejado embelesar, pero estaba en una situación emocionalmente inestable y cualquier cosa era una amenaza. Cualquier cosa que no hubiera sentido antes. Cualquier cosa de ese calibre. Erguido en mitad de lo que parecía un festejo del que quería saber nada y menos, se mantuvo alerta porque, con ese poder, un poco de manipulación podría devolverle de vuelta a la TVA. Ya ni aspiraba a regresar con Sylvie: no descartaba que Aquel que Permanece estuviera muerto ya y aquella fuese otra línea temporal caótica que se desmigaba de la original. Su presencia allí era una confirmación: la de la otra energía una amenaza clara. No tenía nada que perder porque podría perfectamente haberlo perdido todo, así que fue en su busca. Empujó a una persona para poder avanzar y convocó una daga. Por las buenas o por las malas.
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  • 𝓢𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐
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    Categoría Slice of Life
    Silencio, un silencio atronador era lo que sentía en la cabeza, miraba con cierto escepticismo un libro que Amren la había ofrecido, en la portada del libro rezaba:

    "ℭ𝔞𝔫𝔱𝔲𝔰 𝔊𝔯𝔦𝔪𝔬𝔦𝔯𝔢"

    Nesta no entendía del todo lo que quería decir aquella portada de letras doradas pero Amren le había dicho textualmente " Si fuiste capaz de llamar a tu espada Ataraxia, serás capaz de leer esto", lo cierto es que Nesta no se lo creyó del todo debido a que ni sabía de dónde venía aquel lenguaje antiguo, sencillamente llamó a su espada Ataraxia por que sabía que así era su nombre, de la misma forma que la daga forjada para Azriel se llamó Sempiterno, la que tenía inicio pero no final.

    Nesta se reclinó en la butaca de su habitación, subió los pies al asiento, de forma poco elegante para se Nesta Archeron, el vestido negro que llevaba aquel día le cubrió los pies enteros y la Casa del Viento encendió el fuego para ella.

    - Gracias.

    Murmuró Nesta que pasaba las páginas del libro de forma aleatoria, revisando las anotaciones que Amren había hecho a lápiz.

    Hubo una página que le llamó la atención, tal vez por que la letra era algo más cursiva y parecía escrita con rabia, tal vez por el intrincado dibujo que había hecho con tinta o tal vez por que ponía: "𝔠𝔬𝔫𝔣𝔯𝔞𝔠𝔱𝔲𝔰 𝔫𝔢𝔠𝔢𝔰𝔰𝔦𝔱𝔲𝔡𝔦𝔫𝔢𝔰", a Nesta le llamó tanto la atención que sintió que aquel título estaba escrito con letras doradas.

    Como si de la lengua común se tratase comenzó a leer: "Para romper uno o más lazos" rezaba el libro " Se necesitaran las siguientes anclas: 𝑒𝑙 𝑜𝑏𝑗𝑒𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑣𝑎𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎 𝑒𝑛𝑣𝑢𝑒𝑙𝑡𝑎 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑙𝑎𝑧𝑜, 𝑙𝑎 𝑠𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑟𝑒𝑐ℎ𝑎𝑧𝑎 𝑒𝑙 𝑙𝑎𝑧𝑜, 𝑦 𝑢𝑛 𝑏𝑎𝑢𝑡𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑑𝑒 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑒 𝑎𝑚𝑏𝑜𝑠

    Nesta cerró el libro rápidamente ¿Cómo que un bautismo de fuego? ¿Cómo que sangre y objetos valiosos? ¿Quién había escrito semejante tontería? ¿Qué era aquello el libro maldito de una bruja?

    Nesta giró el libro para ver la tapa del libro, y allí con letras doradas, en una esquina inferior pudo leer: "******** ******** 𝓭𝓮 𝓞𝓻𝓬𝓱𝓲𝓭" Como si un recuerdo le atacase, Nesta vio a su propia madre vestida de color morado orquidea, el libro resbaló de sus dedos. "Orchid" ya era familiar con esa palabra...
    Nes, se pasó la mano por el cabello echándoselo hacia atrás en un largo suspiro, lo que estaba claro es que fuera quien fuere que escribió aquello sabía que se podían tener más de un lazo, y que se podían romper con una especie de ritual macabro... Nesta sopesó cuáles eran sus siguientes pasos. Debía de hablar con Cassian y preguntarle si deseaba mantener un vinculo con ella, y luego... dependiendo de la respuesta preparar el ritual para uno o más lazos.

    Nesta suspiró con pesar, tenía que ser valiente, valiente como una Valkyria. Así que no se lo pensó demasiado, tiró del vínculo que le unía a [twilight_gold_mule_929], si bien Nesta no era Daemati como su hermana y su cuñado, sabía bien que podía tirar de aquel lazo y hacerle sentir a Cassian la necesidad que ella poseía por hablar con él.
    Silencio, un silencio atronador era lo que sentía en la cabeza, miraba con cierto escepticismo un libro que Amren la había ofrecido, en la portada del libro rezaba: "ℭ𝔞𝔫𝔱𝔲𝔰 𝔊𝔯𝔦𝔪𝔬𝔦𝔯𝔢" Nesta no entendía del todo lo que quería decir aquella portada de letras doradas pero Amren le había dicho textualmente " Si fuiste capaz de llamar a tu espada Ataraxia, serás capaz de leer esto", lo cierto es que Nesta no se lo creyó del todo debido a que ni sabía de dónde venía aquel lenguaje antiguo, sencillamente llamó a su espada Ataraxia por que sabía que así era su nombre, de la misma forma que la daga forjada para Azriel se llamó Sempiterno, la que tenía inicio pero no final. Nesta se reclinó en la butaca de su habitación, subió los pies al asiento, de forma poco elegante para se Nesta Archeron, el vestido negro que llevaba aquel día le cubrió los pies enteros y la Casa del Viento encendió el fuego para ella. - Gracias. Murmuró Nesta que pasaba las páginas del libro de forma aleatoria, revisando las anotaciones que Amren había hecho a lápiz. Hubo una página que le llamó la atención, tal vez por que la letra era algo más cursiva y parecía escrita con rabia, tal vez por el intrincado dibujo que había hecho con tinta o tal vez por que ponía: "𝔠𝔬𝔫𝔣𝔯𝔞𝔠𝔱𝔲𝔰 𝔫𝔢𝔠𝔢𝔰𝔰𝔦𝔱𝔲𝔡𝔦𝔫𝔢𝔰", a Nesta le llamó tanto la atención que sintió que aquel título estaba escrito con letras doradas. Como si de la lengua común se tratase comenzó a leer: "Para romper uno o más lazos" rezaba el libro " Se necesitaran las siguientes anclas: 𝑒𝑙 𝑜𝑏𝑗𝑒𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑣𝑎𝑙𝑜𝑟 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎 𝑒𝑛𝑣𝑢𝑒𝑙𝑡𝑎 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑙𝑎𝑧𝑜, 𝑙𝑎 𝑠𝑎𝑛𝑔𝑟𝑒 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑝𝑒𝑟𝑠𝑜𝑛𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑟𝑒𝑐ℎ𝑎𝑧𝑎 𝑒𝑙 𝑙𝑎𝑧𝑜, 𝑦 𝑢𝑛 𝑏𝑎𝑢𝑡𝑖𝑠𝑚𝑜 𝑑𝑒 𝑓𝑢𝑒𝑔𝑜 𝑠𝑜𝑏𝑟𝑒 𝑎𝑚𝑏𝑜𝑠 Nesta cerró el libro rápidamente ¿Cómo que un bautismo de fuego? ¿Cómo que sangre y objetos valiosos? ¿Quién había escrito semejante tontería? ¿Qué era aquello el libro maldito de una bruja? Nesta giró el libro para ver la tapa del libro, y allí con letras doradas, en una esquina inferior pudo leer: "******** ******** 𝓭𝓮 𝓞𝓻𝓬𝓱𝓲𝓭" Como si un recuerdo le atacase, Nesta vio a su propia madre vestida de color morado orquidea, el libro resbaló de sus dedos. "Orchid" ya era familiar con esa palabra... Nes, se pasó la mano por el cabello echándoselo hacia atrás en un largo suspiro, lo que estaba claro es que fuera quien fuere que escribió aquello sabía que se podían tener más de un lazo, y que se podían romper con una especie de ritual macabro... Nesta sopesó cuáles eran sus siguientes pasos. Debía de hablar con Cassian y preguntarle si deseaba mantener un vinculo con ella, y luego... dependiendo de la respuesta preparar el ritual para uno o más lazos. Nesta suspiró con pesar, tenía que ser valiente, valiente como una Valkyria. Así que no se lo pensó demasiado, tiró del vínculo que le unía a [twilight_gold_mule_929], si bien Nesta no era Daemati como su hermana y su cuñado, sabía bien que podía tirar de aquel lazo y hacerle sentir a Cassian la necesidad que ella poseía por hablar con él.
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  • En la penumbra del cuarto de descanso de la escuela, Shoko exhalaba una delgada línea de humo que se retorcía en el aire antes de desvanecerse. El cigarrillo, apoyado entre sus dedos, apenas temblaba, a pesar de la maraña de pensamientos que se acumulaban en su mente. Afuera, las voces juveniles de Itadori, Kugisaki y Fushiguro resonaban en el patio, llenas de energía y una camaradería que resultaba, para ella, agridulce.

    Había algo curioso en observarlos. Sus risas se sentían tan puras, incluso en un mundo tan retorcido. Aunque sus cargas eran inmensas para su corta edad, todavía se movían con esa chispa despreocupada que ella recordaba haber visto alguna vez en Satoru y Suguru... y tal vez, aunque en menor medida, en sí misma.

    "Son distintos", pensó, mientras apagaba el cigarrillo en un cenicero ya lleno. Pero no pudo evitar preguntarse si realmente lo eran.

    Eran tres, como ellos. Una tríada que parecía destinada a conquistar cualquier desafío. Gojo, el arrogante y brillante centro de su universo; Geto, el sereno pero decidido idealista; y ella, la cínica observadora, siempre unos pasos detrás, curando las heridas físicas mientras los dos se enzarzaban en conflictos más grandes que la vida.

    "Éramos inseparables... hasta que dejamos de serlo", murmuró en voz baja, con un toque de sarcasmo en su tono, pero con el peso de la nostalgia oprimiendo su pecho. La ruptura había sido inevitable. Diferentes visiones, diferentes decisiones. Había días en los que aún se preguntaba si podría haber hecho algo para evitarlo, aunque sabía que no había respuesta correcta.
    En la penumbra del cuarto de descanso de la escuela, Shoko exhalaba una delgada línea de humo que se retorcía en el aire antes de desvanecerse. El cigarrillo, apoyado entre sus dedos, apenas temblaba, a pesar de la maraña de pensamientos que se acumulaban en su mente. Afuera, las voces juveniles de Itadori, Kugisaki y Fushiguro resonaban en el patio, llenas de energía y una camaradería que resultaba, para ella, agridulce. Había algo curioso en observarlos. Sus risas se sentían tan puras, incluso en un mundo tan retorcido. Aunque sus cargas eran inmensas para su corta edad, todavía se movían con esa chispa despreocupada que ella recordaba haber visto alguna vez en Satoru y Suguru... y tal vez, aunque en menor medida, en sí misma. "Son distintos", pensó, mientras apagaba el cigarrillo en un cenicero ya lleno. Pero no pudo evitar preguntarse si realmente lo eran. Eran tres, como ellos. Una tríada que parecía destinada a conquistar cualquier desafío. Gojo, el arrogante y brillante centro de su universo; Geto, el sereno pero decidido idealista; y ella, la cínica observadora, siempre unos pasos detrás, curando las heridas físicas mientras los dos se enzarzaban en conflictos más grandes que la vida. "Éramos inseparables... hasta que dejamos de serlo", murmuró en voz baja, con un toque de sarcasmo en su tono, pero con el peso de la nostalgia oprimiendo su pecho. La ruptura había sido inevitable. Diferentes visiones, diferentes decisiones. Había días en los que aún se preguntaba si podría haber hecho algo para evitarlo, aunque sabía que no había respuesta correcta.
    Me entristece
    Me encocora
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  • - Si te Vi y me ví encantado de ti, porque te negaría, si en algo puedo ayudarte a encontrarme, te diré, hablame con sinceridad y mirando mis ojos, yo veo la verdad, los miedos, los deseos y sueños perdidos, todo y mas de lo que yo quisiera, me perderé en momentos, regresaré renovado, y que ha pasado en mi caminar en medio de la oscuridad es algo que no se debe preguntar, si soy muchas cosas, pero no miento, no divulgó secretos, soy amante, el villano de muchos y el héroe de unos pocos, eso no me va ni me viene, hare lo que deba y disfrutare lo que pueda, hasta que la vida nos alcance, cantaré al viento en silencios que solo tu oído podra escuchar y aun cuando quieras odiarme tu siempre me amaras .
    - Si te Vi y me ví encantado de ti, porque te negaría, si en algo puedo ayudarte a encontrarme, te diré, hablame con sinceridad y mirando mis ojos, yo veo la verdad, los miedos, los deseos y sueños perdidos, todo y mas de lo que yo quisiera, me perderé en momentos, regresaré renovado, y que ha pasado en mi caminar en medio de la oscuridad es algo que no se debe preguntar, si soy muchas cosas, pero no miento, no divulgó secretos, soy amante, el villano de muchos y el héroe de unos pocos, eso no me va ni me viene, hare lo que deba y disfrutare lo que pueda, hasta que la vida nos alcance, cantaré al viento en silencios que solo tu oído podra escuchar y aun cuando quieras odiarme tu siempre me amaras .
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  • //y pregunto yo.... Solo por preguntar preguntando ¿Dónde están los que querían hacer la trama fiel a la serie de hh?

    Hoy desperté con ganas de violencia y jodedera
    //y pregunto yo.... Solo por preguntar preguntando ¿Dónde están los que querían hacer la trama fiel a la serie de hh? :STK-19: Hoy desperté con ganas de violencia y jodedera :STK-24:
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