• 📍 Club Eclipse — Salón VIP 🕯️ Medianoche, lluvia golpeando los ventanales 🎙️ Starter Individual a Sunoo Min
    Fandom OC
    Categoría Drama
    No todos los días terminaban sobre un escenario.
    Algunas noches, incluso el eco de las canciones debía silenciarse.

    La lluvia trazaba surcos irregulares en los ventanales, y el incienso colgaba en el aire, denso como los pensamientos que BLUEVEIL no compartía con nadie.

    Estaba allí, reclinado en el sillón de terciopelo, la mirada perdida en el reflejo distorsionado que devolvía el vidrio empañado.
    Un vaso intacto frente a él.
    Un abrigo deshecho sobre los hombros.
    La soledad era su única compañía habitual, y él no la discutía.

    Hasta que la puerta se abrió.

    No alzó la mirada de inmediato.
    No hacía falta.

    No lo conocía en persona.
    No habían cruzado palabra alguna.
    Pero lo había visto en todos los lugares donde su propio nombre no aparecía.

    Éxito fácil.
    Reconocimiento inmediato.
    Luces que parecían gravitar solas hacia quienes ni siquiera debían luchar por mantenerlas encendidas.

    Cerró los dedos alrededor de su vaso vacío con una lentitud medida.
    Cuando alzó finalmente la mirada, sus ojos se fijaron en el rostro del recién llegado.

    Y entonces habló, su voz baja, pulida, cortante como el filo oculto en un cumplido envenenado.

    —No pensé que las estrellas bajaran tan bajo.

    Se incorporó ligeramente, apoyando un codo en el reposabrazos, sin apartar los ojos de él.
    Hubiera sido descortés no presentarse, y él no era un hombre sin modales, aunque pocas veces le importara ejercerlos.

    —mi nombre es BLUEVEIL...

    Se presentó, breve, contenido, como quien ofrece un apretón de manos sin extenderla realmente

    —Supongo que no has oído hablar de mí. No te culpo. El ruido suele tapar los susurros.

    El vaso seguía intacto.
    La tormenta seguía golpeando los cristales.
    Y esa noche, BLUEVEIL no esperaba ser recordado.
    Solo necesitaba recordar a otros por qué había aprendido a vivir en silencio.
    No todos los días terminaban sobre un escenario. Algunas noches, incluso el eco de las canciones debía silenciarse. La lluvia trazaba surcos irregulares en los ventanales, y el incienso colgaba en el aire, denso como los pensamientos que BLUEVEIL no compartía con nadie. Estaba allí, reclinado en el sillón de terciopelo, la mirada perdida en el reflejo distorsionado que devolvía el vidrio empañado. Un vaso intacto frente a él. Un abrigo deshecho sobre los hombros. La soledad era su única compañía habitual, y él no la discutía. Hasta que la puerta se abrió. No alzó la mirada de inmediato. No hacía falta. No lo conocía en persona. No habían cruzado palabra alguna. Pero lo había visto en todos los lugares donde su propio nombre no aparecía. Éxito fácil. Reconocimiento inmediato. Luces que parecían gravitar solas hacia quienes ni siquiera debían luchar por mantenerlas encendidas. Cerró los dedos alrededor de su vaso vacío con una lentitud medida. Cuando alzó finalmente la mirada, sus ojos se fijaron en el rostro del recién llegado. Y entonces habló, su voz baja, pulida, cortante como el filo oculto en un cumplido envenenado. —No pensé que las estrellas bajaran tan bajo. Se incorporó ligeramente, apoyando un codo en el reposabrazos, sin apartar los ojos de él. Hubiera sido descortés no presentarse, y él no era un hombre sin modales, aunque pocas veces le importara ejercerlos. —mi nombre es BLUEVEIL... Se presentó, breve, contenido, como quien ofrece un apretón de manos sin extenderla realmente —Supongo que no has oído hablar de mí. No te culpo. El ruido suele tapar los susurros. El vaso seguía intacto. La tormenta seguía golpeando los cristales. Y esa noche, BLUEVEIL no esperaba ser recordado. Solo necesitaba recordar a otros por qué había aprendido a vivir en silencio.
    Tipo
    Individual
    Líneas
    30
    Estado
    Disponible
    2 turnos 0 maullidos
  • 𝕎𝔼𝕃ℂ𝕆𝕄𝔼 𝕋𝕆 𝕋ℍ𝔼 𝔼ℕ𝔻𝔾𝔸𝕄𝔼
    Fandom Supernatural
    Categoría Acción
    ㅤㅤㅤㅤ𝒮𝓉𝒶𝓇𝓉ℯ𝓇 𝓅𝒶𝓇𝒶: DEAN WINCHESTER

    Tres años.
    Habían pasado tres años desde que Claire había vuelto al pasado. Tres años desde que había irrumpido en la vida de los Winchester, tres años desde que casi le provoca un infarto a su madre adoptiva al presentarse en su casa.
    Habían pasado tres años, y habían pasado demasiadas cosas en aquellos tres años. El bunker se había convertido en su hogar. Los hermanos, Castiel y Jack se habían convertido en su familia. Llevaba…. ¿podia ser cierto? Una idea frena los pensamientos de Claire, una idea que hace que todo lo demás se paralice, la mirada azul de la cazadora salta de la extraña e improvisada reunión que se estaba llevando a cabo en el bunker en aquellos momentos, a la pared del mismo, de donde colgaba un calendario realmente cutre, pero que le recordaba y le confirmaba lo que ella buscaba, en pocas horas haría tres años desde que su relación con Dean había comenzado.

    Tres años en los que había llevado a cabo su plan de mantenerlo a salvo. Con más tropiezos y vueltas de las que le gustaría, pero al fin y al cabo el mayor de los hermanos estaba allí, a su lado, respirando.
    Tenía, en todo aquello, que agradecerle a Sam su incondicional ayuda, ya que era el único que sabía la verdadera razón de su viaje, su misión, y le había prometido ayudarle a cumplirla.
    Por el momento, el más alto había cumplido su promesa, incluso cuando parecía imposible, y casi pierden a Dean por su idea de enterrarse vivo en el fondo de Pacifico.
    Si en algún momento había estado tentada de revelarle su secreto, sin duda había sido ese.
    Pero se había mantenido firme y habían superado aquella bala también, y seguía manteniendo una relación con un hombre al que le ocultaba un gran secreto.

    Pero todo aquello, en esos momentos no tenía demasiado importancia, tan solo Claire había disociado ligeramente de la situación que estaban viviendo porque… ¿Cómo no hacerlo? Tenían al puñetero Dios sentado frente a ellos, jugueteando con la radio del bunker (sin tocarla, claro) diciendo que Jack era altamente apocalíptico, y que debia de intervenir.
    Es justamente en ese punto de la conversación en el que Claire vuelve a conectar al cien por cien con la realidad. Justo cuando Chuck señala el “𝑒𝑐𝑢𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑑𝑜𝑟” el único arma, recién salida del horno de la creación capaz de matar a Jack. Pero… ¿a qué precio?

    Los ojos de Claire saltaban, como los de Sam y el mismísimo Dios, de Castiel a Dean, y de vuelta al ángel, mientras son testigos de su discusión.
    En el fondo la rubia estaba de acuerdo con Castiel. ¿Iban a matar a Jack? Había matado a Mary, eso era cierto, y sabía que el dolor y la traición que Dean sentía hablaban por él, pero… ¿no habían hecho ellos, todos los que estaban reunidos allí, cosas terribles a seres queridos en los momentos más bajos? ¿Debían abandonar a Jack de aquella manera?
    No, por mucho que le molestara (y sin contar con el hecho de que si Dean mataba a Jack, morirían ambos) aquella vez estaba del lado de Castiel, y una vez disuelta aquella reunión, va en busca del más mayor para hacerle cambiar de opinion.

    O al menos esa es su intención ya que al llegar a la puerta de la habitación de Dean esta estaba abierta y de ella salían las voces de los dos hermanos.
    Debería haberse ido, debería haber seguido su camino, pero se para justo unos centímetros antes de poder ser vista por Sam quien estaba sentado a los pies de la cama, de cara a la puerta.

    La cazadora se mantiene en silencio, mientras escucha. La salida del más alto la toma por sorpresa por lo repentina, pero de un salto se dispone a seguirlo varios metros hasta que considera que sus voces ya no se podrían escuchar y le frena posando una mano en su brazo.

    — Tienes que pararlo, tienes que quitarle la idea de la cabeza, Sam.

    — Lo dices como si fuera algo sencillo hacer eso, Claire. Conoces a Dean…

    — No se merecen esto, ninguno de los dos, y lo sabes, Jack no es culpable de sus actos, no en este estado, no cuando se sacrificó por nosotros, por Dean y me prometiste que le salvarías a toda costa…

    — ¡Nada! No hay nada que quiera hacer más que salvar a mi hermano, pero no sé cómo hacerlo.

    — La clave está en esa pistola… en el ecualizador.

    No tenía claro que Chuck, que Dios, le permitiera vivir allí, o que le permitiera vivir directamente, no sabía si ella estaba siguiendo el plan del altísimo, o si se había salido de la hoja de ruta y la eliminaría con un chasquido de dedos, al igual que había acabado con el tema de no poder mentir, así de sencillo. Quizás debería haber muerto en aquel mundo, y su escapada había torcido sus planes, hecho que, no tenía duda arreglaría muy pronto.
    Así que le daba lo mismo si se arriesgaba a hacer aquello, las personas más peligrosas eran aquellas que no tenían nada que perder.

    Robaría esa pistola y huiría con ella, sabía que la encontrarían, sabía que Chuck sabría dónde está en todo momento, pero esperaba poder tener una mínima posibilidad de poner aquella creación lejos de Dean.
    Sam estaba distrayendo a Chuck, en la biblioteca, pero cuando Claire llega hasta la sala de mandos, Dean estaba subiendo por las escaleras, y saliendo por la puerta, sin mirar atrás, con la pistola encima, y sin despedirse.

    >> — ¿Puedes ir un poco más deprisa?

    El pie derecho de Claire se hundía hacia delante, presionando un acelerador que no existía. No tenía intención de dejar que aquello pasara, no iba a perder a Jack, y por supuesto no iba a perder a Dean.

    — Voy todo lo deprisa que puedo, ya estamos llegando.

    — Joder Sam. JODER.

    La pareja sale del coche y corre a toda prisa, por la suave pradera del cementerio, gritando el nombre de Dean. Aquello era una puñetera ejecución, Jack estaba arrodillado delante del Winchester esperando su suerte, sin oponer resistencia, sin desatar el terrible apocalipsis prometido… Pero Dean estaba demasiado ciego para verlo, debían llegar antes.

    — ¡DEAN. DEAN PARA! ¡NO LO HAGAS!

    Sam se había parado, casi en seco, porque Dean se lo había pedido, pero ella no tenía intención alguna de hacerle caso, no iba a escucharlo cuando él tampoco la escuchaba a ella. Y lo hubiera conseguido si al pasar por su lado, Sam no la hubiera rodeado con el brazo, frenándola y pegándola contra él.

    — Dean…

    Claire ya no gritaba, la tensión del momento había dejado al mundo entero en silencio, Sam seguía sujetándola, al menos hasta que… hasta que Dean baja el arma, y todos (menos Chuck) parecen volver a respirar de nuevo. En ese momento Sam la libera, y Claire toma posición tras Dean, a su derecha, colocando una mano sobre el hombro masculino y casi hinchándose de orgullo al ver como Dean plantaba cara al puñetero Dios. Y de un segundo para el siguiente… se desata el caos.

    Jack estaba muriendo.
    Dean salta por los aires, aterrizando contra una lápida.
    Sam se adelanta a la idea de Claire y es él quien dispara a Chuck, hiriéndose él mismo en el proceso.
    Claire se agacha sobre Sam, comprobando su estado… y de repente…

    — 𝗕𝗶𝗲𝗻𝘃𝗲𝗻𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗮𝗹 𝗳𝗶𝗻.

    Aquellas palabras se quedan vibrando en el ambiente. Ahora eran cuatro y un cadáver, y era noche cerrada.
    Claire ayuda a Sam a levantarse, y cuando Dean se acerca, coge la mano de este, permitiéndose aquel sencillo gesto entre ambos para confirmar que estaban bien. Algo sencillo y escueto ya que los ojos de todos los allí presentes no podían separarse de Jack y de los horribles agujeros quemados que exhibía donde antes había lucido unos precioso ojos azules.

    Claire había visto demasiadas cosas en su vida, al igual que los Winchester y sin embargo su mano libre había acudido a cubrir su boca, horrorizada ante la imagen del cuerpo de Jack, aquel muchacho que a pesar de no tener alma, había aceptado la muerte a manos de Dean, consciente de sus actos y las consecuencias que ellos acarreaban. Aún sin alma era mucho mejor, mucho más humano que demasiadas personas. No se merecía aquel final.

    — Deberíamos llevarlo a ca— La tenue voz de la rubia se apaga de golpe cuando de pronto toda la tierra comienza a temblar mientras una brecha de fuego abre el suelo en dos, dejando salir de ella almas condenadas. Ven volar unas cuantas, pero lo más preocupante, por mucho que costara creerlo no era eso, si no que las tumbas a su alrededor estaba comenzando, literalmente a explotar y de ella salían cadáveres, decenas y decenas de ellos, rodeándoles.

    Solo entonces Dean suelta su mano, para armarse a él mismo, a su hermano y a Claire con tres picas de hierro.

    Pronto la lucha se vuelve encarnizada, los zombies atacaban en masa, y ellos se esforzaban en tratar de alejarlos.
    Cada uno luchaba solo contra cuatro, cinco o más cuerpos. Claire los apartaba con asco, a base de patadas, empentones y en cuanto tenía un hueco, por pequeño que fuera, les hundía su pica con rabia. Tenía un objetivo, aparte de no morir bajo aquel asedio descompuesto, y era llegar hasta Dean para evitar que él sucumbiera también. Habían llegado hasta allí, y no iba a permitir que el jodido capricho de un mini Dios con complejo de micro pene, acabara con todo su plan.

    Mientras más y más almas seguían sobrevolando el cielo, escapando de la brecha.
    El poder de Castiel acabando con los zombies iluminaba la noche, y los gruñidos y los chasquidos de los huesos y los dientes desnudos de aquellos bichos le revolvían el estómago a Claire.
    La llamada del ángel mientras se echaba al hombro a Jack, se hace escuchar por encima de todo aquel caos, y esta vez es Dean quien quitándole un zombie de encima coge su mano y tira de ella sacándola del circulo que habían creado a su alrededor para poder correr tras Sam, Jack y Cas. “𝑆𝑢 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒” había liberado parcialmente el camino, y ahora empalaban muertos mientras corrían hacia lo que claramente era un mausoleo.
    Los cinco (incluyendo a Jack) se precipitan dentro, Sam y Dean cierran la puerta, atrancándola.

    — Perfecto, dos minutos de calma en un puta ratonera. Que alguien haga una marca, acabamos de romper una ley mística del universo.

    Ahí estaba el mal humor de Claire camuflado con un comentario ácido y parcialmente pasota mientras veía a Castiel depositar en el suelo a Jack con el mayor de los cuidados. Tenía las manos cerradas en dos puños, el derecho rodeando aun la pica de hierro, con tanta fuerza que tenía blancos los nudillos.
    Sam pensaba que aquella puerta iba a aguantar, pero Claire, viendo los empujones que daban desde fuera, y la forma en la que, las hojas temblaban contra los goznes, tenía serias dudas, de modo que mientras los hermanos inspeccionaban el lugar, y Castiel se ocupaba de Jack o lo que quedaba de él, ella sube los tres pequeños escalones que hay entre la puerta y ellos, y se coloca allí, como una pobre pero fiera primera línea de defensa si aquellas abominaciones conseguían entrar.


    𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 Hope Mikaelson ‼AU
    ㅤㅤㅤㅤ𝒮𝓉𝒶𝓇𝓉ℯ𝓇 𝓅𝒶𝓇𝒶: [JerkHuntxr] Tres años. Habían pasado tres años desde que Claire había vuelto al pasado. Tres años desde que había irrumpido en la vida de los Winchester, tres años desde que casi le provoca un infarto a su madre adoptiva al presentarse en su casa. Habían pasado tres años, y habían pasado demasiadas cosas en aquellos tres años. El bunker se había convertido en su hogar. Los hermanos, Castiel y Jack se habían convertido en su familia. Llevaba…. ¿podia ser cierto? Una idea frena los pensamientos de Claire, una idea que hace que todo lo demás se paralice, la mirada azul de la cazadora salta de la extraña e improvisada reunión que se estaba llevando a cabo en el bunker en aquellos momentos, a la pared del mismo, de donde colgaba un calendario realmente cutre, pero que le recordaba y le confirmaba lo que ella buscaba, en pocas horas haría tres años desde que su relación con Dean había comenzado. Tres años en los que había llevado a cabo su plan de mantenerlo a salvo. Con más tropiezos y vueltas de las que le gustaría, pero al fin y al cabo el mayor de los hermanos estaba allí, a su lado, respirando. Tenía, en todo aquello, que agradecerle a Sam su incondicional ayuda, ya que era el único que sabía la verdadera razón de su viaje, su misión, y le había prometido ayudarle a cumplirla. Por el momento, el más alto había cumplido su promesa, incluso cuando parecía imposible, y casi pierden a Dean por su idea de enterrarse vivo en el fondo de Pacifico. Si en algún momento había estado tentada de revelarle su secreto, sin duda había sido ese. Pero se había mantenido firme y habían superado aquella bala también, y seguía manteniendo una relación con un hombre al que le ocultaba un gran secreto. Pero todo aquello, en esos momentos no tenía demasiado importancia, tan solo Claire había disociado ligeramente de la situación que estaban viviendo porque… ¿Cómo no hacerlo? Tenían al puñetero Dios sentado frente a ellos, jugueteando con la radio del bunker (sin tocarla, claro) diciendo que Jack era altamente apocalíptico, y que debia de intervenir. Es justamente en ese punto de la conversación en el que Claire vuelve a conectar al cien por cien con la realidad. Justo cuando Chuck señala el “𝑒𝑐𝑢𝑎𝑙𝑖𝑧𝑎𝑑𝑜𝑟” el único arma, recién salida del horno de la creación capaz de matar a Jack. Pero… ¿a qué precio? Los ojos de Claire saltaban, como los de Sam y el mismísimo Dios, de Castiel a Dean, y de vuelta al ángel, mientras son testigos de su discusión. En el fondo la rubia estaba de acuerdo con Castiel. ¿Iban a matar a Jack? Había matado a Mary, eso era cierto, y sabía que el dolor y la traición que Dean sentía hablaban por él, pero… ¿no habían hecho ellos, todos los que estaban reunidos allí, cosas terribles a seres queridos en los momentos más bajos? ¿Debían abandonar a Jack de aquella manera? No, por mucho que le molestara (y sin contar con el hecho de que si Dean mataba a Jack, morirían ambos) aquella vez estaba del lado de Castiel, y una vez disuelta aquella reunión, va en busca del más mayor para hacerle cambiar de opinion. O al menos esa es su intención ya que al llegar a la puerta de la habitación de Dean esta estaba abierta y de ella salían las voces de los dos hermanos. Debería haberse ido, debería haber seguido su camino, pero se para justo unos centímetros antes de poder ser vista por Sam quien estaba sentado a los pies de la cama, de cara a la puerta. La cazadora se mantiene en silencio, mientras escucha. La salida del más alto la toma por sorpresa por lo repentina, pero de un salto se dispone a seguirlo varios metros hasta que considera que sus voces ya no se podrían escuchar y le frena posando una mano en su brazo. — Tienes que pararlo, tienes que quitarle la idea de la cabeza, Sam. — Lo dices como si fuera algo sencillo hacer eso, Claire. Conoces a Dean… — No se merecen esto, ninguno de los dos, y lo sabes, Jack no es culpable de sus actos, no en este estado, no cuando se sacrificó por nosotros, por Dean y me prometiste que le salvarías a toda costa… — ¡Nada! No hay nada que quiera hacer más que salvar a mi hermano, pero no sé cómo hacerlo. — La clave está en esa pistola… en el ecualizador. No tenía claro que Chuck, que Dios, le permitiera vivir allí, o que le permitiera vivir directamente, no sabía si ella estaba siguiendo el plan del altísimo, o si se había salido de la hoja de ruta y la eliminaría con un chasquido de dedos, al igual que había acabado con el tema de no poder mentir, así de sencillo. Quizás debería haber muerto en aquel mundo, y su escapada había torcido sus planes, hecho que, no tenía duda arreglaría muy pronto. Así que le daba lo mismo si se arriesgaba a hacer aquello, las personas más peligrosas eran aquellas que no tenían nada que perder. Robaría esa pistola y huiría con ella, sabía que la encontrarían, sabía que Chuck sabría dónde está en todo momento, pero esperaba poder tener una mínima posibilidad de poner aquella creación lejos de Dean. Sam estaba distrayendo a Chuck, en la biblioteca, pero cuando Claire llega hasta la sala de mandos, Dean estaba subiendo por las escaleras, y saliendo por la puerta, sin mirar atrás, con la pistola encima, y sin despedirse. >> — ¿Puedes ir un poco más deprisa? El pie derecho de Claire se hundía hacia delante, presionando un acelerador que no existía. No tenía intención de dejar que aquello pasara, no iba a perder a Jack, y por supuesto no iba a perder a Dean. — Voy todo lo deprisa que puedo, ya estamos llegando. — Joder Sam. JODER. La pareja sale del coche y corre a toda prisa, por la suave pradera del cementerio, gritando el nombre de Dean. Aquello era una puñetera ejecución, Jack estaba arrodillado delante del Winchester esperando su suerte, sin oponer resistencia, sin desatar el terrible apocalipsis prometido… Pero Dean estaba demasiado ciego para verlo, debían llegar antes. — ¡DEAN. DEAN PARA! ¡NO LO HAGAS! Sam se había parado, casi en seco, porque Dean se lo había pedido, pero ella no tenía intención alguna de hacerle caso, no iba a escucharlo cuando él tampoco la escuchaba a ella. Y lo hubiera conseguido si al pasar por su lado, Sam no la hubiera rodeado con el brazo, frenándola y pegándola contra él. — Dean… Claire ya no gritaba, la tensión del momento había dejado al mundo entero en silencio, Sam seguía sujetándola, al menos hasta que… hasta que Dean baja el arma, y todos (menos Chuck) parecen volver a respirar de nuevo. En ese momento Sam la libera, y Claire toma posición tras Dean, a su derecha, colocando una mano sobre el hombro masculino y casi hinchándose de orgullo al ver como Dean plantaba cara al puñetero Dios. Y de un segundo para el siguiente… se desata el caos. Jack estaba muriendo. Dean salta por los aires, aterrizando contra una lápida. Sam se adelanta a la idea de Claire y es él quien dispara a Chuck, hiriéndose él mismo en el proceso. Claire se agacha sobre Sam, comprobando su estado… y de repente… — 𝗕𝗶𝗲𝗻𝘃𝗲𝗻𝗶𝗱𝗼𝘀 𝗮𝗹 𝗳𝗶𝗻. Aquellas palabras se quedan vibrando en el ambiente. Ahora eran cuatro y un cadáver, y era noche cerrada. Claire ayuda a Sam a levantarse, y cuando Dean se acerca, coge la mano de este, permitiéndose aquel sencillo gesto entre ambos para confirmar que estaban bien. Algo sencillo y escueto ya que los ojos de todos los allí presentes no podían separarse de Jack y de los horribles agujeros quemados que exhibía donde antes había lucido unos precioso ojos azules. Claire había visto demasiadas cosas en su vida, al igual que los Winchester y sin embargo su mano libre había acudido a cubrir su boca, horrorizada ante la imagen del cuerpo de Jack, aquel muchacho que a pesar de no tener alma, había aceptado la muerte a manos de Dean, consciente de sus actos y las consecuencias que ellos acarreaban. Aún sin alma era mucho mejor, mucho más humano que demasiadas personas. No se merecía aquel final. — Deberíamos llevarlo a ca— La tenue voz de la rubia se apaga de golpe cuando de pronto toda la tierra comienza a temblar mientras una brecha de fuego abre el suelo en dos, dejando salir de ella almas condenadas. Ven volar unas cuantas, pero lo más preocupante, por mucho que costara creerlo no era eso, si no que las tumbas a su alrededor estaba comenzando, literalmente a explotar y de ella salían cadáveres, decenas y decenas de ellos, rodeándoles. Solo entonces Dean suelta su mano, para armarse a él mismo, a su hermano y a Claire con tres picas de hierro. Pronto la lucha se vuelve encarnizada, los zombies atacaban en masa, y ellos se esforzaban en tratar de alejarlos. Cada uno luchaba solo contra cuatro, cinco o más cuerpos. Claire los apartaba con asco, a base de patadas, empentones y en cuanto tenía un hueco, por pequeño que fuera, les hundía su pica con rabia. Tenía un objetivo, aparte de no morir bajo aquel asedio descompuesto, y era llegar hasta Dean para evitar que él sucumbiera también. Habían llegado hasta allí, y no iba a permitir que el jodido capricho de un mini Dios con complejo de micro pene, acabara con todo su plan. Mientras más y más almas seguían sobrevolando el cielo, escapando de la brecha. El poder de Castiel acabando con los zombies iluminaba la noche, y los gruñidos y los chasquidos de los huesos y los dientes desnudos de aquellos bichos le revolvían el estómago a Claire. La llamada del ángel mientras se echaba al hombro a Jack, se hace escuchar por encima de todo aquel caos, y esta vez es Dean quien quitándole un zombie de encima coge su mano y tira de ella sacándola del circulo que habían creado a su alrededor para poder correr tras Sam, Jack y Cas. “𝑆𝑢 𝑝𝑎𝑑𝑟𝑒” había liberado parcialmente el camino, y ahora empalaban muertos mientras corrían hacia lo que claramente era un mausoleo. Los cinco (incluyendo a Jack) se precipitan dentro, Sam y Dean cierran la puerta, atrancándola. — Perfecto, dos minutos de calma en un puta ratonera. Que alguien haga una marca, acabamos de romper una ley mística del universo. Ahí estaba el mal humor de Claire camuflado con un comentario ácido y parcialmente pasota mientras veía a Castiel depositar en el suelo a Jack con el mayor de los cuidados. Tenía las manos cerradas en dos puños, el derecho rodeando aun la pica de hierro, con tanta fuerza que tenía blancos los nudillos. Sam pensaba que aquella puerta iba a aguantar, pero Claire, viendo los empujones que daban desde fuera, y la forma en la que, las hojas temblaban contra los goznes, tenía serias dudas, de modo que mientras los hermanos inspeccionaban el lugar, y Castiel se ocupaba de Jack o lo que quedaba de él, ella sube los tres pequeños escalones que hay entre la puerta y ellos, y se coloca allí, como una pobre pero fiera primera línea de defensa si aquellas abominaciones conseguían entrar. 𝐹𝑜𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑐𝑟𝑒𝑎𝑑𝑎 𝑝𝑜𝑟 [thetribrid]
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  • The Bloody Coffee - The Meeting
    Fandom Jujutsu Kaisen/Original.
    Categoría Slice of Life
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cafetería Nébula, 2:03 a. m.
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Colorado, USA.

    ⠀⠀Una nevada fina golpeaba los ventanales como dedos impacientes. El vapor de las tazas flotaba en el aire, trazando formas efímeras que a Tascio le resultaban... familiares.

    ⠀⠀Estaba sentado al fondo, donde la luz era más tenue y la soledad, más cómoda. Su abrigo oscuro colgaba como una sombra más de su silueta. Frente a él, un café negro apenas tocado, y un cuaderno lleno de garabatos, sellos, y palabras que no pronunciaba desde hacía semanas. Mucha simbología perdida, incluso en la portada, hasta pequeños garabatos en la mesa, mostrando lo desordenado de sus pensamientos, obsesivo de su objetivo.

    ⠀⠀La ciudad dormía. Pero él no. La noche es joven.

    ⠀⠀Sintió el cambio antes de oírlo: una presión sutil, como si el aire se doblara para no tocar algo.
    ⠀⠀El timbre de la puerta ni siquiera sonó. No se escucharon pasos, solo la tenue luz del local pudo dar la imagen que daba origen a esa atmósfera. Una mujer, de buenas proporciones, ojos cuales rubíes, y esa caballera negra lisa, con los bordados de la luz sobre ella, similar al estrellado cielo.

    ⠀⠀La vio entrar. E inmediatamente supo que lo natural había sido pateado por la puerta, el de ojos malva miró a la mujer, detenidamente. Da igual si se diera cuenta, le fascinaba y de alguna manera, quería que ella lo supiera.

    ⠀⠀El aura que emitía esa mujer era maleficio puro. Abrazaba su figura como un vestido aterciopelado, elegante, distinto a cualquier tela.

    ⠀⠀Sonrió, sin levantar la vista del cuaderno. El cual cerró.

    ⠀⠀Alzó la cabeza, y con el ánimo de alguien que invita a lo prohibido, con un temple indemne se acercó, su figura musculada entonces cortó cualquier distancia e... ¡Invadió su espacio personal!
    ⠀⠀⸻ "¿De dónde eres?¿qué eres?¿cómo te llamas?¿te gustan los wafles?" ⸻ Incluso la sacudió brevemente. Ahora, su expresión parecía la de un fanático obsesivo.

    ⠀⠀Aquella criatura de la noche había despertado algo terrorífico con su mera presencia: el fanatismo de un adicto a la mitología.

    𝙀𝙢𝙚𝙢 𝙇𝙤𝙪𝙞𝙨
    ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Cafetería Nébula, 2:03 a. m. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀Colorado, USA. ⠀⠀Una nevada fina golpeaba los ventanales como dedos impacientes. El vapor de las tazas flotaba en el aire, trazando formas efímeras que a Tascio le resultaban... familiares. ⠀⠀Estaba sentado al fondo, donde la luz era más tenue y la soledad, más cómoda. Su abrigo oscuro colgaba como una sombra más de su silueta. Frente a él, un café negro apenas tocado, y un cuaderno lleno de garabatos, sellos, y palabras que no pronunciaba desde hacía semanas. Mucha simbología perdida, incluso en la portada, hasta pequeños garabatos en la mesa, mostrando lo desordenado de sus pensamientos, obsesivo de su objetivo. ⠀⠀La ciudad dormía. Pero él no. La noche es joven. ⠀⠀Sintió el cambio antes de oírlo: una presión sutil, como si el aire se doblara para no tocar algo. ⠀⠀El timbre de la puerta ni siquiera sonó. No se escucharon pasos, solo la tenue luz del local pudo dar la imagen que daba origen a esa atmósfera. Una mujer, de buenas proporciones, ojos cuales rubíes, y esa caballera negra lisa, con los bordados de la luz sobre ella, similar al estrellado cielo. ⠀⠀La vio entrar. E inmediatamente supo que lo natural había sido pateado por la puerta, el de ojos malva miró a la mujer, detenidamente. Da igual si se diera cuenta, le fascinaba y de alguna manera, quería que ella lo supiera. ⠀⠀El aura que emitía esa mujer era maleficio puro. Abrazaba su figura como un vestido aterciopelado, elegante, distinto a cualquier tela. ⠀⠀Sonrió, sin levantar la vista del cuaderno. El cual cerró. ⠀⠀Alzó la cabeza, y con el ánimo de alguien que invita a lo prohibido, con un temple indemne se acercó, su figura musculada entonces cortó cualquier distancia e... ¡Invadió su espacio personal! ⠀⠀⸻ "¿De dónde eres?¿qué eres?¿cómo te llamas?¿te gustan los wafles?" ⸻ Incluso la sacudió brevemente. Ahora, su expresión parecía la de un fanático obsesivo. ⠀⠀Aquella criatura de la noche había despertado algo terrorífico con su mera presencia: el fanatismo de un adicto a la mitología. ⠀ [EmemL0uis]
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  • En los jardines de Naboo, bajo la luz dorada del atardecer, Padmé paseaba descalza entre las flores silvestres, dejando que la brisa tibia jugara con su vestido vaporoso y su cabello suelto.

    A lo lejos, los lagos brillaban como espejos encantados, y el canto de los pájaros envolvía el aire con una calma casi mágica. Sentada en la hierba, con una cesta a su lado, Padmé escribía a mano en un pequeño cuaderno de tapas de cuero. No era un discurso, ni un informe del Senado, sino pensamientos sueltos, pequeñas reflexiones sobre la paz, el amor, y los sueños que aún guardaba para la galaxia.

    Cada tanto se detenía, observando a una mariposa que pasaba cerca o acariciando las flores que la rodeaban, como si pudiera hablarles en silencio. Su rostro, sereno y cálido, parecía pertenecer a otra era, una donde la guerra no existía y la política no le pesaba tanto en los hombros.

    A su lado, un droide servía té de jazmín en una pequeña taza de porcelana, pero Padmé apenas lo notó. Estaba en su mundo. Uno donde la belleza y la esperanza aún eran posibles. Donde, por un momento, podía ser solo una mujer entre flores, soñando con un futuro mejor.
    En los jardines de Naboo, bajo la luz dorada del atardecer, Padmé paseaba descalza entre las flores silvestres, dejando que la brisa tibia jugara con su vestido vaporoso y su cabello suelto. A lo lejos, los lagos brillaban como espejos encantados, y el canto de los pájaros envolvía el aire con una calma casi mágica. Sentada en la hierba, con una cesta a su lado, Padmé escribía a mano en un pequeño cuaderno de tapas de cuero. No era un discurso, ni un informe del Senado, sino pensamientos sueltos, pequeñas reflexiones sobre la paz, el amor, y los sueños que aún guardaba para la galaxia. Cada tanto se detenía, observando a una mariposa que pasaba cerca o acariciando las flores que la rodeaban, como si pudiera hablarles en silencio. Su rostro, sereno y cálido, parecía pertenecer a otra era, una donde la guerra no existía y la política no le pesaba tanto en los hombros. A su lado, un droide servía té de jazmín en una pequeña taza de porcelana, pero Padmé apenas lo notó. Estaba en su mundo. Uno donde la belleza y la esperanza aún eran posibles. Donde, por un momento, podía ser solo una mujer entre flores, soñando con un futuro mejor.
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  • Morir, eso no se le hace a un gato.
    Porque qué puede hacer un gato en un piso vacío.
    Trepar por las paredes.
    Restregarse en los muebles.
    Parece que nada ha cambiado y, sin embargo, ha cambiado.
    Que nada se ha movido, pero está descolocado.


    -Pensamientos de un gato.-
    Morir, eso no se le hace a un gato. Porque qué puede hacer un gato en un piso vacío. Trepar por las paredes. Restregarse en los muebles. Parece que nada ha cambiado y, sin embargo, ha cambiado. Que nada se ha movido, pero está descolocado. -Pensamientos de un gato.-
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  • - que dia tan aburrido...desearia haber tomado mas rato en el estudio-

    (dice en murmuros mientras camina por el metro algo pensativo, este estaba arrepentido por no haber estado mas tiempo junto a sus amigos. mientras espera el tren ve a la nada pareciendo loco del coco "que hare en casa, y si asusto a los viejos del centro?" piensa el peli-turquesa notando que su tren se había ido cuando se perdio en pensamientos.)

    - la put- maldice en voz baja mientras niega con la cabeza algo molesto por haber perdido el ultimo tren hacia su zona, entre gruñidos y insultos bajos casi susurros camina hacia las escaleras para tomar el omnibus.
    - que dia tan aburrido...desearia haber tomado mas rato en el estudio- (dice en murmuros mientras camina por el metro algo pensativo, este estaba arrepentido por no haber estado mas tiempo junto a sus amigos. mientras espera el tren ve a la nada pareciendo loco del coco "que hare en casa, y si asusto a los viejos del centro?" piensa el peli-turquesa notando que su tren se había ido cuando se perdio en pensamientos.) - la put- maldice en voz baja mientras niega con la cabeza algo molesto por haber perdido el ultimo tren hacia su zona, entre gruñidos y insultos bajos casi susurros camina hacia las escaleras para tomar el omnibus.
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  • - Dentro del listado que le entregaron Bel y Aba sus seguidores había un nombre que escucho una vez . Siempre creyó que era una leyenda, pero que estuviera en la lista significa que si existe. " ¿Podré solicitar la ayuda a @𝒯𝒽𝒶𝓃𝒶𝓉𝑜𝓈 〝❝𝐿𝒶 𝒫𝑒𝓇𝓈𝑜𝓃𝒾𝒻𝒾𝒸𝒶𝒸𝒾ó𝓃 𝒹𝑒 𝓁𝒶 𝑀𝓊𝑒𝓇𝓉𝑒 𝒫𝒶𝒸í𝒻𝒾𝒸𝒶❞〞? O lo encontrará algo banal", se cuestionó la joven pero decidió ir en búsqueda del antiguo Dios de la muerte pacífica. -

    Que la parca solicite ayuda de otra muerte parece algo casi irrisorio...

    - se decía a si misma mientras caminaba por las oscuras calles de Austria , Graz. Ahí viajo por consejo de Jack, su mano derecha para descansar.
    Por culpa de la falta de almas el peso de mantener el mundo espiritual se hacía cada vez más agobiante sumado a eso el insomnio, y el sonabulismo que tenía su cuerpo cada vez se sentía más agotado.
    Llegó a su apartamento, subió al último piso y casi a penas se tumbó en la cama-
    ...

    - las horas pasaron y no podía ni abrir los ojos sentía la cabeza que iba a estallar , sus sentidos se agudizaron a un nivel máximo escuchando súplicas a más de 5 kilómetros provocando que no podía ni oír sus propios pensamientos. Jack se estaba encargando de las reuniones "humanas ", tenía una fiebre de 43 grados, su cuerpo estaba en la habitación pero su ser estaba en el mundo espiritual arreglando los problemas-
    - Dentro del listado que le entregaron Bel y Aba sus seguidores había un nombre que escucho una vez . Siempre creyó que era una leyenda, pero que estuviera en la lista significa que si existe. " ¿Podré solicitar la ayuda a @[ember_sapphire_kangaroo_682]? O lo encontrará algo banal", se cuestionó la joven pero decidió ir en búsqueda del antiguo Dios de la muerte pacífica. - Que la parca solicite ayuda de otra muerte parece algo casi irrisorio... - se decía a si misma mientras caminaba por las oscuras calles de Austria , Graz. Ahí viajo por consejo de Jack, su mano derecha para descansar. Por culpa de la falta de almas el peso de mantener el mundo espiritual se hacía cada vez más agobiante sumado a eso el insomnio, y el sonabulismo que tenía su cuerpo cada vez se sentía más agotado. Llegó a su apartamento, subió al último piso y casi a penas se tumbó en la cama- ... - las horas pasaron y no podía ni abrir los ojos sentía la cabeza que iba a estallar , sus sentidos se agudizaron a un nivel máximo escuchando súplicas a más de 5 kilómetros provocando que no podía ni oír sus propios pensamientos. Jack se estaba encargando de las reuniones "humanas ", tenía una fiebre de 43 grados, su cuerpo estaba en la habitación pero su ser estaba en el mundo espiritual arreglando los problemas-
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  • 📍 Club Eclipse- Itaewon, Seúl 🕗 Medianoche 🎙️ Starter Individual con Ana Ivanovna
    Fandom OC
    Categoría Original
    El Club Eclipse no figuraba en ningún mapa.

    Escondido entre las calles más antiguas de Itaewon, su entrada pasaba desapercibida para cualquiera que no supiera dónde mirar. No había carteles ni colas. Solo una puerta negra, sin nombre, y un portero que no hacía preguntas: simplemente observaba.

    Dentro, todo era distinto.

    Luces bajas, mesas discretas y sombras densas formaban un refugio de secretos. El aroma a incienso se mezclaba con humo de cigarro caro y promesas apenas susurradas.
    En Eclipse, casi todo podía comprarse o venderse, excepto los secretos; esos se intercambiaban solo con la mirada adecuada.

    Sobre un pequeño escenario circular, BLUEVEIL cantaba.

    No ofrecía un espectáculo para multitudes.
    Su voz no buscaba llenar el espacio, sino acariciarlo. Cada nota se deslizaba como un susurro afilado entre las mesas, rozando pieles y pensamientos por igual.
    No había aplausos. Solo copas alzadas a medio vacío y miradas demasiado largas.

    BLUEVEIL mantenía los ojos entrecerrados, concentrado en la melodía, hasta que lo sintió:
    Una presencia distinta.
    Una disonancia hermosa en el eco habitual de las noches del club.
    Era imposible no verla.

    No por arrogancia, ni por ostentación, sino por algo más profundo.
    Su cabello rojizo, encendido como una herida abierta en medio de la penumbra, parecía rechazar las sombras. Caminaba como quien conoce el peso de los silencios, pero ya no teme llevarlos.
    No tenía el paso inseguro de quienes buscaban pertenecer, ni el vacío resignado de quienes ya habían sido derrotados.
    Ella caminaba como quien todavía soñaba.

    BLUEVEIL bajó la voz, afinándola, casi sin querer, como si cantara sólo para ella.

    Había algo en la forma en que miraba, como si observara todo y a todos, pero guardara cada detalle para sí.
    Algo en la firmeza silenciosa de su figura, en la historia no contada que parecía arrastrar tras de sí.

    Mientras la melodía seguía deslizándose entre las sombras, supo que esa noche, algo había cambiado.
    No para el Club Eclipse.
    No para el público anónimo.
    Para él.

    El seguía cantando sobre el escenario, pero esta vez, cantaba enfocado en aquella nueva alma.
    El Club Eclipse no figuraba en ningún mapa. Escondido entre las calles más antiguas de Itaewon, su entrada pasaba desapercibida para cualquiera que no supiera dónde mirar. No había carteles ni colas. Solo una puerta negra, sin nombre, y un portero que no hacía preguntas: simplemente observaba. Dentro, todo era distinto. Luces bajas, mesas discretas y sombras densas formaban un refugio de secretos. El aroma a incienso se mezclaba con humo de cigarro caro y promesas apenas susurradas. En Eclipse, casi todo podía comprarse o venderse, excepto los secretos; esos se intercambiaban solo con la mirada adecuada. Sobre un pequeño escenario circular, BLUEVEIL cantaba. No ofrecía un espectáculo para multitudes. Su voz no buscaba llenar el espacio, sino acariciarlo. Cada nota se deslizaba como un susurro afilado entre las mesas, rozando pieles y pensamientos por igual. No había aplausos. Solo copas alzadas a medio vacío y miradas demasiado largas. BLUEVEIL mantenía los ojos entrecerrados, concentrado en la melodía, hasta que lo sintió: Una presencia distinta. Una disonancia hermosa en el eco habitual de las noches del club. Era imposible no verla. No por arrogancia, ni por ostentación, sino por algo más profundo. Su cabello rojizo, encendido como una herida abierta en medio de la penumbra, parecía rechazar las sombras. Caminaba como quien conoce el peso de los silencios, pero ya no teme llevarlos. No tenía el paso inseguro de quienes buscaban pertenecer, ni el vacío resignado de quienes ya habían sido derrotados. Ella caminaba como quien todavía soñaba. BLUEVEIL bajó la voz, afinándola, casi sin querer, como si cantara sólo para ella. Había algo en la forma en que miraba, como si observara todo y a todos, pero guardara cada detalle para sí. Algo en la firmeza silenciosa de su figura, en la historia no contada que parecía arrastrar tras de sí. Mientras la melodía seguía deslizándose entre las sombras, supo que esa noche, algo había cambiado. No para el Club Eclipse. No para el público anónimo. Para él. El seguía cantando sobre el escenario, pero esta vez, cantaba enfocado en aquella nueva alma.
    Tipo
    Individual
    Líneas
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    Estado
    Disponible
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  • - vanitas estaba en el techo del hotel donde se quedaba con Noe , un poco pensatibo con una mirada seria en ella.-

    "¿Acaso sera real esto que veo?"

    -aun la noche seria larga para el mas con sus pensamientos aquellos, recuerdos -
    - vanitas estaba en el techo del hotel donde se quedaba con Noe , un poco pensatibo con una mirada seria en ella.- "¿Acaso sera real esto que veo?" -aun la noche seria larga para el mas con sus pensamientos aquellos, recuerdos -
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  • - Vanitas despues de su ultima mision , termino algo hediro miemtras estaba sentado en el techo del hotel donde se quedaba, algo atrapado en sus pensamientos cuando escuecho una vos .-
    - Vanitas despues de su ultima mision , termino algo hediro miemtras estaba sentado en el techo del hotel donde se quedaba, algo atrapado en sus pensamientos cuando escuecho una vos .-
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