Para el pueblo eslavo de tiempos paganos, el día acaba cuando cae el sol. Así da comienzo el samhain de este año que, para Tolek, es más especial de lo normal.
El clan Chérnikov, ya casi enteramente compuesto por los espíritus de sus muertos, regresa al mundo de los vivos para habitarlo por una noche como si aun pertenecieran allí. De carne y hueso una vez más, cada miembro recupera la apariencia que tuvo en vida para poner pie en medio del bosque, lejos de la civilización, pero no de la cabaña de Tolek, su anfitrión, quien por esta vez no está solo.
La primera en saludarle es su propia madre, una mujer de cabello claro casi tan alta como el brujo, de facciones severas y mirada afilada de ojos de un tono azul salvaje.
Claramente, Tolek salió a la madre.
Tras ella, una larga comitiva de más de una docena de personas, entre ellos un algunos niños, se turnan para saludar al dueño de la casa. No es el clan Chérnikov en su totalidad, sino sólo los parientes más cercanos al brujo.
Finalmente, Tolek presenta a [Thomas], a su lado, como su compañero. Y la familia estalla en risas. Pero esas risas no son causadas por el dragón, van dirigidas al brujo quien acaba de romper su necia palabra de morir soltero. Y él lo sabe, por eso sólo agacha la cabeza, avergonzado, mientras el rojo tiñe sus mejillas. Está feliz.
Para el pueblo eslavo de tiempos paganos, el día acaba cuando cae el sol. Así da comienzo el samhain de este año que, para Tolek, es más especial de lo normal.
El clan Chérnikov, ya casi enteramente compuesto por los espíritus de sus muertos, regresa al mundo de los vivos para habitarlo por una noche como si aun pertenecieran allí. De carne y hueso una vez más, cada miembro recupera la apariencia que tuvo en vida para poner pie en medio del bosque, lejos de la civilización, pero no de la cabaña de Tolek, su anfitrión, quien por esta vez no está solo.
La primera en saludarle es su propia madre, una mujer de cabello claro casi tan alta como el brujo, de facciones severas y mirada afilada de ojos de un tono azul salvaje.
Claramente, Tolek salió a la madre.
Tras ella, una larga comitiva de más de una docena de personas, entre ellos un algunos niños, se turnan para saludar al dueño de la casa. No es el clan Chérnikov en su totalidad, sino sólo los parientes más cercanos al brujo.
Finalmente, Tolek presenta a [Thomas], a su lado, como su compañero. Y la familia estalla en risas. Pero esas risas no son causadas por el dragón, van dirigidas al brujo quien acaba de romper su necia palabra de morir soltero. Y él lo sabe, por eso sólo agacha la cabeza, avergonzado, mientras el rojo tiñe sus mejillas. Está feliz.