• Su padre, Norman Osborn.
    Fandom Spiderman
    Categoría Romance
    STARTER PARA Norman Osborn

    Parque Midtown. 16:41 h.

    El cielo tenía un color gris, casi violeta que anunciaba una tarde indecisa. El viento, moviendo las copas de los árboles.

    Angelique caminaba con las manos hundidas en los bolsillos de su sudadera, el cabello oscuro cayendo en mechones rebeldes que le rozaban las mejillas cada vez que inclinaba la cabeza.

    Harry caminaba a su lado, medio metro por detrás, como siempre. Él hablaba; ella escuchaba sin que lo pareciera.

    —…y entonces Peter me dice que no entiende cómo funciona el nuevo microprocesador del club, ¡cuando yo llevo semanas diciéndole que si no estudia los fundamentos no hay nada que hacer! —Harry rió, un poco demasiado fuerte para el silencio del parque—. En serio, a veces creo que le falta un algo.

    Angelique levantó apenas la mirada, observándolo desde un ángulo casi imperceptible.

    —¿Solo un algo? —respondió, seca, aunque sus labios se levantaron apenas, sonriendo.

    Harry pareció reconfortarse con aquello. Con ella siempre se conformaba con poco.

    Caminaron unos metros más. Había niños jugando en un columpio, ancianos, un perro que olfateaba desesperadamente un arbusto. Todo extremadamente normal. Demasiado normal para el nudo que empezaba a formarse en el estómago de Angelique.

    Harry se aclaró la garganta.
    Ese sonido, esa forma de tensarse, ella ya la conocía.

    —Oye, An…
    Silencio.
    Angelique siguió caminando, sin prisa, como si no le hubiera escuchado.

    —An —repitió él, más bajo.
    Ella giró ligeramente la cabeza.

    —¿Qué pasa?

    Harry metió las manos en los bolsillos, nervioso, pero también entusiasmado. Había algo de niño pequeño a punto de revelar un secreto que lleva guardado demasiado tiempo.

    —Mi padre quiere conocerte.

    Angelique se detuvo.

    Harry la adelantó un paso, sorprendido por su reacción, y luego retrocedió para colocarse frente a ella.

    —¿En serio? —preguntó ella con voz suave, casi confusa.

    —Sí. Le... le hablé de ti. Y ya que insististe pues... Bueno, le has llamado la atención al Sr. Trabajo. Así que... bueno... —Se frotó la nuca—. Sé que soy muy pesado hablándote de él y entiendo que quieras conocer al Mandamás. Así que, considérate una privilegiada.

    Angelique arqueó una ceja.

    —¿Privilegiada?

    —Ya sabes cómo es él —mintió Harry. Porque Angelique no sabía cómo era él, no realmente—. Le gusta saber quién forma parte de mi vida. Dice que rodearse de mentes brillantes es crucial para crecer.

    Angelique bajó la mirada. “Mentes brillantes.”
    Ella no se consideraba una.
    Pero Norman Osborn…

    —La semana que viene.

    —¿La semana que viene?

    —Vamos... ¡No me digas que ahora te echas para atrás!

    Ella no contestó. Caminaron unos pasos más hasta un banco vacío. Angelique se dejó caer en un extremo, cruzando una pierna sobre la otra, ajustándose la manga.

    Harry se sentó a su lado, inclinándose hacia adelante con los codos sobre las rodillas.

    —Puedes decir que no —murmuró.

    Angelique lo miró.

    —Voy a ir —dijo.

    —Vas a encantarle.

    Angelique apartó la mirada hacia el camino del parque.

    ⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻

    Residencia Osborn. 18:59 h.

    El vestíbulo era amplio, impecable, envuelto en el perfume tenue de madera tratada. Todo brillaba. Todo estaba ordenado.

    Angelique se quedó de pie, con la mochila colgando suavemente de un hombro, mientras Harry se alejaba escaleras arriba para avisar a su padre.

    Su reflejo apareció fugazmente en una superficie de mármol pulido: negra de pies a cabeza, una sombra entre los tonos beige y dorados del hogar Osborn. El vestido negro caía hasta cubrirle los muslos; sus piernas desnudas, los zapatos a conjunto.

    Y entonces lo oyó: pasos. Sus pasos.

    Angelique levantó lentamente la cabeza hacia el pasillo de la derecha. Y Norman Osborn apareció.

    Traje oscuro perfectamente ceñido, camisa impoluta, la mirada más penetrante que ella había visto en su vida.

    No era simplemente un hombre imponente. Era un hombre acostumbrado a que la gente dejara de hablar al verlo. Un depredador elegante. Una mente que medía antes de actuar.

    Sus ojos tardaron exactamente un segundo en posarse sobre ella.

    Se detuvo a unos pasos de distancia, examinándola sin disimularlo.

    STARTER PARA [GREEN_GOBLIN] Parque Midtown. 16:41 h. El cielo tenía un color gris, casi violeta que anunciaba una tarde indecisa. El viento, moviendo las copas de los árboles. Angelique caminaba con las manos hundidas en los bolsillos de su sudadera, el cabello oscuro cayendo en mechones rebeldes que le rozaban las mejillas cada vez que inclinaba la cabeza. Harry caminaba a su lado, medio metro por detrás, como siempre. Él hablaba; ella escuchaba sin que lo pareciera. —…y entonces Peter me dice que no entiende cómo funciona el nuevo microprocesador del club, ¡cuando yo llevo semanas diciéndole que si no estudia los fundamentos no hay nada que hacer! —Harry rió, un poco demasiado fuerte para el silencio del parque—. En serio, a veces creo que le falta un algo. Angelique levantó apenas la mirada, observándolo desde un ángulo casi imperceptible. —¿Solo un algo? —respondió, seca, aunque sus labios se levantaron apenas, sonriendo. Harry pareció reconfortarse con aquello. Con ella siempre se conformaba con poco. Caminaron unos metros más. Había niños jugando en un columpio, ancianos, un perro que olfateaba desesperadamente un arbusto. Todo extremadamente normal. Demasiado normal para el nudo que empezaba a formarse en el estómago de Angelique. Harry se aclaró la garganta. Ese sonido, esa forma de tensarse, ella ya la conocía. —Oye, An… Silencio. Angelique siguió caminando, sin prisa, como si no le hubiera escuchado. —An —repitió él, más bajo. Ella giró ligeramente la cabeza. —¿Qué pasa? Harry metió las manos en los bolsillos, nervioso, pero también entusiasmado. Había algo de niño pequeño a punto de revelar un secreto que lleva guardado demasiado tiempo. —Mi padre quiere conocerte. Angelique se detuvo. Harry la adelantó un paso, sorprendido por su reacción, y luego retrocedió para colocarse frente a ella. —¿En serio? —preguntó ella con voz suave, casi confusa. —Sí. Le... le hablé de ti. Y ya que insististe pues... Bueno, le has llamado la atención al Sr. Trabajo. Así que... bueno... —Se frotó la nuca—. Sé que soy muy pesado hablándote de él y entiendo que quieras conocer al Mandamás. Así que, considérate una privilegiada. Angelique arqueó una ceja. —¿Privilegiada? —Ya sabes cómo es él —mintió Harry. Porque Angelique no sabía cómo era él, no realmente—. Le gusta saber quién forma parte de mi vida. Dice que rodearse de mentes brillantes es crucial para crecer. Angelique bajó la mirada. “Mentes brillantes.” Ella no se consideraba una. Pero Norman Osborn… —La semana que viene. —¿La semana que viene? —Vamos... ¡No me digas que ahora te echas para atrás! Ella no contestó. Caminaron unos pasos más hasta un banco vacío. Angelique se dejó caer en un extremo, cruzando una pierna sobre la otra, ajustándose la manga. Harry se sentó a su lado, inclinándose hacia adelante con los codos sobre las rodillas. —Puedes decir que no —murmuró. Angelique lo miró. —Voy a ir —dijo. —Vas a encantarle. Angelique apartó la mirada hacia el camino del parque. ⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻⸻ Residencia Osborn. 18:59 h. El vestíbulo era amplio, impecable, envuelto en el perfume tenue de madera tratada. Todo brillaba. Todo estaba ordenado. Angelique se quedó de pie, con la mochila colgando suavemente de un hombro, mientras Harry se alejaba escaleras arriba para avisar a su padre. Su reflejo apareció fugazmente en una superficie de mármol pulido: negra de pies a cabeza, una sombra entre los tonos beige y dorados del hogar Osborn. El vestido negro caía hasta cubrirle los muslos; sus piernas desnudas, los zapatos a conjunto. Y entonces lo oyó: pasos. Sus pasos. Angelique levantó lentamente la cabeza hacia el pasillo de la derecha. Y Norman Osborn apareció. Traje oscuro perfectamente ceñido, camisa impoluta, la mirada más penetrante que ella había visto en su vida. No era simplemente un hombre imponente. Era un hombre acostumbrado a que la gente dejara de hablar al verlo. Un depredador elegante. Una mente que medía antes de actuar. Sus ojos tardaron exactamente un segundo en posarse sobre ella. Se detuvo a unos pasos de distancia, examinándola sin disimularlo.
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  • Kazuha

    *Sin aviso repentino se haria presente en frente de la joven a quien busca. Ha estudiado y aprendido de ella, sabe que tiene un poder especial. Por un momento su cuerpo levitaba en el suelo antes de tocar el suelo. A pesar de solo medir 1.40 de alto se muestra confiada como si tamaño fuera mayor*

    Tu eres Kazuha cierto? Se que tienes la capacidad de cumplir deseos a cambio de pagar un alto precio. *Todo en su apariencia era llamativa, desde el par de largos cuernos en su cabeza, hasta la cola segmentada con cada porcion luciendo como una estrella de cuatro puntas. Vitiendo un abrigo con mangas demasiado largas que cubrian completamente sus manos*

    Tengo conmigo a un grupo de encantandoras personas dispuestas a ofrecer su vida como pago a cambio de mi deseo *Mencionaba al momento en que se escuchaba un chasquido de su mano oculta por la larga, comenzando a manifestarse una persona tras otra. Cada una con una expresion de angustia y ansiedad en el rostro. todas volteando a ver a la joven con quien habla* Todas estas personas y mas estan dispuestas a colaborar desinteresadamente con sus vidas a cambio de que mi deseo se haga realidad. Con esto deberia ser posible no es asi? Pides algo valioso a cambio. Ellos daran sus vidas...
    [K4zuha] *Sin aviso repentino se haria presente en frente de la joven a quien busca. Ha estudiado y aprendido de ella, sabe que tiene un poder especial. Por un momento su cuerpo levitaba en el suelo antes de tocar el suelo. A pesar de solo medir 1.40 de alto se muestra confiada como si tamaño fuera mayor* Tu eres Kazuha cierto? Se que tienes la capacidad de cumplir deseos a cambio de pagar un alto precio. *Todo en su apariencia era llamativa, desde el par de largos cuernos en su cabeza, hasta la cola segmentada con cada porcion luciendo como una estrella de cuatro puntas. Vitiendo un abrigo con mangas demasiado largas que cubrian completamente sus manos* Tengo conmigo a un grupo de encantandoras personas dispuestas a ofrecer su vida como pago a cambio de mi deseo *Mencionaba al momento en que se escuchaba un chasquido de su mano oculta por la larga, comenzando a manifestarse una persona tras otra. Cada una con una expresion de angustia y ansiedad en el rostro. todas volteando a ver a la joven con quien habla* Todas estas personas y mas estan dispuestas a colaborar desinteresadamente con sus vidas a cambio de que mi deseo se haga realidad. Con esto deberia ser posible no es asi? Pides algo valioso a cambio. Ellos daran sus vidas...
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    Creo que es la tercera vez que lo logro. Así es que hay que celebrar mientras sea posible....
    Y en el manga de Gamaran UUUFFFF!!!
    Siempre hay duelos épicos
    :STK-21: Creo que es la tercera vez que lo logro. Así es que hay que celebrar mientras sea posible.... Y en el manga de Gamaran UUUFFFF!!! 🤩👍👌😁 Siempre hay duelos épicos :STK-21:
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  • Aquel día había salido de casa con un solo propósito, que era encontrar a 𝑀A𝐺N𝐴 ᴬᵁ las niñas la habían estado buscando por la mañana, pero la mujer no parecía haber vuelto de su expedición, de modo que llevaba un par de dibujos sujetos en su mano y su regalo en una pequeña caja bajo el brazo.

    Él tiene mas suerte que Gracie y Judith. Ve a Magna salir de la casa que comparte con Yumiko, y se apresura a encontrarse con ella.

    — ¿Tenias pensado pasar todo el día de hoy fuera para que nadie pudiera felicitarte el cumpleaños? Si te consuela no lo sabe mucha gente, a mi me lo ha dicho Judith, quien por cierto junto con Gracie te han hecho estos dibujos.

    El moreno le da ambas pinturas y después le tiende la caja.

    — Los cuchillos los ha hecho Earl, y la manga de cuero es un trabajo de Miles, así que... supongo que es mas regalo suyo que de mío pero, espero que te guste.
    Aquel día había salido de casa con un solo propósito, que era encontrar a [M4GNIFICENT] las niñas la habían estado buscando por la mañana, pero la mujer no parecía haber vuelto de su expedición, de modo que llevaba un par de dibujos sujetos en su mano y su regalo en una pequeña caja bajo el brazo. Él tiene mas suerte que Gracie y Judith. Ve a Magna salir de la casa que comparte con Yumiko, y se apresura a encontrarse con ella. — ¿Tenias pensado pasar todo el día de hoy fuera para que nadie pudiera felicitarte el cumpleaños? Si te consuela no lo sabe mucha gente, a mi me lo ha dicho Judith, quien por cierto junto con Gracie te han hecho estos dibujos. El moreno le da ambas pinturas y después le tiende la caja. — Los cuchillos los ha hecho Earl, y la manga de cuero es un trabajo de Miles, así que... supongo que es mas regalo suyo que de mío pero, espero que te guste.
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  • ────Vaya, este sí que ha sido un día agotador. Lo juro; tuve la intención de ser productiva hasta el final, pero mi cuerpo ha decidido que es momento de colapsar. Y aquí estoy. Solo necesito un par de horas de descanso y vuelvo a ser la Afro de siempre. Prometo traer intacto mi encanto y quizás... con una nueva travesura bajo la manga.
    ────Vaya, este sí que ha sido un día agotador. Lo juro; tuve la intención de ser productiva hasta el final, pero mi cuerpo ha decidido que es momento de colapsar. Y aquí estoy. Solo necesito un par de horas de descanso y vuelvo a ser la Afro de siempre. Prometo traer intacto mi encanto y quizás... con una nueva travesura bajo la manga.
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    || YO NUNCA PERDI LA FE EN ALASTOR, YO SABIA, ES MI AMOR LA UNICA RAZON POR LA QUE ME VOLVERIA GAY Y EL UNICO CACHO QUE LE PEGUE A YAE MIKO PORQUE CADA QUE APARECIA ME BESABA CON LA PANTALLA DE MI PC Y AAAAAH ME SIENTO BIEN MARICONADO

    EN TU PUTA CARA VOX HIJO DE PERRA NI APLICANDO LA DE SATORU GOJO DEL 2 VS 1 PUDISTE GANAR MAMONAZO TRIPLEJUEPUTA MAMAGUEVO UUUUUUUY ALASTOR YO SABIA QUE TENIAS TODO UN PLAN BAJO LA MANGA JAJAJAJAJAJA

    JODANSE TODO SI SOY FAN DE ALASTOR LO REVELO ME MANTUVE NORMAL POR MUCHO TIEMPO PERO HAZBIN HOTEL ME HIZO GA- OKNO PERO EJEJEJEJEJE Y AHORA HUSK ME GUSTA UN POCO MAS LO ADMITO QUE BELLAS HABILIDADES Y NMMS

    DESAPROVECHARON UNA OPORTUNIDAD PERFECTA PARA AUNQUE SEA METER DE FONDO A LOS ARCANGELES AUUUUUUUUUUUUU OK YA ME CALMO REVIVO LA CUENTA PARA ESTA MARICONADA....... ESTOY HOMOSEXUALMENTE ENFADADO
    Zack BESAME BEBE (?) YA OK MEJOR ME VOY JAJAJAJA
    || YO NUNCA PERDI LA FE EN ALASTOR, YO SABIA, ES MI AMOR LA UNICA RAZON POR LA QUE ME VOLVERIA GAY Y EL UNICO CACHO QUE LE PEGUE A YAE MIKO PORQUE CADA QUE APARECIA ME BESABA CON LA PANTALLA DE MI PC Y AAAAAH ME SIENTO BIEN MARICONADO EN TU PUTA CARA VOX HIJO DE PERRA NI APLICANDO LA DE SATORU GOJO DEL 2 VS 1 PUDISTE GANAR MAMONAZO TRIPLEJUEPUTA MAMAGUEVO UUUUUUUY ALASTOR YO SABIA QUE TENIAS TODO UN PLAN BAJO LA MANGA JAJAJAJAJAJA JODANSE TODO SI SOY FAN DE ALASTOR LO REVELO ME MANTUVE NORMAL POR MUCHO TIEMPO PERO HAZBIN HOTEL ME HIZO GA- OKNO PERO EJEJEJEJEJE Y AHORA HUSK ME GUSTA UN POCO MAS LO ADMITO QUE BELLAS HABILIDADES Y NMMS DESAPROVECHARON UNA OPORTUNIDAD PERFECTA PARA AUNQUE SEA METER DE FONDO A LOS ARCANGELES AUUUUUUUUUUUUU OK YA ME CALMO REVIVO LA CUENTA PARA ESTA MARICONADA....... ESTOY HOMOSEXUALMENTE ENFADADO [Zack25] BESAME BEBE (?) YA OK MEJOR ME VOY JAJAJAJA
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    Las Enseñanzas de Oz

    El Hombre que Susurra**

    El susurro se desliza entre los árboles como un viento que no pertenece a este mundo.

    A mi lado, junto al poste,
    se materializa un hombre.

    No es un monstruo.
    No es un dios.
    No es humano.
    Es algo distinto.

    Hermoso de una forma antigua,
    como una estatua que respira.
    Sus ojos…
    ocultan un secreto que nadie podría leer,
    un enigma eterno.

    Oz:
    —Así no vas a conseguir nada más que lastimarte…

    Me quedo inmóvil.
    Congelada.
    El miedo se me enreda en los huesos.
    Mis madres están lejos,
    demasiado lejos para escuchar mi respiración acelerada.

    El hombre se agacha un poco
    y posa una mano cálida en mi cabecita.
    Al instante, mi torso se cubre con una sudadera preciosa,
    de estampados imposibles:
    formas que no encajan,
    símbolos sin sentido,
    como si hubieran aparecido ahí por voluntad propia.
    Caos puro.

    Oz:
    —Estás sudando… y ya está oscureciendo.
    No querrás resfriarte, ¿verdad?
    Ven. Acércate. Mira bien el poste.

    Se acerca al metal negro,
    levanta un dedo
    y lo posa en el centro.

    El poste se quiebra en mil pedazos
    como si se deshiciera de forma obediente,
    silenciosa, perfecta.
    No estalla.
    No ruge.
    No se rompe:
    se rinde.

    Y de los fragmentos surge una sola pieza intacta:
    una flor de mineral,
    tallada con una precisión imposible.

    Me quedo boquiabierta un segundo.
    Pero solo un segundo.

    Luego me enfado.

    Lili:
    —¿Cómo has hecho eso? ¡Tramposo!
    Enséñame a hacerlo…

    Lo digo con pucheritos,
    las manos ensangrentadas escondidas en las mangas nuevas,
    la dignidad por los suelos.

    El hombre sonríe.
    Una sonrisa peligrosa,
    pero dulce de una forma que no entiendo.

    Oz:
    —Pero tú ya sabes hacerlo, Lili.
    Tú tienes el poder del Caos latiendo en tu corazón,
    en tu sangre…
    Eres como este poste:
    una linda florecilla indestructible.

    Se inclina un poco más,
    y con un gesto elegante, casi teatral, añade:

    Oz:
    —Déjame presentarme.
    Soy Oz.
    Tu abuelo…
    el padre de Jennifer.

    El aire se me corta.

    Él continúa:

    Oz:
    —Tu madre estará preocupada.
    Deberías volver a casa.
    Tranquila…
    todo es nuevo para ti.
    Descansa.
    Yo te enseñaré lo que tu legado significa.

    Y antes de que pueda decir nada,
    con un simple movimiento de su mano derecha
    me envuelve una onda suave,
    como un parpadeo del universo.

    Cuando abro los ojos
    estoy frente a casa.

    Ayane está preparando la cena.
    Huele delicioso…
    pero sólo hay dos platos en la mesa esta vez.

    Ella me ve.
    No dice nada.
    Me abraza, me besa la frente
    y con un tono suave, como temiendo romper algo, dice:

    Ayane:
    —Ve a lavarte las manos antes de cenar, mi amor.

    Y obedezco,
    ocultando mis nudillos heridos,
    la sangre seca…
    y el recuerdo del hombre
    que me llamó florecilla indestructible.
    Relato en Post y comentarios de la imagen 🩷 Las Enseñanzas de Oz El Hombre que Susurra** El susurro se desliza entre los árboles como un viento que no pertenece a este mundo. A mi lado, junto al poste, se materializa un hombre. No es un monstruo. No es un dios. No es humano. Es algo distinto. Hermoso de una forma antigua, como una estatua que respira. Sus ojos… ocultan un secreto que nadie podría leer, un enigma eterno. Oz: —Así no vas a conseguir nada más que lastimarte… Me quedo inmóvil. Congelada. El miedo se me enreda en los huesos. Mis madres están lejos, demasiado lejos para escuchar mi respiración acelerada. El hombre se agacha un poco y posa una mano cálida en mi cabecita. Al instante, mi torso se cubre con una sudadera preciosa, de estampados imposibles: formas que no encajan, símbolos sin sentido, como si hubieran aparecido ahí por voluntad propia. Caos puro. Oz: —Estás sudando… y ya está oscureciendo. No querrás resfriarte, ¿verdad? Ven. Acércate. Mira bien el poste. Se acerca al metal negro, levanta un dedo y lo posa en el centro. El poste se quiebra en mil pedazos como si se deshiciera de forma obediente, silenciosa, perfecta. No estalla. No ruge. No se rompe: se rinde. Y de los fragmentos surge una sola pieza intacta: una flor de mineral, tallada con una precisión imposible. Me quedo boquiabierta un segundo. Pero solo un segundo. Luego me enfado. Lili: —¿Cómo has hecho eso? ¡Tramposo! Enséñame a hacerlo… Lo digo con pucheritos, las manos ensangrentadas escondidas en las mangas nuevas, la dignidad por los suelos. El hombre sonríe. Una sonrisa peligrosa, pero dulce de una forma que no entiendo. Oz: —Pero tú ya sabes hacerlo, Lili. Tú tienes el poder del Caos latiendo en tu corazón, en tu sangre… Eres como este poste: una linda florecilla indestructible. Se inclina un poco más, y con un gesto elegante, casi teatral, añade: Oz: —Déjame presentarme. Soy Oz. Tu abuelo… el padre de Jennifer. El aire se me corta. Él continúa: Oz: —Tu madre estará preocupada. Deberías volver a casa. Tranquila… todo es nuevo para ti. Descansa. Yo te enseñaré lo que tu legado significa. Y antes de que pueda decir nada, con un simple movimiento de su mano derecha me envuelve una onda suave, como un parpadeo del universo. Cuando abro los ojos estoy frente a casa. Ayane está preparando la cena. Huele delicioso… pero sólo hay dos platos en la mesa esta vez. Ella me ve. No dice nada. Me abraza, me besa la frente y con un tono suave, como temiendo romper algo, dice: Ayane: —Ve a lavarte las manos antes de cenar, mi amor. Y obedezco, ocultando mis nudillos heridos, la sangre seca… y el recuerdo del hombre que me llamó florecilla indestructible.
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    Las Enseñanzas de Oz

    El Hombre que Susurra**

    El susurro se desliza entre los árboles como un viento que no pertenece a este mundo.

    A mi lado, junto al poste,
    se materializa un hombre.

    No es un monstruo.
    No es un dios.
    No es humano.
    Es algo distinto.

    Hermoso de una forma antigua,
    como una estatua que respira.
    Sus ojos…
    ocultan un secreto que nadie podría leer,
    un enigma eterno.

    Oz:
    —Así no vas a conseguir nada más que lastimarte…

    Me quedo inmóvil.
    Congelada.
    El miedo se me enreda en los huesos.
    Mis madres están lejos,
    demasiado lejos para escuchar mi respiración acelerada.

    El hombre se agacha un poco
    y posa una mano cálida en mi cabecita.
    Al instante, mi torso se cubre con una sudadera preciosa,
    de estampados imposibles:
    formas que no encajan,
    símbolos sin sentido,
    como si hubieran aparecido ahí por voluntad propia.
    Caos puro.

    Oz:
    —Estás sudando… y ya está oscureciendo.
    No querrás resfriarte, ¿verdad?
    Ven. Acércate. Mira bien el poste.

    Se acerca al metal negro,
    levanta un dedo
    y lo posa en el centro.

    El poste se quiebra en mil pedazos
    como si se deshiciera de forma obediente,
    silenciosa, perfecta.
    No estalla.
    No ruge.
    No se rompe:
    se rinde.

    Y de los fragmentos surge una sola pieza intacta:
    una flor de mineral,
    tallada con una precisión imposible.

    Me quedo boquiabierta un segundo.
    Pero solo un segundo.

    Luego me enfado.

    Lili:
    —¿Cómo has hecho eso? ¡Tramposo!
    Enséñame a hacerlo…

    Lo digo con pucheritos,
    las manos ensangrentadas escondidas en las mangas nuevas,
    la dignidad por los suelos.

    El hombre sonríe.
    Una sonrisa peligrosa,
    pero dulce de una forma que no entiendo.

    Oz:
    —Pero tú ya sabes hacerlo, Lili.
    Tú tienes el poder del Caos latiendo en tu corazón,
    en tu sangre…
    Eres como este poste:
    una linda florecilla indestructible.

    Se inclina un poco más,
    y con un gesto elegante, casi teatral, añade:

    Oz:
    —Déjame presentarme.
    Soy Oz.
    Tu abuelo…
    el padre de Jennifer.

    El aire se me corta.

    Él continúa:

    Oz:
    —Tu madre estará preocupada.
    Deberías volver a casa.
    Tranquila…
    todo es nuevo para ti.
    Descansa.
    Yo te enseñaré lo que tu legado significa.

    Y antes de que pueda decir nada,
    con un simple movimiento de su mano derecha
    me envuelve una onda suave,
    como un parpadeo del universo.

    Cuando abro los ojos
    estoy frente a casa.

    Ayane está preparando la cena.
    Huele delicioso…
    pero sólo hay dos platos en la mesa esta vez.

    Ella me ve.
    No dice nada.
    Me abraza, me besa la frente
    y con un tono suave, como temiendo romper algo, dice:

    Ayane:
    —Ve a lavarte las manos antes de cenar, mi amor.

    Y obedezco,
    ocultando mis nudillos heridos,
    la sangre seca…
    y el recuerdo del hombre
    que me llamó florecilla indestructible.

    Ozma
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    Las Enseñanzas de Oz

    El Hombre que Susurra**

    El susurro se desliza entre los árboles como un viento que no pertenece a este mundo.

    A mi lado, junto al poste,
    se materializa un hombre.

    No es un monstruo.
    No es un dios.
    No es humano.
    Es algo distinto.

    Hermoso de una forma antigua,
    como una estatua que respira.
    Sus ojos…
    ocultan un secreto que nadie podría leer,
    un enigma eterno.

    Oz:
    —Así no vas a conseguir nada más que lastimarte…

    Me quedo inmóvil.
    Congelada.
    El miedo se me enreda en los huesos.
    Mis madres están lejos,
    demasiado lejos para escuchar mi respiración acelerada.

    El hombre se agacha un poco
    y posa una mano cálida en mi cabecita.
    Al instante, mi torso se cubre con una sudadera preciosa,
    de estampados imposibles:
    formas que no encajan,
    símbolos sin sentido,
    como si hubieran aparecido ahí por voluntad propia.
    Caos puro.

    Oz:
    —Estás sudando… y ya está oscureciendo.
    No querrás resfriarte, ¿verdad?
    Ven. Acércate. Mira bien el poste.

    Se acerca al metal negro,
    levanta un dedo
    y lo posa en el centro.

    El poste se quiebra en mil pedazos
    como si se deshiciera de forma obediente,
    silenciosa, perfecta.
    No estalla.
    No ruge.
    No se rompe:
    se rinde.

    Y de los fragmentos surge una sola pieza intacta:
    una flor de mineral,
    tallada con una precisión imposible.

    Me quedo boquiabierta un segundo.
    Pero solo un segundo.

    Luego me enfado.

    Lili:
    —¿Cómo has hecho eso? ¡Tramposo!
    Enséñame a hacerlo…

    Lo digo con pucheritos,
    las manos ensangrentadas escondidas en las mangas nuevas,
    la dignidad por los suelos.

    El hombre sonríe.
    Una sonrisa peligrosa,
    pero dulce de una forma que no entiendo.

    Oz:
    —Pero tú ya sabes hacerlo, Lili.
    Tú tienes el poder del Caos latiendo en tu corazón,
    en tu sangre…
    Eres como este poste:
    una linda florecilla indestructible.

    Se inclina un poco más,
    y con un gesto elegante, casi teatral, añade:

    Oz:
    —Déjame presentarme.
    Soy Oz.
    Tu abuelo…
    el padre de Jennifer.

    El aire se me corta.

    Él continúa:

    Oz:
    —Tu madre estará preocupada.
    Deberías volver a casa.
    Tranquila…
    todo es nuevo para ti.
    Descansa.
    Yo te enseñaré lo que tu legado significa.

    Y antes de que pueda decir nada,
    con un simple movimiento de su mano derecha
    me envuelve una onda suave,
    como un parpadeo del universo.

    Cuando abro los ojos
    estoy frente a casa.

    Ayane está preparando la cena.
    Huele delicioso…
    pero sólo hay dos platos en la mesa esta vez.

    Ella me ve.
    No dice nada.
    Me abraza, me besa la frente
    y con un tono suave, como temiendo romper algo, dice:

    Ayane:
    —Ve a lavarte las manos antes de cenar, mi amor.

    Y obedezco,
    ocultando mis nudillos heridos,
    la sangre seca…
    y el recuerdo del hombre
    que me llamó florecilla indestructible.

    Ozma
    Relato en Post y en comentarios de la imagen 🩷 Las Enseñanzas de Oz El Hombre que Susurra** El susurro se desliza entre los árboles como un viento que no pertenece a este mundo. A mi lado, junto al poste, se materializa un hombre. No es un monstruo. No es un dios. No es humano. Es algo distinto. Hermoso de una forma antigua, como una estatua que respira. Sus ojos… ocultan un secreto que nadie podría leer, un enigma eterno. Oz: —Así no vas a conseguir nada más que lastimarte… Me quedo inmóvil. Congelada. El miedo se me enreda en los huesos. Mis madres están lejos, demasiado lejos para escuchar mi respiración acelerada. El hombre se agacha un poco y posa una mano cálida en mi cabecita. Al instante, mi torso se cubre con una sudadera preciosa, de estampados imposibles: formas que no encajan, símbolos sin sentido, como si hubieran aparecido ahí por voluntad propia. Caos puro. Oz: —Estás sudando… y ya está oscureciendo. No querrás resfriarte, ¿verdad? Ven. Acércate. Mira bien el poste. Se acerca al metal negro, levanta un dedo y lo posa en el centro. El poste se quiebra en mil pedazos como si se deshiciera de forma obediente, silenciosa, perfecta. No estalla. No ruge. No se rompe: se rinde. Y de los fragmentos surge una sola pieza intacta: una flor de mineral, tallada con una precisión imposible. Me quedo boquiabierta un segundo. Pero solo un segundo. Luego me enfado. Lili: —¿Cómo has hecho eso? ¡Tramposo! Enséñame a hacerlo… Lo digo con pucheritos, las manos ensangrentadas escondidas en las mangas nuevas, la dignidad por los suelos. El hombre sonríe. Una sonrisa peligrosa, pero dulce de una forma que no entiendo. Oz: —Pero tú ya sabes hacerlo, Lili. Tú tienes el poder del Caos latiendo en tu corazón, en tu sangre… Eres como este poste: una linda florecilla indestructible. Se inclina un poco más, y con un gesto elegante, casi teatral, añade: Oz: —Déjame presentarme. Soy Oz. Tu abuelo… el padre de Jennifer. El aire se me corta. Él continúa: Oz: —Tu madre estará preocupada. Deberías volver a casa. Tranquila… todo es nuevo para ti. Descansa. Yo te enseñaré lo que tu legado significa. Y antes de que pueda decir nada, con un simple movimiento de su mano derecha me envuelve una onda suave, como un parpadeo del universo. Cuando abro los ojos estoy frente a casa. Ayane está preparando la cena. Huele delicioso… pero sólo hay dos platos en la mesa esta vez. Ella me ve. No dice nada. Me abraza, me besa la frente y con un tono suave, como temiendo romper algo, dice: Ayane: —Ve a lavarte las manos antes de cenar, mi amor. Y obedezco, ocultando mis nudillos heridos, la sangre seca… y el recuerdo del hombre que me llamó florecilla indestructible. [Oz_The_Chaos]
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    //F R I E N D L Y R E M I N D E R

    Cosas sobre Yuii. Yuii tiene una salud curiosita, aparte de eso tiene sus cositas que no he desarrollado mucho por aquí pero están en la ficha completa que no publique ASKJDASKLDJAKLSDJ (Después de todo, es mas una guía para que no se me olviden las cosas).

    Ahora un hecho canon de Yuiichi y una curiosidad:

    Yuiichi le gusta mucho Chainsaw Man, él va al día con el manga.

    la curiosidad es que el nombre esta mal traducido al español, en realidad se escribiría como Yuuichi o Yūichi, pero se me antojo escribirlo mal, pido perdón públicamente. Aun así, sigue escribiéndose con el Kanji de "Amable" (優) este)
    //F R I E N D L Y R E M I N D E R Cosas sobre Yuii. Yuii tiene una salud curiosita, aparte de eso tiene sus cositas que no he desarrollado mucho por aquí pero están en la ficha completa que no publique ASKJDASKLDJAKLSDJ (Después de todo, es mas una guía para que no se me olviden las cosas). Ahora un hecho canon de Yuiichi y una curiosidad: Yuiichi le gusta mucho Chainsaw Man, él va al día con el manga. la curiosidad es que el nombre esta mal traducido al español, en realidad se escribiría como Yuuichi o Yūichi, pero se me antojo escribirlo mal, pido perdón públicamente. Aun así, sigue escribiéndose con el Kanji de "Amable" (優) este)
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  • -En su cautiverio, sus pensamientos eran lo único que tenía libertad. La seguridad del hotel iba cuesta abajo y tenía que ganar tiempo. VOX Overlord podía tenerme esclavizado sus aires de superioridad nublaban su coeficiente, del cabeza plana y me venía muy bien dejar que se pavonee y siga humillándome más. Mas mis ojos no perdían el brillo de OJO POR OJO, y sabía que me cobraría todas esas humillaciones. Unos cables rodearon mi cuerpo, controlando mis movimientos. Tomé una bocanada de aire y empecé a cantar. La transmisión se hacía ver en todos los anillos del infierno. Mi canto perforaba el alma del oyente que conectara con el mensaje. Era mi as bajo la manga, pero mis pensamientos me reconfortaban con las imágenes de mis esposos. Sabía que Dante cuidaría bien de los niños en mi ausencia.-


    Activen los subtitulos si no saben Taka Taka jxjxjxjx ◖⁠⚆⁠ᴥ⁠⚆⁠◗//


    https://youtu.be/_kIkKwhmnTo?si=i7zMZ9S5keHiVb78
    -En su cautiverio, sus pensamientos eran lo único que tenía libertad. La seguridad del hotel iba cuesta abajo y tenía que ganar tiempo. [VOX_Vees] podía tenerme esclavizado sus aires de superioridad nublaban su coeficiente, del cabeza plana y me venía muy bien dejar que se pavonee y siga humillándome más. Mas mis ojos no perdían el brillo de OJO POR OJO, y sabía que me cobraría todas esas humillaciones. Unos cables rodearon mi cuerpo, controlando mis movimientos. Tomé una bocanada de aire y empecé a cantar. La transmisión se hacía ver en todos los anillos del infierno. Mi canto perforaba el alma del oyente que conectara con el mensaje. Era mi as bajo la manga, pero mis pensamientos me reconfortaban con las imágenes de mis esposos. Sabía que Dante cuidaría bien de los niños en mi ausencia.- Activen los subtitulos si no saben Taka Taka jxjxjxjx ◖⁠⚆⁠ᴥ⁠⚆⁠◗// https://youtu.be/_kIkKwhmnTo?si=i7zMZ9S5keHiVb78
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