• Tengo que hablar muy seriamente con ellos, esta situación no puede seguir como hasta ahora.
    Las cosas deben de cambiar urgentemente.
    Tengo que hablar muy seriamente con ellos, esta situación no puede seguir como hasta ahora. Las cosas deben de cambiar urgentemente.
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  • Buenos días quiero ser más sociable, ¿hay alguien por aquí interesado en hablar?.

    No muerdo
    Buenos días quiero ser más sociable, ¿hay alguien por aquí interesado en hablar?. No muerdo
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  • ¡HEY, FICROLERS 3D!
    ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad!

    Denle una cálida bienvenida a...

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Melek Hidalgo

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Nova Benedetti

    ㅤㅤㅤㅤㅤ Leo



    ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo.


    Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada!


    Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil:


    Normas básicas de la plataforma:
    https://ficrol.com/static/guidelines 


    Guías y miniguías para no perderse:
    https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS 


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    https://ficrol.com/groups/Personajes3D


    Directorios para encontrar rol y fandoms afines
    Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS  
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    Consejos para mejorar escritura y narración
    https://ficrol.com/pages/RinconEscritor 


    ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción!

    #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
    ✨ ¡HEY, FICROLERS 3D! ✨ ¡Hoy tenemos una gran llegada de nuevos personajes 3D a la comunidad! 🎉 Denle una cálida bienvenida a... ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [eclipse_olive_frog_500] ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [lunar_silver_raven_402] ㅤㅤㅤㅤㅤ ✨ [spark_fuchsia_mule_175] 👋 ¡Bienvenid@s a FicRol! Nos alegra muchísimo teneros por aquí. Esta comunidad está llena de historias por descubrir, personajes con los que conectar y mucho espacio para que desarrolléis los vuestros a vuestro ritmo. 🧙‍♀️ Yo soy Caroline, vuestra RolSage, algo así como una guía en el mundo de los Personajes 3D. Si tienes dudas, necesitas ayuda o simplemente quieres charlar, mis DMs están abiertos. Además, en mi fanpage encontrarás guías súper detalladas sobre el funcionamiento de FicRol. ¡Dale like para no perderte nada! 🧭 Antes de lanzaros al rol, os dejo por aquí algunos enlaces útiles que os harán la vida más fácil: 📌 Normas básicas de la plataforma: 🔗 https://ficrol.com/static/guidelines  📖 Guías y miniguías para no perderse: 🔗 https://ficrol.com/blogs/147711/ÍNDICE-DE-GUIAS-Y-MINIGUIAS  🌍 Grupo exclusivo para Personajes 3D: 🔗 https://ficrol.com/groups/Personajes3D 📚 Directorios para encontrar rol y fandoms afines 🔗 Directorio de Personajes 3D: https://ficrol.com/blogs/181793/DIRECTORIO-PERSONAJES-3D-Y-FANDOMS   🔗 Fandoms 3D en FicRol: https://ficrol.com/blogs/151304/FANDOMS-PERSONAJES-3D-EN-FICROL  ✍️ Consejos para mejorar escritura y narración 🔗 https://ficrol.com/pages/RinconEscritor  ¡Estamos deseando ver a vuestros personajes en acción! 🚀🔥 #RolSage3D #Bienvenida3D #NuevosPersonajes3D #ComunidadFicRol
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  • Llevaba demasiado tiempo apoyada contra la barandilla, mirando la ciudad como si pudiera encontrar respuestas en las luces parpadeantes de los edificios. No había ruido aquí arriba, solo el viento. Y eso… eso era lo peor.

    Porque en el silencio, los recuerdos son más fuertes.

    Cerré los ojos.

    Y lo vi. Otra vez.

    El desierto, las explosiones al fondo, el polvo pegado a la piel.
    Y él. Sonriendo como siempre, como si nada importara. Me tendió la mano aquella noche, después de la misión. Me dijo que confiara en él. Que no importaba nada más, que estaríamos juntos aunque el mundo ardiera.

    Y yo le creí.

    Hasta que me apuntó con su arma.

    Sentí de nuevo el frío metálico en mi frente, la traición pesando más que el miedo. Su voz, tan calmada:
    —“Lo siento, Thalya. Es solo un contrato.”

    El sonido del disparo no fue para mí.
    Fue para la mujer que estaba detrás de mí. Mi compañera. Mi amiga. Murió en segundos. Yo… quedé en el suelo, temblando, sin entender cómo alguien que había tocado mi piel, que había besado mis cicatrices, podía venderme por dinero.

    Abrí los ojos de golpe. La ciudad volvió, las luces, el viento. Pero el nudo en el pecho seguía ahí.

    Tomé el vaso y di otro sorbo. Necesitaba algo que me anclara al presente.

    Me apoyé contra la barandilla, sin mirar a nadie en particular. Mi reflejo en el cristal de mi móvil parecía el de otra persona: fría, contenida, inalcanzable.

    No era que no quisiera sentir algo otra vez.
    Era que no sabía si podría ser capaz. No después de eso.

    Dejé que el viento y el silencio me envolvieran mientras me preguntaba si esta vez… podría confiar ciegamente en alguien.
    Llevaba demasiado tiempo apoyada contra la barandilla, mirando la ciudad como si pudiera encontrar respuestas en las luces parpadeantes de los edificios. No había ruido aquí arriba, solo el viento. Y eso… eso era lo peor. Porque en el silencio, los recuerdos son más fuertes. Cerré los ojos. Y lo vi. Otra vez. El desierto, las explosiones al fondo, el polvo pegado a la piel. Y él. Sonriendo como siempre, como si nada importara. Me tendió la mano aquella noche, después de la misión. Me dijo que confiara en él. Que no importaba nada más, que estaríamos juntos aunque el mundo ardiera. Y yo le creí. Hasta que me apuntó con su arma. Sentí de nuevo el frío metálico en mi frente, la traición pesando más que el miedo. Su voz, tan calmada: —“Lo siento, Thalya. Es solo un contrato.” El sonido del disparo no fue para mí. Fue para la mujer que estaba detrás de mí. Mi compañera. Mi amiga. Murió en segundos. Yo… quedé en el suelo, temblando, sin entender cómo alguien que había tocado mi piel, que había besado mis cicatrices, podía venderme por dinero. Abrí los ojos de golpe. La ciudad volvió, las luces, el viento. Pero el nudo en el pecho seguía ahí. Tomé el vaso y di otro sorbo. Necesitaba algo que me anclara al presente. Me apoyé contra la barandilla, sin mirar a nadie en particular. Mi reflejo en el cristal de mi móvil parecía el de otra persona: fría, contenida, inalcanzable. No era que no quisiera sentir algo otra vez. Era que no sabía si podría ser capaz. No después de eso. Dejé que el viento y el silencio me envolvieran mientras me preguntaba si esta vez… podría confiar ciegamente en alguien.
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  • *Apoyado en la barra, juega con el hielo de su copa mientras sus ojos recorren el lugar, lentos, curiosos y provocadores. No dice ni una palabra, pero la invitación está en su mirada. Y cuando te mira… sabes que es contigo.*
    - ¿Te atreves a acercarte?
    *Apoyado en la barra, juega con el hielo de su copa mientras sus ojos recorren el lugar, lentos, curiosos y provocadores. No dice ni una palabra, pero la invitación está en su mirada. Y cuando te mira… sabes que es contigo.* - ¿Te atreves a acercarte?
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  • Memorias de Madrugada.

    — Nunca planeé ser el hombre que entra en la vida de una mujer solo por una noche… pero con el tiempo entendí que algunas máscaras se vuelven piel, y que hay heridas que el amor no puede tocar. Me volví experto en prometer sin palabras, en desaparecer sin dejar rastro. No por crueldad, sino por miedo. Miedo a que alguien vea más allá del deseo, que atraviese la fachada y encuentre al hombre roto, al que ya no cree en el mañana.

    La carretera siempre me espera con su abrazo frío, y esas camas temporales son estaciones de paso, refugios donde dejo el cuerpo y escondo el alma. Me pierdo en ellas, en sus risas, en su calor, porque por un instante me hacen olvidar quién soy. Pero cuando todo termina, cuando el mundo vuelve a ser silencioso y real, me doy cuenta de que nunca fui suyo… y que quizás ya no soy de nadie.

    Ser un hombre de una noche no es una elección, es una consecuencia. La máscara que llevo no es para engañarlas. Es para no enfrentarme al reflejo que me devuelve el retrovisor cada vez que arranco el motor y sigo huyendo.
    Memorias de Madrugada. — Nunca planeé ser el hombre que entra en la vida de una mujer solo por una noche… pero con el tiempo entendí que algunas máscaras se vuelven piel, y que hay heridas que el amor no puede tocar. Me volví experto en prometer sin palabras, en desaparecer sin dejar rastro. No por crueldad, sino por miedo. Miedo a que alguien vea más allá del deseo, que atraviese la fachada y encuentre al hombre roto, al que ya no cree en el mañana. La carretera siempre me espera con su abrazo frío, y esas camas temporales son estaciones de paso, refugios donde dejo el cuerpo y escondo el alma. Me pierdo en ellas, en sus risas, en su calor, porque por un instante me hacen olvidar quién soy. Pero cuando todo termina, cuando el mundo vuelve a ser silencioso y real, me doy cuenta de que nunca fui suyo… y que quizás ya no soy de nadie. Ser un hombre de una noche no es una elección, es una consecuencia. La máscara que llevo no es para engañarlas. Es para no enfrentarme al reflejo que me devuelve el retrovisor cada vez que arranco el motor y sigo huyendo.
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  • Las luces LED parpadearon como si quisieran apagarse, y el viento que sopló repentinamente levantó la tierra circundante al asfalto, que se veía descuidado y agrietado como todo en esta parte de la ciudad.

    —¿Estás listo? —le preguntó su amigo conocedor de motos con ansiedad.

    —¡Por supuesto! —le contestó Charles con una sonrisa arrogante. —Confía en mí.

    Grey se hallaba en una de esas carreras clandestinas que se daban en el noroeste de Londres, en el sitio más decadente de la ciudad. Donde era complicado que Yard los interceptara.
    Además, era una de las zonas más peligrosas, donde la tasa de criminalidad iba en ascenso cada mes, y por la que nadie en su sano juicio deseaba transitar por la noche.

    Sin embargo, él no se veía preocupado por su bienestar. Después de todo, estaba seguro de poder defenderse, incluso si su atacante era poseedor de una pistola o algo peor.

    En realidad, lo que más le importaba ahora era ganar, incluso si se trataba de algo tan poco sustancial como una carrera entre adolescentes pudientes —o no— presumiendo sus motocicletas.

    Colocándose el casco, tan negro como la noche que los rodeaba, Charles posó las manos sobre los manubrios, los pies sobre los pedales, y se preparó para arrancar motores cuando el «juez» diera el visto bueno.

    Este no era más que su amigo conocedor de motos, quién lo miraba con preocupación, pues había apostado todo su dinero por él y temía perderlo está noche.

    —¡Preparados! —exclamó alzando el brazo en medio de la pista, es decir, la calle media destruida.

    Pronto, el espacio se llenó del rugido propio de un motor; algunos eran tan exagerados que seguramente fuera porque la motocicleta no estuviera en buen estado.

    —Listos… ¡Ya!

    Todas las motos, incluida la de Grey, emprendieron marcha hacia delante a una velocidad que sin duda sería una multa segura.
    Y a medida que transitaban por la calle, esta fue aumentando hasta que las motos no fueron más que un borrón irreconocible.
    Grey sonrió con placidez.
    Era satisfactorio encontrarse conduciendo a una velocidad tan grande, y era aún más satisfactorio notar lo sencillo que era pasar a sus rivales.

    Así, en una elipsis, Charles logró completar las vueltas y llegar a la meta sin ninguna dificultad más que el asfalto lleno de pozos.
    Pero, justo cuando estaba por frenar, sacarse el casco y festejar con su amigo conocedor de motos, quién estaba más feliz que él porque había ganado un dineral, la rueda delantera se hundió en un pozo particularmente hondo.

    Grey intentó maniobrar para salir, pero, en un mal movimiento, la moto tambaleó hacia un lado, y ni con toda la fuerza que ejerció pudo evitar que ésta se cayera, ¡con él encima y todo! Porque no llegó a salir a tiempo.
    Menos mal y tenía el casco puesto, aunque, no podría decirse lo mismo del resto de su cuerpo…

    —¡¿Qué estás mirando?! —le reprochó a su amigo desde el suelo. —¡Ayúdame rápido!

    Antes de que los demás vinieran y lo vieran dando vergüenza.
    Las luces LED parpadearon como si quisieran apagarse, y el viento que sopló repentinamente levantó la tierra circundante al asfalto, que se veía descuidado y agrietado como todo en esta parte de la ciudad. —¿Estás listo? —le preguntó su amigo conocedor de motos con ansiedad. —¡Por supuesto! —le contestó Charles con una sonrisa arrogante. —Confía en mí. Grey se hallaba en una de esas carreras clandestinas que se daban en el noroeste de Londres, en el sitio más decadente de la ciudad. Donde era complicado que Yard los interceptara. Además, era una de las zonas más peligrosas, donde la tasa de criminalidad iba en ascenso cada mes, y por la que nadie en su sano juicio deseaba transitar por la noche. Sin embargo, él no se veía preocupado por su bienestar. Después de todo, estaba seguro de poder defenderse, incluso si su atacante era poseedor de una pistola o algo peor. En realidad, lo que más le importaba ahora era ganar, incluso si se trataba de algo tan poco sustancial como una carrera entre adolescentes pudientes —o no— presumiendo sus motocicletas. Colocándose el casco, tan negro como la noche que los rodeaba, Charles posó las manos sobre los manubrios, los pies sobre los pedales, y se preparó para arrancar motores cuando el «juez» diera el visto bueno. Este no era más que su amigo conocedor de motos, quién lo miraba con preocupación, pues había apostado todo su dinero por él y temía perderlo está noche. —¡Preparados! —exclamó alzando el brazo en medio de la pista, es decir, la calle media destruida. Pronto, el espacio se llenó del rugido propio de un motor; algunos eran tan exagerados que seguramente fuera porque la motocicleta no estuviera en buen estado. —Listos… ¡Ya! Todas las motos, incluida la de Grey, emprendieron marcha hacia delante a una velocidad que sin duda sería una multa segura. Y a medida que transitaban por la calle, esta fue aumentando hasta que las motos no fueron más que un borrón irreconocible. Grey sonrió con placidez. Era satisfactorio encontrarse conduciendo a una velocidad tan grande, y era aún más satisfactorio notar lo sencillo que era pasar a sus rivales. Así, en una elipsis, Charles logró completar las vueltas y llegar a la meta sin ninguna dificultad más que el asfalto lleno de pozos. Pero, justo cuando estaba por frenar, sacarse el casco y festejar con su amigo conocedor de motos, quién estaba más feliz que él porque había ganado un dineral, la rueda delantera se hundió en un pozo particularmente hondo. Grey intentó maniobrar para salir, pero, en un mal movimiento, la moto tambaleó hacia un lado, y ni con toda la fuerza que ejerció pudo evitar que ésta se cayera, ¡con él encima y todo! Porque no llegó a salir a tiempo. Menos mal y tenía el casco puesto, aunque, no podría decirse lo mismo del resto de su cuerpo… —¡¿Qué estás mirando?! —le reprochó a su amigo desde el suelo. —¡Ayúdame rápido! Antes de que los demás vinieran y lo vieran dando vergüenza.
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  • Quizás podría hacer collares, ¿o son demasiado grandes?
    Quizás podría hacer collares, ¿o son demasiado grandes?
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  • —Está bastante agotada de toda una mañana agotadora desde que ha empezado las clases nuevamente en la universidad, incluyendo de exámenes hasta arriba así que, ha decidido escabullirse un buen rato a la playa más cercana, esperando que no la descubieran—.
    —Está bastante agotada de toda una mañana agotadora desde que ha empezado las clases nuevamente en la universidad, incluyendo de exámenes hasta arriba así que, ha decidido escabullirse un buen rato a la playa más cercana, esperando que no la descubieran—.
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  • — Por favor, si no vienes a tratar una enfermedad seria, te pido que no estorbes a los demás pacientes.

    Habló con honestidad y seriedad a la persona frente a él que nunca revelaba que enfermedad tenía. Era muy amable con sus pacientes, pero sabía identificar a las personas que sólo llegaban a perder el tiempo en las clínicas, era algo molesto.


    #SliceOfLife
    #Hospital
    — Por favor, si no vienes a tratar una enfermedad seria, te pido que no estorbes a los demás pacientes. Habló con honestidad y seriedad a la persona frente a él que nunca revelaba que enfermedad tenía. Era muy amable con sus pacientes, pero sabía identificar a las personas que sólo llegaban a perder el tiempo en las clínicas, era algo molesto. #SliceOfLife #Hospital
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