• Hola a todos!
    Mi nombre es Yukihiro Aoi.
    Soy Japonés y por eso primero decimos nuestro apellido.
    Pero por favor, no me llamen Yukihiro-san, me hacen sentir como mi papá.

    Por favor dígame Yuki-san.
    Espero llevarme muy bien con todos ustedes ♡
    Si necesitan un guia de turista en Japón, tambien puedo acompañarlos y si les interesa el diseño de moda o a aprender a patinar sobre hielo, están de suerte porque son mis dos profesiones!
    ꒰ঌ(˶ˆᗜˆ˵)໒꒱
    Hola a todos! Mi nombre es Yukihiro Aoi. Soy Japonés y por eso primero decimos nuestro apellido. Pero por favor, no me llamen Yukihiro-san, me hacen sentir como mi papá. Por favor dígame Yuki-san. Espero llevarme muy bien con todos ustedes ♡ Si necesitan un guia de turista en Japón, tambien puedo acompañarlos y si les interesa el diseño de moda o a aprender a patinar sobre hielo, están de suerte porque son mis dos profesiones! ꒰ঌ(˶ˆᗜˆ˵)໒꒱
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  • 𝐋𝐚 𝐦𝐞𝐭𝐚𝐦𝐨𝐫𝐟𝐨𝐬𝐢𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐢𝐭𝐚

    En un resquicio del asfalto, donde el gris devora la vida, nació una margarita. Pequeña, frágil, solitaria, resistía el inclemente sol y la sed insaciable de la tierra reseca. Soñaba con un imposible: que en lugar de raíces le crecieran pies, para huir de aquel páramo de indiferencia.

    Pero un día, el destino la traicionó. Un paso descuidado, un peso inmenso, y su existencia casi se extinguió. Doblegada, con pétalos mutilados y su talle inclinado hacia la nada, sintió que su vida se desvanecía.

    Fue entonces cuando unas manos se posaron sobre ella con ternura inesperada. La alzaron con delicadeza, la llevaron lejos del asfalto cruel y la sembraron en un jardín japonés, donde el murmullo del agua y la danza del viento acariciaban las hojas con dulzura.

    Aquel hombre la regó con paciencia, la nutrió con palabras, la protegió del frío y la abrazó con su sombra en los días de sol ardiente. La margarita, agradecida, floreció con renovado esplendor. Pero constantemente se preguntaba:

    ¿Lo quiero porque me salvó?
    ¿O porque me enseñó que este mundo también sabe ser amable?
    ¿Sus manos me sostienen por cariño, o solo por compasión?

    Quiso cambiar, quiso dejar de ser margarita. Luchó contra su naturaleza, pero su reflejo en el estanque seguía siendo el mismo. Se entristeció, hasta que un día ocurrió el milagro.

    Su tallo se alzó con fuerza, sus pétalos se tornaron dorados como el sol, su esencia se transformó. Dejó de ser una margarita. Se convirtió en un girasol.

    Se dio cuenta que esa clase de milagros sólo eran por gracia del amor: Pues no pide, no exige, no arrastra… simplemente transforma. No importaba el cómo ni el porqué de su encuentro, sino la belleza de lo que ahora era. Un girasol radiante, de raíces profundas, nacido del milagro de haber sido querida
    𝐋𝐚 𝐦𝐞𝐭𝐚𝐦𝐨𝐫𝐟𝐨𝐬𝐢𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐦𝐚𝐫𝐠𝐚𝐫𝐢𝐭𝐚 En un resquicio del asfalto, donde el gris devora la vida, nació una margarita. Pequeña, frágil, solitaria, resistía el inclemente sol y la sed insaciable de la tierra reseca. Soñaba con un imposible: que en lugar de raíces le crecieran pies, para huir de aquel páramo de indiferencia. Pero un día, el destino la traicionó. Un paso descuidado, un peso inmenso, y su existencia casi se extinguió. Doblegada, con pétalos mutilados y su talle inclinado hacia la nada, sintió que su vida se desvanecía. Fue entonces cuando unas manos se posaron sobre ella con ternura inesperada. La alzaron con delicadeza, la llevaron lejos del asfalto cruel y la sembraron en un jardín japonés, donde el murmullo del agua y la danza del viento acariciaban las hojas con dulzura. Aquel hombre la regó con paciencia, la nutrió con palabras, la protegió del frío y la abrazó con su sombra en los días de sol ardiente. La margarita, agradecida, floreció con renovado esplendor. Pero constantemente se preguntaba: ¿Lo quiero porque me salvó? ¿O porque me enseñó que este mundo también sabe ser amable? ¿Sus manos me sostienen por cariño, o solo por compasión? Quiso cambiar, quiso dejar de ser margarita. Luchó contra su naturaleza, pero su reflejo en el estanque seguía siendo el mismo. Se entristeció, hasta que un día ocurrió el milagro. Su tallo se alzó con fuerza, sus pétalos se tornaron dorados como el sol, su esencia se transformó. Dejó de ser una margarita. Se convirtió en un girasol. Se dio cuenta que esa clase de milagros sólo eran por gracia del amor: Pues no pide, no exige, no arrastra… simplemente transforma. No importaba el cómo ni el porqué de su encuentro, sino la belleza de lo que ahora era. Un girasol radiante, de raíces profundas, nacido del milagro de haber sido querida
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  • 50 a 200 líneas por Semana
    Fandom
    Original
    Búsqueda de
    Personaje
    Estado
    Cerrado
    Se busca personaje para ship de tipo Slice of Life.

    Personaje al que se le busca el ship:
    Kagehiro → https://ficrol.com/Lonesome_writer

    Resumen de personaje:

    •Hombre Japonés de 42~45 años aprox.
    •Viudo, sin hijos, ni mascotas.
    •Escritor de novelas para adultos. (En secreto)
    •Escritor, Editor y Asesor privado.
    •Ex profesor de Universidad.
    •Fanático del café y adicto al cigarro.

    Tipo de personaje
    2D (De preferencia) puede ser algunas fotos en 3D

    Longitud narrativa
    Párrafo , Multi-párrafo

    Categorías de rol:
    Drama , Romance , Slice of Life , Original, Sex Rol
    Se acepta paranormal y fantasía urbana.

    Conectividad minima de 3 ~ 4 veces a semana.
    Indiferencia a personaje masculino o femenino.
    Ok con Yaoi o Hetero,
    OK con Poligamia o Monogamia
    Creatividad, no se busca rol espejo.
    Posibilidad de drama del tipo de infidelidad, discusiones, líos. (Todo planeado)
    Ship cerrado a menos de que todos los involucrados acepten una tercera persona.
    Se busca personaje para ship de tipo Slice of Life. Personaje al que se le busca el ship: Kagehiro → https://ficrol.com/Lonesome_writer Resumen de personaje: •Hombre Japonés de 42~45 años aprox. •Viudo, sin hijos, ni mascotas. •Escritor de novelas para adultos. (En secreto) •Escritor, Editor y Asesor privado. •Ex profesor de Universidad. •Fanático del café y adicto al cigarro. Tipo de personaje 2D (De preferencia) puede ser algunas fotos en 3D Longitud narrativa Párrafo , Multi-párrafo Categorías de rol: Drama , Romance , Slice of Life , Original, Sex Rol Se acepta paranormal y fantasía urbana. Conectividad minima de 3 ~ 4 veces a semana. Indiferencia a personaje masculino o femenino. Ok con Yaoi o Hetero, OK con Poligamia o Monogamia Creatividad, no se busca rol espejo. Posibilidad de drama del tipo de infidelidad, discusiones, líos. (Todo planeado) Ship cerrado a menos de que todos los involucrados acepten una tercera persona.
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  • Una vida acaba y la otra empieza.
    Fandom Ninguno.
    Categoría Original
    "Introduction"

    -A veces las consecuencias de los actos que nos llevan a estar donde estamos. Son algo que nosotros mismos nos buscamos.-

    *Eso es culpa de no tener un ejemplo qué seguir*

    -Eso se decía Niles a sí mismo sentado en ese lugar.
    Lleno de humedad; Sucio, lleno de goteras, con apenas luz, una bandeja de comida tirada en el suelo con un engrudo sin gracia y un pan más duro que las paredes.
    Si ropa estaba sucia, olía tal cual que una persona que no se había bañado en unas semanas... ¿Puede que un mes?-

    *Maldita suerte*

    -Cosas que Murmuraba entre dientes, esperando así desahogar su frustración... ¿Pero quien cojones le había mandado a robarle 14 millones de dólares a ese maldito Yakuza?
    Sin duda alguna era un gilipollas de manual.
    Muy arrogante para ver la soga al cuello que se estaba poniendo... Porque no le iban a dejar ahí, no señor. Estaban esperando recuperar el dinero con la información que les había dado.

    Una vez tengan todo el dinero de vuelta no le iban a soltar. Tenía su sentencia de muerte pintada en la cara; todos esos golpes a diario. La sangre seca en su ropa, la tela rajada y sobre todo el par de costillas rotas que le provocaban un dolor insoportable al gritar por golpes que divertían a sus captores.-

    *Sí me golpeo la cabeza contra la pared, con suerte me rompa el cuello y acabo con todo*

    -Lagrimas rodaban por sus mejillas. Empañando sus ojos y haciendo más amarga su espera.
    Habría sido mejor morir de un disparo en la frente. Así no sentir nada más... Solo dejarse caer en la oscuridad y en la nada.
    Porque no creía en un Dios que no ve ni intercede por nadie. Solo en lo que sus manos podían hacer.-

    *Puede que la policía me busque y venga a por mí... Tienen buenos agentes en sus agencias federales.*

    -Ríe amargamente pensando que esos cabrones solo saben rascarse los huevos y rogar que por suerte den con quien buscan antes de encontrar su fiambre en una cuneta o flotando en un lago helado.-

    *Solo espero que mi hermana no sepa nunca lo que me pasó. Que no tenga que pasar por otra muerte más. Ya perdimos a nuestros padres hace poco y ahora yo... ¡JODER!*

    -Días pasaron, o eso creía, la puta ventana estaba cerrada, solo una bombilla que chisporrotea, enciende y apaga, le da luz.

    Un hombre de unos 50 años entra con una cara de pocos amigos. Le ata las manos a la espalda con una bridas. Le levanta por el cuello sin ninguna delicadeza. Le empuja y le saca de la celda.
    Hacía mucho que no veía otra cosa que esa celda en la que estaba.
    Le llevan hasta una sala amplia, con una silla en el centro, un foco que apunta a la misma, una cámara de vídeo en frente y unos tipos parados en la penumbra.-

    *Ya está, este es mi fin...*

    -Se dijo para sí mismo en un susurro.
    Pensando en que solo le quedaba resignarse, no había como escapar.
    Le sientan en la silla, le ponen unos grilletes en los pies. Una cinta en el pecho y una bolsa de tela negra en la cabeza.

    Un profundo gemido ahogado en miedo sale de su garganta con la boca entre abierta.
    Cierra los ojos y busca el recuerdo más feliz que pueda evocar.-

    *Cariño no corras cerca de la piscina, te puedes caer*

    -Recuerda la voz de su madre cuando él era pequeño...-

    *Deja que se divierta y si se cae, aprenderá solo qué es lo que debe y no hacer*

    -Ahora suena la voz de su padre. El mismo que sentado desde una tumbona estaba leyendo una revista de motos.-

    *Bueno ahora puede que me reúna con ellos... Que esta pesadilla acabe y todo esté bien... ¿No? *

    -La aceptación era lo único que le quedaba en su lista de fases por pasar.

    Se escuchan voces en japonés. Se notaban molestos, no sabía lo que estaba diciendo pero sonaban molestos...
    Nota un sonido metálico y sordo. Un arma de fuego. Por tener la cabeza tapada no supo qué era. Pero qué más daba saberlo o no.

    Su momento estaba marcado. No había mas...

    Quiso suplicar que le perdonasen la vida, prometer que nunca iba a volver a hacerlo y que no le iba a contar nada a nadie de lo que había pasado... Pero son Yakuzas... De nada le iba a servir suplicar por su vida.-

    *Solo espero que sea rápido... No podría aguantar otro agonico día. *

    -Siente en la gente que algo se apoya y le empuja levemente la cabeza para atrás. La garganta se le hace un nudo, la mente se le llena de cosas... Su vida pasa como los carretes de película de esos filmes antiguos, todo en color sepia, con un sonido lejano y difuminado.

    Los cumpleaños; Los momentos felices y tristes, las risas, los abrazos, las excursiones y los castigos.

    Todo aquello parecía desvanecerse en una bruma densa y se iba a perder en el olvido.-

    *Yego tu ola maldito vastaldo, vas a molil como el pelo que eles... Con nosotlos no se juega y menos se le puede lobal sin pagal con la vida.*

    -Dice la voz en una mala entonación del idioma. Puede que en otro momento hubiera arrancado en risas y hecho la burla. Pero esas eran las últimas palabras que iba a escuchar... Maldita ironia... Su muerte iba a ser una puta burla.

    Podria jurar que esos segundos le parecieron horas. Quería que se acabe, pero también que no lo haga.
    Hasta que a lo lejos se escuchan unos gritos, luego unos disparos y finalmente un golpe en la puerta de la sala donde se encuentra.

    Lo que supone que es el cañón de la pistola que tiene en la frente se desvía un poco ante el giro que hace su verdugo.
    Se escucha el disparo justo contra su oreja. Y un ardor le pasa por el lado de cabeza, por encima de la oreja.
    Un pitido hace que no pueda escuchar bien los gritos y disparos que se producen y hacen eco en esa sala.

    Finalmente se hace el silencio, algo que dura poco. Luego unos pasos acercarse.
    Le toman por la cabeza y lo mueven.
    Le quitan la bolsa de la cabeza y con los ojos entrecerrados, intenta enfocar y solo ve a un tipo en frente suyo.
    Le grita cosas, las entiende, solo sacude la cabeza asíntiendo y todo se apaga.-

    *¡SIGUE VIVO, ESTÁ HERIDO, ESTABA CONSCIENTE PERO AHORA SE HA DESMAYADO, LLEVEMOSLO AHORA!*

    -Fue lo último que pudo escuchar antes de que todo se apagase, no escuchara nada y a los pocos días despierte en una cama lleno de vendas, con una gasa en la cabeza y tapado hasta el cuello con una manta.
    No sentía su ropa, aunque ya no olía como un establo lleno de cerdos.
    Mira con dificultad ya que la luz le molesta, intentando enfocar y reconocer donde está.
    Estaba solo en aquel lugar.

    Pero estaba vivo, estaba curado y tenía otro día para poder vivir.-


    "Esto es el comienzo de su vida anterior y de su nueva vida, solo queda esperar que su pasado no le reclame aquello que se le escapó."


    Monorol 1 de varios.
    "Introduction" -A veces las consecuencias de los actos que nos llevan a estar donde estamos. Son algo que nosotros mismos nos buscamos.- *Eso es culpa de no tener un ejemplo qué seguir* -Eso se decía Niles a sí mismo sentado en ese lugar. Lleno de humedad; Sucio, lleno de goteras, con apenas luz, una bandeja de comida tirada en el suelo con un engrudo sin gracia y un pan más duro que las paredes. Si ropa estaba sucia, olía tal cual que una persona que no se había bañado en unas semanas... ¿Puede que un mes?- *Maldita suerte* -Cosas que Murmuraba entre dientes, esperando así desahogar su frustración... ¿Pero quien cojones le había mandado a robarle 14 millones de dólares a ese maldito Yakuza? Sin duda alguna era un gilipollas de manual. Muy arrogante para ver la soga al cuello que se estaba poniendo... Porque no le iban a dejar ahí, no señor. Estaban esperando recuperar el dinero con la información que les había dado. Una vez tengan todo el dinero de vuelta no le iban a soltar. Tenía su sentencia de muerte pintada en la cara; todos esos golpes a diario. La sangre seca en su ropa, la tela rajada y sobre todo el par de costillas rotas que le provocaban un dolor insoportable al gritar por golpes que divertían a sus captores.- *Sí me golpeo la cabeza contra la pared, con suerte me rompa el cuello y acabo con todo* -Lagrimas rodaban por sus mejillas. Empañando sus ojos y haciendo más amarga su espera. Habría sido mejor morir de un disparo en la frente. Así no sentir nada más... Solo dejarse caer en la oscuridad y en la nada. Porque no creía en un Dios que no ve ni intercede por nadie. Solo en lo que sus manos podían hacer.- *Puede que la policía me busque y venga a por mí... Tienen buenos agentes en sus agencias federales.* -Ríe amargamente pensando que esos cabrones solo saben rascarse los huevos y rogar que por suerte den con quien buscan antes de encontrar su fiambre en una cuneta o flotando en un lago helado.- *Solo espero que mi hermana no sepa nunca lo que me pasó. Que no tenga que pasar por otra muerte más. Ya perdimos a nuestros padres hace poco y ahora yo... ¡JODER!* -Días pasaron, o eso creía, la puta ventana estaba cerrada, solo una bombilla que chisporrotea, enciende y apaga, le da luz. Un hombre de unos 50 años entra con una cara de pocos amigos. Le ata las manos a la espalda con una bridas. Le levanta por el cuello sin ninguna delicadeza. Le empuja y le saca de la celda. Hacía mucho que no veía otra cosa que esa celda en la que estaba. Le llevan hasta una sala amplia, con una silla en el centro, un foco que apunta a la misma, una cámara de vídeo en frente y unos tipos parados en la penumbra.- *Ya está, este es mi fin...* -Se dijo para sí mismo en un susurro. Pensando en que solo le quedaba resignarse, no había como escapar. Le sientan en la silla, le ponen unos grilletes en los pies. Una cinta en el pecho y una bolsa de tela negra en la cabeza. Un profundo gemido ahogado en miedo sale de su garganta con la boca entre abierta. Cierra los ojos y busca el recuerdo más feliz que pueda evocar.- *Cariño no corras cerca de la piscina, te puedes caer* -Recuerda la voz de su madre cuando él era pequeño...- *Deja que se divierta y si se cae, aprenderá solo qué es lo que debe y no hacer* -Ahora suena la voz de su padre. El mismo que sentado desde una tumbona estaba leyendo una revista de motos.- *Bueno ahora puede que me reúna con ellos... Que esta pesadilla acabe y todo esté bien... ¿No? * -La aceptación era lo único que le quedaba en su lista de fases por pasar. Se escuchan voces en japonés. Se notaban molestos, no sabía lo que estaba diciendo pero sonaban molestos... Nota un sonido metálico y sordo. Un arma de fuego. Por tener la cabeza tapada no supo qué era. Pero qué más daba saberlo o no. Su momento estaba marcado. No había mas... Quiso suplicar que le perdonasen la vida, prometer que nunca iba a volver a hacerlo y que no le iba a contar nada a nadie de lo que había pasado... Pero son Yakuzas... De nada le iba a servir suplicar por su vida.- *Solo espero que sea rápido... No podría aguantar otro agonico día. * -Siente en la gente que algo se apoya y le empuja levemente la cabeza para atrás. La garganta se le hace un nudo, la mente se le llena de cosas... Su vida pasa como los carretes de película de esos filmes antiguos, todo en color sepia, con un sonido lejano y difuminado. Los cumpleaños; Los momentos felices y tristes, las risas, los abrazos, las excursiones y los castigos. Todo aquello parecía desvanecerse en una bruma densa y se iba a perder en el olvido.- *Yego tu ola maldito vastaldo, vas a molil como el pelo que eles... Con nosotlos no se juega y menos se le puede lobal sin pagal con la vida.* -Dice la voz en una mala entonación del idioma. Puede que en otro momento hubiera arrancado en risas y hecho la burla. Pero esas eran las últimas palabras que iba a escuchar... Maldita ironia... Su muerte iba a ser una puta burla. Podria jurar que esos segundos le parecieron horas. Quería que se acabe, pero también que no lo haga. Hasta que a lo lejos se escuchan unos gritos, luego unos disparos y finalmente un golpe en la puerta de la sala donde se encuentra. Lo que supone que es el cañón de la pistola que tiene en la frente se desvía un poco ante el giro que hace su verdugo. Se escucha el disparo justo contra su oreja. Y un ardor le pasa por el lado de cabeza, por encima de la oreja. Un pitido hace que no pueda escuchar bien los gritos y disparos que se producen y hacen eco en esa sala. Finalmente se hace el silencio, algo que dura poco. Luego unos pasos acercarse. Le toman por la cabeza y lo mueven. Le quitan la bolsa de la cabeza y con los ojos entrecerrados, intenta enfocar y solo ve a un tipo en frente suyo. Le grita cosas, las entiende, solo sacude la cabeza asíntiendo y todo se apaga.- *¡SIGUE VIVO, ESTÁ HERIDO, ESTABA CONSCIENTE PERO AHORA SE HA DESMAYADO, LLEVEMOSLO AHORA!* -Fue lo último que pudo escuchar antes de que todo se apagase, no escuchara nada y a los pocos días despierte en una cama lleno de vendas, con una gasa en la cabeza y tapado hasta el cuello con una manta. No sentía su ropa, aunque ya no olía como un establo lleno de cerdos. Mira con dificultad ya que la luz le molesta, intentando enfocar y reconocer donde está. Estaba solo en aquel lugar. Pero estaba vivo, estaba curado y tenía otro día para poder vivir.- "Esto es el comienzo de su vida anterior y de su nueva vida, solo queda esperar que su pasado no le reclame aquello que se le escapó." Monorol 1 de varios.
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  • —Ha terminado en un restaurante japonés con un compañero de clase, el más friki. ¿Cómo será eso de comer con palillos? Seguiremos informando —
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  • Mis navidades son un buen whisky japonés y que cierto esposo mío se dedique a provocar a mi hielo.
    Mis navidades son un buen whisky japonés y que cierto esposo mío se dedique a provocar a mi hielo.
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  • *Historias de Folcrore Japonés*

    Ōmukade

    Cuentan las antiguas leyendas que los Ōmukade eran ciempiés colosales, engendros con la ferocidad de dragones, cuyos cuerpos serpenteaban por los rincones más inhóspitos del mundo. Se dice que uno de estos monstruos acechaba cerca de un puente en la remota prefectura de Shiga, su presencia oscureciendo los cielos y perturbando la tranquilidad de los viajeros que osaban cruzar. Las aguas torrentosas bajo el puente rugían como si compartieran el mismo odio implacable de la bestia, impidiendo el paso con su amenaza.

    Fue en este escenario de sombras donde un guerrero de gran renombre, Hidesato, decidió enfrentar lo imposible. Con el coraje como su única armadura, avanzó hacia el puente, y allí, en una feroz batalla que sacudió los cimientos de la tierra, hizo caer al monstruoso Ōmukade en las profundidades de las aguas embravecidas. Pero esta victoria fue solo el preludio de su destino.

    El verdadero desafío aguardaba en las faldas del Monte Mikami, donde un segundo Ōmukade, aún más terrible, aguardaba al valiente Hidesato. Este coloso, envuelto en un manto de escamas impenetrables, parecía invulnerable a los golpes de su espada y las flechas de su arco. Una y otra vez, las armas del guerrero rebotaban inofensivamente contra la dura armadura de la criatura, mientras la bestia soltaba gruñidos que resonaban como truenos en la montaña. La batalla se extendía, y Hidesato comenzaba a sentir el peso del cansancio, viendo cómo sus esperanzas se reducían a una sola flecha.

    En un acto de fe y desesperación, Hidesato tomó esa última flecha y, con el viento soplando a su favor, escupió sobre ella y elevó una plegaria a Hachiman, el dios de los guerreros, rogando por su intervención. Fue como si los cielos respondieran, y en ese instante, la flecha voló como un rayo, silbando en el aire cargado de presagios. Aquel proyectil bendecido encontró el único punto débil del monstruo, penetrando su armadura como si rompiera el cielo mismo. Con un rugido desgarrador que estremeció la montaña, el segundo Ōmukade cayó, derrotado por la mano del hombre y la voluntad de los dioses.

    Así, el guerrero Hidesato se alzó victorioso, su nombre grabado en la leyenda como aquel que domó a las bestias que ninguna espada pudo doblegar. Las aguas del puente y las faldas del monte Mikami se calmaron, y el eco de la hazaña resonó en los corazones de los hombres, recordando que incluso los monstruos más imponentes sucumben ante la valentía y la fe.

    *Historias de Folcrore Japonés* Ōmukade Cuentan las antiguas leyendas que los Ōmukade eran ciempiés colosales, engendros con la ferocidad de dragones, cuyos cuerpos serpenteaban por los rincones más inhóspitos del mundo. Se dice que uno de estos monstruos acechaba cerca de un puente en la remota prefectura de Shiga, su presencia oscureciendo los cielos y perturbando la tranquilidad de los viajeros que osaban cruzar. Las aguas torrentosas bajo el puente rugían como si compartieran el mismo odio implacable de la bestia, impidiendo el paso con su amenaza. Fue en este escenario de sombras donde un guerrero de gran renombre, Hidesato, decidió enfrentar lo imposible. Con el coraje como su única armadura, avanzó hacia el puente, y allí, en una feroz batalla que sacudió los cimientos de la tierra, hizo caer al monstruoso Ōmukade en las profundidades de las aguas embravecidas. Pero esta victoria fue solo el preludio de su destino. El verdadero desafío aguardaba en las faldas del Monte Mikami, donde un segundo Ōmukade, aún más terrible, aguardaba al valiente Hidesato. Este coloso, envuelto en un manto de escamas impenetrables, parecía invulnerable a los golpes de su espada y las flechas de su arco. Una y otra vez, las armas del guerrero rebotaban inofensivamente contra la dura armadura de la criatura, mientras la bestia soltaba gruñidos que resonaban como truenos en la montaña. La batalla se extendía, y Hidesato comenzaba a sentir el peso del cansancio, viendo cómo sus esperanzas se reducían a una sola flecha. En un acto de fe y desesperación, Hidesato tomó esa última flecha y, con el viento soplando a su favor, escupió sobre ella y elevó una plegaria a Hachiman, el dios de los guerreros, rogando por su intervención. Fue como si los cielos respondieran, y en ese instante, la flecha voló como un rayo, silbando en el aire cargado de presagios. Aquel proyectil bendecido encontró el único punto débil del monstruo, penetrando su armadura como si rompiera el cielo mismo. Con un rugido desgarrador que estremeció la montaña, el segundo Ōmukade cayó, derrotado por la mano del hombre y la voluntad de los dioses. Así, el guerrero Hidesato se alzó victorioso, su nombre grabado en la leyenda como aquel que domó a las bestias que ninguna espada pudo doblegar. Las aguas del puente y las faldas del monte Mikami se calmaron, y el eco de la hazaña resonó en los corazones de los hombres, recordando que incluso los monstruos más imponentes sucumben ante la valentía y la fe.
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    Cómo user me dirijire como KEIGO, no, no como en el anime, solo me gusta el nombre japonés

    Voy a preguntar a varios que opinan de mi vida y que quisieran hacer si pudieran controlar mi vida (problemas existenciales)
    Cómo user me dirijire como KEIGO, no, no como en el anime, solo me gusta el nombre japonés Voy a preguntar a varios que opinan de mi vida y que quisieran hacer si pudieran controlar mi vida (problemas existenciales)
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    || Que parche se lanzaron en WF, rework a las mascotas, nuevos mods de aumento, un ligero retoque al Warframe más olvidado del juego, una nueva Warframe con temática de folclore japonés, nuevas apariencias, más vale que tengo vacaciones (?)
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  • Con mi hermana Azuka 𝐈𝐬𝐡𝐭𝐚𝐫 Yokin en un festival japonés tradicional vestidos también para la ocasión
    Con mi hermana [HimariSeiryu] en un festival japonés tradicional vestidos también para la ocasión
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