• Antes de... Buscar a mis hijos... Debería de acomodarme en este mundo, debería de tener mi propio hogar, tener un trabajo...

    -Se encontraba en una cafetería, había agarrado un libro y leía las cosas que hacían los humanos para subsistir allí, esperaba su café, los humanos por su vestimenta lo miraban raro pero a el no le parecía importar, estaba mas centrado en lo que haría a futuro-
    Antes de... Buscar a mis hijos... Debería de acomodarme en este mundo, debería de tener mi propio hogar, tener un trabajo... -Se encontraba en una cafetería, había agarrado un libro y leía las cosas que hacían los humanos para subsistir allí, esperaba su café, los humanos por su vestimenta lo miraban raro pero a el no le parecía importar, estaba mas centrado en lo que haría a futuro-
    Me gusta
    1
    40 turnos 0 maullidos
  • -Ohita häntä, hän on täällä vain nähdäkseen, että sopimus on täysin voimassa... nyt... kerroitko minulle mitä halusit?

    En su mano había un pergamino, un pergamino hecho de piel con unas letras en un idioma que pocos conocían, pero que, al leerse, sin importar el idioma se entendía claramente, era un contrato de ceder el derecho de toda pertenencia del contratante al finalizar su vida. A cambio, tendría el poder de conseguir CASI lo que fuese.

    Tras un momento, se dio una ligera palmada en la frente, riendo un poco, y tras ese pequeño ademan de su propia torpeza, volvió a hablar con aquella persona.

    -Perdona mis modales, hablaré en un idioma que si puedas entender…. Decía que ignores al ser que se encuentra atrás de mí, el solo está aquí para ver que el contrato sea completamente valido... ahora... me decías ¿qué es lo que querías?
    -Ohita häntä, hän on täällä vain nähdäkseen, että sopimus on täysin voimassa... nyt... kerroitko minulle mitä halusit? En su mano había un pergamino, un pergamino hecho de piel con unas letras en un idioma que pocos conocían, pero que, al leerse, sin importar el idioma se entendía claramente, era un contrato de ceder el derecho de toda pertenencia del contratante al finalizar su vida. A cambio, tendría el poder de conseguir CASI lo que fuese. Tras un momento, se dio una ligera palmada en la frente, riendo un poco, y tras ese pequeño ademan de su propia torpeza, volvió a hablar con aquella persona. -Perdona mis modales, hablaré en un idioma que si puedas entender…. Decía que ignores al ser que se encuentra atrás de mí, el solo está aquí para ver que el contrato sea completamente valido... ahora... me decías ¿qué es lo que querías?
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
    Esto se ha publicado como Out Of Character.
    Tenlo en cuenta al responder.
    Lee esto para jugar conmigo

    La ortografía me enciende; Si escribes bonito, con mayúsculas, comas en su lugar y puntos al final, me tendrás ronroneando a tu merced 🫧 ⋆ 。˚

    Nadie debería narrar lo que hace, siente y como reacciona mi personaje, excepto yo. Déjame decidir cómo se sonroja, cómo se estremece… o cómo muerde. Te aseguro que será más divertido para ambos ;)

    Hazme sentir. No me des un listado seco de acciones; quiero contexto, chispa, tensión y espacio para reaccionar. Hazme suspirar, reír o retorcerme de ansiedad. Hazme desear leer la siguiente línea y te volverás mi prioridad 🫦

    Se mi cómplice. Juega conmigo, no contra mí. No se trata de quien es más fuerte, sino de divertirnos juntos. Si nos cuidamos, la química será deliciosa

    Mi personaje es bisexual: le atraen cuerpos, mentes y almas, sin importar sexo, raza, credo ni religión. Admito fetiches y peluditos, pero nada muy extremo (soy un poco romántica también u////u).

    Por fuera Sugar puede parecer dócil, obediente… pero por dentro hay un fuego dominante esperando su momento para girar el juego, no des por hecho que todo será obediencia, porque podrías llevarte una sorpresa

    Roleo tanto en publicaciones como en privado, con la extensión que surja, sin problemas

    Soy multiship, un alma libre y espontanea. Mi personaje puede vincularse de distintas formas y con distintas personas. La química manda, no los pactos ni las exigencias. Estoy abierta a tríos, triángulos amorosos y cualquier tipo de relación que surja ♡

    ¿Quieres tramar algo conmigo? ¡Te leo!
    💋 Lee esto para jugar conmigo 💋 La ortografía me enciende; Si escribes bonito, con mayúsculas, comas en su lugar y puntos al final, me tendrás ronroneando a tu merced 🫧 ⋆ 。˚ Nadie debería narrar lo que hace, siente y como reacciona mi personaje, excepto yo. Déjame decidir cómo se sonroja, cómo se estremece… o cómo muerde. Te aseguro que será más divertido para ambos ;) Hazme sentir. No me des un listado seco de acciones; quiero contexto, chispa, tensión y espacio para reaccionar. Hazme suspirar, reír o retorcerme de ansiedad. Hazme desear leer la siguiente línea y te volverás mi prioridad 🫦 Se mi cómplice. Juega conmigo, no contra mí. No se trata de quien es más fuerte, sino de divertirnos juntos. Si nos cuidamos, la química será deliciosa 💦 Mi personaje es bisexual: le atraen cuerpos, mentes y almas, sin importar sexo, raza, credo ni religión. Admito fetiches y peluditos, pero nada muy extremo (soy un poco romántica también u////u). Por fuera Sugar puede parecer dócil, obediente… pero por dentro hay un fuego dominante esperando su momento para girar el juego, no des por hecho que todo será obediencia, porque podrías llevarte una sorpresa 😈 Roleo tanto en publicaciones como en privado, con la extensión que surja, sin problemas 👌 Soy multiship, un alma libre y espontanea. Mi personaje puede vincularse de distintas formas y con distintas personas. La química manda, no los pactos ni las exigencias. Estoy abierta a tríos, triángulos amorosos y cualquier tipo de relación que surja ♡ ¿Quieres tramar algo conmigo? ¡Te leo! 🤗
    Me encocora
    Me gusta
    Me enjaja
    10
    21 comentarios 0 compartidos


  • Mᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ
    Mᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ
    Mᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ
    I ɢᴏᴛ ᴛʜᴇ ᴍᴀɢɪᴄ ɪɴ ᴍᴇ

    Tʜᴇsᴇ ᴛʀɪᴄᴋs ᴛʜᴀᴛ I'ʟʟ ᴀᴛᴛᴇᴍᴘᴛ ᴡɪʟʟ ʙʟᴏᴡ ʏᴏᴜʀ ᴍɪɴᴅ
    Pɪᴄᴋ ᴀ ᴠᴇʀsᴇ, ᴀɴʏ ᴠᴇʀsᴇ, I'ʟʟ ʜʏᴘɴᴏᴛɪsᴇ ʏᴏᴜ ᴡɪᴛʜ ᴇᴠᴇʀʏ ʟɪɴᴇ
    I'ʟʟ ɴᴇᴇᴅ ᴀ ᴠᴏʟᴜɴᴛᴇᴇʀ, ʜᴏᴡ ᴀʙᴏᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴇʏᴇs?
    Cᴏᴍᴇ ᴏɴ ᴅᴏᴡɴ ᴛᴏ ᴛʜᴇ ғʀᴏɴᴛ, sɪᴛ ʀɪɢʜᴛ ʜᴇʀᴇ ᴀɴᴅ ᴅᴏɴ'ᴛ ʙᴇ sʜʏ
    I'ʟʟ ʜᴀᴠᴇ ʏᴏᴜ ᴛɪᴍᴇ ᴛʀᴀᴠᴇʟʟɪɴ', ʜᴀᴠᴇ ʏᴏᴜʀ ᴍɪɴᴅ ʙᴀʙʙʟɪɴ'.


                                                       .•♫•♬••♬•♫•.

    Bᴇʜɪɴᴅ Tʜᴇ Sᴄᴇɴᴇs 」

    Ha-Rin se encontraba caracterizado como si fuese un vidente, alguien relacionado a la magia, a las cosas esotéricas. Frente a él tenía una mesa con velas, cartas, una esfera de cristal y varios objetos más que se utilizaban para la adivinación. El ambiente parecía sacado de una época en la que ese tipo de prácticas era habitual y la gente pagaba por obtener respuestas.

    Con una expresión solemne, coloca las manos sobre la bola de cristal por unos segundos, para después recitar palabras sin sentido, al mismo tiempo que mueve los dedos como si estuviese canalizando fuerzas invisibles y, acto seguido, comienza a murmurar:

    —Puedo sentir la energía fluyendo... veo tu futuro, tu destino. —Mientras menciona esto, apenas puede contener una sonrisa, pero el show debe continuar, así que se concentra, y su pequeño juego continúa en silencio, como si estuviese analizando la información que acaba de obtener, aunque, evidentemente, es una táctica para prolongar la expectación.

    Su siguiente acción es girar lentamente las cartas del tarot y analizar una a una con una seriedad fingida, antes de levantar la vista.

    —Aquí está el signo de la buena fortuna, de los nuevos comienzos, de la pasión. Pero espera... también está la carta de la conexión inevitable.

    Al final, se inclina hacia adelante y baja la voz, como si fuese a revelar el secreto más importante de todos:

    —¿Quieres saber la verdad? No importa cuántas cartas lea, cuánta energía invoque, cuántas líneas de la mano estudie, cuántas runas interprete. Sin importar el método, el destino siempre me dice lo mismo: tu fortuna, tu camino, tu persona predestinada... soy yo. —Con una risita suave y satisfecha, claramente encantado con su propio juego, levanta la bola de cristal un poco y la observa, maravillado por la luz misteriosa que refleja, antes de finalmente añadir:

    —En resumen, no importa lo que diga el universo, ni lo que se encuentre escrito en las estrellas, tu suerte siempre acaba en mí.
    「 🎙️📝 」 Mᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ Mᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ Mᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ, ᴍᴀɢɪᴄ I ɢᴏᴛ ᴛʜᴇ ᴍᴀɢɪᴄ ɪɴ ᴍᴇ Tʜᴇsᴇ ᴛʀɪᴄᴋs ᴛʜᴀᴛ I'ʟʟ ᴀᴛᴛᴇᴍᴘᴛ ᴡɪʟʟ ʙʟᴏᴡ ʏᴏᴜʀ ᴍɪɴᴅ Pɪᴄᴋ ᴀ ᴠᴇʀsᴇ, ᴀɴʏ ᴠᴇʀsᴇ, I'ʟʟ ʜʏᴘɴᴏᴛɪsᴇ ʏᴏᴜ ᴡɪᴛʜ ᴇᴠᴇʀʏ ʟɪɴᴇ I'ʟʟ ɴᴇᴇᴅ ᴀ ᴠᴏʟᴜɴᴛᴇᴇʀ, ʜᴏᴡ ᴀʙᴏᴜᴛ ʏᴏᴜ ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴇʏᴇs? Cᴏᴍᴇ ᴏɴ ᴅᴏᴡɴ ᴛᴏ ᴛʜᴇ ғʀᴏɴᴛ, sɪᴛ ʀɪɢʜᴛ ʜᴇʀᴇ ᴀɴᴅ ᴅᴏɴ'ᴛ ʙᴇ sʜʏ I'ʟʟ ʜᴀᴠᴇ ʏᴏᴜ ᴛɪᴍᴇ ᴛʀᴀᴠᴇʟʟɪɴ', ʜᴀᴠᴇ ʏᴏᴜʀ ᴍɪɴᴅ ʙᴀʙʙʟɪɴ'.                                                    .•♫•♬••♬•♫•. 「 🎥 Bᴇʜɪɴᴅ Tʜᴇ Sᴄᴇɴᴇs 」 Ha-Rin se encontraba caracterizado como si fuese un vidente, alguien relacionado a la magia, a las cosas esotéricas. Frente a él tenía una mesa con velas, cartas, una esfera de cristal y varios objetos más que se utilizaban para la adivinación. El ambiente parecía sacado de una época en la que ese tipo de prácticas era habitual y la gente pagaba por obtener respuestas. Con una expresión solemne, coloca las manos sobre la bola de cristal por unos segundos, para después recitar palabras sin sentido, al mismo tiempo que mueve los dedos como si estuviese canalizando fuerzas invisibles y, acto seguido, comienza a murmurar: —Puedo sentir la energía fluyendo... veo tu futuro, tu destino. —Mientras menciona esto, apenas puede contener una sonrisa, pero el show debe continuar, así que se concentra, y su pequeño juego continúa en silencio, como si estuviese analizando la información que acaba de obtener, aunque, evidentemente, es una táctica para prolongar la expectación. Su siguiente acción es girar lentamente las cartas del tarot y analizar una a una con una seriedad fingida, antes de levantar la vista. —Aquí está el signo de la buena fortuna, de los nuevos comienzos, de la pasión. Pero espera... también está la carta de la conexión inevitable. Al final, se inclina hacia adelante y baja la voz, como si fuese a revelar el secreto más importante de todos: —¿Quieres saber la verdad? No importa cuántas cartas lea, cuánta energía invoque, cuántas líneas de la mano estudie, cuántas runas interprete. Sin importar el método, el destino siempre me dice lo mismo: tu fortuna, tu camino, tu persona predestinada... soy yo. —Con una risita suave y satisfecha, claramente encantado con su propio juego, levanta la bola de cristal un poco y la observa, maravillado por la luz misteriosa que refleja, antes de finalmente añadir: —En resumen, no importa lo que diga el universo, ni lo que se encuentre escrito en las estrellas, tu suerte siempre acaba en mí.
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • —Vamos… otra vez… este… sí… entonces… tú puedes —

    susurró Daniel, con la voz apenas audible entre jadeos, mientras golpeaba el maniquí. Cada movimiento le costaba un esfuerzo sobrehumano; los brazos le ardían, los hombros temblaban y las piernas apenas lo sostenían. Cada golpe y cada giro drenaban su energía física y mental. La chispa de su magia lunar vibraba inestable en su mente, a punto de escapar y dejarlo completamente débil, pero no podía detenerse.

    Horas y horas habían pasado. Horas concentrado en guiar la energía lunar por sus runas invisibles, obligándose a mantener la chispa dentro de su mente, concentrando cada fragmento de voluntad. Cada respiración era un suplicio; el sudor le empapaba la frente y el pecho, la visión se le nublaba, y la fuerza de sus piernas se desvanecía poco a poco. Aun así, continuaba, porque debía ser suficiente, debía sostenerse firme, debía mantenerse como alguien en quien se pudiera confiar sin importar las circunstancias.

    Los murmullos del reino y la taberna aún resonaban en su cabeza, como cuchillos invisibles:

    “¿Ese es el futuro esposo de la princesa loca?”
    “Seguro que la princesa se cansará de él y encontrará a alguien mejor.”
    “Un Selene que ni controla su magia… qué vergüenza.”

    En los bares, hombres fuertes y arrogantes se burlaban de él, asegurando que podían conquistar mejor a la princesa loca que él, señalando su torpeza, su timidez, su inexperiencia. Cada risa, cada comentario, cada mirada de desprecio lo atravesaba, pero lo transformaba en impulso para seguir, recordándole que debía demostrar que podía sostenerse, que no podía fallar.

    —Si ella pudo… yo también puedo… —

    jadeó, la voz rota, con la visión borrosa y la energía lunar vibrando fuera de control. Hablaba de su hermana… todos se burlaban de que ella, a sus diez años, ya manejaba su magia y él, a sus diecinueve, apenas podía.

    —No importa que me queme… no importa que cada chispa me arrastre… debo sostenerme… debo ser suficiente… debo poder ser alguien que nunca falle…

    Se apoyó con ambas manos sobre el maniquí, temblando, arrastrando su cuerpo con esfuerzo, cada respiración corta y dolorosa. Cada chispa de energía parecía querer escapar de su mente, pero él la contenía con un esfuerzo monumental. Cada golpe al maniquí era un acto de voluntad, un desafío a la fatiga, al drenaje y a los recuerdos de desprecio.

    —Maldita sea… no puedo dejar que se me escape… solo un intento más… —

    susurró con dificultad, los dientes apretados, mientras la chispa vibraba y le quemaba la mente

    —. Horas… y aún sigo aquí… y no me importa… no me importa si cada fibra de mi cuerpo grita… debo sostenerme… debo ser firme… debo ser suficiente… para… para ella.

    El cuerpo le temblaba de manera casi incontrolable; cada respiración parecía arrancarle fuerzas, cada latido del corazón era un esfuerzo. La magia lunar estaba a punto de drenarlo por completo, pero Daniel resistía. No caía, no se desmayaba, aunque el límite estaba al alcance. Cada murmullo, cada burla, cada recuerdo de desprecio se transformaba en fuerza, recordándole que debía mantenerse firme, que no podía ceder.

    Sin saberlo, alguien ya lo observaba. Cada jadeo, cada temblor, cada chispa de magia inestable era visible para esa presencia silenciosa, pero Daniel no lo percibía. Su mundo estaba solo con su agotamiento, su concentración y la chispa que amenazaba con drenarlo por completo.

    Con un esfuerzo monumental, levantó la cabeza, concentró la chispa de energía que vibraba fuera de control y golpeó el maniquí una vez más, arrastrando su cuerpo tembloroso, casi sin fuerzas, pero aún firme. Sus ojos brillaban con determinación absoluta: seguiría siendo un soporte inquebrantable, aunque cada segundo le costara la vida, aunque cada chispa de magia intentara consumirlo por completo.

    Y aun así, respirando con dificultad, cada músculo vibrando por el esfuerzo, Daniel Selene seguía. Consciente. Débil. Al borde del colapso. Pero firme. Incansable. Imparable.

    Adriana Salvatore o Alexa Selene cualquiera de las 2 //
    —Vamos… otra vez… este… sí… entonces… tú puedes — susurró Daniel, con la voz apenas audible entre jadeos, mientras golpeaba el maniquí. Cada movimiento le costaba un esfuerzo sobrehumano; los brazos le ardían, los hombros temblaban y las piernas apenas lo sostenían. Cada golpe y cada giro drenaban su energía física y mental. La chispa de su magia lunar vibraba inestable en su mente, a punto de escapar y dejarlo completamente débil, pero no podía detenerse. Horas y horas habían pasado. Horas concentrado en guiar la energía lunar por sus runas invisibles, obligándose a mantener la chispa dentro de su mente, concentrando cada fragmento de voluntad. Cada respiración era un suplicio; el sudor le empapaba la frente y el pecho, la visión se le nublaba, y la fuerza de sus piernas se desvanecía poco a poco. Aun así, continuaba, porque debía ser suficiente, debía sostenerse firme, debía mantenerse como alguien en quien se pudiera confiar sin importar las circunstancias. Los murmullos del reino y la taberna aún resonaban en su cabeza, como cuchillos invisibles: “¿Ese es el futuro esposo de la princesa loca?” “Seguro que la princesa se cansará de él y encontrará a alguien mejor.” “Un Selene que ni controla su magia… qué vergüenza.” En los bares, hombres fuertes y arrogantes se burlaban de él, asegurando que podían conquistar mejor a la princesa loca que él, señalando su torpeza, su timidez, su inexperiencia. Cada risa, cada comentario, cada mirada de desprecio lo atravesaba, pero lo transformaba en impulso para seguir, recordándole que debía demostrar que podía sostenerse, que no podía fallar. —Si ella pudo… yo también puedo… — jadeó, la voz rota, con la visión borrosa y la energía lunar vibrando fuera de control. Hablaba de su hermana… todos se burlaban de que ella, a sus diez años, ya manejaba su magia y él, a sus diecinueve, apenas podía. —No importa que me queme… no importa que cada chispa me arrastre… debo sostenerme… debo ser suficiente… debo poder ser alguien que nunca falle… Se apoyó con ambas manos sobre el maniquí, temblando, arrastrando su cuerpo con esfuerzo, cada respiración corta y dolorosa. Cada chispa de energía parecía querer escapar de su mente, pero él la contenía con un esfuerzo monumental. Cada golpe al maniquí era un acto de voluntad, un desafío a la fatiga, al drenaje y a los recuerdos de desprecio. —Maldita sea… no puedo dejar que se me escape… solo un intento más… — susurró con dificultad, los dientes apretados, mientras la chispa vibraba y le quemaba la mente —. Horas… y aún sigo aquí… y no me importa… no me importa si cada fibra de mi cuerpo grita… debo sostenerme… debo ser firme… debo ser suficiente… para… para ella. El cuerpo le temblaba de manera casi incontrolable; cada respiración parecía arrancarle fuerzas, cada latido del corazón era un esfuerzo. La magia lunar estaba a punto de drenarlo por completo, pero Daniel resistía. No caía, no se desmayaba, aunque el límite estaba al alcance. Cada murmullo, cada burla, cada recuerdo de desprecio se transformaba en fuerza, recordándole que debía mantenerse firme, que no podía ceder. Sin saberlo, alguien ya lo observaba. Cada jadeo, cada temblor, cada chispa de magia inestable era visible para esa presencia silenciosa, pero Daniel no lo percibía. Su mundo estaba solo con su agotamiento, su concentración y la chispa que amenazaba con drenarlo por completo. Con un esfuerzo monumental, levantó la cabeza, concentró la chispa de energía que vibraba fuera de control y golpeó el maniquí una vez más, arrastrando su cuerpo tembloroso, casi sin fuerzas, pero aún firme. Sus ojos brillaban con determinación absoluta: seguiría siendo un soporte inquebrantable, aunque cada segundo le costara la vida, aunque cada chispa de magia intentara consumirlo por completo. Y aun así, respirando con dificultad, cada músculo vibrando por el esfuerzo, Daniel Selene seguía. Consciente. Débil. Al borde del colapso. Pero firme. Incansable. Imparable. [Adri_Salvatore] o [Alexbl] cualquiera de las 2 //
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • 𝗦𝗼𝗻 𝗢𝗳 𝗧𝗵𝗲 𝗠𝗼𝗼𝗻★
    #SliceOfLife

    “¿Las estrellas desean?" No, sería muy codicioso de nuestra parte desear algo al destino, pero tenemos voluntad propia. Así que, si algo amenazara la seguridad de mi madre, no me importaría la autodestrucción para conservar su existencia. Aunque la mía misma no significa mucho, sólo soy un pequeño fragmento del espacio y del universo.
    𝗦𝗼𝗻 𝗢𝗳 𝗧𝗵𝗲 𝗠𝗼𝗼𝗻★ #SliceOfLife “¿Las estrellas desean?" No, sería muy codicioso de nuestra parte desear algo al destino, pero tenemos voluntad propia. Así que, si algo amenazara la seguridad de mi madre, no me importaría la autodestrucción para conservar su existencia. Aunque la mía misma no significa mucho, sólo soy un pequeño fragmento del espacio y del universo.
    Me encocora
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • 𝑇𝑒 𝑛𝑒𝑐𝑒𝑠𝑖𝑡𝑜 𝑐𝑜𝑛𝑚𝑖𝑔𝑜..
    Fandom Harry Potter
    Categoría Drama
    𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎:

    જ⁀➴ Nora Woodward



    Sentía el peso en sus brazos. El peso de un cuerpo inerte. Había tenido esa pesadilla muchas veces. Pero hacía tiempo que no regresaba a él… ahora había vuelto, no era la misma, se entremezclaba con otros recuerdos, aquellos que realmente ahora si le perseguían.
    Su cuerpo había reaccionado por memoria muscular, por instinto. No era la primera vez que vivía aquello, no era la primera vez que perdía a la mujer de su vida…
    Orión había extendido los brazos, se había preparado para recibir el cuerpo de Nora, para sostenerlo, acunarlo, acompañarla, hacerle saber que no estaba sola…
    Pero la bruja era pura energía, y en eso se había convertido.

    No tenía un cuerpo sobre el que llorar, no quedaba un lugar al que ir a drenar su dolor… tan solo quedaban promesas rotas. Las de un futuro, las de felicidad, amor y esperanza.

    El auror despierta de golpe, en el sofá de su casa. No había vuelto a pisar las habitaciones desde que todo había ocurrido, y tampoco es que importara mucho viendo la poca cantidad de tiempo que conseguía dormir.
    Promesas rotas… todas. Tan solo una quedaba intacta.
    No esperaba poder mantener su palabra, aquel último juramento que había salido de sus labios. Pero aquella vez… aquella vez tenía amigos.
    Se había apoyado en Jessica, Cameron, y Violet. Ellos le habían ayudado, si no a superar su dolor, algo que no esperaba poder conseguir jamás, si a tratar de vivir con el.

    Fuera de aquellas horas temidas en las que la oscuridad le devolvía sus fantasmas, y de cara a la galería, Orión era un mago y un hombre casi renacido.

    Los informes de Jessica, y la pareja Keane/Barrow acerca de todo cuanto había pasado, habían limpiado su imagen hasta tal punto que sin llegar a saber bien como, lo habían ascendido, a ni más ni menos que, Jefe del Departamento de Aurores.
    Aquello no dejaba de sorprenderle, pero entre luchar contra el síndrome del impostor, gestionar un departamento entero, y reuniones interdepartamentales e interministeriales, tenía su mente y su día entero lo suficientemente ocupado como para no pensar.

    𝗨𝗻 𝗮𝗻̃𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲𝘀

    >>Los días pasaban sin que nada los detuviera, y antes de que nadie se pudiera dar cuenta, había pasado un año desde aquel terrible día en el que él había perdido su mundo por salvar el mundo entero.
    Violet había sido un gran apoyo para el auror, todos sus nuevos amigos, pero la Slytherin en concreto, desde el momento en el que le había abrazado en aquel sótano, parecía que se había empeñado en evitar que se hundiera, y por Merlín si lo había conseguido.

    Aquel día no sabía por qué, ya que no era un día especial, no era diferente al resto, se sentía ligeramente optimista, y había acudido al callejón Diagon con intención de enviar un detalle a Violet y su familia.
    Un juego nuevo de plumas y tinteros para Cameron, una pequeña quaffle de peluche para Minerva, y para Violet… un set variado de ingredientes para pociones.
    Aquello era lo último en su lista, y sin muchas ganas de caminar y buscar por más tiendas, entra en la primera botica que aparece a su paso.

    La sutil y aguda campanita vibra cuando abre la puerta y después de nuevo al cerrarse. Él murmura un saludo a la nada, ya que no veía a nadie tras el mostrador, y centra su atención en las estanterías que poblaban la pared, llenas de tarros de cristal de todos los tamaños y colores y llenos de todo lo que uno pudiera desear.
    Llevaba en la mano izquierda un pequeño tarro lleno de polvo de serpiente arbórea africana, como primera elección cuando una voz que detrás suyo hace que su corazón se salte dos latidos.

    — “𝐵𝑢𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑖́𝑎𝑠, ¿𝑝𝑢𝑒𝑑𝑜 𝑎𝑦𝑢𝑑𝑎𝑟𝑙𝑒?”

    Aquella voz hace que Orión en un solo segundo, se gire y su mano deje caer el pequeño bote que se estrella contra el suelo, haciéndose pedazos, del mismo modo que lo hace su mundo.
    Era ella, estaba frente a él, observándolo, esperando una respuesta a su pregunta, con una sonrisa amable, una preciosa sonrisa. Aquello no podia ser real… ¿estaba soñando? No… el peso de los paquetes que cargaba bajo su brazo izquierdo era muy real.

    — No puede ser… No eres…. — Su voz no es más que un susurro ininteligible, al menos hasta que inspira hondo, tratando de tragar un repentino nudo en la garganta, recomponerse y averiguar que está pasando. Claramente ella le miraba con amabilidad, pero sin ningún tipo de reconocimiento en sus ojos… —… si, es… es posible que sí. Busco hacerle un regalo a una buena amiga, una especie de lote indispensable para pociones… ¿crees que me puedes echar una mano? Soy… soy Orión, por cierto, y… perdona, perdona por este desastre.

    Estaba fuera de lugar, nadie se presentaba a la dependienta de una tienda, así sin más, pero tenía que probar suerte, necesitaba ver si su nombre despertaba algo en ella, aunque fuera una chispa.
    𝑠𝑡𝑎𝑟𝑡𝑒𝑟 𝑝𝑎𝑟𝑎: જ⁀➴ [JailOfwoxd] Sentía el peso en sus brazos. El peso de un cuerpo inerte. Había tenido esa pesadilla muchas veces. Pero hacía tiempo que no regresaba a él… ahora había vuelto, no era la misma, se entremezclaba con otros recuerdos, aquellos que realmente ahora si le perseguían. Su cuerpo había reaccionado por memoria muscular, por instinto. No era la primera vez que vivía aquello, no era la primera vez que perdía a la mujer de su vida… Orión había extendido los brazos, se había preparado para recibir el cuerpo de Nora, para sostenerlo, acunarlo, acompañarla, hacerle saber que no estaba sola… Pero la bruja era pura energía, y en eso se había convertido. No tenía un cuerpo sobre el que llorar, no quedaba un lugar al que ir a drenar su dolor… tan solo quedaban promesas rotas. Las de un futuro, las de felicidad, amor y esperanza. El auror despierta de golpe, en el sofá de su casa. No había vuelto a pisar las habitaciones desde que todo había ocurrido, y tampoco es que importara mucho viendo la poca cantidad de tiempo que conseguía dormir. Promesas rotas… todas. Tan solo una quedaba intacta. No esperaba poder mantener su palabra, aquel último juramento que había salido de sus labios. Pero aquella vez… aquella vez tenía amigos. Se había apoyado en Jessica, Cameron, y Violet. Ellos le habían ayudado, si no a superar su dolor, algo que no esperaba poder conseguir jamás, si a tratar de vivir con el. Fuera de aquellas horas temidas en las que la oscuridad le devolvía sus fantasmas, y de cara a la galería, Orión era un mago y un hombre casi renacido. Los informes de Jessica, y la pareja Keane/Barrow acerca de todo cuanto había pasado, habían limpiado su imagen hasta tal punto que sin llegar a saber bien como, lo habían ascendido, a ni más ni menos que, Jefe del Departamento de Aurores. Aquello no dejaba de sorprenderle, pero entre luchar contra el síndrome del impostor, gestionar un departamento entero, y reuniones interdepartamentales e interministeriales, tenía su mente y su día entero lo suficientemente ocupado como para no pensar. 𝗨𝗻 𝗮𝗻̃𝗼 𝗱𝗲𝘀𝗽𝘂𝗲𝘀 >>Los días pasaban sin que nada los detuviera, y antes de que nadie se pudiera dar cuenta, había pasado un año desde aquel terrible día en el que él había perdido su mundo por salvar el mundo entero. Violet había sido un gran apoyo para el auror, todos sus nuevos amigos, pero la Slytherin en concreto, desde el momento en el que le había abrazado en aquel sótano, parecía que se había empeñado en evitar que se hundiera, y por Merlín si lo había conseguido. Aquel día no sabía por qué, ya que no era un día especial, no era diferente al resto, se sentía ligeramente optimista, y había acudido al callejón Diagon con intención de enviar un detalle a Violet y su familia. Un juego nuevo de plumas y tinteros para Cameron, una pequeña quaffle de peluche para Minerva, y para Violet… un set variado de ingredientes para pociones. Aquello era lo último en su lista, y sin muchas ganas de caminar y buscar por más tiendas, entra en la primera botica que aparece a su paso. La sutil y aguda campanita vibra cuando abre la puerta y después de nuevo al cerrarse. Él murmura un saludo a la nada, ya que no veía a nadie tras el mostrador, y centra su atención en las estanterías que poblaban la pared, llenas de tarros de cristal de todos los tamaños y colores y llenos de todo lo que uno pudiera desear. Llevaba en la mano izquierda un pequeño tarro lleno de polvo de serpiente arbórea africana, como primera elección cuando una voz que detrás suyo hace que su corazón se salte dos latidos. — “𝐵𝑢𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑑𝑖́𝑎𝑠, ¿𝑝𝑢𝑒𝑑𝑜 𝑎𝑦𝑢𝑑𝑎𝑟𝑙𝑒?” Aquella voz hace que Orión en un solo segundo, se gire y su mano deje caer el pequeño bote que se estrella contra el suelo, haciéndose pedazos, del mismo modo que lo hace su mundo. Era ella, estaba frente a él, observándolo, esperando una respuesta a su pregunta, con una sonrisa amable, una preciosa sonrisa. Aquello no podia ser real… ¿estaba soñando? No… el peso de los paquetes que cargaba bajo su brazo izquierdo era muy real. — No puede ser… No eres…. — Su voz no es más que un susurro ininteligible, al menos hasta que inspira hondo, tratando de tragar un repentino nudo en la garganta, recomponerse y averiguar que está pasando. Claramente ella le miraba con amabilidad, pero sin ningún tipo de reconocimiento en sus ojos… —… si, es… es posible que sí. Busco hacerle un regalo a una buena amiga, una especie de lote indispensable para pociones… ¿crees que me puedes echar una mano? Soy… soy Orión, por cierto, y… perdona, perdona por este desastre. Estaba fuera de lugar, nadie se presentaba a la dependienta de una tienda, así sin más, pero tenía que probar suerte, necesitaba ver si su nombre despertaba algo en ella, aunque fuera una chispa.
    Tipo
    Grupal
    Líneas
    Cualquier línea
    Estado
    Disponible
    Me gusta
    1
    0 turnos 0 maullidos
  • #Dubái
    #Playa

    — No es que yo quiera espiar, pero si hacen cosas raras en la playa, ¿Cómo podría ignorarlo?

    Afortunadamente había llevado su cámara para observar con más detalle. Incluso unas personas habían empezado a besarse tan explícito sin importar nada, hizo una mueca de disgusto, pero continuó observado curioso.
    #Dubái #Playa — No es que yo quiera espiar, pero si hacen cosas raras en la playa, ¿Cómo podría ignorarlo? Afortunadamente había llevado su cámara para observar con más detalle. Incluso unas personas habían empezado a besarse tan explícito sin importar nada, hizo una mueca de disgusto, pero continuó observado curioso.
    Me gusta
    Me encocora
    2
    0 turnos 0 maullidos
  • — Buenos días, mis queridos espectros y aberraciones del inframundo, el día de hoy les traigo algo que podemos analizar. En esta imagen podemos ver varios detalles interesantes:

    Primero: Un centennial distraído por la tecnología, ignorando los peligros terribles del mundo real.

    Segundo: Una mujer feminista agachando la mirada ante el problema y poniéndose a ella por encima del resto.

    Tercero: Un macho alfa protegiendo al niño de graves lesiones, sin importarle su integridad física.

    Y para finalizar: Dos maestros Jedi usando la fuerza para detener el artefacto.

    ¡Ya basta de estupideces!
    ¡Alcιdεмσ Aтнεиεσ entregame la tierra! ¡Mira lo que tus queridos humanos hacen!
    — Buenos días, mis queridos espectros y aberraciones del inframundo, el día de hoy les traigo algo que podemos analizar. En esta imagen podemos ver varios detalles interesantes: Primero: Un centennial distraído por la tecnología, ignorando los peligros terribles del mundo real. Segundo: Una mujer feminista agachando la mirada ante el problema y poniéndose a ella por encima del resto. Tercero: Un macho alfa protegiendo al niño de graves lesiones, sin importarle su integridad física. Y para finalizar: Dos maestros Jedi usando la fuerza para detener el artefacto. ¡Ya basta de estupideces! ¡[Atheneo_God29] entregame la tierra! ¡Mira lo que tus queridos humanos hacen!
    Me enjaja
    Me gusta
    4
    1 turno 0 maullidos
  • Cada flash de las cámaras parecía cegarlo un poco más, sin importar a dónde mirara. En realidad, no era algo que le molestaba. De hecho, amaba ser el centro de atención y que los flashes lo inundaran, pero no en ese momento. No con tantas estupideces por preguntas.

    —Jack, ¿acaso no te interesa el poner las personas a salvo?

    —¿No puedes controlar tus poderes?

    —¿Por qué los civiles deben sufrir las consecuencias de tus actos egoístas?

    Y así, un sinfín de preguntas más. Desde hacía varios minutos atrás el rubio se había cansado de escucharlos. Era tan fácil como hacer que se desintegren en ese mismo instante. Solo así iba a conseguir silencio.

    Inhaló profundo, con sus dedos entrelazados, manos encima de la mesa en frente de donde estaba sentado.

    —No los entiendo. ¿A qué vienen esas quejas? —trató de sonar calmado, fallando un poco en el intento— Déjenme preguntarles algo: ¿quieren un trabajo rápido para acabar con la amenaza mayor o quieren que actúe de manera delicada, calculando cada acción, y que se junten cadáveres mientras tanto? No pueden ser ambas cosas. Elijan una.

    Su hablar directo dejó solo pequeños murmullos alrededor, él sonrió satisfecho.

    —Es lo que creí.

    Esas palabras empezaron a repetirse por toda radio y televisión como disco rayado. Tal vez no fue el mejor movimiento, pero no iba a dejar que menospreciaran su trabajo cuando deberían estar agradeciéndole. Por algo ellos dependían de los Supers y no al revés.
    Cada flash de las cámaras parecía cegarlo un poco más, sin importar a dónde mirara. En realidad, no era algo que le molestaba. De hecho, amaba ser el centro de atención y que los flashes lo inundaran, pero no en ese momento. No con tantas estupideces por preguntas. —Jack, ¿acaso no te interesa el poner las personas a salvo? —¿No puedes controlar tus poderes? —¿Por qué los civiles deben sufrir las consecuencias de tus actos egoístas? Y así, un sinfín de preguntas más. Desde hacía varios minutos atrás el rubio se había cansado de escucharlos. Era tan fácil como hacer que se desintegren en ese mismo instante. Solo así iba a conseguir silencio. Inhaló profundo, con sus dedos entrelazados, manos encima de la mesa en frente de donde estaba sentado. —No los entiendo. ¿A qué vienen esas quejas? —trató de sonar calmado, fallando un poco en el intento— Déjenme preguntarles algo: ¿quieren un trabajo rápido para acabar con la amenaza mayor o quieren que actúe de manera delicada, calculando cada acción, y que se junten cadáveres mientras tanto? No pueden ser ambas cosas. Elijan una. Su hablar directo dejó solo pequeños murmullos alrededor, él sonrió satisfecho. —Es lo que creí. Esas palabras empezaron a repetirse por toda radio y televisión como disco rayado. Tal vez no fue el mejor movimiento, pero no iba a dejar que menospreciaran su trabajo cuando deberían estar agradeciéndole. Por algo ellos dependían de los Supers y no al revés.
    Me gusta
    3
    0 turnos 0 maullidos
Ver más resultados
Patrocinados