• El deseo de protección crece.
    Si, mi deber es cuidar de Stella.
    Velar por su bienestar.
    Por su felicidad.
    El deseo de protección crece. Si, mi deber es cuidar de Stella. Velar por su bienestar. Por su felicidad.
    Me shockea
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  • Como antes, pero después
    Fandom N/A
    Categoría Slice of Life
    ㅤ╰─► 𝑹𝒐𝒍 𝒕𝒐::
    ㅤㅤㅤㅤㅤOlivia Romero

    223 días.

    Esa era la cuenta exacta que llevaba Kazuha en una nota mental, y probablemente ya perdida entre el caos que era su mente. Doscientos veintitrés días desde que había estrellado su camioneta contra el elegante escaparate de una librería en el centro de la ciudad. Doscientos veintiuno desde que un juez, con evidente falta de imaginación, le había arrebatado su licencia de conducir por tercera vez. Doscientos diecisiete desde que había dejado abandonado el vehículo, con el capó aún humeante, en el taller mecánico.

    172 días desde que el mecánico le envió un mensaje:
    "Señora, su vehículo está listo."

    142 días desde el ultimátum, donde la resignación se tornó en un dejo de exasperación:
    "Señora, venga por su camioneta, ya está lista desde hace mas de un mes. Y págueme."

    ¿Señora? ¿SEÑORA? La palabra le había estado resonando en el cráneo durante semanas, cada sílaba un insulto a su eterna juventud y su caótico esplendor. ¿Ella? ¡¿Una señora?! Claro que aquella ofensa fue excusa suficiente para que su deuda se extendiera, pudriéndose en el olvido junto a otras facturas y advertencias sociales... hasta hoy.

    Hoy, finalmente, se había dignado a aparecer. Hoy, el aburrimiento había sido más fuerte que el orgullo.

    Tal vez fue su figura menuda, sus 1.58 metros de altura, o la mirada de absoluto desdén lo que hizo que el mecánico, quien ni siquiera la recordaba, la llamara 'Chiquilla'. Y por supuesto que la palabra también la ofendió, profundamente, pero sonaba menos a resignación y más a algo que podía aceptar. Pagó en efectivo, el origen del dinero era mejor no cuestionarlo, y recuperó las llaves.

    Ahora, una mano en el volante, un pie en el acelerador, una licencia de conducir inexistente y una responsabilidad que brillaba por su ausencia, Kazuha salió del taller. Con la otra mano, ya buscaba su móvil, los ojos saltando entre la carretera y la pantalla con una temeridad que era su sello personal. ¿Responsabilidad? Eso, si acaso, era el nombre de un plato aburrido que nunca probaría.

    : ¡Liiiiiiv!
    : -sticker de gato conduciendo-
    : Cancela todos tus planes para hoy...

    El mensaje partió. Sus dedos, ágiles e imprudentes, continuaron su danza sobre la pantalla, tejiendo una verdad a medias con la urgencia de quien teme que la razón la alcance.

    : ¡Vamos de viaje! Prepara tus cosas...
    : Nada de outfits de señorita perfecta. Vamos a... acampar, sí.

    Se le acababa de ocurrir en el mismo instante en que lo escribía, pero la idea, una vez plasmada en aquel mensaje, se convirtió en un decreto irrevocable. Ahora hablaba en serio.

    : A la intemperie. Con insectos, y esas cosas...

    Un semáforo se puso rojo frente a ella. Frenó en seco. En el silencio repentino, interrumpido solo por el ruido del motor, la duda, un monstruo raro y familiar, posó su garra en su estómago. ¿Y si Liv decía que no? ¿Y si los puentes no solo estaban rotos, sino reducidos a cenizas que ni siquiera ella podía reconstruir? El fantasma de una última pelea, de las palabras no dichas y los silencios que pesaban más que gritos, se cernió sobre ella por un segundo.

    Entonces, el semáforo cambió a verde. Un claxon furioso sonó detrás de ella. Kazuha pisó el acelerador como si estuviera aplastando la misma duda, la camioneta arrancó con una sacudida. La duda no tenía cabida en su mundo; solo la acción la tenía. Tomó el teléfono otra vez, la determinación ahogando el miedo.

    : Ya voy en camino... No puedes decir que no. Ni lo intentes.

    Mentira. Podía. ¡Claro que podía!. Liv siempre había podido ponerle un alto. Siempre había sido la única capaz de trazar una línea infranqueable. Esa era una de las razones por la que su amistad, en otro tiempo, había valido cada grieta y cada cicatriz. Pero esta vez, no iba a detenerse. Giró el volante, tomando la ruta que conducía al apartamento de Olivia. En el asiento del copiloto, una pequeña maleta contenía lo esencial para ella: un par de conjuntos deportivos, una chaqueta de cuero, y una caja de doce jugos de fruta. ¿Y lo demás? ¿Carpas, sleeping bags, comida...? Si, bueno, eso era un problema para la Kazuha del futuro, que probablemente lo resolvería en la primera tienda que encontrara en el camino, sin importar el costo o la practicidad.

    Mientras conducía, con el cristal de la ventana a medio bajar y su cabello negro flotando contra el viento por la velocidad, los pensamientos acudían a ella. ¿Cuántos años habían pasado desde la última vez que hicieron algo así? No los de calendario... sino los de verdad, los que se miden en risas compartidas que duelen en el costado, en secretos susurrados bajo las sábanas durante una pijamada, en la complicidad silenciosa de saberse entendidas sin necesidad de palabras.. Ya no serían tres, claro. Esa época había quedado atrás, enterrada bajo los escombros de un corazón roto y elecciones que aún dolían. Esta vez serían solo ellas dos. Pero en ese momento, acelerando hacia el apartamento de Olivia, o tal vez mas bien hacia un futuro incierto, sintió que ellas dos podían ser, una vez más, un universo completo.
    ㅤ╰─► 𝑹𝒐𝒍 𝒕𝒐:: ㅤㅤㅤㅤㅤ[flash_brass_tiger_817] ✦ 223 días. Esa era la cuenta exacta que llevaba Kazuha en una nota mental, y probablemente ya perdida entre el caos que era su mente. Doscientos veintitrés días desde que había estrellado su camioneta contra el elegante escaparate de una librería en el centro de la ciudad. Doscientos veintiuno desde que un juez, con evidente falta de imaginación, le había arrebatado su licencia de conducir por tercera vez. Doscientos diecisiete desde que había dejado abandonado el vehículo, con el capó aún humeante, en el taller mecánico. 172 días desde que el mecánico le envió un mensaje: "Señora, su vehículo está listo." 142 días desde el ultimátum, donde la resignación se tornó en un dejo de exasperación: "Señora, venga por su camioneta, ya está lista desde hace mas de un mes. Y págueme." ¿Señora? ¿SEÑORA? La palabra le había estado resonando en el cráneo durante semanas, cada sílaba un insulto a su eterna juventud y su caótico esplendor. ¿Ella? ¡¿Una señora?! Claro que aquella ofensa fue excusa suficiente para que su deuda se extendiera, pudriéndose en el olvido junto a otras facturas y advertencias sociales... hasta hoy. Hoy, finalmente, se había dignado a aparecer. Hoy, el aburrimiento había sido más fuerte que el orgullo. Tal vez fue su figura menuda, sus 1.58 metros de altura, o la mirada de absoluto desdén lo que hizo que el mecánico, quien ni siquiera la recordaba, la llamara 'Chiquilla'. Y por supuesto que la palabra también la ofendió, profundamente, pero sonaba menos a resignación y más a algo que podía aceptar. Pagó en efectivo, el origen del dinero era mejor no cuestionarlo, y recuperó las llaves. Ahora, una mano en el volante, un pie en el acelerador, una licencia de conducir inexistente y una responsabilidad que brillaba por su ausencia, Kazuha salió del taller. Con la otra mano, ya buscaba su móvil, los ojos saltando entre la carretera y la pantalla con una temeridad que era su sello personal. ¿Responsabilidad? Eso, si acaso, era el nombre de un plato aburrido que nunca probaría. 📱💬: ¡Liiiiiiv! 📱💬: -sticker de gato conduciendo- 📱💬: Cancela todos tus planes para hoy... El mensaje partió. Sus dedos, ágiles e imprudentes, continuaron su danza sobre la pantalla, tejiendo una verdad a medias con la urgencia de quien teme que la razón la alcance. 📱💬: ¡Vamos de viaje! Prepara tus cosas... 📱💬: Nada de outfits de señorita perfecta. Vamos a... acampar, sí. Se le acababa de ocurrir en el mismo instante en que lo escribía, pero la idea, una vez plasmada en aquel mensaje, se convirtió en un decreto irrevocable. Ahora hablaba en serio. 📱💬: A la intemperie. Con insectos, y esas cosas... Un semáforo se puso rojo frente a ella. Frenó en seco. En el silencio repentino, interrumpido solo por el ruido del motor, la duda, un monstruo raro y familiar, posó su garra en su estómago. ¿Y si Liv decía que no? ¿Y si los puentes no solo estaban rotos, sino reducidos a cenizas que ni siquiera ella podía reconstruir? El fantasma de una última pelea, de las palabras no dichas y los silencios que pesaban más que gritos, se cernió sobre ella por un segundo. Entonces, el semáforo cambió a verde. Un claxon furioso sonó detrás de ella. Kazuha pisó el acelerador como si estuviera aplastando la misma duda, la camioneta arrancó con una sacudida. La duda no tenía cabida en su mundo; solo la acción la tenía. Tomó el teléfono otra vez, la determinación ahogando el miedo. 📱💬: Ya voy en camino... No puedes decir que no. Ni lo intentes. Mentira. Podía. ¡Claro que podía!. Liv siempre había podido ponerle un alto. Siempre había sido la única capaz de trazar una línea infranqueable. Esa era una de las razones por la que su amistad, en otro tiempo, había valido cada grieta y cada cicatriz. Pero esta vez, no iba a detenerse. Giró el volante, tomando la ruta que conducía al apartamento de Olivia. En el asiento del copiloto, una pequeña maleta contenía lo esencial para ella: un par de conjuntos deportivos, una chaqueta de cuero, y una caja de doce jugos de fruta. ¿Y lo demás? ¿Carpas, sleeping bags, comida...? Si, bueno, eso era un problema para la Kazuha del futuro, que probablemente lo resolvería en la primera tienda que encontrara en el camino, sin importar el costo o la practicidad. Mientras conducía, con el cristal de la ventana a medio bajar y su cabello negro flotando contra el viento por la velocidad, los pensamientos acudían a ella. ¿Cuántos años habían pasado desde la última vez que hicieron algo así? No los de calendario... sino los de verdad, los que se miden en risas compartidas que duelen en el costado, en secretos susurrados bajo las sábanas durante una pijamada, en la complicidad silenciosa de saberse entendidas sin necesidad de palabras.. Ya no serían tres, claro. Esa época había quedado atrás, enterrada bajo los escombros de un corazón roto y elecciones que aún dolían. Esta vez serían solo ellas dos. Pero en ese momento, acelerando hacia el apartamento de Olivia, o tal vez mas bien hacia un futuro incierto, sintió que ellas dos podían ser, una vez más, un universo completo.
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  • Habían transcurrido casi tres días desde la misteriosa aparición de 𝕸𝐞𝐥𝐢𝐧𝐚 𝕱𝐢𝐫𝐞𝐛𝐥𝐨𝐨𝐦 en el templo Aihara. Surgió de un portal, sin entender el cómo ni el porqué… pero el destino, en su eterno capricho, rara vez ofrecía explicaciones.

    La muchacha había llegado al borde de la muerte, con heridas imposibles de sobrevivir. Habría exhalado su último aliento de no ser porque aquel portal, por algún designio divino o travesura del azar, se abrió justo ante el santuario del zorro.

    Kazuo la salvó del único modo que conocía: invocando su don de sanación. Un poder tan prodigioso como peligroso, pues cada vez que lo usaba, una parte de su propia energía vital se desvanecía con él.

    Después de varios forcejeos de orgullo y obstinación entre ambos, alcanzaron finalmente un pacto. Si Melina seguía sus indicaciones al pié de la letra para poder sanar, él prometería descansar y recuperar sus fuerzas.

    Esa tarde, el kitsune había prometido llevarla a recorrer los alrededores del templo. Sus energías ya casi se habían restablecido, pero la tibieza del sol otoñal lo envolvió con una dulzura irresistible. Poco a poco, la luz dorada lo arrulló, y el zorro acabó rindiéndose a un sueño profundo y sereno.

    La joven llegaría puntual a su encuentro. Con el único inconveniente, de comprobar, que su acompañante había sido vencido por un ligero sueño.
    Habían transcurrido casi tres días desde la misteriosa aparición de [Fire.bl00m] en el templo Aihara. Surgió de un portal, sin entender el cómo ni el porqué… pero el destino, en su eterno capricho, rara vez ofrecía explicaciones. La muchacha había llegado al borde de la muerte, con heridas imposibles de sobrevivir. Habría exhalado su último aliento de no ser porque aquel portal, por algún designio divino o travesura del azar, se abrió justo ante el santuario del zorro. Kazuo la salvó del único modo que conocía: invocando su don de sanación. Un poder tan prodigioso como peligroso, pues cada vez que lo usaba, una parte de su propia energía vital se desvanecía con él. Después de varios forcejeos de orgullo y obstinación entre ambos, alcanzaron finalmente un pacto. Si Melina seguía sus indicaciones al pié de la letra para poder sanar, él prometería descansar y recuperar sus fuerzas. Esa tarde, el kitsune había prometido llevarla a recorrer los alrededores del templo. Sus energías ya casi se habían restablecido, pero la tibieza del sol otoñal lo envolvió con una dulzura irresistible. Poco a poco, la luz dorada lo arrulló, y el zorro acabó rindiéndose a un sueño profundo y sereno. La joven llegaría puntual a su encuentro. Con el único inconveniente, de comprobar, que su acompañante había sido vencido por un ligero sueño.
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  • Lilian Carson

    -La ciudad amanecía gris, envuelta en una llovizna fina que parecía no querer decidir si quedarse o irse. Las gotas repicaban suaves sobre la gabardina de Bondrewd, mientras caminaba con un pequeño ramo de flores envuelto con aquel papel marron, algunas flores blancas, rosas y azules que eran adornadas por aquel liston rojo, elegidas sin pretensión, pero con una intención que no necesitaba palabras-

    -El detective había salido poco más temprano de su casa, caminando sin prisa por aquellas calles después de haber salido del trabajo, con el cigarro apagado entre los labios, No era su costumbre regalar flores, Tampoco visitar lugares que olían tanto a recuerdos, pero esa tarde era diferente-

    -En medio de aquel parque en dónde más de una vez jugaron, se encontraba una pequeña banca de color blanco algo despintada y en ella estaba sentada una chica que parecía buscar algo con la mirada-

    Ha pasado un año....bastante rápido

    -murmuró al verla antes de acercarse y después sentarse a su lado con aquel silencio que siempre lo caracterizo-

    -el eco de risas infantiles resonaba en su memoria.
    Y entre ellas, la de Lilian, la única que alguna vez lo llamó “Bondy” sin temor ni burla-

    Feliz cumpleaños

    -exclamo mientras extendía su mano dándole aquellas flores mientras sus ojos se encontraban con los de su amiga-
    [1HAPPYLULU1] -La ciudad amanecía gris, envuelta en una llovizna fina que parecía no querer decidir si quedarse o irse. Las gotas repicaban suaves sobre la gabardina de Bondrewd, mientras caminaba con un pequeño ramo de flores envuelto con aquel papel marron, algunas flores blancas, rosas y azules que eran adornadas por aquel liston rojo, elegidas sin pretensión, pero con una intención que no necesitaba palabras- -El detective había salido poco más temprano de su casa, caminando sin prisa por aquellas calles después de haber salido del trabajo, con el cigarro apagado entre los labios, No era su costumbre regalar flores, Tampoco visitar lugares que olían tanto a recuerdos, pero esa tarde era diferente- -En medio de aquel parque en dónde más de una vez jugaron, se encontraba una pequeña banca de color blanco algo despintada y en ella estaba sentada una chica que parecía buscar algo con la mirada- Ha pasado un año....bastante rápido -murmuró al verla antes de acercarse y después sentarse a su lado con aquel silencio que siempre lo caracterizo- -el eco de risas infantiles resonaba en su memoria. Y entre ellas, la de Lilian, la única que alguna vez lo llamó “Bondy” sin temor ni burla- Feliz cumpleaños -exclamo mientras extendía su mano dándole aquellas flores mientras sus ojos se encontraban con los de su amiga-
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  • Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    Tenlo en cuenta al responder.
    Siento estar tan desaparecida! estoy poco motivada para el rol :(
    Siento estar tan desaparecida! estoy poco motivada para el rol :(
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  • ㅤ -- el amor no tiene que ㅤ ser una contienda,ㅤ no debe ser forzado, ㅤ una exigenda o una ㅤ petición.

    el amor supone ㅤ seguridad, confianza y dedicaciónㅤ al hilo rojo que ㅤ trazan dos almas; ㅤ sin intervenciones, con sus buenos ㅤ y malos momentos, ㅤ con diálogo entreㅤ medio.

    ㅤ y mi futura ㅤ esposa no necesita ㅤ un collar en el cuello ㅤ con una larga cadena de ㅤ desconfianza, la conocí libre ㅤ y la amare ㅤ libreㅤ sin importar lo que digan ㅤ los demásㅤ .ㅤ solo yo y nadie ㅤ más que yoㅤ conozco su amor.--
    ㅤ -- el amor no tiene que ㅤ ser una contienda,ㅤ no debe ser forzado, ㅤ una exigenda o una ㅤ petición. el amor supone ㅤ seguridad, confianza y dedicaciónㅤ al hilo rojo que ㅤ trazan dos almas; ㅤ sin intervenciones, con sus buenos ㅤ y malos momentos, ㅤ con diálogo entreㅤ medio. ㅤ y mi futura ㅤ esposa no necesita ㅤ un collar en el cuello ㅤ con una larga cadena de ㅤ desconfianza, la conocí libre ㅤ y la amare ㅤ libreㅤ sin importar lo que digan ㅤ los demásㅤ .ㅤ solo yo y nadie ㅤ más que yoㅤ conozco su amor.--
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  • « Ha estado yendo por el vecindario robando dulces aprovechando las festividades. Al final del día el único vicio que tenía la pelinegra era comer y fumar. También para que mentir, quizás alguna que otra botella de alcohol. »
    « Ha estado yendo por el vecindario robando dulces aprovechando las festividades. Al final del día el único vicio que tenía la pelinegra era comer y fumar. También para que mentir, quizás alguna que otra botella de alcohol. »
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  • ────Ah, no hay nada como un buen paseo para soltar el estrés después de un largo día de grabaciones. Tal vez debería sacar mi guitarra... este lugar tiene toda esa energía que pide a gritos una tarde de fogata, malvaviscos y música.
    ────Ah, no hay nada como un buen paseo para soltar el estrés después de un largo día de grabaciones. Tal vez debería sacar mi guitarra... este lugar tiene toda esa energía que pide a gritos una tarde de fogata, malvaviscos y música.
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  • Corona perdida (Rol Privado)
    Fandom Original Character
    Categoría Otros
    La guerra, aquella que arrebata vidas y solo trae la muerte, la desgracia, el dolor y la tristeza de perder todo aquello que te importa. Un suceso que si bien para algunos puede resultar algo positivo al ganar, para otros es una tragedia. La sangre derramada, los cuerpos fallecidos por los campos de batalla y las calles que antes estaban llenas de vida ahora solo están teñidas de un tono rojizo que lleva consigo la muerte.

    Anne Smirnov era una joven perteneciente a la realeza que lo había perdido todo, sus padres habían perdido la vida durante una guerra que fue causada por enfrentamientos políticos.

    ¨Crueldad, el ser humano es cruel¨ , eso era todo lo que podía pensar la joven de cabellos dorados. Sus ropajes estaban hechos polvo, algunas zonas de su vestido estaban rotas o algo decoloradas, manchadas con tierra. Sus pies estaban destrozados, llenos de heridas que le dolían con cada paso que daba y sus manos estaban llenas de arañazos y sangre seca. Había estado huyendo durante días, incluso semanas y se notaba en su desaliñada apariencia. La muchacha no tenía un rumbo fijo, no tenía ningún destino al que ir pues en ningún lado era bien vista. Todos la evitaban al verla en caso de que pasara por algún poblado, a nadie le interesaba realmente que necesitase ayuda ya que ya tenían suficientes problemas con la escasez de comida y las sequías.

    ✧----------------➣

    La esperanza ya había desaparecido por completo de sus ojos, su cuerpo estaba débil por el cansancio, huir ya era un completo desgaste tanto mental como físico, ¿Qué sentido tenía escapar de la muerte si aun así iba a morir igual?

    Anne había llegado montada a caballo a una ciudad pegada a la costa del mar, donde su principal encanto eran los grandes puertos para barcos donde cualquiera podía atracar su barco. Bajó del animal una vez cruzó la entrada y comenzó a pasear por las calles a paso lento. Cada paso que daba parecía arrastrarse ya que se tambaleaba todo el rato, su cuerpo era pesado pero aún así siguió avanzando. Sus pies terminaron por detenerse frente a una taberna en la que entró .

    —Disculpe—Un pequeño hilo de voz salió de entre sus labios mientras se apoyaba en la barra—Necesito algo de comida por favor.

    No tenía nada con que pagar, todas las joyas que anteriormente había llevado encima las había usado para poder pagar en otras ocasiones, así que cuando el tabernero vio que la chica no llevaba nada encima para pagarle comenzó a hacer un pequeño espectáculo que pudo captar la atención de todo aquel que estuviese dentro del establecimiento. Salió de detrás de la barra y tomó a la chica del brazo para expulsarla del lugar pese a que esta suplicaba y suplicaba que la ayudase.

    Mientras aquello sucedía una tripulación pirata se encontraba presente, una bastante temida pero que en aquellos momentos parecía encontrarse en completa tranquilidad. El ver como una joven se resistía en salir y su apariencia tan extraña hizo que la atención del capitán se centrara en esta.

    •✦───────────•✧
    Aclaraciones del rol:

    —Busco a alguien que haga el rol de pirata.
    —El rol está centrado en un mundo medieval principalmente.
    —El rol se haría por chat privado por comodidad.
    —En caso de querer aportar algo al rol comentarlo sin miedo.

    (˶ˆᗜˆ˵) ¡Si te interesa el rol, adelante, estoy completamente disponible para rolear!
    La guerra, aquella que arrebata vidas y solo trae la muerte, la desgracia, el dolor y la tristeza de perder todo aquello que te importa. Un suceso que si bien para algunos puede resultar algo positivo al ganar, para otros es una tragedia. La sangre derramada, los cuerpos fallecidos por los campos de batalla y las calles que antes estaban llenas de vida ahora solo están teñidas de un tono rojizo que lleva consigo la muerte. Anne Smirnov era una joven perteneciente a la realeza que lo había perdido todo, sus padres habían perdido la vida durante una guerra que fue causada por enfrentamientos políticos. ¨Crueldad, el ser humano es cruel¨ , eso era todo lo que podía pensar la joven de cabellos dorados. Sus ropajes estaban hechos polvo, algunas zonas de su vestido estaban rotas o algo decoloradas, manchadas con tierra. Sus pies estaban destrozados, llenos de heridas que le dolían con cada paso que daba y sus manos estaban llenas de arañazos y sangre seca. Había estado huyendo durante días, incluso semanas y se notaba en su desaliñada apariencia. La muchacha no tenía un rumbo fijo, no tenía ningún destino al que ir pues en ningún lado era bien vista. Todos la evitaban al verla en caso de que pasara por algún poblado, a nadie le interesaba realmente que necesitase ayuda ya que ya tenían suficientes problemas con la escasez de comida y las sequías. ✧----------------➣ La esperanza ya había desaparecido por completo de sus ojos, su cuerpo estaba débil por el cansancio, huir ya era un completo desgaste tanto mental como físico, ¿Qué sentido tenía escapar de la muerte si aun así iba a morir igual? Anne había llegado montada a caballo a una ciudad pegada a la costa del mar, donde su principal encanto eran los grandes puertos para barcos donde cualquiera podía atracar su barco. Bajó del animal una vez cruzó la entrada y comenzó a pasear por las calles a paso lento. Cada paso que daba parecía arrastrarse ya que se tambaleaba todo el rato, su cuerpo era pesado pero aún así siguió avanzando. Sus pies terminaron por detenerse frente a una taberna en la que entró . —Disculpe—Un pequeño hilo de voz salió de entre sus labios mientras se apoyaba en la barra—Necesito algo de comida por favor. No tenía nada con que pagar, todas las joyas que anteriormente había llevado encima las había usado para poder pagar en otras ocasiones, así que cuando el tabernero vio que la chica no llevaba nada encima para pagarle comenzó a hacer un pequeño espectáculo que pudo captar la atención de todo aquel que estuviese dentro del establecimiento. Salió de detrás de la barra y tomó a la chica del brazo para expulsarla del lugar pese a que esta suplicaba y suplicaba que la ayudase. Mientras aquello sucedía una tripulación pirata se encontraba presente, una bastante temida pero que en aquellos momentos parecía encontrarse en completa tranquilidad. El ver como una joven se resistía en salir y su apariencia tan extraña hizo que la atención del capitán se centrara en esta. •✦───────────•✧ Aclaraciones del rol: —Busco a alguien que haga el rol de pirata. —El rol está centrado en un mundo medieval principalmente. —El rol se haría por chat privado por comodidad. —En caso de querer aportar algo al rol comentarlo sin miedo. (˶ˆᗜˆ˵) ¡Si te interesa el rol, adelante, estoy completamente disponible para rolear!
    Tipo
    Individual
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    15
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    Disponible
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  • "-los panqueques son mi comida favorita...-"
    dijo un jacky con capucha mientras clavaba un tenedor débilmente en el postre, llevándose un pedazo a la boca
    "-no sabe a nada....-"
    "-los panqueques son mi comida favorita...-" dijo un jacky con capucha mientras clavaba un tenedor débilmente en el postre, llevándose un pedazo a la boca "-no sabe a nada....-"
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