• En el corazón de un bosque, un árbol se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas.

    Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el árbol de los listones rojos: una luz dorada brilló momentáneamente, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron.

    En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura bajo el árbol había despertado lo suficiente para detener el avance del fuego, protegiendo su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante.

    Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: el árbol permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas. Los más supersticiosos recordaron viejas leyendas de árboles malditos y sellos oscuros, pero todos sabían que tenían una misión que cumplir: descubrir la causa de aquella destrucción.

    Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada enterrada bajo el árbol. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado.

    Mientras los guerreros montaban guardia cerca del árbol, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.

    En el corazón de un bosque, un árbol se erguía entre los demás como un guardián olvidado, adornado con cientos de listones rojos que pendían de sus ramas desnudas. Bajo él, una espada antigua, oscura y manchada por los años, descansaba flotante al ras de la tierra. Se decía que eran sellos de una prisión destinada a contener una criatura antigua, cuyo poder se rumoreaba devastador, pero hacía siglos que nadie había osado acercarse para confirmar las leyendas. Hace una semana, sin previo aviso, un incendio comenzó a arrasar el bosque con una furia desmedida. Las llamas, como bestias salvajes, devoraban todo a su paso mientras el cielo se oscurecía bajo una capa plomiza de ceniza. El viento traía consigo el olor de la destrucción, y los reinos circundantes comenzaron a alarmarse al ver cómo las partículas de ceniza cubrían sus campos y aldeas. Pero algo extraño ocurrió cuando el fuego alcanzó el árbol de los listones rojos: una luz dorada brilló momentáneamente, y las llamas, voraces en todo lo demás, se detuvieron. En las próximas horas y días, los aldeanos lejanos comenzaron a hablar en susurros, sus historias llenas de miedo y advertencias. Decían que la criatura bajo el árbol había despertado lo suficiente para detener el avance del fuego, protegiendo su prisión de ser destruida. Nadie sabía si aquello era un simple rumor o una advertencia verdadera de que el sello comenzaba a debilitarse. Entretanto, los gobernantes de los reinos, viendo las señales de destrucción desde la distancia, enviaron a sus mejores soldados a investigar. Los guerreros avanzaron cubiertos por una capa de ceniza, esperando encontrar un volcán o un pirómano que explicara el desastre, pero lo que hallaron fue algo mucho más inquietante. Se toparon con el árbol ancestral y solitario en medio de la desolación. El aire alrededor del árbol era denso, pesado, como si algo invisible estuviera observando desde las sombras. Ninguno de ellos había visto algo igual: el árbol permanecía ileso, protegido por una fuerza misteriosa, mientras el resto del bosque había sido reducido a cenizas. Los más supersticiosos recordaron viejas leyendas de árboles malditos y sellos oscuros, pero todos sabían que tenían una misión que cumplir: descubrir la causa de aquella destrucción. Uno de los soldados, joven e imprudente, se adelantó hacia la espada enterrada bajo el árbol. Al extender su mano, una ráfaga de viento súbito lo hizo retroceder, moviendo los listones con una furia que no parecía natural. El capitán del grupo, más sabio y experimentado, ordenó detenerse. Comprendía que lo que enfrentaban no era un simple fenómeno natural, sino algo mucho más antiguo y peligroso. Las llamas habían respetado aquel lugar por una razón, y lo que yacía bajo la espada no debía ser despertado. Mientras los guerreros montaban guardia cerca del árbol, esperando instrucciones de sus reinos, los rumores de la criatura aprisionada comenzaron a extenderse como la ceniza que aún flotaba en el aire. Los reyes y señores de las tierras cercanas deliberaban, divididos entre el temor y la ambición. Algunos creían que debían dejar el sello intacto, temerosos de desatar un mal imposible de controlar. Otros, seducidos por el poder que podría esconderse bajo el árbol, pensaban que era hora de tomar la espada y enfrentar el misterio que había permanecido oculto por tanto tiempo. El destino del reino pendía de un hilo, mientras la sombra de la criatura permanecía al acecho.
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  • La noche ha caído sobre el bosque, y mi cabaña está envuelta en silencio. Solo el crepitar suave del fuego y la luz tenue de la lámpara de aceite me acompañan mientras me acomodo en mi sillón favorito. Un libro descansa en mis manos, y cada página que paso me transporta a otro lugar, a otro tiempo.

    Alguna noche me gustaría compartir estas historias con alguien mas
    La noche ha caído sobre el bosque, y mi cabaña está envuelta en silencio. Solo el crepitar suave del fuego y la luz tenue de la lámpara de aceite me acompañan mientras me acomodo en mi sillón favorito. Un libro descansa en mis manos, y cada página que paso me transporta a otro lugar, a otro tiempo. Alguna noche me gustaría compartir estas historias con alguien mas
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  • Iona, bajo su identidad como Lepus, se sienta en el rincón de su pequeña y oscura habitación, el aire denso y cálido apenas iluminado por la luz de una vela. La llama parpadea en su máscara de conejo, creando sombras danzantes en las paredes. La ciudad afuera bulle de vida, pero dentro de este espacio, el silencio es casi tangible. Es en momentos como este que su mente vuelve a la sociedad de Luminarias.

    Piensa en Destino, esa presencia enigmática cuya voz ha resonado en su mente como un eco lejano, siempre presente y a la vez inalcanzable. La imagen de la primera vez que escuchó aquella voz vuelve a ella. Despertó en medio de aquella fiesta del té, rodeada de las demás entidades, como si siempre hubiera estado ahí. Una bienvenida sin palabras, solo miradas y gestos que sugerían comprensión y, tal vez, un rastro de curiosidad. No era la primera Lepus, lo supo desde el primer instante, pero era como si la sociedad la hubiera estado esperando, o tal vez, como si Destino hubiera decidido que era el momento adecuado para su aparición.

    Los miembros de Luminarias, todos seres de antiguos planos, con sus nombres tomados de constelaciones y sus formas adoptadas de animales. Hay una sensación de seguridad entre ellos, una certeza de que cada uno tiene su propósito, aunque la forma en que lo cumplan sea única. Iona se pregunta a menudo qué habrá sido del Lepus anterior. Nadie habla de él, o de ella, y ella ha aprendido a no preguntar. Tal vez el misterio es parte de la magia de la sociedad, ese constante recordar que nada es permanente, que incluso ellos, entidades de la sombra y la luz, pueden desaparecer sin dejar rastro.

    El Fénix es una presencia que trae consuelo a sus pensamientos. Su figura se alza en su mente, medio humano, medio pájaro, siempre rodeado de un resplandor cálido. Él la trata con cariño, casi como si fuera una hermana menor. Los dulces que le ofrece en cada encuentro son un recordatorio de que, aunque sea la más joven, es aceptada. La idea de la resurrección que él representa la ha hecho reflexionar más de una vez. ¿Qué significa realmente renacer? ¿Es posible que ella misma esté en un proceso de constante renacimiento, aprendiendo de cada encuentro, de cada alma que asiste?

    Iona se pregunta si alguna vez llegará a ser como ellos, si con el tiempo perderá esa sensibilidad que la hace tambalear en sus decisiones, que la llena de dudas cuando se enfrenta a los humanos. Los otros la tranquilizan, le dicen que con el tiempo aprenderá a desligarse, a ser más eficiente en su labor. Sin embargo, una parte de ella teme ese cambio. Su empatía, su capacidad de sentir lo que sienten los demás, es lo que la hace quien es, lo que la conecta con el mundo humano que tanto le fascina y desconcierta.

    Los recuerdos de las reuniones la envuelven. Escuchar las historias de los demás es su forma de aprender, de prepararse para lo que pueda venir. Cada anécdota es una lección, un fragmento de sabiduría que atesora en su mente. A veces, desearía poder hablar más, compartir sus propios miedos y preguntas, pero se contiene. La percepción de los otros hacia ella, como si fuera una infante entre gigantes, la hace dudar. Aun así, el apoyo silencioso de sus compañeros le da la fortaleza que necesita para seguir adelante.

    En el fondo, Iona sabe que la sociedad de Luminarias es más que una reunión de entidades poderosas. Es una familia disfuncional, un grupo de seres que, a pesar de sus diferencias y orígenes, se unen por un propósito mayor. Cada uno cumple un rol, una función en el gran entramado de la existencia, y aunque sus caminos a veces se crucen solo en esos extraños y oníricos encuentros, hay un lazo inquebrantable que los mantiene unidos.

    Con un suspiro, Iona se levanta y apaga la vela. El cuarto queda sumido en la oscuridad, pero no es una oscuridad que la asuste. Es la oscuridad de la reflexión, de la conexión con lo que es y lo que será. Las Luminarias están con ella, incluso en este pequeño rincón del mundo humano, y esa certeza le da la calma para continuar.

    Iona, bajo su identidad como Lepus, se sienta en el rincón de su pequeña y oscura habitación, el aire denso y cálido apenas iluminado por la luz de una vela. La llama parpadea en su máscara de conejo, creando sombras danzantes en las paredes. La ciudad afuera bulle de vida, pero dentro de este espacio, el silencio es casi tangible. Es en momentos como este que su mente vuelve a la sociedad de Luminarias. Piensa en Destino, esa presencia enigmática cuya voz ha resonado en su mente como un eco lejano, siempre presente y a la vez inalcanzable. La imagen de la primera vez que escuchó aquella voz vuelve a ella. Despertó en medio de aquella fiesta del té, rodeada de las demás entidades, como si siempre hubiera estado ahí. Una bienvenida sin palabras, solo miradas y gestos que sugerían comprensión y, tal vez, un rastro de curiosidad. No era la primera Lepus, lo supo desde el primer instante, pero era como si la sociedad la hubiera estado esperando, o tal vez, como si Destino hubiera decidido que era el momento adecuado para su aparición. Los miembros de Luminarias, todos seres de antiguos planos, con sus nombres tomados de constelaciones y sus formas adoptadas de animales. Hay una sensación de seguridad entre ellos, una certeza de que cada uno tiene su propósito, aunque la forma en que lo cumplan sea única. Iona se pregunta a menudo qué habrá sido del Lepus anterior. Nadie habla de él, o de ella, y ella ha aprendido a no preguntar. Tal vez el misterio es parte de la magia de la sociedad, ese constante recordar que nada es permanente, que incluso ellos, entidades de la sombra y la luz, pueden desaparecer sin dejar rastro. El Fénix es una presencia que trae consuelo a sus pensamientos. Su figura se alza en su mente, medio humano, medio pájaro, siempre rodeado de un resplandor cálido. Él la trata con cariño, casi como si fuera una hermana menor. Los dulces que le ofrece en cada encuentro son un recordatorio de que, aunque sea la más joven, es aceptada. La idea de la resurrección que él representa la ha hecho reflexionar más de una vez. ¿Qué significa realmente renacer? ¿Es posible que ella misma esté en un proceso de constante renacimiento, aprendiendo de cada encuentro, de cada alma que asiste? Iona se pregunta si alguna vez llegará a ser como ellos, si con el tiempo perderá esa sensibilidad que la hace tambalear en sus decisiones, que la llena de dudas cuando se enfrenta a los humanos. Los otros la tranquilizan, le dicen que con el tiempo aprenderá a desligarse, a ser más eficiente en su labor. Sin embargo, una parte de ella teme ese cambio. Su empatía, su capacidad de sentir lo que sienten los demás, es lo que la hace quien es, lo que la conecta con el mundo humano que tanto le fascina y desconcierta. Los recuerdos de las reuniones la envuelven. Escuchar las historias de los demás es su forma de aprender, de prepararse para lo que pueda venir. Cada anécdota es una lección, un fragmento de sabiduría que atesora en su mente. A veces, desearía poder hablar más, compartir sus propios miedos y preguntas, pero se contiene. La percepción de los otros hacia ella, como si fuera una infante entre gigantes, la hace dudar. Aun así, el apoyo silencioso de sus compañeros le da la fortaleza que necesita para seguir adelante. En el fondo, Iona sabe que la sociedad de Luminarias es más que una reunión de entidades poderosas. Es una familia disfuncional, un grupo de seres que, a pesar de sus diferencias y orígenes, se unen por un propósito mayor. Cada uno cumple un rol, una función en el gran entramado de la existencia, y aunque sus caminos a veces se crucen solo en esos extraños y oníricos encuentros, hay un lazo inquebrantable que los mantiene unidos. Con un suspiro, Iona se levanta y apaga la vela. El cuarto queda sumido en la oscuridad, pero no es una oscuridad que la asuste. Es la oscuridad de la reflexión, de la conexión con lo que es y lo que será. Las Luminarias están con ella, incluso en este pequeño rincón del mundo humano, y esa certeza le da la calma para continuar.
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  • La joven pelirroja se paró frente al espejo de cuerpo entero, observándose con detenimiento. Había desempolvado uno de los antiguos vestidos de su abuela, guardado con esmero en una vieja caja de madera que solía reposar en el ático. El vestido era una obra de arte, un delicado diseño de otra época que hablaba de elegancia y sofisticación. La tela, aunque un poco desgastada por el tiempo, seguía siendo suave al tacto, y los intrincados bordados a mano aún brillaban con un tenue resplandor dorado bajo la luz tenue de la habitación.

    Se giró ligeramente, admirando cómo la falda se movía con ella, dibujando suaves pliegues que caían hasta el suelo. Era un estilo clásico, con una cintura ajustada y una falda amplia, adornada con encajes y pequeños detalles florales que le daban un aire romántico y nostálgico. Mientras se miraba, Carmina no podía evitar imaginar cómo habría sido llevar un vestido así en la época en la que su abuela, Lucia, lo usaba, cuando las cosas parecían más simples y las mujeres se vestían con un cuidado y una elegancia que hoy se veían tan raramente.

    Con un gesto casi reverencial, alisó la falda con las manos, recorriendo con los dedos los delicados bordados. En el espejo, su reflejo le devolvía una imagen que le resultaba extrañamente familiar y, al mismo tiempo, distante. Era como si pudiera ver un pedazo del pasado superpuesto con el presente, una mezcla de ella misma y de su abuela, cuyos recuerdos estaban cosidos en cada hilo de ese vestido.

    Su mirada se detuvo en el escote cuadrado y los sutiles encajes que adornaban los hombros. La prenda, aunque antigua, le quedaba sorprendentemente bien, como si hubiera sido hecho a su medida. Carmina no era de las que solían vestirse de manera tan elegante; su estilo cotidiano era mucho más práctico y moderno. Pero hoy, al usar este vestido, sentía una conexión con el pasado, con la mujer que había sido su abuela y todo lo que ella representaba.

    Carmina levantó la cabeza y se observó directamente a los ojos, buscando algún rastro de la mujer que había usado ese vestido antes que ella. En la mirada de su reflejo, creyó ver un atisbo de la misma fortaleza y gracia que siempre había asociado con Lucia, una mujer que ha vivido intensamente y ha amado con todo su corazón. Había algo reconfortante en esa sensación, como si, al usar ese vestido, pudiera llevar consigo un poco de la esencia de su abuela, de su historia y sus vivencias.

    Suspiró, dejando que sus manos cayeran a los costados, y dio un último vistazo al espejo. El vestido le quedaba un poco largo, y los zapatos que llevaba no eran precisamente los adecuados, pero nada de eso importaba. Lo que realmente importaba era cómo se sentía al llevarlo: como si, por un breve momento, pudiera caminar en los zapatos de su abuela y experimentar la vida a través de sus ojos.

    Carmina esbozó una suave sonrisa, casi como un tributo silencioso a la mujer que había sido su inspiración. Mientras se alejaba del espejo, no pudo evitar sentir una calidez en el pecho, un lazo invisible que la conectaba con su pasado, con las historias y recuerdos que la habían moldeado. Y aunque no podía quedarse todo el día en ese vestido, sabía que, de alguna manera, siempre llevaría consigo una parte de esa elegancia y fortaleza que su abuela le ha legado.
    La joven pelirroja se paró frente al espejo de cuerpo entero, observándose con detenimiento. Había desempolvado uno de los antiguos vestidos de su abuela, guardado con esmero en una vieja caja de madera que solía reposar en el ático. El vestido era una obra de arte, un delicado diseño de otra época que hablaba de elegancia y sofisticación. La tela, aunque un poco desgastada por el tiempo, seguía siendo suave al tacto, y los intrincados bordados a mano aún brillaban con un tenue resplandor dorado bajo la luz tenue de la habitación. Se giró ligeramente, admirando cómo la falda se movía con ella, dibujando suaves pliegues que caían hasta el suelo. Era un estilo clásico, con una cintura ajustada y una falda amplia, adornada con encajes y pequeños detalles florales que le daban un aire romántico y nostálgico. Mientras se miraba, Carmina no podía evitar imaginar cómo habría sido llevar un vestido así en la época en la que su abuela, Lucia, lo usaba, cuando las cosas parecían más simples y las mujeres se vestían con un cuidado y una elegancia que hoy se veían tan raramente. Con un gesto casi reverencial, alisó la falda con las manos, recorriendo con los dedos los delicados bordados. En el espejo, su reflejo le devolvía una imagen que le resultaba extrañamente familiar y, al mismo tiempo, distante. Era como si pudiera ver un pedazo del pasado superpuesto con el presente, una mezcla de ella misma y de su abuela, cuyos recuerdos estaban cosidos en cada hilo de ese vestido. Su mirada se detuvo en el escote cuadrado y los sutiles encajes que adornaban los hombros. La prenda, aunque antigua, le quedaba sorprendentemente bien, como si hubiera sido hecho a su medida. Carmina no era de las que solían vestirse de manera tan elegante; su estilo cotidiano era mucho más práctico y moderno. Pero hoy, al usar este vestido, sentía una conexión con el pasado, con la mujer que había sido su abuela y todo lo que ella representaba. Carmina levantó la cabeza y se observó directamente a los ojos, buscando algún rastro de la mujer que había usado ese vestido antes que ella. En la mirada de su reflejo, creyó ver un atisbo de la misma fortaleza y gracia que siempre había asociado con Lucia, una mujer que ha vivido intensamente y ha amado con todo su corazón. Había algo reconfortante en esa sensación, como si, al usar ese vestido, pudiera llevar consigo un poco de la esencia de su abuela, de su historia y sus vivencias. Suspiró, dejando que sus manos cayeran a los costados, y dio un último vistazo al espejo. El vestido le quedaba un poco largo, y los zapatos que llevaba no eran precisamente los adecuados, pero nada de eso importaba. Lo que realmente importaba era cómo se sentía al llevarlo: como si, por un breve momento, pudiera caminar en los zapatos de su abuela y experimentar la vida a través de sus ojos. Carmina esbozó una suave sonrisa, casi como un tributo silencioso a la mujer que había sido su inspiración. Mientras se alejaba del espejo, no pudo evitar sentir una calidez en el pecho, un lazo invisible que la conectaba con su pasado, con las historias y recuerdos que la habían moldeado. Y aunque no podía quedarse todo el día en ese vestido, sabía que, de alguna manera, siempre llevaría consigo una parte de esa elegancia y fortaleza que su abuela le ha legado.
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  • el dragón aparece donde se encontraba Sebastián Michaelis
    cuando siempre era al revés..

    se presentaría con una fría neblina, pero tenue
    flotando en el aire mirando al demonio con una mirada
    fría con la diestra abierta sin ofrecerle que fuese tomada
    comenzando a cantar...

    Levanto mis manos hacia el Sol
    Intento encontrar un corazón
    Que llene el vació de la soledad
    Que llevo dentro
    Limpie mis pecados en el mar
    Deje tu promesa de cambiar
    No quiero olvidar mis sueños
    Y seguir sintiendo miedo
    No quiero volver a perder
    La esperanza de volverte a ver
    Mire al futuro sin dudar!
    Lo que venga me da igual
    El hielo no podrá apagar!
    Lo que yo te pude amar
    No queda nada más
    Solo la historia sin final
    Y mostrarte en esos versos
    Lo que yo te pude amar
    La ira se aferra a mi interior
    Y pienso momentos que se van
    Que dejan historias rotas
    Y el dolor de la impotencia
    El día más oscuro ya está aquí
    Perdido en otra realidad
    Sintiéndome tan solo que me estoy
    Desvaneciendo
    Me duele tanto comprender
    Que nada será como ayer
    No quiero volver a perder
    La esperanza de volverte a ver
    La esperanza de volverte a ver!
    Me duele tanto comprender
    Que nada será como ayer
    No quiero volver a perder
    La esperanza de volverte a ver
    Volverte a ver!
    Mire al futuro sin dudar!
    Lo que venga me da igual
    El hielo no podrá apagar!
    Lo que yo te pude amar
    No queda nada más
    Solo la historia sin final
    Y mostrarte en esos versos
    Lo que yo te pude amar

    https://www.youtube.com/watch?v=Sa_cYEFGn9c



    el dragón aparece donde se encontraba [Michaelis] cuando siempre era al revés.. se presentaría con una fría neblina, pero tenue flotando en el aire mirando al demonio con una mirada fría con la diestra abierta sin ofrecerle que fuese tomada comenzando a cantar... Levanto mis manos hacia el Sol Intento encontrar un corazón Que llene el vació de la soledad Que llevo dentro Limpie mis pecados en el mar Deje tu promesa de cambiar No quiero olvidar mis sueños Y seguir sintiendo miedo No quiero volver a perder La esperanza de volverte a ver Mire al futuro sin dudar! Lo que venga me da igual El hielo no podrá apagar! Lo que yo te pude amar No queda nada más Solo la historia sin final Y mostrarte en esos versos Lo que yo te pude amar La ira se aferra a mi interior Y pienso momentos que se van Que dejan historias rotas Y el dolor de la impotencia El día más oscuro ya está aquí Perdido en otra realidad Sintiéndome tan solo que me estoy Desvaneciendo Me duele tanto comprender Que nada será como ayer No quiero volver a perder La esperanza de volverte a ver La esperanza de volverte a ver! Me duele tanto comprender Que nada será como ayer No quiero volver a perder La esperanza de volverte a ver Volverte a ver! Mire al futuro sin dudar! Lo que venga me da igual El hielo no podrá apagar! Lo que yo te pude amar No queda nada más Solo la historia sin final Y mostrarte en esos versos Lo que yo te pude amar https://www.youtube.com/watch?v=Sa_cYEFGn9c
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  • Come con tranquilidad unos panqueques, leyendo algunas historias el periodico.
    Come con tranquilidad unos panqueques, leyendo algunas historias el periodico.
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  • Preso de este verso etéreo, un paraje desierto ante mis ramas y hojas de rosadas orquídeas, arropo mi quietud instalada, acérrima, esa amante venerable ante las ilusiones del cuadro en el que me visto; libros de míseros alientos que edifiqué con las presciencias de mis solemnes dedos, los que viajaron decorosos por el conducto de tus respiraciones. Después de todo, después de nadas, la presencia de velos de seda con la que me visto en estos instantes en los que aguardo tu arribo, dista mucho del ente que amaste.

    Mis ojos lamentan tu ausencia. Mis labios tus extremidades sobre las cortinas de hebras que poblaron mi cabeza; me tendiste aquí, y desde el recuerdo renazco, para amarte como tantas veces, en el diario en el que escribo con tinta y sangre, orina y voz de fantasmales perdiciones. Ante mis abismos, ante mí morada, la quietud que nos separa como una víctima más de tus caprichos, comunica la caída del palacio de algodón de azúcar ante el que te conocí.

    Tan sólo era el espectro de tu cuento de hadas en el que te sumergías, el espectro que amaste y al que te entregaste pese a tu infertilidad. Mis alas te vistieron en la noche de bodas, mis garras propulsaron un corrupto edén en el que morarías; serías mi princesa de primigenias aladas en helado sueño, ese en el que, ante más y menos descarados, condenaron nuestra unión.

    Esta quietud, saga, este relumbre en el que me encandilo sin poderte hallar en mis memorias, me provoca el llanto. Vislumbro mis heridas, mi propia crucifixión, corona de bronce y hojalata. Soy tuyo, perenne pese a que me alzo, apenas consciente, en esta ilusión de oscuridad. La vida que me obsequiaste es una cascada seca, secas son mis hojas cada vez que mudo de piel. Encuentro tu estampa dormida en el recuadro y, ante esto, juego por unos instantes a las escondidas con la que tanto me llamas con apremio. Porque aunque estoy perdido, rezo en este sillón envuelto con la piel curtida de mi raza. Raza a la que entregaste por un puñado de salvación y pocas aparecidas monedas.
    Vislumbro tus intenciones, desde esta prisión cada vez que atardece ante lo vidente de tus ojos. Esa casa en la que resido, el espejo en el que recreo tus espejismos, la carne entre la que te escucho cantar. Trinar en el reposo de mis pisadas cada vez que me invocas con palabras que creas con tu lenguaje secreto, tus crayolas apagadas, blancos gises que recorren a tus anatomías. Después de todo entreví tu rostro, aparecido como ilusorio loto, en el lago en el que morabas, en tu ataúd, rodeada por luces de bengalas.

    A ellas las sometí a mis caprichos, salvaje doncella de revueltas y destinos. A ti te reclamé como novia, esposa, amante, musa; música de mi alma tejida con historias que no debieron ser contadas. A ti, mi elemento de la oscuridad de mi millar de corazón a corazón, ramaje risueño, a ti y ante ti, a ti princesa de perlas de luz, te ruego me des el único beso que me provoque renacer entre tus brazos, tomar el alimento que sólo contiene tu savia vitae, y no revelarte nada más, salvo mis encandilados secretos.

    Soy, después de todo el muñeco que edificaste, con uñas, huesos, dientes de leche, cordones umbilicales de las crías que tú misma pariste, con los que te apremiaste conquistar, ante estos riscos con los que me entierras tus hechizadas agujas, y, verdaderos besos de amor clandestino, al abandonado de amor por amor que, tú, olvidada Shófiyar, tú, a quién amo, aún con tus vestimentas de arrugas y acuarelas, lamenta la tormenta entre tormentas de panteones ante los que aguarda a un amor extraviado.

    Maldita vieja, vislumbra a nuestro dios astado, beso y beso en el tiempo de los tiempos, historia entre historias, Shófiyar, tú, con pago por pago, en esta, tu aprehensión primigenia.
    La ascensión de tu historia, Shófiyar, con tus ojos cargados de culpa, ya la aurora boreal se revela ante tus puertas y las preciosas piedras que manan de tus dulces labios carnosos.

    Potente entre nosotros, ante los que cuentan tus hazañas. Cada vez que hurtas una nueva víctima, con tus más visiones extremas, seduces estrellas, astros y velas negras; te instalas ante tu altar y montas a este recién universo herido. Mi música, déjalos en paz y sonríe para mí, pese a que el dolor se abre paso en tus podridas entrañas. En las orillas de un océano de sanguinolentas aparecidas. Ya no te importa que sus cuerpos sean concebidos por tu imaginación retorcida, que sea la música la que tocas con cuerdas para él, porque él te llama desde el recuerdo; a mí, que te amo con locura.
    Preso de este verso etéreo, un paraje desierto ante mis ramas y hojas de rosadas orquídeas, arropo mi quietud instalada, acérrima, esa amante venerable ante las ilusiones del cuadro en el que me visto; libros de míseros alientos que edifiqué con las presciencias de mis solemnes dedos, los que viajaron decorosos por el conducto de tus respiraciones. Después de todo, después de nadas, la presencia de velos de seda con la que me visto en estos instantes en los que aguardo tu arribo, dista mucho del ente que amaste. Mis ojos lamentan tu ausencia. Mis labios tus extremidades sobre las cortinas de hebras que poblaron mi cabeza; me tendiste aquí, y desde el recuerdo renazco, para amarte como tantas veces, en el diario en el que escribo con tinta y sangre, orina y voz de fantasmales perdiciones. Ante mis abismos, ante mí morada, la quietud que nos separa como una víctima más de tus caprichos, comunica la caída del palacio de algodón de azúcar ante el que te conocí. Tan sólo era el espectro de tu cuento de hadas en el que te sumergías, el espectro que amaste y al que te entregaste pese a tu infertilidad. Mis alas te vistieron en la noche de bodas, mis garras propulsaron un corrupto edén en el que morarías; serías mi princesa de primigenias aladas en helado sueño, ese en el que, ante más y menos descarados, condenaron nuestra unión. Esta quietud, saga, este relumbre en el que me encandilo sin poderte hallar en mis memorias, me provoca el llanto. Vislumbro mis heridas, mi propia crucifixión, corona de bronce y hojalata. Soy tuyo, perenne pese a que me alzo, apenas consciente, en esta ilusión de oscuridad. La vida que me obsequiaste es una cascada seca, secas son mis hojas cada vez que mudo de piel. Encuentro tu estampa dormida en el recuadro y, ante esto, juego por unos instantes a las escondidas con la que tanto me llamas con apremio. Porque aunque estoy perdido, rezo en este sillón envuelto con la piel curtida de mi raza. Raza a la que entregaste por un puñado de salvación y pocas aparecidas monedas. Vislumbro tus intenciones, desde esta prisión cada vez que atardece ante lo vidente de tus ojos. Esa casa en la que resido, el espejo en el que recreo tus espejismos, la carne entre la que te escucho cantar. Trinar en el reposo de mis pisadas cada vez que me invocas con palabras que creas con tu lenguaje secreto, tus crayolas apagadas, blancos gises que recorren a tus anatomías. Después de todo entreví tu rostro, aparecido como ilusorio loto, en el lago en el que morabas, en tu ataúd, rodeada por luces de bengalas. A ellas las sometí a mis caprichos, salvaje doncella de revueltas y destinos. A ti te reclamé como novia, esposa, amante, musa; música de mi alma tejida con historias que no debieron ser contadas. A ti, mi elemento de la oscuridad de mi millar de corazón a corazón, ramaje risueño, a ti y ante ti, a ti princesa de perlas de luz, te ruego me des el único beso que me provoque renacer entre tus brazos, tomar el alimento que sólo contiene tu savia vitae, y no revelarte nada más, salvo mis encandilados secretos. Soy, después de todo el muñeco que edificaste, con uñas, huesos, dientes de leche, cordones umbilicales de las crías que tú misma pariste, con los que te apremiaste conquistar, ante estos riscos con los que me entierras tus hechizadas agujas, y, verdaderos besos de amor clandestino, al abandonado de amor por amor que, tú, olvidada Shófiyar, tú, a quién amo, aún con tus vestimentas de arrugas y acuarelas, lamenta la tormenta entre tormentas de panteones ante los que aguarda a un amor extraviado. Maldita vieja, vislumbra a nuestro dios astado, beso y beso en el tiempo de los tiempos, historia entre historias, Shófiyar, tú, con pago por pago, en esta, tu aprehensión primigenia. La ascensión de tu historia, Shófiyar, con tus ojos cargados de culpa, ya la aurora boreal se revela ante tus puertas y las preciosas piedras que manan de tus dulces labios carnosos. Potente entre nosotros, ante los que cuentan tus hazañas. Cada vez que hurtas una nueva víctima, con tus más visiones extremas, seduces estrellas, astros y velas negras; te instalas ante tu altar y montas a este recién universo herido. Mi música, déjalos en paz y sonríe para mí, pese a que el dolor se abre paso en tus podridas entrañas. En las orillas de un océano de sanguinolentas aparecidas. Ya no te importa que sus cuerpos sean concebidos por tu imaginación retorcida, que sea la música la que tocas con cuerdas para él, porque él te llama desde el recuerdo; a mí, que te amo con locura.
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    ━┦¡Hola! Espero que quien me lea se encuentre bien.
    Este pequeño apartado es para decir que voy a mezclar historias un poco, tanto del Viaje al Oeste como de BM:W.
    Inicialmente será el Predestinado quien interactúe (con quienes deseen rolear con él) y poco a poco iría adoptando la personalidad de Wukong. La idea es ir avanzando de manera progresiva y, quizás, que otros PJS lo ayuden en su aventura para encontrar las Seis Reliquias (que si alguien quiere hacer de los demás PJS sería muy lindo), de esta manera desenlazando al niño(?) del juego en sí, que sea algo más libre para facilitar el rolear.

    Dicho esto, quien quiera rolear con él está más que bienvenid@, me haría ilusión que lo acompañen en su viaje.



    PD: Como las historias no tienen un tiempo definido se puede rolear en cualquier época, incluso el realizar otras historias, quitando la suya. Soy capaz de amoldarme mientras se hagan los acuerdos necesarios.
    ━┦¡Hola! Espero que quien me lea se encuentre bien. Este pequeño apartado es para decir que voy a mezclar historias un poco, tanto del Viaje al Oeste como de BM:W. Inicialmente será el Predestinado quien interactúe (con quienes deseen rolear con él) y poco a poco iría adoptando la personalidad de Wukong. La idea es ir avanzando de manera progresiva y, quizás, que otros PJS lo ayuden en su aventura para encontrar las Seis Reliquias (que si alguien quiere hacer de los demás PJS sería muy lindo), de esta manera desenlazando al niño(?) del juego en sí, que sea algo más libre para facilitar el rolear. Dicho esto, quien quiera rolear con él está más que bienvenid@, me haría ilusión que lo acompañen en su viaje. :STK-62: PD: Como las historias no tienen un tiempo definido se puede rolear en cualquier época, incluso el realizar otras historias, quitando la suya. Soy capaz de amoldarme mientras se hagan los acuerdos necesarios.
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    //Veo que hay gente amable que suele colocar en hiatus sus cuentas solo porque no reciben interacciónes a ellos les escribo esto:

    NO LO HAGAN!! Es difícil manejar la indiferencia de los demás pero la idea no es ser popular.

    El rol no es para que seas visto y aclamado... El rol es para crear tramas fascinantes... El rol no es Lemon... El rol es historias que pueden contener erotismo en su esencia...

    Simplemente continúen ya encontraran a alguien que les guste su PJ y puedan rolear

    Mi Ashrah ᵈᵉᵐᵒᶰᶤᵒ ᵈᵉ ˡᵘᶻ Sᶤˡᶠᶤᵈᵉ fue la única que estuvo roleando conmigo desde que comencé y nadie más... Es por ello que le agradezco su humildad y amabilidad... Asi que ánimos!!! Que la vida es una y el rol es genial!!
    //Veo que hay gente amable que suele colocar en hiatus sus cuentas solo porque no reciben interacciónes a ellos les escribo esto: NO LO HAGAN!! Es difícil manejar la indiferencia de los demás pero la idea no es ser popular. El rol no es para que seas visto y aclamado... El rol es para crear tramas fascinantes... El rol no es Lemon... El rol es historias que pueden contener erotismo en su esencia... Simplemente continúen ya encontraran a alguien que les guste su PJ y puedan rolear Mi [Silfide] fue la única que estuvo roleando conmigo desde que comencé y nadie más... Es por ello que le agradezco su humildad y amabilidad... Asi que ánimos!!! Que la vida es una y el rol es genial!! 🤗🤗🤗
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    ¡ Anuncio de los Ganadores del Evento de Tapiz de Perfil - Agosto !

    Queridos roleplayers, estamos emocionados de anunciar a los ganadores del evento de decoración de perfil. Fue increíble ver la creatividad de los 68 personajes que participaron en esta edición de Agosto, decorando sus perfiles con impresionantes imágenes de fondo, portadas, avatares animados, biografías únicas y posts fijados que capturaron la esencia de sus personajes. ¡Gracias a todos por su esfuerzo y dedicación!

    🎖 Ganadores del Primer Lugar 🎖
    Debido a un empate, hemos decidido premiar a 4 perfiles con un mes de suscripción Pro como recompensa por sus espectaculares decoraciones:

    [lonelinessgirl00]
    James Benjamin Blackwood
    Monster ㅤ
    𝑨𝙢𝙧𝙚𝙣

    ¡Felicidades a estos asombrosos personajes por su increíble atención al detalle y creatividad!

    Ganadores Secundarios
    Los siguientes personajes también impresionaron con sus perfiles y recibirán una insignia de verificación o, en su defecto, monedas equivalentes para personalizar aún más su experiencia:

    Lucifurr 𝕾𝖆𝖒𝖆𝖊𝖑 𝕸𝖔𝖗𝖓𝖎𝖓𝖌𝖘𝖙𝖆𝖗
    ꒰ 𝐒oρhιᥱ ꣑୧ ͜👑
    🔥 Khan 🔥
    ⁺‧₊˚ ཐི⋆♱ ᴠᴀʟᴇʀɪᴀɴ ♱⋆ཋྀ ˚₊‧⁺
    𝕹𝐞𝐬𝐭𝐚 𝕬𝐫𝐜𝐡𝐞𝐫𝐨𝐧
    𝑹hianwen 𝑳emoine
    𝑺𝒚𝒍𝒕𝒉𝒂𝒏𝒂 𝑽𝒂𝒏 𝑫𝒆𝒓 𝑬𝒓𝒎𝒊𝒖𝒔
    [Yuk1Tsukumo]
    [seal1on]

    Agradecemos enormemente a todos los participantes de este evento por su entusiasmo y creatividad. ¡No podemos esperar a ver qué nuevas historias y perfiles impresionantes crearán en el futuro!

    ¡Nos vemos en el próximo evento!

    Nota importante: los enlaces de acceso exclusivo (4 y 2 usos) a la Beta cerrada de Twittrol serán entregados vía email de forma personalizada.

    Los roleplayers que no ganaron pero participaron pueden obtener un acceso a la beta de Twittrol a través de nuestra Rol Sage Caroline Forbes

    ¡🎉 Anuncio de los Ganadores del Evento de Tapiz de Perfil - Agosto 🎉! Queridos roleplayers, estamos emocionados de anunciar a los ganadores del evento de decoración de perfil. Fue increíble ver la creatividad de los 68 personajes que participaron en esta edición de Agosto, decorando sus perfiles con impresionantes imágenes de fondo, portadas, avatares animados, biografías únicas y posts fijados que capturaron la esencia de sus personajes. ¡Gracias a todos por su esfuerzo y dedicación! 🌟 🎖 Ganadores del Primer Lugar 🎖 Debido a un empate, hemos decidido premiar a 4 perfiles con un mes de suscripción Pro como recompensa por sus espectaculares decoraciones: 🏆 [lonelinessgirl00] 🏆 [Wendigo] 🏆 [Monster] 🏆 [Second_in_Command] ¡Felicidades a estos asombrosos personajes por su increíble atención al detalle y creatividad! 🙌 ✨ Ganadores Secundarios ✨ Los siguientes personajes también impresionaron con sus perfiles y recibirán una insignia de verificación o, en su defecto, monedas equivalentes para personalizar aún más su experiencia: 🏅 [LuciHe11] 🏅 [K1NGDOMCOME] 🏅 [TheBalrog] 🏅 [Valerian] 🏅 [THE_VALKYRIE] 🏅 [argenta_regina] 🏅 [Dhampir_Of_Neverwinter] 🏅 [Yuk1Tsukumo] 🏅 [seal1on] 💖 Agradecemos enormemente a todos los participantes de este evento por su entusiasmo y creatividad. ¡No podemos esperar a ver qué nuevas historias y perfiles impresionantes crearán en el futuro! 📜✨ ¡Nos vemos en el próximo evento! 🎭 Nota importante: los enlaces de acceso exclusivo (4 y 2 usos) a la Beta cerrada de Twittrol serán entregados vía email de forma personalizada. Los roleplayers que no ganaron pero participaron pueden obtener un acceso a la beta de Twittrol a través de nuestra Rol Sage [CarolineForbes]
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