—¿Realidad o simplemente ficción? Heh, quién sabe. Nosotros pasamos la mayor parte de nuestra vida fingiendo para volver a la realidad. La vida que llevas podría ser en realidad una mentira que tú mismo decidiste aceptar cómo tu verdad.
—¿Realidad o simplemente ficción? Heh, quién sabe. Nosotros pasamos la mayor parte de nuestra vida fingiendo para volver a la realidad. La vida que llevas podría ser en realidad una mentira que tú mismo decidiste aceptar cómo tu verdad.
El trabajo estaba hecho, el objetivo cayó inerte al suelo con un agujero en la frente, ahora lo único que quedaba era salir antes de que la policía llegara. Así pasaron las horas, de callejón en callejón, oculto entre las sombras hasta dar con un lugar seguro: un bar de mala muerte, perteneciente a las personas que contrataron sus servicios como sicario. Solo tuvo que esperar un poco más para recibir la paga, contar los billetes y asegurarse de que no lo estafaran con dinero falso o algo así.
—Todo en orden. —En contraste al crudo evento que vivió momentos atrás, donde actuó como algún psicópata de ficción, Liú tenía una mirada bastante... ¿Triste? Miraba los billetes uno por uno, pero lo hacía con un desgano totalmente opuesto a como lo haría normalmente. Algo le impedía sentirse bien tras recibir aquel pago, se trataba de algo sumamente profundo.
Pasaron las horas, la luna llevaba rato en lo alto, hasta que el chino volvió a su morada, aquella cabaña abandonada en medio del bosque, su refugio para poder descansar de largos días de trabajo. Desde afuera se veía demacrada, sin vista al interior que era bastante distinto. Era pequeña, con apenas tres habitaciones: la sala, que se mezclaba como comedor y cocina, el baño y su habitación, que era un colchón tirado en el suelo.
—Ya llegué... —Nadie respondió, pues él era el único en aquel lugar. Cerró la puerta tras de sí, luego apuntó directamente a irse a dormir. Entró a su habitación, donde solo había un colchón tirado en el suelo y un viejo oso de peluche. La mirada de Liú normalmente parecía la de un muerto, la de alguien carente de la energía de vivir, pero ahora parecía estar vivo, vivo por el dolor que lo estaba carcomiendo por dentro. Se dejó caer en el colchón, donde se unió en un fuerte abrazo con el oso.
—No te preocupes, mèimei. Fue un día difícil... pero conseguí el dinero para tus libros... —Murmullos, perdidos en el silencio absoluto de la cabaña, procedentes de un recuerdo de antaño, una memoria inmortal que lo obliga a salirse de la realidad y lo mantiene preso de un delirio. Su mirada cambió nuevamente, una de mil yardas, una que vivió demasiado, una mirada vidriosa que no hacía más que perderse en el laberinto de la mente.
El trabajo estaba hecho, el objetivo cayó inerte al suelo con un agujero en la frente, ahora lo único que quedaba era salir antes de que la policía llegara. Así pasaron las horas, de callejón en callejón, oculto entre las sombras hasta dar con un lugar seguro: un bar de mala muerte, perteneciente a las personas que contrataron sus servicios como sicario. Solo tuvo que esperar un poco más para recibir la paga, contar los billetes y asegurarse de que no lo estafaran con dinero falso o algo así.
—Todo en orden. —En contraste al crudo evento que vivió momentos atrás, donde actuó como algún psicópata de ficción, Liú tenía una mirada bastante... ¿Triste? Miraba los billetes uno por uno, pero lo hacía con un desgano totalmente opuesto a como lo haría normalmente. Algo le impedía sentirse bien tras recibir aquel pago, se trataba de algo sumamente profundo.
Pasaron las horas, la luna llevaba rato en lo alto, hasta que el chino volvió a su morada, aquella cabaña abandonada en medio del bosque, su refugio para poder descansar de largos días de trabajo. Desde afuera se veía demacrada, sin vista al interior que era bastante distinto. Era pequeña, con apenas tres habitaciones: la sala, que se mezclaba como comedor y cocina, el baño y su habitación, que era un colchón tirado en el suelo.
—Ya llegué... —Nadie respondió, pues él era el único en aquel lugar. Cerró la puerta tras de sí, luego apuntó directamente a irse a dormir. Entró a su habitación, donde solo había un colchón tirado en el suelo y un viejo oso de peluche. La mirada de Liú normalmente parecía la de un muerto, la de alguien carente de la energía de vivir, pero ahora parecía estar vivo, vivo por el dolor que lo estaba carcomiendo por dentro. Se dejó caer en el colchón, donde se unió en un fuerte abrazo con el oso.
—No te preocupes, mèimei. Fue un día difícil... pero conseguí el dinero para tus libros... —Murmullos, perdidos en el silencio absoluto de la cabaña, procedentes de un recuerdo de antaño, una memoria inmortal que lo obliga a salirse de la realidad y lo mantiene preso de un delirio. Su mirada cambió nuevamente, una de mil yardas, una que vivió demasiado, una mirada vidriosa que no hacía más que perderse en el laberinto de la mente.
El día ni siquiera había terminado y Junior había pasado por una serie de emociones desagradables.
Estas le estaban impidiendo pensar con claridad, ofuscando su mente de una manera que hace años no le sucedía. Y no era para menos, la vida del joven Phantomhive radicaba en estar confinado en una mansión solo todo el día. Estaba acostumbrado a ver los mismos rostros de siempre, con sus respectivas personalidades que aceptaba, y que, con el paso del tiempo, había llegado a respetar y querer. A comparación, esta persona-máquina que su padre le había enviado era… algo que no podía ni siquiera tolerar.
Junior jamás había imaginado que un individuo pudiera hacerle experimentar tantas emociones en un corto período de tiempo, fue tan admirable como irritante en partes iguales, y a pesar de lo que había dicho en los breves encuentros con aquel adolescente daban cuenta de que no quería verle ni en pintura, el joven Phantomhive se había tomado como reto unas cuántas cosas; en primer lugar, “adiestrar” a su gusto a este supuesto protector que su padre le había impuesto.
Junior no soportaba, entre tantas cosas, que contradijera sus órdenes. Y no era su pretensión que se comportara como un perro faldero, pero sí que tuviera la mínima inteligencia para comprender cuando no lo quería cerca, o cuando “NO” significaba, como la palabra lo decía, una negativa a realizar equis cosa sobre su persona. En cuanto a sus maneras, era evidente que el adolescente no conocía los buenos modales, por lo que, mantenerlo callado era la mejor opción para que Junior no enloqueciera al escucharlo. Afortunadamente no tendría que estar mucho tiempo conviviendo con él, había formulados varias ideas que tenían como objetivo echarlo lo más lejos posible.
Junior no necesitaba ningún protector, ni niñero, ni compañero, esa necesidad se había extinguido desde hace un buen rato, si su padre lo hubiera hecho antes, cuando era más pequeño y quería un amigo con quien pasar el tiempo, entonces Junior probablemente lo hubiera recibido de mejor forma. Ahora, la presencia de este “androide” solo significó una amenaza a su tranquilidad.
En segundo lugar, estaba la cuestión de lo que era.
A pesar de que sonaba a algo sacado de un libro de ciencia ficción, Junior lo aceptó rápidamente, las pruebas estaban ahí, no necesitaba darle más vueltas al asunto. De hecho, estaba interesado en descubrir más de su existencia: ¿Cómo estaba construido? ¿Cuál era su diseño? ¿Cuáles eran sus aptitudes, sus límites? ¿Por qué tenía una personalidad tan molesta? Si podía cambiar esto último, como Hiro había dicho que no podía, Junior podría aceptar su presencia. Sin embargo, tenía una duda que estaba interfiriendo en sus planes y que había querido solventar antes, pero, no había podido por dejarse llevar por sus emociones; estaba justificado, Hiro lo hacía irritar demasiado rápido.
Chistosamente, Junior había tomado la sugerencia el androide y había salido al jardín para disfrutar del buen clima. Los sirvientes habían dispuesto una mesa redonda con un mantel blanco, y habían llevado té y el desayuno que se había saltado por recibir al adolescente.
Como sabía que lo había seguido, y que se mantenía cerca suyo en todo momento, Junior lo llamó:
—Señor Hiro, ¿podría acercarse? Quiero hacerle una pregunta.
El día ni siquiera había terminado y Junior había pasado por una serie de emociones desagradables.
Estas le estaban impidiendo pensar con claridad, ofuscando su mente de una manera que hace años no le sucedía. Y no era para menos, la vida del joven Phantomhive radicaba en estar confinado en una mansión solo todo el día. Estaba acostumbrado a ver los mismos rostros de siempre, con sus respectivas personalidades que aceptaba, y que, con el paso del tiempo, había llegado a respetar y querer. A comparación, esta persona-máquina que su padre le había enviado era… algo que no podía ni siquiera tolerar.
Junior jamás había imaginado que un individuo pudiera hacerle experimentar tantas emociones en un corto período de tiempo, fue tan admirable como irritante en partes iguales, y a pesar de lo que había dicho en los breves encuentros con aquel adolescente daban cuenta de que no quería verle ni en pintura, el joven Phantomhive se había tomado como reto unas cuántas cosas; en primer lugar, “adiestrar” a su gusto a este supuesto protector que su padre le había impuesto.
Junior no soportaba, entre tantas cosas, que contradijera sus órdenes. Y no era su pretensión que se comportara como un perro faldero, pero sí que tuviera la mínima inteligencia para comprender cuando no lo quería cerca, o cuando “NO” significaba, como la palabra lo decía, una negativa a realizar equis cosa sobre su persona. En cuanto a sus maneras, era evidente que el adolescente no conocía los buenos modales, por lo que, mantenerlo callado era la mejor opción para que Junior no enloqueciera al escucharlo. Afortunadamente no tendría que estar mucho tiempo conviviendo con él, había formulados varias ideas que tenían como objetivo echarlo lo más lejos posible.
Junior no necesitaba ningún protector, ni niñero, ni compañero, esa necesidad se había extinguido desde hace un buen rato, si su padre lo hubiera hecho antes, cuando era más pequeño y quería un amigo con quien pasar el tiempo, entonces Junior probablemente lo hubiera recibido de mejor forma. Ahora, la presencia de este “androide” solo significó una amenaza a su tranquilidad.
En segundo lugar, estaba la cuestión de lo que era.
A pesar de que sonaba a algo sacado de un libro de ciencia ficción, Junior lo aceptó rápidamente, las pruebas estaban ahí, no necesitaba darle más vueltas al asunto. De hecho, estaba interesado en descubrir más de su existencia: ¿Cómo estaba construido? ¿Cuál era su diseño? ¿Cuáles eran sus aptitudes, sus límites? ¿Por qué tenía una personalidad tan molesta? Si podía cambiar esto último, como Hiro había dicho que no podía, Junior podría aceptar su presencia. Sin embargo, tenía una duda que estaba interfiriendo en sus planes y que había querido solventar antes, pero, no había podido por dejarse llevar por sus emociones; estaba justificado, Hiro lo hacía irritar demasiado rápido.
Chistosamente, Junior había tomado la sugerencia el androide y había salido al jardín para disfrutar del buen clima. Los sirvientes habían dispuesto una mesa redonda con un mantel blanco, y habían llevado té y el desayuno que se había saltado por recibir al adolescente.
Como sabía que lo había seguido, y que se mantenía cerca suyo en todo momento, Junior lo llamó:
—Señor Hiro, ¿podría acercarse? Quiero hacerle una pregunta.
|| En estos momentos estoy probando toda la página de ficrol, trasteando subiendo toda la información que tengo acumulada sobre este pj, porque tengo bastante... Aviso por si aparecen o desaparecen publicaciones. Lo siento de antemano.
Y en segundo lugar, aunque este personaje se mueve mayormente por roles de ciencia ficción, fantasía y lo sobrenatural a la hora de rolear, podría adaptarme a otras cosas más slice of life, si alguien desea rolear.
|| En estos momentos estoy probando toda la página de ficrol, trasteando subiendo toda la información que tengo acumulada sobre este pj, porque tengo bastante... Aviso por si aparecen o desaparecen publicaciones. Lo siento de antemano.
Y en segundo lugar, aunque este personaje se mueve mayormente por roles de ciencia ficción, fantasía y lo sobrenatural a la hora de rolear, podría adaptarme a otras cosas más slice of life, si alguien desea rolear.
"Escribir es mi medio de escape favorito de los horrores del mundo. Mi felicidad es una ficción al igual que las historias que escribo. El alcohol mi único y fiel compañero" .
"A diario deseo dormir, soñar y no despertar ya nunca más".
"Escribir es mi medio de escape favorito de los horrores del mundo. Mi felicidad es una ficción al igual que las historias que escribo. El alcohol mi único y fiel compañero" .
"A diario deseo dormir, soñar y no despertar ya nunca más". 🥀🍷
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Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
Roleo por publicaciones y starters. Nunca en privado ¿Por qué? Quiero puntitos, fomentar la integración de nuevos personajes y mostrar actividad en la plataforma.
Personaje original. Fantasyverse. Alerta de contenido gore.
Extensión corta a medida, favor de evitar las biblias.
No hago sex-rol en ninguna de sus expresiones.
Todas mis publicaciones son de acceso libre para cualquier tipo de personaje, siempre y cuando se respete un mínimo de coherencia hacia la trama e historia de mi personaje. A cambio, haré lo mismo por los suyos.
Las interacciones random son muy bienvenidas siempre que cumplan con lo pedido en el punto anterior.
No soy asiduo a relacionarme offrol, por lo que agradezco no mezclar la realidad con la ficción.
Este personaje puede llegar a ser tan encantador como ofensivo con sus pares. Si eres susceptible a lo que sucede en el rol, sería buena idea bloquear esta cuenta.
Gracias por la atención. Nos vemos en la fantasía ♥
🧾 A tener en cuenta 🧾
📌 Roleo por publicaciones y starters. Nunca en privado ¿Por qué? Quiero puntitos, fomentar la integración de nuevos personajes y mostrar actividad en la plataforma.
📌 Personaje original. Fantasyverse. Alerta de contenido gore.
📌 Extensión corta a medida, favor de evitar las biblias.
📌 No hago sex-rol en ninguna de sus expresiones.
📌 Todas mis publicaciones son de acceso libre para cualquier tipo de personaje, siempre y cuando se respete un mínimo de coherencia hacia la trama e historia de mi personaje. A cambio, haré lo mismo por los suyos.
📌 Las interacciones random son muy bienvenidas siempre que cumplan con lo pedido en el punto anterior.
📌 No soy asiduo a relacionarme offrol, por lo que agradezco no mezclar la realidad con la ficción.
📌 Este personaje puede llegar a ser tan encantador como ofensivo con sus pares. Si eres susceptible a lo que sucede en el rol, sería buena idea bloquear esta cuenta.
📌 Gracias por la atención. Nos vemos en la fantasía ♥
Como si el clima estuviera coludido con su estado de ánimo, el cielo se veía despejado y soplaba un viento cálido. Incluso el aroma de las flores se colaba a través de las ventanas entreabiertas de la biblioteca. Junior lanzó una mirada contemplativa, imaginándose saliendo a disfrutar del día, sentado bajo un árbol y leyendo un libro de ficción, para variar un poco de su lectura netamente académica. Sin embargo, eso podría hacerlo más tarde, cuando su lección finalizara.
Junior no podía evitar sentirse contento, y eso empezaba a ser un problema, ya que le resultaba difícil ocultarlo. Movía las piernas infantilmente en su asiento y, de vez en cuando, se le formaba una pequeña sonrisa en los labios. La alegría que sentía estaba justificada: hoy era uno de esos días en los que el conde Phantomhive estaba presente y había decidido darle una lección personalmente. Junior lo valoraba mucho. A pesar de su ocupada agenda, el conde encontraba tiempo para dedicárselo a él en una lección que cualquier otro profesor contratado podría darle, aunque tarde o temprano tendría que revelarle que esas lecciones ya no eran suficientes. Hacía tiempo que había superado ese nivel y había estado instruyéndose por su cuenta con los libros de la biblioteca. Pero pronto estos tampoco serían suficientes.
Sin embargo, Junior deseaba prolongar estas lecciones personales. Disfrutaba sentándose a escuchar al conde, su experiencia en la administración de empresas y las tierras de la finca donde vivían eran fascinantes; su concentración fue tal que incluso el té se le había enfriado.
No obstante, se permitió distraerse un poco, la voz de fondo lo relajaba, y lo hacia pensar en lo considerado que era. Si no fuera por él, Junior estaría desperdiciando su intelecto en algún pueblo del norte, de donde provenía su familia, mientras que su primo, quien servía a la reina en Buckingham, no podía hacerse cargo de él. Distrayéndose aún más, se encontró pensando en su primo y en cuándo vendría a visitarlo. Era su única familia cercana en Londres, y de vez en cuando se sentía solo.
Como si el clima estuviera coludido con su estado de ánimo, el cielo se veía despejado y soplaba un viento cálido. Incluso el aroma de las flores se colaba a través de las ventanas entreabiertas de la biblioteca. Junior lanzó una mirada contemplativa, imaginándose saliendo a disfrutar del día, sentado bajo un árbol y leyendo un libro de ficción, para variar un poco de su lectura netamente académica. Sin embargo, eso podría hacerlo más tarde, cuando su lección finalizara.
Junior no podía evitar sentirse contento, y eso empezaba a ser un problema, ya que le resultaba difícil ocultarlo. Movía las piernas infantilmente en su asiento y, de vez en cuando, se le formaba una pequeña sonrisa en los labios. La alegría que sentía estaba justificada: hoy era uno de esos días en los que el conde Phantomhive estaba presente y había decidido darle una lección personalmente. Junior lo valoraba mucho. A pesar de su ocupada agenda, el conde encontraba tiempo para dedicárselo a él en una lección que cualquier otro profesor contratado podría darle, aunque tarde o temprano tendría que revelarle que esas lecciones ya no eran suficientes. Hacía tiempo que había superado ese nivel y había estado instruyéndose por su cuenta con los libros de la biblioteca. Pero pronto estos tampoco serían suficientes.
Sin embargo, Junior deseaba prolongar estas lecciones personales. Disfrutaba sentándose a escuchar al conde, su experiencia en la administración de empresas y las tierras de la finca donde vivían eran fascinantes; su concentración fue tal que incluso el té se le había enfriado.
No obstante, se permitió distraerse un poco, la voz de fondo lo relajaba, y lo hacia pensar en lo considerado que era. Si no fuera por él, Junior estaría desperdiciando su intelecto en algún pueblo del norte, de donde provenía su familia, mientras que su primo, quien servía a la reina en Buckingham, no podía hacerse cargo de él. Distrayéndose aún más, se encontró pensando en su primo y en cuándo vendría a visitarlo. Era su única familia cercana en Londres, y de vez en cuando se sentía solo.
Desde que era un niño, había desarrollado una forma singular y peculiar de expresar su tristeza. Cuando el inconfundible cosquilleo invadía sus ojos y las lágrimas comenzaban a fluir, un curioso sonido emergía de sus labios: "oioioi~". Era la única onomatopeya que conseguía articular en esos momentos.
Las lágrimas de cocodrilo, diminutas y cristalinas, surcaban sus pálidas mejillas mientras se aferraba dramáticamente a la persona que se encontraba a su lado. El espacio se llenaba con el eco de los suaves "oioioi" que brotaban de su boca. —Oioioi~ ¡Soy tan desdichado! —lloriqueaba, apenas comprensible entre sollozos entrecortados.
Resultaba complicado discernir si su llanto era genuino o simplemente un acto teatral, como solía ser frecuente en él. Con Rei, nunca se podía estar seguro de qué era realidad y qué era ficción. Su llanto era tan intenso que incluso llegaba a conmover a las rocas, asi es, estamos frente al mejor actor de todo Japón. ¿La causa detrás de su arrebato emocional? Nada más y nada menos que su hermano, quien lo había bloqueado por quinta vez en Instagram... ¡en tan solo una semana!
Desde que era un niño, había desarrollado una forma singular y peculiar de expresar su tristeza. Cuando el inconfundible cosquilleo invadía sus ojos y las lágrimas comenzaban a fluir, un curioso sonido emergía de sus labios: "oioioi~". Era la única onomatopeya que conseguía articular en esos momentos.
Las lágrimas de cocodrilo, diminutas y cristalinas, surcaban sus pálidas mejillas mientras se aferraba dramáticamente a la persona que se encontraba a su lado. El espacio se llenaba con el eco de los suaves "oioioi" que brotaban de su boca. —Oioioi~ ¡Soy tan desdichado! —lloriqueaba, apenas comprensible entre sollozos entrecortados.
Resultaba complicado discernir si su llanto era genuino o simplemente un acto teatral, como solía ser frecuente en él. Con Rei, nunca se podía estar seguro de qué era realidad y qué era ficción. Su llanto era tan intenso que incluso llegaba a conmover a las rocas, asi es, estamos frente al mejor actor de todo Japón. ¿La causa detrás de su arrebato emocional? Nada más y nada menos que su hermano, quien lo había bloqueado por quinta vez en Instagram... ¡en tan solo una semana!
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Se me ocurrió hacer una version alternativa de la ficha de este personaje, pero mas centrado en la ciencia ficción estilo cyberpunk, sin poderes y basado en su mayoria por tecnología
Se me ocurrió hacer una version alternativa de la ficha de este personaje, pero mas centrado en la ciencia ficción estilo cyberpunk, sin poderes y basado en su mayoria por tecnología :STK-78: