El punto de quiebre mental, la distorsión entre realidad y ficción estaba ahí en un punto muerto; sin vacilación, sus manos se mancharon de sangre arrebatando vidas sin prestar atención, enervada en la venganza.
El punto de quiebre mental, la distorsión entre realidad y ficción estaba ahí en un punto muerto; sin vacilación, sus manos se mancharon de sangre arrebatando vidas sin prestar atención, enervada en la venganza.