• Esto se ha publicado como Out Of Character. Tenlo en cuenta al responder.
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    // Al rato vengo a responder. Me lié estos días que son festivos porque toca recibir a la familia y así y he estado algo ocupado con esos asuntos. Hoy toca responder.//
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  • —Nuevo dia, nueva aventura. Las criaturas sobrenaturales no desaparecen, ¿cierto? Siempre hay algún pueblo donde uno de ellos se esconde... Salvando personas, cazando monstruos, el negocio familiar.... —

    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ #SeductiveSunday

    ㅤㅤㅤㅤㅤ #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    —Nuevo dia, nueva aventura. Las criaturas sobrenaturales no desaparecen, ¿cierto? Siempre hay algún pueblo donde uno de ellos se esconde... Salvando personas, cazando monstruos, el negocio familiar.... — ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ #SeductiveSunday ㅤㅤㅤㅤㅤ #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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  • Sostuvo la daga entre sus dedos, notando el peso exacto del arma. No era especialmente grande ni ostentosa, pero su filo relucía bajo la luz, impecable y mortal. Giró el mango con la mano, examinando la forma en que encajaba contra su palma. No era una daga común, no para alguien como él. Había algo en ese simple objeto que le resultaba desconcertante, algo que no tenía nada que ver con el arma en sí, sino con el acto de entregarla.

    Miró el filo una vez más, como si pudiera encontrar una respuesta grabada en su superficie. Su reflejo en el metal le devolvió una mirada dura, cansada, pero lo que realmente veía era otra cosa. Un mensaje, una intención. El tipo de gesto que alguien como él no estaba acostumbrado a recibir.

    —Hmph... —Murmuró, casi para sí mismo, mientras le daba vueltas al objeto. Sus pensamientos eran un remolino de preguntas que no sabía cómo formular, y tampoco estaba seguro de querer responderlas. No era un hombre que pensara demasiado en regalos, y mucho menos en el significado detrás de ellos. Pero esto... esto tenía peso, más allá del metal.

    Giró la daga una última vez y dejó escapar un largo suspiro. La apoyó con cuidado sobre la mesa cercana, dejando que el eco metálico rompiera el silencio. No sabía cómo recibir algo así. No sabía cómo aceptarlo sin sentir que estaba tomando algo que no era suyo, algo que no merecía.

    —Es solo un arma. —Se dijo, pero no podía engañarse. No era solo un arma. Era confianza, era algo que alguien le estaba ofreciendo de manera genuina, y eso lo ponía más incómodo que cualquier pelea que hubiera tenido.

    Se pasó una mano por la nuca, mirando la daga de reojo como si pudiera morderlo. Podía haberla rechazado, devolverla, decir que no la necesitaba. Pero algo en él sabía que no sería lo correcto. Aceptarla significaba algo. Algo que él no sabía si estaba listo para cargar. Finalmente, tomó la daga de nuevo y la sostuvo frente a su rostro. El filo capturó la luz de la lámpara, enviando un destello que casi lo hizo parpadear.

    —Bien... —Murmuró, en voz apenas audible.— Supongo que alguien como yo puede hacerle justicia.

    La deslizó dentro de su chaqueta, en un lugar donde pudiera alcanzarla rápido si lo necesitaba. La sensación del metal frío contra su costado lo hizo sentir algo extrañamente familiar. No era solo el arma. Era la idea de que alguien creyera que él podría usarla, que él podría proteger algo, o a alguien.

    De espaldas a la habitación, se permitió un leve gesto: una sonrisa apenas perceptible que desapareció tan rápido como había llegado. No era un hombre de palabras dulces ni de grandes gestos, pero en ese momento decidió algo.

    —Si la uso, será para algo que importe... —dijo en voz baja. Luego, cerró los ojos por un instante, dejando que el peso de aquel inesperado regalo se asentara, no solo en su chaqueta, sino en algún rincón olvidado de su alma.
    Sostuvo la daga entre sus dedos, notando el peso exacto del arma. No era especialmente grande ni ostentosa, pero su filo relucía bajo la luz, impecable y mortal. Giró el mango con la mano, examinando la forma en que encajaba contra su palma. No era una daga común, no para alguien como él. Había algo en ese simple objeto que le resultaba desconcertante, algo que no tenía nada que ver con el arma en sí, sino con el acto de entregarla. Miró el filo una vez más, como si pudiera encontrar una respuesta grabada en su superficie. Su reflejo en el metal le devolvió una mirada dura, cansada, pero lo que realmente veía era otra cosa. Un mensaje, una intención. El tipo de gesto que alguien como él no estaba acostumbrado a recibir. —Hmph... —Murmuró, casi para sí mismo, mientras le daba vueltas al objeto. Sus pensamientos eran un remolino de preguntas que no sabía cómo formular, y tampoco estaba seguro de querer responderlas. No era un hombre que pensara demasiado en regalos, y mucho menos en el significado detrás de ellos. Pero esto... esto tenía peso, más allá del metal. Giró la daga una última vez y dejó escapar un largo suspiro. La apoyó con cuidado sobre la mesa cercana, dejando que el eco metálico rompiera el silencio. No sabía cómo recibir algo así. No sabía cómo aceptarlo sin sentir que estaba tomando algo que no era suyo, algo que no merecía. —Es solo un arma. —Se dijo, pero no podía engañarse. No era solo un arma. Era confianza, era algo que alguien le estaba ofreciendo de manera genuina, y eso lo ponía más incómodo que cualquier pelea que hubiera tenido. Se pasó una mano por la nuca, mirando la daga de reojo como si pudiera morderlo. Podía haberla rechazado, devolverla, decir que no la necesitaba. Pero algo en él sabía que no sería lo correcto. Aceptarla significaba algo. Algo que él no sabía si estaba listo para cargar. Finalmente, tomó la daga de nuevo y la sostuvo frente a su rostro. El filo capturó la luz de la lámpara, enviando un destello que casi lo hizo parpadear. —Bien... —Murmuró, en voz apenas audible.— Supongo que alguien como yo puede hacerle justicia. La deslizó dentro de su chaqueta, en un lugar donde pudiera alcanzarla rápido si lo necesitaba. La sensación del metal frío contra su costado lo hizo sentir algo extrañamente familiar. No era solo el arma. Era la idea de que alguien creyera que él podría usarla, que él podría proteger algo, o a alguien. De espaldas a la habitación, se permitió un leve gesto: una sonrisa apenas perceptible que desapareció tan rápido como había llegado. No era un hombre de palabras dulces ni de grandes gestos, pero en ese momento decidió algo. —Si la uso, será para algo que importe... —dijo en voz baja. Luego, cerró los ojos por un instante, dejando que el peso de aquel inesperado regalo se asentara, no solo en su chaqueta, sino en algún rincón olvidado de su alma.
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  • [ADVERTENCIA:TEXTO MUY LARGO]


    ㅣCulminacion De Una Tragediaㅣ
    Parte 1/3

    —La ciudad estuvo bajo el mando de Cassandra y de Sirius,durante nueve meses mantuvieron el embarazo de ella en completo secreto,luego de nueve meses llenos calor y tibieza,su hijo al fin nacio,el nuevo Wimbleton llego en un contexto lleno de violencia y un amor transtornado en el frio cruel de un invierno nevado y blanco—


    —Despues de 5 meses despues de que Hank Ryan Wimbleton,el hijo de Sirius naciera en las habitaciones ocultas de la alcaldia,Cassandra y Sirius volvieron al mandato de la ciudad sin levantar sospecha.
    Una mañana nevada,mientras la familia estaba en el despacho de la alcaldesa,el cual usaban como sala comun para su hogar,escucharon disparos afuera,ella reviso las camaras y vieron a dos figuras femeninas abriendose paso por las puertas de la alcaldia hasta meterse a la fuerza en ella—


    "Son tus hermanas...Diles a las Nodrizas que se lleven a Hank a la habitación del panico"


    —Ella se acerco a Sirius y lo tomo de ambas mejillas—


    "Ya sabes que tienes que hacer,Lord Executor"



    —Sirius asintió y dejo a su hijo con aquellas mujeres,acto seguido se puso su polvorienta armadura y con ayuda de sus garras,trepo por las paredes de las habitaciones hasta dar con el vestíbulo,el cual era oscuro y frio,ellas no detectarian su presencia hasta que el baje.
    Una vez llego al vestibulo en silencio y se quedo colgado en el techo,presto atención a una conversacion que aquellas mujeres mantenian entre si—


    Holly:"La democracia es algo que es sagrado,inquebrantable,¿Porque romperla?"


    Cassandra:"A veces....para que el proletariado se levante en contra del poderoso,hay que romper las reglas..."


    Hana:"¿Y ese mensaje tiene que reclamar víctimas inocentes?"

    Cassandra:"Vicitimas de guerra,diria yo"

    —Las hermanas Wimbleton desenfundaron sus espadas y se prepararon para el combate—


    Cassandra:"Yo creo que yo no soy a la que deben enfrentar,yo creo que deben afrontar sus pecados....yo las declaro culpables de sus pecados..y las condeno a muerte,¿El verdugo?...Mi Lord"


    —Sirius se dejo caer,cayendo de pie frente a ellas,mostrando su apariencia plateada amenazante,ellas no sabian quien era,exceptuando Cassandra—


    Cassandra:"El verdugo se encargara de ustedes"


    —Cassandra giro su cabeza solo para ver a Sirius de espaldas,dirigiendo las siguientes palabras a el—


    Cassandra:"Ahora se decide todo,Mi Lord......Sirve a tu familia como padre y esposo,y entregate a mi,dejando tu apellido y tu pasado atras"


    —Las hermanas Wimbleton solo veian al guerrero plateado,hablando confiandas—

    Holly:"Otro pendejo mas para la tumba"

    Hana:"Hemos enfrentado a rivales mucho mas fuertes e importantes que tu"


    —Sirius al fin tomo la palabra,aprovechando su amplificador de voz aplicado en el traje—

    —No como yo....
    [ADVERTENCIA:TEXTO MUY LARGO] ㅣCulminacion De Una Tragediaㅣ Parte 1/3 —La ciudad estuvo bajo el mando de Cassandra y de Sirius,durante nueve meses mantuvieron el embarazo de ella en completo secreto,luego de nueve meses llenos calor y tibieza,su hijo al fin nacio,el nuevo Wimbleton llego en un contexto lleno de violencia y un amor transtornado en el frio cruel de un invierno nevado y blanco— —Despues de 5 meses despues de que Hank Ryan Wimbleton,el hijo de Sirius naciera en las habitaciones ocultas de la alcaldia,Cassandra y Sirius volvieron al mandato de la ciudad sin levantar sospecha. Una mañana nevada,mientras la familia estaba en el despacho de la alcaldesa,el cual usaban como sala comun para su hogar,escucharon disparos afuera,ella reviso las camaras y vieron a dos figuras femeninas abriendose paso por las puertas de la alcaldia hasta meterse a la fuerza en ella— "Son tus hermanas...Diles a las Nodrizas que se lleven a Hank a la habitación del panico" —Ella se acerco a Sirius y lo tomo de ambas mejillas— "Ya sabes que tienes que hacer,Lord Executor" —Sirius asintió y dejo a su hijo con aquellas mujeres,acto seguido se puso su polvorienta armadura y con ayuda de sus garras,trepo por las paredes de las habitaciones hasta dar con el vestíbulo,el cual era oscuro y frio,ellas no detectarian su presencia hasta que el baje. Una vez llego al vestibulo en silencio y se quedo colgado en el techo,presto atención a una conversacion que aquellas mujeres mantenian entre si— Holly:"La democracia es algo que es sagrado,inquebrantable,¿Porque romperla?" Cassandra:"A veces....para que el proletariado se levante en contra del poderoso,hay que romper las reglas..." Hana:"¿Y ese mensaje tiene que reclamar víctimas inocentes?" Cassandra:"Vicitimas de guerra,diria yo" —Las hermanas Wimbleton desenfundaron sus espadas y se prepararon para el combate— Cassandra:"Yo creo que yo no soy a la que deben enfrentar,yo creo que deben afrontar sus pecados....yo las declaro culpables de sus pecados..y las condeno a muerte,¿El verdugo?...Mi Lord" —Sirius se dejo caer,cayendo de pie frente a ellas,mostrando su apariencia plateada amenazante,ellas no sabian quien era,exceptuando Cassandra— Cassandra:"El verdugo se encargara de ustedes" —Cassandra giro su cabeza solo para ver a Sirius de espaldas,dirigiendo las siguientes palabras a el— Cassandra:"Ahora se decide todo,Mi Lord......Sirve a tu familia como padre y esposo,y entregate a mi,dejando tu apellido y tu pasado atras" —Las hermanas Wimbleton solo veian al guerrero plateado,hablando confiandas— Holly:"Otro pendejo mas para la tumba" Hana:"Hemos enfrentado a rivales mucho mas fuertes e importantes que tu" —Sirius al fin tomo la palabra,aprovechando su amplificador de voz aplicado en el traje— —No como yo....
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  • Alastor Dëmøń ¿Listo para celebrar navidad?~

    Sigue sin saber que demonios es la navidad en sí, pero saber que la pasarán juntos le hace mucha ilusión, más al saber que es algo sumamente familiar y cálido según lo que Adán le ha dicho.
    —[Dem0n] ¿Listo para celebrar navidad?~ Sigue sin saber que demonios es la navidad en sí, pero saber que la pasarán juntos le hace mucha ilusión, más al saber que es algo sumamente familiar y cálido según lo que Adán le ha dicho.
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  • Así que hacen una festividad dónde no incluyen a uno de los dos fundadores de la familia.... Muy bonitos... Muy bonitos.... Ahora sí acaban de perder su beneficio a la miel extra que les daba
    Así que hacen una festividad dónde no incluyen a uno de los dos fundadores de la familia.... Muy bonitos... Muy bonitos.... Ahora sí acaban de perder su beneficio a la miel extra que les daba
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  • Soy La princesa Nyx , Pero mis amigos e familiares me llaman Nyx
    Soy hija de actualmente rey demonio (Zeldris) , y de mi madre la reina (Gelda) .
    Sobrina del rey de Liones actualmente, tío Meliodas y tía Elizabeth Liones,Prima de Tristán Liones.
    Soy La princesa Nyx , Pero mis amigos e familiares me llaman Nyx Soy hija de actualmente rey demonio (Zeldris) , y de mi madre la reina (Gelda) . Sobrina del rey de Liones actualmente, tío Meliodas y tía Elizabeth Liones,Prima de Tristán Liones.
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  • *El día había sido perfecto. Muy pronto por la mañana, desayuno especial. Era el cumpleaños de los mellizos. Sigrid y Emrys recibieron las felicitaciones, besos y achuchones de sus padres y hermanos mayores. Después de desayunar, se fueron, ya era una tradición familiar, a Noruega a dar un paseo en trineo, tirado por un reno. Los niños disfrutaron mucho, al igual que Ate y Jormun. Ya en casa, después de la comida, descanso y prepararon la fiesta de cumpleaños de los mellizos. Todos lo pasaron genial, montando mucha bulla y risas. Los mellizos recibieron sus regalos y comieron todos tarta y chucherías. Ya caída la noche, la noche más larga del año, los mellizos juegan con sus hermanos mayores junto a la chimenea antes de cenar. Ate y Jormun sentados en el sofá y agarrados de las manos, ven lo felices que son sus retoños*
    *El día había sido perfecto. Muy pronto por la mañana, desayuno especial. Era el cumpleaños de los mellizos. Sigrid y Emrys recibieron las felicitaciones, besos y achuchones de sus padres y hermanos mayores. Después de desayunar, se fueron, ya era una tradición familiar, a Noruega a dar un paseo en trineo, tirado por un reno. Los niños disfrutaron mucho, al igual que Ate y Jormun. Ya en casa, después de la comida, descanso y prepararon la fiesta de cumpleaños de los mellizos. Todos lo pasaron genial, montando mucha bulla y risas. Los mellizos recibieron sus regalos y comieron todos tarta y chucherías. Ya caída la noche, la noche más larga del año, los mellizos juegan con sus hermanos mayores junto a la chimenea antes de cenar. Ate y Jormun sentados en el sofá y agarrados de las manos, ven lo felices que son sus retoños*
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  • Ahora tomare mi lugar que corresponde en la familia goetia...haré que todo aquel que esté en contra de mi, caiga...por qué ya no volveré a ser débil....ya nadie va a quebrar mi corazón por que lo arranque de mi ser...
    Ahora tomare mi lugar que corresponde en la familia goetia...haré que todo aquel que esté en contra de mi, caiga...por qué ya no volveré a ser débil....ya nadie va a quebrar mi corazón por que lo arranque de mi ser...
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  • ¿Así será?
    Categoría Original
    Isidro Rubio Villa de Montemar

    Capum, capum, capum. Mi corazón no puede dejar de bombear con fuerza.

    Después de dejar a Isidro y Bruna en esa habitación, escuché a mi tía Asumi hablar con mis padres. Les había contado todo.

    ¿Por qué lo hiciste? - Pregunté, perplejo; me sentí traicionado.
    Tus padres no me agradan, pero eres un niño, y los niños deben estar con sus padres. - Contestó ella, resignada.
    - Pero ellos fueron quienes-
    - No fuiste a la Fujiyama Gakuen, ¿Verdad? Elegiste vagar con esos dos chicos.
    - ¡Eso fue porque-
    - Lo sé. Es un lugar torturoso. Yo también huí de ahí, pero era mayor de edad. Tú no. Pensé que eras obediente, pero estás empezando a desafiar las cosas. Estás en problemas.

    No pude quedarme más en casa de tía Asumi. Tenía que alejarme de Isidro, había conversado tan devastadoramente con Bruna, y ahora mis padres lo sabían todo. Evité despedirme y escapé en la madrugada.

    ...

    El taxi se detuvo. Caminé hacia la puerta, y fue Nikaido quien la abrió, con el gesto serio, antes de saludarme.
    Cada paso por el pasillo me generaba un nuevo revoltijo al estómago. Ese sonido vacío con olor a represión social y recuerdos comprados. Hasta que finalmente: Están ahí los dos, sentados en la sala con sus posturas rígidas e impasibles, y sus miradas de furia contenida y decepción.

    - Ryuna ¿Esto es lo que has decidido hacer con tu vida?. - Rompe el silencio mi madre, con su gesto inexpresivo y su voz baja y calculada.

    Mi padre, por otra parte, me contempla fijamente, con ese golpecito de sus dedos al sofá que refleja su análisis y estrés. - Ni si quiera tuviste la decencia de ir a Fujiyama Gakuen. Después de nuestra discusión inicial, decidimos no hablarnos, pero que tú cumplirías con lo tuyo ¿Crees que puedes engañarnos?

    Yo me acerco en un paso hacia ellos, queriendo participar; sin embargo, mi madre alza su mano, indicándome que me detenga. - ¿Qué clase de espectáculo deplorable es este? Llegas herido después de pasarla con dos delincuentes europeos. ¿Es esto lo que eres ahora, un vagabundo que arrastra vergüenza con extraños?

    Sus palabras me paralizan. Siento tanta impotencia: cómo se refiere a ellos, cómo se refiere a mí. Separo los labios para hablar, pero ella interviene de vuelta.
    - Siempre fuiste torpe, sí, y...diferente. Lo aceptamos porque creíamos que con suficiente disciplina podrías corregirte. Pero esto...esto no tiene justificación.

    La desesperación me recubre, es injusto, es cruel. Abro la boca otra vez. - ¡Sus reglas-

    Mi papá se levanta abrupamente, furioso. - ¡No tienes derecho a hablar de reglas cuando lo único que has hecho es huir de ellas! Te dimos una oportunidad. Te dimos un lugar en Fujiyama, donde pudiste aprender a ser decente. Pero preferiste engañar nuestro trato. ¿Y para qué? ¿Para vagar por las calles y poner en peligro nuestro nombre?

    Él se acerca un paso más, con esa voz que me agua los ojos. - ¿Sabes lo que significa que hallas sido visto con esas personas? ¿Lo que la gente murmura de nosotros? Que nuestro único hijo ha elegido vivir como un criminal, como un...degenerado.

    No obstante, no aguanto más, y con los puños apretados, pero incapaz de verle: - ¿Por qué hablas como si hubieramos hecho algún acuerdo? ¿Acaso yo tuve opinión en algo de ir a ese lugar? ¿Yo les pedí que no me hablaran más? ¡Ustedes me abandonan y luego-

    Mi mamá culmina dándome una bofetada veloz, con su gesto inqueebrantable. - No te atrevas a decir que tu familia te abandonó, Ryuna. Eso no te lo permitiré. Tus desiciones fueron erradas y punto.

    - No necesitamos tus justificaciones. - Concluye mi padre.- A partir de ahora, harás lo que decidamos. Irás a Japón, a un internado que ya está siendo preparado para tí. Lejos de aquí, lejos de esas...distracciones que te han convertido en esto.

    El aire me abandona y me arrepiento. Debí rogarle a Bruna que me dejara quedarme junto con ellos, debí pasar más rato con Isidro, o ¿debí conocer a alguien más? Algo, debí hacer algo para evitar esto. No quiero, no quiero este futuro.

    - ¿Y si no quiero? - Suelto sin más, aguantando mi propio llanto.

    - No tienes opción. Tienes 17 años. Mientras estés bajo nuestro cargo, harás lo que se te ordene. - Contesta ella.

    Mi padre me toma del mentón, mirándome fijamente. - No olvides que todo, todo, lo que tienes proviene de nosotros. Sin nosotros, tú: No eres nada.

    Así, me quedó en mi habitación, totalmente devastado. El número de Bruna está allí, pero ella dijo que sólo llamaría si había algo nuevo. Mi dibujo del hogar de Isidro y de él también lo llevo.

    De lo que no tengo idea es de lo que pasó al otro lado y de que los medios de comunicación ya han empezado a hablar.
    [isimont12] Capum, capum, capum. Mi corazón no puede dejar de bombear con fuerza. Después de dejar a Isidro y Bruna en esa habitación, escuché a mi tía Asumi hablar con mis padres. Les había contado todo. ¿Por qué lo hiciste? - Pregunté, perplejo; me sentí traicionado. Tus padres no me agradan, pero eres un niño, y los niños deben estar con sus padres. - Contestó ella, resignada. - Pero ellos fueron quienes- - No fuiste a la Fujiyama Gakuen, ¿Verdad? Elegiste vagar con esos dos chicos. - ¡Eso fue porque- - Lo sé. Es un lugar torturoso. Yo también huí de ahí, pero era mayor de edad. Tú no. Pensé que eras obediente, pero estás empezando a desafiar las cosas. Estás en problemas. No pude quedarme más en casa de tía Asumi. Tenía que alejarme de Isidro, había conversado tan devastadoramente con Bruna, y ahora mis padres lo sabían todo. Evité despedirme y escapé en la madrugada. ... El taxi se detuvo. Caminé hacia la puerta, y fue Nikaido quien la abrió, con el gesto serio, antes de saludarme. Cada paso por el pasillo me generaba un nuevo revoltijo al estómago. Ese sonido vacío con olor a represión social y recuerdos comprados. Hasta que finalmente: Están ahí los dos, sentados en la sala con sus posturas rígidas e impasibles, y sus miradas de furia contenida y decepción. - Ryuna ¿Esto es lo que has decidido hacer con tu vida?. - Rompe el silencio mi madre, con su gesto inexpresivo y su voz baja y calculada. Mi padre, por otra parte, me contempla fijamente, con ese golpecito de sus dedos al sofá que refleja su análisis y estrés. - Ni si quiera tuviste la decencia de ir a Fujiyama Gakuen. Después de nuestra discusión inicial, decidimos no hablarnos, pero que tú cumplirías con lo tuyo ¿Crees que puedes engañarnos? Yo me acerco en un paso hacia ellos, queriendo participar; sin embargo, mi madre alza su mano, indicándome que me detenga. - ¿Qué clase de espectáculo deplorable es este? Llegas herido después de pasarla con dos delincuentes europeos. ¿Es esto lo que eres ahora, un vagabundo que arrastra vergüenza con extraños? Sus palabras me paralizan. Siento tanta impotencia: cómo se refiere a ellos, cómo se refiere a mí. Separo los labios para hablar, pero ella interviene de vuelta. - Siempre fuiste torpe, sí, y...diferente. Lo aceptamos porque creíamos que con suficiente disciplina podrías corregirte. Pero esto...esto no tiene justificación. La desesperación me recubre, es injusto, es cruel. Abro la boca otra vez. - ¡Sus reglas- Mi papá se levanta abrupamente, furioso. - ¡No tienes derecho a hablar de reglas cuando lo único que has hecho es huir de ellas! Te dimos una oportunidad. Te dimos un lugar en Fujiyama, donde pudiste aprender a ser decente. Pero preferiste engañar nuestro trato. ¿Y para qué? ¿Para vagar por las calles y poner en peligro nuestro nombre? Él se acerca un paso más, con esa voz que me agua los ojos. - ¿Sabes lo que significa que hallas sido visto con esas personas? ¿Lo que la gente murmura de nosotros? Que nuestro único hijo ha elegido vivir como un criminal, como un...degenerado. No obstante, no aguanto más, y con los puños apretados, pero incapaz de verle: - ¿Por qué hablas como si hubieramos hecho algún acuerdo? ¿Acaso yo tuve opinión en algo de ir a ese lugar? ¿Yo les pedí que no me hablaran más? ¡Ustedes me abandonan y luego- Mi mamá culmina dándome una bofetada veloz, con su gesto inqueebrantable. - No te atrevas a decir que tu familia te abandonó, Ryuna. Eso no te lo permitiré. Tus desiciones fueron erradas y punto. - No necesitamos tus justificaciones. - Concluye mi padre.- A partir de ahora, harás lo que decidamos. Irás a Japón, a un internado que ya está siendo preparado para tí. Lejos de aquí, lejos de esas...distracciones que te han convertido en esto. El aire me abandona y me arrepiento. Debí rogarle a Bruna que me dejara quedarme junto con ellos, debí pasar más rato con Isidro, o ¿debí conocer a alguien más? Algo, debí hacer algo para evitar esto. No quiero, no quiero este futuro. - ¿Y si no quiero? - Suelto sin más, aguantando mi propio llanto. - No tienes opción. Tienes 17 años. Mientras estés bajo nuestro cargo, harás lo que se te ordene. - Contesta ella. Mi padre me toma del mentón, mirándome fijamente. - No olvides que todo, todo, lo que tienes proviene de nosotros. Sin nosotros, tú: No eres nada. Así, me quedó en mi habitación, totalmente devastado. El número de Bruna está allí, pero ella dijo que sólo llamaría si había algo nuevo. Mi dibujo del hogar de Isidro y de él también lo llevo. De lo que no tengo idea es de lo que pasó al otro lado y de que los medios de comunicación ya han empezado a hablar.
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