• Encuentro: Jardín.
    Fandom Libre
    Categoría Romance
    La noche caía sobre los jardines del castillo y la brisa fresca movía apenas las hojas de los setos cuidadosamente recortados. Lucien D’Arlais caminaba entre sombras y estatuas, con los dedos rozando las piedras frías, absorto en sus pensamientos y en la quietud que tanto valoraba.

    Su mirada azul recorría los detalles del entorno, buscando patrones en la luz de la luna reflejada sobre el estanque. La sensación de soledad le resultaba familiar, como una compañía silenciosa que lo acompañaba siempre, incluso cuando la corte susurraba rumores sobre su nombre.

    Fue entonces cuando notó una figura distante, moviéndose entre las sombras con cautela, con la curiosidad de quien no pertenece al lugar pero no puede evitar explorar. Lucien no se apresuró a acercarse; se apoyó suavemente contra una columna, evaluando, midiendo, dejando que el momento respirara. Había algo en la manera en que la otra persona se movía que despertó su interés, y por un instante, la calma de la noche se llenó de expectativa silenciosa.
    La noche caía sobre los jardines del castillo y la brisa fresca movía apenas las hojas de los setos cuidadosamente recortados. Lucien D’Arlais caminaba entre sombras y estatuas, con los dedos rozando las piedras frías, absorto en sus pensamientos y en la quietud que tanto valoraba. Su mirada azul recorría los detalles del entorno, buscando patrones en la luz de la luna reflejada sobre el estanque. La sensación de soledad le resultaba familiar, como una compañía silenciosa que lo acompañaba siempre, incluso cuando la corte susurraba rumores sobre su nombre. Fue entonces cuando notó una figura distante, moviéndose entre las sombras con cautela, con la curiosidad de quien no pertenece al lugar pero no puede evitar explorar. Lucien no se apresuró a acercarse; se apoyó suavemente contra una columna, evaluando, midiendo, dejando que el momento respirara. Había algo en la manera en que la otra persona se movía que despertó su interés, y por un instante, la calma de la noche se llenó de expectativa silenciosa.
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    Individual
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  • - Un poco de terapia. -

    [• Luego de haber esperado una hora, el hombre finalmente escucha su nombre, procede a levantarse y ir hacia la oficina, dónde al ingresar, saluda al terapeuta. Cierra la puerta atrás suya, va hasta la mesa y luego de mover una silla hacia atrás y sentarse, procede con la terapia. •]

    Dr. Oracio: Hola señor.. Koroved, es un gusto, me presento, soy Oracio Gómez, seré hoy el que te escuchará y te dará recomendaciones ante tu situación compleja.

    - Si, tienes algo de té para acompañar?..

    Dr. Oracio: Si, tengo algo en un termo, permíteme.

    [• vería al señor como se agacha y busca el termo, para después ver qué ya al tenerlo a mano, abre la tapa y vería el líquido ligeramente caliente caer dentro de una taza blanca. •]

    - esa cantidad ya está bien.

    [• vería al señor parar, cerrar el envase y al imaginar que lo dejo bajo la mesa, este agarra la respectiva taza para poner el borde entre sus labios y finalmente tomar un poco. •]

    Dr. Oracio: tiene algo de Edulcorante, para tener un mejor sabor.
    Bien, quisiera saber ¿Cómo as estado enesta semana?.

    - Me e encontrado mejor, supongo... Aunque últimamente no puedo dormir bien, me levanto cansado o directamente no puedo dormir.

    Dr. Oracio: alguna razón en particular? Algún pensamiento? Algún miedo que se presenta en aquellos momentos?

    - si.. [• da otro pequeño trago a la taza de té. •] un poco de pensamientos con miedo si se le puede decir.

    Dr. Oracio: y que tipos de pensamientos o miedos te pasa en la cabeza?

    - algo de mi pasado... Escho cosas, siempre tengo a mano un arma por el pavor que siento en aquellos momentos.

    Dr. Oracio: y que cosas escuchas?.

    - [• se queda en silencio. Toma en silencio su té para terminarlo. •]

    Dr. Oracio: quiere un poco más de té?.

    - no, así estoy bien.. [• deja la taza en la mesa y luego lo rodea a centímetros con sus antebrazos. •]
    Ejem~ bueno, lo que escho.. son gritos hacia mi, todo en Ruso, palabras mal pronunciadas, pero algunas las escucho. Son... Insultos o reclamos.

    Dr. Oracio: y te resulta familiar alguna voz?

    - si... De mi padre y madre.
    [• mira ligeramente hacia abajo, aún pensante. •]

    Dr. Oracio: Te gritaban mucho?.. es común en cierto senti-

    - Silencio... Ellos no eran comunes, ellos eran unos malditos hijos de suka.
    No tiene ni palabra para definir lo que eran.. incluso monstruos quedaría cortó.. ¿Sabes cuánto tuve que soportar? 14 años, desde que era pequeño sentía odio hacia ellos, pero era un cobarde y nunca me atreví a escapar... Pensando que si regresaba sería peor.

    Dr. Oracio: oh.. tuviste algún momento mínimo de paz o un buen momento?

    - solo cuando cumplí 10, cuando nació mi hermana, ella mínimo era una luz entré todo lo que estaba pasando.

    Dr. Oracio: *abre un cajón y empeza a buscar, agarra un archivo, lo pone en la mesa y empieza a ver los papeles.* Y dime, Koroved, por qué dices que tú hermana era la "luz entré todo"?.

    - Ella desde que abrió los ojos, me vio de una manera diferente... A los dos le ví caminar y siempre iba hacia a mi, creo que veía mi dolor y quería quizás ser aquel consuelo que nunca encontré en aquellos momentos.
    Cuando aprendió a hablar a sus cuatro, si, era muy inteligente. Ella me empezó a llamar "oso" o "osito", porque le resultaba tierno pero tan intimidante y fuerte como uno verdadero... O algo así me dijo, tuve que interpretar ya que aún su mente no desarrollaba tanto su habla.

    [• rie ligeramente. •]

    - pero.. para ser más directos, ella era la única que me trataba como un humano, una persona, alguien normal y a su vez acompañado con un cariño y paz que simplemente me impresionaba.

    Dr. Oracio: si, debiste tener mucha suerte.

    - lo tuve cuando ella apareció... Mínimo era un pilar para seguir vivo.

    Dr. Oracio: lamento interrumpir, pero quisiera saber si algunas enfermedades mentales crecieron contigo o fue más por tu pasado?

    - ejem~ muy repentino, no?.. jajajaja... Si, tuve algunas cosas del pasado que ahora me obligan a tomar pastillas... Seguro que hay dice "multiple personalidad, esquizofrenia, estrés pos traumático" y otras más o me equivoco?

    Dr. Oracio: si, en efecto, quieres contarme el por qué o seguimos con tu historia?.

    - na.. te lo digo.
    La esquizofrenia fue más por todas las hormonas que libero mi cuerpo por el estrés, soledad, bla... Provocando ver cosas que no estaban

    La multi personalidad fue más por los constantes maltratos que tuve por el tiempo... Creo que sabes eso, no? [• mira el hombre asentir. •]. Bien.

    Tuve estrés pos trauma infantil también por el constante maltrato y las demás crecieron conmigo...

    Dr. Oracio: bien... Creo que el problema viene a ser la esquizofrenia y quizás esos pensamientos son más de "respuestas" o acciones comprimidas saliendo, quizás se intensificó al punto de que quizás tus pastillas no funcionan.
    Quizás te recomendaría esta rutina
    *Le entrega un papel* y lo sigas... Y ven más de seguido aquí para seguir hablando, ya que se acabó el tiempo.

    - bien, muchas gracias.

    [• al agarrar el papel y luego de darle un pequeño saludo de manos como despedida, finalmente sale de aquella oficina. •]



    •|| si llegaste hasta aquí, gracias por tu tiempo de leerlo, me levanté muy inspirado (???), te invito a dejar "mucho texto" en los comentarios y gracias nuevamente por su atención.
    - Un poco de terapia. - [• Luego de haber esperado una hora, el hombre finalmente escucha su nombre, procede a levantarse y ir hacia la oficina, dónde al ingresar, saluda al terapeuta. Cierra la puerta atrás suya, va hasta la mesa y luego de mover una silla hacia atrás y sentarse, procede con la terapia. •] Dr. Oracio: Hola señor.. Koroved, es un gusto, me presento, soy Oracio Gómez, seré hoy el que te escuchará y te dará recomendaciones ante tu situación compleja. - Si, tienes algo de té para acompañar?.. Dr. Oracio: Si, tengo algo en un termo, permíteme. [• vería al señor como se agacha y busca el termo, para después ver qué ya al tenerlo a mano, abre la tapa y vería el líquido ligeramente caliente caer dentro de una taza blanca. •] - esa cantidad ya está bien. [• vería al señor parar, cerrar el envase y al imaginar que lo dejo bajo la mesa, este agarra la respectiva taza para poner el borde entre sus labios y finalmente tomar un poco. •] Dr. Oracio: tiene algo de Edulcorante, para tener un mejor sabor. Bien, quisiera saber ¿Cómo as estado enesta semana?. - Me e encontrado mejor, supongo... Aunque últimamente no puedo dormir bien, me levanto cansado o directamente no puedo dormir. Dr. Oracio: alguna razón en particular? Algún pensamiento? Algún miedo que se presenta en aquellos momentos? - si.. [• da otro pequeño trago a la taza de té. •] un poco de pensamientos con miedo si se le puede decir. Dr. Oracio: y que tipos de pensamientos o miedos te pasa en la cabeza? - algo de mi pasado... Escho cosas, siempre tengo a mano un arma por el pavor que siento en aquellos momentos. Dr. Oracio: y que cosas escuchas?. - [• se queda en silencio. Toma en silencio su té para terminarlo. •] Dr. Oracio: quiere un poco más de té?. - no, así estoy bien.. [• deja la taza en la mesa y luego lo rodea a centímetros con sus antebrazos. •] Ejem~ bueno, lo que escho.. son gritos hacia mi, todo en Ruso, palabras mal pronunciadas, pero algunas las escucho. Son... Insultos o reclamos. Dr. Oracio: y te resulta familiar alguna voz? - si... De mi padre y madre. [• mira ligeramente hacia abajo, aún pensante. •] Dr. Oracio: Te gritaban mucho?.. es común en cierto senti- - Silencio... Ellos no eran comunes, ellos eran unos malditos hijos de suka. No tiene ni palabra para definir lo que eran.. incluso monstruos quedaría cortó.. ¿Sabes cuánto tuve que soportar? 14 años, desde que era pequeño sentía odio hacia ellos, pero era un cobarde y nunca me atreví a escapar... Pensando que si regresaba sería peor. Dr. Oracio: oh.. tuviste algún momento mínimo de paz o un buen momento? - solo cuando cumplí 10, cuando nació mi hermana, ella mínimo era una luz entré todo lo que estaba pasando. Dr. Oracio: *abre un cajón y empeza a buscar, agarra un archivo, lo pone en la mesa y empieza a ver los papeles.* Y dime, Koroved, por qué dices que tú hermana era la "luz entré todo"?. - Ella desde que abrió los ojos, me vio de una manera diferente... A los dos le ví caminar y siempre iba hacia a mi, creo que veía mi dolor y quería quizás ser aquel consuelo que nunca encontré en aquellos momentos. Cuando aprendió a hablar a sus cuatro, si, era muy inteligente. Ella me empezó a llamar "oso" o "osito", porque le resultaba tierno pero tan intimidante y fuerte como uno verdadero... O algo así me dijo, tuve que interpretar ya que aún su mente no desarrollaba tanto su habla. [• rie ligeramente. •] - pero.. para ser más directos, ella era la única que me trataba como un humano, una persona, alguien normal y a su vez acompañado con un cariño y paz que simplemente me impresionaba. Dr. Oracio: si, debiste tener mucha suerte. - lo tuve cuando ella apareció... Mínimo era un pilar para seguir vivo. Dr. Oracio: lamento interrumpir, pero quisiera saber si algunas enfermedades mentales crecieron contigo o fue más por tu pasado? - ejem~ muy repentino, no?.. jajajaja... Si, tuve algunas cosas del pasado que ahora me obligan a tomar pastillas... Seguro que hay dice "multiple personalidad, esquizofrenia, estrés pos traumático" y otras más o me equivoco? Dr. Oracio: si, en efecto, quieres contarme el por qué o seguimos con tu historia?. - na.. te lo digo. La esquizofrenia fue más por todas las hormonas que libero mi cuerpo por el estrés, soledad, bla... Provocando ver cosas que no estaban La multi personalidad fue más por los constantes maltratos que tuve por el tiempo... Creo que sabes eso, no? [• mira el hombre asentir. •]. Bien. Tuve estrés pos trauma infantil también por el constante maltrato y las demás crecieron conmigo... Dr. Oracio: bien... Creo que el problema viene a ser la esquizofrenia y quizás esos pensamientos son más de "respuestas" o acciones comprimidas saliendo, quizás se intensificó al punto de que quizás tus pastillas no funcionan. Quizás te recomendaría esta rutina *Le entrega un papel* y lo sigas... Y ven más de seguido aquí para seguir hablando, ya que se acabó el tiempo. - bien, muchas gracias. [• al agarrar el papel y luego de darle un pequeño saludo de manos como despedida, finalmente sale de aquella oficina. •] •|| si llegaste hasta aquí, gracias por tu tiempo de leerlo, me levanté muy inspirado (???), te invito a dejar "mucho texto" en los comentarios y gracias nuevamente por su atención.
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    Porque el hijo de la chica más sexy de la familia es automáticamente el chico más sexy de la familia?

    Lisesharte Freya Ishtar
    Porque el hijo de la chica más sexy de la familia es automáticamente el chico más sexy de la familia? [Freya_Ishtar]
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  • Hiro: Listo para las decoraciones de Krampusnacht! Sean muy felices todos con sus familias y amigos :D!
    Hiro: Listo para las decoraciones de Krampusnacht! Sean muy felices todos con sus familias y amigos :D!
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  • “𝑨𝒏𝒚 𝒎𝒂𝒏, 𝒚𝒐𝒖'𝒍𝒍 𝒔𝒐𝒐𝒏 𝒍𝒆𝒂𝒓𝒏, 𝒉𝒂𝒔 𝒂𝒏 𝒊𝒏𝒔𝒖𝒓𝒎𝒐𝒖𝒏𝒕𝒂𝒃𝒍𝒆 𝒏𝒆𝒆𝒅 𝒕𝒐 𝒃𝒍𝒂𝒎𝒆 𝒔𝒐𝒎𝒆𝒐𝒏𝒆 𝒆𝒍𝒔𝒆 𝒘𝒉𝒆𝒏 𝒉𝒆 𝒊𝒔 𝒎𝒂𝒅𝒆 𝒕𝒐 𝒍𝒐𝒐𝒌 𝒂 𝒇𝒐𝒐𝒍.”
    Fandom Los Bridgerton
    Categoría Slice of Life
    Había un nuevo miembro en la familia de los Bridgerton. No había pasado mucho tiempo desde su propia boda, pero agradecía no ser el miembro más reciente.

    Y todo a pesar de que aquella boda entre Daphne y ꜱɪᴍᴏɴ ᴀʀᴛʜᴜʀ ʜᴇɴʀʏ ꜰɪᴛᴢʀᴀɴᴜʟᴘʜ ʙᴀꜱꜱᴇᴛ seguía siendo un misterio para ella. Anthony le indicó que se lo contaría una vez todo estuviese más tranquilo, y estaba convencida de que su mal humor venía por la misma. Era por eso que Kate quería intentar apaciguar las aguas, o ver si podía ayudar de alguna manera.

    Y al menos, tuvo la suerte de que el Duque había ido a su residencia. Seguramente fuese a ver a Anthony, pero ella estaba encantada de poder atenderle y conocerle un poco más.

    Con una sonrisa, entró en la estancia donde le habían dejado esperando, haciendo una reverencia.

    -Deberéis disculpar a mi marido, excelencia. Ha tenido que salir. Pero espero que mi compañía sea suficiente para usted.
    Había un nuevo miembro en la familia de los Bridgerton. No había pasado mucho tiempo desde su propia boda, pero agradecía no ser el miembro más reciente. Y todo a pesar de que aquella boda entre Daphne y [Sim0n] seguía siendo un misterio para ella. Anthony le indicó que se lo contaría una vez todo estuviese más tranquilo, y estaba convencida de que su mal humor venía por la misma. Era por eso que Kate quería intentar apaciguar las aguas, o ver si podía ayudar de alguna manera. Y al menos, tuvo la suerte de que el Duque había ido a su residencia. Seguramente fuese a ver a Anthony, pero ella estaba encantada de poder atenderle y conocerle un poco más. Con una sonrisa, entró en la estancia donde le habían dejado esperando, haciendo una reverencia. -Deberéis disculpar a mi marido, excelencia. Ha tenido que salir. Pero espero que mi compañía sea suficiente para usted.
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    Grupal
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  • Naomi
    Edad: 25–29 años
    Profesión: Enfermera
    Signo: Escorpio

    Apariencia:
    Cabello castaño claro o rubio suave champán que suele sujetar con una coleta sencilla. De ojos azules grandes, expresivos, llenos de ilusión y a veces de inseguridad, su piel es clara con mejillas que se ruborizan cuando se pone nerviosa.

    Personalidad:
    Dulce, amable, gentil hasta el corazón.
    Torpe de vez en cuando, pero muy dedicada.
    Siente una vocación enorme por ayudar, aunque todavía duda de su habilidad.
    Se preocupa profundamente por sus pacientes, incluso cuando solo puede tomar signos vitales.
    Insegura sobre su futuro, pero con un brillo esperanzador en los ojos.
    Noble, sensible y con un sentido de responsabilidad muy grande para su edad.

    ️ Historia:
    Por el momento me cansé de escribir x.x luego le sigo!


    Aunque ama ayudar, Naomi arrastra un miedo silencioso:
    “¿Y si no soy suficiente para salvar a alguien?”
    Presenció en su internado la muerte de un paciente joven que ella cuidaba. No fue su culpa, pero se culpó igual.
    Desde entonces teme volver a fallar… y por eso estudia el doble, duerme menos y se exige demasiado.

    La presión familiar:
    Su madre quiere que Naomi sea “una enfermera respetable, con especialidad en algo seguro”.
    Su padre quiere que “vaya a urgencias, para que aprenda carácter”.
    Naomi… solo quiere descubrir qué la hace feliz. A veces siente que decepciona a ambos por no saber qué camino tomar.

    Corazón roto:
    Tenía una relación de varios años con un chico de su clase… hasta que descubrió que él se burlaba de su “exceso de sensibilidad” y la trataba como alguien débil.
    La engañó con otra compañera.
    Desde entonces le cuesta confiar, aunque mantiene su dulzura intacta, como si se negara a perder la fe en el mundo.

    Ademas, tiene la sensación de que todos avanzan más rápido que ella.
    Que todos saben lo que quieren… menos ella. Pero aun así sonríe, respira hondo, y sigue adelante.

    Gustos y Pequeñas Particularidades:

    Adora el café con leche muy espumoso, aunque le cae pesado en las noches.
    Lleva una relación sana con la comida y no sataniza la pizza o hamburguesas, balancea bien su alimentación.
    Le encantan los cachorros de animales; se derrite cuando ve uno.
    Ama los dulces suaves como malvaviscos o flan.



    🕰Hobbies:
    ~Le encanta leer novelas románticas o de fantasía ligera.
    ~Aprende origami para relajarse.
    ~A veces dibuja plantitas o flores en los bordes de sus cuadernos.
    ~Ve videos de cocina, aunque casi siempre termina pidiendo comida a domicilio.

    Gustos curiosos:
    ~Le gusta el olor a lavandería limpia; le recuerda seguridad.
    ~Guarda un pequeño diario donde escribe sus “cosas que quiero mejorar”.


    Miedos que no confiesa:

    ~Las tormentas eléctricas la ponen nerviosa.
    ~El silencio absoluto de la sala de hospital de noche le causa escalofríos.
    ~Le teme profundamente a decepcionar a alguien.
    ~Encuentros con fantasmas.
    🩺 Naomi Edad: 25–29 años Profesión: Enfermera Signo: Escorpio 🌸 Apariencia: Cabello castaño claro o rubio suave champán que suele sujetar con una coleta sencilla. De ojos azules grandes, expresivos, llenos de ilusión y a veces de inseguridad, su piel es clara con mejillas que se ruborizan cuando se pone nerviosa. 🌸 Personalidad: Dulce, amable, gentil hasta el corazón. Torpe de vez en cuando, pero muy dedicada. Siente una vocación enorme por ayudar, aunque todavía duda de su habilidad. Se preocupa profundamente por sus pacientes, incluso cuando solo puede tomar signos vitales. Insegura sobre su futuro, pero con un brillo esperanzador en los ojos. Noble, sensible y con un sentido de responsabilidad muy grande para su edad. 🎠⭐️ Historia: Por el momento me cansé de escribir x.x luego le sigo! 🌸Aunque ama ayudar, Naomi arrastra un miedo silencioso: “¿Y si no soy suficiente para salvar a alguien?” Presenció en su internado la muerte de un paciente joven que ella cuidaba. No fue su culpa, pero se culpó igual. Desde entonces teme volver a fallar… y por eso estudia el doble, duerme menos y se exige demasiado. 🌻La presión familiar: Su madre quiere que Naomi sea “una enfermera respetable, con especialidad en algo seguro”. Su padre quiere que “vaya a urgencias, para que aprenda carácter”. Naomi… solo quiere descubrir qué la hace feliz. A veces siente que decepciona a ambos por no saber qué camino tomar. 💔Corazón roto: Tenía una relación de varios años con un chico de su clase… hasta que descubrió que él se burlaba de su “exceso de sensibilidad” y la trataba como alguien débil. La engañó con otra compañera. Desde entonces le cuesta confiar, aunque mantiene su dulzura intacta, como si se negara a perder la fe en el mundo. Ademas, tiene la sensación de que todos avanzan más rápido que ella. Que todos saben lo que quieren… menos ella. Pero aun así sonríe, respira hondo, y sigue adelante. 🌸 Gustos y Pequeñas Particularidades: ☕️🧁Adora el café con leche muy espumoso, aunque le cae pesado en las noches. 🍕🍔Lleva una relación sana con la comida y no sataniza la pizza o hamburguesas, balancea bien su alimentación. 🐾💕Le encantan los cachorros de animales; se derrite cuando ve uno. 🍮🍬Ama los dulces suaves como malvaviscos o flan. 🕰🎶📕Hobbies: ~Le encanta leer novelas románticas o de fantasía ligera. ~Aprende origami para relajarse. ~A veces dibuja plantitas o flores en los bordes de sus cuadernos. ~Ve videos de cocina, aunque casi siempre termina pidiendo comida a domicilio. 🥼📚Gustos curiosos: ~Le gusta el olor a lavandería limpia; le recuerda seguridad. ~Guarda un pequeño diario donde escribe sus “cosas que quiero mejorar”. 😱⛈️Miedos que no confiesa: ~Las tormentas eléctricas la ponen nerviosa. ~El silencio absoluto de la sala de hospital de noche le causa escalofríos. ~Le teme profundamente a decepcionar a alguien. ~Encuentros con fantasmas.
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  • El invierno se acerca y hay que ir preparando todo. La decoración en casa ya está lista. Hemos pasado unos dias maravillosos en familia decorando nuestro hogar. Y pronto, cuando mis hijos comiencen sus vacaciones de inverno, iremos a patinar y esquiar. ¡Está todo precioso con la nieve!
    El invierno se acerca y hay que ir preparando todo. La decoración en casa ya está lista. Hemos pasado unos dias maravillosos en familia decorando nuestro hogar. Y pronto, cuando mis hijos comiencen sus vacaciones de inverno, iremos a patinar y esquiar. ¡Está todo precioso con la nieve! :STK-9:
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  • # • ───
    ¡Hola!.
    Quería activar un poquito mi cuenta para motivarme a seguir aquí por lo que estoy en búsqueda de amiguitos, familia, etc, etc.
    🍒# • ─── ¡Hola!. Quería activar un poquito mi cuenta para motivarme a seguir aquí por lo que estoy en búsqueda de amiguitos, familia, etc, etc.
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  • Pasar demasiado tiempo a solas conmigo mismo me agobia, me estresa, me desespera ¿En qué momento mi cabeza se me fue tanto de las manos? No recuerdo exactamente la última vez que me puse a pensar en ello...
    ¿Habrá sido una mala idea dejar a mi psicóloga? Necesito alguien que venga y ordene todo esto por mi porque no puedo solo... No quiero ver a mi familia preocupada de nuevo.
    Pasar demasiado tiempo a solas conmigo mismo me agobia, me estresa, me desespera ¿En qué momento mi cabeza se me fue tanto de las manos? No recuerdo exactamente la última vez que me puse a pensar en ello... ¿Habrá sido una mala idea dejar a mi psicóloga? Necesito alguien que venga y ordene todo esto por mi porque no puedo solo... No quiero ver a mi familia preocupada de nuevo.
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  • 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜𝐨𝐧𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨 𝐔́𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐒𝐨𝐜𝐢𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐀𝐦𝐞𝐫𝐢𝐜𝐚𝐧𝐚.
    Fandom Harry Potter
    Categoría Romance
    STARTER PARA ───── 𝑸𝑼𝑬𝑬𝑵𝑰𝑬 𝐆𝐎𝐋𝐃𝐒𝐓𝐄𝐈𝐍


    Edificio Woolworth.
    Nueva York, Estados Unidos de América.

    El cómo había llegado hasta allí era una pregunta que llevaba planteándose incluso desde antes de que se iniciara su viaje. Sabía bien que debería dirigirse hacia el MACUSA para realizar un par de trámites que a él le parecían desde luego innecesarios.

    La seguridad se había extremado aquellos días dado el actual peligro en el mundo mágico. Las cosas no estaban tan bien como el Ministro aseguraba, y el pueblo lo sabía. ¿Cómo no saberlo?

    El Ministerio de Magia Británico también estaba al tanto del peligro que representaban aquellos que deseaban presentarse próximamente a las elecciones generales para liderar el mundo mágico. Grindelwald estaba entre ellos, y aunque la inmensa mayoría deseaba que gobernara puesto que sus ideales eran compartidos por gran parte de la comunidad mágica, sus ideas eran descabelladas para muchos. La pureza de la sangre, los no-mags (gente no mágica) y muchas otras cosas más tenían al mundo patas arriba. El miedo los dominaba, claro; era comprensible.

    Pero por suerte, Abraxas pertenecía a ese bando al que no le preocupaba lo que sucediera con los derechos de las personas no mágicas. La pureza de sangre siempre había existido en su familia, era parte de esa gran mayoría que apoyaba la causa. Aunque, para ser sinceros, a él poco le importaban esas luchas.

    Había oído hablar de Grindelwald y se había interesado en formar parte de sus filas. Dado su poder como cambiaformas, podría resultar de gran utilidad como espía. Cambiando su aspecto a voluntad —ya fuese un animal, una persona (incluyendo géneros diversos)—, Abraxas era capaz de adquirir la forma que quisiera en su propio beneficio.

    Su familia había apoyado y defendido con suma satisfacción su decisión de viajar hasta Nueva York para presentarse ante Grindelwald y servir a sus propósitos. Lo que en absoluto le apetecía era tener que presentarse al MACUSA y entregar toda aquella información sobre él.

    Allí todos lo observaban de cerca, su apellido era bien conocido y aunque, precisamente, una Lestrange trabajara para el Ministerio Británico de Magia como ayudante del Jefe del Departamento de Seguridad Mágica, el rostro de Abraxas ya despertaba ciertas sospechas de que sus intenciones podrían no llegar a ser las esperadas.

    —¿Queda algo más? ¿O ya puedo visitar su hermoso país? —preguntó, después de firmar el que creyó (y esperó) que fuese el último pergamino de permisos del MACUSA.
    —Oficina del permiso de varitas. Una planta más abajo.
    —¿Permiso de varitas?

    Pero la ventanilla del servicio en el que se encontraba se cerró de malas formas. Abraxas apretó los dientes, marcándose su mandíbula bajo los pómulos. Tragó saliva y removió sus cabellos, apartándolos de su rostro. Si había algo que no soportaba era que tocaran sus cosas, y su varita era tal vez lo más preciado que tenía en posesión. Podría resultar extraño que alguien se aferrara tanto a su varita, pero para él simbolizaba demasiado como para que un funcionario estúpido se dedicara a toquetearla sin más.

    De alguna forma era como que alguien toqueteara a tu esposa, a tu hija, y tú no pudieras hacer nada. Su varita era una extensión de sí mismo, una de sus fuentes de poder. Si alguien la tocaba con sus malditas manos podría apropiarse de ese poder o incluso mermarlo de alguna forma. No, no permitiría que nadie tocara su varita.

    Abraxas no era especialmente conocido por su buen comportamiento con respecto a la ley. Así que no tuvo que lidiar demasiado con la duda de si marcharse de allí sin presentar el último trámite o quedarse y ser un ciudadano ejemplar.

    Lestrange bajó, cruzó la entrada principal y en seguida alguien lo detuvo. Un tipo de uniforme policial llamó su atención. Era un sujeto corpulento, calvo y de piel más roja que blanca. En su camisa había restos del desayuno, migas de rosquilla. Y si se acercaba lo suficiente, su boca desprendería el olor del café que había ingerido horas antes.

    —Caballero.
    Abraxas se detuvo en seco, girándose.
    —La Oficina del permiso de varitas está por aquí.

    No era de extrañar que lo supiera. Allí todo el mundo lo sabía todo. La seguridad se había extremado y algo tan simple como revisar una varita parecía ser de especial importancia aquellos días. Menuda estupidez, pensó.

    Pero no pudo hacer mucho: el guardia lo llevó hasta la oficina y, para cuando quiso darse cuenta, estaba esperando para ser atendido.

    Su mirada repasó por completo todo el lugar y a las personas que allí se encontraban. No podía imaginarse a ninguna de ellas tocando su varita. ¿Deberían hacerlo? ¿Formaba acaso eso parte del procedimiento?

    —¿Sr. Lestrange? —preguntó una voz femenina tan dulce que logró confundirlo.

    Su mirada buscó en dirección a la voz, hacia su derecha. Una mujer rubia, con aspecto reluciente, aguardaba con una dulce sonrisa.

    —Sí.
    —Está en el lugar indicado. Venga conmigo.

    ¿Contigo?

    Lestrange volvió a mirar al resto de mesas; nadie allí se había levantado para recibir a nadie, así que supuso que era simplemente una funcionaria que se dedicaba a distribuir a los clientes a las mesas asignadas. Pero los pasos seguían avanzando y las mesas vacías se iban alejando. Entonces ella tomó asiento tras un escritorio. “Queenie Goldstein”, rezaba el cartel sobre la madera de roble.

    —Por favor, siéntese.

    Una sonrisa por cada palabra. Pero en el gesto de él no había ninguna sonrisa, sino más bien desconfianza; una evidente desconfianza y una clara incomodidad que ni siquiera se molestó en ocultar.

    —Tranquilo, no le robaré mucho tiempo, tan solo necesito un par de documentos y su varita. Será rápido, ya lo verá…
    —No voy a darle mi varita.

    Quizá aquella fue la primera vez en toda su vida que alguien se negaba a algo tan sencillo como mostrar su varita. Normalmente solían presentarse más molestos cuando les solicitaba que les entregara todos los documentos que eran necesarios, ¿pero aquello?

    La mirada de Abraxas se mantenía fija en los ojos de la bruja de manera severa. Bien sabía él que la cosa no se terminaba ahí, pero seguiría firme en su respuesta.
    STARTER PARA [L3GEREMENS] Edificio Woolworth. Nueva York, Estados Unidos de América. El cómo había llegado hasta allí era una pregunta que llevaba planteándose incluso desde antes de que se iniciara su viaje. Sabía bien que debería dirigirse hacia el MACUSA para realizar un par de trámites que a él le parecían desde luego innecesarios. La seguridad se había extremado aquellos días dado el actual peligro en el mundo mágico. Las cosas no estaban tan bien como el Ministro aseguraba, y el pueblo lo sabía. ¿Cómo no saberlo? El Ministerio de Magia Británico también estaba al tanto del peligro que representaban aquellos que deseaban presentarse próximamente a las elecciones generales para liderar el mundo mágico. Grindelwald estaba entre ellos, y aunque la inmensa mayoría deseaba que gobernara puesto que sus ideales eran compartidos por gran parte de la comunidad mágica, sus ideas eran descabelladas para muchos. La pureza de la sangre, los no-mags (gente no mágica) y muchas otras cosas más tenían al mundo patas arriba. El miedo los dominaba, claro; era comprensible. Pero por suerte, Abraxas pertenecía a ese bando al que no le preocupaba lo que sucediera con los derechos de las personas no mágicas. La pureza de sangre siempre había existido en su familia, era parte de esa gran mayoría que apoyaba la causa. Aunque, para ser sinceros, a él poco le importaban esas luchas. Había oído hablar de Grindelwald y se había interesado en formar parte de sus filas. Dado su poder como cambiaformas, podría resultar de gran utilidad como espía. Cambiando su aspecto a voluntad —ya fuese un animal, una persona (incluyendo géneros diversos)—, Abraxas era capaz de adquirir la forma que quisiera en su propio beneficio. Su familia había apoyado y defendido con suma satisfacción su decisión de viajar hasta Nueva York para presentarse ante Grindelwald y servir a sus propósitos. Lo que en absoluto le apetecía era tener que presentarse al MACUSA y entregar toda aquella información sobre él. Allí todos lo observaban de cerca, su apellido era bien conocido y aunque, precisamente, una Lestrange trabajara para el Ministerio Británico de Magia como ayudante del Jefe del Departamento de Seguridad Mágica, el rostro de Abraxas ya despertaba ciertas sospechas de que sus intenciones podrían no llegar a ser las esperadas. —¿Queda algo más? ¿O ya puedo visitar su hermoso país? —preguntó, después de firmar el que creyó (y esperó) que fuese el último pergamino de permisos del MACUSA. —Oficina del permiso de varitas. Una planta más abajo. —¿Permiso de varitas? Pero la ventanilla del servicio en el que se encontraba se cerró de malas formas. Abraxas apretó los dientes, marcándose su mandíbula bajo los pómulos. Tragó saliva y removió sus cabellos, apartándolos de su rostro. Si había algo que no soportaba era que tocaran sus cosas, y su varita era tal vez lo más preciado que tenía en posesión. Podría resultar extraño que alguien se aferrara tanto a su varita, pero para él simbolizaba demasiado como para que un funcionario estúpido se dedicara a toquetearla sin más. De alguna forma era como que alguien toqueteara a tu esposa, a tu hija, y tú no pudieras hacer nada. Su varita era una extensión de sí mismo, una de sus fuentes de poder. Si alguien la tocaba con sus malditas manos podría apropiarse de ese poder o incluso mermarlo de alguna forma. No, no permitiría que nadie tocara su varita. Abraxas no era especialmente conocido por su buen comportamiento con respecto a la ley. Así que no tuvo que lidiar demasiado con la duda de si marcharse de allí sin presentar el último trámite o quedarse y ser un ciudadano ejemplar. Lestrange bajó, cruzó la entrada principal y en seguida alguien lo detuvo. Un tipo de uniforme policial llamó su atención. Era un sujeto corpulento, calvo y de piel más roja que blanca. En su camisa había restos del desayuno, migas de rosquilla. Y si se acercaba lo suficiente, su boca desprendería el olor del café que había ingerido horas antes. —Caballero. Abraxas se detuvo en seco, girándose. —La Oficina del permiso de varitas está por aquí. No era de extrañar que lo supiera. Allí todo el mundo lo sabía todo. La seguridad se había extremado y algo tan simple como revisar una varita parecía ser de especial importancia aquellos días. Menuda estupidez, pensó. Pero no pudo hacer mucho: el guardia lo llevó hasta la oficina y, para cuando quiso darse cuenta, estaba esperando para ser atendido. Su mirada repasó por completo todo el lugar y a las personas que allí se encontraban. No podía imaginarse a ninguna de ellas tocando su varita. ¿Deberían hacerlo? ¿Formaba acaso eso parte del procedimiento? —¿Sr. Lestrange? —preguntó una voz femenina tan dulce que logró confundirlo. Su mirada buscó en dirección a la voz, hacia su derecha. Una mujer rubia, con aspecto reluciente, aguardaba con una dulce sonrisa. —Sí. —Está en el lugar indicado. Venga conmigo. ¿Contigo? Lestrange volvió a mirar al resto de mesas; nadie allí se había levantado para recibir a nadie, así que supuso que era simplemente una funcionaria que se dedicaba a distribuir a los clientes a las mesas asignadas. Pero los pasos seguían avanzando y las mesas vacías se iban alejando. Entonces ella tomó asiento tras un escritorio. “Queenie Goldstein”, rezaba el cartel sobre la madera de roble. —Por favor, siéntese. Una sonrisa por cada palabra. Pero en el gesto de él no había ninguna sonrisa, sino más bien desconfianza; una evidente desconfianza y una clara incomodidad que ni siquiera se molestó en ocultar. —Tranquilo, no le robaré mucho tiempo, tan solo necesito un par de documentos y su varita. Será rápido, ya lo verá… —No voy a darle mi varita. Quizá aquella fue la primera vez en toda su vida que alguien se negaba a algo tan sencillo como mostrar su varita. Normalmente solían presentarse más molestos cuando les solicitaba que les entregara todos los documentos que eran necesarios, ¿pero aquello? La mirada de Abraxas se mantenía fija en los ojos de la bruja de manera severa. Bien sabía él que la cosa no se terminaba ahí, pero seguiría firme en su respuesta.
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