• Al otro lado del bosque
    Fandom TDP
    Categoría Fantasía
    Runaan no tenia mas de 8 años en ese entonces, tenia habilidad para trepar árboles, era el niño mas rápido y ágil, incluso un excelente espía. Junto a sus travesuras siempre llevaba a Ethari, era bastante celoso con el ya que era popular entre las niñas, Ethari era amable y lindo con la mayoría, daba un aspecto impecable, Runaan era quien conocia el lado mas travieso de su amigo y le gustaba que fuera asi, se sentía como un secreto de ambos, como si el fuera mas especial que el resto.

    — Esta vez cruzaré al otro lado Ethari, tomare la liana del viejo árbol y cruzare el río
    — dijo con mucha confianza, esta vez lo haría habia practicado lo suficiente como para hacerlo, además queria impresionar a Ethari con su fuerza y destreza.
    Runaan no tenia mas de 8 años en ese entonces, tenia habilidad para trepar árboles, era el niño mas rápido y ágil, incluso un excelente espía. Junto a sus travesuras siempre llevaba a Ethari, era bastante celoso con el ya que era popular entre las niñas, Ethari era amable y lindo con la mayoría, daba un aspecto impecable, Runaan era quien conocia el lado mas travieso de su amigo y le gustaba que fuera asi, se sentía como un secreto de ambos, como si el fuera mas especial que el resto. — Esta vez cruzaré al otro lado Ethari, tomare la liana del viejo árbol y cruzare el río — dijo con mucha confianza, esta vez lo haría habia practicado lo suficiente como para hacerlo, además queria impresionar a Ethari con su fuerza y destreza.
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  • No sé qué día es.
    O, mejor dicho… no me importa.

    El reloj de la pared parece atrasado, aunque juro que hace diez minutos marcaba lo mismo. Afuera, la lluvia arrastra las luces como si alguien estuviera llorando pintura. Aquí dentro, el café huele a humo viejo, a conversaciones que no llegaron a nada y a panes que no saben a hogar.

    Tecleo sin pensar.

    Las palabras se cuelan entre los dedos, pero no me escuchan. Estoy escribiendo una historia que no quiero contar. Una de esas que se escriben solas, aunque preferirías que se quedaran encerradas en el fondo del pecho.

    Un pitido de la cafetera. Otra taza servida. Otro corazón que no se atreve a decir “buenos días”.

    La silla frente a mí se mueve. No levanto la vista. El lugar está lleno, normal que alguien tenga que compartir mesa con un vagabundo disfrazado de periodista.

    Gabardina, ojeras y una cara que ni yo reconozco en los espejos. Me da igual. Supongo que también les da igual a ellos.

    Al principio, nos ignoramos. Una costumbre vieja: fingir que el otro no existe para no romper el velo del silencio. Pero hay algo en la forma en que se sienta… tranquila, segura, pero con esa tensión mínima que sólo se nota cuando ya estás acostumbrado a mirar de más.

    Cruzo la mirada con… ¿ella? ¿él? No importa. Hay ojos. Y están cansados también.

    Suspiro. Largo, lento. No es de fastidio, sino de rendición. Como cuando decides que hoy no vas a correr detrás del tiempo. Que vas a dejarte llevar por la corriente.

    Apago el portátil. Lo cierro con un clic suave, como si no quisiera despertar a las palabras atrapadas dentro.

    Le dedico una media sonrisa. La mía: torcida, discreta y con gusto a nicotina que ya no fumo.
    Extiendo la mano por encima de la mesa, con los dedos manchados de tinta invisible y café barato.

    —Samot —digo—.
    Sin apellido si no hace falta. Aunque si pregunta, se lo doy. Soy periodista, no espía.

    Y mientras estrecho su mano, me doy cuenta de algo:
    hay momentos que parecen sueños.
    Y otros que parecen recuerdos… de cosas que aún no han pasado.
    No sé qué día es. O, mejor dicho… no me importa. El reloj de la pared parece atrasado, aunque juro que hace diez minutos marcaba lo mismo. Afuera, la lluvia arrastra las luces como si alguien estuviera llorando pintura. Aquí dentro, el café huele a humo viejo, a conversaciones que no llegaron a nada y a panes que no saben a hogar. Tecleo sin pensar. Las palabras se cuelan entre los dedos, pero no me escuchan. Estoy escribiendo una historia que no quiero contar. Una de esas que se escriben solas, aunque preferirías que se quedaran encerradas en el fondo del pecho. Un pitido de la cafetera. Otra taza servida. Otro corazón que no se atreve a decir “buenos días”. La silla frente a mí se mueve. No levanto la vista. El lugar está lleno, normal que alguien tenga que compartir mesa con un vagabundo disfrazado de periodista. Gabardina, ojeras y una cara que ni yo reconozco en los espejos. Me da igual. Supongo que también les da igual a ellos. Al principio, nos ignoramos. Una costumbre vieja: fingir que el otro no existe para no romper el velo del silencio. Pero hay algo en la forma en que se sienta… tranquila, segura, pero con esa tensión mínima que sólo se nota cuando ya estás acostumbrado a mirar de más. Cruzo la mirada con… ¿ella? ¿él? No importa. Hay ojos. Y están cansados también. Suspiro. Largo, lento. No es de fastidio, sino de rendición. Como cuando decides que hoy no vas a correr detrás del tiempo. Que vas a dejarte llevar por la corriente. Apago el portátil. Lo cierro con un clic suave, como si no quisiera despertar a las palabras atrapadas dentro. Le dedico una media sonrisa. La mía: torcida, discreta y con gusto a nicotina que ya no fumo. Extiendo la mano por encima de la mesa, con los dedos manchados de tinta invisible y café barato. —Samot —digo—. Sin apellido si no hace falta. Aunque si pregunta, se lo doy. Soy periodista, no espía. Y mientras estrecho su mano, me doy cuenta de algo: hay momentos que parecen sueños. Y otros que parecen recuerdos… de cosas que aún no han pasado.
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  • "Como espías, nunca hay que involucrar nuestros sentimientos en una misión, la pondrá en riesgo y con ello, el fracaso y la pérdida de la paz..."
    "Como espías, nunca hay que involucrar nuestros sentimientos en una misión, la pondrá en riesgo y con ello, el fracaso y la pérdida de la paz..."
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  • Había regresado de un exilio autoimpuesto, un viaje silencioso más allá del Velo, donde incluso los sueños no lo encontraban. Y ahora, por fin, volvía a su reino: el Sueño.

    Pero al llegar a su torre de obsidiana, no lo recibió ningún coro de pesadillas ni danzas oníricas. Solo el eco de lo que alguna vez fue un bello lugar.

    —Ha cambiado todo… o quizás soy yo quien ha cambiado —susurró Morfeo para sí mismo con nostalgia.

    Fue entonces cuando escuchó: el batir de unas alas conocidas, ligeras pero firmes. Un crujido de garras sobre piedra y un graznido entre incrédulo y emocionado.

    —¿Jefe…? ¿Eres tú de verdad?

    Morfeo giró con lentitud. Y allí estaba, posado sobre el brazo de un trono sin rey, un cuervo negro de ojos vivaces: Matthew, su mensajero, su espía, su voz cuando él decidía guardar silencio. Pero más que eso… su único amigo verdadero.

    Morfeo no sonrió, pero la típica bruma que lo envolvía pareció suavizarse.

    —Matthew.

    El cuervo se revoloteaba con ligeros saltos, como un niño perdido que al fin encuentra el camino a casa.

    —¡Dioses del Sueño! Pensé que ya no ibas a volver… El reino estaba… roto, jefe. Y yo… Bueno, intenté mantenerlo, pero no soy más que un cuervo, ¿sabes? Incluso Lucienne se fue por un tiempo. Las cosas se deshicieron sin ti.

    Morfeo alzó una mano enguantada y la ofreció. Matthew se posó en ella con el mismo respeto de antaño, aunque esta vez, había algo más: ternura.

    —No eras "solo" un cuervo. Nunca lo fuiste. —La voz de Morfeo fue suave como la bruma de los sueños profundos—. Te confié lo más frágil: mi dominio, mi esperanza… y regresé porque sabía que tú seguirías aquí.

    Matthew ladeó la cabeza, con ese gesto pícaro que lo hacía parecer un viejo bufón disfrazado de ave.

    —Bueno, jefe, no iba a dejar que un montón de pesadillas se hicieran con el lugar. Además… alguien tenía que contarles historias sobre ti.

    Morfeo lo alzó al nivel de su rostro para observarle mejor.

    —¿Historias?

    —Claro. Dije que volverías. Que el Rey del Sueño nunca desaparece para siempre… solo se toma su tiempo. Y mira… aquí estás.

    Un silencio pesado se extendió, no era incómodo. Morfeo, en un gesto casi humano y palabras con sentimiento le dijo:

    —Gracias por esperarme.

    —Siempre, jefe. Siempre. — le contestó su amigo.

    Y así, entre ruinas que pronto volverían a florecer, el Rey del Sueño y su fiel cuervo se reencontraron. Sin promesas, sin lágrimas, sino con ese tipo de entendimiento que solo existe entre los amigos.

    Había regresado de un exilio autoimpuesto, un viaje silencioso más allá del Velo, donde incluso los sueños no lo encontraban. Y ahora, por fin, volvía a su reino: el Sueño. Pero al llegar a su torre de obsidiana, no lo recibió ningún coro de pesadillas ni danzas oníricas. Solo el eco de lo que alguna vez fue un bello lugar. —Ha cambiado todo… o quizás soy yo quien ha cambiado —susurró Morfeo para sí mismo con nostalgia. Fue entonces cuando escuchó: el batir de unas alas conocidas, ligeras pero firmes. Un crujido de garras sobre piedra y un graznido entre incrédulo y emocionado. —¿Jefe…? ¿Eres tú de verdad? Morfeo giró con lentitud. Y allí estaba, posado sobre el brazo de un trono sin rey, un cuervo negro de ojos vivaces: Matthew, su mensajero, su espía, su voz cuando él decidía guardar silencio. Pero más que eso… su único amigo verdadero. Morfeo no sonrió, pero la típica bruma que lo envolvía pareció suavizarse. —Matthew. El cuervo se revoloteaba con ligeros saltos, como un niño perdido que al fin encuentra el camino a casa. —¡Dioses del Sueño! Pensé que ya no ibas a volver… El reino estaba… roto, jefe. Y yo… Bueno, intenté mantenerlo, pero no soy más que un cuervo, ¿sabes? Incluso Lucienne se fue por un tiempo. Las cosas se deshicieron sin ti. Morfeo alzó una mano enguantada y la ofreció. Matthew se posó en ella con el mismo respeto de antaño, aunque esta vez, había algo más: ternura. —No eras "solo" un cuervo. Nunca lo fuiste. —La voz de Morfeo fue suave como la bruma de los sueños profundos—. Te confié lo más frágil: mi dominio, mi esperanza… y regresé porque sabía que tú seguirías aquí. Matthew ladeó la cabeza, con ese gesto pícaro que lo hacía parecer un viejo bufón disfrazado de ave. —Bueno, jefe, no iba a dejar que un montón de pesadillas se hicieran con el lugar. Además… alguien tenía que contarles historias sobre ti. Morfeo lo alzó al nivel de su rostro para observarle mejor. —¿Historias? —Claro. Dije que volverías. Que el Rey del Sueño nunca desaparece para siempre… solo se toma su tiempo. Y mira… aquí estás. Un silencio pesado se extendió, no era incómodo. Morfeo, en un gesto casi humano y palabras con sentimiento le dijo: —Gracias por esperarme. —Siempre, jefe. Siempre. — le contestó su amigo. Y así, entre ruinas que pronto volverían a florecer, el Rey del Sueño y su fiel cuervo se reencontraron. Sin promesas, sin lágrimas, sino con ese tipo de entendimiento que solo existe entre los amigos.
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  • No de porque tengo que usar estás cosas en los ojos es molesta para la vista..... De hecho.....

    -podria apostar su titulo a que no está viendo nada. Entre cerro los ojos tratando de enfocar algo con esos lentes ¿Cómo es que su hijo vive feliz usando esa tortura en sus ojos?-

    Puedo ser el espía que no usa lentes ni ropa tan pegada al cuerpo?
    No de porque tengo que usar estás cosas en los ojos es molesta para la vista..... De hecho..... -podria apostar su titulo a que no está viendo nada. Entre cerro los ojos tratando de enfocar algo con esos lentes ¿Cómo es que su hijo vive feliz usando esa tortura en sus ojos?- Puedo ser el espía que no usa lentes ni ropa tan pegada al cuerpo?
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  • #Monorol

    𝗣𝗔𝗥𝗔𝗡𝗢𝗫 𝗟𝗢𝗦𝗧 𝗗𝗢𝗖𝗨𝗠𝗘𝗡𝗧𝗦:

    𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑷𝒂𝒓𝒂𝒏𝒐𝒊𝒄𝒐
    𝟏 𝒅𝒆 𝑬𝒏𝒆𝒓𝒐, 𝑨𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝑩𝒓𝒂𝒔𝒐𝒗, 𝑹𝒖𝒎𝒂𝒏𝒊𝒂

    _Es un nuevo año y aquí estoy, atrapado en estos apartamentos, esperando a que vengan a buscarme. Hace dos años que dejé la policía, y ahora me encuentro enredado en un mundo de mafias y criminales de todo tipo. Todo por el maldito dinero. Comencé con un simple robo para tener que comer y ahora soy el pistolero de una de las organizaciones criminales más grandes de aquí de Brasov.

    Pero, las noches se han vuelto interminables, no he podido dormir, siempre estoy alerta, siempre estoy esperando el momento en que mis enemigos vengan a matarme. Tengo ojeras estoy realmente agotado.

    Vivir así es realmente duro. Tengo miedo que mis propios colegas me traiciónen... Siempre estoy escuchando la voz de esa zorra, la paranoia, en mi cabeza.

    El pánico y el miedo son mis colegas porque siempre sospecho que cualquier persona podría ser un espía o uno de mis enemigos. Hace tres meses que no visito a mi psicólogo, y la soledad se siente más pesada cada día.

    Ojalá todo mejore y salga vivo de todo esto...
    #Monorol 𝗣𝗔𝗥𝗔𝗡𝗢𝗫 𝗟𝗢𝗦𝗧 𝗗𝗢𝗖𝗨𝗠𝗘𝗡𝗧𝗦: 𝑫𝒊𝒂𝒓𝒊𝒐 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑷𝒂𝒓𝒂𝒏𝒐𝒊𝒄𝒐 𝟏 𝒅𝒆 𝑬𝒏𝒆𝒓𝒐, 𝑨𝒑𝒂𝒓𝒕𝒂𝒎𝒆𝒏𝒕𝒐𝒔 𝒆𝒏 𝑩𝒓𝒂𝒔𝒐𝒗, 𝑹𝒖𝒎𝒂𝒏𝒊𝒂 _Es un nuevo año y aquí estoy, atrapado en estos apartamentos, esperando a que vengan a buscarme. Hace dos años que dejé la policía, y ahora me encuentro enredado en un mundo de mafias y criminales de todo tipo. Todo por el maldito dinero. Comencé con un simple robo para tener que comer y ahora soy el pistolero de una de las organizaciones criminales más grandes de aquí de Brasov. Pero, las noches se han vuelto interminables, no he podido dormir, siempre estoy alerta, siempre estoy esperando el momento en que mis enemigos vengan a matarme. Tengo ojeras estoy realmente agotado. Vivir así es realmente duro. Tengo miedo que mis propios colegas me traiciónen... Siempre estoy escuchando la voz de esa zorra, la paranoia, en mi cabeza. El pánico y el miedo son mis colegas porque siempre sospecho que cualquier persona podría ser un espía o uno de mis enemigos. Hace tres meses que no visito a mi psicólogo, y la soledad se siente más pesada cada día. Ojalá todo mejore y salga vivo de todo esto...
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  • ❝Que bella es la vida... Falta poco para el fin de año❞

    Expresó con una sonrisa de placer que iluminaba su rostro mientras levantaba una copa de un vino exquisito, un Grand Cru Classé de Burdeos. En una azotea de un apartamento, sentado y contemplando el vasto horizonte mientras el sol se sumergía en el crepúsculo del año, pintando el cielo con tonos de despedida, Él esperaba pacientemente la llegada del nuevo año, resuelto a deleitarse en la quietud de su propia compañía con esa joya vinícola, y dejar atrás el peso del pasado, abrazando el comienzo de una nueva historia.

    ---: Paranox, Aquí Valentina...

    Una voz en su auricular espía rompió el efímero placer que disfrutaba, siendo su deleite arruinado por la inesperada interrupción de Valentina.

    ❝......❞

    ---: Lamentó interrumpirte en este momento de fin de año pero... Tenemos un trabajo para ti.

    Con una mezcla de disgusto y fastidio, se llevó la mano a la cara y, ladeando la cabeza, expresó en voz baja.

    ❝¡¡No puedo disfrutar del fin de año como cualquier persona normal!!.... Aunque, si haber vamos... no soy normal ni soy cualquier persona❞

    Aunque disgustado, se levantó de la silla, dejando la copa aún llena en la mesilla, y se marchó para cumplir con su deber. Podría decirse que la copa de vino quedó allí, esperando pacientemente para brindar por el nuevo año.

    FELIZ AÑO NUEVO 2025
    ❝Que bella es la vida... Falta poco para el fin de año❞ Expresó con una sonrisa de placer que iluminaba su rostro mientras levantaba una copa de un vino exquisito, un Grand Cru Classé de Burdeos. En una azotea de un apartamento, sentado y contemplando el vasto horizonte mientras el sol se sumergía en el crepúsculo del año, pintando el cielo con tonos de despedida, Él esperaba pacientemente la llegada del nuevo año, resuelto a deleitarse en la quietud de su propia compañía con esa joya vinícola, y dejar atrás el peso del pasado, abrazando el comienzo de una nueva historia. ---: Paranox, Aquí Valentina... Una voz en su auricular espía rompió el efímero placer que disfrutaba, siendo su deleite arruinado por la inesperada interrupción de Valentina. ❝......❞ ---: Lamentó interrumpirte en este momento de fin de año pero... Tenemos un trabajo para ti. Con una mezcla de disgusto y fastidio, se llevó la mano a la cara y, ladeando la cabeza, expresó en voz baja. ❝¡¡No puedo disfrutar del fin de año como cualquier persona normal!!.... Aunque, si haber vamos... no soy normal ni soy cualquier persona❞ Aunque disgustado, se levantó de la silla, dejando la copa aún llena en la mesilla, y se marchó para cumplir con su deber. Podría decirse que la copa de vino quedó allí, esperando pacientemente para brindar por el nuevo año. FELIZ AÑO NUEVO 2025 🎆🎆🎆
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  • ¿Si tengo espías?
    Claro que las tengo, soy capaz de pinchar a quien se pase conmigo.
    ¿Si tengo espías? Claro que las tengo, soy capaz de pinchar a quien se pase conmigo.
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  • #Monorol
    #Longtext

    𝗘𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼 𝗲𝗻 𝗞𝗶𝗲𝘃

    [ ♚ L . I . T . A ♚ ]

    _ Agente PARANOX, aquí Valentina. ¡Bienvenido a Ucrania! Eres una leyenda entre nuestros clientes más selectos. Adjunto el pago de 3.000.000 de Dólares para que hagas buen uso de ellos.

    Tu cometido aquí va a ser algo complicado, será eliminar a un ex oficial de las Fuerzas Invasoras Rusas:

    Igor Yakov

    La reunión tendrá lugar hoy a las 13 horas en el edificio Poltavskoi. El objetivo deberá ser eliminado durante la reunión, que durará 5 minutos según lo programado. Evita todo contacto con soldados y guardias. Tienen instrucciones de deshacerse de los civiles que vean en la zona.

    Suerte PARANOX

    . . .

    [ ♚ INFORME CERRADO ♚ ]

    ❝Tres millones de dólares no pueden llenar mi vacío ni devolver lo que he perdido❞

    *Paranox se dedicó a preparar su arsenal para la misión. Desplegó un mapa de la ciudad de Kiev y comenzó a estudiar las rutas y algunos puntos ciegos. De pronto, un ardor en su corazón lo invadió y una voz invisible e intrusa llegó a su mente*

    :Ø: Puede que hoy te maten...Puede que todo sea una trampa para que seas eliminado. Valentina no se despidió como solía serlo lo que significa que algo esconde y tres millones de dólares son poco así que hay algo que no te han dicho.

    *El joven peliblanco inhaló profundamente y se esforzó por mantenerse calmado y sereno, evitando que los pensamientos persistentes de una afección delirante lo dominaran, su misión era importante y debía mantenerse firme mentalmente. Cerró el mapa y se preparó para salir del hotel y dirigirse al encuentro. Llegando al edificio, echó un vistazo al reloj y se dio cuenta de que faltaban unos 15 minutos para la reunión. Sus ojos se tornaron inquietos al examinar el entorno, evaluando las probabilidades de tal vez, cumplir con su misión de forma rápida y segura *

    :Ø: Dos guardias que seguramente te están esperando, en la entrada principal. Un hombre en la ventana del segundo piso que te está mirando y probablemente tenga algo que ver y un edificio de cuatro pisos que parece un buen sitio para disparar y escapar fácilmente en caso de que te traicionen. Probablemente no te han visto todavía aunque ese hombre de la ventana te mira fijamente seguro sabe quién eres, debes silenciarlo.

    *Paradox tomó una profunda bocanada de aire y se adentró en el edificio de cuatro pisos mientras el tiempo avanzaba. Llevaba un francotirador en el maletín y vestía de negro. Su distintivo cubrebocas atraía las miradas de todos lo que empeoraba más su ansiedad. Aunque intentó integrarse entre la gente, su esencia no se perdió, ya que su elevada estatura lo hacía sobresalir. Consiguió llegar a la terraza del edificio por medio de mentiras y engaños. Una vez que Paradox estaba montando todas las partes del francotirador, Valentina le llamó a través del auricular espía e informó.*

    ---: Tienes 2 minutos, La reunión está por comenzar ¿Dónde estás?

    :Ø: ¡No le digas!

    ❝En un edificio que está al frente del lugar del encuentro, tengo a mi vista la entrada principal, un hombre en una ventana y el gran salón donde se van a reunir❞

    ---: ¡Bien! El objetivo aún no ha sido identificado por lo tanto te estaré informando

    :Ø: ¿Lo ves? Es todo una farsa te van a asesinar ¡Voltea a ver!

    *Paradox respiro hondo y volteó a ver la puerta donde había entrado y percibió o mejor dicho sospechaba que alguien estaba allí. Dejó el francotirador montado y se puso de pie, acercándose con cautela a la puerta con su Desert Eagle en mano. Al abrir la puerta, se dio cuenta de que un espía ruso lo había estado siguiendo. Lo que vino después fue una batalla y un forcejeo con un cuchillo afilado*

    ---: La reunión ya comenzó y aún no ha sido informado el objetivo pero estate atento.

    *Paradox, de pronto, ganó el forcejeo y dejó al espía ruso inconsciente, silenciándolo. Tomo el cuchillo con sus guantes negros y lentamente lo degolló*

    ---: ¡Listo! El objetivo ha sido informado es un hombre con barba y un parche en su ojo derecho

    *Nervioso y con la respiración entrecortada, se acercó al rifle francotirador a toda prisa y disparó al objetivo, logrando identificarlo rápidamente. Sentir que su paranoia lo había salvado, y darse cuenta de que no había habido ningún engaño, le brindó una paz que no podía encontrar en ningún otro lugar.*

    𝐆𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐞𝐞𝐫
    #Monorol #Longtext ⚠️ 𝗘𝗻𝗰𝘂𝗲𝗻𝘁𝗿𝗼 𝗲𝗻 𝗞𝗶𝗲𝘃 [ ♚ L . I . T . A ♚ ] _ Agente PARANOX, aquí Valentina. ¡Bienvenido a Ucrania! Eres una leyenda entre nuestros clientes más selectos. Adjunto el pago de 3.000.000 de Dólares para que hagas buen uso de ellos. Tu cometido aquí va a ser algo complicado, será eliminar a un ex oficial de las Fuerzas Invasoras Rusas: Igor Yakov La reunión tendrá lugar hoy a las 13 horas en el edificio Poltavskoi. El objetivo deberá ser eliminado durante la reunión, que durará 5 minutos según lo programado. Evita todo contacto con soldados y guardias. Tienen instrucciones de deshacerse de los civiles que vean en la zona. Suerte PARANOX . . . [ ♚ INFORME CERRADO ♚ ] ❝Tres millones de dólares no pueden llenar mi vacío ni devolver lo que he perdido❞ *Paranox se dedicó a preparar su arsenal para la misión. Desplegó un mapa de la ciudad de Kiev y comenzó a estudiar las rutas y algunos puntos ciegos. De pronto, un ardor en su corazón lo invadió y una voz invisible e intrusa llegó a su mente* :Ø: Puede que hoy te maten...Puede que todo sea una trampa para que seas eliminado. Valentina no se despidió como solía serlo lo que significa que algo esconde y tres millones de dólares son poco así que hay algo que no te han dicho. *El joven peliblanco inhaló profundamente y se esforzó por mantenerse calmado y sereno, evitando que los pensamientos persistentes de una afección delirante lo dominaran, su misión era importante y debía mantenerse firme mentalmente. Cerró el mapa y se preparó para salir del hotel y dirigirse al encuentro. Llegando al edificio, echó un vistazo al reloj y se dio cuenta de que faltaban unos 15 minutos para la reunión. Sus ojos se tornaron inquietos al examinar el entorno, evaluando las probabilidades de tal vez, cumplir con su misión de forma rápida y segura * :Ø: Dos guardias que seguramente te están esperando, en la entrada principal. Un hombre en la ventana del segundo piso que te está mirando y probablemente tenga algo que ver y un edificio de cuatro pisos que parece un buen sitio para disparar y escapar fácilmente en caso de que te traicionen. Probablemente no te han visto todavía aunque ese hombre de la ventana te mira fijamente seguro sabe quién eres, debes silenciarlo. *Paradox tomó una profunda bocanada de aire y se adentró en el edificio de cuatro pisos mientras el tiempo avanzaba. Llevaba un francotirador en el maletín y vestía de negro. Su distintivo cubrebocas atraía las miradas de todos lo que empeoraba más su ansiedad. Aunque intentó integrarse entre la gente, su esencia no se perdió, ya que su elevada estatura lo hacía sobresalir. Consiguió llegar a la terraza del edificio por medio de mentiras y engaños. Una vez que Paradox estaba montando todas las partes del francotirador, Valentina le llamó a través del auricular espía e informó.* ---: Tienes 2 minutos, La reunión está por comenzar ¿Dónde estás? :Ø: ¡No le digas! ❝En un edificio que está al frente del lugar del encuentro, tengo a mi vista la entrada principal, un hombre en una ventana y el gran salón donde se van a reunir❞ ---: ¡Bien! El objetivo aún no ha sido identificado por lo tanto te estaré informando :Ø: ¿Lo ves? Es todo una farsa te van a asesinar ¡Voltea a ver! *Paradox respiro hondo y volteó a ver la puerta donde había entrado y percibió o mejor dicho sospechaba que alguien estaba allí. Dejó el francotirador montado y se puso de pie, acercándose con cautela a la puerta con su Desert Eagle en mano. Al abrir la puerta, se dio cuenta de que un espía ruso lo había estado siguiendo. Lo que vino después fue una batalla y un forcejeo con un cuchillo afilado* ---: La reunión ya comenzó y aún no ha sido informado el objetivo pero estate atento. *Paradox, de pronto, ganó el forcejeo y dejó al espía ruso inconsciente, silenciándolo. Tomo el cuchillo con sus guantes negros y lentamente lo degolló* ---: ¡Listo! El objetivo ha sido informado es un hombre con barba y un parche en su ojo derecho *Nervioso y con la respiración entrecortada, se acercó al rifle francotirador a toda prisa y disparó al objetivo, logrando identificarlo rápidamente. Sentir que su paranoia lo había salvado, y darse cuenta de que no había habido ningún engaño, le brindó una paz que no podía encontrar en ningún otro lugar.* 𝐆𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐞𝐞𝐫
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  • ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝐹L𝐴S𝐻B𝐴C𝐾
    ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ16 de enero de 2013




    El Impala rugió suavemente al detenerse frente a una colina desprovista de mayor atractivo. Dean y Sam intercambiaron una mirada incrédula mientras observaban la entrada, que apenas era visible: un viejo portón de metal oxidado empotrado en la roca. El aire olía a tierra húmeda y a misterio.

    —¿Es esto? —preguntó Dean, con una ceja levantada y el sarcasmo aflorando en su tono.

    Sam bajó del auto con un libro antiguo en la mano, el cual había estado revisando durante todo el camino. Comparó la descripción del texto con el paisaje ante ellos.

    —Es aquí —confirmó, aunque su voz también cargaba un leve dejo de duda.

    Dean resopló y caminó hacia la puerta, dando un par de golpes con el dorso de la mano.

    —Bueno, si es un club secreto, lo disimulan bastante bien.

    Sam suspiró y sacó una llave pesada que habían encontrado junto con las instrucciones. Al introducirla, el mecanismo rechinó, pero tras un giro forzado, la puerta cedió con un sonido profundo y resonante.

    —Lo que sea que encontremos aquí, ha estado cerrado mucho tiempo —murmuró Sam.

    Los hermanos entraron con cautela, las linternas de sus celulares iluminando las paredes cubiertas de telarañas y polvo. El pasillo descendente era estrecho, pero al cabo de unos metros, se abrió a un espacio mucho más amplio. Una luz parpadeante, activada por el movimiento, reveló una estancia impresionante.

    —¡Vaya! —Dean exclamó, sus ojos recorriendo el lugar. Había estanterías repletas de libros antiguos, mesas con mapas desplegados y vitrinas llenas de artefactos que parecían de otro mundo.

    —Es increíble —dijo Sam, sin poder ocultar su asombro. Pasó los dedos por el lomo de un libro, dejando una marca limpia en el polvo acumulado.

    Dean caminó hacia una consola de madera con botones e interruptores.

    —Esto parece salido de una película de espías de los 50.

    —No sólo es un escondite —comentó Sam, su voz llena de reverencia—. Es una base de operaciones. Un cuartel general. Los Hombres de Letras usaban esto para registrar todo su conocimiento, planificar sus movimientos...

    —...y almacenar sus juguetes —añadió Dean, al abrir una vitrina que contenía armas antiguas y objetos cuya utilidad no podía adivinar.

    Mientras exploraban, la magnitud del descubrimiento comenzó a asentarse en ambos. Para Dean, el lugar representaba algo entre un refugio y un legado; para Sam, era un sueño hecho realidad, un tesoro de conocimiento oculto.

    —Este lugar... —Sam se detuvo, buscando las palabras—. No es solo historia. Es nuestra herencia.

    Dean se cruzó de brazos y miró a su hermano con una sonrisa leve.

    —Bueno, parece que vamos a quedarnos un tiempo.

    Y con eso, los Winchester sellaron el inicio de una nueva etapa, una donde el pasado y el presente convergían en un lugar que pronto llamarían hogar.

    Una de las salas más llamativas del búnker era la biblioteca principal. Ocupaba un amplio espacio central y estaba rodeada por estanterías que se elevaban hasta el techo abovedado. Cada pared estaba cargada de volúmenes encuadernados en cuero, y una escalera móvil permitía acceder a los estantes más altos. En el centro, varias mesas robustas de madera estaban dispuestas con lámparas de lectura de estilo vintage, emitiendo una luz cálida y acogedora.

    Sobre una de las mesas descansaban varios mapas antiguos y cuadernos con anotaciones manuscritas, aparentemente dejados por los últimos ocupantes del lugar. Una gran lámpara colgante adornaba el techo, lanzando destellos dorados que acentuaban la majestuosidad de la sala. En una esquina, un pequeño globo terráqueo antiguo giraba silenciosamente con un toque, como si esperara que alguien desentrañara los secretos marcados en sus líneas.

    La atmósfera de la biblioteca era a la vez solemne e inspiradora, un recordatorio del vasto conocimiento acumulado por los Hombres de Letras a lo largo de generaciones.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D
    ㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝐹L𝐴S𝐻B𝐴C𝐾 ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ16 de enero de 2013 ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ El Impala rugió suavemente al detenerse frente a una colina desprovista de mayor atractivo. Dean y Sam intercambiaron una mirada incrédula mientras observaban la entrada, que apenas era visible: un viejo portón de metal oxidado empotrado en la roca. El aire olía a tierra húmeda y a misterio. —¿Es esto? —preguntó Dean, con una ceja levantada y el sarcasmo aflorando en su tono. Sam bajó del auto con un libro antiguo en la mano, el cual había estado revisando durante todo el camino. Comparó la descripción del texto con el paisaje ante ellos. —Es aquí —confirmó, aunque su voz también cargaba un leve dejo de duda. Dean resopló y caminó hacia la puerta, dando un par de golpes con el dorso de la mano. —Bueno, si es un club secreto, lo disimulan bastante bien. Sam suspiró y sacó una llave pesada que habían encontrado junto con las instrucciones. Al introducirla, el mecanismo rechinó, pero tras un giro forzado, la puerta cedió con un sonido profundo y resonante. —Lo que sea que encontremos aquí, ha estado cerrado mucho tiempo —murmuró Sam. Los hermanos entraron con cautela, las linternas de sus celulares iluminando las paredes cubiertas de telarañas y polvo. El pasillo descendente era estrecho, pero al cabo de unos metros, se abrió a un espacio mucho más amplio. Una luz parpadeante, activada por el movimiento, reveló una estancia impresionante. —¡Vaya! —Dean exclamó, sus ojos recorriendo el lugar. Había estanterías repletas de libros antiguos, mesas con mapas desplegados y vitrinas llenas de artefactos que parecían de otro mundo. —Es increíble —dijo Sam, sin poder ocultar su asombro. Pasó los dedos por el lomo de un libro, dejando una marca limpia en el polvo acumulado. Dean caminó hacia una consola de madera con botones e interruptores. —Esto parece salido de una película de espías de los 50. —No sólo es un escondite —comentó Sam, su voz llena de reverencia—. Es una base de operaciones. Un cuartel general. Los Hombres de Letras usaban esto para registrar todo su conocimiento, planificar sus movimientos... —...y almacenar sus juguetes —añadió Dean, al abrir una vitrina que contenía armas antiguas y objetos cuya utilidad no podía adivinar. Mientras exploraban, la magnitud del descubrimiento comenzó a asentarse en ambos. Para Dean, el lugar representaba algo entre un refugio y un legado; para Sam, era un sueño hecho realidad, un tesoro de conocimiento oculto. —Este lugar... —Sam se detuvo, buscando las palabras—. No es solo historia. Es nuestra herencia. Dean se cruzó de brazos y miró a su hermano con una sonrisa leve. —Bueno, parece que vamos a quedarnos un tiempo. Y con eso, los Winchester sellaron el inicio de una nueva etapa, una donde el pasado y el presente convergían en un lugar que pronto llamarían hogar. Una de las salas más llamativas del búnker era la biblioteca principal. Ocupaba un amplio espacio central y estaba rodeada por estanterías que se elevaban hasta el techo abovedado. Cada pared estaba cargada de volúmenes encuadernados en cuero, y una escalera móvil permitía acceder a los estantes más altos. En el centro, varias mesas robustas de madera estaban dispuestas con lámparas de lectura de estilo vintage, emitiendo una luz cálida y acogedora. Sobre una de las mesas descansaban varios mapas antiguos y cuadernos con anotaciones manuscritas, aparentemente dejados por los últimos ocupantes del lugar. Una gran lámpara colgante adornaba el techo, lanzando destellos dorados que acentuaban la majestuosidad de la sala. En una esquina, un pequeño globo terráqueo antiguo giraba silenciosamente con un toque, como si esperara que alguien desentrañara los secretos marcados en sus líneas. La atmósfera de la biblioteca era a la vez solemne e inspiradora, un recordatorio del vasto conocimiento acumulado por los Hombres de Letras a lo largo de generaciones. #Personajes3D #3D #Comunidad3D
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