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    //Santos Macacos. Me eliminaron la foto de un recuerdo que tenia cuando era un niño.
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  • — ¿Esa es una revista Seventeen? ¿En serio? ¿No estamos ya muy grandes para ello...?

    1. ¿Alguna vez te enamoraste de alguien que sabías que no te convenía?
    — Todas las veces que me enamoré fue de gente que no me convenía y no entiendo cuál vendría siendo el problema.

    2. ¿Prefieres tener sexo o hacer el amor? ¿Por qué?
    — Hacer el amor. Tener sexo es como hacer ejercicio, no tiene ninguna gracia follar a una máquina.

    3. ¿Cuál fue el momento más vulnerable que compartiste con alguien?
    — Problabemente fue cuando quien intentó matarme me encontró y le acepté una cita...

    4. Si pudieras eliminar una experiencia romántica o sexual de tu memoria, ¿Cuál sería?
    — Ninguna, no considero que ninguna fuera mala o negativa. Soy esa clase de persona que cree que las crisis son valiosas, pues te hacen cambiar como persona. Si no fuera así, sería un pésimo brujo.

    5. ¿Te sientes más atraído por las personas que te desafían o las que te hacen sentir seguro?
    — Por las que me hacen sentir seguro, son muchas menos.

    6. ¿Alguna vez fingiste una emoción para complacer a alguien en la cama?
    — No, no se me da bien fingir, así que para qué molestarme. Además, si tuviera fingir en la cama para complacer a alguien... ¿Para qué molestarme?

    7. ¿Qué es más importante para ti en una relación: pasión o estabilidad?
    — Estabilidad. La llama de la pasión se apaga, cualquier llama necesita combustible y yo ya tuve mucho más que suficiente de inmolarme a mí mismo para calentar las noches de otros.

    8. ¿Alguna vez te arrepentiste de haber rechazado a alguien que realmente te quería?
    — Si me dieran un guijarro por cada cosa de la que me arrepiento, ya habría construido la muralla china. Pero en este caso en particular es justamente al contrario, a veces me arrepiento de no rechazar aún más gente.

    9. ¿Cuál es la fantasía que más te cuesta admitir, incluso a ti mismo?
    — ¿Fantasía sexual? Que hagan las cosas por mí, que me complazcan a mí. ¿Fantasía normalilla? Entender las indirectas...

    10. ¿Serías capaz de comprometerte con alguien que no te atrae físicamente pero te llena emocionalmente?
    — Pero por supuesto que claro que sí. Lo físico se entrena, tu cerebro puede aprender a sentirse atraído por alguien a quien estimas, que te hace bien, que te hace sentir bien. Puede que cueste un poco al principio, pero será más fácil que tratar de enamorarte de un pene o una vagina.

    #ElBrujoCojo
    — ¿Esa es una revista Seventeen? ¿En serio? ¿No estamos ya muy grandes para ello...? 1. ¿Alguna vez te enamoraste de alguien que sabías que no te convenía? — Todas las veces que me enamoré fue de gente que no me convenía y no entiendo cuál vendría siendo el problema. 2. ¿Prefieres tener sexo o hacer el amor? ¿Por qué? — Hacer el amor. Tener sexo es como hacer ejercicio, no tiene ninguna gracia follar a una máquina. 3. ¿Cuál fue el momento más vulnerable que compartiste con alguien? — Problabemente fue cuando quien intentó matarme me encontró y le acepté una cita... 4. Si pudieras eliminar una experiencia romántica o sexual de tu memoria, ¿Cuál sería? — Ninguna, no considero que ninguna fuera mala o negativa. Soy esa clase de persona que cree que las crisis son valiosas, pues te hacen cambiar como persona. Si no fuera así, sería un pésimo brujo. 5. ¿Te sientes más atraído por las personas que te desafían o las que te hacen sentir seguro? — Por las que me hacen sentir seguro, son muchas menos. 6. ¿Alguna vez fingiste una emoción para complacer a alguien en la cama? — No, no se me da bien fingir, así que para qué molestarme. Además, si tuviera fingir en la cama para complacer a alguien... ¿Para qué molestarme? 7. ¿Qué es más importante para ti en una relación: pasión o estabilidad? — Estabilidad. La llama de la pasión se apaga, cualquier llama necesita combustible y yo ya tuve mucho más que suficiente de inmolarme a mí mismo para calentar las noches de otros. 8. ¿Alguna vez te arrepentiste de haber rechazado a alguien que realmente te quería? — Si me dieran un guijarro por cada cosa de la que me arrepiento, ya habría construido la muralla china. Pero en este caso en particular es justamente al contrario, a veces me arrepiento de no rechazar aún más gente. 9. ¿Cuál es la fantasía que más te cuesta admitir, incluso a ti mismo? — ¿Fantasía sexual? Que hagan las cosas por mí, que me complazcan a mí. ¿Fantasía normalilla? Entender las indirectas... 10. ¿Serías capaz de comprometerte con alguien que no te atrae físicamente pero te llena emocionalmente? — Pero por supuesto que claro que sí. Lo físico se entrena, tu cerebro puede aprender a sentirse atraído por alguien a quien estimas, que te hace bien, que te hace sentir bien. Puede que cueste un poco al principio, pero será más fácil que tratar de enamorarte de un pene o una vagina. #ElBrujoCojo
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  • #Quiz #BitchLife

    --- Oh, vamos. No te pongas así. Tampoco es como si fuera a pedirte la clave de tu tarjeta de crédito.

    Con el vape en una mano y una revista Seventeen en la otra, Nathan se deja caer sobre el sofá.

    --- Son preguntas tontas para pasar el rato. Mira, ¿Qué tal si comienzo yo? Así nos relajamos un poco.

    Abre la revista en página marcada y lee en voz alta:

    --- 1. ¿Alguna vez te enamoraste de alguien que sabías que no te convenía?
    Oh, honey... Empezamos arriba. Claro que sí. Y más de una vez.

    2. ¿Prefieres tener sexo o hacer el amor? ¿Por qué?
    Esta es fácil. Sexo. El amor es complicado y las expectativas arruinan el momento. Pero, si alguien logra que me quede más de una noche, tal vez lo reconsidere.

    3. ¿Cuál fue el momento más vulnerable que compartiste con alguien?
    Huy, justo en el corazón. ¿Dormir en el pecho de alguien después de una noche difícil? Dejar que me vean así… Ya sabes, sin defensas… no es algo que suela pasar.

    4. Si pudieras eliminar una experiencia romántica o sexual de tu memoria, ¿cuál sería?
    ¿Romántica? ¿Sexual? Difícil elegir. Tal vez esa vez en que terminé en un lugar del que no sabía cómo salir, con más simios de los que me hubiera gustado.

    5. ¿Te sientes más atraído por las personas que te desafían o las que te hacen sentir seguro?
    Me encantan los desafíos, pero cuando alguien me hace sentir seguro… eso sí que me desarma.

    6. ¿Alguna vez fingiste una emoción para complacer a alguien en la cama?
    La actuación es parte del juego~ Y soy un buen jugador.

    7. ¿Qué es más importante para ti en una relación: pasión o estabilidad?
    Pasión, obvio. Si no hay fuego, ¿para qué molestarse? Pero supongo que un poco de estabilidad no haría daño… a veces.

    8. ¿Alguna vez te arrepentiste de haber rechazado a alguien que realmente te quería?
    Sí… pero supongo que fue lo mejor. No habría terminado bien. Nunca termina bien cuando inviertes sentimientos.

    9. ¿Cuál es la fantasía que más te cuesta admitir, incluso a ti mismo?
    Que alguien se quede. Que alguien se dé el trabajo de conocerme... Y elija quedarse.

    10. ¿Serías capaz de comprometerte con alguien que no te atrae físicamente pero te llena emocionalmente?
    Difícil. La química es importante, pero… si alguien me hace sentir que pertenezco, tal vez lo intente. Siempre podemos ser una pareja abierta~

    Tras la última pregunta, le tiende la revista.

    --- ¿Haz visto? ¿A qué ha sido divertido? Tu turno. Sin mentir ni repetir, corazón~
    #Quiz #BitchLife --- Oh, vamos. No te pongas así. Tampoco es como si fuera a pedirte la clave de tu tarjeta de crédito. Con el vape en una mano y una revista Seventeen en la otra, Nathan se deja caer sobre el sofá. --- Son preguntas tontas para pasar el rato. Mira, ¿Qué tal si comienzo yo? Así nos relajamos un poco. Abre la revista en página marcada y lee en voz alta: --- 1. ¿Alguna vez te enamoraste de alguien que sabías que no te convenía? Oh, honey... Empezamos arriba. Claro que sí. Y más de una vez. 2. ¿Prefieres tener sexo o hacer el amor? ¿Por qué? Esta es fácil. Sexo. El amor es complicado y las expectativas arruinan el momento. Pero, si alguien logra que me quede más de una noche, tal vez lo reconsidere. 3. ¿Cuál fue el momento más vulnerable que compartiste con alguien? Huy, justo en el corazón. ¿Dormir en el pecho de alguien después de una noche difícil? Dejar que me vean así… Ya sabes, sin defensas… no es algo que suela pasar. 4. Si pudieras eliminar una experiencia romántica o sexual de tu memoria, ¿cuál sería? ¿Romántica? ¿Sexual? Difícil elegir. Tal vez esa vez en que terminé en un lugar del que no sabía cómo salir, con más simios de los que me hubiera gustado. 5. ¿Te sientes más atraído por las personas que te desafían o las que te hacen sentir seguro? Me encantan los desafíos, pero cuando alguien me hace sentir seguro… eso sí que me desarma. 6. ¿Alguna vez fingiste una emoción para complacer a alguien en la cama? La actuación es parte del juego~ Y soy un buen jugador. 7. ¿Qué es más importante para ti en una relación: pasión o estabilidad? Pasión, obvio. Si no hay fuego, ¿para qué molestarse? Pero supongo que un poco de estabilidad no haría daño… a veces. 8. ¿Alguna vez te arrepentiste de haber rechazado a alguien que realmente te quería? Sí… pero supongo que fue lo mejor. No habría terminado bien. Nunca termina bien cuando inviertes sentimientos. 9. ¿Cuál es la fantasía que más te cuesta admitir, incluso a ti mismo? Que alguien se quede. Que alguien se dé el trabajo de conocerme... Y elija quedarse. 10. ¿Serías capaz de comprometerte con alguien que no te atrae físicamente pero te llena emocionalmente? Difícil. La química es importante, pero… si alguien me hace sentir que pertenezco, tal vez lo intente. Siempre podemos ser una pareja abierta~ Tras la última pregunta, le tiende la revista. --- ¿Haz visto? ¿A qué ha sido divertido? Tu turno. Sin mentir ni repetir, corazón~
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  • No me eliminaron, quedé payasa
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  • #DuoRol

    La nieve se hundía bajo los pasos ligeros de Illyiv, cada movimiento suyo estaba acompañado por el susurro del viento que batía suavemente las ramas de los árboles. La noche en el Reino Fae era una obra de arte en sí misma, con un cielo repleto de estrellas y la nieve blanca cubriendo los senderos, como si la propia luna hubiera derramado su luz sobre la tierra.

    Mientras avanzaba, ajustó la capa oscura que cubría su vestido, un atuendo cuidadosamente elegido para mezclarse con los aldeanos. El vestido era de tonos apagados, con un color carbón que se fundía ligeramente con la penumbra, mientras que la capa negra le proporcionaba tanto calor como un toque de anonimato.

    La peliblanca hizo una pausa en el camino, apoyándose brevemente en un árbol ennegrecido por las sombras de la noche. Sus dedos alcanzaron el pergamino doblado que llevaba oculto en el interior de la manga de su vestido, desplegandolo con cuidado para repasar los detalles de la misión que la había hecho viajar hasta ese lugar.

    —"Obtener información..." —murmuraba mientras repasaba los detalles brevemente— "...el linaje de la luna... debilidades, alianzas del reino fae, su conexión con la oscuridad..." ¿Conexión con la oscuridad? Tsk... ¿Por qué a la organización le interesaría todo esto? —susurraba, hablando consigo misma mientras seguía leyendo el pergamino— "actúa con discreción, no reveles tu identidad, evita cualquier enfrentamiento directo..." Ugh, esto es absurdo...

    Enrrolló nuevamente el pergamino, escondiéndolo nuevamente en su vestimenta, y retomó su andar. La expresión en su rostro era de pura exasperación, y no pudo evitar que una sonrisa irónica se formará en sus labios.

    —Genial, infiltrarme en un reino, acercarme a un heredero lleno de secretos y robar información que podría provocar caos...suena justo como lo mío —murmuró con sarcasmo mientras el viento helado alzaba los mechones de su cabello blanco al aire.

    Este no era su estilo. Ella estaba acostumbrada a misiones rápidas, sangrientas y efectivas. Entrar, eliminar al objetivo y salir antes de que alguien notara lo que había sucedido, y si alguien lo notaba, lo eliminaba también. Pero esto de infiltrarse y actuar con sutileza no era más que un dolor de cabeza, pero sabía que no tenía opción.

    Mientras caminaba, sus pasos la llevaron por un sendero estrecho cubierto de nieve. Sin embargo, al continuar avanzando, se dió cuenta de algo inquietante: no tenía un plan claro, no sabía cómo proceder, ni siquiera sabía dónde se encontraba ahora mismo ese tal Ian Moonlight . Su objetivo era únicamente recolectar información, no podía involucrarse ni alterar el equilibrio político del reino.

    —¿Y ahora qué, Illyiv? —murmuró para si misma, su aliento escapando de sus labios en pequeñas nubes blancas. Se detuvo para mirar a su alrededor. Las luces de algunas cabañas cercanas brillaban en la distancia, pero no le ofrecían ninguna pista.

    El castillo se alzaba ante ella, pero no podía simplemente golpear la puerta y pedir hablar con él. Y la idea de entrar en un lugar lleno de guardias, y quizás magia, sin un plan sólido, no era precisamente alentadora. Por ahora, se limitaría a buscar un lugar donde quedarse en la aldea; mientras trataba de decidir cuál sería su próximo movimiento. Solo podía confiar en su instinto y en la capacidad de improvisar que siempre la había sacado adelante. Pero incluso mientras trazaba posibles estrategias, no podía evitar una sensación molesta en el fondo de su mente: está misión sería todo menos sencilla.
    #DuoRol La nieve se hundía bajo los pasos ligeros de Illyiv, cada movimiento suyo estaba acompañado por el susurro del viento que batía suavemente las ramas de los árboles. La noche en el Reino Fae era una obra de arte en sí misma, con un cielo repleto de estrellas y la nieve blanca cubriendo los senderos, como si la propia luna hubiera derramado su luz sobre la tierra. Mientras avanzaba, ajustó la capa oscura que cubría su vestido, un atuendo cuidadosamente elegido para mezclarse con los aldeanos. El vestido era de tonos apagados, con un color carbón que se fundía ligeramente con la penumbra, mientras que la capa negra le proporcionaba tanto calor como un toque de anonimato. La peliblanca hizo una pausa en el camino, apoyándose brevemente en un árbol ennegrecido por las sombras de la noche. Sus dedos alcanzaron el pergamino doblado que llevaba oculto en el interior de la manga de su vestido, desplegandolo con cuidado para repasar los detalles de la misión que la había hecho viajar hasta ese lugar. —"Obtener información..." —murmuraba mientras repasaba los detalles brevemente— "...el linaje de la luna... debilidades, alianzas del reino fae, su conexión con la oscuridad..." ¿Conexión con la oscuridad? Tsk... ¿Por qué a la organización le interesaría todo esto? —susurraba, hablando consigo misma mientras seguía leyendo el pergamino— "actúa con discreción, no reveles tu identidad, evita cualquier enfrentamiento directo..." Ugh, esto es absurdo... Enrrolló nuevamente el pergamino, escondiéndolo nuevamente en su vestimenta, y retomó su andar. La expresión en su rostro era de pura exasperación, y no pudo evitar que una sonrisa irónica se formará en sus labios. —Genial, infiltrarme en un reino, acercarme a un heredero lleno de secretos y robar información que podría provocar caos...suena justo como lo mío —murmuró con sarcasmo mientras el viento helado alzaba los mechones de su cabello blanco al aire. Este no era su estilo. Ella estaba acostumbrada a misiones rápidas, sangrientas y efectivas. Entrar, eliminar al objetivo y salir antes de que alguien notara lo que había sucedido, y si alguien lo notaba, lo eliminaba también. Pero esto de infiltrarse y actuar con sutileza no era más que un dolor de cabeza, pero sabía que no tenía opción. Mientras caminaba, sus pasos la llevaron por un sendero estrecho cubierto de nieve. Sin embargo, al continuar avanzando, se dió cuenta de algo inquietante: no tenía un plan claro, no sabía cómo proceder, ni siquiera sabía dónde se encontraba ahora mismo ese tal [Ian_Moon]. Su objetivo era únicamente recolectar información, no podía involucrarse ni alterar el equilibrio político del reino. —¿Y ahora qué, Illyiv? —murmuró para si misma, su aliento escapando de sus labios en pequeñas nubes blancas. Se detuvo para mirar a su alrededor. Las luces de algunas cabañas cercanas brillaban en la distancia, pero no le ofrecían ninguna pista. El castillo se alzaba ante ella, pero no podía simplemente golpear la puerta y pedir hablar con él. Y la idea de entrar en un lugar lleno de guardias, y quizás magia, sin un plan sólido, no era precisamente alentadora. Por ahora, se limitaría a buscar un lugar donde quedarse en la aldea; mientras trataba de decidir cuál sería su próximo movimiento. Solo podía confiar en su instinto y en la capacidad de improvisar que siempre la había sacado adelante. Pero incluso mientras trazaba posibles estrategias, no podía evitar una sensación molesta en el fondo de su mente: está misión sería todo menos sencilla.
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  • "El choque de guerreros. JIMOTO VS ALEJANDRO".
    Fandom Fantasía, ciencia ficción
    Categoría Acción
    La ciudad brillaba bajo el sol de la tarde, con los edificios reluciendo bajo un cielo despejado. La paz parecía reinar, pero una ruidosa explosión en la avenida principal rompió la calma.

    Un grupo de criminales armados intentaba huir con un botín millonario, disparando a las fuerzas del orden que los perseguían. Sin embargo, antes de que pudieran escapar, una silueta envuelta en una capa verde descendió del cielo.

    —¡Alto ahí, malhechores!— exclamó la imponente figura.

    Era **Gran Saiyaman**, o mejor dicho, Jimoto, un Saiyajin que se había convertido en protector de la Tierra. Con su traje característico, visera oscura y actitud heroica, se lanzó contra los criminales con precisión quirúrgica. En cuestión de segundos, los desarmó y los dejó inconscientes en la calle.

    Los ciudadanos comenzaron a aplaudir, pero antes de que Jimoto pudiera dar su clásico discurso de justicia, un ruido atronador rasgó el cielo. Un objeto metálico atravesó la atmósfera como un meteoro y descendió sobre la ciudad, causando una onda expansiva que sacudió los edificios cercanos.

    Entre el humo y los escombros, una figura emergió. Su traje blanco, ajustado y marcado con símbolos dorados en los codos, brillaba bajo la luz del sol. Su cabello castaño estaba perfectamente peinado hacia atrás, y sus ojos marrones observaron el mundo con una calma imponente.

    —Interesante planeta— murmuró, con una sonrisa apenas perceptible. Luego, elevó la voz—. ¡Habitantes de la Tierra, escuchen! Mi nombre es **Alejandro Zeppeli**, emisario del **Imperio Viltrum**. A partir de este momento, este mundo estará bajo el control de Viltrum. La rebelión no será tolerada.

    El silencio fue absoluto. Nadie entendía lo que estaba ocurriendo. Pero Jimoto, aún con su pose heroica, dio un paso al frente.

    —¡¿Bajo control de qué?!— gritó, ajustando sus guantes—. ¡La Tierra ya tiene un protector, y no dejaré que ningún villano se apodere de ella!

    Alejandro suspiró y extendió una mano con gesto paciente.

    —No soy un villano, joven. Soy un conquistador.

    Sin más palabras, ambos se lanzaron al combate.

    ### **Saiyajin vs. Viltrumita**

    Jimoto, sin perder tiempo, se transformó en **Super Saiyajin**, su cabello dorado brillando con intensidad. Lanzó un rápido combo de golpes, pero Alejandro bloqueó cada uno con una facilidad inquietante.

    —Nada mal— comentó el viltrumita, desviando un puñetazo y respondiendo con una patada que lanzó a Jimoto contra un edificio.

    Pero el Saiyajin no se quedó atrás. Antes de tocar el concreto, se impulsó con una onda de ki y regresó con un **ráfaga de golpes**, logrando impactar a Alejandro en el rostro.

    El viltrumita sonrió.

    —Al menos harás esto interesante.

    Ambos combatientes se elevaron en el aire, intercambiando golpes a una velocidad imposible de seguir para los humanos. Cada choque de sus puños generaba ondas de energía que sacudían la ciudad. Jimoto aprovechó un instante para lanzar un **Kamehameha**, pero Alejandro, en un despliegue de velocidad, lo esquivó en el último segundo y apareció detrás de él, estrellándolo contra el suelo con un golpe brutal.

    Jimoto se incorporó rápidamente, limpiándose la sangre del labio con el dorso de la mano.

    —Vaya, sí que eres duro…

    —No es personal— respondió Alejandro—. Pero si te interpones en los planes del Imperio Viltrum, tendré que eliminarte.

    Antes de que pudieran continuar, una alarma resonó en la ciudad. **Un ejército alienígena había llegado a la Tierra.**

    ### **Un enemigo en común**

    Desde el cielo descendían naves biomecánicas, liberando hordas de criaturas con piel metálica y ojos rojos. Sin dudarlo, comenzaron a arrasar la ciudad, disparando rayos de energía y destruyendo todo a su paso.

    Jimoto y Alejandro se detuvieron.

    —¿Estos son tuyos?— preguntó Jimoto con recelo.

    —No— respondió Alejandro, con un tono más serio—. Y eso es un problema.

    El viltrumita observó el caos con una mezcla de molestia y desdén.

    —Este planeta ya tiene dueño— murmuró, y luego miró a Jimoto—. Si alguien va a conquistar este mundo, será el Imperio Viltrum.

    El Saiyajin sonrió.

    —Eso sí que es una lógica extraña.

    Sin más palabras, ambos guerreros se lanzaron contra el ejército alienígena, luchando lado a lado. Alejandro destrozaba a los invasores con una precisión quirúrgica, mientras que Jimoto los aniquilaba con ráfagas de energía y técnicas de combate Saiyajin.

    La batalla se extendió por horas, hasta que finalmente los invasores fueron erradicados. La ciudad quedó en ruinas, pero la Tierra había sido protegida… por ahora.

    Alejandro flotó en el aire, observando el horizonte.

    —No te equivoques, Saiyajin— dijo, cruzándose de brazos—. Esto no cambia nada. La Tierra sigue siendo territorio viltrumita.

    Jimoto suspiró, cruzando los brazos.

    —Lo que digas, amigo. Pero si intentas algo, ya sabes que no te la pondré fácil.

    Alejandro sonrió levemente.

    —Eso espero.

    Y con esas palabras, el viltrumita se quedó en la Tierra, **vigilándola desde las sombras**, esperando el momento adecuado para reclamarla en nombre del Imperio Viltrum.
    La ciudad brillaba bajo el sol de la tarde, con los edificios reluciendo bajo un cielo despejado. La paz parecía reinar, pero una ruidosa explosión en la avenida principal rompió la calma. Un grupo de criminales armados intentaba huir con un botín millonario, disparando a las fuerzas del orden que los perseguían. Sin embargo, antes de que pudieran escapar, una silueta envuelta en una capa verde descendió del cielo. —¡Alto ahí, malhechores!— exclamó la imponente figura. Era **Gran Saiyaman**, o mejor dicho, Jimoto, un Saiyajin que se había convertido en protector de la Tierra. Con su traje característico, visera oscura y actitud heroica, se lanzó contra los criminales con precisión quirúrgica. En cuestión de segundos, los desarmó y los dejó inconscientes en la calle. Los ciudadanos comenzaron a aplaudir, pero antes de que Jimoto pudiera dar su clásico discurso de justicia, un ruido atronador rasgó el cielo. Un objeto metálico atravesó la atmósfera como un meteoro y descendió sobre la ciudad, causando una onda expansiva que sacudió los edificios cercanos. Entre el humo y los escombros, una figura emergió. Su traje blanco, ajustado y marcado con símbolos dorados en los codos, brillaba bajo la luz del sol. Su cabello castaño estaba perfectamente peinado hacia atrás, y sus ojos marrones observaron el mundo con una calma imponente. —Interesante planeta— murmuró, con una sonrisa apenas perceptible. Luego, elevó la voz—. ¡Habitantes de la Tierra, escuchen! Mi nombre es **Alejandro Zeppeli**, emisario del **Imperio Viltrum**. A partir de este momento, este mundo estará bajo el control de Viltrum. La rebelión no será tolerada. El silencio fue absoluto. Nadie entendía lo que estaba ocurriendo. Pero Jimoto, aún con su pose heroica, dio un paso al frente. —¡¿Bajo control de qué?!— gritó, ajustando sus guantes—. ¡La Tierra ya tiene un protector, y no dejaré que ningún villano se apodere de ella! Alejandro suspiró y extendió una mano con gesto paciente. —No soy un villano, joven. Soy un conquistador. Sin más palabras, ambos se lanzaron al combate. ### **Saiyajin vs. Viltrumita** Jimoto, sin perder tiempo, se transformó en **Super Saiyajin**, su cabello dorado brillando con intensidad. Lanzó un rápido combo de golpes, pero Alejandro bloqueó cada uno con una facilidad inquietante. —Nada mal— comentó el viltrumita, desviando un puñetazo y respondiendo con una patada que lanzó a Jimoto contra un edificio. Pero el Saiyajin no se quedó atrás. Antes de tocar el concreto, se impulsó con una onda de ki y regresó con un **ráfaga de golpes**, logrando impactar a Alejandro en el rostro. El viltrumita sonrió. —Al menos harás esto interesante. Ambos combatientes se elevaron en el aire, intercambiando golpes a una velocidad imposible de seguir para los humanos. Cada choque de sus puños generaba ondas de energía que sacudían la ciudad. Jimoto aprovechó un instante para lanzar un **Kamehameha**, pero Alejandro, en un despliegue de velocidad, lo esquivó en el último segundo y apareció detrás de él, estrellándolo contra el suelo con un golpe brutal. Jimoto se incorporó rápidamente, limpiándose la sangre del labio con el dorso de la mano. —Vaya, sí que eres duro… —No es personal— respondió Alejandro—. Pero si te interpones en los planes del Imperio Viltrum, tendré que eliminarte. Antes de que pudieran continuar, una alarma resonó en la ciudad. **Un ejército alienígena había llegado a la Tierra.** ### **Un enemigo en común** Desde el cielo descendían naves biomecánicas, liberando hordas de criaturas con piel metálica y ojos rojos. Sin dudarlo, comenzaron a arrasar la ciudad, disparando rayos de energía y destruyendo todo a su paso. Jimoto y Alejandro se detuvieron. —¿Estos son tuyos?— preguntó Jimoto con recelo. —No— respondió Alejandro, con un tono más serio—. Y eso es un problema. El viltrumita observó el caos con una mezcla de molestia y desdén. —Este planeta ya tiene dueño— murmuró, y luego miró a Jimoto—. Si alguien va a conquistar este mundo, será el Imperio Viltrum. El Saiyajin sonrió. —Eso sí que es una lógica extraña. Sin más palabras, ambos guerreros se lanzaron contra el ejército alienígena, luchando lado a lado. Alejandro destrozaba a los invasores con una precisión quirúrgica, mientras que Jimoto los aniquilaba con ráfagas de energía y técnicas de combate Saiyajin. La batalla se extendió por horas, hasta que finalmente los invasores fueron erradicados. La ciudad quedó en ruinas, pero la Tierra había sido protegida… por ahora. Alejandro flotó en el aire, observando el horizonte. —No te equivoques, Saiyajin— dijo, cruzándose de brazos—. Esto no cambia nada. La Tierra sigue siendo territorio viltrumita. Jimoto suspiró, cruzando los brazos. —Lo que digas, amigo. Pero si intentas algo, ya sabes que no te la pondré fácil. Alejandro sonrió levemente. —Eso espero. Y con esas palabras, el viltrumita se quedó en la Tierra, **vigilándola desde las sombras**, esperando el momento adecuado para reclamarla en nombre del Imperio Viltrum.
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  • Los mutantes cómo mi padre Magneto y Apocalipsis desean eliminar a la Humanidad dejando sólo a los mutantes con la diferencia que el primero quiere erradicar la raza humana y el otro convertir a los humanos en mutantes. #PolarisXFactor
    Los mutantes cómo mi padre Magneto y Apocalipsis desean eliminar a la Humanidad dejando sólo a los mutantes con la diferencia que el primero quiere erradicar la raza humana y el otro convertir a los humanos en mutantes. #PolarisXFactor
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  • "Sombras de la Noche"

    El sol comenzaba a ponerse sobre la ciudad, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rojos, mientras las luces de la ciudad comenzaban a encenderse, marcando el paso del tiempo. En las calles, la vida cotidiana parecía normal, pero en las sombras, algo diferente se movía, algo que pocos podían ver o comprender. Criaturas de leyenda caminaban entre los humanos, ocultas bajo capas de magia, disfraces o disfraces, pero su presencia era cada vez más palpable. El mundo había cambiado, y el peligro acechaba en cada esquina.

    Irys caminaba entre la multitud, con su flequillo rojo cubriendo parcialmente su rostro. Sus ojos, sin embargo, brillaban con una luz dorada oculta tras unas gafas oscuras, algo que no podía disimular del todo. La joven de apariencia humana, pero de una belleza inquietante, sentía el peso de su secreto sobre los hombros. Niphilim. Una palabra que traía consigo una historia de extinción, de miedo y de persecución. Pero aquí estaba ella, en una ciudad que nunca dejaría de ser un laberinto, rodeada de peligros, tanto humanos como no humanos.

    El sonido de pasos apresurados la hizo detenerse. Un hombre, con rostro nervioso y sudor en la frente, pasaba junto a ella. Irys lo observó por un instante. Él no la había notado, pero él sí estaba siendo perseguido. El aura de una criatura lo rodeaba, algo sin forma, algo oscuro que se deslizaba por las calles con la sigilosa amenaza de un depredador. Irys frunció el ceño, la tensión en su cuerpo fue inmediata.

    ¿Qué clase de criatura será? Pensó, dejando que su instinto la guiara. Nadie podía conocer su verdadera naturaleza, pero su habilidad para sentir la presencia de las criaturas era casi sobrenatural. Y ella, al igual que todos los niphilim, estaba destinada a ser cazadora. Sin embargo, ella no cazaba como los otros, no le gustaba la idea de eliminar criaturas por el simple hecho de su existencia.

    Pero el hombre, él necesitaba ayuda.

    Irys se acercó lentamente, con una calma que solo alguien como ella podría poseer.

    En su interior, la lucha era constante: ayudar a este humano podría ser arriesgado, y aún más arriesgado si descubría lo que realmente era. Pero no podía dejar que algo tan horrible le sucediera a alguien inocente.

    De pronto, la sombra oscura se materializó ante ella, transformándose en una criatura de ojos rojos brillantes, con colmillos largos y garras que parecían capaces de desgarrar a un ser humano con un solo movimiento. Su presencia era aterradora, y su mirada fija en Irys demostraba que había sentido su poder.

    "¿Qué tenemos aquí?" gruñó la criatura, sus labios curvándose en una sonrisa maliciosa. "¿Una niphilim? No pensaba encontrarme con una de tu especie, pequeña."

    Irys dio un paso hacia adelante, consciente de que su vida como humana estaba a punto de desmoronarse. Pero su identidad era algo que debía proteger a toda costa. Con un suspiro, se preparó para enfrentarse a la criatura, con una mano lista para invocar sus habilidades divinas mientras mantenía la máscara de humanidad que había perfeccionado.

    El hombre, sin darse cuenta, ya había desaparecido en la oscuridad de la calle, mientras la batalla comenzaba.

    Pero dentro de su mente, un pensamiento persistía: ¿Cuánto tiempo más podré esconder quién soy?

    La ciudad, en su quietud aparente, nunca dejaría de ser un campo de batalla. Y con cada día que pasaba, las sombras se alzaban más altas.

    Irys optó por escapar tras el rastro de aquel hombre. Sus pasos cada vez más rápidos siguiéndolo de lejos hacia su escondite mientras le perdía el rastro a aquella criatura maligna sabiendo que aquel no sería el único encuentro entre ellos. Irys ya se habia convertido en la presa de aquella criatura y en uno más de sus juegos.

    Joshua Joestar
    "Sombras de la Noche" El sol comenzaba a ponerse sobre la ciudad, tiñendo el cielo de tonos naranjas y rojos, mientras las luces de la ciudad comenzaban a encenderse, marcando el paso del tiempo. En las calles, la vida cotidiana parecía normal, pero en las sombras, algo diferente se movía, algo que pocos podían ver o comprender. Criaturas de leyenda caminaban entre los humanos, ocultas bajo capas de magia, disfraces o disfraces, pero su presencia era cada vez más palpable. El mundo había cambiado, y el peligro acechaba en cada esquina. Irys caminaba entre la multitud, con su flequillo rojo cubriendo parcialmente su rostro. Sus ojos, sin embargo, brillaban con una luz dorada oculta tras unas gafas oscuras, algo que no podía disimular del todo. La joven de apariencia humana, pero de una belleza inquietante, sentía el peso de su secreto sobre los hombros. Niphilim. Una palabra que traía consigo una historia de extinción, de miedo y de persecución. Pero aquí estaba ella, en una ciudad que nunca dejaría de ser un laberinto, rodeada de peligros, tanto humanos como no humanos. El sonido de pasos apresurados la hizo detenerse. Un hombre, con rostro nervioso y sudor en la frente, pasaba junto a ella. Irys lo observó por un instante. Él no la había notado, pero él sí estaba siendo perseguido. El aura de una criatura lo rodeaba, algo sin forma, algo oscuro que se deslizaba por las calles con la sigilosa amenaza de un depredador. Irys frunció el ceño, la tensión en su cuerpo fue inmediata. ¿Qué clase de criatura será? Pensó, dejando que su instinto la guiara. Nadie podía conocer su verdadera naturaleza, pero su habilidad para sentir la presencia de las criaturas era casi sobrenatural. Y ella, al igual que todos los niphilim, estaba destinada a ser cazadora. Sin embargo, ella no cazaba como los otros, no le gustaba la idea de eliminar criaturas por el simple hecho de su existencia. Pero el hombre, él necesitaba ayuda. Irys se acercó lentamente, con una calma que solo alguien como ella podría poseer. En su interior, la lucha era constante: ayudar a este humano podría ser arriesgado, y aún más arriesgado si descubría lo que realmente era. Pero no podía dejar que algo tan horrible le sucediera a alguien inocente. De pronto, la sombra oscura se materializó ante ella, transformándose en una criatura de ojos rojos brillantes, con colmillos largos y garras que parecían capaces de desgarrar a un ser humano con un solo movimiento. Su presencia era aterradora, y su mirada fija en Irys demostraba que había sentido su poder. "¿Qué tenemos aquí?" gruñó la criatura, sus labios curvándose en una sonrisa maliciosa. "¿Una niphilim? No pensaba encontrarme con una de tu especie, pequeña." Irys dio un paso hacia adelante, consciente de que su vida como humana estaba a punto de desmoronarse. Pero su identidad era algo que debía proteger a toda costa. Con un suspiro, se preparó para enfrentarse a la criatura, con una mano lista para invocar sus habilidades divinas mientras mantenía la máscara de humanidad que había perfeccionado. El hombre, sin darse cuenta, ya había desaparecido en la oscuridad de la calle, mientras la batalla comenzaba. Pero dentro de su mente, un pensamiento persistía: ¿Cuánto tiempo más podré esconder quién soy? La ciudad, en su quietud aparente, nunca dejaría de ser un campo de batalla. Y con cada día que pasaba, las sombras se alzaban más altas. Irys optó por escapar tras el rastro de aquel hombre. Sus pasos cada vez más rápidos siguiéndolo de lejos hacia su escondite mientras le perdía el rastro a aquella criatura maligna sabiendo que aquel no sería el único encuentro entre ellos. Irys ya se habia convertido en la presa de aquella criatura y en uno más de sus juegos. [Jesus1411]
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    Creo que es hora de pasar la aspiradora y eliminar a unos cuantos fantasmas.

    #Picasso
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  • ❝Phesmatos tribum, nas ex viras sequitas anima❞
    Fandom The Vampire Diaries | OC
    Categoría Drama
    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤ"En el silencio de la noche,
    ㅤㅤㅤㅤla caza había comenzado."
    ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑
    ㅤㅤㅤㅤ˹ Erik Silverfang

    ㅤㅤ
    ㅤㅤㅤㅤㅤAquel encargo no solo era tremendamente peligroso, sino que también era profundamente lucrativo. El pagador… era totalmente desconocido. No había querido revelar su rostro ni su nombre, ni siquiera sus motivos. Pero por la rapidez con la que había movido el dinero estaba claro que tenía medios, motivos y oportunidades. Le había ofrecido una suma de dinero exorbitante a cambio de la muerte de Erik Silverfang. Un precio que no muchas personas en el mundo podían permitirse…

    Obviamente, Amber no era ajena a ese tipo de trabajos: asesinatos sobrenaturales a sangre fría, pagos que le garantizaban una vida acomodada y toda la clase de lujos que quisiera permitirse… Pero aquel trabajo… tenia un regusto amargo que no dejaba disfrutar a la joven de aquel champán que estaba degustando en el tren de camino a Italia. Por lo que había podido averiguar, que no era demasiado, Erik Silverfang no era un objetivo cualquiera. Era un vampiro muy antiguo, mucho más que ella, casi tanto como los Originales… Puede que incluso más, los rumores no estaban demasiado claros. Eliminarlo podría tener repercusiones mucho más allá de lo que Amber podía, siquiera, sospechar.

    La misión era clara y “sencilla” según a quien le preguntes: eliminar a Erik con rapidez y sin dejar rastro. Sin embargo, el pago iba más allá de lo habitual. Su empleador le había prometido algo más que riquezas: un acceso a una red de contactos poderosos que podrían ayudarla a alcanzar nuevos peldaños dentro de la sociedad sobrenatural. Sin embargo, Amber no era idiota. Sabía que, en el mundo de los inmortales, las promesas solían estar bañadas en mentiras y juegos de poder. Solo le importaba el dinero: un pequeño ejército de lingotes de oro que le aseguraban la libertad por un largo tiempo.

    -Phesmatos tribum, nas ex viras sequitas anima- susurró Amber delante del mapa abierto sobre aquella mesita. Inmediatamente una linea de color negro comenzó a trazarse entre el punto por donde circulaba el tren y a través del mapa hasta alcanzar un pueblo: Montepulciano.

    “Irónico”, pensó Amber, teniendo en cuenta la cultura vampírica oculta en aquellos pueblos de la Toscana: la expulsión de los vampiros de Volterra, la presencia de vampiros resurrectos recientemente…

    ⸻⸻❧ Amber caminaba por las calles empedradas de Montepulciano, sus sentidos totalmente alerta ante la quietud de la noche. Sentía el aire pesado, como si de alguna forma estuviera impregnado con la tensión de lo que Amber sabía que estaba por venir. De repente, un susurro en la oscuridad rompió el silencio: el latido desenfrenado del corazón de una presa que se sabe en peligro. Ella detuvo, su respiración contenida mientras su mirada se agudizaba en la penumbra.

    Allí, entre las sombras, lo vio. Tenía que ser él.

    Erik Silverfang.

    Aunque su figura se desdibujaba con la oscuridad, su presencia era inconfundible: el aura de un vampiro tan antiguo que la historia misma parecía doblegarse ante él. Se movía con una gracia que solo los siglos podían otorgar, su rostro imperturbable mientras observaba a su presa como un depredador observando a su cena.

    Amber se detuvo, sus ojos fijos en él mientras alzaba la pequeña ballesta de madera cuya saeta estaba impregnada en magia. Daría en el objetivo, porque estaba encantada para ello. Sabía que no podía hacer un movimiento en falso; cualquier error sería fatal. La estrategia era clara: debía aprovechar la distracción de Erik con su víctima para acercarse sigilosamente y asegurarse de que, cuando llegara el momento, no habría escape.

    En el silencio de la noche, la caza había comenzado.


    #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Starter

    ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ"En el silencio de la noche, ㅤㅤㅤㅤla caza había comenzado." ㅤㅤㅤㅤ⧽ 𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓𝐄𝐑 ㅤㅤㅤㅤ˹ [vortex_emerald_rat_421] ㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤAquel encargo no solo era tremendamente peligroso, sino que también era profundamente lucrativo. El pagador… era totalmente desconocido. No había querido revelar su rostro ni su nombre, ni siquiera sus motivos. Pero por la rapidez con la que había movido el dinero estaba claro que tenía medios, motivos y oportunidades. Le había ofrecido una suma de dinero exorbitante a cambio de la muerte de Erik Silverfang. Un precio que no muchas personas en el mundo podían permitirse… Obviamente, Amber no era ajena a ese tipo de trabajos: asesinatos sobrenaturales a sangre fría, pagos que le garantizaban una vida acomodada y toda la clase de lujos que quisiera permitirse… Pero aquel trabajo… tenia un regusto amargo que no dejaba disfrutar a la joven de aquel champán que estaba degustando en el tren de camino a Italia. Por lo que había podido averiguar, que no era demasiado, Erik Silverfang no era un objetivo cualquiera. Era un vampiro muy antiguo, mucho más que ella, casi tanto como los Originales… Puede que incluso más, los rumores no estaban demasiado claros. Eliminarlo podría tener repercusiones mucho más allá de lo que Amber podía, siquiera, sospechar. La misión era clara y “sencilla” según a quien le preguntes: eliminar a Erik con rapidez y sin dejar rastro. Sin embargo, el pago iba más allá de lo habitual. Su empleador le había prometido algo más que riquezas: un acceso a una red de contactos poderosos que podrían ayudarla a alcanzar nuevos peldaños dentro de la sociedad sobrenatural. Sin embargo, Amber no era idiota. Sabía que, en el mundo de los inmortales, las promesas solían estar bañadas en mentiras y juegos de poder. Solo le importaba el dinero: un pequeño ejército de lingotes de oro que le aseguraban la libertad por un largo tiempo. -Phesmatos tribum, nas ex viras sequitas anima- susurró Amber delante del mapa abierto sobre aquella mesita. Inmediatamente una linea de color negro comenzó a trazarse entre el punto por donde circulaba el tren y a través del mapa hasta alcanzar un pueblo: Montepulciano. “Irónico”, pensó Amber, teniendo en cuenta la cultura vampírica oculta en aquellos pueblos de la Toscana: la expulsión de los vampiros de Volterra, la presencia de vampiros resurrectos recientemente… ⸻⸻❧ Amber caminaba por las calles empedradas de Montepulciano, sus sentidos totalmente alerta ante la quietud de la noche. Sentía el aire pesado, como si de alguna forma estuviera impregnado con la tensión de lo que Amber sabía que estaba por venir. De repente, un susurro en la oscuridad rompió el silencio: el latido desenfrenado del corazón de una presa que se sabe en peligro. Ella detuvo, su respiración contenida mientras su mirada se agudizaba en la penumbra. Allí, entre las sombras, lo vio. Tenía que ser él. Erik Silverfang. Aunque su figura se desdibujaba con la oscuridad, su presencia era inconfundible: el aura de un vampiro tan antiguo que la historia misma parecía doblegarse ante él. Se movía con una gracia que solo los siglos podían otorgar, su rostro imperturbable mientras observaba a su presa como un depredador observando a su cena. Amber se detuvo, sus ojos fijos en él mientras alzaba la pequeña ballesta de madera cuya saeta estaba impregnada en magia. Daría en el objetivo, porque estaba encantada para ello. Sabía que no podía hacer un movimiento en falso; cualquier error sería fatal. La estrategia era clara: debía aprovechar la distracción de Erik con su víctima para acercarse sigilosamente y asegurarse de que, cuando llegara el momento, no habría escape. En el silencio de la noche, la caza había comenzado. #Personajes3D #3D #Comunidad3D #Starter ㅤ
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