• #inkfest #dia8

    —Se desperezó. Empezaba a acostumbrarse a dormir hasta tarde, pero es que se sentía realmente agotado, a pesar de que los dolores ya no eran tan terribles como al principio, indicativo de que tanto él como Rummy, se encontraban mejor. Sin embargo, se incorporó, bostezando y estirando los brazos hacia arriba.

    Aburrido, desvió un momento los ojos hacia la mesilla de noche, extrañaba a Husk y a sus buenos días con bonitas notas repletas de palabras dulces y pequeños regalos. Todos sus ojos se abrieron unos instantes al ver un frasquito con un líquido rosa que parecía contener purpurina por dentro. Lo tomó por curiosidad preguntándose si era un regalo de Husk y si, venía con una nota:

    “Bébeme”

    —Pues vale. —respondió y se bebió el perfumado líquido que, a pesar de su aroma dulce, su sabor era de lo más ácido. Obviamente torció el gesto y hasta sacó la lengua

    —¿Pero que coño es esta mier..?—y se desmayó…

    Para cuando recobró el conocimiento, se dio cuenta de que por suerte estaba sobre su cama, desmadejado como un muñeco de trapo pero así era, aunque se sentía diferente. Para empezar, se veía más bajito y se notaba más blandito, ademas no pudo evitar darse un susto al ver su cola moviéndose con inquietud…

    Un momento ¿Cola? Y era como la de Husk, sin entender que sucedía la tomó entre sus manos que por cierto eran solo dos. Como era de esperar, al ver esto, corrió al baño a verse en el espejo y… estalló a carcajadas, ahora era un tipo de demonio mucho más parecido a Husk y además tan andrógino que parecía una hembra.

    Tal era así, que le entraron ganas de subir al tejado, a cantar “la gata sobre el tejado”—
    #inkfest #dia8 —Se desperezó. Empezaba a acostumbrarse a dormir hasta tarde, pero es que se sentía realmente agotado, a pesar de que los dolores ya no eran tan terribles como al principio, indicativo de que tanto él como Rummy, se encontraban mejor. Sin embargo, se incorporó, bostezando y estirando los brazos hacia arriba. Aburrido, desvió un momento los ojos hacia la mesilla de noche, extrañaba a Husk y a sus buenos días con bonitas notas repletas de palabras dulces y pequeños regalos. Todos sus ojos se abrieron unos instantes al ver un frasquito con un líquido rosa que parecía contener purpurina por dentro. Lo tomó por curiosidad preguntándose si era un regalo de Husk y si, venía con una nota: “Bébeme” —Pues vale. —respondió y se bebió el perfumado líquido que, a pesar de su aroma dulce, su sabor era de lo más ácido. Obviamente torció el gesto y hasta sacó la lengua —¿Pero que coño es esta mier..?—y se desmayó… Para cuando recobró el conocimiento, se dio cuenta de que por suerte estaba sobre su cama, desmadejado como un muñeco de trapo pero así era, aunque se sentía diferente. Para empezar, se veía más bajito y se notaba más blandito, ademas no pudo evitar darse un susto al ver su cola moviéndose con inquietud… Un momento ¿Cola? Y era como la de Husk, sin entender que sucedía la tomó entre sus manos que por cierto eran solo dos. Como era de esperar, al ver esto, corrió al baño a verse en el espejo y… estalló a carcajadas, ahora era un tipo de demonio mucho más parecido a Husk y además tan andrógino que parecía una hembra. Tal era así, que le entraron ganas de subir al tejado, a cantar “la gata sobre el tejado”—
    Me encocora
    Me shockea
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